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La USICAMM y el CENEVAL: el gran negocio

Por: Abelardo Carro Nava

 

¿En verdad no habría la posibilidad de pensar en mecanismo diferente mediante el cual se pudiera favorecer el ingreso, promoción o el reconocimiento docente?

 

Recuerdo con bastante claridad las imágenes y relatos de varios profesores que, durante la aplicación de las evaluaciones punitivas de desempeño docente en el sexenio peñanietista – comandadas por el Sargento Nuño – dieron cuenta del uso de una violencia desmedida por elementos de las supuestas fuerzas de seguridad pública.

En Xalapa, Veracruz, por ejemplo, varios profesores con cierto aire de impotencia, coraje o frustración, narraban por aquellos años cómo varios elementos policiacos o paramilitares (vestidos de civiles), en las calles contiguas a Plaza Lerdo, se postraban garrote en mano con la intención de amedrentar a aquellos docentes que pretendía manifestar su rechazo a esa evaluación magisterial. De hecho, como podrá recordarse, por las redes sociales recorrió la fotografía del actual Gobernador de esa entidad federativa en medio de la gresca, con el brazo y mano derecha extendida hacia arriba y los dedos en señal de victoria.

Imposible no recordar lo que en Guerrero también sucedía por esas fechas, dadas las intensas movilizaciones magisteriales de rechazo a esa evaluación punitiva aplicada por la extinta Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD): grupos antimotines de policías federales apostados en la entrada de la Avenida Escénica, cerca de la Base Naval, puesto que en el Hotel Resort Mundo Imperial y Hotel Fairmont Princess se aplicarían las evaluaciones a los profesores de distintos lugares de ese estado del país. Hoteles que a decir de varios mentores fueron pagados por la Secretaría de Educación de esa localidad, sin embargo, por lo que toca al traslado, aunque oficialmente se dijo que los profesores se trasladaron en sus propios vehículos, diversos rumores aseguraron que, dicho traslado se realizó en varios autobuses pagados por esa Dependencia, así como en helicópteros del gobierno estatal.

El sello distintivo de la Secretaría de Educación Pública a cargo de Aurelio Nuño durante ese periodo fue la violencia, aunque, por obvias razones, alguien podría señalar lo contrario porque está en todo su derecho de manifestar que sí deseaba ser evaluado. De hecho, como reiteradamente he escrito, durante esos años percibí que los docentes no se oponían a la evaluación como tal sino a su carácter punitivo plasmado en la mal llamada reforma educativa de 2013. En fin.

Llegado el lopezobradorismo al poder, con “nuevos” actores políticos y educativos que “lucharon” y “manifestaron” incansablemente su rechazo a las evaluaciones magisteriales en el sexenio pasado, poco o nada cambiaron los procesos de ingreso, promoción o reconocimiento de las maestras y maestros. La Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM), copia mal pero muy mal hecha de la CNSPD, desde inicios de este sexenio hasta nuestros días viene operando en la total opacidad e incompetencia sin que nadie, absolutamente nadie del Gobierno Federal, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) o de algunos colectivos docentes puedan tocarla con el pétalo de una rosa. Acaso, en varias ocasiones, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), han demandado su desaparición para dar paso a un mecanismo diferente que permita el ingreso al magisterio o su posible ascenso escalafonario. Pero nada más.

¿Dónde habrá quedado ese discurso que tanto prometía una revalorización del magisterio?, ¿dónde habrán quedado esos principios o “valores” que llevaron a cientos de actores a manifestarse en las calles porque ese esquema de evaluaciones docente vulneraba sus derechos laborales y profesionales?, ¿acaso aquí cobra sentido aquella frase tan conocida que señala que tales personajes pueden tener ciertos principios, pero si al jefe o al pueblo no le gustan pueden cambiarlos por otros?

Ahora bien, en medio de este asunto, ¿qué tiene que ver el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior, mejor conocido en el medio educativo por sus siglas CENEVAL? La respuesta es muy concreta: todo; porque esta figura, que poco llama los reflectores en la escena pública, encontró un gran negocio en el sistema educativo, desde luego avalado y permitido por el gobierno federal y/o estatales, tanto del sexenio pasado como del presente. Un secreto a voces que recientemente se hizo público a través del Canal en YouTube Soy Docente con un video cuyo título es más que evidente: ¿Cuánto paga la Usicamm a Ceneval por su programa de examen? (el video que puede consultarse en: https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=jNtNXv80BTQ).

El profesor identificado en este este canal como James Uchiha, expuso lo que otro usuario de las redes sociales identificado como El Profe Neto indagó a través del portal de transparencia: un contrato abierto anual (del 2022) para la prestación de servicios integrales consistentes en el desarrollo y mantenimiento de instrumentos de apreciación de conocimientos y aptitudes, así como su aplicación y calificación. Ojo, no hay que perder de vista tres momentos: el desarrollo y mantenimiento de los instrumentos de apreciación de conocimientos – es decir del examen, aunque la USICAMM diga que no lo es –, su aplicación y su calificación.

Pues bien, dicho contrato se observan datos que, por donde quiera que se miren, desde mi perspectiva resultan ser ofensivos para el magisterio y para la sociedad en general; por ejemplo, se señala que la USICAMM podría pagarle al proveedor (CENEVAL) como contraprestación por sus servicios integrales un monto mínimo de $277,223,000.00 y un monto máximo de $454,911,000.00, obviamente que por los servicios que brinde, la cantidad oscilaría entre los montos referidos.

Por lo que se refiere a los instrumentos de apreciación de conocimientos y aptitudes, en este contrato se establece que la USICAMM pagaría al CENEVAL la cantidad de $1,394,000.00, por cada uno de los exámenes que desarrolle; es decir, si para admisión se diseñan 17 instrumentos para docente inicial/preescolar, primaria, Secundaria Español, Secundaria Matemáticas, etc., por cada uno de estos instrumentos dicha USICAMM estaría erogando poco más de un millón de pesos. Pero si usted piensa que el tema ahí termina, la verdad es que no, porque también se debe pagar a CENEVAL los instrumentos para promoción horizontal, vertical y por horas adicionales. Un negocio millonario.

Ahora bien, por lo que se refiere a la aplicación de esos instrumentos, de nueva cuenta se señala que la USICAMM debe pagar al CENEVAL, por ejemplo, en educación básica por esos 17 instrumentos que ya diseñó y por los cuales se le pagó cierta cantidad, un monto total de $36,195,000.00. Cantidad que obviamente se va acrecentando con la aplicación de los otros instrumentos para promoción y de horas adicionales.

Finalmente, en cuanto al monto destinado para la calificación, se señala que la USICAMM debería pagar entre $16,800,000.00 a $44,000,000.00, dependiendo del número de participantes en los procesos; sin embargo, también se especifica que por cada uno de los exámenes calificados de cada uno los participantes (mediante la plataforma y programa), se deben de pagar $280.00. Imagine usted a cuánto ascendería el número de participantes en un año y multiplíquelos por esos doscientos ochenta pesos.

