La solidaridad bajo la forma del neoliberalismo: ONGs, ayuda al desarrollo y ejércitos humanitarios

Esta semana entrevistamos a Alfredo Olmeda autor del ensayo «Del apoyo mutuo a la solidaridad neoliberal. ONG, movimientos sociales y ayuda en la sociedad contemporánea«, publicado por la editorial La Neurosis o las Barricadas.

Hace ya mucho tiempo que la palabra solidaridad perdió su significado original, que evocaba el concepto de apoyo mutuo más tradicional en la lucha obrera, la fraternidad entre iguales, el carácter colectivo, la aspiración de transformación del entorno y huía de cualquier acción de carácter asistencialista. Por contra, con la implantación del neoliberalismo capitalista como ideología predominante la palabra solidaridad adquiere un nuevo significado, que lo vincula a acciones individuales y voluntarias, sin responsabilidad con la comunidad, sin análisis político transformador y con un marcado carácter asistencialista. Esa es la forma de la solidaridad en los tiempos del neoliberalismo.

La solidaridad neoliberal actual es sin rostros, sin seres humanos. Es una solidaridad que pretende ayudar a una humanidad abstracta. Puedes apadrinar a un niño en un suburbio de Bombay, pero no sabes cómo vive el niño que tienes puerta con puerta, o el que se sienta al lado de tu hijo en el cole. Puedes aportar unos eurillos a la reproducción del pingüino de la Antártida, pero asistes impasible ante el desahucio de tus vecinos.

Hemos vivido una lucha entre solidaridad obrera y solidaridad neoliberal. Con un desmantelamiento progresivo de la primera y una implantación firme y con muchos aliados de la segunda. El terrero está abonado por el desprestigio de sindicatos, partidos políticos, organizaciones revolucionarias y el fin de las ideologías lo que propicia que las ONG se conviertan en el nuevo cauce de participación en la sociedad y canalicen esa solidaridad profesionalizada bajo la ideología neoliberal.

En España las ONGs entre 1987 y 2000 se multiplicaron por 12. Recordamos que España ingresó en la Unión Europea en 1986 (entonces era la Comunidad Económica Europea, nombre que deja más claro se que iba el rollo). La avalancha de subvenciones que se preveía favoreció una expansión brutal del Tercer Sector, que sería el encargado de gestionar esta nueva solidaridad mercantilizada. La pobreza y las desigualdades dejan de convertirse en un problema para convertirse en una fuente de oportunidades. Es la materia prima con la que trabaja este sector.
No solo las ONGs. Las empresas también forman parte de este oscuro entramado, poniendo su mejor cara y dotando de imagen solidaria a sus negocios. Llega un momento que las empresas actúan como ONGs y las ONGs como empresas. No solo eso, el asunto es más bochornoso aún: las fuerzas armadas se convierten en fuerzas de paz e imposición, y las ONGs se convierten en fuerzas de dominación. Parece todo muy loco, pero ahí está Federico Trillo para aclararlo. Nos sirven unas declaraciones que hizo siendo Ministro de Defensa: «las ONG y las fuerzas armadas persiguen los mismos objetivos: la paz, la seguridad y el tratamiento humanitario en situaciones de conflicto«.
El binomio empresas transnacionales y ONGs, con el apoyo si es necesario de las fuerzas armadas, ejecutan los fondos de ayuda al desarrollo, que se acaban convirtiendo en el arma perfecta para articular el neocolonialismo que supone la dominación de los países donantes y la subyugación de los ayudados, en un eterno desarrollo que nunca culmina y que favorece el reparto de la tarta de los negocios en estos países eternamente en vías de desarrollo.
Solo así se entiende que incluso las ONGs participasen en 2003 en Irak en lo que se llamó la Conferencia de Donantes, un ingenioso eufemismo usado para denominar el reparto del jugoso negocio que supondría la reconstrucción de Irak después de la devastación bélica que había sufrido.
En este patético escenario ¿dónde quedan los reductos de la auténtica solidaridad, fraternidad y apoyo mutuo entre iguales? ¿qué fue de la lucha obrera?
Tracklist:

