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Más de 38 mil estudiantes ecuatorianos se beneficiarán de proyecto de educación técnica y tecnológica

América del Sur/Ecuador/01 de diciembre de 2016/Fuente Banco Mundial

El Directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó un préstamo de US$90,5 millones para incrementar la participación y permanencia de estudiantes en programas de educación pública técnica y tecnológica diseñados e implementados en colaboración con empleadores en Ecuador.  Adicionalmente, el proyecto apoyará el fortalecimiento  de la gestión institucional de la educación técnica y tecnológica en el país.

El Proyecto Reconversión de la Educación Técnica y Tecnológica Superior Pública que lleva a cabo la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SENESCYT) fortalecerá  la optimización y mejoramiento de la oferta en provincias,  la calidad de la enseñanza y capacidad administrativa de los Institutos; la formación de docentes y directivos; así como el fortalecimiento de los mecanismos de coordinación institucional con el sector privado.  Adicionalmente, el proyecto incluye un plan de género para monitorear las tasas de acceso y permanencia de estudiantes mujeres, para promover la igualdad de oportunidades en el acceso a educación técnica.

De acuerdo con el Gobierno Nacional, este financiamiento promueve el proceso formativo del talento humano ligado al cambio de la matriz productiva. Entre las principales actividades que se impulsarán a través del proyecto está el aporte en el diseño de un plan de estudios alineado con las necesidades  del mercado laboral. El proyecto también busca la dotación de infraestructura adecuada que facilite el aprendizaje, y la articulación entre los estudios de secundaria y terciaria, y el fortalecimiento de la gestión del sistema de educación técnica y tecnológica.

El proyecto apoyará los esfuerzos del Gobierno para mejorar la calidad de los programas de educación técnica y tecnológica con el objetivo de incrementar el acceso, la permanencia y la graduación de los estudiantes a través de una alternativa a la formación universitaria tradicional que impulse la productividad. Para esto es muy importante la coordinación con los empleadores y el sector privado en particular.”, afirmó Alberto RodríguezDirector del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela.

Con este préstamo se contempla la construcción y equipamiento de 11 Institutos Tecnológicos Superiores en las provincias de: Bolívar, El Oro, Guayas, Manabí, Pichincha, Tungurahua y Sucumbíos.

Este proyecto busca formar trabajadores con habilidades que requiere el sector laboral. El crédito del Banco Mundial asciende a US$102.47 millones, de los cuales la SENESCYT aportará US$11.97 millones.

El cierre del proyecto está previsto para el 2021. El plazo del préstamo es a 35 años, incluyendo un periodo de gracia de 17 años.

Contactos:

En Washington: Marcela Sánchez-Bender, (202) 473-5863, msanchezbender@worldbank.org,

En Quito: Cristina Medina, (593) 22943600 ext 676, cmedina1@worldbank.org

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Comunicado de Prensa

2016/255/LA

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2016/11/23/more-than-38000-ecuadorian-students-will-benefit-from-a-technical-and-technological-project

Imagen: www.bancomundial.org/content/dam/photos/780×439/2016/nov-2/ec-educacion-prestamo-780px.jpg

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Mejorar la resiliencia al cambio climático de las infraestructuras de África: El sector de carreteras y puentes

29 de noviembre de 2016/Fuente: Banco Mundial
Una red vial confiable tiene el potencial de impulsar la economía de África y asegurar que en la región todas las personas tengan acceso a oportunidades y servicios. Sin embargo, la infraestructura vial es particularmente vulnerable frente a los efectos del cambio climático. En África, según la mayoría de las previsiones, el incremento de las temperaturas, el aumento de las precipitaciones y las inundaciones llevarán al límite un sistema vial ya de por sí sometido a gran presión. Ahora que se prepara para realizar cuantiosas inversiones en infraestructura, la región dispone de una ocasión única para anticiparse a las consecuencias de un clima en proceso de cambio mediante la modernización de las carreteras existentes y la adaptación de las nuevas que se construyan. Para promover la resiliencia en el sector de las carreteras, un nuevo estudio del Banco Mundial brinda ayuda a los planificadores en la determinación de cuál puede ser el procedimiento de adaptación más apropiado y con mejor relación costo-eficacia en distintas situaciones de cambio climático.