Visto lo anterior, ¿en verdad no habría la posibilidad de pensar en mecanismo diferente mediante el cual se pudiera favorecer el ingreso, promoción o el reconocimiento docente?, ¿es necesario que el gobierno federal destine millones y millones de pesos para la el diseño, aplicación y calificación de una serie de exámenes mal hechos y a través de una plataforma que siempre y en todo momento ha representado problemas de funcionamiento?

En verdad, no imagino que quien en su momento estuvo en contra de las evaluaciones magisteriales (del sexenio pasado), hoy día: 1. Coordine esta Unidad; 2. Mantenga prácticamente el mismo esquema evaluador mediante el cual se destinaban millones de pesos que solo han beneficiado a unos cuantos, y no precisamente me refiero a los docentes sino a los dueños de, por ejemplo, el CENEVAL; 3. Que bajo el discurso de una supuesta revalorización magisterial se siga impulsando una política eminente neoliberal y meritocrática en momentos en los que el Plan de Estudios 2022 para educación básica contiene un sentido eminentemente formativo bajo una evaluación de la misma naturaleza. En fin, la verdad es que no lo imagino.

¿Será entonces que: aunque algún neoliberal que se vista de izquierda neoliberal se queda?

¡Qué gran negocio!

Al tiempo.

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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Del Programa Sintético al Programa Analítico. El corazón de la NEM

Por: Abelardo Carro Nava

 

«En sentido estricto pienso que, entre el Programa Sintético y el Programa Analítico se encuentra el corazón de la Nueva Escuela Mexicana.»

Después de algunas décadas en que los planes de estudio completamente prescriptivos marcaron la ruta del quehacer educativo y docente en las escuelas, estamos en la antesala de la aplicación de un Plan de Estudio (el 2022) que, de cierta forma, busca superar la idea de que todo lo que deba ser enseñado en los planteles escolares deba ser de la misma forma y, tal vez, con el mismo criterio porque, con ello, supuestamente se lograrían los aprendizajes esperados. Así sucedió en el 2011 y su consecuente Plan de Estudio que, bajo un enfoque basado en competencias, dichos aprendizajes esperados se volvieron pieza medular para la generación del conocimiento debido a que éstos eran (aún lo son) el punto de partida para la enseñanza. De igual manera sucedió en el 2017 con el Plan de Estudio que, bajo un enfoque competencial, los aprendizajes clave colocaron a las competencias como el punto de llegada porque, después de haber transcurrido tan solo 6 años de la implementación del 2011, alguien determinó así debería ser y no de otra manera.

En medio de este asunto, el tema de la calidad educativa y su consecuente evaluación, puso en el centro la medición de los aprendizajes de las niñas, niños y adolescentes (NNA) a través de exámenes estandarizados; cómo olvidar la prueba del Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes (PISA) o la Evaluación Nacional de Logros Académicos en Centros Escolares (ENLACE), o también, el examen que se desprendía del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA); pruebas o exámenes estandarizados que, indudablemente, buscaban medir la idoneidad de un estudiante para “enfrentar” los retos del mundo contemporáneo; esto sin considerar que, por ejemplo, las diferencias socioeconómicas, culturales o familiares de los NNA influían e influyen en la adquisición de dicho aprendizaje, sin olvidar las prácticas de enseñanza y, desde luego, todo lo que ocurre en la escuela.

Se evaluaba parejo, no había de otra y, por supuesto, los números, los datos, las estadísticas, redujeron un proceso de evaluación de tal envergadura a una simple y llana mirada cuantitativa sin que lo cualitativo fuera tomado en cuenta. Ello podría explicar ¿por qué el maestro o la maestra tenía que enseñar tal contenido porque no había de otra? Ello podría explicar, ¿por qué la existencia de un Plan de Estudio completamente prescriptivo en las escuelas se convirtió en la “piedra angular” que determinaba la generación de conocimiento? Entonces, ¿no había otra forma de concebir la enseñanza y el aprendizaje que considerara las diferencias o las diversidades claramente manifiestan en un país tan diverso como el nuestro?

Hace unos meses, la sociedad y el magisterio mexicano conoció la propuesta curricular de este sexenio. Insisto, una propuesta que busca superar esa mirada prescriptiva señalada en los párrafos que anteceden a este. Cierto, el propio Gobierno Federal y la Secretaría de Educación Pública (SEP), incluyendo a los distintos funcionarios que han ocupado un lugar en estos espacios, han fracasado en la forma en que pudieron comunicar lo que pretendía (y pretende) este Plan de Estudio. Vaya, quién no recuerda el penoso momento que vivió la Secretaria de Educación frente al cuestionamiento que le formuló una reportera porque, sencillamente, no pudo responderlo dado que no conocía sobre el tema, aunque hubiera tenido formación en la docencia. O toda la serie de penosas y lamentables filtraciones que han sido la marca y/o sello distintivo de esta SEP y de sus propios funcionarios. Y qué decir de la paupérrima formación continua que se le ha brindado al magisterio en los Consejos Técnicos Escolares (CTE), ya no solo en términos de un Plan de Estudio, sino de todo aquello que significa una formación docente para la transformación de su quehacer y de su entorno. Y bueno, ni mencionar el penoso y lamentable protagonismo de un director de materiales educativos que, bajo una supuesta emancipación y una verborrea empobrecida por su falta de congruencia ideológica, “pelea” con todo el mundo que piensa y se expresa diferente a él porque, supongo, su concepción limitada le permite entender que el pensamiento crítico debe ser lo que él concibe como pensamiento crítico y no otro. En fin.

En medio de todo este asunto, algo ha venido sucediendo en las escuelas – más no en todo el Sistema Educativo “burocratizante” como bien podríamos definirlo –, desde luego, desde que los CTE modificaron la forma en la que deberían ser trabajados para dar paso a la construcción de lo que se denominó Programa Analítico a partir de los Programas Sintéticos. Muchos, pero muchos colectivos docentes comenzaron a organizarse en estos espacios para: conocer la propuesta curricular, construir formas de trabajo conjuntas, diseñar algunos formatos que les permitieran sistematizar las ideas, identificar las problemáticas del entorno y de la propia escuela – ya no como una tarea sin sentido – que inciden en los aprendizajes, revisar y retroalimentar sus propias construcciones, realizar las modificaciones a partir de la revisión de distintos materiales, etc.

