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Un enfermero escolar alerta: «Con la apertura de colegios y la llegada de la gripe nos viene un tsunami»

Por: Carlota Fominaya

Estos profesinales están sin duda capacitados para la identificación de los síntomas de Covid-19.

Niños con diabetes, alergias alimentarias graves que cursan con shock anafiláctico, casos graves de epilepsia, golpes, caídas, casos no diagnosticados de enfermedad cardiaca no diagnosticada… y ahora, por desgracia, coronavirus. A juicio de Borja Mediero, enfermero escolar en un instituto madrileño de Secundaria, la necesidad de estos profesionales en los colegios en tiempos de coronavirus queda fuera de toda duda, porque «están sin duda capacitados para la identificación de los síntomas de Covid-19. Nuestra figura es clave -insiste-. En los colegios es necesaria la visión de un sanitario a la hora de organizar un protocolo de actuación frente al Covid, tanto en prevención, como en detección de casos en el aula».

Mediero teme la llegada la apertura de los colegios y la llegada del frío, donde augura que se van al mezclar los síntomas de la gripe con los del coronavirus, y va a ser muy difícil de diferenciar entre ambas enfermedades hasta que no haya un diagnóstico hecho con PCR: «nos viene un tsunami», augura. «Ahora mismo, por ejemplo, estamos viendo que no todos los adolescentes están concienciados con todo esto, y qué mejor que darles formación sanitaria, tanto sobre el Covid y sus consecuencias, como otras muchas cosas que les rodean, como el alcohol y el tabaco».

De hecho, «la ley de regulación de profesiones sanitarias establece que las enfermeras son las responsables de ejercer esta promoción de la salud en la ciudadanía», explica Mediero. «Esta labor de prevención y promoción de la salud es la que ocupa gran parte de nuestra jornada laboral: organización de charlas, clases para evitar el tabaquismo, talleres sobre alimentación y nutrición, consumo de alcohol, drogas, estilos de vida saludables, RCP para el manejo de situaciones de emergencia…». Es más, a este profesional no se le olvidará en la vida el día en que tuvo que atender a un menor que presentaba una parada cardiorrespiratoria por atragantamiento. «Volvió a la vida tras hacerle una resucitación cardiopulmonar», rememora.

Porque el abanico de problemas sanitarios que se puede dar en un colegio es infinito. «Podemos realizar una atención práctica, de urgencia como una PCR… pero prevenir hábitos malos es básico para la sociedad., pero también realizamos una labor importantísima de educación sanitaria y de prevención… Es decir, además de hablar de lavado de manos y correcta utilización de mascarillas, tenemos mucho que alertar sobre el consumo de sustancias perjudiciales, por ejemplo».

La presencia en la enseñanza pública

Sin embargo, denuncia, « la tónica general es que no haya enfermeras en los colegios públicos. La ley solo establece que haya un sanitario, enfermera o enfermero escolar en caso de que haya algún niño que cumpla ciertos requisitos médicos. En Primaria se suele establecer cuando hay menores diabéticos, que necesitan un control del azúcar antes y después de las comidas, del recreo, cuando toca el comedor…». En Secundaria, prosigue, «nuestra presencia está más orientada a niños con problemas motóricos, de desplazamiento, que necesitan alguna adaptación porque van en silla de ruedas… Es decir, por problemas funcionales».

La presencia en la enseñanza privada

En los colegios privados, explica este enfermero, «esto lo gestionan las ampas (Las asociaciones de padres y madres de los centros escolares). Ellos son quienes contratan una enfermera escolar para que haya un control de parte de un sanitario. El centro contrata este tipo de profesionales cuando hay una petición generalizada por parte de los padres para atender a niños con epilepsia, diabetes, alergias alimentarias graves, alguna ambiental, etc.».

Pese a todo, el debate, reconoce Mediero, está ahí. «Muchas veces se discute sobre si los centros educativos necesitan una enfermera escolar o si los profesionales de enfermería de atención primaria pueden ejercer la labor que hacen los enfermeros escolares. yendo ellos a realizar esa atención in situ al colegio, o realizando los talleres de forma puntual. Como defensa de la profesión de enfermería escolar creo que un profesional de Atención Primaria puede atender a un niño con una enfermedad crónica o ir a dar un taller, pero no puede hacer un análisis de esa población. Eso solo lo puede establecer un enfermero que va a convivir con ese grupo escolar. La evidencia así lo dice: a la hora de prevención y promoción de la salud hay que establecer las necesidades de esa comunidad en la que se va a actuar».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-enfermero-escolar-alerta-apertura-colegios-y-llegada-gripe-viene-tsunami-202008190119_noticia.html

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¿Debo comprar un cuadernillo de actividades para estas vacaciones?

