Por: Sofía García-Bullé
No solo estudiantes, también docentes, personal de investigación y de apoyo verán afectadas sus posibilidades de estudio y trabajo.
La derogación de Roe vs. Wade en Estados Unidos ha causado gran impacto en la sociedad estadounidense. La decisión de la Suprema Corte de Justicia de otorgar a los estados autonomía para regular los derechos reproductivos como mejor les parezca ha dejado a millones de personas con capacidad gestante en una situación crítica. Estados como Texas, por ejemplo, podrá hacer ejercicio de una ley que motivará a la ciudadanía con una recompensa de $10,000 dólares a denunciar a cualquier persona que busque terminar su embarazo después de la sexta semana, un plazo en el que la mayoría de las personas embarazadas ni siquiera saben aún que lo están.
Georgia está a un paso de que entre en vigor la ley HB 481, o “ley del latido del corazón”, que prohibiría la realización de abortos mientras el feto presente actividad cardiaca. Aun con una consideración de circunstancias especiales, esta ley sería altamente perjudicial para madres con embarazos no viables, que tendrían que esperar a que su doctor consultara a su departamento legal para recibir tratamiento necesario que podría no llegar a tiempo para salvarles la vida. Varios estados como Missouri y Ohio ya tienen activas leyes que prohiben el aborto sin excepciones de incesto o violación, llegando a casos tan extremos como el de negarle el acceso al aborto a una víctima de 10 años. El panorama completo de un país está cambiando rápidamente a niveles irreconocibles. Ante la certeza de una generación completa que será forzada a llevar embarazos a término. ¿Qué significa esto para el futuro educativo y de las instituciones que lo proveen en nuestro país vecino?
Éxodo estudiantil
La geografía se volverá un tema clave para quienes buscan estudiar una carrera en Estados Unidos. Específicamente, qué estados protegen el derecho al aborto y cuáles no. De los 52 estados, solo 16 y el distrito de Columbia protegen los derechos reproductivos en toda su extensión. En el resto del país no están codificados o se legisla activamente para restringirlos. El derecho al aborto es clave para el acceso a la educación, continuar una carrera se vuelve desde enormemente más difícil hasta imposible cuando por ley, un estudiante debe llevar un embarazo a término y, en la mayoría de los casos, un rol parental.
“Hay algunas escuelas en Pensilvania, como Carnegie Mellon, a las que me hubiera emocionado mucho ir. Pero no quiero tomar ese riesgo, estar ahí cuatro años y que a mitad de camino decidan que quieren restringir el aborto”. Explicó la estudiante de último año de preparatoria , Chantal Mann, para la revista Vice. Solo tiene 16 años, pero el estado actual de las leyes en su país la orilla a ella y a millones de personas con capacidad gestante a reducir considerablemente sus opciones para cursar carrera.
El impacto sobre la universidades
Lo anterior no solo afectará a los estudiantes, también a las universidades en estados con leyes restrictivas que podrían ver seriamente reducida su matrícula ante la imposibilidad de proteger a la comunidad estudiantil de leyes que coartan los derechos reproductivos. Personal educativo, administrativo, investigadores y generadores de conocimiento también enfrenta un panorama complicado, ante la decisión de buscar fuentes de empleo en estados con menos restricciones.
Además de esto, el trabajo de investigadores en el área de la salud femenina se perfila para volverse más complicado. Existe una enorme necesidad de replantearse cómo abordar la investigación en un país que no ve los derechos reproductivos como un asunto de categoría sanitaria. Los docentes y estudiantes de áreas médicas serán especialmente vulnerables a estos forzosos cambios en el currículum. Si en su estado se aplican leyes que prohíben hasta hablar sobre las opciones de salud reproductiva, ¿hasta dónde va a ser legal enseñar a los médicos sobre salud reproductiva y ginecología? ¿Podría esto cambiar inclusive la forma en que se practica la medicina en Estados Unidos?
El problema de los datos
Investigadores, docentes y estudiantes de medicina no son los únicos que tendrían de qué preocuparse si pertenecen a instituciones en estados hostiles a los derechos reproductivos. También para los especialistas en informática, para quienes el alcance de la derogación de Roe vs. Wade va mucho más allá de simplemente restringir el aborto, el principio que se usó como base para la propuesta a la Suprema Corte hace ya 50 años fue el derecho a la privacidad.
Con este derecho en entredicho, los fiscales de los estados en los que el aborto es ilegal podrían demandar información que les ayude probar que se ha relizado un aborto. Por ejemplo, datos como los que ofrecería una aplicación de monitoreo de ciclo, o los registros de solicitud de atención médica y consejería en las universidades.
El acceso a la educación
Todos los aspectos anteriores tienen el potencial de cambiar radicalmente tanto la experiencia educativa como los programas didácticos y el cómo se construye una relación con la comunidad estudiantil en las universidades, pero sin duda, quienes recibirán el mayor impacto por la decisión de la Superma Corte serán las personas con capacidades gestantes que buscan una educación superior.
“Una consecuencia predecible las prohibiciones y restricciones legales para el aborto y las que podrían aplicar para los anticonceptivos, será la reducción de la asequilidad educativa para las personas que enfrenten embarazos no planeados y paternidad, las que sufran daño por abortos ilegales y las que sean perseguidas y convictas por terminar un embarazo”, comentó Jo Ellen Parker, vicepresidenta senior del Consejo independiente de Universidades en una nota de opinión para Higher ED Dive. Explicó también que el aumento de la participación femenina en la educación superior (tanto en un rol de estudiante como de docente) ha sido económica y socialmente transformador para las mujeres, sus familias y comunidades. Este progreso se vio posibilitado principalmente como resultado de permitir que las mujeres y personas con capacidad gestante tuvieran la libertad de ejercer sus derechos reproductivos.
Esta facultad ha sido históricamente crucial para asegurar la presencia femenina en espacios didácticos, públicos y de toma de decisiones. La decisión de la Suprema Corte de Estados Unidos no se reducirá simplemente a la pregunta de si será posible abortar o no, traerá consigo la certeza de que cincuenta años de posicionamiento en la esfera educativa y el mundo laboral están a punto de ser borrados en gran parte de un país que se autonombra “líder del mundo libre”.
Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx