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Consejo Técnico y Taller de formación continua para el ciclo 22-23: mucho ruido, pocas nueces. Primera parte

Por: Abelardo Carro Nava

«Si se apela a la horizontalidad, ¿por qué los colectivos docentes no conducen el diálogo para no caer en la misma organización en la que el supervisor, director o Asesor Técnico Pedagógico sea el que conduzca dicho ejercicio?»

No había concluido el ciclo escolar 2021-2022, y la Secretaría de Educación Pública (SEP) ya había difundido la Guía para la Fase Intensiva de Consejo Técnico Escolar y el Taller Intensivo de Formación Continua para Docentes: Plan y Programas de Estudio de la Educación Básica 2022. Desde luego que este último llamó mi atención porque, hasta la fecha, se sabe que dicho plan de estudios, que habrá de implementarse a partir del ciclo escolar 2023-2024 no está terminado, es decir, que comenzará en los próximos días una “formación continua” sobre un documento inacabado mismo que, hasta el día en que cierro estas líneas, 3 versiones se han conocido: la de enero, mayo y junio de este año. ¿Se conocerán más versiones y, por tanto, la formación recibida seguirá teniendo sentido? Al tiempo.

La Guía para los Centros de Atención Múltiple, Educación Inicial, Preescolar, Primaria y Secundaria, puede ubicarse en el enlace que abajo comparto; sin embargo, debo hacer notar, que el breve análisis que en estos momentos expongo tiene como referente la destinada para la educación primaria.

En la presentación, además de la bienvenida y de resaltar la importancia de ofrecer el servicio educativo en nuestro país, se refiere que la Subsecretaría de educación básica en el marco de la estrategia Nacional para Promover Trayectorias Educativas Continuas, Completas y de Excelencia (ENTE), a lo largo del ciclo escolar, darán a conocer los recursos y herramientas con la finalidad de apoyar a las comunidades escolares a enfrentar las consecuencias socioemocionales, el bajo logro educativo y el abandono escolar (SEP, 2022). Interesante planteamiento con el que inicia este documento que, desde luego, permite formular algunas preguntas, ¿qué datos tiene la Subsecretaría de Educación Básica o la misma SEP para afirmar que se requiere enfrentar las consecuencias emocionales, el bajo logro educativo y el “abandono” escolar? Si es que se cuenta con esos datos, ¿por qué no se comparten con los colectivos docentes para que amplíen la mirada sobre el reto que estarían por enfrentar y para lo cual se propone que éstos elaboren un plan de atención que permita recuperar y consolidar los aprendizajes?

Enseguida, en la misma Guía se señala que, a lo largo del ciclo escolar, se contará con espacios de formación para aproximarse a los aspectos más relevantes del Plan de estudios. La intención es conocerlo, comprender los cambios propuestos y los contenidos que serán aprendidos y enseñados, la forma de hacerlo y acercarse a ellos, así como el nuevo enfoque de mirar a la escuela y a los distintos actores educativos como una comunidad que trasciende las paredes de la escuela (SEP, 2022a); por tanto, las sesiones se organizan en dos momentos.

El primero con el propósito de propiciar la reflexión sobre los elementos a considerar para el diagnóstico integral de la escuela (resultados del ciclo escolar anterior, respecto del PEMC, a la luz de los criterios de inclusión, equidad y participación que garanticen que NNA tengan trayectorias educativas continuas, completas y de excelencia) (SEP, 2022b). El segundo, bajo la modalidad de taller, se pretende que los colectivos conozcan el Plan de Estudios 2022, puesto que implica una forma de trabajo diferente a la acostumbrada al dar seguimiento a los procesos de gestión escolar; por ello, el encuentro con las experiencias, los conocimientos, los saberes y las trayectorias profesionales de los maestros, como medio para establecer un vínculo con los elementos y la estructura curricular “es fundamental”, por tanto, la metodología apuesta por la resignificación de la práctica, y convierte al diálogo en la herramienta didáctica central que permite involucrarles en el proceso de reflexión colectiva para la transformación educativa (SEP, 2022c).

Hasta aquí, parecería que el planteamiento pretende revertir ese modelo instrumentalista-remedial-carencial que en los últimos años ha caracterizado la “formación continua” que se la ha brindado al profesorado mexicano; sin embargo, como se verá más adelante, aunque en las sesiones se propone dicho diálogo y los momentos reflexivos, se regresa a lo mismo que se ha conocido. Ya expondré algunos argumentos; no obstante, no hay que perder de vista que se sigue considerando un Programa Escolar de Mejora Continua (PEMC) al igual que se ha planteado en los inicios de los ciclos escolares.

Finalmente, en esta Guía, en la Sesión 5, se propone que se ocupe de aquellos asuntos de interés de la escuela, prepararse para recibir a sus NNA, coordinar la instalación del Comité Participativo de Salud Escolar, preparar la jornada de limpieza y los protocolos de seguridad e higiene, conocer e incluir a las y los nuevos integrantes de la plantilla docente y organizar a los grupos, entre otras acciones prioritarias (SEP, 2022d). Curiosamente, sobre este punto, no se hace explícito las políticas, acciones o recursos económicos, que la propia Secretaría ha implementado o implementará para el logro de tales propósitos; en consecuencia, parece ser, que la misma escuela, como ha sucedido antes y durante la pandemia (que aún sigue entre nosotros), habrá de tomar las decisiones, con los recursos que tiene a su alcance.

Ahora bien, por lo que respecta al apartado denominado Orientaciones para el desarrollo del trabajo, se propone una metodología de formación para organizar y desarrollar las diferentes sesiones, por ello, para la aproximación al plan de estudios se sugiere el diálogo, reflexión y reciprocidad colectiva, hecho que implica, un momento de recuperación de las experiencias profesionales, abriendo espacio al reconocimiento de las sensaciones y emociones que se hacen presentes a lo largo de la vida y de las cuales la labor docente no está exenta, pues existirá un antecedente en los saberes y conocimientos con los que cuentan y se estrecharán los vínculos con las diversas temáticas que se aborden al analizar los aspectos clave y los conceptos básicos que permitan reconocer las implicaciones que tienen en la práctica cotidiana. Las actividades conllevan el acercamiento a los contextos y a situaciones reales que viven día a día dentro y fuera del aula y la escuela… esta formación apela a la horizontalidad en un encuentro entre colegas (SEP, 2022e).

Desde luego que este planteamiento de nueva cuenta llama la atención porque, ¿cuándo no se han desarrollado las sesiones del Consejo Técnico a partir del diálogo y la reflexión en los centros escolares? Si se apela a la horizontalidad, ¿por qué los colectivos docentes no conducen el diálogo para no caer en la misma organización en la que el supervisor, director o Asesor Técnico Pedagógico sea el que conduzca dicho ejercicio? Cierto, habrá quién pudiera referir que la Guía no establece que estas figuras educativas sean las que coordinen tal actividad, sin embargo, en los hechos, de sobra se sabe que así se organiza y se desarrolla porque así lo determinan las autoridades educativas. ¿Entonces sí consideramos o no dicha horizontalidad?

