Redacción: Fotgramas
Entrevistamos a su autor, José Antonio Sande Martínez.
Aunque el audiovisual tiene cada vez una mayor presencia en la educación formal, a día de hoy el cine sigue sin tener su lugar en el currículo oficial. Sin embargo, siempre ha habido docentes que creen en el potencial de las películas para trabajar no sólo en el terreno de una asignatura concreta, sino también de una manera transversal más amplia. José Antonio Sande Martínez es uno de esos maestros convencidos de la capacidad del cine para el desarrollo personal desde edades tempranas y, en su nuevo libro, ‘Educación emocional infantil‘, editado por Sincronía, propone películas concretas con análisis específicos para aprovechar no sólo la experiencia del cine en el aula, sino también en familia. Preguntamos sobre ello a este experto en educación y desarrollo emocional.
P.- ¿Qué enfoque novedoso aporta su nuevo libro al tema de la educación emocional?
R.- El desarrollo emocional es fundamental para una vida sana y equilibrada en relación con uno/a mismo/a y con los demás. Conocer y comprender el mundo emocional infantil permite a los padres un enfoque sano y realista sobre la emocionalidad, y entre otras técnicas propongo el trabajo con películas.
P.- ¿Por qué considera que el cine puede ser una herramienta para la educación emocional?
R.- Porque refleja de una manera clara y concisa el mundo emocional de los personajes en un tiempo reducido y asequible. Si se ve en DVD, se puede parar, repetir, reflexionar… Es muy práctico, siempre que se sepa hacer.
P.- ¿Puede mencionar alguna de las películas que propone en su libro para educar emocionalmente a los más pequeños de la casa?
R.- ‘Antz’, ‘Buscando a Nemo’, ‘Enredados’, ‘Megamind’, ‘El espantatiburones’…, entre otras.
P.- ¿Qué criterios ha empleado a la hora de seleccionar las películas que analiza en su libro?
R.- Que sus personajes tuviesen un mundo emocional claro y definido, y que las interacciones entre los personajes diesen juego para explicar cómo es la vida emocional en las personas y en los grupos.
P.- ¿Podría poner algún ejemplo práctico de cómo utilizar esas películas en el trabajo de la educación emocional de los niños y niñas?
R.- Con las películas propuestas en el libro se pueden analizar personalidades, la motivación que mueve a los personajes, por qué, para qué y desde dónde hacen lo que hacen, etc. Los niños y niñas lo entienden porque lo ven como espectadores y son capaces de reconocer si estas situaciones o emociones también las han vivido ellos y ellas.
P.- ¿Cree que es incompatible el entretenimiento con la pedagogía en los contenidos infantiles?
R.- No es incompatible en absoluto, solamente hay que tener voluntad para hacerlo. Por otro lado creo que se puede enseñar a través de la imaginación, la creatividad, el cine, el teatro, las artes… Es otra manera de enfocar la educación que tiene en cuenta no tanto el conocimiento como la experiencia y la sabiduría interna que de ella se deriva.
P.- ¿Cómo podría empezar a instalarse el cine en las aulas?
R.- En todos los colegios en los que he trabajado como maestro desde el año 1997 los alumnos y alumnas han hecho actividades de ir al cine en grupo, así como trabajado con escenas de películas que nos han servido para observar y comprender la vida sin tener necesariamente que vivir aquello que se ve. Llevar al alumnado al cine y llevar el cine a las aulas es, en gran medida, una cuestión de cultura cinematográfica del docente.
P.- ¿Por qué recomienda su libro a los lectores de Fotogramas?
R.- Porque actualmente es una de las guías de trabajo con el mundo emocional infantil más extensa, detallada y completa que se puede encontrar en las librerías, porque los padres, madres, maestros/as, etc. podrán encontrar un análisis de la emocionalidad humana profundo y porque es totalmente práctico, realista y aplicable al día a día de la educación en el ámbito familiar.
Fuente: https://www.fotogramas.es/noticias-cine/a25287878/educacion-inteligencia-emocional-infantil-ninos-peliculas-cine/