Entrevista/28 Marzo 2019/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El Diario la Educación
Miriam Leirós es una maestra gallega que a base de persistencia se ha convertido, al menos en parte, en referente en temas de educación ambiental. Hablamos con ella de la ‘desnaturalización’ de la infancia y de #FridaysForFuture.
Casi sin comerlo ni beberlo, Miriam Leirós se ha convertido en un referente en la educación ambiental y la defensa de la ecología. Profesora de Primaria desde hace 20 años, educadora e intérprete ambiental, explica que siempre ha estado vinculada a la naturaleza y que un día, viendo que el currículum educativo no entraba en ese área (“está desnaturalizado”, dice ella) lo metió en clase. Los pequeños enseguida abrazaron la causa. A partir de ahí ha realizado varios proyectos como Plasticoff, que consistía en la reducción y reciclaje de plástico, o Residuos Cero. Leirós cree (y practica) que la educación ambiental da de sí como para realizar un enfoque transversal y tocar con ella distintas áreas, como Lengua y Matemáticas.
¿Cómo se convence a un alumnado tan pequeño para que se conciencie por algo a veces tan intangible como el medio ambiente?
No se les convence. Se les habla de ello y sienten atracción. No hay niños a los que no les gusten los animales y la naturaleza. Otra cosa es que tengan oportunidades de hacerlo. Estamos en una sociedad en la que siempre están bajo cuidado de un adulto, luego salen de clase y van a extraescolares. Las pocas veces que tienen ocio al aire libre ni siquiera son parques naturales, son de caucho o cemento. Las oportunidades de tener contacto con la naturaleza son prácticamente nulas, los estamos privando de esto, que antes era impensable. Estudiamos los pistilos o estambres en un libro sin que vean los ejemplos más que en escaparates. Cuando les das oportunidad de salir fuera, observar la naturaleza, hablar de los animales y tener contacto con ellos no hay uno al que no le guste. Otra cosa es que después nos hacemos adultos y volvemos a entrar en la vorágine de la sociedad de consumo y los horarios estrictos y puede que se vuelva a perder el contacto con la naturaleza. Lo primero es el contacto, lo segundo es la concienciación.
El currículum tampoco hace mucho, dice.
Se estudian los mamíferos, las plantas… Pero se hace desde un nivel académico, no naturalista. El currículum está totalmente desnaturalizado. La única ley que contempló un poco la educación ambiental de forma transversal fue la LOGSE, en los 90. Después ninguna tuvo una aproximación transversal, que acerque los niños a la naturaleza más allá del reciclaje, que debería ser el último paso.
¿Somos una anomalía europea? ¿En otros países se hace?
Sí que tienen más contacto con la naturaleza. Tienen programas de no generación de residuos, lo maman desde infantil. También hay muchas actividades en la naturaleza.
¿Qué tipo de actividades realiza?
Salgo con ellos a la naturaleza. Hacemos actividades tan sencillas como hacer un hervario, una vez que estudias las plantas. Por ejemplo, en Ciencias Naturales estudiamos las hojas, salimos, las buscamos, recolectamos, investigamos, clasificamos y cada uno presentaba un hervario. Si vas con ellos paseando por la naturaleza y les explicas, les gusta. También les llevo noticias. Hace poco hablamos de la desaparición de especies tan corrientes como los gorriones, las abejas y vemos las consecuencias de esta desaparición. Los niños son curiosos y a partir de ahí quieren investigar y saber. Relacionamos estos temas con el currículum y a partir de un contacto con la naturaleza surge la intención de ayudar y la ecología.
¿Cómo se puede meter la educación ambiental en el colegio contra el currículum?
Ahora está de moda el trabajo por proyectos. Me parece que la educación ambiental debe ser transversal y trabajarse en todas las áreas. Es un poco grave que la naturaleza y la educación ambiental estén a merced de que el profesor tenga más o menos sensibilidad con el tema cuando vemos que es tan importante. Tenemos los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero no se trabajan casi en las escuelas. No han llegado de forma tangible en la escuela y queda en función de que el profesor lo considere importante. Me parece grave, tanto por parte del Ministerio de Transición Energética como por del de Educación. Tenemos la agenda 2030, pero a la Educación han llegado temas contados.
¿Puede aterrizar un poco la propuesta? ¿Pondría una asignatura, por ejemplo, ahora que está de moda pedir asignatura para todo?
Quizá no como asignatura, aunque igual no estaba de más porque es algo fundamental y relaciona con todas las áreas. Desde una noticia en la que se trabaja la comprensión lectora, un trabajo de investigación y argumentativo después (¿por qué están desapareciendo las golondrinas?), hasta las matemáticas, porque siempre hay cifras (kilos de residuos, por ejemplo). Si se quiere trabajar como una asignatura más habría que delimitar unos puntos para que se trabajara en todos los niveles educativos.
¿Cree que hay un cambio de mentalidad respecto a este tema entre los jóvenes?
Creo que sí. Los que nacimos en los 60-70 respondemos a una sociedad de consumo que se abría entonces. También pasamos a ser supermodernos: todo era de usar y tirar y muy cómodo. Fue un momento social en el que en España se incorporó la mujer al trabajo y había muchas comodidades, pero no se contemplaron las incompatibilidades con el medioambiente. Esta gente de ahora es más consciente de la contaminación, aunque nunca se ha abierto un telediario por un desastre medioambiental, a no ser que sea algo gordo como el Prestige. La contaminación no ha sido nunca un tema de preocupación que haya salido en las listas del CIS. Sin embargo, creo que a la gente joven sí pertenece a otra generación de reutilizar, vienen escuchando estas noticias y quieren hacer algo porque no quieren encontrarse un plantea con una habilitabilidad incómoda.