Sobre el tema de las sensaciones y emociones, a lo largo de las sesiones se propone una serie de actividades con la finalidad de que el docente se mire y se reconozca en la diversidad y con las fortalezas en colectivo. De ahí que, por ejemplo, en el Momento 2 de la Sesión 1, se sugiera escuchar audios para que el docente se “conecte con su práctica”, identifique las experiencias al escuchar dichos audios, haga un listado de emociones, entre otras cuestiones; seguido de algunas preguntas: ¿cómo me sentí con la actividad realizada?, ¿qué emociones logré identificar?, ¿podré identificar esas emociones en alguna parte de mi cuerpo?, ¿qué momentos de mi práctica logré recordar y cómo me sentí al respecto?, etcétera, con la finalidad de compartir las respuestas, puesto que servirán de referente para la reflexión sobre los cambios que han experimentado a lo largo de su trayectoria profesional.

Dicho lo anterior habría que preguntarse, ¿no existen otras propuestas con un profundo sentido pedagógico que posibiliten el reconocimiento de las trayectorias profesionales de las y los docentes?, ¿no podría terminar de construirse un proyecto educativo, como lo es el plan de estudios referido, con otras propuestas que posibiliten su desarrollo en lo sucesivo? Con esto no minimizo la importancia de las sensaciones y emociones en los seres humanos, desde luego tienen cabida en el ámbito educativo, pero si la idea es que el docente se coloque al centro de las reformas educativas y de los planes y programas de estudio (por ejemplo), pudieron considerarse otras opciones que permitieran llegar a ese propósito, vinculando necesariamente la formación del profesorado en tanto que ésta implica propiciar la comprensión de la construcción del sujeto a partir de la conformación de su individualidad y trayectoria de vida. En fin.

Muchas veces me he preguntado qué espera el docente cuando, por las tradiciones conocidas, se plantea una formación continua para mejorar su práctica profesional; pienso que varias respuestas podemos obtener de ello; sin embargo, me aventuraré a afirmar que lo que quisieran encontrar en esos espacios de diálogo y reflexión, es el sentido de su práctica en torno a la actividad o actividades que está realizando en el aula, escuela y comunidad, pero además, el origen de ese sentido a partir de su individualidad y de su ejercicio como profesionales de la educación, reconociendo su tránsito desde su formación en casa, su incorporación al sistema educativo en los primeros años de vida, del abordaje de planes y programas de estudio con sus maestros, de los libros de texto que pudo haber tenido en sus manos, de los libros que puedo haber leído, de las películas que hubiera visto, de las experiencias obtenidas con familiares, amigos y, por supuesto, con compañeros y profesores, etcétera, y que, por tanto, esa misma formación los ha llevado a encontrar respuestas a los múltiples retos que la docencia encierra.

Si los docentes logran identificarse y reconocerse como sujetos que en su trayectoria de vida han tenido referentes de la docencia y que además los han vivido en carne propia, ¿por qué no invertir el proceso colocando al centro a la maestra y maestro para llevarlo a reconocer que su práctica ha posibilitado la generación de aprendizajes independientemente del plan de estudios?

Referencias:

(2022). Fase intensiva de Consejo Técnico Escolar Ciclo Escolar 2022-2023. Recuperado de:https://educacionbasica.sep.gob.mx/fase-intensiva-de-consejo-tecnico-escolar-ciclo-escolar-2022-2023/
(2022). Guía para la Fase Intensiva de Consejo Técnico Escolar y el Taller Intensivo de Formación Continua para Docentes: Plan y Programas de Estudio de la Educación Básica 2022. Recuperado de: https://educacionbasica.sep.gob.mx/wp-content/uploads/2022/06/Guia-Primaria-Fase-Intensiva-de-CTE-2022-2023.pdf

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Como en los tiempos de Nuño, ahora en Tabasco

Por: Abelardo Carro Nava

«Atinada, y reiteradamente, el presidente de nuestro país ha señalado que las libertades no se mendigan, se conquistan.»

Ya en tiempos de lo que se ha conocido como la “cuarta transformación de nuestro país”, a mediados de mayo de 2021, maestras y maestros – y algunos reporteros que cubrían la nota – fueron desalojados violentamente por elementos de seguridad pública del estado de Veracruz; entidad gobernada por el morenista Cuitláhuac García quien, como se sabe, conjuntamente con el Secretario de Educación de esa entidad, Zenyazen Escobar García, fueron férreos opositores a la mal llamada reforma educativa que impulsó el gobierno peñanietista.

Tal parece que no fue del agrado de estos funcionarios públicos, que los profesores se manifestaran en la Secretaría de Educación, para demandar una audiencia con el titular de esta Dependencia con la intención de que se reconociera la toma de nota de José Arturo Hernández, como secretario general del Sindicato Democrático de Trabajadores de la Educación.

Un par de días después, el mismo gobernador declaró ante los medios de comunicación, que no habían sido violentados los derechos de los manifestantes y que solo se había aplicado “cierto” protocolo de seguridad por la posible “afectación” a terceros, por lo que en su administración siempre se anteponía el diálogo. Los videos que circularon en las redes sociales, evidenciaron lo contrario.

El mensaje hacia el magisterio había sido enviado con “éxito”: primero te golpeamos y luego te atendemos. Es más, fue curioso observar en las mismas redes sociales, un video en el que dicho Secretario de Educación se encontraba afuera de las instalaciones donde fueron trasladados los profesores detenidos y, con la frase: “siempre estaremos del lado de las maestras y maestros”, éstos fueron liberados.

¿Por qué si, como se dijo, se estaba del lado de los trabajadores de la educación, no se les concedió su demanda inicial que no era otra cosa más que el de una audiencia? De ese lamentable y desafortunado episodio, ¿cuántas manifestaciones se han dado en esta entidad de la República Mexicana?, ¿realmente se ha dado un diálogo “abierto y respetuoso” para la solución de los conflictos laborales y educativos después de este incidente?

Un año después, pero en otras latitudes, de nueva cuenta las redes sociales dieron cuenta de un violento desalojo de trabajadores de la educación muy al estilo del sexenio anterior; tal hecho tuvo lugar en Tabasco, nada más y nada menos, que en la tierra del secretario de gobernación y del propio presidente de la República. Grupos antimotines se dieron el verdadero lujo de golpear a quienes demandaban el pago de las quincenas del mes de junio de este año y, particularmente, el retroactivo que no había sido cubierto en esa entidad cuando en otras ya había sido pagado.

El gobierno del también morenista, Carlos Manuel Merino Campos, en el mismo tenor que su homólogo veracruzano aplicó la misma estrategia de comunicación, pues a través de su Secretario de Gobierno, afirmó que en la entidad tabasqueña se “antepone” el diálogo, no se reprimen las manifestaciones siempre y cuando no haya una “afectación” a terceros; y bueno, sobre el tema de los adeudos, este funcionario aseguró que en las próximas semanas se estarían cubriendo, tanto a maestros federales como estatales.