El futuro de África depende de sus carreteras

  • Una red vial adecuada y fiable será esencial para el desarrollo económico y social de África. Las conexiones de buena calidad por carretera pueden ampliar considerablemente el acceso a empleos, mercados, escuelas y hospitales. En particular, en el caso de las comunidades rurales, una carretera es con frecuencia la arteria vital que conecta poblaciones aisladas con oportunidades económicas y servicios.
  • La baja densidad y el mal estado de la infraestructura vial existente constituyen un grave obstáculo para el crecimiento de la región. Actualmente, solo un tercio de la población rural vive a menos de dos kilómetros de una carretera utilizable durante todo el año, lo que supone el nivel más bajo de accesibilidad de todo el mundo en desarrollo. Además, la escasez de fondos para el mantenimiento habitual de la red acelera su deterioro, por lo cual muchas carreteras acaban en mal estado.
  • Como parte de una iniciativa más amplia para extender y modernizar su red de transporte, África recibirá inversiones considerables en infraestructura vial durante las próximas décadas. Mediante la combinación de iniciativas regionales y planes directores de ámbito nacional, el promedio de la inversión en capital en el sector de carreteras será de aproximadamente USD 4600 millones al año, hasta un total de USD 78 000 millones hasta 2030.

El cambio climático supondrá un elevado costo para el sistema vial de África

  • Para garantizar que el gasto en carreteras proporcione el máximo provecho posible y aporte beneficios duraderos para el desarrollo, es de vital importancia que los planes de inversión tomen en cuenta las consecuencias de un clima en proceso de cambio, puesto que los activos viales son especialmente vulnerables a factores climáticos de estrés, tales como el incremento de las temperaturas, el aumento de las precipitaciones y las inundaciones.
  • Prácticamente todos los modelos muestran que los fenómenos meteorológicos extremos ejercerán un estrés considerable sobre el sistema vial de África. El deterioro y el envejecimiento acelerado de las carreteras causado por el cambio climático exigirán que aumenten las tareas de conservación y que sean más frecuentes las de rehabilitación.
  • Además de los costos de conservación y rehabilitación más elevados, el deterioro de la infraestructura vial derivado del cambio climático también ocasionará interrupciones más frecuentes en la circulación de bienes y personas, lo que tendrá consecuencias directas sobre la productividad económica.
  • Afortunadamente, existen maneras efectivas de adaptar las carreteras nuevas y de modificar las existentes para mejorar la resiliencia al cambio climático.

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Arne Hoel/Banco Mundial

Valoración del costo de la inacción frente a la adaptación proactiva

Para ayudar a los planificadores a determinar cuál es el procedimiento de adaptación más apropiado y con mejor relación costo-eficacia, el estudio ha desarrollado un método para comparar el costo de la inacción frente a la adaptación proactiva en el que se analizan tres dimensiones principales:

  • Evaluación del costo de los activos viales durante todo su ciclo vital, incluidas la construcción, la conservación, la reparación y la rehabilitación: La importancia de este análisis estriba en que, si bien las carreteras resilientes al cambio climático suelen tener mayores costos iniciales de construcción, en muchos casos quedan compensados con creces por los menores gastos anuales en mantenimiento, reparación y rehabilitación.
  • Consideración de diversas hipótesis derivadas del cambio climático: La mayoría de las previsiones indican que el clima de África será muy diferente del actual, aunque no existe consenso en lo que respecta al carácter, la intensidad y la distribución geográfica de los cambios. Por este motivo, la metodología utilizada en este estudio se diseñó para que tomara en consideración diversos escenarios  de cambio climático. La integración de una gama completa de hipótesis climáticas posibles en el futuro puede complicar el análisis, pero, de no hacerse así, los planificadores podrían “errar el blanco” y prever inversiones en resiliencia al cambio climático superiores o inferiores a las necesarias.
  • Cuantificación del impacto general de las interrupciones del tránsito derivadas del cambio climático: Cuando una carretera ve anulada o reducida su capacidad a causa de fenómenos climáticos, las consecuencias sobre las cadenas de distribución, la producción económica y el acceso a los servicios varían de manera considerable en función de factores locales, tales como el volumen de tránsito de una carretera en particular o la existencia de rutas alternativas. En vías de alta densidad de tránsito, incluso los cambios relativamente menores en el clima pueden tener un gran impacto en las personas y a la economía, lo que justificaría sobradamente las medidas de adaptación.

