La urgencia de consolidar pedagogías feministas

Por: Selene Kareli Zepeda Pioquinto/CII-OVE

Es marzo y los días se pintan de violeta, esto, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, recordando aquel hecho histórico que suscitó el 08 de marzo de 1908, donde 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. Su lucha se enmarcó en exigir un trato digno, demandando un salario justo respecto a los hombres y una jornada laboral consiente. No obstante, el dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar, lamentablemente el incendio, y la osadía del dueño al negarse a escucharlas, acabó con sus vidas. Es así como a partir de aquel momento se comenzó a exigir con mayor fuerza y a nivel mundial la reivindicación de derechos laborales, políticos, sociales, educativos, económicos, reproductivos, de las mujeres.

De tal manera, desde entonces y hasta la fecha se han sumado voces de cada rincón del mundo que cuestionan el sistema político y cultural que es el patriarcado. Las mujeres hemos salido a tomar las calles para hacernos escuchar, generando presión social desde grandes avenidas, así como desde las serranías, para que los parlamentos atiendan nuestras reivindicaciones; demandas que van desde el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, salarios equitativos entre hombres y mujeres, acciones inmediatas contra la violencia por cuestión de género, de clase y de etnia ―misma que se acentúa más en mujeres que en hombres―, castigo a los feminicidas, educación sexual, aborto legal y gratuito; sin embargo, muchas de las veces nos seguimos encontrando con muros, balas o desapariciones que intentan silenciar, lo que ha dado pie a que las mujeres desde las diversas particularidades tomemos acción, un claro y contúndete ejemplo han sido La Rastreadoras, quienes son un grupo de mujeres en México, que ponen el cuerpo en un trabajo en el que tienen en contra incluso al Estado mexicano: salir todas las semanas a buscar a sus desaparecidos.

En este contexto y bajo esta conmemoración, es que hoy me permito apuntar hacia la urgencia de crear y consolidar pedagogías feministas que generen reflexión y nuevas prácticas tanto dentro como fuera de las aulas, que se inscriban en generar conciencia respecto a los procesos generales y particulares que atraviesan el aquí y ahora de las batallas contra la cultura patriarcal, que atraviesa a mujeres y hombres: a todes. Destacando que esas pedagogías feministas requieren tocar los espacios públicos y privados, los Sistemas Educativos y educaciones populares. Se vuelve necesario pensar la educación desde una perspectiva emancipadora, feminista, antipatriarcal, antiracista y anticapitalista, siendo una provocación para trasformar las prácticas reproductoras del patriarcado. La educación como campo de batalla y de trasformación, donde las mujeres somos personas con dignidad y derechos por justicia social.

 

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Selene Kareli Zepeda Pioquinto

Socióloga de la educación y maestra en Desarrollo Educativo