Europa/Reino Unido/02 Julio 2020/lavanguardia.com
Tras el intento fallido del Gobierno británico para que los centros abrieran totalmente ya en mayo y junio, los colegios se preparan ahora para septiembre con escollos
La educación importa y con el virus también, aunque las dificultas son grandes. Pensemos en cuerpos y espacios, mentes y dinero. Añadamos ideología.
Hay muchos retos y dilemas en esta “nueva normalidad” educativa interrumpida por la Covid-19 desde todos los puntos de vista: logístico, presupuestario, plan de estudios y la intervención del estado por la educación universal como bien social.
Estamos en una escuela de Primaria, en concreto, grabamos esta videocrónica en la clase de “las arañas” del Sr. Shucker en Holy Trinity CoE Primary School, en Stratford-upon-Avon,
■ Cuerpos y espacios: ¿cómo metemos a los alumnos seleccionados en estas aulas disponibles? Tiene que haber dos metros entre uno y otro. Separamos los pupitres. Se mantiene el modelo doble, presencial y digital o virtual, ¿pero por cuánto tiempo? ¿Usamos mascarillas o no? 8-10 niños por clase: ¿metemos más? Cada niño tiene sus materiales que no puede compartir.
■ Movilidad restringida. Cada grupo en su aula, o “burbuja,” que este colegio llama “reino,” tiene un profesor fijo, que no es necesariamente el ordinario. Los grupos (niños y adultos) no se pueden mezclar. Si uno muestra síntomas de la Covid-19, la burbuja entera se tiene que ir a sus casas por catorce días. La apertura parcial sólo tiene tres cursos de siete y sólo vienen al colegio dos días a la semana. Los restantes asisten a las lecciones virtuales con apoyo de padres por ser menores de edad. Hay niños que no han vuelto al colegio desde marzo.
Me consta que hay tutorías individuales y que el colegio realiza esfuerzos ímprobos con los estudiantes y las familias más vulnerables. ¿Quién planea y coordina estas lecciones? ¿Quién corrige? ¿Cómo se evalúa? ¿Cómo se atiende la transición de un curso a otro en esta situación tan anómala?
La mitad de estudiantes asiste ahora a las clases, pero sólo un par de días a la semana”
Los números totales del colegio son grandes, unos 400 niños, con sus 800 padres, 50 profesores, más la delegación educativa y la ciudad de Stratford con todas sus peculiaridades y exigencias.
Coordinar todo esto es complicado. Con el virus, más. Hay que prestar mucha atención a la logística de las pautas y normativas, sobre todo con los menores de edad.
El colegio nunca cerró. Estuvo abierto desde el comienzo de la Covid para los hijos de los trabajadores llamados cruciales. Éstos forman una burbuja aparte que incluye todos los años lectivos y con profesores flotantes.
Hay rotaciones de profesorado, secretariado, mantenimiento y limpieza. Las entradas y salidas del centro se hacen de forma escalonada.
Ha habido un primer intento fallido forzado por el gobierno que quiso una apertura total para mayo y junio, cuando la cifra de muertos por el virus era todavía elevada”
Hubo una fuerte presión en la gestión de los colegios para habilitar esta vuelta, que se hizo inviable. Nos veremos en setiembre.
■ Dinero: ¿dónde está? Una década de recortes ha dejado las arcas vacías. ¿Qué hacer si se necesitan suplencias? Me consta que este colegio está coordinando con un hotel cercano para habilitar más espacios. ¿Cómo pagar esto? ¿Cómo hacer si se necesita un sicólogo o dos? ¿Intentamos recuperar el tiempo perdido: ponemos tutores? ¿Se puede compaginar bien la pedagogía presencial y la virtual, y por cuánto tiempo, con niños pequeños? ¿Son los adolescentes mejores?
Me consta que este colegio ha montado plataformas en Facebook, incluso su propio canal televisivo, como extras educativos. ¿Estamos todos felices en Zoom?
■ Planes de estudio. Ya con estos repartos de algunos cursos en las aulas disponibles, ¿cómo mantenemos la calma e impartimos las lecciones? ¿Cómo distribuimos las materias? ¿Cómo hacemos la corrección? ¿La evaluación? De momento, los inspectores no hacen sus inspecciones.
Habrá que abrazar la flexibilidad en todos los órdenes si queremos que esto no sufra, ya que no sabemos cómo se va a comportar el virus en los próximos días, semanas, meses o tal vez años.
De momento, hay series de rotaciones de todos los niveles escolares con desigual actividad presencial y digital. ¿Por cuánto tiempo? ¿Cómo cuidamos a los alumnos ausentes? ¿Qué criterios usamos para dar prioridad a qué aspectos sobre otros?
El miércoles es el día de la limpieza a fondo. Hay menor asistencia, sólo los hijos de los trabajadores indispensables”
El sistema educativo del Reino Unido está fuertemente centralizado, si bien las cuatro naciones (Gales, Escocia e Irlanda del Norte) tienen competencias educativas desde la época de Tony Blair.
