Manuel Pinto: “No estábamos habituados a ver a los líderes de un país publicitar la desinformación”

Por AikaEducacion

Con más de tres décadas dedicadas al periodismo y la investigación académica sobre la historia de los medios y la alfabetización mediática, Manuel Pinto es una de las voces más autorizadas para hablar sobre el tema. Para el también doctor en ciencias de la comunicación y catedrático de la Universidad portuguesa de Minho, la relevancia de inculcar el espíritu crítico de las personas es más necesario que nunca, en contextos como el actual, con bulos, redes sociales y líderes que mienten y coronavirus. En el marco del webinar sobre “El periodismo de calidad en la era de la desinformación”, organizado por la Unesco y la Universidad Autónoma de Barcelona, el experto nos habla sobre el rol de los medios y la alfabetización mediática.

  1. En tiempos de bulos y coronavirus, la alfabetización mediática se hace más indispensable que nunca, ¿cómo ve usted su desarrollo y de qué manera incorporarla en la educación regular fortalecerían la democracia?

Creo que es más fundamental que nunca, porque son tiempos en los que es más clara la necesidad de una información de calidad para que los ciudadanos tomen las decisiones necesarias para su seguridad y la de los demás; y hemos visto muchos problemas en este punto. Esta crisis también ha impactado en la comunicación de las personas, lo que implica un cara a cara. La tecnología disminuye el distanciamiento, pero es fundamental estar juntos. Y esto evidencia el problema de la comunicación y la información como parte de este proceso.

En ese sentido, que es importante trabajar no solo en la escuela, porque si tú estás confinado ahora en otros espacios, es necesario desarrollarlo en donde la gente está.

Además hay otros aspectos como la importancia de la comunicación y la información como servicio público, que se impone como uno de los temas fundamentales en esta crisis. Quizás hemos ido muy lejos en lo que es privado, el mercado y falta subrayar más las dimensiones de lo que es público, lo que es encuentro, comunicación e información de calidad.

2. En especial, la información de calidad, porque ahora, además de la pandemia, hemos visto una infodemia o dispersión de bulos y muchas veces la gente no está preparada para detectar la mentira, en ese caso, la alfabetización mediática sería útil para prevenir.

Claro, y sobre todo también porque hasta hace poco no estábamos habituados a ver a los máximos responsables de un país publicitar la desinformación y la mentira, contradiciendo todo lo que la ciencia y los expertos de la salud nos aconsejan. Esto cambia totalmente la situación. Por ello es necesario al menos denunciar, no divulgar, no ampliar por muy extraño o tentador que sea compartir cosas absurdas, que además son peligrosas para la salud y la vida.

3. La desinformación a veces puede venir de grupos con intereses ideológicos o políticos, de ciudadanos que replican contenidos falsos o de los propios periodistas, cuando no hacen una adecuada verificación, ¿cuál grupo es más nocivo y cómo contrarrestar su actuación? 

A estos grupos yo le añadiría también el de las agencias, especializadas en producir y difundir el virus de la mentira y la desinformación, recurriendo a bots y otras tecnologías para diversificar y ampliar el efecto de la mentira. Pero, agentes podemos ser nosotros también por curiosidad o para provocar la risa. Con este comportamiento, el problema de la desinformación también parte de nuestro lado, entonces, ¿de qué manera nos comportamos delante de la información que nos llega, en términos de verificación? ¿qué preguntas es necesario saber hacer para, al menos, no hacer las cosas de forma ingenua?

De otro lado, creo que son más nocivos los Estados y la lucha de intereses de los gobiernos y los complejos industriales y de poder, porque emplean políticas para contrariar y defender la ciudadanía, sugiriendo que esto va a resolver todo. Pero en la información y otras dimensiones una ciudadanía diversa hace falta para contrapesar, mejorar la calidad de vida que hoy no se trata solo sobre los alimentos o ciudades. Es también cómo la construimos y también es una lucha por la alfabetización mediática, que es una lucha por la verdad.

4. La academia y las facultades de comunicación, ¿qué están haciendo en materia de alfabetización mediática y cómo pueden contribuir a mejorar la formación de los periodistas?