Es cierto, ojalá lo señalado en el párrafo anterior fuera el común en todos los centros escolares a lo largo y ancho de la República Mexicana; desafortunadamente no es así porque, como se sabe, no todos los colectivos docentes están avanzando al mismo ritmo o con las nociones claras de lo que se puede hacer para contar con programas analíticos que les permitan adentrarse al plano didáctico, relacionado el abordaje de los contenidos una vez que se haya hecho: 1. El análisis del contexto socioeducativo para problematizar la realidad del entorno y la escuela, 2. La contextualización para analizar los programas sintéticos, grados-fases, estrategias nacionales (para el tratamiento de los contenidos de aprendizaje), pero también, para construir y seleccionar situaciones problema, para elegir la metodología a emplear (ABP, STEAM, EG, etc.), 3. El diseño para incorporar contenidos locales que no contemplan los programas sintéticos porque son propios de los contextos tan diversos en los que encuentra los NNA y maestras y maestros, pero también, valorar la pertinencia de dichos contenidos puesto que, como tales, deben responder a las necesidades específicas de la escuela, y 4. Finalmente, lo Didáctico, para que más allá de seleccionar un formato que puede, de nueva cuenta, burocratizar la enseñanza, la maestra o maestro pueda estructurar una planeación didáctica que le permita desarrollar su actividad sin esa prescripción contenida en los Planes de Estudio 2011 y 2017, pero también, para tener la capacidad, autoridad o autonomía para decidir lo que tenga que decidir en el aula y en la escuela porque es un profesional de la educación que, estoy seguro, puede con el reto que se le ponga enfrente, de ahí que sea importante que, por ejemplo, el libro de texto sea solo uno de los tantos recursos que pueda emplear para propiciar el aprendizaje de sus niños, y no el único. En fin

En sentido estricto pienso que, entre el Programa Sintético y el Programa Analítico se encuentra el corazón de la Nueva Escuela Mexicana; por supuesto, las maestras y maestros son una pieza clave en este proceso, pero, desafortunadamente, ni en este ni en otros sexenios han sido valorados como debieran. Hoy, por ejemplo, el profesorado mexicano sigue construyendo un Programa Analítico sin contar con los Programas Sintéticos definitivos y, mucho menos, con libros de texto concluidos. Hoy, por ejemplo, ha buscado la manera cubrir las deficiencias de una formación continua que por años se ha limitado a imponer un carácter instrumentalista, remedial y carencial. Hoy, por hoy, por ejemplo, hay colectivos docentes que han intentado cambiar “el chip” que por décadas les fue impuesto desde la centralidad y, por tanto, comienzan a elaborar sus propios productos sin la pesadez y rigidez administrativa que desde el centro y las periferias se establece o establecía. ¿Podrá la SEP estar a la altura de estas maestras y maestros que, si usted lo piensa bien, por décadas han sido maniatados por las prescripciones y las autoridades educativas que “todo lo saben y todo lo pueden”?, ¿podrán las maestras y maestros apropiarse de esa autonomía profesional, de la que tanto pregonan las autoridades que les han brindado, para formular sus propias propuestas alternativas que permitan mejorar su quehacer profesional en las escuelas?

Entonces, si consideramos que una pieza clave en el corazón de las NEM son las maestras y los maestros, ¿por qué colocar en un pedestal a quienes han visto de la educación un negocio para vivir del magisterio? Para nadie es desconocido que, hoy día, hay quienes venden, por ejemplo, cursos y manuales para la elaboración de un Programa Analítico; vaya, presentan tales esquemas instruccionales como productos que fueron elaborados a partir del trabajo que vienen realizando maestras y maestros en las escuelas, lo cual me lleva a pensar que, si el trabajo de los docentes son los que toman como referente para vender sus cursos y/o manuales, ¿por qué se vende o por qué se lucra con su conocimiento?, ¿hasta cuándo el o los docentes se darán cuenta de que son profesionales de la educación y, por tanto, su trabajo es importante porque saben y han podido hacerlo a pesar de las incompetencias de los gobiernos?

Desde luego, pienso que una ayuda o apoyo nunca está demás; a lo largo de estos años he aprendido de diferentes profesionales en su quehacer como Patricia Frola, Jesús Velázquez o Laura Frade; también, del mismo Ángel Díaz Barriga, Rosa María Torres, Etelvina Sandoval, Frida Díaz Barriga, Silvia Schmelkes, Gunther Dietz; sin embargo, y eso lo tengo clarísimo, el principal aprendizaje lo he adquirido de mis maestros y maestras, de mis colegas y, desde luego, de mis alumnos.

¿Cuándo las maestras y maestros recuperaran el protagonismo que les fue arrebatado para impulsar sus propios proyectos educativos con la intención de transformar hacia el bien común su entorno y el de sus alumnos? La nueva propuesta curricular materializada en el Plan de Estudio 2022, con todas y cada una de las fallas que podríamos discutir interminablemente abre ese espacio, el de la autonomía profesional por años demandada por un buen sector del magisterio. La pregunta en todo caso sería: ¿las maestras y maestros harán suya esa autonomía profesional para generar sus propias propuestas de intervención o seguirán (seguiremos) esperando lo que desde el centro emane y la autoridad determine?

Fuente de la información:    https://profelandia.com

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Maestro dónde está tu monumento

Por:  Abelardo Carro Nava

«La docencia se vive o no es docencia; aunque desde luego, es totalmente respetable quienes en su momento hayan tomado la decisión de no continuar el camino, porque en el camino, hay que decirlo, también se nos va la vida y no regresa.»

La tan nombrada y mal llamada “revalorización del magisterio”, simple y llanamente no ha llegado. De hecho, estas tres sencillas palabras, han sido empleadas sin ton ni son por cuanto político y/o funcionario de gobierno haya querido. No es para menos, se sabe que, en los trabajadores de la educación, se encuentra una fuerza muy poderosa que representa un buen botín político. Tratar de conquistarlos endulzándoles el oído, ha sido una práctica reiterada que se ha hecho visible una vez que se acercan las elecciones presidenciales o de los gobiernos estatales y municipales, pero también, sin excusa ni pretexto, cada que se acerca el 15 de mayo, fecha en la que en nuestro país se festeja con bombo y platillo a las maestras y maestros.

Curiosamente, sobre esta última fecha, desde el pulpito presidencial o gubernamental, año con año se pronuncian los mismos discursos, las mismas palabras, las mismas cantaletas: ¡Vendrán mejoras salariales!, ¡El maestro frente a grupo es lo más importante!, ¡Por fin se ha revalorizado a las maestras y maestros de México!, ¡Antes no se les daba el trato que ahora se les da porque hoy somos un buen gobierno, con sentido humano! Y luego, para no perder la costumbre, los homenajes, los reconocimientos, las fiestas, los bailes, las comilonas, todo gestionado por un Sindicato; claro, porque su prioridad tal y como se lee en sus estatutos, es “defender los derechos laborales y profesionales de sus agremiados”. ¡Vaya cinismo!, ¡vaya simulación!