Hay, por lo tanto, desigualdades y diferencias de todo tipo y ha habido desobediencias del gobierno central, sobre todo en regiones inglesas laboristas, por ejemplo, Liverpool o Manchester.
Si la norma ha sido congruente o no, convincente o no, cambiante, dubitativa o kafkiana, la acompañan muchas excepciones y las hay para todos los gustos.
Y, finalmente, no nos olvidemos del nivel ideológico, que es peliagudo. El periódico The Observer (21 de junio) llama la alarma con la crisis de sanidad mental infantil sin precedentes que viene. Y lanza “un manifiesto para los niños.” Pone ocho exigencias o peticiones, tirando siempre de las arcas estatales:
■ 1/ subvención de todas las guarderías, porque de lo contrario van a la bancarrota;
■ 2/ planes detallados para que la apertura en setiembre sea convincente, después de la pifia de mayo y junio;
■ 3/ que haya campamentos de verano y un buen sistema de tutorías para setiembre, ¿y para unos o para todos?, ¿para ahora o para el curso entrante?;
■ 4/ que haya uno o dos sicólogos por colegio por esta misma crisis de salud mental, infantil y adolescente, que se avecina;
■ 5/ el periódico se atreve a subir a la educación superior y sugiere nada más y nada menos que un recorte de las tasas universitarias;
■ 6/ que haya algo así como un servicio social remunerado para los jóvenes, y apelan al sentido cívico, una especie de formación profesional;
■ 7/ ayudas extras para los niños y las familias más vulnerables;
■ y 8/ instan a un compromiso gubernamental por igual con la educación universitaria y la formación profesional de los jóvenes de 18 años para arriba.
The Observer critica la gestión poco convincente del gobierno y no elogia tampoco a la oposición. Quiere proteger la educación y la formación profesional desde las guarderías hasta los 18-25 años (la educación obligatoria llega a los 16 años y la entrada a la universidad es normalmente a los 18).
¿Vendrá todo este dinero del Estado ahora mismo apretado por la Covid? No olvidemos que el Brexit agrava la situación ya perniciosa”
Es concepción socialdemócrata ver la educación como un bien social de cobertura universal dentro del formato nacional. La primaria y secundaria son gratuitas en el Reino Unido. Y ve esta concepción al Polifemo del Estado como el buen pastor protector y proveedor, también como factor ordenador ineludible.
¿Y si el ojo de Polifemo londinense no lo ve todo? ¿Y si no cumple? ¿Damos contratas? ¿Privatizamos? ¿Qué hará el virus con las desigualdades existentes? ¿Y si la misma idea de bien social en contexto educativo ya no es obvia, y se “americaniza” (por ejemplo, se privatiza)?
La Covid ya desata dilemas ideológicos. Loable esfuerzo por parte de The Observer. No va a ser nada fácil. Nos vemos en setiembre.
El testimonio
Joanne Herrero
Joanne es la directora del colegio Holy Trinity Church of England de Stratford vinculado a la Iglesia homónima relacionada con William Shakespeare.
— “Hola, soy Jo, la directora del colegio. Hemos abierto el colegio desde el principio del confinamiento, incluso durante las vacaciones. Al principio, lo hicimos sólo para los hijos de los trabajadores llamados esenciales (hospitales, bancos, etc.)”.
“Ahora tenemos más niños, tres años escolares, unos 180 niños de un total de 400. Hay grandes dificultades. Tenemos unos 8 por aula y hay unos 60 por año académico. Necesito muchos colegas, sólo para cubrir un año lectivo y son tres años. Y necesitaremos más”.
“Uso el edificio del colegio a tope con sólo tres cursos y los alumnos de aquellos que trabajan en trabajos imprescindibles [estipulados como tal por el gobierno]”.
No tengo el personal suficiente y ha habido todo tipo de presiones en primaria [y secundaria]”
Las normas actuales no nos permiten aceptar a más cursos”
“El edificio simplemente no da para más. Y las normativas cambian todo el tiempo y son diferentes para Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte”.
“Ha habido 41 cambios [en las últimas semanas]. Nos obligan a informar una y otra vez a los padres y a los colegas y hay nerviosismo y confusión a menudo”.
“A pesar de todas estas dificultades, da gusto ver a los niños de vuelta al colegio y confiamos que podamos volver a la normalidad en setiembre, siempre que el nivel de contagio siga a la baja.”
■ A continuación, reproducimos el vídeo del testimonio de Joanne Herrero en versión original en inglés:
El Daily Telegraph, periódico volcado con Boris Johnson, anuncia en portada el relajamiento del distanciamiento social en los colegios, la creación de burbujas más grandes… Quedan otras muchas cuestiones pendientes.
El ministro de educación, Gavin Williamson, al que se le conoce el gusto truculento de la “tarántula en la oficina” suena en la posible remodelación del gobierno para después del verano.