Por: Carlota Fominaya

Carla A. Carvalho Gómez,s psicóloga general sanitaria con formación específica en Neuropsicología y fundadora del portal Hablemos de Neurociencia, aboga por métodos alternativos de repaso.

El verano ha llegado y con él múltiples preocupaciones y preguntas en los hogares españoles, una tónica habitual que se repite año tras año: ¿es el momento de descansar o, por el contrario, deben los niños seguir trabajando para no perder lo aprendido durante el curso escolar?

Actualmente, son muchos los padres y madres en nuestro país que se hacen esta pregunta. Un interrogante agravado aún más por las consecuencias de la crisis del coronavirus en la que España se ha visto inmersa en los últimos meses. Situación que, sin duda alguna, ha supuesto un antes y después en el terreno de la Educación. ¿Debo comprar un cuadernillo de actividades para estas vacaciones? Quizás esta sea una de las preguntas más repetidas en los últimos días en todos los hogares de nuestro país. Pero (…) ¿es la pregunta correcta?

Para responder a esta pregunta en primer lugar debemos de tratar de dar respuesta al siguiente interrogante: ¿qué es lo que quiero lograr a través de estos cuadernillos? Quizás, la respuesta sea obvia: evitar que los niños pierdan lo aprendido durante el curso escolar. Si esta es la respuesta, te invito a responder a la siguiente pregunta: ¿son los cuadernillos vacacionales el único modo de estimular el cerebro de los más pequeños de la casa? La respuesta de Carla A. Carvalho Gómez, psicóloga general sanitaria con formación específica en Neuropsicología y fundadora del portal  Hablemos de Neurociencia, es tajante: «no».

En los últimos años, explica Carvalho, «los conocimientos aportados por la Neurociencia han evidenciado que existen diferentes formas de estimular el cerebro de niños a edades tempranas. Estimulación que va mucho más allá de sentarse frente a un libro a estudiar». Pero, ¿cuáles son estos modos estimulación?. Sin duda, expone esta experta, «durante la infancia y la adolescencia, el juego ocupa un lugar relevante en toda su extensión. Cada vez son más los profesionales de diferentes disciplinas quienes apuestan por utilizar este tipo de metodología para lograr un desarrollo cerebral óptimo».

Los juegos, prosigue Carla A. Carvalho Gómez, «además de ayudarnos a repasar diferentes materias escolares (matemáticas, ciencia, lectura, escritura, etc.) nos permiten estimular distintas funciones cognitivas como, por ejemplo, la atención, la memoria, el lenguaje y las funciones ejecutivas, entre otras. Funciones claves en el proceso de aprendizaje. Mi recomendación a los padres que quieren trabajar en esta línea es que se inclinen por un buen juego de mesa».

Según esta psicóloga, antes de adquirir uno, las familias deben tener en cuenta, al menos, tres características básicas. Serían las siguientes:

1. ¿Cuál es mi objetivo a través del juego?

2. ¿Es un juego apto para todas las edades o, por el contrario, está indicado para un rango de edad concreta?

3. Apuesta siempre por juegos colaborativos en lugar de en solitario. De esta forma, de manera lúdica, también podremos favorecer los lazos y la comunicación entre los diferentes miembros de la familia.

«La lectura es otra de las actividades claves en el desarrollo de niños y niñas», continua Carla A. Carvalho Gómez. «A través de la misma podemos obtener múltiples beneficios y es que, además de favorecer la estimulación de diferentes funciones cognitivas, permite al niño desplegar toda su creatividad e imaginación. Por lo tanto, es otra de las actividades que debemos tener presente este verano».

Juego, lectura… y ahora más que nunca, tras el confinamiento, deporte. «Practicar ejercicio en familia, además de favorecer nuestra salud física, un poco mermada tras el confinamiento, también favorece nuestra salud mental. Los últimos estudios realizados han demostrado que el deporte, además de ser un poderoso medio a través del cual liberar las tensiones y estrés que los niños hayan podido sufrir a lo largo de este extraño curso escolar, también mantiene una estrecha relación en todo lo relacionado con el desarrollo cognitivo de los más pequeños. Por lo tanto y, teniendo en cuenta lo anterior, ¿por qué no aprovechar el verano para desplegar todas nuestras habilidades deportivas?», pregunta esta psicóloga.