Y es simulación porque en realidad, ni los salarios han mejorado y mucho menos se han defendido los derechos laborales y profesionales del magisterio. Sí, esa es una realidad que está ahí, es evidente, es visible; desafortunadamente no siempre se expresa como tendría que expresarse porque, de hacerlo, podría ser considerado un acto revolucionario y, por obvias razones, la fuerza del estado-gobierno y de su subordinado, el sindicato, actuarían para acallar los reclamos. ¿Qué puede esperarse en un país donde la corrupción y la impunidad reinan a cabalidad y sin miramientos?, ¿qué puede esperarse en un país donde el sistema educativo está cooptado por algunas autoridades educativas que, cual virreyes, imponen su autoridad más allá de los mandatan las leyes y/o reglamentos?, ¿qué puede esperarse en un país donde un sindicato es bueno para dos cosas: para nada y para nada?

Yo creo que la docencia es una de las profesiones más bellas.

A lo largo de mi vida he conocido todo tipo de maestras y maestros; indiscutiblemente, todas y todos han dejado huella, porque precisamente dejar huella, es una de las tantas posibilidades que brinda este maravilloso encuentro entre dos o más mundos. En absoluto podría catalogarlos como buenos y malos, tal y como alguien intentó hacerlo hace unos años a partir de ser idóneo o no idóneo; desde luego, una práctica “clasificatoria y discriminatoria” que en nuestros días no ha desaparecido, aunque allá y por acullá se diga lo contrario. No, en absoluto podría hacerlo.

Pienso que con la llegada de esa bendita “calidad educativa”, y todo en lo que en su nombre se ha cometido, la docencia ha dejado de tener el sabor de antes. Obviamente este, el de la “calidad”, podría ser uno de los tantos factores que han influido en ello, porque tengo claro que el mundo y la sociedad ha cambiado considerablemente en los últimos treinta años; sin embargo, hoy por hoy, pareciera ser que cumplir con un cúmulo de indicadores y estándares en razón de esa calidad y excelencia educativa es, por así decirlo, lo más importante.

¿Qué importan las sesiones o clases si lo que se debe entregar es el informe que pidió de un día para otro el supervisor porque así se lo solicitaron de la SEP?, ¿qué importa si en los estudiantes se observan un cúmulo de conductas que derivan de sentidos problemas en casa o de familia si lo relevante es acabar los contenidos porque ya viene el examen de diagnóstico o de zona?, ¿qué importa que los alumnos no hayan asimilado adecuadamente el proceso de escritura y lectura si lo relevante es que todos se promuevan al siguiente grado?, ¿qué importa si el padre o madre de familia jamás se haya acercado a la escuela si lo relevante es que el niño lleve en su boleta nueves y dieces porque de lo contrario podría tener problemas la maestra o maestro?, ¿qué importa todo el estrés, ansiedad, depresión o cualquier enfermedad del profesorado si lo relevante es que asista a la escuela porque de no hacerlo sería sancionado por su autoridad inmediata superior?, ¿qué importa si un trabajador de la educación no se presenta en unas semanas si lo relevante es que cumpla ciertas funciones sindicales porque es “ahijado” de alguien del sindicato?, etcétera, etcétera, etcétera.

Y aún con ello, sigo creyendo que la docencia es una de las profesiones más bellas; porque la docencia: o se vive intensa o apasionadamente dentro del salón de clases, con los alumnos, o no es docencia.

Fiestas, bailes, comilonas y falsas promesas salariales y profesionales seguirán existiendo. Así es la hipocresía en un mundo donde las verdades suelen convertirse en el enemigo. Afortunadamente, ninguno de estos conceptos se compara con un ¡Gracias maestra o maestro!; sí, un gracias que muy pocas veces suele expresarse pero que no puede imaginarse lo que significa en el alma de quien lo escucha.

Tristemente, leí con atención muchos comentarios que encontré en las redes sociales, específicamente en la página de Facebook “Cosas de profes oficial”, cuando ésta publicó un mensaje anónimo que a la letra decía: “Hola buen día, puede publicar de manera anónima por favor. ¿A qué se han dedicado los profes que han renunciado a su plaza? Estoy pensando seriamente en renunciar a mis horas de secundaria, el desgaste es demasiado y el sueldo es muy poco. Sumando a que diario tengo que gastar en gasolina. O también la pregunta, ¿ustedes han pensado en renunciar? Yo sí, esto es muy desgastante y las condiciones para los maestros no mejoran”.

¿A cuántos docentes, a lo largo de su carrera, no les habrá pasado por su mente renunciar? Sería atrevido hacer una aseveración de mi parte en este texto; sin embargo, a título personal podría decir que, por mi mente, en varias ocasiones se ha asomado esta idea, sobre todo en los últimos años por muchas de las razones que puede leer en los comentarios de la publicación que refiero; sin embargo, creo que lo ha mantenido viva o encendida la llama, y por lo cual aquí sigo, ha sido justamente descubrir cada día las maravillas que solo puede darte una profesión tan noble como ésta, claro, las enormes potencialidades que puedes ver en tus alumnas y alumnos; el aprender de ellas y ellos, el reflexionar y repensar mi actuar y quehacer en la escuela, el darme cuenta que las experiencias compartidas en un salón de clases son tan especiales que no las cambiaría por una fiesta, un efímero reconocimiento y, mucho menos, por un puesto.

Sí, la docencia se vive o no es docencia; aunque desde luego, es totalmente respetable quienes en su momento hayan tomado la decisión de no continuar el camino, porque en el camino, hay que decirlo, también se nos va la vida y no regresa.

¡Maestro dónde está el monumento tan prometido!

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El programa analítico: entre orientaciones, manuales y formatos. ¿Y el docente?

Por: Abelardo Carro Nava

 

» ¿Habrá tiempo para la elaboración de un programa analítico cuando la misma SEP no ha podido comunicar la relevancia de este proceso?»

La capacidad profesional que tienen las maestras y maestros, demostrada durante los meses en que duró la contingencia sanitaria por la COVID-19, prácticamente ha quedado en el olvido o, en el mejor de los casos, en un bello recuerdo que fue documentado por algunas instancias, organizaciones, investigadores, entre otros; por ejemplo, recuerdo con mucha claridad un documento que publicó hace unos meses la Comisión Nacional de Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) intitulado: “Experiencias de las comunidades educativas durante la contingencia sanitaria por covid-19”.

Como podrá leerse en este cuaderno de investigación educativa, específicamente en su Capítulo 2 ¿Cómo vivió la comunidad escolar la experiencia durante la contingencia sanitaria?, Estrategias para dar continuidad a la enseñanza y el aprendizaje, el 75.4% de los docentes encuestados, para seguir enseñando, señalaron haber diseñado actividades y materiales adicionales a las que la Secretaría de Educación Pública (SEP) determinaba, por ejemplo: a) fichas de trabajo y guías con la programación de actividades basadas en los aprendizajes claves o esperados del plan y programas de estudios, lo cual orientó a estudiantes sin conexión a internet ni señal de televisión o con alguna discapacidad; b) incorporación de actividades enfocadas al desarrollo de habilidades socioemocionales de los estudiantes, así como lúdicas; c) creación de su propio canal de YouTube y grupos en redes sociales para mantener un contacto ágil con los estudiantes, y la generación de escuelas virtuales en las que colocaron blogs por asignatura; d) desarrollo de proyectos situados o investigaciones especiales relacionados con las preocupaciones del momento; e) aprovechamiento de Google Classroom como medio de coordinación y colaboración entre docentes, en el que compartieron materiales de apoyo y organizaron las actividades del Consejo Técnico Escolar (MEJOREDU, 2020, p. 18); esto, como ya se dijo, considerando que las maestras y maestros también desarrollaban otras tantas actividades, propias de su ejercicio, como el planear, evaluar, llenar cuanto formato enviaba la SEP, etcétera, etcétera, etcétera.