No hay soluciones “válidas para todos los casos”

A partir de esta metodología, el estudio concluye lo siguiente:

  • Un adecuado mantenimiento vial es el mejor y más eficiente modo de reducir el impacto de un clima en proceso de cambio sobre el sistema vial.Los daños ocasionados por fenómenos climáticos se agravan si no existe un régimen adecuado de mantenimiento.
  • Prácticamente siempre está justificado invertir de modo proactivo en mejoras de la pavimentación para prevenir los efectos de temperaturas más elevadas, en especial, si se tiene en cuenta que los costos incrementales de esas medidas de adaptación son bastante bajos.
  • En lo que respecta a las precipitaciones y las inundaciones, la justificación de las medidas de adaptación tiene algunos matices: La mejora de la resiliencia frente a factores climáticos de estrés, por lo general, viene acompañada de un elevado costo, y el consiguiente ahorro en mantenimiento y rehabilitación puede no ser suficiente para compensar los mayores costos iniciales. En este contexto, para determinar si las medidas de adaptación tienen lógica desde el punto de vista económico, es fundamental factorizar el impacto general de las interrupciones del tránsito.
  • Al decidir si se desea adaptar la infraestructura vial al cambio climático y cómo hacerlo, los planificadores del transporte deben evaluar sus opciones caso por caso y evitar “recetas generales”.

Para poner en práctica estas recomendaciones y proteger su infraestructura de transporte frente a los efectos del cambio climático, la región tendrá que potenciar la capacidad financiera, técnica e institucional del sector de las carreteras. Para ello, el Banco Mundial ha desarrollado varias iniciativas con las que ayudar a los países a incorporar el cambio climático en la gestión de activos viales. El Banco Mundial colabora también con la Comisión de la Unión Africana y con la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (UNECA) en el establecimiento del nuevo Mecanismo de Inversión para la Resiliencia al Cambio Climático de África (Africa Climate Resilient Investment Facility, AFRI-RES), que desarrollará la capacidad de la región para integrar consideraciones ligadas al cambio climático en la planificación y el diseño de inversiones a largo plazo.

Este estudio ha sido elaborado con el apoyo financiero de las siguientes instituciones: Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (UK Department for International Development, DfID), Fondo Nórdico de Desarrollo (Nordic Development Fund, NDF), Institución de Crédito para el Desarrollo (Kredit Anstalt für Entwicklung, KfW), Agencia Francesa de Desarrollo (Agence française de développement, AFD), Programa de Asociación Países Bajos-Banco Mundial (Bank-Netherlands Partnership Program, BNPP) y Fondo Fiduciario para el Desarrollo Ambiental y Socialmente Sostenible(Trust Fund for Environmentally and Socially Sustainable Development, TFESSD).

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/topic/transport/publication/enhancing-the-climate-resilience-of-africas-infrastructure-the-roads-and-bridges-sector

Imagen: www.bancomundial.org/content/dam/photos/780×439/2016/may-10/ml-children-walking-on-railtracks.jpg

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De París a Marrakech: el calentamiento global tiene fecha de expiración

Europa/22 de noviembre de 2016/Fuenete: Banco Mundial

Este 4 de noviembre entra en vigor el Acuerdo de París sobre el cambio climático, aquel que más de 190 países del mundo firmaron – incluyendo una mayoría de latinoamericanos – y que se comprometen a contener el aumento de la temperatura media “muy por debajo de los dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales”, con el convencimiento de que ésta acción “reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático”.

En síntesis, el Acuerdo de París prevé que cada país revise cada cinco años sus compromisos para disminuir sus emisiones de gases de efecto de invernadero (GEI). Y hasta ahora ya ha sido ratificado por más de 95 estados que dan cuenta de más del 60% de los GEI en el mundo. Misión cumplida.

Esto se da tan solo unos días antes de que comience la ahora célebre COP22 de Marrakech. Y tal como expresaron desde el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), si la #COP21 fue la cumbre de la negociación, la #COP22 es la cumbre de la acción.

En definitiva, son acciones concretas (contribuciones) que los países deben llevar a cabo en su agenda post 2020 para intensificar su lucha contra el cambio climático, ya sea para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o para adaptarse a los impactos producidos por ese fenómeno.

Una plataforma web creada por el Banco Mundial permite conocer en detalle las contribuciones de cada país y sus áreas de influencia – agricultura, deforestación, suministro de agua, entre otras.

Latinos en tierra marroquí

América Latina y Caribe es de las regiones que menos contaminan en el mundo pero sus países figuran entre los más ambiciosos en términos de lucha contra el cambio climático con estrategias como los mercados de carbono y las energías renovables.

De hecho, más de dos tercios de los planes de acción climática de las naciones latinoamericanas se refieren al precio del carbono y utilizan cada vez más los mercados de carbono para reducir las emisiones de GEI y para proteger sus economías. El esquema es simple: en este mercado se establece un precio para el gas, que se le “compra” a los emisores, los cuales a su vez usan ese dinero para hacer inversiones en la reducción de esas emisiones.