Bueno, yo creo que se está desarrollando algo. Por ejemplo, en mi país, es interesante que la última cosa que hemos hecho, en mi caso, ha sido colaborar en la formación de profesores. El Sindicato de Periodistas de Portugal con el apoyo del Ministerio de Educación y el soporte del presidente de la República ha desarrollado desde hace casi dos años un proyecto de formación de profesores para debatir este tema de desinformación y contactar el mundo del periodismo con la escuela. Esto hace 3 o 4 años atrás era impensable. El sector del periodismo se ha dado cuenta que la educación es estratégica para desarrollar la valoración del rol de una información de calidad y los periodistas quieran o no quieran son formadores, cuando hacen bien o su trabajo o cuando lo hacen mal.

5. Y claro, los medios y los periodistas tiene un rol social educativo, pero a veces el discurso que usan genera prejuicios o desinformación. Aquí es vital el rol de la universidad y la academia.

Esta crisis ha evidenciado el rol de las ciencias sociales, porque para comprender lo que está pasando no basta una perspectiva psicológica centrada en el individuo, si no que es necesario comprender las relaciones de todo tipo. En nuestras sociedades se ha puesto en evidencia la desigualdad social. Por ejemplo, la de los que pueden hacer cuarentena y los que tienen que continuar trabajando. Otro ejemplo, el virus afecta más a los descuidados por nuestras sociedades, como los adultos mayores. Y después, el problema de la desigualdad en el trabajo doméstico, porque hemos visto muchos problemas en la participación de los hombres y es importante que no se concentre solo en las mujeres. La crisis ha expuesto estas desigualdades, que están conectadas con desigualdades sociales, de capital económico y cultural.

6. ¿Cómo manejan los medios su interacción con las audiencias, incentivan una perspectiva crítica, la limitan o direccionan? ¿qué papel deben de cumplir en los tiempos actuales?

Han confiado en expertos para difundir información veraz y procurar respuestas que la gente tenía y han trabajado con los grafismos para graficar además de relatar la información. Pero, no he visto mucha innovación desde un cambio de perspectiva, como escuchar más a la gente. Por ejemplo, han cubierto como la gente pasaba la cuarentena en la habitación. Pero siempre cogían casos de parejas y familias de clase media; en donde las cosas estaban bien, con muchas tecnologías, la gente no estaba enfadada y esto se alejaba de lo que sucedía. Yo he visto, por mis estudiantes, que estaba siendo muy difícil la vida por distintas razones, lo que distaba mucho de la pintura que mostraba la televisión sobre la cuarentena.

7. ¿En los demás medios, como radio, la prensa escrita o digital, ¿cómo han atravesado la cuarentena?

Esta crisis ha sido casi mortal para los periódicos de papel. No sé si van a recuperar, porque el no poder distribuir sus ediciones y la gente no poder salir para comprar representa mucha más dificultad de la que tenían con la caída de la publicidad. Ha sido un golpe muy hondo.

En el caso de la radio para mí está siendo una sorpresa interesante, porque parecía que sería un medio a desaparecer, pero hay experiencias interesantes de atención, de cambio de proceder en este medio, que trabaja sin imágenes y debe construirlas en la mente de sus oyentes. Creo que es un medio del futuro y los podcasts lo muestran. Hay un lugar para esta forma de comunicación para este medio que responde mucho más a la interioridad que a la exterioridad.

8. Las redes sociales son, en varias ocasiones, fuente de información y de difusión de los ciudadanos, ¿qué problemas observa a partir de este contexto y qué recomendaría?

Las redes sociales son una herramienta que puede ser usada de muchos modos. Hoy, mucha gente se informa a través de ellas y esto es un riesgo muy grande cuando no se está habilitado para discernir lo que se encuentra. De otro lado, es un sitio fenomenal desde el punto de vista de compartir contenidos, ideas, temas a los que de otra forma no tendríamos acceso. Como todos los medios comunicativos, debemos ser responsables en el uso de esta herramienta, percibir sus limitaciones y la lógica que está por detrás de cada red social. Este es un reto importante para la alfabetización mediática. Entender que detrás de la pantalla hay un mundo de intereses y estrategias que trabajan con nuestra atención, equipos, tiempo y lo venden. Hacen dinero con nosotros y vivimos como si fuéramos libres, creativos en nuestro espacio sin esta perspectiva. Hace falta comprender, por ejemplo, ¿por qué Facebook ha creado Instagram o WhatsApp?, ¿cómo es la génesis, el desarrollo de estos grandes poderes mundiales? Estas perspectivas están poco presentes.

Fuente: http://www.aikaeducacion.com/destacados/manuel-pinto-no-estabamos-habituados-a-ver-a-los-lideres-de-un-pais-publicitar-la-desinformacion/

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