Por: Carlota Fominaya
En función de las horas al día que le puedas dedicar, y también el tiempo que quieras estar, hay oposiciones a las que no se pueden acceder, reconocen los expertos.
Opositar está en el horizonte vital de muchas personas pero cada vez que alguien cruza el umbral del despacho de Jesús Martínez, jefe de Estudios del Centro de Estudios Financieros (CEF), para ver qué opción les recomienda, este les hace una pregunta que, a la postre, es determinante para dibujar la trayectoria de estudios de ese futuro alumno: «¿De cuánto tiempo dispones?». «El tiempo es un factor determinante, aunque no condicionante, para preparar una oposición, más que la edad o la capacidad. En función de las horas al día que le puedas dedicar, y también el tiempo que quieras estar, hay oposiciones a las que no se pueden acceder», reconoce.
«Aunque tampoco es lo mismo que se presente es una persona de treinta y tantos con obligaciones o cargas familiares, que un joven de 23, 24 años con dedicación exclusiva. Como tampoco es lo mismo haber realizado previamente una carrera de Humanidades que disponer de una licenciatura de Derecho o Administración de Empresas», matiza.
Para alguien con dedicación exclusiva: A1
En cualquier caso, si la persona que entra en su despacho asegura que puede sacar 40 horas de estudio semanales, la recomendación del jefe de estudios de CEF sería optar por una oposición A-1. «Son aquellas que tienen como requisito académico el grado. Se trata siempre de oposiciones superiores como, por ejemplo, a inspección de Hacienda, de Trabajo, jueces, letrados de la administración de Justicia, o inspectores del Banco de España».
Estas oposiciones, prosigue este experto, «requieren dedicación exclusiva. ¿Qué supone eso? Que algunas suponen una horquilla de entre dos y cuatro años de estudios con una matización: que suelen estar más cerca de los cuatro que de los dos. Y que las oposiciones a Juez, Fiscal, Registrador de la Propiedad o Abogado del Estado se pueden considerar a partir de los 6 años de dedicación que se pueden convertir incluso en 9 o más».
Por eso, admite Martínez, «para una persona que tiene que conciliar la vida personal con la oposición, salvo que lógicamente tenga no menos de 35 horas de estudio, que es difícil, lo aconsejable es que no se presente a una oposición de grupo A-1».
Para quien dispone de 25 horas de estudio: A2
Para aquellos que se encuentren en el entorno de las 25 horas de dedicación a la semana, lo aconsejable, indica el experto del CEF, «es que se dirijan a una oposición de grupo A-2 de cuerpos de gestión: técnicos de gestión, gestión del Estado, técnico de Auditoría, técnico de Hacienda, gestión procesal….», enumera.
La ventaja de las oposiciones A2, apunta Martínez, «es que están compuestas por un temario más corto, que se mueve entorno a 60, 80 temas, y fundamentalmente carecen de prueba oral. Las pruebas son todas escritas. Primero se realiza un test de criba, luego un segundo ejercicio que suele ser un tema escrito o pregunta corta, y luego un tercer ejercicio que suele ser un caso o un supuesto práctico que puede ser de carácter económico o jurídico».
El tiempo para preparar estas oposiciones para una persona que tiene que compatibilizar con su familia «no es menor a dos años», apunta. «Si por contra se presenta un joven de 25 años que no se tiene que preocupar más que de estudiar, y que encima es riguroso, disciplinado y se exige personalmente, podría aprobar incluso en poco más de 12 meses», asegura.
Sin dedicación exclusiva: C1
¿Qué ocurre con aquellas personas que tienen que conciliar o que no tienen dedicación exclusiva pero quieren opositar? «Estas personas se suelen encontrar con dos situaciones: primera, que no tienen 24 años, sino una media entre los 40 y los 45 años y, segunda, que no tienen de todo el tiempo del mundo. Recomendaría el grupo C1, que tiene como requisito académico el Bachillerato, haber realizado BUP, ciclos de grado superior, y se pueden optar a cuatro grandes cuerpos: Administrativo del Estado; Tramitación Procesal (Justicia); agentes de la Hacienda Pública y Ayudantes de Instituciones Penitenciarias».
El grupo C1, explica Martínez, «está compuesto de programas más cortos, que suelen moverse entorno a los 40 temas, aproximadamente pero también tiene un “handicap”. Porque al igual que no hay crimen perfecto, no hay ninguna oposición perfecta, y el ratio entre número de instancias que se presentan y el de las plazas ofertadas es mucho peor. Es decir, que aunque el temario es mucho más accesible, hay más competitividad».
En particular, prosigue este experto del Centro de Estudios Financieros, «nosotros a aquellas personas que tienen el título de grado le solemos recomendar más un grupo A2 que un grupo C1, primero porque tiene mejor ratio y menos competitividad, y segundo porque los contenidos del programa C1 están incorporados incluidos en el programa del A2. Es decir la gente que se presenta a Gestión Procesal, absolutamente todos se presentan a Tramitación. y al revés, la gente que se presenta a gestión del Estado, a cuerpo administrativo. Tienen dos posibilidades».
Menos de 20 horas de estudio semanales: C1 o C2
Para aquellos que disponen de menos de 20 horas de estudio y dedicación a la semana, Martínez recomendaría optar por un grupo C1 o C2, de auxiliar de la Administración del Estado, donde la titulación requerida para acceder es la de Graduado Escolar, Bachiller Elemental, Enseñanza Secundaria Obligatoria, FP de primer grado o equivalente.
Como Cuerpo General sus miembros realizan funciones comunes a la actividad administrativa, especialmente aquellas de carácter mecanográfico, de cálculo sencillo, archivo, registro similares.