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Consejo Técnico y Taller de Formación Continua para el ciclo 22-23: mucho ruido, pocas nueces. Segunda parte.

Por: Abelardo Carro Nava

«Sobre el tema de los logros de los aprendizajes, es claro que el sistema educativo nacional, no ha transitado de un sistema regido por el de las calificaciones a uno en el que la evaluación formativa juegue un papel trascendental en la vida de las instituciones educativas»

En mi entrega anterior, expuse algunos de los apartados de la Guía para la Fase Intensiva de Consejo Técnico Escolar y el Taller Intensivo de Formación Continua para Docentes: Plan y Programas de Estudio de la Educación Básica 2022, particularmente, la dirigida a educación primaria, que la Secretaría de Educación Pública (SEP) difundió antes de que culminara oficialmente el ciclo escolar 2021-2022.

También señalé la organización que en ésta se observa, a partir del desarrollo de las sesiones en dos momentos, por así decirlo, simultáneos: en el primero, los colectivos docentes estarían trabajando lo relacionado al Consejo Técnico Escolar (CTE) con la finalidad de reflexionar sobre los elementos a considerar para el diagnóstico integral de la escuela y, en el segundo, algo que la SEP denominó “formación continua” de un Plan de Estudios 2022 que, hasta donde se tiene conocimiento, no está terminado, puesto que en el mes de junio se difundió la tercera versión del documento en referencia, previa emisión de dos más, la de enero y la de mayo de este mismo año; para ello, sobre este último, se pretende que los grupos de maestras y maestros, bajo la modalidad de taller, se acerquen a dicho Plan con la idea de que se compartan experiencias, conocimientos, saberes y trayectorias profesionales, a través del diálogo, para establecer un vínculo de estos elementos con la estructura curricular propuesta, situación que me llevó a pensar en la posibilidad de que finalmente se revertiría el modelo instrumentalista-remedial-carencial que ha predominado hasta nuestros días en el ámbito de la formación continua, sin embargo, no lo supera.

Dicho lo anterior, toca el turno de abordar y analizar algunas de las actividades de las sesiones propuestas. Insisto, tal análisis, corresponde a la Guía dirigida para la educación primaria.

En la sesión 1, se encuentra el encuadre de la sesión, el momento 1 “Nuestro espacio de decisión para que todos aprendan. La escuela que somos y que queremos ser”, y el momento 2 “Nuestro espacio de formación. Mi práctica docente y el vínculo con el currículo”.

Como puede observarse, a diferencia de la Guía del ciclo escolar anterior (2021-2022), el momento 1 parte del abordaje de la equidad, inclusión y participación que garantice trayectorias educativas continuas, completas y de excelencia de los estudiantes, y para ello, se propone la revisión de la forma de organización de la escuela, las interacciones entre los actores educativos, normas de convivencia y participación, trato entre los integrantes de la comunidad escolar, formas de intervención pedagógica, entre otros.

Es clara la idea de focalizar la mirada hacia el interior de la escuela para identificar aquellos aspectos que limiten o posibiliten el aprendizaje de los educandos, así como algunos elementos que involucran la participación de los padres de familia, sin embargo, un tema que no tuvo la relevancia requerida, fue el de aquellos factores que intervienen directamente en el centro escolar y que corresponden al ámbito comunitario, es decir, si usted lee con detenimiento las actividades propuestas, puede ser que la escuela haya desarrollado algunos aspectos relacionados con la equidad, inclusión o participación, sin embargo, sabemos bien que una vez que los alumnos abandonan el plantel, temas como la exclusión, discriminación, inequidad, entre otros siguen presentes o son manifiestos. Como escuela y comunidad escolar, ¿qué hacer ante el gran desafío que ello implica?, ¿qué políticas públicas, más allá de lo que se encuentra en las leyes y en los protocolos, se han establecido para aminorar tales cuestiones?, ¿hasta dónde puede actuar la institución y los colectivos en un tema o temas de singular importancia? En suma, me parece que la técnica del semáforo sugerida es pertinente, pero limitada, en cuanto a la falta de reconocimiento de otros factores externos que inciden en el plantel escolar.

Por lo que toca al momento 2 cuyo propósito es “conectar con la práctica docente”, tal y como lo había expresado en mi entrega anterior, si la idea era colocar al centro al docente en el marco de las reformas educativas sexenales, cambios curriculares derivados de éstas, cambios en la práctica docente, entre otros, esto no se logró con alguna de las actividades sugeridas, en su lugar se tendría que haber colocado otra u otras, con un sentido pedagógico más amplio y profundo en lugar de un momento de relajación mediante el cual pudieran surgir las emociones de los docentes; ¿por qué en el audio propuesto la maestra o el maestro tendría que irse despidiendo de esa maestra o maestro que fue y permitirse recuperar y reconocer eso que ha ido construyendo a lo largo de su trayectoria? En fin, llama la atención la escasa atención que se le dio al próximo cambio curricular con esta actividad, justamente cuando a un año de gobierno lopezobradorista, se implementará en nuestro país.

De la Sesión 2, momento 1 “Nuestro espacio de decisión para que todos aprendan. El diagnóstico integral de la escuela”, momento 2 “Nuestro espacio de formación. Acercamiento a la autonomía curricular y la autonomía profesional” se puede decir, por lo que respecta al primero de ellos, que se observa una franca continuidad de lo que ha venido trabajando en los CTE para la conformación de los PEMC; el que analicen cómo se estructura dicho programa, qué factores inciden para determinar una problemática y para la toma de decisiones, es lo que se ha venido trabajando desde hace varios años. Habría que preguntarse, ¿en qué medida estos programas atienden las problemáticas identificadas?, ¿cuál es el balance al final del ciclo escolar?, ¿qué datos tendría la SEP para seguir proponiendo este esquema de gestión escolar al interior de los planteles?, ¿no habría la imperiosa necesidad de diseñar otro tipo de programa para que, a través de proyectos, bajo la coordinación de las diferentes comisiones escolares pudieran realizarse?

Ahora bien, sobre el tema de los logros de los aprendizajes, es claro que el sistema educativo nacional, no ha transitado de un sistema regido por el de las calificaciones a uno en el que la evaluación formativa juegue un papel trascendental en la vida de las instituciones educativas; se refiere la elaboración de tablas y gráficas de calificaciones, pero no se aborda el tema de la repercusión que ha tenido en los estudiantes la política impuesta por la SEP que denominaré “cero reprobación”. Entonces, ¿es pertinente la elaboración de esas tablas o gráficas cuando la SEP impone ciertas políticas o por qué no podría profundizarse en aquellos elementos que colocan al estudiante con cierto aprendizaje al termino de cada ciclo escolar, ¿cómo los atendemos?

En el momento 2, de nueva cuenta aparece en esta Guía, los momentos de relajación, que dan entrada al tema sobre la autonomía curricular y profesional. Desafortunadamente, nuestro sistema educativo se ha caracterizado por limitar los espacios de autonomía en los centros escolares porque, la estructura vertical y autoritaria, mayormente impide el desarrollo de las actividades propuestas por los colectivos. Es cierto, no en todos los lugares ocurre de esta manera, sin embargo, hay que decirlo, las propuestas que puedan surgir muchas veces son limitadas o prohibidas porque no “encajan” con ciertas políticas educativas impuestas por la federación o en los estados; ¿qué pasaría si el docente, en este ejercicio, percibe que no cuenta con dicha autonomía?, ¿la autoridad educativa modificará su esquema para dar paso a las propuestas pedagógicas y de gestión de los colectivos docentes aunque vayan en contra de las políticas que ha fijado?, ¿realmente con el nuevo plan de estudios se modificarán las mismas estructuras verticales y autoritarias que son tan conocidas como parte del currículum oculto y vivido? En suma, sigo creyendo, que las escuelas podrían contar con el mejor plan de estudios del mundo, pero si las estructuras “oficialistas” no cambian o transforman su actuar, toda iniciativa topará con pared tal y como ha sucedido. Un ejemplo muy sencillo de estas cuestiones: en el estado de Tlaxcala a los docentes de secundaria se les solicita la elaboración de su planeación en un formato único, mismo que se “sube” a una plataforma, ¿realmente es necesario que todos los docentes se ajusten a ese formato?, ¿no tendría mayor relevancia la elección de los contenidos, su propósito, la intención y secuencia didáctica, la forma de evaluación, los materiales y recursos seleccionados, entre otros?