¿Y entre tus compañeros profesores? ¿Encuentra apoyos o está haciendo la guerra un poco por su cuenta?
Antes de aparecer Fridays for Future (Greta Thunberg, la estudiante de 16 años que empezó el movimiento, empezó a manifestarse en agosto de 2018), desde junio, creamos un blog varios profesores llamado Educando en Medio Ambiente (#guiñoverde, en Twitter). Se creó con la idea de que todos los profesores que hacemos actividades relacionados con el medio ambiente o la ecología volcásemos las actividades ahí, para compartir ideas, dar visibilidad… Hay profesores de toda la península que han colgado actividades. Creo que hay un montón de gente que está haciendo y quiere hacer, pero no es la gran mayoría. También creo que gracias a Fridays for Future se está dando un impulso y aumenta el número de quien quiere hacer esto. Espero que no sea solo en clase, sino saliendo también a la naturaleza.
Entiendo también que hay una llamada a las familias.
Hay un problema grave que es la conciliación familiar. Siempre se busca y se entiende como que los centros deben aumentar su horario para atender a los niños cuando sus padres trabajan. Estamos imponiendo jornadas de ocho horas a los niños. La conciliación tendría que venir de ambas partes. Veo a las familias muy receptivas cuando se les pide algo o invita a hacer una actividad de este tipo. En mi colegio pusimos en marcha un programa llamado Residuo Cero que consiste en no generar residuo en las meriendas, con cantimploras y tuppers en vez de botellas y bandejas, por ejemplo. Las familias han respondido muy bien en general. La falta de educación ambiental que tuvimos las generaciones anteriores la estamos recibiendo de parte de los niños. Hay una reeducación, los niños llevan este feedback ambiental a casa.
¿Cree que el movimiento ‘Fridays for future’ es el bueno y ha llegado para quedarse?
Creo y espero que haya llegado para quedarse. Aunque llevo tiempo hablando de la importancia de la educación ambiental y estamos avanzando en la tecnología (y me parece fenomenal), no podemos desnaturalizar a los niños. Llevo tiempo hablando de esto y veo que por fin hay un movimiento y todos son gente joven reclamando su futuro y un planeta con una habitabilidad digna y lo comento en clase. Mis alumnos fueron los primeros en decir que querían hacer algo. Todo el mundo ha respondido muy bien. Tengo contacto con el movimiento, veo cómo se organiza y creo que sí ha llegado para quedarse.
¿Cómo decidió hacer de esto su principal motivación?
Siempre me gustó mucho la naturaleza y siempre estuve en relación con ella. En el libro llamado Toletis, de Rafa Ruiz, el protagonista dice que todos los libros de árboles dicen cosas que a los niños no les interesan de los árboles. Ahí caí en la cuenta de esta desnaturalización de la que hablaba. Sí, los niños estudian muchos árboles, muchas plantas, muchos mamíferos, pero no tienen esa vivencia. En educación siempre estamos hablando de aprendizaje significativo, que el niño se quede con esta vivencia y tenga la experiencia, pero luego todo es artificial, no tienen la experiencia real de la naturaleza. Ahí mi cabeza hizo clic y llevé todo esto al aula. Es cierto que ya había puesto en marcha Plasticoff, pero era un proyecto más de aula que de salir al campo. Toletis me pareció tan interesante y con una riqueza lingüística tan buena que acabé elaborando un libro de texto de lengua en función de aquel. El libro en España es un libro más, pero he visto que en Inglaterra ha triunfado, hasta me han pedido una crítica como profesora.
¿Hay una edad mínima para abordar estos temas?
Ninguna. Tenemos un proyecto de apadrinamiento ecológico en el que los alumnos de sexto apadrinan a los de cuatro años. Ellos tienen unas meriendas pactadas así que, por ejemplo, recogemos las mondas de la fruta y las llevamos a un compostero que pusimos en marcha. Una vez, al menos, leemos un cuento relacionado con la naturaleza. También les invitamos a participar en Residuo Cero y cada mes que consiguen el objetivo, y a veces lo hacen mejor que los mayores porque los pequeños son muy persistentes, les regalamos algo: una hoja de roble, un muñeco de un animal… Así los de cuatro años van teniendo esta mentalidad.
¿Habla en clase de movilidad, uso de vehículo privado, etc. o aún son muy pequeños para eso?
Mucho. Como tenemos una sección de ecología en el magazine siempre sale alguna noticia relacionada. Hemos hablado muchas veces del problema en Madrid, las restricciones al tráfico, etc. Hablábamos de cómo se puede mejorar. Galicia se caracteriza por tener muchos núcleos rurales y reflexionamos sobre que no siempre es posible ir andando o compartir coche y necesitamos la red de transporte público de calidad. Hablamos de muchas cosas y ahí entra todo. Hemos hablado también de la fast fashion, el consumo rápido…
¿Los pequeños tienen algún tema favorito que les entre mejor?
Más que gustarles más, donde sí veo que entienden todo y empatizan muchísimo es con los animales, y da igual cuál. Les hablamos de los osos polares, de que las abejas están desapareciendo por los insecticidas, que hay islas que pueden desaparecer por la subida del mar y se volvieron muy sensibles con el tema, reflexionamos sobre los refugiados climáticos, etc.
Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/03/22/la-educacion-ambiental-que-no-recibimos-las-generaciones-anteriores-la-estamos-recibiendo-por-parte-de-los-ninos/