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CEPAL: Baja la pobreza en América Latina a niveles de 1990

Pese a los avances, aún 172 millones de personas en América Latina y el Caribe no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades elementales y, entre ellas, 66 millones no pueden adquirir una canasta básica de alimentos, señala el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2024: desafíos de la protección social no contributiva para avanzar hacia el desarrollo social inclusivo.

 

El porcentaje de la población latinoamericana en situación de pobreza en 2023 fue del 27,3%, cifra que representa una disminución de 1,5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior y de más de 5 puntos porcentuales respecto de la registrada en 2020, el año más crítico de la pandemia de COVID-19. Se trata, además, de la cifra más baja desde que se tienen registros comparables. En tanto, la tasa de pobreza extrema alcanzó un 10,6% de la población de la región, cifra inferior a la de 2022 en 0,5 puntos porcentuales, pero por encima de los niveles de 2014. En total, 172 millones de personas vivían en la pobreza en 2023, de los cuales 66 millones estaban en pobreza extrema, informó hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

 

El informe contenido en https://www.cepal.org/es/publicaciones/80858-panorama-social-america-latina-caribe-2024-desafios-la-proteccion-social sobre el   Panorama Social de América Latina y el Caribe 2024: desafíos de la protección social no contributiva para avanzar hacia el desarrollo social inclusivo, presentado por el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, indica que la pobreza sigue afectando más a las mujeres que a los hombres en edad laboral y que el porcentaje de niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza es considerablemente más alto que el de otros grupos etarios. La pobreza también es mayor en las zonas rurales (39,1%) que en zonas urbanas (24,6%).

 

La disminución de la pobreza regional en 2023 se explica en más de un 80% por lo sucedido en Brasil, país en el que vive un tercio de la población de América Latina y en el que las transferencias no contributivas fueron determinantes. Si en Brasil la población en situación de pobreza no hubiera caído, el promedio regional en 2023 habría sido de un 28,4%, apenas 0,4 puntos porcentuales menos que en el año anterior, y la incidencia de la pobreza extrema se habría mantenido sin cambios, en un 11,1%, dice el reporte.

 

La CEPAL también señala que, entre 2022 y 2023, no hubo variaciones significativas en los niveles de desigualdad de los ingresos en la región, manteniéndose persistentemente altos. Entre 2014 y 2023, el índice de Gini experimentó una leve reducción del 4%, bajando apenas de 0,471 a 0,452.

 

La distribución de la riqueza es significativamente más desigual que la del ingreso, según estimaciones incluidas en el reporte que integran distintas fuentes de información (activos financieros y no financieros) de la población latinoamericana. Alrededor de 2021, el 10% de las personas de mayores ingresos concentraba el 66% de la riqueza total y el 1% más rico concentraba el 33%.

 

El Panorama Social de América Latina y el Caribe 2024 alerta también que en la región persisten altos niveles de desprotección social. En 2022, 1 de cada 4 hogares (23,5%) carecía de acceso a la protección social, tanto contributiva como no contributiva, en 14 países de América Latina. Esta proporción se elevaba a 1 de cada 3 hogares (36,5%) en el quintil de menores ingresos y en áreas rurales (29%).

 

La protección social no contributiva, asegura la CEPAL, es fundamental en los hogares del primer quintil de menores ingresos, dado que 1 de cada 2 de esos hogares accede a la protección social por esta vía. Esto quiere decir que las políticas de transferencias monetarias o en especie (como la alimentación escolar) y los programas de inclusión laboral son clave para vincular a las personas con los servicios sociales y avanzar en la erradicación de la pobreza y la reducción de la desigualdad.

 

En 2022, el 27,1% de las personas en América Latina residía en hogares receptores de programas de transferencias condicionadas. Pese a sus impactos positivos, en 14 países estudiados sus montos no llegaban a cubrir el déficit de ingreso per cápita de los hogares para alcanzar la línea de la pobreza.

 

El informe constata que los sistemas de pensiones no contributivos (SPNC) juegan un papel central en la reducción de la pobreza en la vejez. En los últimos 20 años, la cobertura de los SPNC entre las personas de 65 años y más aumentó más de 27 puntos porcentuales y durante ese período la pobreza en esta misma población se redujo en 14,3 puntos porcentuales.

 

“El fortalecimiento de los sistemas de protección social en América Latina y el Caribe, en particular la protección social no contributiva, es un espacio estratégico para la adopción de un enfoque integrado que pueda tener impactos significativos en la reducción de la pobreza, las diversas causas de la desigualdad y los bajos niveles de cohesión social de América Latina y el Caribe, y, por ende, en el logro del desarrollo social inclusivo”, remarcó el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs.

 

“Enfrentar la crisis del desarrollo en la región requiere avanzar hacia sistemas de protección social universales, integrales, sostenibles y resilientes. Para ello, urge robustecer la institucionalidad social con capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas (TOPP)”, resumió el máximo representante de la CEPAL, haciendo hincapié en la oportunidad que presenta la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 2025 para enfrentar estos desafíos.

 

De acuerdo con el reporte, en 2023, el gasto social alcanzó a 11,5% del PIB en América Latina, nivel muy similar al 11,4% del PIB de 2022.

 

En América Latina, el gasto público social se mantiene como el principal componente del gasto público total (53,3% en promedio en 2023). En el Caribe, la participación del gasto social en el gasto total bajó a 41,3% en 2023, lo que amplió aún más la brecha existente con los países latinoamericanos.

 

Según la CEPAL, para avanzar en la erradicación de la pobreza se requiere establecer un estándar de inversión para la protección social no contributiva de entre 1,5% y 2,5% del PIB o entre 5% y 10% del gasto público total. En promedio, los Ministerios de Desarrollo Social de 20 países de América Latina y el Caribe gastaban en la protección social no contributiva 0,8% del PIB o 3% del gasto público total en 2022.

 

Finalmente, la edición 2024 del Panorama Social de América Latina y el Caribe incluye un capítulo sobre la protección social ante la crisis de los cuidados y el envejecimiento de la población, escenario que demanda políticas con enfoque de género, interseccional y de derechos. En los próximos 25 años, la población de personas de 65 años y más se duplicará (del 9,9% al 18,9%), alcanzando a 138 millones de personas en 2050.

 

“La división sexual del trabajo y la actual organización social de los cuidados crean brechas de género que se expresan durante todo el ciclo de vida y en los obstáculos que enfrentan las mujeres para la inclusión laboral y protección social”, dice la CEPAL. De esta forma, en 2022, solo un poco más de la mitad de las mujeres en América Latina y el Caribe estaban vinculadas al mercado laboral (53,5%) y, entre las mujeres que se encontraban fuera de la fuerza laboral en la región, el 56,3% declaraba dedicarse exclusivamente al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado (en comparación con el 7,3% de los hombres).

 

Las mujeres de 65 años y más tienen mayores niveles de pobreza que los hombres a pesar de recibir pensiones (tanto contributivas como no contributivas) y el 70,3% de las mujeres que no recibe ningún tipo de pensión percibe ingresos propios menores a la línea de pobreza. Lo mismo ocurre con el 42,6% de las mujeres que sí reciben una pensión no contributiva.

 

https://www.cepal.org/es/comunicados/cepal-la-tasa-pobreza-regional-que-aumento-la-pandemia-se-ha-reducido-un-nivel-similar

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Venezuela: Advierten que 75 % de trabajadores universitarios venezolanos han pensado en renunciar el último año

La asociación por la Libertad, Derechos y Desarrollo Social (Liddes) reiteró este sábado, la necesidad imperante de atender las exigencias de docentes y trabajadores universitarios en Venezuela que, afrontan, al igual que todo el sector público, una situación de extrema vulnerabilidad al percibir salarios que equivalen a 3,5 dólares mensuales, mientras que la inflación acecha y la canasta básica ronda los 530 dólares, de acuerdo a estimaciones de diversas firmas y organizaciones.