01: Attaque 77 – «Volver a empezar»
02: Fermín Muguruza y Aztlan Underground – «Nazio ibiltaria naiz»
03: Bratmobile – «Bitch theme»
04: Sin Dios – «África»
05: Milmarias – «Maria O.N.G»
06: Blakk Rasta – «Ogoni rebellion (Saro Wiwa)»
07: Angelic Upstarts – «Solidarity»

Descargar Barrio Canino vol. 232
La solidaridad bajo la forma del neoliberalismo: ONGs, ayuda al desarrollo y ejércitos humanitarios

Fuente: http://barriocanino.blogspot.com/2018/03/barrio-canino-vol232-la-solidaridad.html
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[Audio] Los orígenes del patriarcado: del desvanecimiento de las diosas al exterminio de las brujas

Por Barrio Canino

Esta semana buceamos en la antropología humana para hablar del origen y la historia del patriarcado, de la familia, y por qué no, también de la invención de la propiedad privada y del Estado. Nos acompaña en el estudio Cruz Invertida, colaborador de la revista Contrahistoria.

Más allá del gusto por lo gótico y lo oscuro, y de aquellas referencias que nos evocan nuestra niñez cuando veíamos a la Bruja Avería en la Bola de Cristal y nos estremecía gritando aquello de ¡Viva el mal, viva el capital!, la cuestión de la brujería es clave a la hora de comprender la reorganización social de las sociedades sedentarias, el surgimiento y desarrollo del patriarcado y el sometimiento de la mujer a lo largo de la historia.

En los tiempos más ancestrales de la humanidad predominaba una la visión animista que concebía el cuerpo como un receptáculo a través del cual ejercer la magia, sobre todo con finalidad curandera. Los rituales animistas, oficiados por curanderos, tienden a la sanación del paciente, por medio de ritos tendentes a la extracción del espíritu pernicioso que posee al enfermo. Estos ritos han estado presentes durante el 95% de la historia de la humanidad, siendo los que más han perdurado. Los ritos animistas y chamánicos están presentes en grupos de cazadores recolectores en los que se ejerce un liderazgo natural. En estos grupos hay figuras indistintamente masculinas o femeninas que practican la magia propiciatoria para favorecer la caza y las cosechas, en un papel que no se dedica a tiempo completo, alejado de la casta sacerdotal que se impone posteriormente en sociedades más sedentarias.

Estos grupos practican la exogamia, los hombres se reproducen con hembras de otros clanes, y la filiación es solo por línea materna, por la imposibilidad de establecer la paternidad con certeza. Es lo que conocemos como ginecocracia o heterismo.

El establecimiento de las sociedades humanas de forma sedentaria no solo acaba con la Edad de la Madres, sino que provoca el establecimiento de familias, y nace el concepto de propiedad privada. En este sentido se desarrolla la idea de patrimonio, que son todos aquello bienes que detenta el hombre, incluída la mujer y los hijos. La figura del pater familias domina los grupos. Y siembra el camino para que el trabajo por cuenta ajena, y posteriormente las religiones panteístas certifiquen el subyugamiento final del género femenino. La figura femenina, hasta ahora ensalzada como madre Gea, dadora de vida, es demonizada, relegada a aspectos negativos y rodeada de símbolos serpentiformes. Es tratada como ser imperfecto, inferior al hombre, y reprimida por los siglos bajo este naciente patriarcado.

No acaba aquí la cosa. Son acusadas de brujería, perseguidas y reprimidas hasta la muerte todas aquellas mujeres independientes apegadas a tradiciones paganas, sanadoras, curanderas, instructoras, que conservaban las tradiciones y las cosmogonías de los ritos ancestrales, que se practicaban antes de que el tema curativo cayese en manos de los médicos y después de la casta eclesial. Las mujeres que cultivaban conocimiento botánico, sobre astrología y naturaleza, sobre sexualidad femenina, tratando embarazos, asistiendo partos y practicando abortos, eran perseguidas por su modo de vida, y por la clase a la que pertenecían. No por fornicar con el diablo ni por elaborar amargos ungüentos con las entrañas de niños y otros seres vivos.

Las tradiciones, el imaginario popular, y más recientemente las novelas y el cine, han perpetuado la imagen de la vieja con caldero que nos viene a la mente cuando hablamos de bruja. Y de la perpetuación del patriarcado ya mejor no hablamos.

Soy concubina del diablo
instructora del mal
sierva de Satanás
como tantas otras antes
soy antiheteropatriarcal
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