Por otra parte, es muy probable que el nivel de inversión en energía limpia en América Latina y el Caribe llegue a un billón de dólares para el 2040, según datos del IFC, institución del Banco Mundial que se enfoca en el sector privado.

Para la región y para el mundo es crucial mantener la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados. Antes del Acuerdo de París, la tendencia de calentamiento actual indicaba que se llegaría a un mundo cuatro grados más caluroso para el 2100 con consecuencias catastróficas para el planeta, según el estudio “Bajemos la temperatura”.

En concreto, estas son las metas de algunos países latinoamericanos frente al cambio climático:

Argentina: mejorará su contribución al año 2030 bajando sus emisiones de 570 a 488 millones de toneladas de dióxido de carbono. Según una investigación, el costo de la degradación del medio ambiente equivale a un valor económico de aproximadamente el 8% del PBI del país.

Brasil: asumió el compromiso de limitar sus emisiones contaminantes anuales a 1.300 millones toneladas de dióxido de carbono para 2025, lo que supondría una reducción del 36,1 % respecto a 2005.

Colombia: entre sus contribuciones se destacan reducir las emisiones de GEI del país 20% en relación a las emisiones proyectadas para 2030 y aumentar la resiliencia y la capacidad adaptativa del país a través de 10 acciones sectoriales y territoriales.

México: se compromete a reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero en un 25% para 2030, generar 35% de energía limpia para el 2024 y 43% para el 2030. Además, en noviembre se lanza un esquema piloto de comercio de derechos de emisiones que durará 12 meses, con anticipación a la completa implementación del mercado nacional de carbono en 2018.

Pero no solo son los gobiernos quienes están comprometidos en la lucha. Hoy por hoy, se registran más de 11.000 compromisos de acción climática por parte de organizaciones de la sociedad civil, empresas privadas, ciudades y hasta cooperativas, lo que contribuirá sustantivamente al compromiso global de ponerle una fecha de “expiración” a la dinámica actual del calentamiento global.

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2016/11/04/de-paris-a-marrakech-el-calentamiento-global-tiene-fecha-de-expiracion

Imagen: www.bancomundial.org/content/dam/photos/780×439/2016/nov/MX-energia-solar.jpg

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Cómo romper el vínculo entre los fenómenos meteorológicos extremos y la pobreza extrema

17 de noviembre de 2016/Fuente: Banco Mundial

Una cifra estimada de 1 millón de filipinos cayó en la pobreza en 2013 después del paso del tifón Haiyan, que destruyó más de 1 millón de viviendas y socavó la economía nacional causando pérdidas por USD 12 900 millones.

Tan pronto como el ciclón Aila devastó las zonas costeras de Bangladesh en 2010, los niveles de desempleo y pobreza aumentaron 49 % y 22 %, respectivamente.

Las presiones económicas que enfrentó Guatemala debido al paso del huracán Stan en 2005 obligaron al 7,3 % de las familias afectadas a hacer trabajar a sus niños en vez de enviarlos a la escuela.

Cada vez que se produce un desastre natural, este no solo deja una estela de devastación, sino que también sume aún más en la pobreza a las comunidades.

Pero lo que se destaca en los titulares noticiosos son los costos financieros de los desastres naturales, es decir los daños en los edificios, la infraestructura y la producción agrícola. No obstante, nuevos estudios indican que poner énfasis en el impacto monetario de las catástrofes naturales no entrega un panorama completo de la situación. De hecho, lo distorsiona.

Esto se debe a que el costo representa solo las pérdidas sufridas por las personas lo suficientemente ricas que desde un principio tienen algo que perder. Sin embargo, el costo no puede explicar el efecto devastador de los desastres en los pobres del mundo, que sufren en términos relativos mucho más que las personas más adineradas.

Considerando esta perspectiva, un nuevo informe del Banco Mundial y el Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación (GFDRR) advierte que los desastres naturales son un obstáculo más grande de lo que se pensaba para poner fin a la pobreza en el mundo. El informe titulado Unbreakable: Building the Resilience of the Poor in the Face of Natural Disasters (Irrompible: Generar resiliencia en los pobres frente a los desastres naturales), dado a conocer esta semana en la vigésimo segunda Conferencia de las Partes (CP 22), pone de relieve la urgencia de adoptar políticas con un planteamiento inteligente respecto del clima que protejan mejor a los más vulnerables.

