La película está impregnada de un optimismo juvenil con un formato que refleja sutilmente la dialéctica entre el cineasta mexicano que emigró a los Estados Unidos y su compatritas que decide perseguir el Sueño Mexicano. El protagonista principal, Jorge, afirma que su lugar en el mundo está lejos de las grandes metrópolis de México y del Norte global.
Novelo recorre Seybaplaya, Campeche (México), un pueblo de pescadores en un marco temporal absolutamente circular. Es una secuencia que corre, camina y se mueve al ritmo de un pueblo no urbano, a diferencia de otras películas donde el tiempo se aprieta, apresura, rebanea, aplana y se hace lineal. Es un momento con movimiento. A diferencia de la mayoría de las ciudades urbanas con una disonancia caótica de ruidos apilados uno encima de otro sin ritmo, la banda sonora de La Marea evoca los elementos vivos comunes de la naturaleza: truenos, lluvia y relámpagos, que suenan de manera diferente a una ciudad, que capta las luces de destellos, goteras y gallos cantando con un tempo distinto de ritmos orgánicos y significados. La naturaleza que rodea a Seybaplaya «no es un paisaje, es un recuerdo». Es la biografía de Jorge y su pueblo. [2]
El documental tiene una calidad que recuerda los consejos del reconocido cineasta revolucionario cubano Humberto Solas, fundador del primer Festival de Cine Pobre en 2003. Solas dice: “Filma la vida, ve a filmar a los niños, la playa, el mar” y señala una feria callejera cercana con atracciones mecánicas iluminadas bajo los cielos nocturnos tropicales de Gibara, Cuba. “¡Ahí, filma eso!” [3]. En este mismo festival de cine recibió el premio al mejor documental un cineasta iraní que, para Solas, habló de la guerra sin mostrarla nunca.
La Marea cae bajo el mismo hechizo/espíritu expresado por Humberto Solas. Su presentación visual lleva al espectador a ver la felicidad inocente desde/a través de la sombra de un invasor (aterrador) efecto adverso de la política fanática del neoliberalismo en toda las dimensiones de la vida. La palabra neoliberalismo se usa frecuentemente sin revelar su concepto o significado. El filósofo Rafael Bautista lo describe como el intento de canonizar el capitalismo, en el que toda la vida es susceptible de convertirse en una mercancía en venta en este mundo globalizado. La Marea es esta encrucijada oculta hecha visible [4].
El corto documental de Novelo plantea una cuestión entre la vida y la naturaleza entendidas por una sociedad capitalista y el desafío que supone para quienes buscan alternativas a esta objetivización de la vida. Bautista establece que, «el capitalismo (el bebé de la modernidad) elimina la percepción sensorial que construye y crea formas de vida individuales, solidarias y con conciencia comunitaria«. La interpretación de la naturaleza como objeto de explotación se traduce, para el académico Juan José Baustista Segales, en una relación sujeto-objeto. La manera en la que tratamos a la naturaleza -como objeto de explotación y dominación-, -será trasladada a las interacciones humanas. El neoliberalismo se convierte en «los principios y los parámetros en los que se fundamenta la nueva semántica basada en los valores del mercado» [5] y que es nuestra política y cultura actuales. Y es la modernidad la que mantiene el juicio y el razonamiento que alimentan las relaciones sociales necesarias para el mantenimiento y funcionamiento del capitalismo [6]. Lo irónico es que los programas sociales destinados a aliviar la pobreza (desde federales hasta las organizaciones sin fines de lucro) de un Estado creado desde el capitalismo,son los mismos programas que sistemáticamente producen la pobreza.
El deseo de Jorge es convertirse en cuidador de animales en lugar de continuar la tradición familiar de pescadores y buceadores. Sus amigos preguntan a Jorge por qué no sigue los pasos de su padre y su abuelo. Jorge, un músico que toca la guitarra, parece haber optado por pasar su juventud en actividades que no llevan el peso del corporativismo, sino que extienden su sensibilidad afectiva hacia criaturas queridas y no queda a merced del mercado como trabajador objetivado/alienado. Un paso hacia el norte alejado de su pueblo no urbano, con formas no del todo diluidas, es un paso menos para la preservación del ser particular de Jorge. Por diminuto que sea, es un ser humano menos que apoya la dominación y el control del dólar estadounidense sobre todos los aspectos de la economía de México, así como a su identidad cultural y política. La inocencia tanto de la película como del director se expresa en muchas escenas, en particular durante la actuación del circo sin animales, solo payasos y trucos. La lluvia se abre camino a través de las costuras de una tienda desgastada solo para encontrarse con risas y sorpresas. El público responde improvisando. Se mueven por las gradas en busca de un lugar despejado para seguir disfrutando de la actuación.