 

La directora general de Liddes, Laura Linares enfatizó que los trabajadores universitarios se debaten a diario entre renunciar y seguir asistiendo a sus lugares de trabajo por estricta vocación o retirarse y dedicarse a otros oficios que le permitan tener ingresos para subsistir.

 

“Muchos trabajadores del sector universitario han dejado sus puestos de trabajo a favor de empleos mejor pagados, lo cual genera una crisis de personal en todo el sistema educativo del país. El 75 % de los trabajadores universitarios ha pensado en abandonar el trabajo en los últimos 12 meses”, precisó. “Lo que estamos viviendo ante la indiferencia del Estado es una catástrofe”, lamentó.

 

En medio de este escenario, el paupérrimo ingreso que perciben los trabajadores universitarios se convierte en el primer factor negativo que incide de forma directa en el acceso a una educación de calidad.

 

“Un sistema educativo fuerte depende en gran medida de la capacidad de atraer y retener a docentes altamente cualificados, y los salarios son un factor determinante. Los trabajadores universitarios venezolanos perciben en promedio 3,5 dólares al mes, esto ha impulsado la deserción del personal ATO, así como de profesores universitarios en el país, dejando fuertes desafíos para garantizar el acceso a la educación de los jóvenes venezolanos y la libertad académica”.

 

Laura Linares recalcó que estas presiones económicas, ponen en peligro los derechos económicos y sociales, generan desigualdades en la población; y retrasa el desarrollo de la sociedad, pues obstruye la investigación en áreas tan importantes hoy en día como la salud, la agricultura y, en general, la búsqueda de soluciones y políticas públicas eficientes y sostenibles”.

 

En esta misma línea, Fabiana Lujan miembro de Students for Liberty, subrayó que no dejarán de denunciar esta grave situación que no se puede normalizar. No es justo, lógico ni aceptable que el salario permanezca estancado desde hace casi tres años y que hoy el salario mínimo integral no cubra ni el 1 % de la canasta básica alimentaria.

 

“Seguir visibilizando la realidad que viven los trabajadores universitarios es vital para que la sociedad en general tome consciencia sobre la importancia de la exigencia de sus derechos. Resulta indispensable y urgente la inversión para garantizar la educación de calidad y garantizar el acceso a la educación superior de calidad a los venezolanos”, sentenció.

 

Asimismo, aseveró que reconocer el valor del trabajo universitario garantizando sueldos justos, no es solo un asunto de justicia social, sino que representa la retribución a todos los profesionales que se encargan de formar jóvenes que serán el futuro de la nación.

 

“Si la libertad académica se ve afectada, el desarrollo de los jóvenes y la sociedad en general también se afectará”, agregó Lujan.

 

El artículo 91 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, suscribe expresamente que el Estado deberá garantizar a los trabajadores del sector público y privado un salario mínimo vital que, será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica”.

 

Advierten que 75 % de trabajadores universitarios venezolanos han pensado en renunciar el último año

 

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Más de la mitad de los docentes venezolanos están «por debajo de la línea de pobreza», dice ONG

«Los docentes en Venezuela enfrentan grandes obstáculos para ejercer su profesión. Salarios irrisorios, falta de seguridad social y condiciones precarias», dijo la ONG

La ONG Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes afirmó este sábado que «más de la mitad» de los maestros están «por debajo de la línea de pobreza», al tiempo que reconoció la «lucha» de este gremio «por salarios justos y condiciones laborales dignas» en el marco del Día Mundial de los Docentes.

«Los docentes en Venezuela enfrentan grandes obstáculos para ejercer su profesión. Salarios irrisorios, falta de seguridad social y condiciones precarias en infraestructuras educativas limitan su capacidad», dijo la organización a través de X, al tiempo que afirmó que, a pesar de esto, «continúan con una labor clave: formar a las futuras generaciones».

