Por: Margarita Barrios.
En sus cinco graduaciones, las escuelas pedagógicas han formado a más de 21 000, lo cual ha permitido un completamiento de los claustros en las educaciones primaria, preescolar y especial
Cuando se habla de educación, la figura principal es sin dudas el maestro. Cuba tiene una tradición pedagógica de largo vuelo, sin embargo razones fundamentalmente económicas, más allá de algunos mitos, han roto paradigmas y han provocado que la vocación por enseñar haya quedado para muchos en el olvido, o en la sencilla frase de «eso no es para mí».
Diversas estrategias se han venido desarrollando en el país con el objetivo de lograr estabilizar el número de maestros necesarios, porque recordemos que estas cifras son altas pues aquí todos tienen derecho a la enseñanza.
Recientes declaraciones de Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, en el espacio radiotelevisivo Mesa Redonda dan cuenta que para el venidero curso escolar 2019-2020, el 94 por ciento de las plazas de maestros estarán cubiertas, cifra superior al año anterior en un dos por ciento. Como ya es habitual, las restantes necesidades serán resueltas con profesores contratados de la producción y los servicios, alumnos ayudantes de las universidades, entre otras variantes.
Así, poco a poco, la cifra del déficit va disminuyendo, mientras otro dato alentador citado por la Ministra fue que también el éxodo y la inactividad —profesores que solicitan licencia por diversos motivos—, son ligeramente inferiores a la etapa anterior.
Clave en estos avances son los graduados de las Escuelas Pedagógicas, que este año suman 4 086. En sus cinco graduaciones, esos centros han formado a más de 21 000, lo cual ha permitido un completamiento de los claustros en las educaciones primaria, preescolar y especial.
La iniciativa de abrir esos centros, donde comienzan estudios de manera temprana —al terminar el 9no. grado— y egresan con el nivel medio superior aprobado lo cual les permite matricular directo a la universidad, se ha convertido en solución para muchas de las carencias acumuladas por años.
Hoy unos 28 000 están sentados en las aulas de los 29 centros formadores, y en septiembre abren dos nuevas escuelas, una en el municipio Palma Soriano de Santiago de Cuba y la otra en Bejucal, provincia Mayabeque.
De los matriculados en las Escuelas Pedagógicas unos 4 000 cursan la especialidad de inglés para la Educación Primaria y más de 2 000 estudiantes se preparan para dar clases de algunas asignaturas en la educación Secundaria Básica.
Todavía no se cubren las plazas
Las cifras son alentadoras, pero no son suficientes. En algunos territorios la formación de maestros y profesores transita de manera natural, en otros el déficit acumulado y el rechazo de los muchachos se hace notar. También hay que contar con aquellos que comienza, pero no se gradúan, o quienes nunca ejercen.
Las mayores dificultades están en el acceso a la licenciatura en carreras pedagógicas por parte de los alumnos que culminan el 12 grado. Este año egresan de ese nivel de enseñanza 1 189, los cuales se ubicarán fundamentalmente en las escuelas pedagógicas y los institutos preuniversitarios Urbanos y de Ciencias Exactas.
Al respecto, Velázquez Cobiella precisó que ya se han otorgado 4 421 plazas para las universidades, cifra superior al curso anterior, pero, además, hay una mayor apertura en las disciplinas de mayores necesidades, como son las ciencias.
Ante tales dificultades el país ha ideado diversas estrategias para formar licenciados, las cuales ofrecen facilidades para el acceso. Por ejemplo, la no realización de pruebas de ingreso para quienes desean matricular en Curso por Encuentros —antiguo Curso para Trabajadores— el cual tiene hoy una matrícula superior a los 35 000 estudiantes, la mayoría de ellos profesores en ejercicio que buscan elevar su capacitación.
También la creación de los Colegios Universitarios Municipales, que acercan las clases al lugar de residencia de los maestros en ejercicio. Otra iniciativa que da buenos frutos son los Cursos de Habilitación de dos años, ahora convertidos en Programas de Ciclo Corto, del cual egresan este año 538 y se suman a las aulas en el próximo curso escolar.
Igualmente, la Ministra destacó que hay una proyección superior en la matrícula de estudiantes que ingresarán en los Colegios Pedagógicos Universitarios lo cual es garantía de mayor ingreso en el curso regular diurno de las carreras universitarias pedagógicas en el curso 2020-2021.
Para la Educación Técnico Profesional (ETP) en el próximo curso escolar, la doctora Ena Elsa puntualizó que 4 957 especialistas de la producción y los servicios impartirán clases, así como 5 236 profesores de los centros se reciclarán por las empresas para actualizar sus conocimientos y desarrollo de habilidades.
Todas estas diversas maneras de formación, más el traslado de docentes de una provincia a otra y la utilización de alternativas para suplir la falta de un maestro en el aula trae aparejado un amplio abanico de niveles de preparación. Por ello, que los maestros se superen, así como la preparación metodológica impartida con calidad y dirigida por aquellos con mayor experiencia, son fundamentales en aras de elevar la calidad de las clases que se imparten.
Decir maestro es incorporar de manera aleatoria la palabra sacrificio. Y no es menos cierto. Pero no es la única profesión que lo requiere y esta, al menos, tiene a su favor el reconocimiento de cada familia que le entrega lo más preciado, sus hijos.
Fuente del artículo: http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2019-07-05/los-maestros-que-hacen-falta