La improvisación como cualidad de resiliencia realza la película. Este mismo enfoque resiliente es lo que hace que La Marea sea auténtica y la distingue de las fórmulas cinematográficas exuberantes. La técnica del autor de utilizar escenas lentas extendidas de una comunidad en coexistencia con su entorno da indicios del lenguaje cinematográfico texturizado, poético y lento de Andrei Tarkovsky, pero con una ligera diferencia. La Marea tiene toques ontológicos de trabajar lo que está precisamente ahí (Dasein), lo no escenificado. Novelo se fusiona con el contenido de su película. Este contenido es una extensión de su experiencia con la de Jorge. En otras palabras, no separa su filosofía y política de su arte. Sin embargo, La Marea podría prescindir del componente digital interactivo, que es un remanente de la etapa experimental de Novelo. La historia por sí sola es lo suficientemente fuerte. El aspecto digital interactivo funciona más como un primer plano y que magnifica en lugar de acercarnos. La cercanía se basa en la narrativa. Proporciona proximidad de una subjetividad a otra. La interacción digital facilita la comunicación pero no transmite ningún sentido de experiencia vivida en comunidad. Su transmisión es colonial. ¡Es silencioso!
La Marea es una crítica del sueño excepcional y hegemónico que se proyecta a sí mismo sobre todas las aspiraciones; el sueño estadounidnese, visto desde una fantasmagoría o una casa de espejos que no permite ver más allá de unos reflejos distorsionados y de contenido soteriológico. ¿Qué implicación tiene para las personas del mundo el proclamarse como la única esperanza sobre todas las demás manifestaciones? La narrativa de Jorge toma la forma de un sueño en riesgo dentro de una era digital hiperfetichizada. Novelo aleja la historia de La Marea de un escenario postnostálgico de derrota y arrepentimiento, y nos hace ver que la felicidad existe en el Sur Global. La percepción no examinada de que la felicidad solamente existe en los países ricos del Norte Global (los Disney del mundo) es una extensión de las propagandas imperiales.
El viaje realizado al Norte Global, en este caso a Estados Unidos, a menudo se encuentra con hostilidad por todos lados. Algunos etiquetan a los inmigrantes de intrusos y extranjeros, mientras que otros etiquetan a los inmigrantes de extensión de los colonos de asentamiento. Tales definiciones provienen de aquellos que no tienen ni idea, fracasan o no les importa entender las relaciones centro/periferia entre los imperios y las naciones satélites del Sur Global, proveedoras de mano de obra, recursos y espacio fiscal para inversiones y especulación. Un artículo reciente de Arian Arahonian muestra con evidencia empírica las disparidades abismales en las relaciones centro-periferia Norte / Sur. El artículo de Arahonian también señala que hay «economistas que trabajan para que los ricos se vuelvan más ricos y economistas que trabajan para que los pobres sean menos pobres» [7].
El documental tiene una sensibilidad que contrasta con la cultura neoliberal hiperviolenta actual. Es una oración de acción a través del cine del Sueño Mexicano como posibilidad existencial de un nuevo horizonte que viene y afirma la vida. Es un documental que evita que el proyecto liberador se borre instantáneamente. Esboza un mapa de caminos potencialmente liberadores y no dominados por la cultura saturada de ansiedad, me gusta, comparte, información vs. conocimiento, La Marea nos da un momento de reflexión. Sin embargo, el neoliberalismo como programa de civilización moderno está destinado a evaporar las pequeñas ciudades como Seybaplaya, o convertirse -mediante la planificación de megaproyectos por parte de gobiernos tanto conservadores como progresistas- en resortes turísticos para aquellos que pueden permitirse ese lujo tan exclusivo en nombre del progreso [8]. En Saving Beauty, el filósofo Byung Chul Han escribe en la última frase de su libro: «La salvación de la belleza es la salvación de aquello que nos compromete» [9].
La Marea, en su forma más simple, es un compromiso de afirmación con la vida, que lleva su propia forma de resistencia, mostrada por la mirada de “salvar a otro”. Esto implica que nosotros, como espectadores, no debemos ser un mero reflejo de las circunstancias cumpliendo con una lógica que destruye vidas y eco-narrativas como las que se muestran en La Marea. Este documental intenta demostrar todo lo que hay entre la causa y el efecto. Es un momento/mirada existencial de antes y que está en riesgo de disiparse por completo en el horno ardiente del progreso. En The Swarm: Digital Prospects Byung Chul Han afirma: “Todos los que participan en el sistema capitalista pertenecen a él” [10].