Asimismo, manifestó que «es urgente que el Estado responda a sus demandas y garantice el derecho a la educación».

El pasado lunes, el gobernante Nicolás Maduro prometió un conjunto de ayudas a los docentes del sector público, a quienes llamó a reincorporarse a las aulas, de las que desertaron miles de maestros en los últimos años debido a los bajos salarios y las condiciones laborales, a propósito del inicio del nuevo curso escolar 2024-2025.

No obstante, el Ejecutivo no ha explicado si este plan de ayudas contempla un aumento del salario de los docentes, que ha sido el motivo central de las protestas que ha protagonizado este gremio en los últimos ocho años, cuando, según estimaciones del colectivo, miles de maestros abandonaron el país debido a la crisis económica.

El Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) calculó que el salario promedio de un docente al mes es de unos 21 dólares al cambio oficial, que considera insuficiente para cubrir el gasto de la canasta básica alimentaria, calculado en agosto por la organización en 107,8 dólares por persona.

Más de la mitad de los docentes venezolanos están «por debajo de la línea de pobreza», dice ONG

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5 gráficos sobre la educación en México

Por Ana Karen García

México ha logrado avanzar en algunos aspectos educativos; como el vínculo entre la escuela y el trabajo. Pero todavía existen retos importantes para que la educación sea un derecho universal. Especialmente existen obstáculos para quienes pertenecen a grupos vulnerables: las mujeres, los migrantes, los pobres, los rurales, los indígenas.

En el informe sobre Panorama sobre Educación 2024, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) destacó que los indicadores sobre desempeño académico en México son significativamente más bajos en comparación de economías de tamaño similar.

También se destaca cómo las desigualdades sociales y la pobreza se interseccionan para limitar el acceso de los estudiantes a la educación en todos los niveles; y cómo pueden impactar negativamente en su desempeño académico.

Aquí te presentamos algunos gráficos sobre la situación educativa de México.

1. Piso disparejo para la población indígena

México es uno de los países de la OCDE que presenta las brechas educativas por razón étnica más amplias: la escolarización básica es apenas la mitad entre quienes se identifican como indígenas que entre la población no indígena.

Este resultado se explica principalmente por la falta de infraestructura educativa (escuelas con servicios e instalaciones básicos) y personal docente en las comunidades indígenas.

Otra de las barreras que enfrentan los estudiantes indígenas es la casi inexistente oferta de materiales y programas escolares adaptados a sus lenguas maternas, lo que limita, total o parcialmente, el aprendizaje de estas poblaciones.

La pobreza, económica y social, también es otro de los factores que contribuye a la desigualdad educativa entre las poblaciones indígenas y no indígenas.

2. Capas de vulnerabilidad que expulsan a los estudiantes de la escuela

Así como la condición de pertenencia a grupos indígenas, los jóvenes que pertenecen a otros grupos vulnerables también encuentran dificultades para acceder efectivamente a la educación. Esto produce que su desempeño académico muestre diferencias respecto de sus compañeros; es el caso de las mujeres, los pobres y los migrantes.

En el aprovechamiento académico en matemáticas, una de las áreas evaluadas con las pruebas PISA, se observa que un porcentaje ligeramente mayor de hombres (7 puntos arriba) registró las competencias mínimas requeridas para estudiantes de 15 años.

Pero en los casos de las variables de migración e ingresos las brechas fueron significativamente mayores; de 30 y 35 puntos respectivamente.

Esto se explica principalmente a que las poblaciones más pobres o quienes han sido desplazados de sus lugares de origen enfrentan complicaciones para alimentarse, transportarse. En algunos casos sus comunidades presentan inseguridad pública y son más propensos a vivir violencia doméstica. Todos estos son factores que impactan negativamente en el desempeño académico.

