Drops /OVE / 28 de julio, 2025
Representantes de la UNESP, la Universidad Renmin (Pekín), el consulado chino y el grupo parlamentario Brasil-China lanzaron un manifiesto este viernes (25) tras un evento en el Hotel Hilton de São Paulo. El documento de consenso considera las políticas de derechos humanos entre China, América Latina y el Caribe.
El segundo evento sobre el tema en Brasil incluyó debates sobre la desdolarización, Pix, la inclusión del sur global y temas relacionados con los BRICS. Vea el manifiesto enviado por la organización a continuación.
Consenso de São Paulo sobre Comunicación y Cooperación en Derechos Humanos entre China y América Latina y el Caribe
25 de julio de 2025
- El mundo atraviesa actualmente cambios sin precedentes en siglos pasados. Diversos riesgos entrelazados y superpuestos, nuevas tensiones geopolíticas y enfrentamientos entre bloques, y el resurgimiento del unilateralismo y el proteccionismo plantean nuevos desafíos para la protección de los derechos humanos y su gobernanza global. El 25 de julio de 2025, representantes de 20 países nos reunimos en São Paulo, Brasil, para la Segunda Mesa Redonda China-América Latina y el Caribe sobre Derechos Humanos. Mantuvimos un profundo intercambio sobre el tema «La Comunidad de Futuro Compartido China-América Latina y el Caribe y el Desarrollo de la Causa de los Derechos Humanos», alcanzando un amplio consenso.
Wang Wen de la Universidad Renmin de China
2. Reafirmamos nuestra comprensión esencial de que los derechos humanos tienen un carácter universal, pero también específico. El avance de esta causa en cada país debe respetar su historia, cultura y etapa de desarrollo, adoptando vías de desarrollo y modelos de protección compatibles con sus realidades nacionales. Es fundamental promover, de manera integrada, los derechos civiles y políticos, junto con los derechos económicos, sociales y culturales, garantizando el ejercicio pleno y equitativo de los derechos humanos para todos los grupos sociales. Para ello, es necesario construir un entorno pacífico y estable con condiciones económicas y sociales adecuadas, eliminando todos los obstáculos que impiden el pleno desarrollo de estos derechos.
3. Creemos que el avance científico y tecnológico, así como la aplicación de las nuevas tecnologías, debe estar siempre al servicio de la promoción del bienestar, la dignidad y la libertad humanos. La tecnología digital y la inteligencia artificial presentan oportunidades y desafíos para la protección de los derechos humanos. Es fundamental garantizar que los beneficios del desarrollo tecnológico lleguen a la mayoría de la población, evitando su concentración en unas pocas manos y previniendo la aparición de nuevas desigualdades e injusticias sociales. Es necesario promover el empoderamiento digital en toda la sociedad y aumentar la alfabetización tecnológica de la población. Además, debemos impulsar la creación de estándares éticos internacionales para el uso de la inteligencia artificial, promover el uso responsable de las tecnologías digitales e inteligentes en beneficio del bien común y garantizar que su aplicación contribuya a la protección de los derechos fundamentales de las personas y no se convierta en la causa de nuevas crisis humanitarias.
4. Entendemos que un entorno ecológico equilibrado representa una de las formas más integrales de bienestar social. Problemas como el cambio climático, la contaminación y otros desafíos ambientales impactan directamente el derecho de cada persona a la subsistencia, el desarrollo y la plena realización de los derechos humanos. Para garantizar estos derechos, es esencial promover un modelo de desarrollo económico de alta calidad, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y expandir las industrias verdes, beneficiando tanto a las generaciones actuales como a las futuras. Para ello, es necesario fortalecer la cooperación en la gobernanza ambiental, respondiendo eficazmente a los efectos del cambio climático en los grupos más pobres y vulnerables, y asegurando que los beneficios de este proceso lleguen a todos. Reconocemos también que los países del Sur Global necesitan desarrollar simultáneamente sus economías y proteger el medio ambiente, y que es esencial respetar su derecho a definir planes de acción climática y estrategias de desarrollo sostenible según sus condiciones y capacidades.
5. Comprendemos la importancia de fortalecer la unidad y la cooperación, promover el desarrollo mediante alianzas y asegurar la promoción de los derechos humanos en este proceso, con miras a construir una comunidad de futuro compartido entre China, América Latina y el Caribe. En la cooperación económica e industrial entre estas regiones, es fundamental considerar las necesidades de protección social y garantizar los derechos e intereses de los trabajadores mediante marcos legales. Es necesario ampliar los resultados conjuntos en áreas como la reducción de la pobreza, el desarrollo sostenible y la innovación científica y tecnológica. También es fundamental fomentar el aprendizaje mutuo entre las civilizaciones china, latinoamericana y caribeña, valorando el papel de la academia como nexo de diálogo y promoviendo intercambios y colaboraciones de alto nivel entre universidades, centros de investigación e instituciones académicas de las tres regiones.
6. Creemos en la necesidad de practicar un multilateralismo genuino, promoviendo conjuntamente la equidad y la justicia globales y apoyando la participación activa de los países del Sur Global en la gobernanza internacional de los derechos humanos. Abogamos por que todas las naciones adopten los valores comunes de la humanidad —paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad— y promuevan una gobernanza global más justa, equilibrada, inclusiva y transparente, contribuyendo a la construcción de una comunidad de futuro compartido para todos. Rechazamos la politización y el uso indebido de las cuestiones de derechos humanos como pretexto para la injerencia en los asuntos internos de otros países. Reafirmamos nuestro apoyo al sistema de las Naciones Unidas como plataforma central para la gobernanza global y la cooperación multilateral, así como al papel del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que debe actuar de manera más justa e imparcial.
7. Reconocemos y valoramos los esfuerzos de la Mesa Redonda China-América Latina y el Caribe sobre Derechos Humanos para promover la cooperación y el aprendizaje mutuo entre las civilizaciones china, latinoamericana y caribeña. Abogamos por el establecimiento de plataformas y mecanismos duraderos para ampliar los intercambios y la cooperación entre China y América Latina, como la Red de Investigación y Cooperación en Derechos Humanos China-América Latina y el Caribe, y fomentamos activamente la investigación colaborativa entre las partes. Acogemos con satisfacción la participación de más representantes de diferentes países y regiones en esta Mesa Redonda, con el objetivo de fortalecer continuamente el consenso sobre derechos humanos entre China y los países de América Latina y el Caribe.




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