- El director iraní utiliza a auténticos niños de la calle para denunciar que no tienen acceso a la educación
- Una premiada historia que se estrena este viernes, 14 de mayo
Unos niños buscan un antiguo tesoro en el sótano de su escuela. Este argumento, que podía ser una película de los Goonies, cambia mucho en manos del director iraní Majid Majidi (Teherán, 1959), ya que los protagonistas son niños que trabajan en la calle y cuya única esperanza de futuro es encontrar ese tesoro… o conseguir una educación que les ayude a salir de la pobreza.
“No hay nada más importante que los niños porque son el futuro de cada sociedad, de cada país –nos cuenta el director por videoconferencia-. Si invertimos en los niños tendremos un país mejor y con más posibilidades de futuro. Pero si no lo hacemos nos espera una sociedad sin identidad”.
“Los niños son los principales recursos de un país –añade-. Son mucho más importantes que los recursos naturales como el petróleo. Y si no cuidamos de esos niños vulnerables, si no les prestamos la atención necesaria, nos enfrentaremos con una generación destruida”.
Una gran historia premiada en Venecia y que figuró entre las 15 cintas preseleccionadas para el Oscar a la mejor película de habla no inglesa 2021. Se estrena este viernes, 14 de mayo.
Buscan un tesoro y encontrarán una educación
La película está protagonizada por Alí, un niño de 12 años y sus tres amigos que trabajan en un garaje y cometen delitos menores para sobrevivir y ayudar a sus familias. Un día reciben el encargo de encontrar un tesoro oculto bajo tierra al que solo se puede acceder por el sótano de la Escuela del Sol, una institución caritativa que intenta educar a niños de la calle, así que Alí y sus amigos deciden matricularse para poder buscar ese tesoro.
La película está basada en la realidad –asegura Majid-. La idea se me ocurrió cuando visité una escuela en el sur de Teherán creada por una ONG y dirigida a aquellos niños que están obligados a trabajar por su situación familiar. Y que es su única oportunidad para estudiar. Conocí de cerca a esos niños y quise hacer pública su situación para ver si conseguimos que haya más colegios para ellos”.
Destacar la habilidad de Majidi para mezclar esta dura realidad con la aventura de esos niños que buscan el tesoro. “La aventura también es una realidad para estos niños -asegura-. No es que yo la haya añadido, sino que la propia vida de esos chavales está llena de emoción, de aventuras, de altibajos… son niños que están trabajando y para ellos cada día es una aventura. Esa parte de la aventura es inseparable de sus vidas”.
150 millones de niños trabajando en el mundo
Majid Majidi destaca que el trabajo infantil es un problema universal: “Según fuentes oficiales hay 150 millones de niños trabajando en todo el mundo. Si no lo solucionamos en 10 o 20 años nos enfrentaremos con una crisis, con una catástrofe mundial. Porque pueden convertirse en delincuentes o ser atraídos por grupos terroristas como el Daesh o similares. Esos grupos terroristas siempre buscan nuevos miembros dentro de esos niños que no tienen nada. Como artista sentí la necesidad de ayudar a esos niños vulnerables, convertirme en su voz para intentar resolver sus problemas. Mi prioridad es el mundo infantil”.
“Por eso –añade-, con que un solo niño no pueda ejercer su derecho a estudiar ya es demasiado. Y por desgracia hay muchos sin acceso a la escolarización. Esos niños obligados a trabajar se privan de la educación porque no hay muchos colegios especiales, como el de la película, que les den esa posibilidad de estudiar y trabajar. Además, después de trabajar pierden la motivación y no tienen fuerzas para ir al colegio”.
“A menos –continúa- que haya iniciativas como la escuela que mostramos en la película. Una escuela que es diferente, porque les proporciona tres comidas al día, les ayuda en sus asuntos sociales y sanitarios. No es solo una escuela para estudiar, sino que también les ayuda en otros muchos temas, porque la mayoría de ellos han perdido a sus padres o están en la cárcel.
“Conseguir que haya más escuelas de este tipo puede ser la única esperanza que estos niños tengan de estudiar” -concluye el director-.
De niños de la calle a actores famosos
Majid Majidi lleva denunciando estos problemas desde Niños en el paraíso (1997), protagonizada por dos niños pobres que pierden los zapatos y no se atreven a contarlo a sus padres. Una gran película que fue nominada al Oscar.
Los actores de Hijos del son niños reales que trabajaban en la calle o vendiendo cosas en el metro. “Los elegí entre 4.000 chavales porque solo ellos podían transmitir su situación -asegura-. Los primeros días no podían creerse lo que les estaba pasando. Pensaban que era un sueño. Porque se les había humillado tanto, se habían aprovechado tanto de ellos, les habían quitado tantas cosas, incluida su propia identidad, que no creían en nada ni en nadie”.
Por eso –continúa- para mí era un reto ganarme su confianza. Pero con el paso del tiempo descubrimos sus talentos y han ganado grandes premios, no solo en Irán sino también en todo el mundo. Por ejemplo, el protagonista, Rouhollah Zamani, ganó el premio a la mejor interpretación masculina revelación en el pasado Festival de Venecia. Ahora es una estrella en Irán y está rodando una serie de televisión”.
“Los niños afganos también han tenido mucho éxito –añade-, y si no fuera por el coronavirus ahora testarían rodando otras películas, porque han recibido varias propuestas”.
“Pero lo más importante -concluye- es que devolvamos la confianza a esos niños, demostrarles que no sobran en la sociedad. En el futuro pueden ser ingenieros, médicos, actores… Y espero que el estreno de esta película en todo el mundo, ayude a que descubramos ese tesoro que son estos niños y su importancia para el futuro en todos los países”.
La difícil situación de los refugiados afganos
Varios de los niños protagonistas de la película son refugiados afganos. “Cada día hay más inmigrantes afganos en Irán y cada vez tienen más problemas –asegura Majid-. Pero mientras su país siga sufriendo esa inseguridad, es un problema con difícil solución. La presencia de EE.UU. en Afganistán tras los atentados de 2001 y la posterior creación de grupos terroristas que combaten contra esas tropas norteamericanas han aumentado la inseguridad y el flujo de inmigrantes afganos hacia Irán”.
“Son gente que huye de la guerra y de la pobreza –añade-. Hay entre seis o siete millones de afganos en Irán y la mayoría han llegado de forma ilegal. Eso se ha sumado a los problemas que ya tenía Irán. Si miramos el porcentaje de los niños que trabajan en Irán veremos que el 60 por ciento son esos niños inmigrantes, que no tiene acceso a la educación”.
“Creo –concluye- que hace falta más implicación por parte de organizaciones internacionales de derechos humanos para, por lo menos, que esos niños puedan estudiar. Para tener una mínima esperanza de futuro, tanto para ellos como para sus familias. Cada día que pasa esos niños están en una mayor situación de vulnerabilidad”.
“Los jóvenes cineastas necesitan tiempo para demostrar su valía”
El cine iraní es uno de los de mayor prestigio en todo el mundo y preguntamos a Majid como lo ve en la actualidad. “A nivel de producción el cine iraní atraviesa un buen momento –confiesa-, ya que se ruedan entre 130 y 140 películas al año. Pero artísticamente no tienen la calidad de antes. Aunque eso no solo pasa en Irán, sino que es igual en todo el mundo. Creo que las jóvenes generaciones de cineastas necesitan un poco de tiempo para poder demostrar su valía”
“En Irán –continúa- seguimos teniendo grandes cineastas, como Asghar Farhadi, pero creo que ya pasó la edad de oro del cine iraní, que fue la década de los 90 y los primeros años de este siglo. Pero insisto en que creo que es por ese cambio generacional. Con tiempo espero que recuperemos este peso. Para que una cinematografía sea exitosa tiene que tener grandes estrenos, conseguir que las películas se vean y que lleguen a los corazones y espero que nuestros jóvenes cineastas tengan la oportunidad de tener esos grandes estrenos”.
En cuanto a sus influencias reconoce que: “Siempre me ha interesado el cine neorrealista italiano, el cine del sur de Francia y, a nivel nacional, el cine de Kiarostami que ha sido un ejemplo a seguir para mí y para muchos cineastas de todo el mundo. Lamentablemente le perdimos, pero su influencia continúa en el cine actual”.