Para terminar, concluye esta experta, «es importantísimo recalcar la importancia de un buen descanso. El verano es una excelente época para descansar y coger fuerzas para todo lo que está por venir. Por lo tanto, no debemos olvidarnos de que los niños y niñas necesitan tiempo para sí mismos, para hacer y deshacer a su antojo con la única preocupación de pasar un buen rato».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-debo-comprar-cuadernillo-actividades-para-estas-vacaciones-202007200205_noticia.html

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Carla A. Carvalho Gómez: «Es muy difícil reflejar con un simple número el esfuerzo que la mayoría de los niños han realizado este año»

Por: Carlota Fominaya

Entrevista con Carla A. Carvalho Gómez, psicóloga general sanitaria con formación específica en Neuropsicología y fundadora del portal web Hablemos de Neurociencia.

Llega el verano y con éste el final del curso escolar. Un curso que, sin duda, quedará enmarcado en nuestra memoria por el esfuerzo que ha supuesto para los menores y los docentes. Niños que, sin lugar a duda, nos han demostrado una fuerza, valor y entereza realmente admirable.

Muchos padres están expectantes por las calificaciones que sus hijos van a recibir este año. Esperan, realmente ansiosos, las notas que, en la mayoría de los casos, supondrá el paso a un nuevo curso e, incluso, el fin de una etapa escolar. ¿Qué debemos tener en cuenta? Hablamos con Carla A. Carvalho Gómez, psicóloga general sanitaria con formación específica en Neuropsicología y fundadora del portal web Hablemos de Neurociencia.

Las calificaciones numéricas, en nuestro país, son la forma en la que los docentes reflejan el esfuerzo y desempeño en niños y niñas a lo largo del curso escolar, pero ¿son realmente válidas este año, que han perdido tantas clases presenciales?

Es muy difícil reflejar con un simple número el esfuerzo que la mayoría de los alumnos han realizado durante este año. Los docentes evalúan el esfuerzo académico basándose en variables observables, y este año con la crisis del coronavirus, esto ha sido imposible de realizar.

En una videollamada, es decir, a través de las pantallas es muy difícil observar determinadas cosas. Variables que, sin duda, en algunos casos suponen un punto de inflexión para los docentes.

El trabajo colaborativo ha sido uno de los grandes olvidados. ¿cómo vamos a evaluar este aspecto cuando los niños han trabajado solos desde casa? Otra de las cuestiones que no se han podido «medir» son las materias no correspondientes al ámbito curricular, pero que tienen grandes implicaciones posteriormente en el desarrollo de los niños. Por ejemplo, las habilidades sociales que se puedan desarrollar en el entorno escolar (en una clase, en el patio…). Habilidades que, en la mayoría de los casos, no se han trabajo dado el nulo o limitado contacto con sus iguales.

Muchas familias este año se han visto desbordadas y han dicho: «hasta aquí hemos llegado». Lo han intentado pero no lo han conseguido porque o bien no han tenido los medios suficientes, o los niños no han tenido ese acompañamiento de los profesores, tan necesario. ¿A qué puede dar lugar esto?

Por lo que vemos en consulta, hay muchos casos de alumnos que han visto sus expectativas truncadas por no alcanzar el rendimiento esperado. Situación que puede dar lugar a que este año aumente de forma significativa el fracaso escolar en nuestro país. Tendremos que observar los datos de final de año.

Es importante señalar que cuando hablamos de fracaso escolar, la pandemia, sin duda, ha agravado los casos de niños con necesidades educativas especiales quienes, en ocasiones, no han podido hacer frente a las demandas escolares por no disponer de los recursos necesarios.

En el aula, estos menores tienen garantizado el acceso a un trato más personalizado e individualizado algo que, durante el confinamiento, se ha visto limitado. Esto ha supuesto que, en muchos casos, los niños no hayan podido hacer frente a la situación; atravesando, incluso, algunos de ellos por graves situaciones de estrés y ansiedad ante las tareas escolares.

¿Cuál es el papel de la familia en este sentido?

La familia también tiene un rol muy importante en torno a este problema. Aunque si bien es cierto que la mayoría de ellas han respondido lo mejor que han sabido y podido a la situación, no debemos olvidar que no son expertos en la materia. Por lo tanto, no es de extrañar que en alguna que otra ocasión hayan tirado la toalla.

Sin embargo y, tal y como hemos explicado previamente, en esta crisis del coronavirus la familia ha ocupado un papel clave, pues han sido los padres los que han estado acompañando en todo momento a los niños durante este último periodo escolar.

