Por: Jorge Salazar García
En la entrevista que el ex empleado deGoogle, TRISTAN HARRIS diera a Jeff Orlowski, director del documental “El dilema de las redes sociales”, informó que en la Universidad de Stanford hay laboratorios donde desarrollan tecnologías de persuasión; ahí enseñan técnicas para modificar el comportamiento humano invadiendo el tronco cerebral del usuario, plantarle un hábito inconsciente y programarlo sin que se de cuenta. Revela que cuando estaba en Gmail nadie hacia nada para reducir esa adictividad inducida. Eso le condujo a elaborar una presentación en la que además de alertar a la gente sobre los impactos negativos que el uso irracional de las redes ocasionan dio origen a un movimiento cuyo propósito es evidenciar cómo Google y Facebook, con técnicas de crecimiento acelerado, logran retener su atención. Es como un experimento carcelario: atrapan personas en la matrix y, aprovechando sus debilidades psicológicas hackean su mente para ganar grandes cantidades de dinero. Por cierto, el tío Sam utiliza la tecnología digital en sus golpes blandos y guerras híbridas en contra de los países que no se someten a sus dictados. Empleando las redes sociales magnifica la inconformidad, altera la realidad y crea estados de pánico para derrocar gobiernos legalmente constituidos, tal como lo están intentando con CUBA en estos momentos con la campaña “#SOSCuba”.
“Necesitamos un chupete digital para no sentirnos solos ni temerosos”
Tristan agrega que, operando algoritmos sofisticados, logran alterar el sentido de valoración e identidad de los niños, quienes, al demandar “likes”, esperan ser aceptados socialmente cada cinco minutos. A pesar de que ningún padre quiere que sus hijos crezcan manipulados comparándose con estándares irreales de belleza, las redes los manipula ofreciéndoles un “CHUPETE DIGITAL” cada vez que la soledad, el temor, la tristeza y frustración les invade. Recomienda que, aunque estemos en desventaja frente a esta tecnología, NO debemos darnos por vencidos. Hacerlo, significaría más adicción, polarización, apología de la ignorancia y nihilismo existencial. Imaginen, propone, un mundo en el que ninguno cree en la verdad ni en nadie: sería un jaque mate a la humanidad. Culpa al MODELO actual de NEGOCIOS, pues su corrosiva codicia determina el uso negativo de la tecnología digital.
GUILLAUME CHASLOT: Este ex ingeniero diseñó un algoritmo extremadamente eficiente para aumentar la polarización social dando abrumadoramente “recomendaciones”.
CYNTHIA M. WOKG, (Investigadora de internet y observadora de los Derechos Humanos) afirma que Facebook ENTREGÓ AL EJÉRCITO la tecnología para manipular la opinión pública. Con ella lograron incitar la violencia en contra de los musulmanes, incluyendo asesinatos masivos, incendios de aldeas, violaciones y otros crímenes de lesa humanidad que han obligado a 700 mil a abandonar su país. Desde el centro de mando en Silicon Valley, controlan la información, tal como lo aceptó el director de la Liga Anti difamación judía y ex asesor de Obama, Jonathan Greenblatt, al expresar: “nosotros le decimos a YouTube, Facebook y Twitter a quienes deben censurar”.
¿Cómo logran hacernos adictos?
Utilizando estrategias invasivas de persuasión en las redes se puede generar confusión, ansiedad, estrés, miedo, frustración, narcisismo y adicción. Se inyecta a la gente fuertes dosis de teorías de SUPERACIÓN e individualismo extremos. Mediante programas de RECOMPENSAS INMEDIATAS (likes) se estimula la producción de DOPAMINA (neurotransmisor relacionado con el placer, el bienestar) para trocar las emociones negativas por sensaciones de satisfacción y felicidad. La trampa, como en la drogadicción, es que para generar el mismo placer inicialmente obtenido, conforme pasa el tiempo, debe incrementarse la dósis, lo cual profundiza la dependencia y los estados emocionales que se pretenden evitar.
Tecnopatologías generadas por la red.
Especialistas e investigadores (psicólogos, neurólogos, pedagogos, etc.) han atribuido los siguientes trastornos a la adicción digital.
Nomofobia: pánico a quedarse sin celular o ser apartado de él.
Ciberadicción: necesidad imperiosa de estar conectado a la red. Aún sin ser adicto, como afirmara John Horgan del Wall Street Journal, “el Internet esta convirtiendo a nuestros hijos en cabezas de chorlito, acelerados e incapaces de meditaciones profundas”.
Síndrome de la llamada imaginaria: constante sensación de haberse perdido una llamada o mensaje.
Cibermareo: desequilibrio físico por mantener una postura anormal frente a la pantalla.
Depresión del Facebook: pérdida de interés por las actividades y responsabilidades cotidianas.
Cibercondria: preocupación excesiva de padecer enfermedades conocidas en la red.
Efecto Google: rapidez con la que el cerebro olvida nombres, datos, textos, debido a su disponibilidad inmediata en internet. ¿Para qué gastar memoria si todo esta ahí cuando se necesita?
El síndrome F.O.M.O. (fear of missing out): miedo a perderse algo.
Apnea de WhatsApp: revisión compulsiva del celular para ver si alguien se ha puesto en contacto.
¿Cómo evitar ser atrapados por la red?
Lo primero es reconocer el hecho de que permanecer conectados podría causarnos la pérdida de control de nuestras vidas. Lo segundo es convencernos de que la información es filtrada a conveniencia de quienes pagan por ello, cambiando la manera en que interpretamos el mundo y; por último, intentar usar racionalmente las redes sociales.
Acciones concretas para curar o evitar la adicción.
a)Deshabilitar las notificaciones no útiles.
b)No usar redes sociales hasta los 16 años.
c) Rechazar recomendaciones para ver videos o contenidos de fuentes desconocidas.
d) Seguir a personas con opinión opuesta a la nuestra. De ese modo rompemos “tendencias”, se amplían la visión y la tolerancia; aprendiendo, incluso, de quienes no nos agradan.
e) Desconectarse una hora antes de ir al dormitorio dejando fuera de este el celular, tableta y ordenador.
f) Reflexionar antes de cliquear likes.
Los padres de la generación “Alfa” (2010-2025), de niños que crecieron con el celular o la tableta en las manos, deben saber que el aumento de la depresión, ansiedad y SUICIDIOS de menores está relacionado con el uso de la tecnología digital. El psicólogo social Jonathan Haidt dice, con base en datos oficiales de los Estados Unidos, que la segunda causa de muerte en esas edades es el SUICIDIO después de los accidentes. En mujeres de 15 a 19 años se duplicaron entre 2007 y 2015 y entre los niños creció 30% en el mismo periodo. Tal tragedia NO es el resultado sólo del uso irresponsable de las redes sociales, sino de la forma irresponsable en la que las redes tratan a sus usuarios.
Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com