Por: Darío Balvidares
El poder de algunos medios para amplificar ciertas voces que hablan con dudosas “preocupaciones” por la educación, la docencia y los estudiantes; en general sus discursos se construyen desde la “falta”… de capacitación; de interés; de una currícula zssadecuada (es decir, no alineada con lo que el mercado requiere en la construcción de capital humano), para no abundar.
Además de provenir de áreas privadas o son titulados o “masterizados” en universidades privadas y por lo general, se dedican a hacer negocios con la educación.
Claro que no es en todos los casos, también existen los que si vienen del ámbito de la educación pública pero venden su “fuerza de trabajo” a la ideología reformista de la desposesión.
Dicho lo anterior, motiva este artículo lo sucedido recientemente en un programa de televisión de preguntas y respuestas cuando una docente no pudo responder una pregunta que se suponía sencilla.
No se hicieron esperar los reformadores corporativos para caer con el peso de su “autoridad” sobre el problema de la formación docente, la meritocracia, el estatuto e infinidad de cuestiones que expresan en el contenido de sus enunciados el proceso incesante de desposesión por el que han puesto en crisis todo el sistema educativo público desde los inicios de la reforma, además de poner en contra de los docentes a una porción de la población que los escucha por la amplificación que algunos medios les ofrecen. Medios, en muchos casos, que son parte interesada en la desposesión de la educación pública.
Pero sigamos con lo acontecido; la participante del programa no recordó en qué continente se ubica Ucrania, una simple anécdota para este artículo, por lo que respecta al olvido, el nerviosismo y todos los factores que pueden atravesar a la participante en esa situación de exposición televisiva o incluso un error en su registro de información, en fin…
La curiosidad se revela en lo que desata en los reformadores en sus repeticiones de cadenas enunciativas peyorativas aunque, como siempre, con la esquizofrenia característica de un discurso pendular.
Veamos, no hay reformador que se precie de tal y sea un “militante” fan de la reforma que no diga, hasta el cansancio, que lo importante es “aprender a aprender” y que ya no son “importantes los saberes (contenidos) porque están en internet” y que “en caso de necesitarlos, allí están” y a partir de este… ¿razonamiento?, nos machacan con la “educación por competencias” impuesta doctrinariamente y sin debate.
Entonces, desde sus razonamientos reformistas, lo que sucedió con la participante del programa debería haber sido de una insignificancia tal que no provocase ninguna trascendencia.
Pero no, por el contrario y dentro de la lógica esquizofrénica de la reforma (tan esquizofrénica que el avance reformista de la educación pública se decide desde ámbitos privados) los mercaderes educativos salieron con sus alquimias enunciativas a mostrar, burdamente, sus propios dislates conceptuales. Cabe la pregunta: ¿saberes o competencias? Pero esta discusión la daremos, en un gran Congreso Pedagógico, los educadores; sin la presencia empresarial corporativa reformista.
Consultado por el portal Infobae[1], Juan María Segura[2], dijo, tomando como referencia, lo que sucedió en el programa de preguntas y respuestas: “Resulta difícil escindir la calidad de los aprendizajes escolares de la preparación y pericia de sus docentes. Los alumnos son un poco espejo de sus maestros. Es cierto que otros elementos entran en juego, ya sean externos como el nivel socioeconómico o internos como la currícula, pero los alumnos son termómetros de sus docentes. Y en Argentina, a través del operativo Aprender, sabemos que nuestros alumnos aprenden poco y mal de casi todo (…) La formación docente no está logrando su cometido. No está preparando a los maestros para lograr su objetivo. Hay varias hipótesis: se falla en los contenidos, se equivoca el abordaje pedagógico, se obvia la evidencia científica o se malinterpreta la integración de las tecnologías”.
Me pregunto si esa mirada que lo lleva a reflexionar, al vicepresidente de la Asociación de Graduados de la University of Chicago en Argentina, desde el alucinatorio esquizofrénico reformista pueda comprender la situación real de los docentes, con sueldos por debajo de la línea de pobreza, “atacados” por funcionarios políticos de manera sistemática y capacitados por fundaciones y ong, por una parte. Y, por la otra, más de la mitad de los chicos/as sumergidos en la pobreza, como resultado de estas políticas, que se aferran a la escuela para tener un plato de comida. Decir que “nuestros alumnos aprenden poco y mal casi todo” sería sólo una falacia, si no fuera perverso, en el contexto argentino.
Mientras que la pedagogía instrumental con la que hacen sus mediciones solo responde a la falsa doctrina que se sustenta en el mercado educativo valuado en tres trillones de dólares, como había dicho el billonario Sunny Varkey, cuya fundación cobra millones de dólares en convenios celebrados con el Ministerio de Educación de la Nación y los de las provincias por capacitación a directores de escuela.
La mirada de los new chicagos boys obvia la realidad objetiva y la experiencia sensible porque la doctrina impide ver la totalidad, que también incluye en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, escuelas en que el hacinamiento es un dato de la realidad, que no habitan los reformadores, como lo señala este informe: “La situación es insostenible», afirma un referente del Distrito Escolar 6 que pide anonimato ante el hostigamiento que sufre por parte del Ministerio. Algunos ejemplos: el Jardín de Infantes Integral N° 8 «María Schiavoni de López», de Boedo al 600, tiene 30 alumnos por aula, cuando deberían ser 20. Lo mismo ocurre en la Escuela N° 11 «José Federico Moreno, de Humberto Primo al 3100; en el JII N° 2 «Federico Fröbel», de Av. Independencia al 3300; y en la Escuela Nº 1 «Esteban de Luca», de Alsina y Alberti.
