Pedagogía de la Humildad

Artículo Otras Voces en Educación
Pedagogía de la Humildad
Venezuela/febrero 2016/Autor: Oscar José Fernández Galindez

Pedagogía de la Humildad

    El ego es nuestro peor enemigo. Nos hace creer que porque tenemos lo que otro no tiene, que porque creemos saber lo que otro no sabe o porque expresamos sentir lo que otro no expresa, somos superiores y/o mejores. La competencia es la mejor arma del ego. Esta es utilizada como estímulo por muchos empresarios para mejorar (supuestamente) el rendimiento de sus trabajadores. Y es que para ellos si funciona pues la lógica capitalista es esencialmente egoísta. La búsqueda de las mayores ganancias, nos hacen apartarnos de todos y creernos los mejores del mundo, la arrogancia de creernos los elegidos o los sabelotodo aun cuando este comportamiento no genere de forma directa bienes de fortuna, es quizá más peligroso que la mera competencia por el capital, pues dicha arrogancia arrastra fácilmente a otros y los separa de sus objetivos originales. No se trata de creernos menos pero tampoco. Si bien es cierto que la diferencia desde el punto de vista de la percepción y la experiencia existe, esto no nos hace superiores o inferiores, sólo debe conducirnos a reconocer que todos necesitamos algo del otro, pues la verdadera superación. La verdadera evolución. Está en la cooperación y no en la competencia. Ser humildes no es dejarse aplastar por otros, eso es ser tontos y/o de baja autoestima. Ser humildes significa entender que todos estamos en un proceso y que al final todos buscamos la felicidad. También es cierto que hay personas que están tan enfermas que ya no se puede dialogar con ellas. Pero esas son minoría, la gran mayoría busca el amor, la armonía y la felicidad. Aun cuando la confusión las haga actuar equivocadamente. Sólo mirando más allá del ego podremos salir adelante. Todos tenemos un espacio y una responsabilidad en este mundo. Y los bienes materiales no nos hacen mejores o peores. Quizá la excesiva acumulación de bienes materiales nos haga peores. Pero no por los bienes mismos, sino por la arrogancia, la prepotencia, que se genera desde y a través del ego que nos aísla y nos confunde.

Oscar Fernández Galindez Educador e Investigador

osfernandezve@hotmail.com

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