La educación abierta y a distancia, ¿es una opción real?

Por Enrique Medina Vidaña

Habría que hablar de financiamiento, para dar certeza y viabilidad al proyecto, pues habría que ver cuál será la participación federal y cuál la estatal, para dimensionar el posible éxito de esta nueva institución educativa.

En su mensaje a la ciudadanía, en el que da cuenta de los avances consignados en el segundo informe de gobierno, el titular del Ejecutivo mencionó algunos de los resultados  que se han logrado en materia de educación, con acciones como los uniformes escolares y los domos en escuelas, de todos los niveles educativos.

De manera especial, habló de que cada vez son más las oportunidades que tienen los jóvenes de estudiar una carrera profesional en la educación superior, destacando los aportes de la Universidad Juárez, de los institutos tecnológicos federales y descentralizados, de las universidades tecnológicas y politécnicas, de las escuelas normales y demás instituciones de educación superior pública y particular. Además, anunció la pronta operación de la Universidad Pública Abierta y a Distancia de Durango -UPADD-, que se crea en convenio y auspicio con la Universidad Pública Abierta y a Distancia de México -UPADM-, en la cual se encuentran estudiando ya más de mil duranguenses en distintos programas que oferta esta institución.

El tema de la educación superior abierta y a distancia por supuesto que no es una novedad para Durango, pues primero el Instituto Tecnológico de Durango y unos años después, la Universidad Juárez del Estado de Durango, han venido incursionado con cierto éxito en esta modalidad, con unidades de educación a distancia en diversos municipios de la entidad; aunque, también hay que decirlo, con una oferta educativa limitada y muchas veces poco pertinente o relacionada con las necesidades regionales más apremiantes. Además, que estas unidades de educación a distancia requieren de más apoyos y recursos para ampliar su cobertura y mejorar el servicio que ofrecen a los estudiantes.

Aquí lo interesante del anuncio es que la nueva universidad que se está creando, porque ya es un hecho, tiene la intención de generar una oferta educativa que sea congruente y pertinente con las necesidades reales de las regiones de la entidad y para ello, se está haciendo una consulta, como parte de un proyecto de planeación prospectiva, a diferentes sectores de la entidad (estudiantes, empresarios, prestadores de servicios, académicos e investigadores) para que opinen acerca de la viabilidad y pertinencia de este tipo de estudios.

La idea, en palabras del secretario de Educación de la entidad y de la secretaria general de la UPADM, es que en breve, se habla del mes de octubre, se abra la convocatoria para inscripción de alumnos de nuevo ingreso, para iniciar operaciones en el mes de enero de 2019. La oferta educativa inicial, por supuesto que no será todavía la que resulte del estudio prospectivo que se está haciendo, sino de cuatro carreras profesionales, que a juicio de las autoridades de la propia Universidad y de la Secretaría de Educación de las casi 40 que actualmente se ofertan, son las que más se acercan a lo que podría demandar el desarrollo de la entidad y que son: licenciatura en educación para la salud, ingeniería en energías renovables, ingeniería en tecnología ambiental e ingeniería en logística y transporte.

Es importante apuntar que el proyecto de la UPADD es muy ambicioso y que tendrá que enfrentar una multiplicidad de dificultades de carácter logístico, económico, de conectividad e incluso sociales. Por ejemplo, se tendrá que considerar la dispersión geográfica de la entidad, así como las condiciones de pobreza, marginación, desarraigo y migración de sufren muchos jóvenes, que se ven obligados a buscar mejores horizontes de desarrollo fuera de la región de origen, en la que no hay proyectos de desarrollo de alto impacto, en los que se pueda ejercer una profesión, o si los hay, son limitados.

En cuanto a conectividad, es un hecho que este tipo de estudios requiere de una buena señal de Internet, así como diversos recursos de telecomunicaciones, que lamentablemente no se tienen en los lugares alejados de la capital de la entidad y las cabeceras municipales más grandes, pues los estudiantes que egresan de los bachilleratos rurales y telebachilleratos son de escasos recursos y no disponen de computadoras o tabletas personales para conectarse a las plataformas digitales que implica la educación a distancia.

Por otra parte, habría que hablar de financiamiento, para dar certeza y viabilidad al proyecto, pues habría que ver cuál será la participación federal y cuál la estatal, para dimensionar el posible éxito de esta nueva institución educativa.

Al respecto, cabe mencionar los problemas que existen en el financiamiento de las instituciones educativas del nivel medio superior y superior descentralizadas, las cuales tienen, año con año, dificultades para que el gobierno estatal cubra el aporte de peso a peso que está establecido en los convenios firmados entre ambos órdenes de gobierno, lo que les implica una gestión administrativa y académica limitada, pues no se pueden cumplir a cabalidad las funciones sustantivas que les corresponden.

De ninguna manera la idea es descalificar el posible éxito que pueda tener la UPADD, lo que sí es oportuno, es apuntar los riesgos que existen y que se tomen las previsiones necesarias para superarlos, pues como propuesta educativa es bastante atractiva, ya que ofrece un gran abanico de posibilidades de llevar la educación superior a lugares a los que sería imposible llevar el servicio de manera presencial y directa.

Lo importante será que no se duplique la oferta educativa existente en la entidad, que se tome en cuenta la experiencia que ya existe en materia de educación a distancia en el estado, y especialmente, que se haga un buen diagnóstico para que la nueva oferta educativa que resulte del estudio prospectivo sea acorde con las necesidades de desarrollo regional y con las vocaciones productivas de la entidad.

De esta manera, sería deseable que carreras como ciencias genómicas para la agricultura, la ganadería y la forestería; ciencias de la tierra; sistemas alimentarios sostenibles; ingeniería sustentable, enseñanza de las ciencias, ciencias geriátricas, medicina biomecánica, biotecnología aplicada, ecología y cambio climático y comercio y marketing digital, por mencionar algunas, fueran pronto parte de la oferta educativa de esta universidad, pues con ello se estarían abriendo posibilidades de estudio reales y pertinentes, muy conectadas con el desarrollo regional y con las necesidades más apremiantes de la población, así como de los sectores productivos del estado. Al tiempo.

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Enrique Medina Vidaña

Ex-subsecretario de Educación en Durango, México