En la sesión 3, momento 1 “Nuestro espacio de decisión para que todos aprendan. Valoración diagnóstica de los aprendizajes”, y en el momento 2 “Nuestro espacio de formación. Ejes articuladores, campos formativos y organización del plan de estudios 2022”, siguiendo la línea de la sesión anterior, en el primero se habla de una valoración diagnóstica que permitiría conocer las condiciones en las que se encuentra los NNA y el grupo escolar; insisto, ¿cuál sería el efecto de la cero reprobación impuesta por la SEP y por qué no se consideró como parte de ese conocimiento para la valoración referida?

Ahora, el tema sobre los expedientes o fichas descriptivas que los docentes pudieron haber elaborado me parece un tanto pertinente porque, indiscutiblemente, los colegiados tendrían que contar con un insumo que detone la valoración del profesorado en razón del grupo que atendieron, así como también, los instrumentos que ayudaron a este propósito y que fueron empleados en un momento determinado; no obstante, llama la atención el que se refiera la aplicación de una prueba para la valoración referida, entonces, ¿se reafirma el sistema de calificaciones aludido en párrafos anteriores y no el de la evaluación propiamente dicha?

Por lo que respecta al momento 2, a partir de un diálogo y de observar un video, se pretende que se conozcan las características generales del plan de estudios 2022 (contenidos, propósitos por campo formativo, campos formativos, ejes articuladores, perfil de egreso), para que se reflexione en torno a los cambios que se observan y se elabore un cartel, sin embargo, preguntas fundamentales como por qué fue necesario este cambio, por qué los principios de la nueva escuela mexicana, por qué este enfoque en el plan de estudios, por qué ejes articuladores, por qué campos formativos, por qué fases, por qué epistemologías del sur, por qué comunidad-territorio, por qué saberes y de qué manera se conciben, entre otras, que generarían precisamente esa reflexión, no se incluyeron, entonces, ¿se reflexiona pero no se reflexiona?, ¿se “forma” al docente para comprender el cambio curricular o solo para aplicar el plan de estudios?

Finalmente, en esta sesión, el tema de las emociones vuelve a surgir mediante el desarrollo de una estrategia denominada lluvia de emociones; ¿lluvia de emociones cuando, de unos años a la fecha, se han cambiado planes de estudio sexenalmente y, por tanto, los docentes se han visto envueltos en una vorágine de reformas curriculares en nombre de la tan anhelada calidad educativa?

En la Sesión 4, momento 1 “Nuestro espacio de decisión para que todos aprendan. Un plan de atención que responda a las necesidades identificadas en la valoración diagnóstica”, y momento 2 “Nuestro espacio de formación. Transitando hacia los campos formativos” se observa, en la primera cuestión, que esta Guía no rompe con el esquema de la propuesta del ciclo anterior; como se recordará, también se habló de un plan de atención para el periodo extraordinario de recuperación de aprendizajes. Al respecto, tal parece que a la SEP sí le consta que no se lograron los aprendizajes, supongo tiene evidencia de ello y, por lo cual, se tiene que recuperar “algo”. ¿No se haría necesario que la SEP hiciera un ejercicio de autocrítica y reflexionara sobre la implementación de políticas como la de reprobación cero? En este sentido, ¿todos los colectivos docentes habrán elaborado un plan de atención y no otra estrategia que les permitiera avanzar en la adquisición de aprendizajes con sus alumnos?, ¿gozarán de autonomía las escuelas para decidir si desarrollan o no dicho plan de atención? Es más, ¿por qué un plan de atención si, como se sabe, muchas veces, resultado del diagnóstico que realiza el docente al inicio del ciclo escolar se proponen y desarrollan una serie de estrategias para “nivelar” a los estudiantes y, como tales, son colocadas en la planeación didáctica?, ¿no representará dicho plan una carga administrativa innecesaria?

En el momento 2, de esta sesión, aparece otra vez la relajación, que lleva a los decentes a elaborar una historieta denominada “Mi vida como estudiante y las asignaturas” para que se comparta entre los asistentes. Después, con la finalidad de que se “rompan” ¿paradigmas?, se propone que se haga un análisis de lo que implica un currículo organizado por asignaturas y otro por campos formativos. De nueva cuenta se cae en la simplicidad y un posible sesgo, ¿por qué no se realizó un análisis de lo que proponía el plan 2011, 2018 y 2022 para que, con base en ello, se iniciara un ejercicio de comprensión de la organización curricular establecida en el plan 2022? Es más, ¿por qué pensar que uno u otro pudiera tener ventajas o desventajas si el que se pretende echar a andar en nuestro país comenzará a operar en 2023? Ahora bien, en el supuesto que se pudiera romper un paradigma, ¿se piensa que los docentes ya tendrían claro transitar de asignaturas a campos formativos y lo que ello implica en cuanto a la planeación, desarrollo y evaluación de los mismos?

Por último, en la sesión 5, se refiere a la organización de la escuela y, de la cual, ya plasmé un análisis en mi entrega anterior. Invito a consultarla.

Desde mi perspectiva, la propuesta de “formación continua” dejó mucho que desear. Dicen que “el que mucho abarca poco aprieta” y, es cierto, porque se intentó que dos temas caminaran a la par sin considerar que cada uno de ellos requiere un tratamiento especial, con una intención pedagógica y didáctica claramente definida y sin “lagunas” que terminen por borrar esa concepción del docente como operador de un plan de estudios. Mucho se esperó de esta formación, pero, al final de cuentas, fue mucho ruido y pocas nueces.

Cierro estas líneas compartiendo un enlace en el que, al parecer, se ha filtrado una nueva versión del plan de estudios 2022:

https://drive.google.com/file/d/1YuOL8BO8TkWzPXJdZTzZeMQBENLc5HTw/view; no es un documento oficial, debo aclararlo, pero este sexenio nos ha acostumbrado que, el “filtrar” ciertos documentos, puede traerles “buenos dividendos”.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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Consejo Técnico y Taller de formación continua para el ciclo 22-23: mucho ruido, pocas nueces. Primera parte

Por: Abelardo Carro Nava

«Si se apela a la horizontalidad, ¿por qué los colectivos docentes no conducen el diálogo para no caer en la misma organización en la que el supervisor, director o Asesor Técnico Pedagógico sea el que conduzca dicho ejercicio?»

No había concluido el ciclo escolar 2021-2022, y la Secretaría de Educación Pública (SEP) ya había difundido la Guía para la Fase Intensiva de Consejo Técnico Escolar y el Taller Intensivo de Formación Continua para Docentes: Plan y Programas de Estudio de la Educación Básica 2022. Desde luego que este último llamó mi atención porque, hasta la fecha, se sabe que dicho plan de estudios, que habrá de implementarse a partir del ciclo escolar 2023-2024 no está terminado, es decir, que comenzará en los próximos días una “formación continua” sobre un documento inacabado mismo que, hasta el día en que cierro estas líneas, 3 versiones se han conocido: la de enero, mayo y junio de este año. ¿Se conocerán más versiones y, por tanto, la formación recibida seguirá teniendo sentido? Al tiempo.

La Guía para los Centros de Atención Múltiple, Educación Inicial, Preescolar, Primaria y Secundaria, puede ubicarse en el enlace que abajo comparto; sin embargo, debo hacer notar, que el breve análisis que en estos momentos expongo tiene como referente la destinada para la educación primaria.

En la presentación, además de la bienvenida y de resaltar la importancia de ofrecer el servicio educativo en nuestro país, se refiere que la Subsecretaría de educación básica en el marco de la estrategia Nacional para Promover Trayectorias Educativas Continuas, Completas y de Excelencia (ENTE), a lo largo del ciclo escolar, darán a conocer los recursos y herramientas con la finalidad de apoyar a las comunidades escolares a enfrentar las consecuencias socioemocionales, el bajo logro educativo y el abandono escolar (SEP, 2022). Interesante planteamiento con el que inicia este documento que, desde luego, permite formular algunas preguntas, ¿qué datos tiene la Subsecretaría de Educación Básica o la misma SEP para afirmar que se requiere enfrentar las consecuencias emocionales, el bajo logro educativo y el “abandono” escolar? Si es que se cuenta con esos datos, ¿por qué no se comparten con los colectivos docentes para que amplíen la mirada sobre el reto que estarían por enfrentar y para lo cual se propone que éstos elaboren un plan de atención que permita recuperar y consolidar los aprendizajes?

Enseguida, en la misma Guía se señala que, a lo largo del ciclo escolar, se contará con espacios de formación para aproximarse a los aspectos más relevantes del Plan de estudios. La intención es conocerlo, comprender los cambios propuestos y los contenidos que serán aprendidos y enseñados, la forma de hacerlo y acercarse a ellos, así como el nuevo enfoque de mirar a la escuela y a los distintos actores educativos como una comunidad que trasciende las paredes de la escuela (SEP, 2022a); por tanto, las sesiones se organizan en dos momentos.

El primero con el propósito de propiciar la reflexión sobre los elementos a considerar para el diagnóstico integral de la escuela (resultados del ciclo escolar anterior, respecto del PEMC, a la luz de los criterios de inclusión, equidad y participación que garanticen que NNA tengan trayectorias educativas continuas, completas y de excelencia) (SEP, 2022b). El segundo, bajo la modalidad de taller, se pretende que los colectivos conozcan el Plan de Estudios 2022, puesto que implica una forma de trabajo diferente a la acostumbrada al dar seguimiento a los procesos de gestión escolar; por ello, el encuentro con las experiencias, los conocimientos, los saberes y las trayectorias profesionales de los maestros, como medio para establecer un vínculo con los elementos y la estructura curricular “es fundamental”, por tanto, la metodología apuesta por la resignificación de la práctica, y convierte al diálogo en la herramienta didáctica central que permite involucrarles en el proceso de reflexión colectiva para la transformación educativa (SEP, 2022c).

Hasta aquí, parecería que el planteamiento pretende revertir ese modelo instrumentalista-remedial-carencial que en los últimos años ha caracterizado la “formación continua” que se la ha brindado al profesorado mexicano; sin embargo, como se verá más adelante, aunque en las sesiones se propone dicho diálogo y los momentos reflexivos, se regresa a lo mismo que se ha conocido. Ya expondré algunos argumentos; no obstante, no hay que perder de vista que se sigue considerando un Programa Escolar de Mejora Continua (PEMC) al igual que se ha planteado en los inicios de los ciclos escolares.

Finalmente, en esta Guía, en la Sesión 5, se propone que se ocupe de aquellos asuntos de interés de la escuela, prepararse para recibir a sus NNA, coordinar la instalación del Comité Participativo de Salud Escolar, preparar la jornada de limpieza y los protocolos de seguridad e higiene, conocer e incluir a las y los nuevos integrantes de la plantilla docente y organizar a los grupos, entre otras acciones prioritarias (SEP, 2022d). Curiosamente, sobre este punto, no se hace explícito las políticas, acciones o recursos económicos, que la propia Secretaría ha implementado o implementará para el logro de tales propósitos; en consecuencia, parece ser, que la misma escuela, como ha sucedido antes y durante la pandemia (que aún sigue entre nosotros), habrá de tomar las decisiones, con los recursos que tiene a su alcance.

Ahora bien, por lo que respecta al apartado denominado Orientaciones para el desarrollo del trabajo, se propone una metodología de formación para organizar y desarrollar las diferentes sesiones, por ello, para la aproximación al plan de estudios se sugiere el diálogo, reflexión y reciprocidad colectiva, hecho que implica, un momento de recuperación de las experiencias profesionales, abriendo espacio al reconocimiento de las sensaciones y emociones que se hacen presentes a lo largo de la vida y de las cuales la labor docente no está exenta, pues existirá un antecedente en los saberes y conocimientos con los que cuentan y se estrecharán los vínculos con las diversas temáticas que se aborden al analizar los aspectos clave y los conceptos básicos que permitan reconocer las implicaciones que tienen en la práctica cotidiana. Las actividades conllevan el acercamiento a los contextos y a situaciones reales que viven día a día dentro y fuera del aula y la escuela… esta formación apela a la horizontalidad en un encuentro entre colegas (SEP, 2022e).

Desde luego que este planteamiento de nueva cuenta llama la atención porque, ¿cuándo no se han desarrollado las sesiones del Consejo Técnico a partir del diálogo y la reflexión en los centros escolares? Si se apela a la horizontalidad, ¿por qué los colectivos docentes no conducen el diálogo para no caer en la misma organización en la que el supervisor, director o Asesor Técnico Pedagógico sea el que conduzca dicho ejercicio? Cierto, habrá quién pudiera referir que la Guía no establece que estas figuras educativas sean las que coordinen tal actividad, sin embargo, en los hechos, de sobra se sabe que así se organiza y se desarrolla porque así lo determinan las autoridades educativas. ¿Entonces sí consideramos o no dicha horizontalidad?

Sobre el tema de las sensaciones y emociones, a lo largo de las sesiones se propone una serie de actividades con la finalidad de que el docente se mire y se reconozca en la diversidad y con las fortalezas en colectivo. De ahí que, por ejemplo, en el Momento 2 de la Sesión 1, se sugiera escuchar audios para que el docente se “conecte con su práctica”, identifique las experiencias al escuchar dichos audios, haga un listado de emociones, entre otras cuestiones; seguido de algunas preguntas: ¿cómo me sentí con la actividad realizada?, ¿qué emociones logré identificar?, ¿podré identificar esas emociones en alguna parte de mi cuerpo?, ¿qué momentos de mi práctica logré recordar y cómo me sentí al respecto?, etcétera, con la finalidad de compartir las respuestas, puesto que servirán de referente para la reflexión sobre los cambios que han experimentado a lo largo de su trayectoria profesional.

Dicho lo anterior habría que preguntarse, ¿no existen otras propuestas con un profundo sentido pedagógico que posibiliten el reconocimiento de las trayectorias profesionales de las y los docentes?, ¿no podría terminar de construirse un proyecto educativo, como lo es el plan de estudios referido, con otras propuestas que posibiliten su desarrollo en lo sucesivo? Con esto no minimizo la importancia de las sensaciones y emociones en los seres humanos, desde luego tienen cabida en el ámbito educativo, pero si la idea es que el docente se coloque al centro de las reformas educativas y de los planes y programas de estudio (por ejemplo), pudieron considerarse otras opciones que permitieran llegar a ese propósito, vinculando necesariamente la formación del profesorado en tanto que ésta implica propiciar la comprensión de la construcción del sujeto a partir de la conformación de su individualidad y trayectoria de vida. En fin.

Muchas veces me he preguntado qué espera el docente cuando, por las tradiciones conocidas, se plantea una formación continua para mejorar su práctica profesional; pienso que varias respuestas podemos obtener de ello; sin embargo, me aventuraré a afirmar que lo que quisieran encontrar en esos espacios de diálogo y reflexión, es el sentido de su práctica en torno a la actividad o actividades que está realizando en el aula, escuela y comunidad, pero además, el origen de ese sentido a partir de su individualidad y de su ejercicio como profesionales de la educación, reconociendo su tránsito desde su formación en casa, su incorporación al sistema educativo en los primeros años de vida, del abordaje de planes y programas de estudio con sus maestros, de los libros de texto que pudo haber tenido en sus manos, de los libros que puedo haber leído, de las películas que hubiera visto, de las experiencias obtenidas con familiares, amigos y, por supuesto, con compañeros y profesores, etcétera, y que, por tanto, esa misma formación los ha llevado a encontrar respuestas a los múltiples retos que la docencia encierra.

