Diego Maldonado/DiariodelaEducacion
Tres jóvenes saltan al mismo tiempo. Lo que no sabe el del medio es que, cuando esté en el aire, los otros dos le harán perder el equilibrio de una patada y se caerá de espaldas, mientras un tercero lo graba para colgarlo en las redes.. Desde inicios de febrero, esta broma denominada “el rompe cráneos” se ha multiplicado entre jóvenes en plataformas sociales como TikTok, Instagram o Facebook. El fenómeno se ha reproducido en España, México, Colombia, Chile, Ecuador, Guatemala, entre otros países.
La condena hacia este reto viral no se ha hecho esperar. Como en otros casos anteriores se lanza una alarma sobre los peligros de las redes sociales para los adolescentes, seguido de una serie de pronunciamientos en medios de comunicación, instituciones educativas, parlamentos e incluso gobiernos. No obstante, pasada la alarma, el problema de raíz no se aborda y se repite, como ya ha pasado con otros retos como “la ballena azul”, “la ruleta sexual” o “el momo”, que fácilmente se puede encontrar en internet.
A esto se suma otros riesgos, como cuando los jóvenes se hacen fotografías en lugares inadecuados, como en terrazas o en eventos masivos. Algunos de estos autorretratos terminan en accidentes fatales, este es el caso de la chica de 14 años que falleció, la semana pasada, al precipitarse en un edificio de Ciudad Líneal en Madrid.
Organizaciones, entidades públicas y privadas han desarrollado iniciativas para combatir la desinformación, advertir sobre los riesgos de prácticas peligrosas en internet y desmentir la gran cantidad que fake news que circulan diariamente en portales en línea. Muchos de ellos se han enfocado en generar conciencia sobre el uso responsable de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, así como abrir espacios de diálogo para adolescentes, en donde puedan compartir sus criterios y resolver dudas con profesionales.
Qué hacer frente a los retos virales peligrosos
El abordaje de estos temas representa un reto para los adultos que están alrededor del adolescente. Jaume Funes, psicólogo educativo, y José Ramón Ubieto, académico en psicología de la Universitat Oberta de Catalunya, coinciden en que los desafíos siempre han estado asociados a la adolescencia. Ubieto explica que el camino de la infancia a la edad adulta implica atravesar “ritos de pasaje”. Por medio de ellos, se busca superar una prueba y, debido a la propia naturaleza del desafío, lo esperado es que se den al margen de la familia.
Los jóvenes construyen identidades en distintos espacios, más allá de que se generen en un mundo analógico o en frente a las pantallas de los teléfonos móviles. Averiguar qué valor tiene para ellos cada uno de estos espacios resulta fundamental para advertir si existe algún riesgo. Sin embargo, existen algunas asimetrías que se deben considerar. A diferencia de otros espacios analógicos, las redes sociales pueden generar un efecto de “cámara de resonancia”, por la tendencia a unificar opiniones, como lo explica Ubieto: “Los propios algoritmos que rigen en la realidad digital tienden a la repetición de lo mismo. Esto hace que si uno busca dudas sobre la anorexia encontrará muchas opiniones que ratifiquen su primera opinión”.
Los jóvenes tienen la necesidad de explorar y descubrir los límites. Ante ello, los psicólogos recomiendan estar pendientes de sus inquietudes y abrir canales de diálogo. Desaconsejan censurar el uso de las tecnologías porque puede resultar contraproducente. Como senñala Funes, “el problema no es internet. La mayoría de adultos pasan de la vida de los adolescentes y hay que saber quién escucha o no en el mundo virtual. Ellos perciben cuando un tutor está cerca de ellos”.
El testimonio es la mejor aportación
Los profesionales insisten en que el diálogo sincero y un acompañamiento empático pueden ser acciones de gran ayuda para comprender sus dudas y llegar a acuerdos. En este diálogo se puede desarrollar una visión crítica sobre los problemas de los espacios digitales y acordar reglas de convivencia que estén acorde a los valores de su comunidad y de ellos mismos.