» Las conmociones climáticas severas amenazan con hacer retroceder décadas de progreso en la lucha contra la pobreza. Las tormentas, las inundaciones y las sequías tienen consecuencias humanas y económicas nefastas, y son los pobres los que suelen pagar el precio más alto. Generar resiliencia ante los desastres no solo tiene sentido económico, es también un imperativo moral. «
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Comparados con sus homólogos más adinerados, los pobres tienen más probabilidades de residir en viviendas frágiles y ubicadas en zonas propensas a desastres, y trabajar en sectores altamente vulnerables a fenómenos climáticos extremos, como la agricultura. Además, ellos reciben mucho menos apoyo del Gobierno y de la comunidad para su proceso de recuperación. El resultado es que el impacto de una tormenta, una inundación, una sequía o un terremoto es dos veces más grave para los pobres que para cualquier otra persona.

Por ejemplo, debido a las inundaciones sin precedentes que afectaron a Mumbai en 2005, los pobres perdieron un 60 % más que sus vecinos más ricos, y cuando los pobres pierden sus escasas pertenencias, su salud se ve afectada y en algunos casos de manera irreversible. En Ecuador, se descubrió que los niños pobres que estaban en el útero de sus madres durante las inundaciones causadas por el fenómeno El Niño en 1997 y 1998 presentaban un bajo peso al nacer, una menor estatura y discapacidad cognitiva.

En el informe Irrompible se utiliza un nuevo método para medir los daños provocados por desastres, que tiene en cuenta la disparidad de la carga que representan dichos desastres para los pobres, y se muestra que las catástrofes naturales cuestan a la economía mundial hasta USD 520 000 millones (un 60 % más de lo que se informa habitualmente) y empujan a unos 26 millones de personas a la pobreza cada año.

Pero hay esperanza. Los Gobiernos pueden evitar que millones de personas caigan en la pobreza extrema adoptando medidas que protejan mejor a los pobres de los desastres naturales.

El informe propone un conjunto de “políticas de resiliencia”, que ayudarían a los pobres a enfrentar las consecuencias de fenómenos meteorológicos y otros eventos naturales extremos. Estas incluyen sistemas de alerta temprana, mayor acceso a servicios bancarios personales, pólizas de seguros y sistemas de protección social (como transferencias de efectivo y programas de obras públicas), que podrían preparar a las personas para responder más adecuadamente y recuperarse de las crisis. El documento también invita a los Gobiernos a realizar inversiones esenciales en infraestructura, diques y otros medios para controlar los niveles de agua, y desarrollar políticas apropiadas sobre el uso del suelo y normas de construcción. Estos esfuerzos deben apuntar específicamente a proteger a los ciudadanos más pobres y vulnerables, y no solo a aquellos con posesiones de alto valor.

En el documento se evalúan los beneficios previstos de estas políticas en 117 países. Por ejemplo, si Angola implementara redes de protección social potencialmente ampliables para proteger a sus ciudadanos más pobres, el Gobierno podría ver beneficios equivalentes a USD 160 millones anuales. A nivel mundial, estas medidas combinadas permitirían a los países y a las comunidades ahorrar un total de USD 100 000 millones al año y reducir en un 20 % el impacto total de los desastres.

“Como consecuencia del cambio climático, los países enfrentan un número creciente de crisis inesperadas”, afirmó Stephane Hallegatte, economista principal de GFDRR, y autora principal del informe. “Los pobres necesitan protección social y financiera frente a los desastres que no pueden evitarse. Con la adopción de políticas de eficacia comprobada sobre riesgos, tenemos la oportunidad de impedir que millones de personas caigan en la pobreza”.

Los esfuerzos dirigidos a generar mayor resiliencia entre los pobres ya están ganando terreno, según el informe. El mes pasado, gracias a un innovador programa de seguros, Haití, Barbados, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas recibieron USD 29 millones para utilizarlos en las tareas de recuperación tras ser afectados por el huracán Matthew.

El informe Irrompible constituye una hoja de ruta para ayudar a los países a adaptarse mejor al cambio climático y aumentar la resiliencia y la prosperidad de sus ciudadanos más vulnerables. Al dotar a estos últimos con los medios de preparación, reconstrucción y recuperación, podemos aumentar las probabilidades de que millones de personas no caigan en la pobreza extrema.