Si los docentes logran identificarse y reconocerse como sujetos que en su trayectoria de vida han tenido referentes de la docencia y que además los han vivido en carne propia, ¿por qué no invertir el proceso colocando al centro a la maestra y maestro para llevarlo a reconocer que su práctica ha posibilitado la generación de aprendizajes independientemente del plan de estudios?

Referencias:

(2022). Fase intensiva de Consejo Técnico Escolar Ciclo Escolar 2022-2023. Recuperado de:https://educacionbasica.sep.gob.mx/fase-intensiva-de-consejo-tecnico-escolar-ciclo-escolar-2022-2023/
(2022). Guía para la Fase Intensiva de Consejo Técnico Escolar y el Taller Intensivo de Formación Continua para Docentes: Plan y Programas de Estudio de la Educación Básica 2022. Recuperado de: https://educacionbasica.sep.gob.mx/wp-content/uploads/2022/06/Guia-Primaria-Fase-Intensiva-de-CTE-2022-2023.pdf

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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Como en los tiempos de Nuño, ahora en Tabasco

Por: Abelardo Carro Nava

«Atinada, y reiteradamente, el presidente de nuestro país ha señalado que las libertades no se mendigan, se conquistan.»

Ya en tiempos de lo que se ha conocido como la “cuarta transformación de nuestro país”, a mediados de mayo de 2021, maestras y maestros – y algunos reporteros que cubrían la nota – fueron desalojados violentamente por elementos de seguridad pública del estado de Veracruz; entidad gobernada por el morenista Cuitláhuac García quien, como se sabe, conjuntamente con el Secretario de Educación de esa entidad, Zenyazen Escobar García, fueron férreos opositores a la mal llamada reforma educativa que impulsó el gobierno peñanietista.

Tal parece que no fue del agrado de estos funcionarios públicos, que los profesores se manifestaran en la Secretaría de Educación, para demandar una audiencia con el titular de esta Dependencia con la intención de que se reconociera la toma de nota de José Arturo Hernández, como secretario general del Sindicato Democrático de Trabajadores de la Educación.

Un par de días después, el mismo gobernador declaró ante los medios de comunicación, que no habían sido violentados los derechos de los manifestantes y que solo se había aplicado “cierto” protocolo de seguridad por la posible “afectación” a terceros, por lo que en su administración siempre se anteponía el diálogo. Los videos que circularon en las redes sociales, evidenciaron lo contrario.

El mensaje hacia el magisterio había sido enviado con “éxito”: primero te golpeamos y luego te atendemos. Es más, fue curioso observar en las mismas redes sociales, un video en el que dicho Secretario de Educación se encontraba afuera de las instalaciones donde fueron trasladados los profesores detenidos y, con la frase: “siempre estaremos del lado de las maestras y maestros”, éstos fueron liberados.

¿Por qué si, como se dijo, se estaba del lado de los trabajadores de la educación, no se les concedió su demanda inicial que no era otra cosa más que el de una audiencia? De ese lamentable y desafortunado episodio, ¿cuántas manifestaciones se han dado en esta entidad de la República Mexicana?, ¿realmente se ha dado un diálogo “abierto y respetuoso” para la solución de los conflictos laborales y educativos después de este incidente?

Un año después, pero en otras latitudes, de nueva cuenta las redes sociales dieron cuenta de un violento desalojo de trabajadores de la educación muy al estilo del sexenio anterior; tal hecho tuvo lugar en Tabasco, nada más y nada menos, que en la tierra del secretario de gobernación y del propio presidente de la República. Grupos antimotines se dieron el verdadero lujo de golpear a quienes demandaban el pago de las quincenas del mes de junio de este año y, particularmente, el retroactivo que no había sido cubierto en esa entidad cuando en otras ya había sido pagado.

El gobierno del también morenista, Carlos Manuel Merino Campos, en el mismo tenor que su homólogo veracruzano aplicó la misma estrategia de comunicación, pues a través de su Secretario de Gobierno, afirmó que en la entidad tabasqueña se “antepone” el diálogo, no se reprimen las manifestaciones siempre y cuando no haya una “afectación” a terceros; y bueno, sobre el tema de los adeudos, este funcionario aseguró que en las próximas semanas se estarían cubriendo, tanto a maestros federales como estatales.

Otra vez el mensaje se envió con “éxito”: primero te golpeamos y luego de pagamos. Es más, este mismo servidor público, aseguró que ya se había acordado con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Sección 29, las fechas precisas de los pagos correspondientes a los ajustes salariales. Entonces, ¿por qué fue “necesaria” la agresión y detención de 5 trabajadores cuando, al parecer, hay un diálogo “abierto” con la dirigencia sindical de esa entidad? Si hay un “diálogo”, ¿qué es lo que se dialoga y cuál es o son los resultados de ese diálogo?

Ahora bien, independientemente de las disputas por el poder que en cualquier organización se dan como parte de un proceso de renovación, de reestructuración o de transformación, y que desde luego tienden a movilizar a grupos de trabajadores para sus propios fines, algo que es totalmente reprobable, ¿es aceptable el uso de la fuerza pública bajo la “supuesta” afectación a terceros?, ¿y el diálogo? Es más, no estaría nada mal conocer qué se entiende por diálogo porque, cualquier agresión a cualquier ser humano, es totalmente inaceptable en un país de libertades.

Dudo mucho que, si hubiese existido una explicación sensata, fundamentada y argumentada por parte de las autoridades, sobre el por qué en otras entidades del país ya se había cubierto el retroactivo a los trabajadores de la educación y en Tabasco no, el magisterio tabasqueño hubiese salido a las calles a manifestarse. Vaya, hoy día, parece que exigir, demandar o reclamar un atraso en los adeudos significa estar en contra de un sistema, gobierno o régimen; ¿no acaso se protesta para evitar ser reducidos a nada? ¿por qué imponer el silencio por la fuerza a favor de unos cuantos?, ¿cuál fue el papel de la Sección 29 del SNTE con relación a esta justa demanda magisterial?, ¿sirve de algo estar sindicalizado cuando no se vela por los derechos de los trabajadores de la educación?, ¿cuántas movilizaciones veremos en lo sucesivo en ese estado cuando se tiene como antecedente el actuar de un gobierno represor que se dice abierto al diálogo? En fin.

Ahí tenemos a las y los candidatos a dirigir la Sección 29 de esa organización sindical en esa entidad. Una cosa es la campaña, el deseo, la aspiración y el discurso, y otra muy diferente los hechos. Todas y todos, sin excepción alguna ¿publicarán algún pronunciamiento sobre estos lamentables y desafortunados hechos cometidos en contra de los trabajadores a los que aspiran representar?

Ahí tenemos a la Secretaría de Educación Pública, a cargo de una profesora que, como el presidente lo ha dicho, conoce el sistema. Supongo que tan lo conoce, que ni un comunicado emitió para reprobar los hechos donde los trabajadores de la educación, colegas suyos, fueron salvajemente golpeados por elementos de las fuerzas de seguridad.

Se sabe pues, que para la organizaciones sindicales y gubernamentales los derechos de los trabajadores de la educación son parciales; es decir, cuando a ciertos líderes así conviene a sus intereses, el magisterio tiene derechos, pero cuando van en contra de sus políticas de “puertas abiertas” y de “diálogo”, son reprimidos.

Atinada, y reiteradamente, el presidente de nuestro país ha señalado que las libertades no se mendigan, se conquistan. Ojalá y tal expresión haga mella en ciertos líderes y gobiernos provenientes de un movimiento denominado de Regeneración Nacional porque, así como se pintan las cosas, con claridad se observa que el PRI no se ha creado ni se ha destruido, solo se ha transformado en Morena.

