Discurso en la entrega del Premio de Justicia Social otorgado por el Proyecto Democrático Paulo Freire de la Universidad de Chapman
Luis Bonilla – Molina
Buenas tardes
Quiero agradecer al Proyecto Democrático Paulo Freire por esta importante distinción, especialmente a las profesoras Anaida Colon-Muniz, Lilia D. Monzó, al maestro de pedagogos críticos Peter McLaren y a todo el equipo///
Agradezco a:
- la Facultad de educación de la Universidad de Chapman por cobijar la iniciativa que me otorga este galardón ///
- Melody González a quien le tocara la tarea de traducir mis palabras///
- Por supuesto a los y las compañeros del Fondo en Pro de la Justicia Social del Condado de Orange quienes luchan por los derechos de los y las inmigrantes y que hoy también reciben el premio colectivo de Justicia Social ///
- A los y las maestras de América Latina y el mundo quienes inspiran nuestro trabajo ///
También quiero agradecer a quienes soportan mi ritmo de trabajo, especialmente a Luz y a mis hijos, cuatro de los cuales están hoy regados por el mundo en condición de inmigrantes ///
Recibir un premio tan prestigioso como el que otorga el Proyecto democrático Paulo Freire es motivo de inmensa alegría rebelde. /// Lo entiendo como un reconocimiento al trabajo colectivo, un mensaje de estímulo a los numerosos equipos de trabajo con los cuales estoy vinculado, y muy especialmente al Centro internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación (CII-OVE) de Venezuela, a la Cooperativa de Educadores(as) e Investigadores(as) Populares Histórica (CEIP-H) de Argentina, al Movimiento Autónomo por la Emancipación (MAEEC) de Oaxaca México, la Universidad de Panamá, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la educación (CLADE), el Aquelarre de las Insumisas, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y los gremios docentes que forman parte del movimiento internacional en defensa de la educación pública y contra el neoliberalismo educativo, con quienes organizamos en medio de la pandemia, en septiembre de 2020, el Congreso Mundial de Educación. ///
Durante el año 2020 vivimos la más brutal ofensiva de las últimas décadas, del capital contra la educación pública, contra la escuela presencial. /// La pandemia del COVID-19 ha sido usada –y sigue siendo usada- para impulsar un modelo tecnocrático de educación virtual que dejó en solo un año, a millones de seres humanos sin posibilidad de continuidad del vínculo pedagógico. ///
Ahora, desde los foros económicos mundiales y el capital trasnacional, se nos habla de un reseteo o reinico educativo, una adaptación de los procesos de enseñanza aprendizaje a la nueva lógica del capital. /// Reinicio que amenaza a dividir al mundo educativo entre quienes tienen acceso al mundo tecnológico y quienes escasamente pueden acceder a un pupitre. /// El derecho a la educación va mucho más allá del consenso de los poderosos expresado en el ODS-4.
El año 2021 comienza en América Latina con el llamado a la vuelta a las aulas, algo que ya había ocurrido en algunos lugares a finales del 2020. /// Se habla del inicio de un modelo híbrido de enseñanza que combinará la presencialidad con la virtualidad. /// Pero esta vuelta se hace en condiciones terribles de profundización de las diferencias por origen de clase social, pues las escuelas a las cuales asisten los/las/les hijos(as) de los/las trabajadores(as), migrantes, madres de los sectores populares, no cuentan con la infraestructura mínima para enfrentar los desafíos educativos del siglo XXI. ///
La pandemia también nos mostró la importancia de la escuela pública PRESENCIAL y de sus maestros y maestras. La relación pedagógica en las aulas y en las educaciones populares demanda el encuentro, el diálogo y el aprendizaje compartido, algo que hacen millones de docentes en todos los territorios del mundo. /// Ninguna conexión, computadora ni inteligencia artificial puede sustituir el encuentro creativo que ocurre en las escuelas, ni la construcción conjunta de conocimientos. ///
Sin embargo, los y las educadores populares, los y las pedagogas críticas tenemos el reto de abordar de manera crítica nuestros enfoques previos sobre lo tecnológico, lo digital, lo virtual. /// No todas nuestras premisas eran correctas y eso nos invita al cambio /// La educación emancipadora demanda una epistemología crítica del mundo digital, desde la cual aproximarnos creativamente a lo nuevo, rompiendo con la instrumentalización que nos quieren imponer las trasnacionales de la tecnología y los gobiernos con mentalidad capitalista. ///
Este año se celebran los 100 años del nacimiento de Paulo Freire. ///Los trabajos del pedagogo brasileño iluminan a quienes trabajamos la ruptura con la reproducción cultural, tanto en la escuela como fuera de ella. /// Con Freire aprendimos a valorar el diálogo, el encuentro y la importancia de reconocer la voz de las personas explotadas y oprimidas. /// El esfuerzo de alfabetización de Freire sigue siendo monumental; una iniciativa para dominar los códigos del lenguaje escrito en la ruta para subvertir la dominación. ///