Hecho que, ha desencadenado graves situaciones de estrés familiar. Situaciones que han dado lugar, entre otras cuestiones, a un mayor número de discusiones entre parejas, entre hermanos, etc. Padres y madres desbordados por tener que conciliar el trabajo junto a las labores del hogar… y al final, un menor no tan estimulado como debería. No ha resultado fácil para nadie, pero para familias con niños con ciertas necesidades educativas, menos.

De alguna forma, ¿qué es lo que más ha preocupado a las familias? Muchas se han quejado del modelo educativo que han visto estos meses en sus colegios.

A la situación inédita del coronavirus hemos tenido que añadir la utilización de métodos obsoletos y la falta de conocimiento de los docentes acerca de las Dificultades y/o Trastornos del Neurodesarrollo. Quizás, sea este último factor el que más ha preocupado a las familias que nos han llamado durante el confinamiento.

No obstante, hay que tener en cuenta que durante esta crisis los docentes han tenido que reinventarse. Hay que valorar que hayan utilizado herramientas e instrumentos para hacer frente a esta nueva situación y lo hayan hecho lo mejor que han podido. El sector de la educación se ha dado cuenta de que estas herramientas han llegado para quedarse, y transformar la educación por completo.

¿Qué es lo mejor que podemos hacer si somos una familia que se encuentra con unas malas calificaciones?

Como hemos repetido en más de una ocasión, no se trata de buscar culpables. No sé trata de saber sobre qué o quién recae el peso, más bien todo lo contrario. Ante esta situación, profesionales y familias debemos unir nuestras fuerzas con el fin de prevenir el fracaso escolar de los más pequeños y garantizar de esta forma un acceso a la educación centrado en las características y necesidades de los menores.

Por lo tanto, si estás esperando las notas de tus hijos e hijas, antes de nada, trata de responder a las siguientes preguntas: ¿ha hecho todo lo que estaba en su mano? ¿se ha esforzado lo suficiente? ¿podemos hacer en casa algo para mejorar la situación? ¿y en el colegio? Solo así podremos actuar en consecuencia.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-dificil-reflejar-simple-numero-esfuerzo-mayoria-ninos-realizado-este-202006300214_noticia.html

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Cómo enseñar a los niños menores de 6 años a mantener la distancia de seguridad

Por: Carlota Fominaya

Mónica Redondo, psicóloga en las escuelas infantiles Brains Nursery Schools, nos da los tips para transmitir a los más pequeños la importancia de mantener la distancia de seguridad.

El distanciamiento físico es una de las costumbres que tenemos que adquirir en nuestro día a día a la hora de relacionarnos. Para los más pequeños es una tarea difícil de comprender y de llevar a cabo, ya que su instinto hace que se acerquen y tengan contacto con sus amigos, familiares y algunos casos desconocidos.

Mónica Redondo, psicóloga en Brains Nursery Schools, afirma que los niños tienen que implementar en sus vidas esta nueva normalidad y aprender el distanciamiento social como una norma en los próximos meses. «Es importante que nuestros hijos vean el peligro cuando estén con otros niños, en el parque o en zonas comunes para que esta situación sea más llevadera y podamos normalizarla».

Aquí van una serie de tips que podemos aplicar:

¿Cómo es posible, si es que lo es, mantener la distancia social en niños tan pequeños?

Evidentemente no es algo fácil de conseguir con niños de corta edad, pero nuestro deber es buscar estrategias que minimicen todo lo posible la posibilidad de contagio, lo que supone adoptar otras medidas, además de procurar entre ellos el distanciamiento social.

En primer lugar, tenemos que diferenciar los dos ciclos de la etapa infantil. Para el primero, la etapa de 0 a 3 años, no servirán de mucho las explicaciones, aunque conviene siempre dárselas a pesar de la corta edad. En este caso, por tanto, unidas a la información verbal, deberán tomarse una serie de medidas que ayuden a facilitar el distanciamiento y la higiene: realización de actividades con menor número de niños y en momentos diferentes para no coincidir en el mismo espacio, utilización de cajas o bolsas individuales para materiales y juguetes de uso exclusivo de cada alumno, desinfección frecuente de las superficies y utensilios del aula y zonas comunes…etc.