Aurelio Nuño, y el Pacto por México, con garrote en mano estarán muy contentos por ello.

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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La Secretaria que no cambiaría nada

Por: Abelardo Carro Nava

«Funcionarios públicos han ido y venido en la SEP; de hecho, de 2006 a la fecha, han pisado la oficina de Vasconcelos ocho Secretarios de Educación (incluyendo a Delfina Gómez)»

“No vengo a cambiar nada”, fue una de las primeras declaraciones que expresó la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) al asumir el cargo que le fue conferido por el presidente de la República, y lo está cumpliendo.

Los días, semanas y meses pasan, y la Dependencia que la profesora Delfina Gómez dirige, no deja de ser un archipiélago en el que, cada pequeño territorio, toma decisiones a diestra y siniestra sin que en ello medie la posibilidad de fijar un rumbo y dirección que evidencie una política educativa que vaya en sintonía con eso que se ha llamado “Cuarta Transformación de México”: la evidente falta de revalorización del magisterio, la continuidad de una política de estímulos salariales de corte neoliberal impulsada por el priismo, la desaparición de las escuelas de tiempo completo o cuya “sustitución” es inverosímil, la indefinición de una Nueva Escuela Mexicana que no es nueva sino un vintage educativo, la construcción de un plan de estudios que se pondrá en marcha a un año de que culminé este sexenio, la elaboración de libros de texto sin que el plan de estudio referido no esté concluido, el evidente rezago educativo y abandono escolar que se agravó con la pandemia por la Covid-19, la incomprensible falta de aplicación de recursos para la educación especial, el calvario que padecen los profesores para recibir sus pagos de los Programas Nacional de Inglés y de los Centros de Atención para Personas con Discapacidad, la excesiva y absurda carga administrativa impuesta al magisterio, son algunas de las tantas cuestiones que, desde luego, podrían incrementarse derivado de lo que en cada región o contexto acontece.

Indudablemente, la llegada a la SEP de una profesora que se había desempeñado en un grupo y en una escuela, generó una expectativa importante. De hecho, como se recordará, el mismo presidente así lo señaló cuando anunció su designación, pues ninguna maestra de primaria había ocupado tan honroso cargo público. Pienso, que más allá del símbolo que tal nombramiento pudiera representar, la expectativa creció porque se esperaba que, conocedora de lo que una maestra o maestro “vive” cotidianamente en una escuela y aula, pudiera tomar una serie de decisiones, traducidas en acciones, que priorizaran el quehacer docente, me refiero a la diversidad de actividades, de corte pedagógico y didáctico, que el profesorado mexicano realiza con sus alumnos todos los días, en sus centros escolares.

Sin embargo, esto no ocurrió, no ha ocurrido y, como parece obvio, no ocurrirá; los rumores sobre la salida de la profesora para participar en el proceso electoral rumbo a la gubernatura del Estado de México han crecido en las últimas semanas. Tema que ha llevado a mirar a esta Dependencia, como un trampolín para una posible “designación” o “candidatura”. Desde luego que, cualquier ciudadano que se desempeñe como funcionario público, tiene derecho a participar en los procesos electorales que así considere pertinentes; el tema pues, no pasa por un deseo o una decisión personal, sino más bien, por la aceptación de un cargo público que trae consigo una serie de responsabilidades que, indiscutiblemente, tienen que atenderse porque, en su ejercicio, subyace la responsabilidad con la ideología o régimen en turno, pero también, con lo que implica ser Secretario de Educación en un país tan complejo como el nuestro y en el que, como sabemos, se implementaron una serie de políticas en nombre de la tan llamada y mal lograda “calidad educativa”.

Muchas veces se espera que las autoridades educativas entiendan o comprendan, que el proceso de enseñanza y de aprendizaje no es un asunto sencillo; de alguna forma, tiene su base en el abordaje de contenidos, sin embargo, la labor docente no se limita única y exclusivamente a ello; ojalá así fuera.

Y es que ésta no solo tiene que ver con planificar actividades, contenidos, estrategias didácticas, materiales y recursos didácticos, contemplando una evaluación formativa y sumativa; no, no se trata solo de ingresar a un salón y salir de él como si todo hubiese quedado entendido; vaya, no solo es cumplir con una acción dentro de cuatro paredes. Este ejercicio es amplio, complejo y siempre cambiante, porque en él confluyen un número importante de situaciones o circunstancias individuales, colectivas, contextuales, nacionales y hasta internacionales, pero, además, lo que los estudiantes aprenden en casa, con los amigos, con sus conocidos.

¿Cuántas veces, en el México reciente, no hemos visto a través de los medios de comunicación, un enfrentamiento entre grupos armados cerca de una escuela?, ¿cuántas veces no hemos visto a los profesores y los alumnos acostados en el piso mientras el ruido de las armas retumba en sus oídos?, ¿cómo procesar y explicar este acontecimiento en los alumnos?, ¿de qué manera las políticas educativas que se han implementado en los últimos años abonan al quehacer educativo si tales hechos, desafortunadamente, se vienen incrementado? Desde luego que esta situación es un pequeño ejemplo de aquellas circunstancias que influyen en el proceso referido. El diálogo directo con los estudiantes permite comprender el cúmulo de cuestiones que las maestras y los maestros deben considerar para que, paulatinamente, se logre el propósito formativo. Proceso que, indiscutiblemente, no termina nunca.

Entonces, como tantas veces se ha referido, estamos ante dos realidades distintas: la que reina en las oficinas secretariales y la que las maestras y maestros frente a grupo viven cotidianamente. Funcionarios públicos han ido y venido en la SEP; de hecho, de 2006 a la fecha, han pisado la oficina de Vasconcelos ocho Secretarios de Educación (incluyendo a Delfina Gómez), y esas realidades, durante este tiempo, jamás se han aproximado. Un tema que pareciera ser obvio, pero ¿no podríamos cambiar o, al menos, propiciar un cambio en tal esquema? En fin.

¿Dejará las oficinas de la SEP la profesora Gómez? Con seguridad lo sabremos en los próximos días porque, mientras algunos funcionarios públicos ya se visualizan en plena campaña política para una gubernatura o presidencia del país, el magisterio seguirá trabajando en sus respectivas escuelas y salones de clase, aún y cuando las condiciones, muy similares a las de antaño y que hasta el hartazgo fueron criticadas por los que hoy gobiernan, no sean las mejores.

Ojalá llegara el día en que se pudiera elegir, al igual que se elige a un presidente, senador, diputado o gobernador, a quien pueda y deba dirigir una institución gubernamental tan importante para el desarrollo humano y de un país; por lo pronto, estoy seguro de que tal idea no sucederá y, por tanto, seguiremos viendo desfilar a funcionarios cuya preocupación estará en las próximas elecciones mientras su trabajo sea nulo y sombrío como el de ex candidata Delfina Gómez quien, por cierto, no la tendrá fácil si es que desea participar en la contienda electoral del Estado de México, y con ello no me refiero a un posible adversario que los partidos políticos contrarios al actual régimen puedan colocar en la mesa, en el senador Higinio Martínez tendrá el primero y más duro de ellos.

Al tiempo.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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El (in)servible SNTE

Por: Abelardo Carro Nava

«Hoy, los hechos hablan por sí solos; fiel a su costumbre, el SNTE a través de sus líderes, ha quedado sumido y maniatado a los designios del gobierno en turno.»

Recuerdo una amena charla que sostuve hace varios años con un profesor, hoy jubilado, cuando coincidimos en el trámite de lentes en las oficinas del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de cierta entidad de la República Mexicana; como era de esperarse, la fila de trabajadores que acudían a realizar dicho trámite era de proporciones considerables.