Esta emergencia sanitaria, inédita en el mundo contemporáneo, puso al descubierto la creatividad, imaginación y conocimiento de miles de profesores a lo largo y ancho de la República Mexicana; no darse cuenta de ello, sería negar que, como sujetos activos en el ámbito educativo, tienen la capacidad suficiente para desarrollar las actividades relacionadas con su quehacer profesional. Vaya, quién no recuerda a aquel maestro o maestra que durante el momento más complido de la pandemia, se trasladaba a las comunidades para dejar y recoger las guías o cuadernillos de sus estudiantes, o aquel profesor que, en su camioneta, montó un pizarrón y descargaba unas sillas para que se sentaran los niños a recibir sus clases; y bueno, ni se diga de todos los videos, audios, tutoriales, aulas virtuales, en fin, de todos aquellas acciones que, independientemente de la propuesta de gobierno Aprende en Casa, surgieron de la mente, destreza o habilidad de los docentes.

Ahora bien, si los datos o información presentada por MEJOREDU fue correcta porque reflejaba parte de una realidad latente; si lo que llegamos a observar por varias semanas y meses, en cuanto al quehacer activo de maestras y maestros como un hecho único e inigualable durante este periodo de confinamiento, ¿qué nos orilla a pensar que este mismo docente no tiene la capacidad para elaborar un programa analítico?

Cierto, como bien se dice, venimos de una larga, pero larguísima tradición prescriptiva en cuanto al currículum y planes de estudio se refiere; pero, además, de otra larguísima tradición autoritaria e impositiva de parte de las autoridades educativas que no da cabida a la propuesta, creatividad o imaginación de los profesores. Tales cuestiones, obligarían a pensar que las cosas se han hecho así porque no hay de otra; y es cierto. No verlo, sería ignorar lo que de manera “oculta” ocurre en la otra realidad educativa, la de las maestras y maestros que, a pie puntillas, tienen que atender lo que se establece en los planes de estudio porque así se les mandata, pero también, lo que determinan las autoridades educativas sobre dicho plan, además de lo que a éstas se les venga en mente. La idea es que trabajen y punto, porque ello justifica el puesto del “jefe”.

Y bueno, en medio de todo este asunto, en los últimos 20 años han aparecido quienes, por los recovecos que ha generado la SEP, han incursionado ciertas “figuras educativas” que han sabido capitalizar las demandas surgidas por el establecimiento de programas de estímulos salariales a través de carrera magisterial o de los de promoción recientemente implementados. Claro, las demandas laborales que traen a cuestas las maestras y maestros, además de las que su propio entorno social y personal les impone, obliga a buscar la manera más concreta que facilite el cumplimiento administrativo o burocrático que el mismo sistema impone.

Entonces, ¿habrá tiempo para la creatividad cuando se pide que se vea un video de la Secretaría de Educación y después se comente?, ¿habrá tiempo para la imaginación cuando en los mismos Consejos Técnicos Escolares, el supervisor de zona, requiere que los colectivos docentes se organicen para los festejos del 10 de mayo, 15 de mayo, día del estudiante, la clausura o graduación?, ¿habrá tiempo para la elaboración de un programa analítico cuando la misma SEP no ha podido comunicar la relevancia de este proceso y, por lo cual, se tiene que buscar en la red no sé cuántas orientaciones, formatos y hasta manuales cuyo costo deja a uno boquiabierto?

¿Qué pasaría si al docente se le quitara la excesiva carga administrativa que tiene asignada?, ¿qué pasaría si contara con un fortalecido sistema de formación continua que le permitiera no solo comprender lo que persigue un modelo educativo y su consecuente plan de estudio, sino todo aquello que le permite cumplir con su función?, ¿qué pasaría si le dotará de esa autonomía que tantas veces se expresa en el discurso, pero que en los hechos es relativa, y a veces hasta nula?, ¿qué pasaría con esas “figuras educativas” que hoy día, cual mercaderes o mercenarios educativos, venden manuales para la elaboración de un programa analítico si es que la SEP hiciera su trabajo y hubiera una verdadera transformación del Sistema vertical, autoritario y prescriptivo?

¡Qué cosas! Endiosamos a quienes “viven” del magisterio, sin darnos cuenta que las maestras y los maestros han sido, son y serán, los protagonistas en los distintos procesos educativos.

Referencias:

MEJOREDU. (2020). Experiencias de las comunidades educativas durante la contingencia sanitaria por covid-19. https://editorial.mejoredu.gob.mx/Cuaderno-Educacion-a-distancia.pdf

Fuente de la información:  https://profelandia.com/

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Estrategia nacional de adicciones. ¿Otra vez la escuela?

POR: ABELARDO CARRO NAVA

«En una de las presentaciones de la estrategia Si te drogas te dañas, una estrategia en el aula, la profesora Leticia Ramírez señaló que la participación de los docentes sería voluntaria…»

Estrategias van y vienen, y la Secretaría de Educación Pública (SEP) no acaba de entender, que los problemas de salud que causan ciertas drogas no se erradican, primero, de la noche a la mañana y, segundo, que la escuela en solitario no puede resolver lo que a otras instancias por su propia naturaleza les corresponde atender, por ejemplo, la ola de violencia que se vive en el país o el incremento de los grupos de la delincuencia organizada ligados con el narcotráfico a lo largo y ancho del territorio mexicano.

Para nadie es desconocido que el narcomenudeo se encuentra cerca de las instituciones educativas y de los estudiantes, sino es que ya se ha “infiltrado” y convertido en uno de sus enemigos o amigo, según sea el caso, y por más crudo que pueda sonar mi comentario; es como un secreto a voces que, por obvias razones, no se ha hecho público porque, de hacerlo, podría causar la vida de los denunciantes. Entonces, siendo un tema tan delicado, pero tan importante como lo es para la vida de los seres humanos, particularmente, de los mexicanos, ¿por qué solamente la escuela tiene o tendría que asumir la enorme responsabilidad de abordar este tema en los planteles educativos?, ¿cuál es el papel del estado mexicano y las otras instancias relacionadas con la seguridad y salud pública?, ¿qué estrategia ha puesto en marcha el gobierno mexicano para erradicar los distintos cárteles de las drogas que, por más que se diga lo contrario, siguen tan presenten en México? En fin.