Con los del segundo ciclo (etapa de 3-6 años) de razonamiento va en aumento, y por tanto entenderán mejor todas las explicaciones que les demos, y también porque a lo largo de estos meses habrán sido informados dentro del ámbito familiar acerca del motivo que les ha tenido a ellos y a todos confinados en casa. Asimismo, habrán ido interiorizando algunas de las medidas que han tenido que adoptar al volver a salir a la calle: uso de mascarillas, lavado frecuente de manos, distancia de seguridad…

¿Qué se les pueda decir sin asustarlos?

Para los más mayores lo mejor es explicarles los verdaderos motivos, utilizando palabras que puedan entender fácilmente. Se les debería decir que esto es algo temporal, que volveremos a poder jugar y relacionarnos como antes, y que, aunque resulte difícil cumplir con algunas de las normas, estas son ahora necesarias para proteger de este virus a los que se pueden poner más enfermos. Para que no vivan con miedo y asustados, debemos informarles de que precisamente los niños cuando pasan la enfermedad manifiestan síntomas muy leves, como la fiebre y la tos, que ya conocen y se combaten fácilmente con alguna medicina.

Los más pequeños, como he dicho antes, no son capaces de entender aún estos razonamientos, por lo que crear nuevos hábitos y rutinas sería la medida temporal más eficaz.

Es nuestro deber intentar que no se toquen, pero conseguirlo, parece muy complicado.

Pues ahí está la clave, en intentarlo al menos, porque la opción de que todos se queden en casa durante un tiempo prolongado traería consigo una serie de consecuencia negativas en diferentes aspectos del desarrollo evolutivo de los niños.

Intentémoslo, por tanto, pero mantengamos la calma, seamos pacientes con ellos, no les atosiguemos, y sobre todo, no les regañemos ni hagamos sentir culpables porque les cueste seguir esta norma. Las explicaciones tendrán que ser frecuentes, recordarles con afecto lo que deben hacer cuando lo incumplan, y procurar siempre ser adecuados modelos de comportamiento para ellos.

¿Esto podría tener repercusiones psicológicas a la larga?

En principio no ha pasado un tiempo excesivamente prolongado, ni la situación de la mayoría ha sido de de privación o ausencia de estimulación, por lo que no debemos hablar de repercusiones irreversibles. No obstante, habría que valorar la situación de algunos niños en donde la convivencia familiar no es la adecuada. En tal caso, privarles del contexto escolar tendría unas consecuencias más graves.

De todos modos, si la situación se prolonga demasiado en el tiempo, dichas consecuencias se extenderían en mayor o menor medida a todos, pues en los primeros seis años de vida se desarrollan las capacidades básicas, se asientan las bases de futuros aprendizajes y se establecen los primeros contactos sociales, entre otros aspectos destacables. Ya son muchas las familias que nos piden orientación al departamento psicopedagógico de nuestras escuelas porque están observando como sus hijos están sufriendo diferentes desórdenes de conducta, sueño, alimentación etc…

¿Cuánto tiempo puede estar un niño sin contacto con otro niño?

Esta no es una pregunta fácil de responder, ni creo que haya una respuesta exacta. Lo adecuado sería que un niño estuviera en contacto con otros desde edades tempranas. Al igual que es necesario que tengan relación con otros adultos, además de con sus padres, para no generar un apego excesivo que pudiera derivar en algunos casos en una dependencia patológica. El aislamiento social en convivencia con sus figuras de apego, cuando es por un tiempo corto, no generará consecuencias a largo plazo, sin embargo, medio año en la vida de un niño pequeño ya es un tiempo considerable, dados los avances e hitos evolutivos que son capaces de alcanzar.

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Tras el confinamiento, estos serían los beneficios de acudir a un campamento para un niño

Por: Carlota Fominaya

Tras unos meses de aislamiento, muchos niños han podido volver atrás en su desarrollo en diferentes aspectos y este recurso podría ser muy beneficioso para ellos, indican los psicólogos.

¿Ir a un campamento este año? La respuesta es que, si se permite su celebración, después de dos meses confinados en casa sin moverse y sin hacer apenas deporte, ni socializar, los niños necesitan salir a jugar, verse con sus iguales, sentirse seguros, arropados, queridos y rodeados de diversión. «Tras unos meses de aislamiento, muchos niños han podido volver atrás en su desarrollo en diferentes aspectos y los campamentos podrían ser un recurso muy necesario para ellos», explica Nuria García Alonso de la Torre, psicóloga infantojuvenil y fundadora de Ayudarte estudio de Psicología.

Para esta experta, estos serían los beneficios para un niño de acudir a un campamento, siempre y cuando se cuenten con las condiciones higiénico sanitarias debidas:

-Mejoran el bienestar físico: Después de tantos meses de aislamiento o salidas limitadas, los niños necesitan volver a correr, saltar y tener la vida activa que no les ha permitido este encierro.