Después de un breve diálogo sobre la hora en la que tuvimos que salir de nuestra casa para llegar a la capital del estado, si nos habían dado “permiso” en las escuelas para ausentarnos unas horas y sobre las actividades cotidianas que implicaba la labor que realizábamos en nuestros centros escolares, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) salió a relucir pues, como sabemos, algunas de las gestiones que, por alguna extraña razón, las Delegaciones Sindicales han asumido como parte de sus actividades, pueden contribuir a este propósito, el de facilitar que ciertos trámites administrativos sean menos “engorrosos” para los trabajadores.

A pregunta directa de mi parte: Oiga profesor, ¿y no fue al SNTE? Él sonrío y expresó algo que me dejó atónito: “Imagínese, hace un par de años fui a las oficinas de la Sección Sindical para solicitarles el apoyo para la obtención de un préstamo y, el compañero que me atendió, me dijo que me anotaría en una lista solo que, si lo obtenía, tendría que cubrir una cuota de trescientos pesos por los gastos derivados de la gestión realizada; obviamente no acepté, porque si mi necesidad era la de obtener un recurso extraordinario para cubrir la necesidad que tenía en ese momento, por qué habría que darle trescientos pesos a este compañero; un par de días después acudí al ISSSTE y después de moverme aquí y allá, logré obtener dicho préstamo”.

Dicho esto, pasamos a otros tantos temas que, desde luego, hicieron que la espera no fuera eterna.

Ya rumbo a la escuela, reflexionaba sobre varias cuestiones, pero una en particular incrementó el deseo de seguirme preguntando: ¿para qué sirve el SNTE?

Obviamente que, cuando mis tiempos lo permitieron, consulté los estatutos conocidos de esta organización sindical y, en ninguno de sus artículos se señalaba que era una atribución, tanto del Comité Nacional como el de las Directivas Estatales, colocar a cierto trabajador de la educación en una lista para que pudiera ser acreedor a un préstamo y, mucho menos, que tuviera que dar una “cuota” por “gastos” de “representación y de gestión”. No se señalaba hace unos años en este documento y, en el actual, tampoco está escrito. Esta fue una práctica que, si bien es cierto que no en todos los Comités aplicaba, si se había institucionalizado como parte de un ejercicio denominado de “gestión sindical”.

Hoy día, como sabemos, el “negocio sindical” que representaba el otorgamiento de esos préstamos llegó a su fin, pues a través de un sorteo, el ISSSTE abrió la posibilidad para que el trabajador realice su trámite sin intermediarios.

No obstante, lo anterior, la pregunta sigue siento bastante pertinente en estos momentos; dadas las condiciones actuales en nuestro país, ¿para qué sirve el SNTE?

Con mucha seguridad, tal pregunta podría ser hasta cierto punto incómoda para cierto sector del magisterio, y se entiende. Por años se ha construido la idea de que, el trabajador, al tener esta representación sindical, podrá ser “defendido” ante cualquier abuso de alguna autoridad. De hecho, si leemos el estatuto del SNTE, en su Artículo 10, sobre su objeto social y fines, Fracción I, observaremos con claridad lo siguiente: Defender los derechos laborales, sociales, económicos y profesionales de sus miembros. Un acto que remite a un servicio, es decir que, como órgano constituido en un Congreso, tendría como finalidad la defensa y mejoramiento de los intereses que les son comunes a todos los trabajadores de la educación, pero, desafortunadamente, esto no ha ocurrido ni ocurre de esta forma; hecho que me lleva a formular otra sencilla pregunta, ¿cuáles han sido y son esos intereses? Derivado de lo que en los últimos años hemos visto, saltan a la luz varios eventos.

¿Cómo olvidar a La Maestra, ex líder vitalicia de esta organización sindical, y su vínculo con los gobiernos de Salinas de Gortari, Zedillo, Fox y Calderón?, ¿cómo olvidar a la misma Maestra y su paso por el Partido Revolucionario Institucional y en el prácticamente extinto Nueva Alianza?, ¿cómo olvidar a otro ex líder sindical de apellidos Díaz de la Torre y su vínculo con el gobierno de Peña Nieto?, ¿cómo olvidar aquella imagen de este mismo ex líder sindical levantándole la mano a Meade Kuribreña ex candidato del partido tricolor en las elecciones del 2018?, ¿cómo olvidar que el actual dirigente del SNTE apoyaba a este mismo ex candidato del PRI, pero cuando las urnas hablaron por sí solas para darle el triunfo al lopezobradorismo, se declaró aliado de la cuarta transformación a través de su ejercito intelectual? En fin, ¿cómo olvidar que la defensa irrestricta de los derechos laborales, sociales, económicos y profesionales del magisterio no ha sido la prioridad de lo que alguna vez fue conocido como el Sindicato más grande de América?, ¿acaso esta organización sindical, en su momento, movió un solo dedo para detener los ataques, vejaciones y humillaciones que se desprendieron de la implementación de la mal llamada reforma educativa caracterizada por una evaluación a todas luces punitiva? No, no lo hizo.

Hoy, los hechos hablan por sí solos; fiel a su costumbre, el SNTE a través de sus líderes, ha quedado sumido y maniatado a los designios del gobierno en turno. Claro, como se sabe, las negociaciones siempre dejan buenos dividendos, pero no para el grueso del magisterio, quienes siguen padeciendo los estragos de la aplicación de ciertas políticas que vulneran los derechos de estos trabajadores ante el autoritarismo y verticalidad de ciertas autoridades educativas. Por ejemplo, ¿realmente tendría que festejarse y anunciarse con bombo y platillo la “mejora” salarial obtenida en las negociaciones de este año? Vaya, no sé si algún integrante de este magisterio se haya preguntado, ¿por qué un trabajador afiliado al Instituto Mexicano del Seguro Social tiene un mejor salario que el que perciben los trabajadores de la educación?, ¿qué papel jugó la organización sindical del IMSS para que eso sucediera y por qué el SNTE no demandó y exigió un aumento salarial equiparable o mejor a éste? Si no fue escuchado, ¿por qué no hizo efectivo el derecho a huelga establecido en sus propios estatutos y en otros ordenamientos jurídicos? En fin, ¿por qué guardar silencio?

Esto último trajo a mi mente, una declaración que, recientemente, pronunció el secretario general de la Sección 30 del SNTE: “mi gran orgullo, mi sueño ya lo cumplí, soy el secretario general, por eso digo, quienes me critiquen o no me critiquen, si fui bueno o malo, yo ya logré ser secretario general de la Sección 30… pues algunos ni siquiera al comité seccional han entrado”. Declaración que pinta, tal cual, lo expresado en estas líneas.

Urge renovar, refundar o transformar esta organización sindical; un grupo de rufianes la tiene secuestrada.

Al tiempo.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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La USICAMM: cuatro años perdidos… ¿y en Veracruz?

Por: Abelardo Carro Nava

«A cuatro años del triunfo en las urnas del lopezobradorismo, ¿tanto ha cambiado para que todo siga igual?»

En días pasados circularon en las redes sociales, diversos fragmentos de algunos videos de la presentación de lo que hoy se conoce como “Reconocimiento a la práctica educativa”; en éstos, se observa la presencia de la titular de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM), Adela Piña, y algunos otros funcionarios. Después de escuchar y observar dichos videos, mi mente se trasladó al año 2015, justo al Congreso Nacional de Investigación Educativa cuando, en alguna de las sesiones que en ese entonces se programaron y en la que participaron varios integrantes del extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Guevara Niebla (uno de esos integrantes), se levantó de su asiento para expresarle a un maestro: “yo le suplico… no, no grite usted, pida la palabra… no, no, no, pida la palabra… no, no, no, usted no tiene derecho hablar…”; esto, en razón de la serie de cuestionamientos, preguntas, inquietudes y demás asuntos derivados de las evaluaciones que, en ese entonces, comenzaban a aplicarse a las maestras y los maestros por la mal llamada reforma educativa impulsada por el Pacto Por México. Obviamente que el rechazo a tal expresión fue más que evidente y, desde luego, las inconformidades de los profesores asistentes a ese evento siguieron, una y otra vez.