Es recomendable que los padres y los tutores construyan un canal regular de comunicación con los adolescentes en donde los adultos puedan compartir sus propios testimonios, en lugar de echar un sermón o, en el peor de los casos, obviar el tema y no decir nada. Ubieto aconseja mantener conversaciones informales que permitan conocer la posición y opinión de los jóvenes sobre las problemáticas que los enfrentan, antes que juzgar las acciones desde la autoridad.
“La manera de introducir una responsabilidad es poner atención a sus preocupaciones. La mejor aportación que pueden compartir con sus hijos es el testimonio de lo que fue para ellos (los padres) la adolescencia”, señala el profesor.
Una iniciativa contra la malinformación
El desarrollo de conciencias críticas y responsables, desde las edades más cortas, ayuda a corresponsabilizar a los chicos con su entorno y con ellos mismos. Esto se vuelve más que oportuno frente al crecimiento de las fake news y los contenidos nocivos en internet.
Revista Escolar Digital (RED), de la organización Blue Globe Media, es una propuesta que busca acercar a los adolescentes a la estructura real de un periódico y brindarles responsabilidades sobre la información, a través del tratamiento de géneros periodísticos como noticias, opiniones y entrevistas.
Ada Sanuy, periodista y coordinadora del proyecto RED, explica que su proyecto es un “mix de educación y periodismo” que busca hacer partícipes a los más jóvenes de lo que pasa en el mundo y desarrollando un sentido de empatía en ellos y su entorno.
Se distribuyen las distintas tareas de una redacción: aprenden a trabajar en equipo, desarrollan sus opiniones e informaciones sobre los temas que les interesa posicionar; y comprenden la importancia de verificar y responsabilizarse de los contenidos publicados.
Los chicos, a través de esta iniciativa, desarrollan algunas destrezas que les permite ser agentes de cambio en sus grupos y frente a distintas temáticas, como la malinformación que hay en internet. En este sentido, se desarrollan talleres para fortalecer el sentido crítico y detectar fake news.
Sanuy, al igual que los psicólogos consultados más arriba, opina que las familias tienen un papel preponderante, dado que la tecnología se ha convertido en “la nueva niñera” de los chicos. “Los padres deben consumir con ellos los contenidos, así aprenden juntos de los nuevos riesgos, es importante que el padre o la madre sepa lo que está pensando su hijo y cómo ve el mundo”, sostiene.
En el proyecto RED participan más de 1.000 alumno cuyas edades van de 5º de primaria a 4º de ESO, de Cataluña, Madrid y Bilbao. Cada centro educativo tiene su propio diario digital, denominado Junior Report. Se espera que el proyecto se expanda por el resto de España.
Espacios para aprender y resolver dudas
En línea con los esfuerzos de prevención de riesgos, varias organizaciones desarrollan proyectos para advertir a los adolescentes de los peligros existentes en internet y fomentan una reflexión sobre el contenido que se sube a la red. A continuación, cuatro espacios para resolver dudas:
PantallasAmigas: Proyecto para la promoción del uso seguro y saludable de internet y fomento de la ciudadanía digital con niños, adolescentes y padres de familia. El portal cuenta con recursos educativos para enfrentar situaciones de riesgo como el grooming, cyberbullying, sexting, etc.
Dialogando: Espacio de información y recomendaciones para el uso responsable de las tecnologías y su influencia en temas como los videojuegos, las redes sociales, etc. El portal se especializa en información para padres.
Revista XQ: Es un digital sobre temas de actualidad dirigido a adolescentes, noticias escritas con un lenguaje didáctico y con todo el contexto que muchas veces los medios no incluyen porque lo dan por sabido. Una herramienta para que los docentes ayuden a sus alumnos a diferenciar el periodismo de calidad del amarillismo y las fake news.
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Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/03/18/adolescentes-y-retos-virales-el-desafio-es-tambien-para-las-familias/