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2016/11/14/breaking-the-link-between-extreme-weather-and-extreme-poverty
Imagen: https://i.ytimg.com/vi/ZafnDO6cPgw/hqdefault.jpg
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Los desastres naturales empujan a 26 millones de personas a la pobreza y provocan pérdidas por USD 520 000 millones al año, según un nuevo análisis del Banco Mundial

MARRAKECH, 14 de noviembre de 2016/Fuente: Banco Mundial

Los costos humanos y económicos se subestiman hasta en un 60%

 – El impacto de los desastres naturales graves equivale a una pérdida de USD 520 000 millones en el consumo mundial y empujan a unos 26 millones de personas a la pobreza cada año, según se indica en un nuevo informe del Banco Mundial y el Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación (GFDRR).

“Las conmociones climáticas de gran envergadura ponen en peligro décadas de avances en la lucha contra la pobreza”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial. “Las tormentas, las inundaciones y las sequías tienen graves consecuencias humanas y económicas, y a menudo son los pobres quienes pagan el precio más alto. Generar resiliencia frente a los desastres no es solo un objetivo razonable desde el punto de vista económico, es también un imperativo moral”.

En el informe, titulado Unbreakable: Building the Resilience of the Poor in the Face of Natural Disasters (Irrompible: Generar resiliencia en los pobres frente a los desastres naturales), se advierte que los impactos humanos y económicos de los fenómenos meteorológicos extremos sobre la pobreza son mucho más devastadores de lo que se pensaba.

En los 117 países estudiados, se ha observado que el efecto sobre el bienestar (medido en términos del consumo perdido) es mayor que las pérdidas en activos. En vista de que las pérdidas provocadas por los desastres afectan de manera desproporcionada a los pobres, cuya capacidad para hacer frente a estas situaciones es limitada, en el informe se estima que el impacto sobre el bienestar en estos países equivale a pérdidas en el consumo del orden de los USD 520 000 millones al año. Esta cifra supera todas las demás estimaciones en hasta un 60 %.

Con la Vigesimosegunda Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CP22) en pleno desarrollo, las conclusiones del informe ponen de relieve la urgencia de adoptar políticas con un planteamiento inteligente respecto del clima que protejan mejor a los más vulnerables. Por lo general, los pobres están más expuestos a los peligros naturales, pierden una proporción mayor de su riqueza en estas situaciones y a menudo no pueden recurrir al apoyo de familiares, amigos, sistemas financieros ni Gobiernos.

En el informe se utiliza un nuevo método para medir los daños provocados por desastres, con el que se tiene en cuenta la disparidad de la carga que dichos fenómenos representan para los pobres. El ciclón Nargis, que azotó Myanmar en 2008, por ejemplo, forzó a casi la mitad de los agricultores pobres del país a vender activos, entre ellos tierras, para aligerar la carga de la deuda provocada por el ciclón. Las consecuencias económicas y sociales de Nargis se harán sentir durante generaciones enteras.

En el informe se evalúan, por primera vez, los beneficios de iniciativas implementadas en los países estudiados para generar resiliencia. Entre ellas se incluyen los sistemas de alerta temprana, la mejora en el acceso a servicios bancarios personales, las pólizas de seguros y los sistemas de protección social (como las transferencias de efectivo y los programas de obras públicas), elementos que podrían ayudar a las personas a responder más adecuadamente ante las crisis y a recuperarse. En el informe se señala que estas medidas combinadas permitirían a los países y las comunidades ahorrar USD 100 000 millones al año y reducir en un 20 % el impacto total de los desastres sobre el bienestar.

“Como consecuencia del cambio climático, los países enfrentan un número creciente de crisis inesperadas”, afirmó Stephane Hallegatte, economista principal de GFDRR, quien dirigió el proceso de elaboración del informe. “Los pobres necesitan protección social y financiera frente a los desastres que no pueden evitarse. Con la adopción de políticas sobre riesgos de eficacia comprobada, tenemos la oportunidad de impedir que millones de personas caigan en la pobreza”.

Los esfuerzos por generar mayor resiliencia entre los pobres ya están ganando terreno, según se muestra en el informe. Por ejemplo, a través del sistema de protección social de Kenya se proporcionaron recursos adicionales a los agricultores en situación de vulnerabilidad mucho antes de la sequía de 2015, lo que los ayudó a estar preparados y a mitigar los impactos. Asimismo, en Pakistán, después de las inundaciones sin precedentes de 2010, el Gobierno creó un programa de respuesta rápida con donaciones en efectivo que respaldó los esfuerzos de recuperación de cerca de 8 millones de personas y permitió que muchos de ellos evitaran un destino casi seguro de pobreza.

Es fundamental generar resiliencia para alcanzar los objetivos del Grupo Banco Mundial de poner fin a la pobreza mundial e impulsar la prosperidad compartida.