Recuerdo muy bien que, después de este momento “incómodo”, otra de las integrantes del INEE intentó calmar los ánimos dando respuesta a varias de esas inquietudes, preguntas, expresiones, etcétera. Si usted observa los tres minutos que dura este video (https://www.youtube.com/watch?v=NgYSnuk69Ng), podrá observar que, si bien es cierto que en las respuestas se percibía un cierto reconocimiento en cuanto a que las cosas no estaban funcionando bien, también es cierto que esa percepción no lograba introducirse en la mente de los presentes porque la realidad vivida por las maestras y los maestros, superaba los argumentos vertidos.

Dos realidades, por así decirlo, se observaron: la de unos funcionarios que fijaban algunas políticas evaluativas, y la de los profesores que las padecían. Realidades que nunca lograron acercarse, por el contrario, conforme el tiempo transcurrió se distanciaron. El resultado, ya lo conocemos.

Ahora bien, en el video que rescaté de esas redes sociales y que comparto para que pueda observarse, si es que así se desea, por lo acontecido en Querétaro, en la presentación de ese reconocimiento a la práctica educativa (https://www.youtube.com/watch?v=fdeVfCa__0Y&t=3253s), se escuchan y observan esas dos mismas realidades que, como en antaño, siguen presentes; es decir, se han mantenido y, presumiblemente, se irán a incrementando porque el fondo de las inconformidades, denuncias, reclamos y demás cuestiones no se ha atendido, debido a la irracional insistencia de continuar con una política de estímulos salariales de corte neoliberal que nada más no termina por traer un beneficio a todo el magisterio ni a la educación en su conjunto.

Vaya, es lamentable que la titular de la USICAMM haya menospreciado lo que en su momento se conoció con el nombre “Carrera Magisterial”, un programa que, como le he sostenido en diversos artículos tenía sus bondades; tan es así que nuestro país llegó a ser considerado pionero (Hevia, 2013) e innovador (Pineda, 2004) en el diseño en este tipo de programas.

De esta forma, tal y como también lo he venido sosteniendo en otros artículos, dicho programa se corrompió a más no poder, derivado de los “acuerdos” que lograban las cúpulas sindicales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación con las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Por años ha sido un secreto a voces “los mecanismos perversos” de los que tales instancias se hicieron valer para que el profesorado accediera a este esquema de incentivos; sin embargo, también hay que reconocer, que maestras y maestros, vieron en éste la oportunidad de mejorar su quehacer profesional y, por ende, su salario. ¿No acaso es lo que persigue un programa de incentivos o estímulos salariales como el extinto carrera magisterial o el de promoción horizontal tal y como hoy día lo conocemos? En este sentido, si alguien no decide participar, como obviamente lo expresó la profesora Adela Piña, está en su derecho, pero también está en su derecho concursar en este tipo de eventos porque la palabra derecho alude a una decisión personal que NO elimina ese derecho, lo mantiene. En consecuencia, bien valdría la pena revisar que se entiende por derecho y de qué manera se interpreta desde la oficialidad.

Ahora, por lo que toca a las brechas de desigualdad que genera la implementación de este tipo de programas, es innegable; sería ingenuo pensar que no las propició en su momento carrera magisterial o los que hoy tiene en sus manos la USICAMM; habrá quien, desde luego, acceda a este tipo de beneficios, pero habrá quien no acceda, por voluntad propia o por la serie de errores que en el ámbito estatal y federal se comente a diario, ¿revisamos todas aquellas denuncias del profesorado en cuanto a lo que la misma USICAMM ha generado en la evaluación para el ingreso o la promoción de las maestras y maestros? Curiosamente, de esto último no se habla o, si se hace, se alude a los recursos de reconsideración que difícilmente reconsideran algo porque, al ser juez y parte, la misma autoridad deja en estado de indefensión al concursante. Entonces, ¿de qué tipo de brechas de desigualdad estamos hablando?, ¿cuál es el origen de éstas? Y lo que es peor, si se asegura que carrera magisterial no mejoró la educación en nuestro país, ¿qué evidencia existe o se tiene para afirmar que lo que hoy se está haciendo, con este tipo de concursos, si lo está logrando?, ¿acaso ya se olvidó que, como en antaño, un examen es un factor que tiende a definir la idoneidad de un participante y, en consecuencia, de su práctica educativa?

Y ya entrados en esta serie de ideas retomo una que me parece relevante; lo fácil que es expresar que el estado, en estos últimos años y a través de sus dependencias, no es responsable de la aplicación presencial de un “instrumento de valoración” a los concursantes y, por tanto, se delega esta obligación a cada uno de los participantes; pareciera ser que el mensaje es: ¿quieres participar?, hazlo, pero con tus recursos y bajo nuestras condiciones; si fallas tu eres el responsable, nosotros no. Vaya, ¿en qué parte del artículo 3 constitucional, de la Ley General de Educación o de la Ley del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros se señala que el concursante deberá participar con su equipo, internet y demás elementos que le son solicitados? Esto lo pregunto porque, que yo recuerde, en dichas normativas se habla de realización de procesos en los que concurran los participantes en IGUALDAD DE CONDICIONES, pero que, además, serán PÚBLICOS, TRANSPARENTES, EQUITATIVOS E IMPARCIALES.  En consecuencia, sobre esto último, yo preguntaría: ¿qué entendemos por igualdad de condiciones?

Y bueno, para finalizar estas líneas resta mencionar, tal y como ha sucedido en Michoacán (por ejemplo), que al parecer este año no se realizará el proceso de promoción horizontal en Veracruz en el que podrían participar docentes estatales de esta entidad; lo que se sabe, es que este tema pasa por un asunto presupuestal; entonces, siguiendo con la línea de análisis que he expuesto, ¿qué entendemos por derecho? Y agregaría, ¿qué entendemos por revalorización docente cuando un programa que requiere de presupuesto no cuenta con él y, por tanto, no se respeta la labor docente y a su persona por parte de las autoridades educativas tal y como se señala en la Ley general de educación en su artículo 90, fracción III?

A cuatro años del triunfo en las urnas del lopezobradorismo, ¿tanto ha cambiado para que todo siga igual? Es cierto, por parte de la titular de la USICAMM y de los funcionarios que la acompañaban en ese evento, escuché un reconocimiento a ciertas fallas en los procesos, pero habría que recordar que, en antaño (ahí están los videos), también se reconocía, pero hasta el momento, poco o nada ha cambiado; por eso es la pregunta, nada más.

Al tiempo.

Referencias:

Hevia, F. (2013). Dualidad de objetivos en las reformas al programa de incentivos docentes en México: el caso del programa Carrera Magisterial. https://www.comie.org.mx/congreso/memoriaelectronica/v12/doc/0487.pdf

Pineda, R. (2004). La carrera magisterial: un análisis de política pública. http://dcsh.xoc.uam.mx/images/MPP/TesisMPP/98065.pdf

Fuente de la información:  https://profelandia.com
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El incomprensible alargamiento del cierre del ciclo escolar

Por: Abelardo Carro Nava

«El desgaste, cansancio, estrés e incertidumbre entre buena parte de los docentes ha sido notorio en estos días»

Resulta bastante extraño, por no decir incomprensible, que hoy día quien se encuentra al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), “desconozca” la serie de actividades escolares y administrativas que se desarrollan en los planteles en cada uno de los ciclos escolares que esta instancia programa pues, como se sabe, su tránsito por las escuelas y dirección de las mismas en educación básica, pudo haberle dado esos referentes que la llevaran a tomar una serie de decisiones de singular relevancia en nuestros días. Me refiero, particularmente, al cierre de las actividades en las instituciones educativas.