3. Uso de tecnologías es todavía bajo; particularmente en zonas rurales

Otras brechas importantes que se presentan son las del uso de las tecnologías como soporte en la educación. En México, aunque ya se han logrado conectar 81% de su población, la mayoría de esta población es urbana. Además, el uso de tecnologías de la información se concentra en la consulta de redes sociales y la mensajería instantánea; el uso de las TICs para procesos más complejos es muy bajo.

De acuerdo con las cifras de la OCDE, sólo el 22% de la población urbana en México ha descargado, instalado o configurado un software, por ejemplo la paquetería de Office o la paquetería de Adobe. Éstas son algunas de las habilidades fundamentales para la formación educativa.

En comunidades rurales el uso y aplicación de estas tecnologías es incluso menor; sólo el 8% ha realizado alguna de las actividades relacionadas con sofwares.

Los niveles de uso educativo o profesional de TICs en México son significativamente más bajos en comparación con los promedios de los países de la OCDE, que son hasta del doble.

4. México logró disminuir su poblción de «ninis»

Uno de los indicadores que sí han presentado mejoras en el ámbito educativo es el de los jóvenes «ninis», que no estudian pero tampoco están insertados en una actividad remunerada. Esto refleja una mayor vinculación entre el desarrollo académico y la inserción en el mercado de trabajo.

La comparación que hace la OCDE de los jóvenes que no estudian ni trabajan entre países muestra que México fue uno de los pocos latinoamericanos que lograron reducir esta población. Sólo entre 2016 y 2023 este grupo de jóvenes se redujo 10 puntos porcentuales.

Pese a este avance, todavía cerca de 16 de cada 100 jóvenes de 18 a 24 años no tiene ninguna ocupación.

Los programas sociales y las mejoras registradas en materia laboral durante los años recientes son algunos de los factores que han explicado este nivel mayor de conexión.

5. Pocos estudiantes logran llegar a la educación superior

En México, asistir a la escuela y tener un buen desempeño es un privilegio que no tienen muchos niños y jóvenes. Y conforme avanzan en el nivel educativo, se pone más complejo; las desigualdades sociales conforman uno de los principales retos para el acceso de los estudiantes a una carrera técnica, la universidad o el posgrado.

En México sólo el 22% de los adultos de 25 a 64 años cuentan con estudios superiores. De este porcentaje, la mayoría estudió una licenciatura o ingeniería y un porcentaje muy pequeño alcanzó a terminar estudios de posgrado, como maestrías o doctorado.

Destaca que, aunque los niveles todavía son bajos si se compara con otros países similares como Chile, Argentina o Costa Rica, en los años recientes se ha registrado un avance en la matricula de las escuelas de educación superior.

La OCDE destaca que uno de los retos para México es la disponibilidad y accesibilidad de estas unidades: más universidades públicas, ubicadas en regiones históricamente marginadas y mejores parámetros para medir la calidad.

Los indicadores educativos muestran que, pese a los avances, el acceso universal y efectivo a la educación sigue siendo uno de los grandes retos para la política pública de desarrollo social.

https://www.eleconomista.com.mx/politica/5-graficos-sobre-la-educacion-en-Mexico-20240918-0028.html

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Tres millones de nuevos pobres en lo que va del año en Argentina

De acuerdo con estimaciones de especialistas, la pobreza alcanzó alrededor del 52% en el primer semestre del año, lo que implicaría 3 millones de nuevos pobres respecto del último dato que difundió el Indec para el segundo semestre de 2023, que fue del 41,7%, y la cifra más alta desde 2004.

 

Para el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), el primer semestre resultó del promedio de dos momentos distintos, un primer trimestre donde la pobreza llegó al 54,9% y después bajó al 49,8% dejando un promedio del 52%. Los cálculos del ODSA son en base a los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de los primeros 3 meses del año.

 

Agustín Salvia, director del observatorio, explicó que hubo un primer “trimestre donde el shock inflacionario y recesivo tuvo más impacto y un segundo trimestre en donde la recesión se mantuvo, pero la baja, la caída de la inflación y cierta recuperación en los ingresos de todos los sectores trabajadores formales produjo una merma de la pobreza”.