Otra vez el mensaje se envió con “éxito”: primero te golpeamos y luego de pagamos. Es más, este mismo servidor público, aseguró que ya se había acordado con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Sección 29, las fechas precisas de los pagos correspondientes a los ajustes salariales. Entonces, ¿por qué fue “necesaria” la agresión y detención de 5 trabajadores cuando, al parecer, hay un diálogo “abierto” con la dirigencia sindical de esa entidad? Si hay un “diálogo”, ¿qué es lo que se dialoga y cuál es o son los resultados de ese diálogo?

Ahora bien, independientemente de las disputas por el poder que en cualquier organización se dan como parte de un proceso de renovación, de reestructuración o de transformación, y que desde luego tienden a movilizar a grupos de trabajadores para sus propios fines, algo que es totalmente reprobable, ¿es aceptable el uso de la fuerza pública bajo la “supuesta” afectación a terceros?, ¿y el diálogo? Es más, no estaría nada mal conocer qué se entiende por diálogo porque, cualquier agresión a cualquier ser humano, es totalmente inaceptable en un país de libertades.

Dudo mucho que, si hubiese existido una explicación sensata, fundamentada y argumentada por parte de las autoridades, sobre el por qué en otras entidades del país ya se había cubierto el retroactivo a los trabajadores de la educación y en Tabasco no, el magisterio tabasqueño hubiese salido a las calles a manifestarse. Vaya, hoy día, parece que exigir, demandar o reclamar un atraso en los adeudos significa estar en contra de un sistema, gobierno o régimen; ¿no acaso se protesta para evitar ser reducidos a nada? ¿por qué imponer el silencio por la fuerza a favor de unos cuantos?, ¿cuál fue el papel de la Sección 29 del SNTE con relación a esta justa demanda magisterial?, ¿sirve de algo estar sindicalizado cuando no se vela por los derechos de los trabajadores de la educación?, ¿cuántas movilizaciones veremos en lo sucesivo en ese estado cuando se tiene como antecedente el actuar de un gobierno represor que se dice abierto al diálogo? En fin.

Ahí tenemos a las y los candidatos a dirigir la Sección 29 de esa organización sindical en esa entidad. Una cosa es la campaña, el deseo, la aspiración y el discurso, y otra muy diferente los hechos. Todas y todos, sin excepción alguna ¿publicarán algún pronunciamiento sobre estos lamentables y desafortunados hechos cometidos en contra de los trabajadores a los que aspiran representar?

Ahí tenemos a la Secretaría de Educación Pública, a cargo de una profesora que, como el presidente lo ha dicho, conoce el sistema. Supongo que tan lo conoce, que ni un comunicado emitió para reprobar los hechos donde los trabajadores de la educación, colegas suyos, fueron salvajemente golpeados por elementos de las fuerzas de seguridad.

Se sabe pues, que para la organizaciones sindicales y gubernamentales los derechos de los trabajadores de la educación son parciales; es decir, cuando a ciertos líderes así conviene a sus intereses, el magisterio tiene derechos, pero cuando van en contra de sus políticas de “puertas abiertas” y de “diálogo”, son reprimidos.

Atinada, y reiteradamente, el presidente de nuestro país ha señalado que las libertades no se mendigan, se conquistan. Ojalá y tal expresión haga mella en ciertos líderes y gobiernos provenientes de un movimiento denominado de Regeneración Nacional porque, así como se pintan las cosas, con claridad se observa que el PRI no se ha creado ni se ha destruido, solo se ha transformado en Morena.

Aurelio Nuño, y el Pacto por México, con garrote en mano estarán muy contentos por ello.

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La Secretaria que no cambiaría nada

Por: Abelardo Carro Nava

«Funcionarios públicos han ido y venido en la SEP; de hecho, de 2006 a la fecha, han pisado la oficina de Vasconcelos ocho Secretarios de Educación (incluyendo a Delfina Gómez)»

“No vengo a cambiar nada”, fue una de las primeras declaraciones que expresó la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) al asumir el cargo que le fue conferido por el presidente de la República, y lo está cumpliendo.

Los días, semanas y meses pasan, y la Dependencia que la profesora Delfina Gómez dirige, no deja de ser un archipiélago en el que, cada pequeño territorio, toma decisiones a diestra y siniestra sin que en ello medie la posibilidad de fijar un rumbo y dirección que evidencie una política educativa que vaya en sintonía con eso que se ha llamado “Cuarta Transformación de México”: la evidente falta de revalorización del magisterio, la continuidad de una política de estímulos salariales de corte neoliberal impulsada por el priismo, la desaparición de las escuelas de tiempo completo o cuya “sustitución” es inverosímil, la indefinición de una Nueva Escuela Mexicana que no es nueva sino un vintage educativo, la construcción de un plan de estudios que se pondrá en marcha a un año de que culminé este sexenio, la elaboración de libros de texto sin que el plan de estudio referido no esté concluido, el evidente rezago educativo y abandono escolar que se agravó con la pandemia por la Covid-19, la incomprensible falta de aplicación de recursos para la educación especial, el calvario que padecen los profesores para recibir sus pagos de los Programas Nacional de Inglés y de los Centros de Atención para Personas con Discapacidad, la excesiva y absurda carga administrativa impuesta al magisterio, son algunas de las tantas cuestiones que, desde luego, podrían incrementarse derivado de lo que en cada región o contexto acontece.

Indudablemente, la llegada a la SEP de una profesora que se había desempeñado en un grupo y en una escuela, generó una expectativa importante. De hecho, como se recordará, el mismo presidente así lo señaló cuando anunció su designación, pues ninguna maestra de primaria había ocupado tan honroso cargo público. Pienso, que más allá del símbolo que tal nombramiento pudiera representar, la expectativa creció porque se esperaba que, conocedora de lo que una maestra o maestro “vive” cotidianamente en una escuela y aula, pudiera tomar una serie de decisiones, traducidas en acciones, que priorizaran el quehacer docente, me refiero a la diversidad de actividades, de corte pedagógico y didáctico, que el profesorado mexicano realiza con sus alumnos todos los días, en sus centros escolares.

Sin embargo, esto no ocurrió, no ha ocurrido y, como parece obvio, no ocurrirá; los rumores sobre la salida de la profesora para participar en el proceso electoral rumbo a la gubernatura del Estado de México han crecido en las últimas semanas. Tema que ha llevado a mirar a esta Dependencia, como un trampolín para una posible “designación” o “candidatura”. Desde luego que, cualquier ciudadano que se desempeñe como funcionario público, tiene derecho a participar en los procesos electorales que así considere pertinentes; el tema pues, no pasa por un deseo o una decisión personal, sino más bien, por la aceptación de un cargo público que trae consigo una serie de responsabilidades que, indiscutiblemente, tienen que atenderse porque, en su ejercicio, subyace la responsabilidad con la ideología o régimen en turno, pero también, con lo que implica ser Secretario de Educación en un país tan complejo como el nuestro y en el que, como sabemos, se implementaron una serie de políticas en nombre de la tan llamada y mal lograda “calidad educativa”.