¿Pueden las ciudades como Seybaplaya sobrevivir en un mundo de recursos finitos? ¿Cuáles son los efectos de las estrategias geopolíticas formuladas en el Norte Global que dan forma a la política y las relaciones sociales / comunitarias en el Sur Global? ¿Cuáles son las consecuencias de la pesca industrial en las formas de subsistencia tradicionales y locales de los pueblos pequeños? [11] ¿Cuál es el impacto de la ciencia burguesa y su filosofía económica en la vida? El filósofo Rafael Bautista afirma: «¡Los límites están hablando!». La narrativa de La Marea es una utopía que pertenece a quienes conservan un espíritu joven y con voluntad de vivir para cambiar y hacer hoy, lo que todos queremos ser colectivamente mañana sin importar la edad. Es un intento de rescatar el contenido liberador de la utopía. Porque la utopía es más que el eslogan de sí, nosotros podemos. Es energía mítica encapsulada entre los horizontes de esperanza de la memoria humana. Cuando se fertiliza e ingiere, puede acercarnos a ver una realidad no fracturada más allá de los espejos de doble cristal. Elimina los valores deterministas conscientes e inconscientes que perpetúan visiones incapaces de integrar conceptos que enriquecen la experiencia humana. Un compromiso dialéctico entre la utopía y el momento histórico por lo deseable, necesario y posible es crucial para la recolección de un nuevo lenguaje que permita a la memoria ir más allá de la invención y, en cambio, aprender a construir y leer la realidad. Quizás este pueda ser un momento liberador de lo que Chul Han describe como «perpetrador y víctima al mismo tiempo». La teoría utópica debe apartarse de la realidad política vivida. Cuanto más cercana esté la teoría a la realidad política actual, mejor equipados estamos para comprender nuestro papel en el mundo en comunidad, es decir, el ser humano es el ser supremo para el ser humano en convivencia con la naturaleza [12]. Porque no hay momento en la historia de la humanidad sin la compañía de las utopías.
Esta crítica está dedicada a los profesores y compañeros Rafael Bautista y Juan José Bautista Segales.
En memoria del cineasta Fernando Solanas 1936-2020 que hizo cine no como una expresión o para la comunicación, sino un cine de acción para la liberación.
Notas:
[1] CiNEOLA fue fundada por el productor Daniel Díaz (www.cineo.la)
[2] Citas de Rafael Bautista.
[3] Entrevista del escritor a Humberto Solas.
[4] Es un estado apátrida que actúa como administrador en nombre del interés privado frente al bien público. Hoy no es una coincidencia que le digan «debe promocionarse a sí mismo». Para el filósofo andino / indígena / latinoamericano “es la cuantificación de la realidad. El mundo moderno arrebata el contenido sagrado de la vida y produce irracionalidad «. El estatus divino / religioso inherente a la doctrina económica del neoliberalismo es el «consumo de indiferencia y la naturalización de tal indiferencia». En otras palabras, «consumimos la dominación» y la explotación. Bautista agrega además que el capital elimina los medios de subsistencia en las relaciones comunales al convertir a la comunidad en individuos «modernos» que compiten entre sí para obtener un rendimiento individual a cualquier costo. Es esencial para la reproducción del sistema moldear a los individuos para que tengan las mismas expectativas, perspectivas y percepciones.
[5] Cita de Juan José Bautista Senegal.
[6] Rafael Baustista es filósofo, escritor, poeta y activista. Imparte talleres de colonialismo en Bolivia.
[7] “Annus horribilis, ¿el que pasó o el que se nos viene?”, https://rebelion.org/annus-horribilis-el-que-paso-o-el-que-se-nos-viene/
[8] “El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec: desarrollo capitalista y depredación del medio ambiente”, https://rebelion.org/el-corredor-interoceanico-del-istmo-de-tehuantepec-desarrollo-capitalista-y-depredacion -del-medio-ambiente /
[9] Byung Chul Han, «Saving Beauty», transl. Daniel Steuer (Cambridge: Polity Press, 2018) p.81.
[10] Byung Chul Han, «En el enjambre; The Digital Prospect «, traducido al español. Erik Butler (MIT Press, Cambridge, 2017) p.13.
[11] “La cara oculta de la acuicultura, sobreexplotación de los océanos y maltrato a los peces”, https://rebelion.org/la-cara-oculta-de-la-acuicultura-sobreexplotacion-de-los-oceanos- y-maltrato-a-los-peces /
[12] El ser humano es el Ser Supremo para el ser humano, es una conversación entre los filósofos Franz Hinkelammert y Juan José Bautista. La frase según la conversación tiene su origen en Karl Marx. Hinkelammert expande el Ser supremo para configurar a los excluidos, marginados, pobres y descartados por el capitalismo como una prioridad para toda la humanidad. Esta prioridad se extiende para incluir la coexistencia con la naturaleza como sujeto y ya no como objeto.
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