 

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Tres millones de nuevos pobres en lo que va del año

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Indigentes. El 18% de población no cubre necesidades calóricas. | NA

 

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Gonzalo Martínez

Gonzalo Martínez

Hoy 03:14

De acuerdo con estimaciones de especialistas, la pobreza alcanzó alrededor del 52% en el primer semestre del año, lo que implicaría 3 millones de nuevos pobres respecto del último dato que difundió el Indec para el segundo semestre de 2023, que fue del 41,7%, y la cifra más alta desde 2004.

 

Para el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), el primer semestre resultó del promedio de dos momentos distintos, un primer trimestre donde la pobreza llegó al 54,9% y después bajó al 49,8% dejando un promedio del 52%. Los cálculos del ODSA son en base a los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de los primeros 3 meses del año.

 

Agustín Salvia, director del observatorio, explicó que hubo un primer “trimestre donde el shock inflacionario y recesivo tuvo más impacto y un segundo trimestre en donde la recesión se mantuvo, pero la baja, la caída de la inflación y cierta recuperación en los ingresos de todos los sectores trabajadores formales produjo una merma de la pobreza”.

 

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En esa línea, el Nowcast de pobreza de la Universidad Torcuato Di Tella indicó que la pobreza alcanzó el 51,9% en los primeros seis meses del año. Los datos oficiales los dará a conocer el Indec el próximo jueves 26 de septiembre.

 

Sin embargo, una estimación más pesimista arrojó Leo Tornarolli, economista e investigador de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). “Mi impresión es que va a dar en torno al 55%. La situación en el segundo trimestre no mejoró demasiado con respecto al primero, donde sabemos que la pobreza fue entre un 54,5% y un 55%, por lo que veo un valor semestral en un nivel similar”, expresó.

 

Y aclaró: “Pero es difícil de precisar, en ausencia de los datos de distribución del ingreso, que el Indec publicaba normalmente antes que los de pobreza en septiembre, pero este año los va a publicar después”.

 

Empleo. Esta semana se dieron a conocer los indicadores del mercado laboral. La desocupación en el segundo trimestre alcanzó el 7,6% y fue el motivo por el cual la pobreza no escaló aún más.

 

“El aumento de la pobreza en este primer semestre se concentró principalmente en los primeros meses del año, con el salto inflacionario que se dio en ese período, que provocó que cayera mucho el poder adquisitivo de los ingresos de los hogares. Si bien también aumentó un poco el desempleo, no fue un efecto muy significativo, por lo que, al igual que el año pasado, el aumento de la pobreza se explica principalmente por la reducción de los ingresos reales”, señaló Tornarolli.

 

De mantenerse los niveles de inflación, empleo y actividad del segundo y tercer trimestre, en el segundo semestre del año no se espera que la pobreza baje más allá del 49%, de acuerdo con los especialistas.

 

Indigencia. El deterioro de los indicadores sociales, debido al fuerte golpe de la economía de los primeros seis meses del año, también se verá reflejado en otro dato: cerca de dos de cada diez personas son indigentes, es decir, no llegan a cubrir la canasta alimentaria.

 

“La indigencia sube fuertemente. El primer trimestre sube al 20% y después baja al 16% en el segundo en el contexto de mejoras de planes sociales y la desaceleración del valor de la canasta básica alimentaria. En promedio estaría dejando el primer semestre del año un 18%”, remarcó Salvia.

 

El último dato oficial de indigencia reflejó un 11,9% (3,5 millones de personas) para el segundo semestre de 2023.