Muchas veces se espera que las autoridades educativas entiendan o comprendan, que el proceso de enseñanza y de aprendizaje no es un asunto sencillo; de alguna forma, tiene su base en el abordaje de contenidos, sin embargo, la labor docente no se limita única y exclusivamente a ello; ojalá así fuera.

Y es que ésta no solo tiene que ver con planificar actividades, contenidos, estrategias didácticas, materiales y recursos didácticos, contemplando una evaluación formativa y sumativa; no, no se trata solo de ingresar a un salón y salir de él como si todo hubiese quedado entendido; vaya, no solo es cumplir con una acción dentro de cuatro paredes. Este ejercicio es amplio, complejo y siempre cambiante, porque en él confluyen un número importante de situaciones o circunstancias individuales, colectivas, contextuales, nacionales y hasta internacionales, pero, además, lo que los estudiantes aprenden en casa, con los amigos, con sus conocidos.

¿Cuántas veces, en el México reciente, no hemos visto a través de los medios de comunicación, un enfrentamiento entre grupos armados cerca de una escuela?, ¿cuántas veces no hemos visto a los profesores y los alumnos acostados en el piso mientras el ruido de las armas retumba en sus oídos?, ¿cómo procesar y explicar este acontecimiento en los alumnos?, ¿de qué manera las políticas educativas que se han implementado en los últimos años abonan al quehacer educativo si tales hechos, desafortunadamente, se vienen incrementado? Desde luego que esta situación es un pequeño ejemplo de aquellas circunstancias que influyen en el proceso referido. El diálogo directo con los estudiantes permite comprender el cúmulo de cuestiones que las maestras y los maestros deben considerar para que, paulatinamente, se logre el propósito formativo. Proceso que, indiscutiblemente, no termina nunca.

Entonces, como tantas veces se ha referido, estamos ante dos realidades distintas: la que reina en las oficinas secretariales y la que las maestras y maestros frente a grupo viven cotidianamente. Funcionarios públicos han ido y venido en la SEP; de hecho, de 2006 a la fecha, han pisado la oficina de Vasconcelos ocho Secretarios de Educación (incluyendo a Delfina Gómez), y esas realidades, durante este tiempo, jamás se han aproximado. Un tema que pareciera ser obvio, pero ¿no podríamos cambiar o, al menos, propiciar un cambio en tal esquema? En fin.

¿Dejará las oficinas de la SEP la profesora Gómez? Con seguridad lo sabremos en los próximos días porque, mientras algunos funcionarios públicos ya se visualizan en plena campaña política para una gubernatura o presidencia del país, el magisterio seguirá trabajando en sus respectivas escuelas y salones de clase, aún y cuando las condiciones, muy similares a las de antaño y que hasta el hartazgo fueron criticadas por los que hoy gobiernan, no sean las mejores.

Ojalá llegara el día en que se pudiera elegir, al igual que se elige a un presidente, senador, diputado o gobernador, a quien pueda y deba dirigir una institución gubernamental tan importante para el desarrollo humano y de un país; por lo pronto, estoy seguro de que tal idea no sucederá y, por tanto, seguiremos viendo desfilar a funcionarios cuya preocupación estará en las próximas elecciones mientras su trabajo sea nulo y sombrío como el de ex candidata Delfina Gómez quien, por cierto, no la tendrá fácil si es que desea participar en la contienda electoral del Estado de México, y con ello no me refiero a un posible adversario que los partidos políticos contrarios al actual régimen puedan colocar en la mesa, en el senador Higinio Martínez tendrá el primero y más duro de ellos.

Al tiempo.

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El (in)servible SNTE

Por: Abelardo Carro Nava

«Hoy, los hechos hablan por sí solos; fiel a su costumbre, el SNTE a través de sus líderes, ha quedado sumido y maniatado a los designios del gobierno en turno.»

Recuerdo una amena charla que sostuve hace varios años con un profesor, hoy jubilado, cuando coincidimos en el trámite de lentes en las oficinas del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de cierta entidad de la República Mexicana; como era de esperarse, la fila de trabajadores que acudían a realizar dicho trámite era de proporciones considerables.

Después de un breve diálogo sobre la hora en la que tuvimos que salir de nuestra casa para llegar a la capital del estado, si nos habían dado “permiso” en las escuelas para ausentarnos unas horas y sobre las actividades cotidianas que implicaba la labor que realizábamos en nuestros centros escolares, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) salió a relucir pues, como sabemos, algunas de las gestiones que, por alguna extraña razón, las Delegaciones Sindicales han asumido como parte de sus actividades, pueden contribuir a este propósito, el de facilitar que ciertos trámites administrativos sean menos “engorrosos” para los trabajadores.

A pregunta directa de mi parte: Oiga profesor, ¿y no fue al SNTE? Él sonrío y expresó algo que me dejó atónito: “Imagínese, hace un par de años fui a las oficinas de la Sección Sindical para solicitarles el apoyo para la obtención de un préstamo y, el compañero que me atendió, me dijo que me anotaría en una lista solo que, si lo obtenía, tendría que cubrir una cuota de trescientos pesos por los gastos derivados de la gestión realizada; obviamente no acepté, porque si mi necesidad era la de obtener un recurso extraordinario para cubrir la necesidad que tenía en ese momento, por qué habría que darle trescientos pesos a este compañero; un par de días después acudí al ISSSTE y después de moverme aquí y allá, logré obtener dicho préstamo”.

Dicho esto, pasamos a otros tantos temas que, desde luego, hicieron que la espera no fuera eterna.

Ya rumbo a la escuela, reflexionaba sobre varias cuestiones, pero una en particular incrementó el deseo de seguirme preguntando: ¿para qué sirve el SNTE?

Obviamente que, cuando mis tiempos lo permitieron, consulté los estatutos conocidos de esta organización sindical y, en ninguno de sus artículos se señalaba que era una atribución, tanto del Comité Nacional como el de las Directivas Estatales, colocar a cierto trabajador de la educación en una lista para que pudiera ser acreedor a un préstamo y, mucho menos, que tuviera que dar una “cuota” por “gastos” de “representación y de gestión”. No se señalaba hace unos años en este documento y, en el actual, tampoco está escrito. Esta fue una práctica que, si bien es cierto que no en todos los Comités aplicaba, si se había institucionalizado como parte de un ejercicio denominado de “gestión sindical”.

Hoy día, como sabemos, el “negocio sindical” que representaba el otorgamiento de esos préstamos llegó a su fin, pues a través de un sorteo, el ISSSTE abrió la posibilidad para que el trabajador realice su trámite sin intermediarios.

No obstante, lo anterior, la pregunta sigue siento bastante pertinente en estos momentos; dadas las condiciones actuales en nuestro país, ¿para qué sirve el SNTE?