Justo hace unos días, cuando la titular de la SEP, la profesora Leticia Ramírez, presentaba la Estrategia Nacional Si te drogas te dañas, una estrategia en el aula, recordé otra estrategia que fue anunciada con bombo y platillo en el mes de octubre del año pasado y cuyo nombre hablaba por sí sola Déjalo ya. Alto riesgo a la salud por vapeadores, una estrategia de concientización que pretendía inhibir el uso de esos dispositivos para asegurar la salud de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

Como se recordará, en esta última estrategia, la población objetivo fueron los estudiantes de educación básica (primaria alta y secundaria), padres y madres de familia, docentes y directivos y, para ello, se propusieron diversos medios a utilizar como material didáctico, secuencias didácticas (para docentes), periódicos murales, hojas de consejos, infografías, carteles, podcast, webinars, spots en radio y tv, entre otros; además de que en alguna sesión programada para los Consejos Técnicos Escolares (CTE), también se abordó dicho tema. Entonces, ¿qué materiales son los que se propusieron para la primera estrategia señalada, la denominada Si te drogas te dañas? Una guía para docentes, un reposito en la red con diversos documentos relacionados con el tema, videos, carteles, etcétera, etcétera, etcétera. Lo anterior, bajo la encomienda de que los profesores podrían trabajar estos temas 3 veces a la semana, de 10 a 15 minutos, en alguna de las asignaturas como formación cívica y ética, biología, vida saludable, ciencias o en cualquier otra dado que los tópicos, a decir de la SEP, son transversales; y bueno, su intención es brindar información sobre cada una de las drogas y los daños que pueden causar a la salud de los seres humanos.

Hasta aquí, todo parecería indicar que la estrategia o estrategias propuestas por esta Dependencia de gobierno, son harto relevantes y necesarias dadas las demandas y problemáticas sociales que observamos en nuestros días; ¿quién se atrevería a señalar que tales campañas no son necesarias? Imagino que nadie.

El meollo de asunto es que, al ser temas y problemáticas en el que inciden una multiplicidad de factores, la escuela por sí misma no podría ir más allá del ámbito de su competencia; es decir, puede la escuela (y sus actores) estar plenamente comprometida en este proyecto; puede trabajar constantemente entre directivos, maestros, alumnos, padres de familia y otro agentes para su puesta en marcha; puede realizar una serie de acciones con la finalidad de sensibilizar y concientizar sobre el daño que representa a la salud el consumo de drogas; en fin, puede hacer lo que le corresponda hacer, pero si tales esfuerzos no se acompañan de hechos concretos y contundentes por parte de otras dependencias de gobierno, tales como la fiscalía, guardia nacional, ejército, marina, juzgados y jueces, ministerios públicos, centros de readaptación social, economía, trabajo y previsión social, salud, gobernación, y las que se acumulen, poco o nada significará lo que en las instituciones se hubiera emprendido. Así de simple, así de complejo.

Ahora bien, ¿no ha sido suficiente toda la serie de actividades que ya de por sí tienen asignadas las maestras y maestros, como para que de la noche a la mañana se implementen estrategias como las que he mencionado sin que se conozcan los resultados que se han obtenido en su desarrollo?, ¿no sería necesario que la SEP hiciera un ejercicio valorativo de la estrategia relacionada con el uso de vapeadores?, ¿no habría la imperiosa necesidad de que en las escuelas se contaran con especialistas que abordaran de manera amplia y expedita estos temas?, ¿por qué solo las maestras y los maestros?. Por otra parte, ¿no habría que revisar, modificar o reformar el sistema de justicia penal, pero también los centros de readaptación social con el propósito de que se encarcele a quien se tenga que encarcelar por la venta ilegal de drogas y, por obvias razones, cumpla con su pena bajo un proceso readaptativo? Vaya, ¿no sería indispensable mirar no solo a la escuela como el único espacio que puede actuar para prevenir y erradicar este problema?

Con negritas:

En una de las presentaciones de la estrategia Si te drogas te dañas, una estrategia en el aula, la profesora Leticia Ramírez señaló que la participación de los docentes sería voluntaria; habría que recordarle que, en el Sistema Educativo Mexicano, son escasas las acciones educativas que las maestras y maestros pueden realizar voluntariamente porque todo cae en cascada; no sé si lo sepa (imagino que sí), pero el sistema que ella “coordina” es tan autoritario y vertical, que aún sigue presente aquella vieja anécdota que data del periodo de gobierno de Porfirio Díaz cuando éste llagaba a preguntar qué hora era y se le respondía la que usted diga señor presidente. Por obvias razones, y para el caso que me ocupa, es claro que la Secretaria de Educación representa una figura de esa anécdota, y los Secretarios de Educación estatales, Jefes de Departamento, Jefes de Sector, y muchos pero muchos supervisores y directores, la otra u otras figuras. En fin, ¿con el tiempo sabremos cuáles serán los resultados obtenidos con la puesta en marcha de esta estrategia o solo será un asunto de moda y de política?

Al tiempo.

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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La otra pandemia que Guanajuato busca erradicar: rezago educativo

La otra pandemia que Guanajuato busca erradicar: rezago educativo

 

Medir el aprendizaje es clave para combatir el rezago educativo. Con herramientas de evaluación podemos identificar deficiencias y diseñar respuestas efectivas. Los sistemas educativos a nivel estatal deben utilizar herramientas de evaluación y medición para crear políticas públicas que mejoren la educación.

Uno de los mayores desafíos que enfrenta la sociedad es garantizar una educación de calidad, plasmado en el ODS , uno de los 17 objetivos de la ONU para lograr un desarrollo sostenible. La pandemia de COVID-19 ha complicado alcanzar este objetivo en países de bajos y medios ingresos. El rezago en los aprendizajes ha afectado a unos 1,600 millones de estudiantes en todo el mundo debido al cierre de escuelas. Esta situación también ha ocasionado deterioro en la salud mental de los estudiantes, así como un aumento considerable del riesgo de violencia y trabajo infantil. Organismos como el Banco Mundial, UNICEF Y UNESCO han realizado esfuerzos para identificar acciones concretas que permitan recuperar el aprendizaje perdido.

Previo al inicio de la pandemia, México enfrentaba ya un gran desafío en asegurar que los sistemas educativos garantizarán la adquisición de los aprendizajes mínimos. La edición 2019 de la prueba ERCE (Estudio Regional Comparativo y Explicativo) muestra que no se estaban obteniendo buenos resultados en lectura, matemáticas y ciencias naturales para estudiantes de tercer y sexto grado de primaria. Aunque los resultados eran superiores al promedio latinoamericano, se registró un retroceso respecto a la evaluación de 2013. Esto confirma que ya existía un problema en garantizar la adquisición de conocimientos básicos entre los estudiantes (algo que reafirmó la prueba PLANEA).