Hoy urge una nueva cruzada de alfabetización, tanto de la palabra escrita en clave de comprensión de la realidad opresora para transformarla y conseguir justicia social, como de los algoritmos digitales para evitar la prisión del instrumentalismo del consumo virtual. /// Esto no es fácil por la cultura instalada entre quienes resistimos al capital, de distancia respecto a lo tecnológico. /// Resistir al capitalismo cognitivo exige una alfabetización digital de los sectores explotados y oprimidos y en esa tarea los y las pedagogas críticas tenemos que llevar la iniciativa. ///
Muchos de los análisis críticos de la educación desestiman el impacto de las revoluciones industriales en lo educativo. /// El grueso de la producción teórica alternativa valora a la escuela y las educaciones en el marco de la primera y segunda revolución industrial. /// La reflexión pedagógica crítica sobre el impacto de la tercera revolución industrial era aún incipiente cuando nos sorprendió el inicio de la cuarta revolución industrial, que implica un giro de 180 grados en la dinámica educativa. /// Esto se vio de manera nítida en la crisis cognitiva que se generó con el paso abrupto a la virtualidad en el contexto del COVID-19. /// Muchos no sabíamos cómo actuar en un contexto tan distinto
Necesitamos un debate renovado sobre la escuela emancipadora en el contexto específico de la tercera década del siglo XXI y en el marco de la cuarta revolución industrial. /// Eso sí, nuestro lugar de enunciación para abordar este tema, tiene que ser el de les pobres, los y las marginadas(os), los excluidos, las feministas que luchan contra el patriarcado, quienes luchan por el derecho a la tierra y el agua, contra el extractivismo, … todo ello en oposición a quienes plantean narrativas educativas funcionales al capital y las grandes corporaciones. ///
Tenemos que pasar de la crítica al currículo reproductor a la descurricularización de las escuelas. /// Y eso es más fácil decirlo que hacerlo, porque el sistema lleva años convirtiéndonos en administradores curriculares, en pedagogos a quienes muchas veces se nos dificulta trabajar sin un currículo preestablecido. /// Descurricularizar la escuela es liberar los poderes creadores del trabajo compartido en el aula, como antídoto a la liberalización neoliberal. /// Ello demanda búsquedas urgentes de enfoques didácticos, evaluativos, de planeación, gestión y definiciones curriculares que sean armoniosos entre si y acaben con el Frankenstein de modelos contrapuestos que inundan nuestras escuelas, despedagogizando lo educativo. ///
El modelo de formación docente, de formación de formadores actual … esta caduco. ///Necesitamos una nueva formación de maestros y maestras que se fundamente en la lógica de los colectivos pedagógicos, del debate, la sistematización, la recuperación de los saberes pedagógicos y el diálogo con todos los integrantes de la escuela. /// Por ello la importancia de generar un encuentro armonioso entre pedagogías críticas y educaciones populares (en plural) para la formación crítica del magisterio. ///
De hecho, es un momento increíble de fusión entre los horizontes teórico-prácticos de las educaciones populares y las pedagogías críticas. /// La unidad del pensamiento educativo alternativo se muestra en lo escolar y lo comunitario, potenciando las posibilidades de encontrar las claves que nos permitan contribuir desde la educación, a cambiar las mentalidades, a transformar el sentido común de la sociedad del consumo, la competencia la mercantilización. /// Parafraseando a Freire decimos que lo importante es cambiar las prácticas de los hombres y mujeres que cambiarán al mundo. ///
La unidad de los gremios, sindicatos y pedagogos críticos en el 2020, para enfrentar al neoliberalismo educativo ha sido profundamente esperanzador. /// Es posible detener al monstruo de la lógica del capital con la unidad del magisterio. Están floreciendo caminos de unidad y esperanza en todo mundo. En hora buena. ///
Soy un discípulo de Simón Rodríguez y de Paulo Freire, dos gigantes de las educaciones populares que vivieron en distintos momentos históricos y enfrentaron a los poderosos de su tiempo. /// Ambos coincidieron en reivindicar el amor, la ternura, la risa, el abrazo, el juego libre, la solidaridad, la voz que increpa la injusticia en la educación. /// Es precisamente desde esa mirada que realmente nos podemos acercar a una noción de justicia social contemporánea. ///
Este premio que me otorga el Proyecto democrático Paulo Freire es un soplo maravilloso de aliento para seguir navegando en el mar de las resistencias anticapitalistas. Muchas gracias
Autor: Luis Bonilla – Molina
Fuente de la Información: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2021/02/24/discurso-en-la-entrega-del-premio-de-justicia-social-otorgado-por-el-proyecto-democratico-paulo-freire-de-la-universidad-de-chapman/