Con mucha seguridad, tal pregunta podría ser hasta cierto punto incómoda para cierto sector del magisterio, y se entiende. Por años se ha construido la idea de que, el trabajador, al tener esta representación sindical, podrá ser “defendido” ante cualquier abuso de alguna autoridad. De hecho, si leemos el estatuto del SNTE, en su Artículo 10, sobre su objeto social y fines, Fracción I, observaremos con claridad lo siguiente: Defender los derechos laborales, sociales, económicos y profesionales de sus miembros. Un acto que remite a un servicio, es decir que, como órgano constituido en un Congreso, tendría como finalidad la defensa y mejoramiento de los intereses que les son comunes a todos los trabajadores de la educación, pero, desafortunadamente, esto no ha ocurrido ni ocurre de esta forma; hecho que me lleva a formular otra sencilla pregunta, ¿cuáles han sido y son esos intereses? Derivado de lo que en los últimos años hemos visto, saltan a la luz varios eventos.

¿Cómo olvidar a La Maestra, ex líder vitalicia de esta organización sindical, y su vínculo con los gobiernos de Salinas de Gortari, Zedillo, Fox y Calderón?, ¿cómo olvidar a la misma Maestra y su paso por el Partido Revolucionario Institucional y en el prácticamente extinto Nueva Alianza?, ¿cómo olvidar a otro ex líder sindical de apellidos Díaz de la Torre y su vínculo con el gobierno de Peña Nieto?, ¿cómo olvidar aquella imagen de este mismo ex líder sindical levantándole la mano a Meade Kuribreña ex candidato del partido tricolor en las elecciones del 2018?, ¿cómo olvidar que el actual dirigente del SNTE apoyaba a este mismo ex candidato del PRI, pero cuando las urnas hablaron por sí solas para darle el triunfo al lopezobradorismo, se declaró aliado de la cuarta transformación a través de su ejercito intelectual? En fin, ¿cómo olvidar que la defensa irrestricta de los derechos laborales, sociales, económicos y profesionales del magisterio no ha sido la prioridad de lo que alguna vez fue conocido como el Sindicato más grande de América?, ¿acaso esta organización sindical, en su momento, movió un solo dedo para detener los ataques, vejaciones y humillaciones que se desprendieron de la implementación de la mal llamada reforma educativa caracterizada por una evaluación a todas luces punitiva? No, no lo hizo.

Hoy, los hechos hablan por sí solos; fiel a su costumbre, el SNTE a través de sus líderes, ha quedado sumido y maniatado a los designios del gobierno en turno. Claro, como se sabe, las negociaciones siempre dejan buenos dividendos, pero no para el grueso del magisterio, quienes siguen padeciendo los estragos de la aplicación de ciertas políticas que vulneran los derechos de estos trabajadores ante el autoritarismo y verticalidad de ciertas autoridades educativas. Por ejemplo, ¿realmente tendría que festejarse y anunciarse con bombo y platillo la “mejora” salarial obtenida en las negociaciones de este año? Vaya, no sé si algún integrante de este magisterio se haya preguntado, ¿por qué un trabajador afiliado al Instituto Mexicano del Seguro Social tiene un mejor salario que el que perciben los trabajadores de la educación?, ¿qué papel jugó la organización sindical del IMSS para que eso sucediera y por qué el SNTE no demandó y exigió un aumento salarial equiparable o mejor a éste? Si no fue escuchado, ¿por qué no hizo efectivo el derecho a huelga establecido en sus propios estatutos y en otros ordenamientos jurídicos? En fin, ¿por qué guardar silencio?

Esto último trajo a mi mente, una declaración que, recientemente, pronunció el secretario general de la Sección 30 del SNTE: “mi gran orgullo, mi sueño ya lo cumplí, soy el secretario general, por eso digo, quienes me critiquen o no me critiquen, si fui bueno o malo, yo ya logré ser secretario general de la Sección 30… pues algunos ni siquiera al comité seccional han entrado”. Declaración que pinta, tal cual, lo expresado en estas líneas.

Urge renovar, refundar o transformar esta organización sindical; un grupo de rufianes la tiene secuestrada.

Al tiempo.

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La USICAMM: cuatro años perdidos… ¿y en Veracruz?

Por: Abelardo Carro Nava

«A cuatro años del triunfo en las urnas del lopezobradorismo, ¿tanto ha cambiado para que todo siga igual?»

En días pasados circularon en las redes sociales, diversos fragmentos de algunos videos de la presentación de lo que hoy se conoce como “Reconocimiento a la práctica educativa”; en éstos, se observa la presencia de la titular de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM), Adela Piña, y algunos otros funcionarios. Después de escuchar y observar dichos videos, mi mente se trasladó al año 2015, justo al Congreso Nacional de Investigación Educativa cuando, en alguna de las sesiones que en ese entonces se programaron y en la que participaron varios integrantes del extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Guevara Niebla (uno de esos integrantes), se levantó de su asiento para expresarle a un maestro: “yo le suplico… no, no grite usted, pida la palabra… no, no, no, pida la palabra… no, no, no, usted no tiene derecho hablar…”; esto, en razón de la serie de cuestionamientos, preguntas, inquietudes y demás asuntos derivados de las evaluaciones que, en ese entonces, comenzaban a aplicarse a las maestras y los maestros por la mal llamada reforma educativa impulsada por el Pacto Por México. Obviamente que el rechazo a tal expresión fue más que evidente y, desde luego, las inconformidades de los profesores asistentes a ese evento siguieron, una y otra vez.

Recuerdo muy bien que, después de este momento “incómodo”, otra de las integrantes del INEE intentó calmar los ánimos dando respuesta a varias de esas inquietudes, preguntas, expresiones, etcétera. Si usted observa los tres minutos que dura este video (https://www.youtube.com/watch?v=NgYSnuk69Ng), podrá observar que, si bien es cierto que en las respuestas se percibía un cierto reconocimiento en cuanto a que las cosas no estaban funcionando bien, también es cierto que esa percepción no lograba introducirse en la mente de los presentes porque la realidad vivida por las maestras y los maestros, superaba los argumentos vertidos.

Dos realidades, por así decirlo, se observaron: la de unos funcionarios que fijaban algunas políticas evaluativas, y la de los profesores que las padecían. Realidades que nunca lograron acercarse, por el contrario, conforme el tiempo transcurrió se distanciaron. El resultado, ya lo conocemos.

Ahora bien, en el video que rescaté de esas redes sociales y que comparto para que pueda observarse, si es que así se desea, por lo acontecido en Querétaro, en la presentación de ese reconocimiento a la práctica educativa (https://www.youtube.com/watch?v=fdeVfCa__0Y&t=3253s), se escuchan y observan esas dos mismas realidades que, como en antaño, siguen presentes; es decir, se han mantenido y, presumiblemente, se irán a incrementando porque el fondo de las inconformidades, denuncias, reclamos y demás cuestiones no se ha atendido, debido a la irracional insistencia de continuar con una política de estímulos salariales de corte neoliberal que nada más no termina por traer un beneficio a todo el magisterio ni a la educación en su conjunto.

Vaya, es lamentable que la titular de la USICAMM haya menospreciado lo que en su momento se conoció con el nombre “Carrera Magisterial”, un programa que, como le he sostenido en diversos artículos tenía sus bondades; tan es así que nuestro país llegó a ser considerado pionero (Hevia, 2013) e innovador (Pineda, 2004) en el diseño en este tipo de programas.