La respuesta está en lo local

El rezago en los aprendizajes está encontrando soluciones en los sistemas educativos locales. El Banco Mundial destaca la importancia de empoderar y brindar herramientas a los actores locales como maestros, padres de familia y directores para que puedan adaptar las soluciones al contexto específico de su escuela y comunidad. Por su cercanía con los servicios educativos, los actores locales pueden adaptar las herramientas y soluciones educativas que consideren más efectivos. Factores como los hábitos de lectura, el nivel educativo de los padres, o la expectativa académica de los estudiantes pueden llegar a incidir de forma considerable en los aprendizajes.

La coordinación y el trabajo conjunto entre los distintos actores a nivel local son fundamentales. Abordar el rezago en los aprendizajes es una tarea compleja y requiere de diversas acciones. Solo mediante una organización adecuada y una colaboración efectiva entre los distintos actores del sistema educativo se podrá superar la crisis.

Guanajuato: juntando las piezas del rompecabezas

El Gobierno del Estado de Guanajuato ha implementado una herramienta diagnóstica llamada RIMA (Recopilación de Información para la Mejora de los Aprendizajes). Este instrumento busca conocer el estado actual de los aprendizajes tras la reapertura de las escuelas cerradas por la pandemia de COVID-19. RIMA permite a las autoridades escolares identificar problemas, avances y áreas de oportunidad en el ámbito educativo, ofreciendo una valiosa herramienta para mejorar la calidad de la educación en Guanajuato y generar políticas educativas pertinentes.

RIMA es una herramienta diseñada para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se trata de una estrategia introspectiva censal (autoadministrada por los docentes) que se aplica en 4to, 5to y 6to de primaria, y en 1ro, 2do y 3ro de secundaria. La prueba recopila información en cuatro dimensiones: español, matemáticas, contexto socioeconómico y habilidades socioemocionales. De esta manera, se pretende medir los avances en el aprendizaje considerando el ambiente educativo del alumnado, y proporcionar información relevante para la formación docente y la planeación de la enseñanza conforme a distintos grupos de estudiantes.

RIMA logró una cobertura sin precedentes, alcanzando una tasa de aplicación del 99.8% en las escuelas de Guanajuato. 602,011 estudiantes de educación básica fueron evaluados entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre de 2021, tras el regreso escalonado a las aulas que inició para el alumnado de educación básica el 30 de agosto de 2021. Esta prueba permitió obtener un diagnóstico basado en datos empíricos para realizar los ajustes necesarios en el programa de estudios de la entidad, la planeación docente y la política educativa del estado, para construir una base sólida para recuperar los aprendizajes mediante soluciones diseñadas en cada comunidad escolar.

La herramienta diagnóstica RIMA nos permite comprender la problemática educativa de Guanajuato para buscar soluciones desde una perspectiva local e individual. La prueba piloto realizada en marzo de 2020, que se llevó a cabo en solo seis municipios, así como la aplicación de la prueba en octubre y noviembre de 2021 en todos los municipios[i] ofrecen evidencia del rezago en los aprendizajes provocado a raíz de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, es importante destacar que la evaluación es solo una de las piezas de la estrategia del estado para mejorar la situación educativa.

Evaluación y mejora continua: piezas fundamentales del rompecabezas

Los resultados de la prueba son esenciales para afinar el Programa Escolar de Mejora Continua. Para lograr una respuesta efectiva a los problemas identificados, se sigue una estrategia en tres etapas: (1) difusión y análisis de los resultados ante el Consejo Técnico Escolar, (2) intervención para reforzar los aprendizajes identificados y (3) utilización de los resultados para diseñar el Programa Escolar de Mejora Continua. A partir de esto, el estado de Guanajuato podrá implementar la Estrategia Macro 2022-2024 “Pacto Social por la Educación”, el cual tiene como objetivo promover alianzas entre actores de la educación y distintos sectores de la sociedad.

En Guanajuato, también se han implementado iniciativas complementarias que permiten armar una estrategia integral, tales como la implementación de un modelo de concreción curricular para primaria y secundaria (CONCUPRISE), que ha servido para priorizar los aprendizajes imprescindibles e implementar diversas estrategias de apoyo como las guías para el aprendizaje en casa que el estado distribuyó para apoyar a los alumnos y docentes durante la pandemia, las plataformas electrónicas para el docente y el alumnado, los estudios para la adaptación de la educación durante la contingencia sanitaria y los tableros de indicadores educativos.

Relevancia de la escalabilidad

Los esfuerzos realizados por el Gobierno de Guanajuato son ejemplares y tienen un gran potencial para ser replicados en otras entidades del país. Las distintas acciones implementadas en su estrategia integral podrían ser adaptadas para abordar los retos educativos en otras regiones. Estas estrategias podrían servir como un punto de referencia para otros sistemas educativos estatales en la creación y el diseño de políticas públicas enfocadas en mejorar el rezago educativo.

Amanda De Campos y Ana María Fernández

Estudiantes de la Licenciatura en Derecho del Instituto Tecnológico Autónomo de México e integrante de la Clínica en Derecho y Política Pública de dicha universidad.

[i]Ambas fueron censales para primaria alta y todos los niveles de secundaria.

[i] En este trabajo las autoras presentan las opiniones profesionales de Alejandro Montaudón, José Luis Oliveros, Rogelio Cid y las suyas propias, todos integrantes de la Clínica en Derecho y Política Pública del Instituto Tecnológico Autónomo de México. Por ello, su contenido no debe interpretarse como un posicionamiento oficial o particular de institución alguna. Extendemos un afectuoso agradecimiento a Ana Zorrilla, Laura Del Refugio Ortega y Marcela Silveyra; quienes siempre nos abrieron sus puertas, pues sin su apoyo y colaboración este artículo no sería posible. También extendemos un agradecimiento a Marco Sánchez por su revisión de contenidos.

 

Fuete de la Información: https://www.educacionfutura.org/la-otra-pandemia-que-guanajuato-busca-erradicar-rezago-educativo/

 

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La polémica por el dijistes e hicistes en los libros de texto de la NEM

Por: Abelardo Carro Nava

«La lucha por el control de la educación en nuestro país está a tambor batiente; los grupos empresariales y conservadores buscan recuperar lo que no pudieron mantener por su propia incapacidad y abuso de poder.»

Como docente frente a grupo, en mis más de dos décadas de servicio ininterrumpido, he considerado a los libros de texto gratuitos como un instrumento valioso y una herramienta necesaria para el fortalecimiento de los aprendizajes de los estudiantes; jamás los he visto como la piedra angular que determine el que un niño, niña o adolescente aprenda o no.

Pienso que es un instrumento, porque indudablemente aporta información sobre el tema que se esté desarrollando en el aula; una herramienta, porque favorece la resolución de algunas actividades contempladas en éste y que refuerzan el contenido abordado en la clase. En cualesquiera de los casos, el punto central del uso o empleo que tengan los libros de texto en las escuelas y en los salones pasa por el docente; un profesional de la educación que ha sido formado para que desarrolle sus actividades en los centros escolares a partir de diversos recursos y/o materiales didácticos. En consecuencia, el conocimiento de dichos recursos y/o materiales, resulta fundamental para que los alumnos adquieran un conocimiento.