Las razones, motivos o circunstancias que han orillado a los titulares de esta Dependencia para se agreguen más días de actividades o clases efectivas en las escuelas – sea lo que eso signifique para la SEP –, reduciendo los periodos vacacionales, pueden entenderse en la medida que comprendamos que, en nombre de la tan prometida y anhelada calidad educativa, se han tomado las decisiones más inverosímiles de las que hemos sido testigos. Sirva como referente que, por ejemplo, en el calendario escolar 1985-1986, se contemplaban 9 semanas de vacaciones, iniciando en junio para finalizar en los últimos días de agosto; pero, en el calendario del año que está por terminar, el 2021-2022, se consideraron 4 semanas de vacaciones pues, como se sabe, inician después del 28 de julio para culminar el 26 de agosto.

Consecuentemente pareciera ser que la formula: más días de clases efectivas genera mejores y mayores aprendizajes, ha sido la premisa que ha movido a las autoridades educativas a reducir los tiempos de descanso de todos los actores involucrados, pero ¿esto es cierto?, ¿qué evidencia existe en nuestro país sobre este asunto y que podría sostener esta premisa? Si existe, ¿por qué la misma SEP no se han encargado de difundirla entre la sociedad mexicana para que estemos enterados de todos los beneficios que trae consigo?, ¿es una decisión que obedece a políticas internacionales impuestas por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, por ejemplo?, ¿no habría la imperiosa necesidad de realizar los ajustes que atiendan y respondan a las diversas voces, estudios y/o planteamientos que emanen de investigadores, académicos, colectivos docentes, alumnos y padres de familia? Digo, después de este ejercicio, y con las evidencias en la mano, estoy seguro que las cosas no serían como hoy las pintan desde la SEP o de los gobiernos en turno.

Ahora bien, si lo anterior pudiera considerarse relevante por la incomprensión que planteo, hay otros elementos que son aún más incomprensibles, por ejemplo, el que los docentes tengan que evaluar a sus alumnos a principios de junio para que, a mediados de este mismo mes, cuenten con la información y/o datos que les permita registrarlos cuando se habiliten las plataformas en las Secretarías de Educación de los estados; es decir, una vez que la autoridad educativa así lo indique, porque así está estipulado en el calendario escolar, la maestra o maestro tendría que registrar un valor numérico (calificación), con sus respectivas observaciones, en dichas plataformas. Hecho esto, se genera un fenómeno muy conocido y que tiene que ver con la perdida de interés del estudiantado hacia los temas a abordar y estudiar porque, de alguna forma, dado su tránsito escolar, se ha vuelto consciente de que ya ha sido evaluado y, por tanto, lo que haga o deje de hacer ya no afectaría su rendimiento o aprovechamiento académico. Fenómeno que, desde luego, se traslada a casa, sobre todo cuando algunos padres de familia también pierden el interés de apoyar a su hijo o hija, en razón de la evaluación realizada y que he referido.

Lo anterior puede entenderse si comprendemos, que la dinámica de trabajo que ha permeado en el Sistema Educativo Mexicano a través de los años es: inicio del ciclo escolar, asignatura (s), clase (s), estudio (s), examen, fin del ciclo escolar. Pensémoslo bien, esta dinámica ha penetrado hasta los huesos en el Sistema y, desde luego, la propia SEP no ha buscado ni ha emprendido nuevas acciones o acciones diferentes para revertir un proceso que, bien valdría la pena, revisar con detenimiento. En este entramado de situaciones, ¿dónde quedaría el juego en cualesquiera de sus modalidades en los espacios escolares a lo largo del ciclo escolar? Solo por citar un ejemplo.

Si, con seguridad alguien me podría decir que las escuelas y los docentes gozan de relativa autonomía para proponer actividades de reforzamiento u otras de trabajo que favorezcan los aprendizajes de los estudiantes, pero, a fuerza de ser sinceros, ¿no acaso el Sistema Educativo Nacional ha sido tan, pero tan vertical y autoritario que, por donde quiera que se mire, poco o nada favorece dicha autonomía escolar y docente?, ¿cuántas maestras y maestros no son llamados a rendir cuentas porque no está reforzando los contenidos para “generar” aprendizajes en los alumnos cuando, como se sabe, ni el libro de texto ni las guías escolares son las únicas herramientas o instrumentos para ello porque, indiscutiblemente, existen otras estrategias?, ¿cuántas de las autoridades educativas de las entidades han propuesto que los colectivos docentes de las escuelas diseñen, desarrollen y evalúen otras estrategias para este propósito? Insisto, el modelo: asignatura, curso, estudio y examen, ha calado hasta los huesos. En fin.

El desgaste, cansancio, estrés e incertidumbre entre buena parte de los docentes ha sido notorio en estos días. Ojalá fuera porque la única actividad que tuvieran que realizar es para la cual fueron formados, dar clases con todo lo que ello implica: planear, desarrollar la sesión y evaluar, pero no. Quienes hemos tenido la oportunidad de transitar en una escuela, sabemos que la carga administrativa asignada en los últimos años, ha sido uno de los tantos factores que han generado un desgaste de importantes consideraciones en la salud física y mental; sí, una carga administrativa, muchas veces absurda y sin sentido que, mayormente, queda archivada o en el bote de la basura de las oficinas de las autoridades educativas. ¿En serio alguien piensa que el trabajo docente termina después de la jornada escolar?

Reiteradamente se le pide a la maestra y maestro que les pregunte a sus alumnos cómo se sienten y por qué piensan que se sienten de esa forma; esto, con la finalidad de visualizar y, en su caso, atender su estado emocional como parte de una educación socioemocional que debe impartirse en las instituciones educativas; sin embargo, ¿cuándo la SEP o las autoridades educativas le han preguntado al docente cómo se siente y por qué se sienten de esa forma?, ¿acaso no se habrán dado cuenta que también es un ser humano?, ¿qué acciones ha emprendido esta Dependencia para ofrecer apoyo psicológico o terapéutico a los mentores?

Y bueno, para que esta serie de ideas no queden en un tema que podría ser catalogado como crítica a una autoridad, dependencia o gobierno, les propongo una sencilla premisa: menos es más. Y no con ello me refiero a ese principio de la calidad que tanto he señalado y criticado, me refiero a las posibilidades de reorganizar el sistema para que, los profesores y las escuelas, puedan proponer sus esquemas de trabajo donde el descanso, recreo y el juego, intercalado con las horas de estudio, por ejemplo, no se vean como una pérdida de tiempo, sino una alternativa a través de la cual también se puede aprender. Dejemos de imaginar que más días de clases efectivas generaría mayores y mejores aprendizajes. Atrevámonos a proponer algo diferente, fundado en la ciencia, el estudio y las investigaciones del desarrollo del ser humano, pero también, en las voces de los diversos actores o en las iniciativas de los colectivos docentes. Preguntémosle al alumno, preguntémosle al docente.

Al tiempo.

Con negritas: hasta el momento en que cierro estas líneas, al menos 14 estados de la República Mexicana han adelantado el fin del ciclo escolar 2021-2022 por razones diversas, entre las que destacan: las altas temperaturas en las regiones, el incremento de los casos de Covid-19, falta de agua y condiciones de infraestructura en las escuelas, ciclones y huracanes, lluvias e inundaciones (Milenio, 2022); desafortunadamente todas estas cuestiones, que si bien son justas y razonables en razón las consecuencias que podrían traer a la población, ninguna de ellas considera lo que he expuesto en párrafos anteriores; pienso, que la salud física y mental de todos los actores involucrados no es un tema prioritario que lleva a ciertas autoridades a tomar una decisión, también justa y razonable, para culminar el ciclo escolar antes de lo previsto.

Referencias:

Redacción Milenio. (2022). De Jalisco a SLP: estos estados adelantarán fin del ciclo escolar 2021-2022. Recuperado de: https://www.milenio.com/estados/estados-que-adelantaron-el-fin-del-ciclo-escolar-y-vacaciones-fechas

Fuente de la información: https://profelandia.com

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