De esta forma, tal y como también lo he venido sosteniendo en otros artículos, dicho programa se corrompió a más no poder, derivado de los “acuerdos” que lograban las cúpulas sindicales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación con las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Por años ha sido un secreto a voces “los mecanismos perversos” de los que tales instancias se hicieron valer para que el profesorado accediera a este esquema de incentivos; sin embargo, también hay que reconocer, que maestras y maestros, vieron en éste la oportunidad de mejorar su quehacer profesional y, por ende, su salario. ¿No acaso es lo que persigue un programa de incentivos o estímulos salariales como el extinto carrera magisterial o el de promoción horizontal tal y como hoy día lo conocemos? En este sentido, si alguien no decide participar, como obviamente lo expresó la profesora Adela Piña, está en su derecho, pero también está en su derecho concursar en este tipo de eventos porque la palabra derecho alude a una decisión personal que NO elimina ese derecho, lo mantiene. En consecuencia, bien valdría la pena revisar que se entiende por derecho y de qué manera se interpreta desde la oficialidad.

Ahora, por lo que toca a las brechas de desigualdad que genera la implementación de este tipo de programas, es innegable; sería ingenuo pensar que no las propició en su momento carrera magisterial o los que hoy tiene en sus manos la USICAMM; habrá quien, desde luego, acceda a este tipo de beneficios, pero habrá quien no acceda, por voluntad propia o por la serie de errores que en el ámbito estatal y federal se comente a diario, ¿revisamos todas aquellas denuncias del profesorado en cuanto a lo que la misma USICAMM ha generado en la evaluación para el ingreso o la promoción de las maestras y maestros? Curiosamente, de esto último no se habla o, si se hace, se alude a los recursos de reconsideración que difícilmente reconsideran algo porque, al ser juez y parte, la misma autoridad deja en estado de indefensión al concursante. Entonces, ¿de qué tipo de brechas de desigualdad estamos hablando?, ¿cuál es el origen de éstas? Y lo que es peor, si se asegura que carrera magisterial no mejoró la educación en nuestro país, ¿qué evidencia existe o se tiene para afirmar que lo que hoy se está haciendo, con este tipo de concursos, si lo está logrando?, ¿acaso ya se olvidó que, como en antaño, un examen es un factor que tiende a definir la idoneidad de un participante y, en consecuencia, de su práctica educativa?

Y ya entrados en esta serie de ideas retomo una que me parece relevante; lo fácil que es expresar que el estado, en estos últimos años y a través de sus dependencias, no es responsable de la aplicación presencial de un “instrumento de valoración” a los concursantes y, por tanto, se delega esta obligación a cada uno de los participantes; pareciera ser que el mensaje es: ¿quieres participar?, hazlo, pero con tus recursos y bajo nuestras condiciones; si fallas tu eres el responsable, nosotros no. Vaya, ¿en qué parte del artículo 3 constitucional, de la Ley General de Educación o de la Ley del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros se señala que el concursante deberá participar con su equipo, internet y demás elementos que le son solicitados? Esto lo pregunto porque, que yo recuerde, en dichas normativas se habla de realización de procesos en los que concurran los participantes en IGUALDAD DE CONDICIONES, pero que, además, serán PÚBLICOS, TRANSPARENTES, EQUITATIVOS E IMPARCIALES.  En consecuencia, sobre esto último, yo preguntaría: ¿qué entendemos por igualdad de condiciones?

Y bueno, para finalizar estas líneas resta mencionar, tal y como ha sucedido en Michoacán (por ejemplo), que al parecer este año no se realizará el proceso de promoción horizontal en Veracruz en el que podrían participar docentes estatales de esta entidad; lo que se sabe, es que este tema pasa por un asunto presupuestal; entonces, siguiendo con la línea de análisis que he expuesto, ¿qué entendemos por derecho? Y agregaría, ¿qué entendemos por revalorización docente cuando un programa que requiere de presupuesto no cuenta con él y, por tanto, no se respeta la labor docente y a su persona por parte de las autoridades educativas tal y como se señala en la Ley general de educación en su artículo 90, fracción III?

A cuatro años del triunfo en las urnas del lopezobradorismo, ¿tanto ha cambiado para que todo siga igual? Es cierto, por parte de la titular de la USICAMM y de los funcionarios que la acompañaban en ese evento, escuché un reconocimiento a ciertas fallas en los procesos, pero habría que recordar que, en antaño (ahí están los videos), también se reconocía, pero hasta el momento, poco o nada ha cambiado; por eso es la pregunta, nada más.

Al tiempo.

Referencias:

Hevia, F. (2013). Dualidad de objetivos en las reformas al programa de incentivos docentes en México: el caso del programa Carrera Magisterial. https://www.comie.org.mx/congreso/memoriaelectronica/v12/doc/0487.pdf

Pineda, R. (2004). La carrera magisterial: un análisis de política pública. http://dcsh.xoc.uam.mx/images/MPP/TesisMPP/98065.pdf

Fuente de la información:  https://profelandia.com
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El incomprensible alargamiento del cierre del ciclo escolar

Por: Abelardo Carro Nava

«El desgaste, cansancio, estrés e incertidumbre entre buena parte de los docentes ha sido notorio en estos días»

Resulta bastante extraño, por no decir incomprensible, que hoy día quien se encuentra al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), “desconozca” la serie de actividades escolares y administrativas que se desarrollan en los planteles en cada uno de los ciclos escolares que esta instancia programa pues, como se sabe, su tránsito por las escuelas y dirección de las mismas en educación básica, pudo haberle dado esos referentes que la llevaran a tomar una serie de decisiones de singular relevancia en nuestros días. Me refiero, particularmente, al cierre de las actividades en las instituciones educativas.

Las razones, motivos o circunstancias que han orillado a los titulares de esta Dependencia para se agreguen más días de actividades o clases efectivas en las escuelas – sea lo que eso signifique para la SEP –, reduciendo los periodos vacacionales, pueden entenderse en la medida que comprendamos que, en nombre de la tan prometida y anhelada calidad educativa, se han tomado las decisiones más inverosímiles de las que hemos sido testigos. Sirva como referente que, por ejemplo, en el calendario escolar 1985-1986, se contemplaban 9 semanas de vacaciones, iniciando en junio para finalizar en los últimos días de agosto; pero, en el calendario del año que está por terminar, el 2021-2022, se consideraron 4 semanas de vacaciones pues, como se sabe, inician después del 28 de julio para culminar el 26 de agosto.

Consecuentemente pareciera ser que la formula: más días de clases efectivas genera mejores y mayores aprendizajes, ha sido la premisa que ha movido a las autoridades educativas a reducir los tiempos de descanso de todos los actores involucrados, pero ¿esto es cierto?, ¿qué evidencia existe en nuestro país sobre este asunto y que podría sostener esta premisa? Si existe, ¿por qué la misma SEP no se han encargado de difundirla entre la sociedad mexicana para que estemos enterados de todos los beneficios que trae consigo?, ¿es una decisión que obedece a políticas internacionales impuestas por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, por ejemplo?, ¿no habría la imperiosa necesidad de realizar los ajustes que atiendan y respondan a las diversas voces, estudios y/o planteamientos que emanen de investigadores, académicos, colectivos docentes, alumnos y padres de familia? Digo, después de este ejercicio, y con las evidencias en la mano, estoy seguro que las cosas no serían como hoy las pintan desde la SEP o de los gobiernos en turno.