En el postergado sur, Villa Soldati, Lugano, Mataderos y Villa Riachuelo encabezan el ranking de escuelas superpobladas. Los distritos más comprometidos son el 13, el 18, 19, 20 y 21. En muchas aulas hay entre seis y diez alumnos más de lo que habilita la norma.
Pero el caso emblemático de hacinamiento es la Escuela Nº 25 «Bandera Argentina», de Retiro, que funciona «provisoriamente» en un galpón desde hace más de un año. Las aulas, de durlock y 35 m2, tienen hasta 31 alumnos. «El gobierno especula con que nuestra población tiene altos índices de ausentismo», dice Paulina Vera, profesora de Educación Plástica. Hay 550 inscriptos, «y el día que vienen todos los chicos, no se puede caminar». Sin ventilación ni luz natural, los pibes comen, hacen el recreo (todos juntos, los de inicial y los de 7° grado) y tienen educación física en el mismo espacio. Las ventanas están a doble altura y no se abren, y las que sí dan al edificio de la Policía de la Ciudad, con un constante ruido de automóviles y sirenas. Las sillas no alcanzan para que todos se sienten a almorzar”[3].
En una entrevista realizada por un diario de Salta[4], el mismo consultor, asesor, innovador educativo decía que “los chicos aprenden mal…”, lo mismo que aparece en la nota actual, pero también decía algo más interesante sobre nuestra historia: “… El estado ha tenido que colonizar territorios que hace 100 0 150 años estaban despoblados y ha tenido que crear ciudadanos para que lo protejan de ataques externos. Hoy ya no hace falta eso porque no tenés problemas limítrofes en el mundo…”
¿Será que los consultores, asesores, innovadores aprenden mal?
Porque llamó “colonización” al exterminio, al genocidio indígena; además agrega “territorios despoblados”, su información es muy precaria porque no da cuenta de los pueblos preexistentes.
Incluso sobre el final agrega: “… no tenés problemas limítrofes en el mundo…”, sería muy conmocionante decirle que acá nomás hay un diferendo entre Bolivia y Chile; para no hablar de la Franja de Gaza.
No vale la pena continuar con los otros consultados por Infobae por que más o menos dicen lo mismo.
Pero podríamos dar un ejemplo más para ver “errores”, “olvidos”, incluso, “desconocimientos”. El mismo portal, durante la Feria del libro, cubrió a varios de los disertantes del estand de TICMAS (aunque de esto ya escribí en mi artículo anterior[5], quiero rescatar, para lo que nos ocupa en éste, alguna cuestión puntual de deslizamiento de “errores conceptuales” en los reformadores, como vimos que sucedió con el propio consultor, asesor, innovador, vicepresidente de la Asociación de Graduados de la University of Chicago en Argentina). En este caso se trata de Judit Scheneider[6] “… responsable de Formación Docente del Instituto Nacional de Educación Técnica (INET), que disertó sobre los ‘Saberes digitales en la escuela del futuro’”, de acuerdo con lo que dice el portal[7], en cuya nota podemos leer que la responsable de Formación docente del INET dijo: «Ya no estamos más en el mundo de las TICs», siguió Schneider. «Las TICs han terminado: estamos en el momento de las TACs, las tecnologías del aprendizaje y la comunicación. Esto tiene que ver con que el sujeto ya no está centrado en las formas de enseñar sino en las formas de aprender».
Pero parece que hay algunos “errores conceptuales” en los enunciados de la responsable Formación Docente del INET, porque la aparición de las TAC’s no hacen desaparecer a las TIC´S puesto que para que existan las primeras, necesariamente deben existir las segundas.
Las TIC´s son las Tecnologías de la Información y la Comunicación y la TAC´s son las Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento, éstas son las que se nutren de las anteriores para poder para “conocer sus usos didácticos”.
Y más allá de esta suerte de triunfalismo tecnológico, incluso parece haber ciertas confusiones, en este caso en la expositora de marras.
“Las TAC tratan de orientar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) hacia unos usos más formativos, tanto para el estudiante como para el profesor, con el objetivo de aprender más y mejor. Se trata de incidir especialmente en la metodología, en los usos de la tecnología y no únicamente en asegurar el dominio de una serie de herramientas informáticas. Se trata en definitiva de conocer y de explorar los posibles usos didácticos que las TIC tienen para el aprendizaje y la docencia. Es decir, las TAC van más allá de aprender meramente a usar las TIC y apuestan por explorar estas herramientas tecnológicas al servicio del aprendizaje y de la adquisición de conocimiento”[1].
Como vemos existen “errores” en la forma de presentar lo que quiso exponer la responsable de la formación docente del INET, al igual que en las “percepciones” y/o “informaciones” del vicepresidente de la Asociación de Graduados de la University of Chicago en Argentina.
Como sea, estos “desaciertos” gozan de mayor gravedad intelectual porque generan sentido en el espacio del discurso público, intentan ser enunciados performativos, aunque, confrontados con la realidad, el propio movimiento pendular esquizofrénico de la reforma revela la vacuidad de sus argumentos.
* Profesor y Licenciado en Letras (egresado FFyL-UBA). Docente durante 30 años en la Escuela de Comercio 3 Hipólito Vieytes (CABA) de la que se retiró como Rector en 2015. Autor del Ensayo “La novela educativa o el relato de la alienación” (2005) con prólogo de Osvaldo Bayer y de numerosos artículos. Publicado recientemente, “La educación en la era corporativa (la trama de la desposesión)” un esfuerzo conjunto de Ediciones Herramienta y el Portal Contrahegemonía Web. Además es productor periodístico y columnista del programa radial “La Deuda Eterna”.