 

https://www.perfil.com/noticias/cordoba/el-ajuste-publico-tambien-es-provincial-recortaron-casi-lo-mismo-que-la-nacion.phtml

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Argentina: 85% de docentes universitarios con salarios debajo de la línea de pobreza

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Argentina: 85% de docentes universitarios con salarios debajo de la línea de pobreza

 

 

 

 

 

 

Un informe elaborado por las universidades de Río Negro y San Martín, y que acaba de difundir la UNC, refleja una crisis en el poder adquisitivo de los trabajadores de universidades públicas. Este martes, las comisiones de Educación y de Presupuesto y Hacienda del Senado acompañó el dictamen de actualización del Presupuesto Universitario aprobado en Diputados

 

El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) difundieron este martes un informe actualizado sobre la situación salarial de los trabajadores de las universidades públicas en Argentina, elaborado el mes pasado.

 

El documento, realizado por un equipo de trabajo de las Universidades Nacionales de Río Negro y de San Martín, refleja la preocupante realidad que atraviesan tanto docentes como no docentes en un contexto inflacionario, con salarios que no logran compensar la pérdida del poder adquisitivo.

 

La investigación refleja que los salarios de más del 85% de los docentes están por debajo de la línea de pobreza (computando las diferentes dedicaciones docentes). A la vez, más del 60% de los no docentes se encuentran en esa situación.

 

Recordaron que tras la Marcha Federal Universitaria en abril en todo el país, se logró una actualización de los gastos de funcionamiento, pero persiste el atraso en los salarios.

 

Además, el documento expone la brecha existente entre los salarios universitarios y los de otros sectores, poniendo en evidencia la “urgente necesidad de una revisión integral de las políticas salariales para evitar un deterioro aún mayor de las condiciones de vida de las y los trabajadores universitarios”.

 

“La inflación acumulada entre diciembre de 2023 y abril 2024 fue del 114,5 %. La pérdida salarial de los trabajadores docentes y no docentes universitarios con respecto al resto de los sectores productivos (privado, estatal y no registrado) es la más amplia de todas, con una brecha del 66,5 % entre los índices de inflación y los aumentos salariales acumulados”, advierten.

 

El impacto de esta situación se siente en cada rincón del país, con el 92% de los docentes sin antigüedad y el 87% de aquellos con 10 años de experiencia ganando salarios que no alcanzan a cubrir la canasta básica. Este panorama coloca a los docentes universitarios argentinos como los peor remunerados en comparación con sus pares de América Latina, a pesar de que el sistema universitario argentino es el mejor rankeado en la región por su calidad académica, innovación, y contribución social.

 

Este martes, el plenario de las comisiones de Educación y de Presupuesto y Hacienda del Senado discutió sobre los recursos para las casas de altos estudios del país, y acompañó el dictamen de actualización del Presupuesto Universitario aprobado en Diputados. La intención de la oposición es poder convertirlo en ley en la sesión de este jueves.

 

Reclamos

 

Las universidades comenzaron el año advirtiendo sobre las dificultades para mantener su funcionamiento básico. La posibilidad de un inicio de clases comprometido se hizo presente en febrero.

 

Luego, en marzo, las instituciones insistieron en la necesidad de dialogar con el gobierno para abordar cinco puntos críticos: funcionamiento, salarios, becas, obras, y presupuesto para ciencia y técnica.

 

La situación escaló con una marcha federal convocada por el Frente Sindical Universitario y respaldada por el CIN, que movilizó a un millón de personas en todo el país. Sin embargo, la respuesta del gobierno fue limitada y focalizada solo en la UBA, generando indignación en el resto de las universidades.

 

“Aunque el gobierno se comprometió a actualizar los gastos de funcionamiento de las universidades, no hubo avances en otros aspectos cruciales como la recomposición salarial y las becas. La tensión continuó acumulándose con paros nacionales en mayo y agosto”, sostuvieron las universidades.

 

La emergencia salarial en las universidades nacionales enciende la alarma sobre el futuro de la educación superior en Argentina.

 

 

Ciencia

 

En otro orden, la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Diputados mantuvo un nuevo encuentro informativo con el fin de ampliar el debate para establecer un marco legislativo para el uso y desarrollo de la Inteligencia Artificial en Argentina.