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2016/11/14/natural-disasters-force-26-million-people-into-poverty-and-cost-520bn-in-losses-every-year-new-world-bank-analysis-finds

Imagen: www.elespectador.com/files/images/mar2009/7ac8ce9bf0178b56fa92549a10490cb1.jpg

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Políticas fiscales en República Dominicana benefician a los más pobres, según el Banco Mundial

Centro América/República dominicana/8 de noviembre de 2016/Fuente Banco mundial

 Un nuevo informe emitido hoy por el Banco Mundial sugiere que la erradicación de la pobreza extrema en República Dominicana se puede alcanzar por medio de mejoras en política fiscal y social.  El estudio titulado  “Política fiscal y redistribución en la República Dominicana”indica que con un gasto adicional del 1.3 por ciento del Producto Interno Bruto para duplicar las transferencias directas a los más pobres y lograr la cobertura universal de salud y educación pública incluso reformas administrativas, el país caribeño lograría elevar a todos los dominicanos por encima de la línea de la pobreza extrema.

Para alcanzarlo, el informe considera esencial revisar las políticas fiscales enfocándose en medidas administrativas para reducir la evasión de impuestos y disminuir la informalidad. También sugiere una revisión de los subsidios a la electricidad para asegurar que beneficien a los que más lo necesitan.

“El análisis del Banco Mundial confirma que la República Dominicana va por el buen camino, limitado sólo por los logros en términos sociales, y contribuye con nuestro plan en este nuevo período de implementar reformas destinadas a una mejora en la prestación de los servicios públicos a la población y hacer más equitativo el crecimiento económico”,expresó Isidoro Santana, ministro de Economía, Planificación y Desarrollo de República Dominicana.

Durante las tres últimas décadas, la República Dominicana se ha situado entre las economías de mayor crecimiento en América Latina y el Caribe. De hecho, en 2014 y 2015 fue la economía que más creció a un promedio de 7.2 por ciento, y se pronostica que su crecimiento económico seguirá robusto en el 2016,  en torno al 6 por ciento. Pero a pesar de los esfuerzos considerables del Gobierno para aumentar el gasto social en los últimos años, una capacidad limitada de recaudación ha restringido el alcance de sus políticas manteniendo deficiencias en la prestación de servicios públicos que disminuyen su impacto en los niveles de pobreza y desigualdad.

“Uno de los principales retos para la República Dominicana es ampliar el espacio fiscal, manteniendo la progresividad del sistema. En este contexto, el próximo Pacto Fiscal ofrece una oportunidad única para abordar reformas que fortalezcan la sostenibilidad fiscal y alcancen mejores resultados de equidad y reducción de la pobreza,” dijo Alessandro Legrottaglie, representante del Banco Mundial en el país.

El informe sugiere unas prioridades para cerrar la brecha de equidad:

  • Reformar el sistema de impuestos indirectos, concentrándose en las exenciones del Impuesto de Transferencias de Bienes Industriales y Servicios (TBIS), el IVA principal de la República Dominicana, que benefician mayormente a las clases media y alta y que suponen el 3% del PIB del 2013.
  • Reformar los subsidios a la electricidad y programas como Bono Luz y Bonagas Hogar  –poniendo atención a los que benefician a los más pobres.
  • Aumentar a los subsidios que benefician a los pobres tales como Comer es primero, Incentivo a la asistencia escolar y a los servicios de salud, evitando crear nuevos.
  • Continuar la ejecución de las recomendaciones del Pacto por la Educación para mejorar la calidad.

El informe indica que algunos países comparables han logrado una mayor reducción de la desigualdad recaudando grandes cantidades de impuestos y reinvirtiéndolos en programas sociales y servicios públicos. Esto sugiere que con medidas similares, República Dominicana podría tener un mayor impacto social y reducir la desigualdad que todavía persiste en el país a pesar de los grandes logros económicos del país.

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2016/11/03/politicas-fiscales-republica-dominicana-benefician-pobres-banco-mundial

Imagen: https://encrypted-tbn2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQBUXsv-Ojs7UyXhAsxR1SGeBkchCwG1Tcbr5tNHc4ZEn0fPaYu

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Celebran notable descenso de la pobreza en Bangladesh

Asia/Bangladesh/25 de octubre de 2016/Fuente y autor: Banco Mundial/ Donna Barne

La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, y el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, celebraron el considerable progreso del país en la lucha contra la pobreza durante un evento especial en Daca el 17 de octubre, con ocasión del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
 © Dominic Chavez/World Bank

Más de 20 millones de personas han salido de la pobreza en Bangladesh en las últimas dos décadas. La tasa de pobreza extrema se redujo del 33,7 % en 2000 al 18,5 % en 2010. La primera ministra, hablando en bangladés, dijo que la “travesía” de Bangladesh nunca ha sido fácil, pero que el liderazgo y la resiliencia de su población lo han ayudado a convertirse en un país de ingreso mediano bajo y en un modelo a imitar.

