Por: Dr. Roberth Morea.
Docente-Investigador
UNERG-San Juan de los Morros, Venezuela.
Muchas veces creemos conocer quiénes somos…..! un mundo de referentes y percepciones se adentran en nuestra conciencia, y otro paralelo ocurre en las miradas que a lo externo posan sobre nosotros…..incluso mirarnos al espejo en algunas ocasiones suele ser un acontecimiento con el cual chocamos, pues lo que miramos no es un semejante a lo que descansa en el inventario de expectativas que subyace en nuestra conciencia. Por ello, en oportunidades pasamos desapercibidas muchas actitudes que reflejamos cuando caminamos, nos sentamos, conversamos, incluso cuando hacemos silencio. Nuestro cuerpo transmite información con sentidos en la percepción de otros. ¡Que complejo es adivinar y saber lo que proyectamos con nuestra imagen!
Es por tal razón, que Wittgenstein a través de su teoría figurativa o pictórica del significado nos explica cómo el lenguaje puede referirse al mundo y describirlo. Consiste en considerar que el lenguaje es una representación isomórfica o modelo del mundo, así tanto nuestro lenguaje como nuestro pensamiento tienen dos peculiaridades que sin duda están relacionadas pero que son distintas: con nuestro lenguaje nos referimos a las cosas y con él decimos algo de ellas; llamamos a la primera de estas capacidades lenguaje referencia y a la segunda sentido o significado.
En el actuar diario, nuestra proyección se constituye en imagen de lo que construimos como referencia en los demás, por ello, nos conocen, destacamos, o sencillamente pasamos desapercibidos. Conocer lo que proyectamos exige en nosotros un ejercicio constante y consciente de lo que hacemos, de lo que decimos, en el cómo, dónde, cuándo y a quién se lo decimos.
Cuando no conocemos lo que proyectamos nos constituimos en los principales distantes de nosotros mismos, nos sorprendemos de lo que otros expresan sobre nosotros, pensamos incluso que no es de nosotros de quien se habla, y llegamos a decir ¡es que no me conoce!, ¡esa no fue la intención en lo que dije! ¡…no me hice entender!, evidenciándose desconocimiento absoluto de las percepciones que sobre
nuestra imagen otros tienen, es aquí donde comenzamos a revisar nuestra actitud y la conciencia con que hacemos u omitimos respuestas y estímulos.
En ello, la importancia del lenguaje que empleamos, no sólo me refiero al verbal o escrito, sino al gestual. Así, debemos comenzar por comprender que no todos tienen los mismos sistemas de referencias y valores con los cuales desenvolverse y responder ante planteamientos que se realizan en lo cotidiano.
Hoy, es valioso que esa imagen que proyectamos, sea reconocida por nosotros inicialmente, y ello responde a la intención de lo que queremos mostrar, centrarnos en ello, es fundamental, construir una imagen requiere conciencia para recrearla y permitir que otros la perciban tal y como la queremos.
Nuestro reto, pensar que queremos construir sobre nuestra imagen, y nuestro compromiso es ser conscientes de lo que hacemos y expresamos verbal y gestualmente en nuestro hacer cotidiano. Nuestra imagen es un poder y nosotros podemos decidir cómo hacer para aflorarla y mostrar lo mejor de ella.
Fuente: El Autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación
Cierto cada línea expresada por el Dr. Roberth Morea, realmente es díficil saber qué proyectamos hacia los otros. Lo que si es cierto es que debemos ser mejores como seres humanos y expresar a través de palabras o gestos, lo deseamos hacíamos nosotros mismos.
Lo felicito Dr. Morea, desde la distancia deseo que continúen sus éxitos. Bendiciones en abundancia.