Ahora bien, si lo anterior pudiera considerarse relevante por la incomprensión que planteo, hay otros elementos que son aún más incomprensibles, por ejemplo, el que los docentes tengan que evaluar a sus alumnos a principios de junio para que, a mediados de este mismo mes, cuenten con la información y/o datos que les permita registrarlos cuando se habiliten las plataformas en las Secretarías de Educación de los estados; es decir, una vez que la autoridad educativa así lo indique, porque así está estipulado en el calendario escolar, la maestra o maestro tendría que registrar un valor numérico (calificación), con sus respectivas observaciones, en dichas plataformas. Hecho esto, se genera un fenómeno muy conocido y que tiene que ver con la perdida de interés del estudiantado hacia los temas a abordar y estudiar porque, de alguna forma, dado su tránsito escolar, se ha vuelto consciente de que ya ha sido evaluado y, por tanto, lo que haga o deje de hacer ya no afectaría su rendimiento o aprovechamiento académico. Fenómeno que, desde luego, se traslada a casa, sobre todo cuando algunos padres de familia también pierden el interés de apoyar a su hijo o hija, en razón de la evaluación realizada y que he referido.

Lo anterior puede entenderse si comprendemos, que la dinámica de trabajo que ha permeado en el Sistema Educativo Mexicano a través de los años es: inicio del ciclo escolar, asignatura (s), clase (s), estudio (s), examen, fin del ciclo escolar. Pensémoslo bien, esta dinámica ha penetrado hasta los huesos en el Sistema y, desde luego, la propia SEP no ha buscado ni ha emprendido nuevas acciones o acciones diferentes para revertir un proceso que, bien valdría la pena, revisar con detenimiento. En este entramado de situaciones, ¿dónde quedaría el juego en cualesquiera de sus modalidades en los espacios escolares a lo largo del ciclo escolar? Solo por citar un ejemplo.

Si, con seguridad alguien me podría decir que las escuelas y los docentes gozan de relativa autonomía para proponer actividades de reforzamiento u otras de trabajo que favorezcan los aprendizajes de los estudiantes, pero, a fuerza de ser sinceros, ¿no acaso el Sistema Educativo Nacional ha sido tan, pero tan vertical y autoritario que, por donde quiera que se mire, poco o nada favorece dicha autonomía escolar y docente?, ¿cuántas maestras y maestros no son llamados a rendir cuentas porque no está reforzando los contenidos para “generar” aprendizajes en los alumnos cuando, como se sabe, ni el libro de texto ni las guías escolares son las únicas herramientas o instrumentos para ello porque, indiscutiblemente, existen otras estrategias?, ¿cuántas de las autoridades educativas de las entidades han propuesto que los colectivos docentes de las escuelas diseñen, desarrollen y evalúen otras estrategias para este propósito? Insisto, el modelo: asignatura, curso, estudio y examen, ha calado hasta los huesos. En fin.

El desgaste, cansancio, estrés e incertidumbre entre buena parte de los docentes ha sido notorio en estos días. Ojalá fuera porque la única actividad que tuvieran que realizar es para la cual fueron formados, dar clases con todo lo que ello implica: planear, desarrollar la sesión y evaluar, pero no. Quienes hemos tenido la oportunidad de transitar en una escuela, sabemos que la carga administrativa asignada en los últimos años, ha sido uno de los tantos factores que han generado un desgaste de importantes consideraciones en la salud física y mental; sí, una carga administrativa, muchas veces absurda y sin sentido que, mayormente, queda archivada o en el bote de la basura de las oficinas de las autoridades educativas. ¿En serio alguien piensa que el trabajo docente termina después de la jornada escolar?

Reiteradamente se le pide a la maestra y maestro que les pregunte a sus alumnos cómo se sienten y por qué piensan que se sienten de esa forma; esto, con la finalidad de visualizar y, en su caso, atender su estado emocional como parte de una educación socioemocional que debe impartirse en las instituciones educativas; sin embargo, ¿cuándo la SEP o las autoridades educativas le han preguntado al docente cómo se siente y por qué se sienten de esa forma?, ¿acaso no se habrán dado cuenta que también es un ser humano?, ¿qué acciones ha emprendido esta Dependencia para ofrecer apoyo psicológico o terapéutico a los mentores?

Y bueno, para que esta serie de ideas no queden en un tema que podría ser catalogado como crítica a una autoridad, dependencia o gobierno, les propongo una sencilla premisa: menos es más. Y no con ello me refiero a ese principio de la calidad que tanto he señalado y criticado, me refiero a las posibilidades de reorganizar el sistema para que, los profesores y las escuelas, puedan proponer sus esquemas de trabajo donde el descanso, recreo y el juego, intercalado con las horas de estudio, por ejemplo, no se vean como una pérdida de tiempo, sino una alternativa a través de la cual también se puede aprender. Dejemos de imaginar que más días de clases efectivas generaría mayores y mejores aprendizajes. Atrevámonos a proponer algo diferente, fundado en la ciencia, el estudio y las investigaciones del desarrollo del ser humano, pero también, en las voces de los diversos actores o en las iniciativas de los colectivos docentes. Preguntémosle al alumno, preguntémosle al docente.

Al tiempo.

Con negritas: hasta el momento en que cierro estas líneas, al menos 14 estados de la República Mexicana han adelantado el fin del ciclo escolar 2021-2022 por razones diversas, entre las que destacan: las altas temperaturas en las regiones, el incremento de los casos de Covid-19, falta de agua y condiciones de infraestructura en las escuelas, ciclones y huracanes, lluvias e inundaciones (Milenio, 2022); desafortunadamente todas estas cuestiones, que si bien son justas y razonables en razón las consecuencias que podrían traer a la población, ninguna de ellas considera lo que he expuesto en párrafos anteriores; pienso, que la salud física y mental de todos los actores involucrados no es un tema prioritario que lleva a ciertas autoridades a tomar una decisión, también justa y razonable, para culminar el ciclo escolar antes de lo previsto.

Referencias:

Redacción Milenio. (2022). De Jalisco a SLP: estos estados adelantarán fin del ciclo escolar 2021-2022. Recuperado de: https://www.milenio.com/estados/estados-que-adelantaron-el-fin-del-ciclo-escolar-y-vacaciones-fechas

Fuente de la información: https://profelandia.com

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El Calendario Escolar 2022-2023: mucho ruido, pocas nueces

Por: Abelardo Carro Nava

«¿Por fin la SEP será empática y sensible para considerar al docente como un profesional de la educación y ser humano que requiere de apoyos formativos, psicológicos, terapéuticos, económicos y otros, pero también, días de descanso?»

Con la publicación del Calendario Escolar para el ciclo escolar 2022-2023 en el Diario Oficial de la Federación (DOF), aplicable para la educación básica y normal de nuestro país, la Secretaría de Educación Pública (SEP) dio a conocer el pasado 3 de junio, la organización de las actividades escolares y los tiempos que se destinarán para su desarrollo en cada una de las escuelas de todo el territorio mexicano.