 

El encuentro que presidió el diputado de Unión por la Patria Daniel Gollán recibió a una decena de especialistas en derecho e informática quienes abordaron la temática desde diferentes puntos de vista, aclarando que se debe dar lugar a la coexistencia de la IA bajo un sistema regulatorio, pero que no la prohíba como ocurre en otras regiones.

 

El presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva cargó contra el secretario Darío Genua, a cargo del área homónima en el Gabinete nacional, quien no asistió al encuentro y no brindó una posible fecha de asistencia a futuro. “Nos quedamos con las ganas”, aseveró Gollán, quien también cuestionó, por lo mismo, a Alicia Caballero, titular de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación.

 

La abogada María Laura Garrigós se explayó sobre el uso de Inteligencia Artificial en el ámbito judicial y relató que “en la Ciudad se están haciendo trámites con IA, pero no dejan de ser trámites judiciales que requieren la firma de un juez”. Advirtió, también, que “estamos usando IA sin control, comprado a privados”, y mencionó un caso de la Corte Suprema de Brasil por el que sancionó a un juez que usó IA para usar jurisprudencia que no existía.

 

“Esto no es un problema de un país, es un problema de todos y, encima, lo estamos usando sin medir las consecuencias de lo que estamos haciendo”, criticó Garrigós

Argentina: 85% de docentes universitarios con salarios debajo de la línea de pobreza

 

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Desalarización, inseguridad alimentaria y desasistencia: alarmante informe sobre las universidades en Venezuela

Una encuesta reveló datos significativos sobre la salud mental de la comunidad universitaria: 69% de los estudiantes y 61% de los docentes presentan tres o más síntomas de depresión

 

El Observatorio de Universidades publicó un informe que revela una situación crítica en las universidades de Venezuela, que destaca el proceso de desalarización, la inseguridad alimentaria y la desasistencia han afectado tanto a los profesores como a los estudiantes.

 

Señala que 69% de los docentes universitarios realiza otra actividad para obtener ingresos extras, 110% recibe ayuda de un familiar o amigo en el país y otro 19% recibe ayuda de un familiar o amigo en el exterior.

 

Según los datos recabados, 51% del ingreso se concentra entre 61 y 325 dólares, y destaca que 83% tiene ingresos menores a 325 dólares.

 

Casi 100% de los estudiantes no recibe becas

Los datos relacionados con los estudiantes revelan que 56% tiene otro trabajo para obtener ingresos extras, 24% recibe ayuda de familiares o amigos en el país y 10% recibe ayuda de familiares o amigos en el exterior.

 

Resalta que 97% de los estudiantes de las instituciones públicas no recibe becas y 92% no cuenta con bonos del sector público.

 

Imagen: Observatorio de Universidades

 

El Observatorio de Universidades señala que 45% de los profesores y 39% de los estudiantes han tenido que vender o intercambiar bienes para comprar alimentos. Indica además que 82% de los profesores y 69% de los estudiantes disminuyeron sus porciones de comida, pese a que utilizan 79% de sus ingresos para gastos relacionados con la alimentación.

 

Síntomas de depresión en docentes y estudiantes

La encuesta reveló datos significativos sobre la salud mental de la comunidad universitaria: 69% de los estudiantes y 61% de los docentes presentan tres o más síntomas de depresión.

 

Asimismo, 51% de los estudiantes y 31% de los docentes muestran síntomas de ansiedad persistente.

 

Debido a la compleja situación humanitaria y las condiciones precarias en las universidades, 7 de cada 10 profesores han considerado dejar su trabajo, y 6 de cada 10 estudiantes han pensado en abandonar sus estudios en el último año.

https://www.elnacional.com/venezuela/desalarizacion-inseguridad-alimentaria-y-desasistencia-alarmante-informe-sobre-las-universidades-en-venezuela/

 

 

 

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