“Nuestro desarrollo tiene un rostro humano y se esfuerza por proteger y fomentar medios de subsistencia para los pobres y los grupos vulnerables”, dijo Hasina a una audiencia integrada por ministros, políticos, embajadores, asociados internacionales en la tarea del desarrollo, y representantes de organizaciones no gubernamentales, el sector privado, la sociedad civil, los medios de comunicación y la comunidad juvenil.

Ella mencionó muchos de los logros en materia de desarrollo, como los grandes descensos en las tasas de mortalidad materna e infantil, agregando que las redes de protección social, una gestión macroeconómica prudente, y políticas para promover el crecimiento inclusivo han sido fundamentales en los avances logrados por Bangladesh.

Kim elogió a Bangladesh por “hacer bien muchas de las cosas fundamentales”. Dijo que una de las enseñanzas que se pueden extraer del país es que la innovación desempeña una función crucial en la reducción de la pobreza.

Por ejemplo, el programa nacional de planificación familiar de Bangladesh en los años ochenta “dio lugar a un ejército de trabajadoras de la salud” que fueron de puerta en puerta para entregar anticonceptivos a las mujeres, lo que redujo las tasas de fertilidad e impulsó el cambio demográfico.
En los años noventa, Bangladesh inició un programa de estipendios para la enseñanza secundaria dirigido a las mujeres —uno de los primeros programas de transferencias monetarias condicionadas en el mundo— que ayudó a aumentar la matrícula de las niñas en la escuela primaria. En la actualidad, la tasa de matriculación de las niñas es más alta en Bangladesh que en Bután, Nepal y Pakistán, y es similar a la que se registra en la India, dijo Kim.

Agregó que Bangladesh se adelantó a su época al reconocer que las inversiones en las personas son tan importantes como las inversiones en la llamada “infraestructura física”, es decir puentes, caminos y energía.

Anunció que el Grupo Banco Mundial espera invertir hasta USD 1000 millones en Bangladesh (i) para combatir la malnutrición infantil, y que realizará una importante inversión para ayudar al país a adaptarse al cambio climático.

Además, el Banco planea establecer un fondo fiduciario de múltiples donantes destinado a difundir en otros países de todo el mundo las experiencias exitosas de Bangladesh en materia de reducción de la pobreza, señaló Kim.

“El impresionante historial de Bangladesh de una reducción notable de la pobreza extrema nos da esperanza que esta tendencia continuará y que otros países pueden hacer lo mismo”.

El primer economista del Banco Mundial, Paul Romer, dijo que Bangladesh mostró que “es posible tener un mayor crecimiento y una mayor igualdad”.

“No enfrentamos una disyuntiva de crecimiento versus equidad. Tenemos una chance de procurar el crecimiento a través de la igualdad”, hizo notar Romer. “Los rendimientos más altos pueden provenir de la inversión en las personas, que tienen así una gran oportunidad de recuperar terreno frente a los demás. Todo lo que necesitan es una oportunidad”. En el evento participaron también el ministro de Finanzas, Abul Maal Abdul Muhith; la vicepresidenta de la Oficina Regional de Asia Meridional del Banco Mundial, Annette Dixon, y el secretario superior de la División de Recursos Económicos del Ministerio de Finanzas, Mohammad Mejbahuddin. La editora jefa de CNBC TV-18, Shereen Bhan, moderó un debate en que se analizaron cuestiones tan diversas como el empoderamiento de las mujeres y la urbanización. Los panelistas fueron el ministro de Finanzas, Abul Maal Abdul Muhith; la presidenta del Parlamento Nacional, Shirin Sharmin Chaudhury; el ministro de Planificación, Mostafa Kamal; el primer economista del Banco Mundial, Paul Romer; la directora para Bangladesh de ActionAid, Farah Kabir, y la directora gerente de Mohammadi Group, Rubana Huq.

Finalmente, el cantante y compositor local, Habib Wahid, dio a conocer una nueva canción (i) en la que insta a poner fin a la pobreza.

Fuente: http://blogs.worldbank.org/voices/es/celebran-notable-descenso-de-la-pobreza-en-bangladesh

Imagen: blogs.worldbank.org/voices/files/voices/pakistan-using-cellphones-to-receive-payments.jpg

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