Dominados por la Superficialidad

Por: Jorge Salazar García

Internet nos esta convirtiendo, y especialmente a nuestros hijos, en cabezas de chorlito acelerados e incapaces de meditaciones profundas[1] .


Una característica común en la juventud es su capacidad de rebeldía contra los abuso del  poder. Actualmente, por ejemplo, esa facultad humana es mostrada por los jóvenes palestinos y colombianos que no aceptan sumisos las atrocidades de que son objeto. En México, los normalistas de Mactumactzá y Ayotzinapan son quienes, al considerar que “El que ve la injusticia y no la combate, la comete”[2], la expresan dignamente. Conscientes de su condición saben que estudiar no es (exclusivamente) un ACTO DE CONSUMIR ideas sino de crearlas y recrearlas (Paulo Freire).


Esta clase de juventud es un peligro para la permanencia del Sistema depredador. Por esa razón, a través de las redes, centros escolares, tv, radio, cine intentan eliminarle su CAPACIDAD de INDIGNACION extrayéndoles el sentido de solidaridad para con el débil. Utilizando el internet, los monopolios del entretenimiento y la “educación” formal, los señores del capital lograron distorsionar en millones de jóvenes el sentido de colectividad, sustituyéndolo por un individualismo extremo basado en la CODICIA. Con ese propósito, la reforma educativa neoliberal reformó las leyes relativas a la Educación que permitieron crear más normales particulares y recortar el presupuesto a las públicas. Se favorecieron los “valores” empresariales de  COMPETENCIA y EMPRENDEDURISMO[3] en detrimento del trabajo, el amor a la Patria y el respeto por el otro.

A la generación nacida entre 1980-1996, (millennial) y posterior, desde el nivel básico hasta el superior les repitieron incesantemente que ser pobre es decisión personalque las “oportunidades” siempre están al alcance de TODOS, ¡por igual!; que su pobreza es culpa propia porque no supieron aprovechar las oportunidades para ser EXITOSOS; o que no fueron suficientemente “valientes” para  asumir los riesgos de enriquecerse sin medida.

Dicho discurso, acompañado de una parafernalia visual y auditiva,  promueve a personajes famosos por su riqueza como modelos a seguir. Con esa basura nutren diariamente el espíritu de quienes aspiran ser TRIUNFADORES en la vida persiguiendo la acumulación monetaria. Los pocos que logran convertirse en millonarios estafando al prójimo, tarde se dan cuenta del mal que se ocasionan a sí mismos y a los demás. Rechazan o desconocen lo que escribió antes de morir  el prototipo mundial del emprendedor exitoso, Steve Jobs[4]: “No dejar de perseguir la riqueza, sólo puede convertir a una persona en un SER RETORCIDO, igual que yo”. Steve sacrificó sus sueños dedicando su existencia a la acumulación … de cosas materiales. Su carta publicada póstumamente demostró cuan destructivo resulta tal aspiración.

Por otro lado, quienes no logran salir de su pobreza a pesar de intentarlo, sufren un proceso de autoinmolación psicológica, autoculpándose de su condición de “perdedores”. Su enemigo ya no es quien causa su pobreza sino ellos mismos; o, si acaso, el colega, el amigo, el compañero; el hermano de clase.

Con el internet, esa perversa manipulación se amplió abrumadoramente impactando el cerebro de niños, jóvenes y adultos con misiles de alta precisión provocándoles confusión, miedo, desconfianza y una sensación de vulnerabilidad total. Es un modo efectivo de romper los lazos comunitarios. Los monopolios de Facebook, Google, Amazon, tweter y Apple son ahora las cárceles donde aprisionan la mente de millones de usuarios. Basta ver el documental “El dilema de las redes sociales” o leer el libro “Superficiales” de Nicholas Carr, para descubrirlo. El intenso flujo de imágenes, sonidos y datos, logran dejar al internauta sin posibilidad de desarrollar un pensamiento profundo. Ya bloqueada su capacidad de concentración y reflexión, termina transformado en un Ser tan SUPERFICIAL que hace de la ignorancia, la estupidez y la incultura, antes vergonzantes, ufanas preseas.

Pocos internautas superan su indiferencia ante las injusticias. Decía Héctor Suárez que la mayor muestra de rebeldía de algunos mexicanos es gritar “¡puto!” a un jugador, desde el anonimato que permite la muchedumbre alcoholizada en las tribunas de un estadio de futbol. Algo no esta bien en la red, pues a pesar de la enorme disponibilidad de información está procreando más analfabetas funcionales que sabios. El acto de comprar (compro luego existo, Guadalupe Loeza) se convierte esencialmente en un evento de realización personal. Las actividades de dormir, consumir chatarra y chatear así como las actividades extremas y explosivas complementan ese falso sentido existencial.

Resulta natural que así sea, pues el Sistema mercantilista, al mismo tiempo de vaciarles el cerebro, les estimula el deseo obsesivo de poseer cosas, sin trabajar. Ya desposeídos de su voluntad de SENTIDO del SER, los jóvenes son sumergidos en la SUPERFICIALIDAD total resultando incapaces  de luchar por un ideal fundado en el esfuerzo honesto y desinteresado.

Le propongo un ejercicio para indagar que tanto se encuentra afectado por la SUPERFICIALIDAD. Si contesta afirmativamente las preguntas siguientes, ya no indague más la causa de su frustración:

¿Intenta transformar su dolor o culpa en algo positivo dañando a otros? ¿Piensa que perder dinero es una tragedia? ¿Su prioridad es ser admirado y obedecido? ¿Busca con delirio el placer y el ocio? ¿Las causas sociales son causas perdidas? ¿Cree merecer todo sin dar nada a cambio?[5].

Por supuesto, hay padres que se ocupan de sus hijos supervisándoles el uso de internet y demás tecnologías digitales, les enseñan a respetar lo ajeno, trabajar, leer libros y amar su cultura. Son jóvenes que caminan por el mundo levantando en alto la utopía de sus sueños o la posibilidad de invertir la pirámide de la ignominia globalizada. Como ya se dijo en el inicio, en México, los normalistas de Ayotzinapa y Mactumactzá son ejemplo de esa hermosa juventud rebelde.


[1] John Horgan; Wall Street Journal. Tomado del libro “Superficiales“ de Nicholas Carr, pág. 4.

[2] Frase escrita en el patio central de la Escuela Normal de Ayotizinapan.

[3] Palabra derivada del término anglosajón “entrepreneurship”.

[4] Empresario en el sector informático y la industria del entretenimiento estadounidense. Cofundador y presidente de Apple. Máximo accionista de The Walt Disney Company. https://www.youtube.com/watch?v=K9vmAd45lHw (1955-2011).

[5] Preguntas elaboradas con base al libro de Víktor Frankl, titulado “En el principio era el sentido

Fuente e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com/dominados-por-la-superficialidad/

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