Es cierto, con propósito distintos, algunas maestras y maestros emplean estos libros de texto a lo largo de su jornada, ya sea al inicio, en el desarrollo o en el cierre de alguna materia o asignatura, sin embargo, también hay que decirlo, hay quienes no los emplean diariamente porque, afortunadamente, su conocimiento y capacidad les permiten valorar el uso de éstos o, como ya he dicho, el que no los empleen dada la actividad, previamente planeada, para que sus estudiantes se acerquen o adquieran un aprendizaje.

¿Lo anterior significaría restarles un valor importante a los libros de texto gratuitos que la Secretaría de Educación Pública (SEP) hace llegar a miles de escuelas esparcidas en el territorio nacional? La respuesta es no; porque en el proceso de enseñanza y de aprendizaje confluyen diversos elementos para un solo propósito: el aprendizaje de los niños.

Aprendizaje que, como bien se sabe, en las dos últimas décadas, a partir de lo que se conoció como Reforma Integral de la Educación Básica y Modelo Educativo 2017, ha estado determinado por organismos internacionales pues, según se dijo, estos esquemas llevarían a que un ser humano fuera alguien en la vida. Es decir, que a mayores aprendizajes y/o conocimientos adquiridos, un sujeto tendría un status diferente de aquel que no los tuviera, como si en realidad esta premisa determinara quién podría tener “X” valor y quien no; de ahí que pueda entenderse, el por qué del establecimiento de una serie de estándares e indicadores que permitirían evaluar lo que un alumno aprende en un plantel educativo olvidándose, casi por completo, que diversos factores inciden para que un estudiante logre aprender lo que tendría que aprender.

Esto lo traigo a colación, por la reciente polémica sobre los libros de texto gratuitos que están en proceso de construcción por la SEP, y que se suscitó derivado algunos artículos y comentarios que, por ejemplo, periodistas como Carlos Loret de Mola o Ana Paula Ordorica, han hecho sobre dichos libros.

La polémica se desprende porque, en el libro Avance del contenido para el material educativo, Nuestros Saberes: Libros para alumnos, maestros y familia, en el Contenido Usamos reflexivamente los lenguajes con intenciones específicas al participar en la vida cotidiana de nuestra comunidad, para construir y fortalecer vínculos socialesLección Características se la conversación cotidianaaparecen palabras y expresiones como dijistes o hicistes, u otras oraciones como Sal para afuera Voy a subir para arriba; en el caso de las primeras, éstas se leen en algunas oraciones como Tú dijistes eso o ¿Ya hicistes la tarea?; hecho que llevó, precisamente a este par de periodistas, a formular algunas preguntas: ¿Qué tal los contenidos de los Libros de Texto Gratuito de 1º de Primaria?, Está bien decir “sal para afuera” y “dijistes”, señaló en su cuenta de Twitter Ordorica; ¿Saben que les quieren enseñar a los niños de primaria de 6 o 7 años de edad?: cómo organizar asambleas, qué es una plenaria, cómo protestar contra las autoridades; les enseñan que dijistes, buscastes, estuvistes está bien dicho, expresó Loret de Mola, también, a través de un video colocado en su cuenta de Twitter.

Lo que no señalaron estos periodistas es que, tales palabras y frases, como ya he señalado, se ubican en la lección Características de la conversación cotidiana en la que también se especifica La forma de conversar depende de las personas con quienes platique. Hay distintas maneras de comunicarse con familiares, amigos, compañeros, profesores o personas que apenas conocen, y se ponen, por ejemplo, acciones al conversar con familia y compañeros, personas conocidas fuera de la familia y personas que apenas se conocen; aunado a que también se señala la existencia de diferentes tipos de lenguaje: Aunque tradicionalmente se habla de lenguaje formal o informal, en realidad hay niveles o grados de formalidad. Por ejemplo, al comprar un producto en una tienda de abarrotes donde el dependiente es alguien conocido, el lenguaje es menos formal en comparación con la compra de ese mismo producto en una tienda en la que no conocemos al dependiente. Usamos reflexivamente los lenguajes con intenciones específicas al participar en la vida cotidiana de nuestra comunidad, para construir y fortalecer vínculos sociales. Es importante considerar que no hay distinciones absolutas entre los niveles de formalidad, sino que se pueden entremezclar” (SEP, 2022).

Aunado a lo anterior, en el apartado denominado Características del lenguaje cotidiano, en el mismo texto se señala que se pueden usar contracciones, es decir, formas incompletas de las palabras, por ejemplo, Esto es pa’ ellos, Mi ma’ dijo que pidiera la tarea, ¿Tons’ hacemos la tarea juntos”, pero también refiere que, con las personas que apenas se conocen, se suelen emplear las palabras completas, por ejemplo, Esto es para ellos, Mi mamá dijo que pidiera la tarea, ¿Entonces hacemos la tarea Juntos? (SEP, 2022).

Además de ello, también se señala en el mismo texto que, a veces, en una misma expresión se usan palabras que buscan reforzar o aclarar lo que se dice, por ejemplo, Sal para afuera o Voy a subir para arriba, o el añadir una en verbos que indican acciones pasadas pues, en ocasiones, al hablar, se pronuncia una al final de los verbos (las palabras indican procesos o acciones), por ejemplo, Tú dijistes eso o ¿Ya hicistes la tarea?, sin embargo, en este texto se enfatiza que, por lo regular, esta no se escribe, por ejemplo, Tú dijiste eso o ¿Ya hiciste la tarea? (SEP, 2022).

Como podrá leerse, hay una diferencia abismal entre quienes, desde la ignorancia pretenden enviar un mensaje distinto a la sociedad, y quienes, con conocimiento de causa, saben y reconocen que esta serie de actividades son parte de algo que se llama “Prácticas sociales del lenguaje”, y que no explico a detalle en este momento, más por falta de espacio que de ganas, pero que se desarrolla en las escuelas de educación básica de la República Mexicana con un propósito específico.

Curiosamente, quiero pensar, que quienes se formaron en una licenciatura en Ciencias de la Comunicación, desconocen sobre este tema. Habría revisar entonces, qué programa de estudios cursaron, cuáles fueron las asignaturas que abordaron, cuáles fueron los contenidos que trabajaron, en fin, qué entendieron por todo lo que existe en un proceso comunicativo entre los seres humanos.

La lucha por el control de la educación en nuestro país está a tambor batiente; los grupos empresariales y conservadores buscan recuperar lo que no pudieron mantener por su propia incapacidad y abuso de poder.

Queda claro que, independientemente de esa lucha entre unos y otros, el trabajo docente no se detiene; ni hoy ni nunca su brillo se verá opacado por quienes solo buscan satisfacer sus malsanos intereses.

Al tiempo.

Referencias:

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/la-polemica-por-el-dijistes-e-hicistes-en-los-libros-de-texto-de-la-nem/

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