Nada nuevo bajo el sol porque, como ya es costumbre en este gobierno, la “filtración” que hace días se realizó en las redes sociales, por quién sabe quién, aunque ya se sabe que la misma SEP lo hizo, le permitió valorar las reacciones de los diversos actores educativos y no educativos que pudieron conocerlo. De hecho, el que se haya “filtrado”, dio pauta que pudiera escribir un artículo denominado “El calendario escolar, entre la administración y lo vivido” – mismo que puede ser encontrado en la internet – y en el que se podrá observar, un breve recorrido histórico de su implementación a través del tiempo y, desde luego, fijar una serie de reflexiones que permitieran propiciar un análisis para quien haya tenido la oportunidad de leerlo. En fin, en lo sucesivo, me referiré al calendario para educación básica.

190 días efectivos de clase (sea lo que eso signifique para la SEP) iniciando el 29 de agosto de 2022 y concluyendo el 26 de julio de 2023; 3 talleres intensivos de formación continua para docentes sobre los nuevos planes y programas de estudio; 1 Taller intensivo con presencia de alumnos; 13 sesiones de Consejo Técnico Escolar y de taller intensivo de formación continua para docentes sobre los nuevos planes y programas de estudio; 2 periodos vacacionales, en diciembre 2022 y abril 2023; 2 días de descarga administrativa; 3 periodos de entrega de evaluaciones y 8 suspensiones de labores son, a grosso modo, los tiempos y actividades escolares que se fijaron en dicho calendario escolar 2022-2023.

Lamentablemente la SEP, perdió la enorme oportunidad de marcar una diferencia con relación a otras administraciones y otros gobiernos; esto, porque si analizamos con detenimiento algunos de los elementos que lo integran, observaremos que no se superó el esquema que, por ejemplo, con el peñanietismo se vivió en su momento. Veamos.

El programar 4 talleres intensivos (uno con alumnos) sobre los nuevos planes de estudio que entrarán en vigor en 2023, fue el mismo mecanismo que se empleó durante el gobierno de Enrique Peña Nieto y, cuya intención, fue la de capacitar al magisterio para que conociera y operara el denominado Nuevo Modelo Educativo y, desde luego, los Aprendizajes Clave para la Educación Integral; en ese entonces, como siempre ha sido, se concibió al docente como un técnico que necesitaba ser capacitado para que pudiera reproducir lo que desde el centro se había determinado. Hoy día, aunque el concepto de formación se ha incluido en el calendario escolar, no deja de llamar la atención el que se refiera que dicha formación versará sobre los nuevos planes de estudio, entonces, ¿solo cambió de nominación tal esquema “formativo” propuesto por la SEP?, ¿por qué limitar la formación a un simple plan de estudios?, ¿por qué no ampliar la mirada hacia otros referentes que pudieran dotar a la maestra o el maestro, de elementos que le permitieran abordar el plan desde sus saberes y conocimientos y no desde lo que ha determinado el centro? Tal parece que la propia Secretaría no entendió que este proceso formativo tendría que ir más allá de una llana capacitación o formación docente sobre dicho plan. Una oportunidad que, por donde quiera que se mire, es perdida.

Ahora bien, sobre el involucramiento de alumnos en alguno de estos talleres tendrá como propósito ¿observar, analizar, reflexionar, valorar y reorganizar el quehacer docente en el aula después de la “formación” recibida?, ¿se propondrá un ejercicio conocido pero olvidado en el medio como lo son las clases muestra?, ¿por qué no se involucró en estos talleres a los padres de familia pues, como se sabe, el centro ya no será la escuela sino la comunidad-territorio?, ¿de nueva cuenta se sobre responsabiliza al docente y se excluye, por así decirlo, al padre de familia de este proceso? En fin. Supongo que las propias autoridades irán dando respuesta a éstas y otras interrogantes “filtrando” en las redes sociales algunos documentos.

Pero, si esto no fuera suficiente, 13 Consejos Técnicos y de formación continua se desarrollarán en todo el ciclo escolar, ¿y los programas escolares de mejora continua se diluyeran restándole importancia a la gestión escolar que forma parte de eso que se ha denominado excelencia educativa en este gobierno?, ¿por fin se dejarán de ver los videos de los Secretarios de Educación para que los mismos colectivos docentes propongan su agenda de trabajo?, ¿cada colectivo docente propondrá su propio Consejo Técnico?, ¿quiénes y de qué manera se dará ese proceso formativo con relación al nuevo plan de estudio?

Sobre los días de descarga administrativa, nada más uno no acaba de entender el motivo, razón o circunstancia, por la que eliminaron un día para este propósito cuando, en su momento, el ex Secretario de Educación, Esteban Moctezuma, con bombo y platillo anunció que por fin las maestras y maestros tendrían estos días de descarga para que pudieran calificar exámenes y descargaran las calificaciones en el sistema. ¿Acaso no este mismo ex Secretario aseguró que ésta había sido una demanda muy sentida en los foros de consulta que a lo largo y ancho del país se desarrollaron para lograr un gran acuerdo educativo nacional?, ¿esta es la forma en la que se escucha y se atiende la voz del magisterio en este gobierno?

Finalmente, sobre el tema de los periodos vacacionales o de receso escolar, queda claro que, para la SEP, más días efectivos de “clase” asegura mayores y mejores aprendizajes de los estudiantes; sin embargo, no estaría de más pugnar por superar este principio pues, hay quienes afirmar que no es cantidad sino calidad lo que se requiere para que los alumnos aprendan; pienso que no se trata de un tema de cantidad o calidad, sino de procesos que permitan que la maestra o el maestro realice su función pedagógica y didáctica dentro del aula y la escuela, en lugar de “atibórralos” de una carga administrativa absurda y sin sentido que, mayormente, termina en anaqueles, archiveros o, de plano, en el bote de la basura.

¿Acaso con el nuevo plan de estudios se superará este esquema centralista y autoritario que ha permeado hasta los huesos el Sistema Educativo Mexicano donde lo administrativo ha superado por mucho lo pedagógico y didáctico?, ¿acaso la SEP modificará su esquema vertical para dar paso a una horizontalidad que favorezca lo didáctico-pedagógico y no lo administrativo?, ¿por fin la SEP será empática y sensible para considerar al docente como un profesional de la educación y ser humano que requiere de apoyos formativos, psicológicos, terapéuticos, económicos y otros, pero también, días de descanso?, ¿podrá la SEP, de una buena vez por todas, propiciar una estrategia para involucrar a los padres de familia en este proceso educativo y formativo?

Con lo visto en este calendario escolar, creo que no, porque no se vislumbra nada de eso. En verdad, espero equivocarme.

Al tiempo.


Carro, A. (2022). El calendario escolar, entre la administración y lo vivido. Profelandia.com. https://profelandia.com/el-calendario-escolar-2022-2023-entre-la-administracion-y-lo-vivido/


Fuente de la información: https://profelandia.com

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