-Incrementan el bienestar mental: Ir a un campamento mejora la salud mental de los niños y logra prevenir o ayudar a mejorar trastornos mentales tanto antes como los que hayan podido venir derivados de este encierro como depresión o ansiedad por estar aislados y encerrados del resto de personas.

 -Potencian la socialización: Los niños necesitan estar cara a cara con otros niños. Las videollamadas nos permite estar en contacto con los demás, sin embargo no todos los niños han podido hablar con sus amigos o no se sienten cómodos o llegan a estar saturados por comunicarse exclusivamente a través de ese medio (por no estar tan acostumbrados).

 -Aumentan la autonomía: Estos meses han podido llegar a generar cierta dependencia del núcleo familiar y es importante ayudarles a que vuelvan a realizar tareas por sí mismos y se sientan preparados para asumir nuevos retos.

-Fortalecer una autoestima sana: Los campamentos permiten que asuman nuevas responsabilidades, tener nuevos logros y sentirse valorados porque alcanzan otros éxitos diferentes a los conseguidos durante estos meses.

-Promueve nuevos aprendizajes: Hasta ahora la formación ha tenido que ser a través de un ordenador, es importante que vuelvan a sentir curiosidad y otra persona que les guíe en su aprendizaje, además de su familia o su tutor. Necesitan nuevos estímulos, metodologías y retos educativos, al margen del curriculum escolar.

-Descubrir nuevos talentos: Estar en un ambiente diferente, permite el autoconocimiento y explorar otras cualidades que pueden no haber aparecido en situaciones ordinarias como verse a uno/a mismo/a más generoso/a, líder etc.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-tras-confinamiento-estos-serian-beneficios-acudir-campamento-para-nino-202005130154_noticia.html

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«El Gobierno aprovecha el estado de alarma para acabar con los centros de Educación Especial»

Por: Carlota Fominaya

Las distintas entidades afectadas se quejan del cierre de los colegios de educación especial se está pergeñando en una época en la que nadie puede defender

El vídeo de Mago More sobre el cierre de colegios especiales que no le gustará a Pedro Sánchez

«El Gobierno está aprovechando el confinamiento para acabar con los centros de Educación Especial», afirma Julián Ruiz, presidente de la Asociación Nacional de Centros de Educación Especial (ANCCE). «Quieren traspasar, en 10 años, a todos los alumnos con discapacidad intelectual de los centros especializados a colegios ordinarios», remarcan desde la plataforma Inclusiva sí, Especial También. Esto supondría el cierre de los 477 centros de este tipo que hay en España, donde estudian 37.136 alumnos con necesidades especiales y que suponen el 0,45% del total de la población escolar. De forma paralela, hay 1,89 millones de alumnos con necesidades educativas especiales matriculados en centros ordinarios (el 23,1% de la población escolar), a los que se adapta currículos y métodos de enseñanza.

Las distintas entidades afectadas se quejan de que el cierre de los colegios de educación especial se está pergeñando en una época en la que nadie se puede defender: «Durante este tiempo de confinamiento, concretamente el pasado jueves, 24 de Abril, el Gobierno reactivó la tramitación del Proyecto de Ley de Educación, con el que pretende eliminar los Centros de Educación Especial, para lo que se da un plazo de 10 años. Sorprende que esta tramitación se haya llevado a cabo de espaldas a la opinión pública y estableciendo unos plazos de presentación de enmiendas difíciles de cumplir», señala el presidente de ANCCE.

En efecto, corroboran desde Inclusiva sí, Especial También, «con el agravante que desde la declaración del estado de alarma histórico como el que estamos viviendo en España, el Gobierno ha suspendido los plazos administrativos y procesales, cosa que no ha sucedido con los trámites parlamentarios». Durante las semanas anteriores al estado de alarma, añaden desde esta entidad, «pedimos a la responsable de Educación y Universidades del PSOE, M. Luz Martínez Siejo, la eliminación de la controvertida y polémica disposición adicional cuarta de la Ley. Si Pedro Sánchez ni Pablo Iglesias no querían cerrar los colegios de Educación Especial como venían manifestando públicamente, no tenía ningún sentido dicha disposición. Sin embargo, el texto que se está tramitando sigue incluyendo la Disposición Adicional Cuarta», advierten.

Familias de niños con dificultades y profesionales de la educación Especial ya han manifestado reiteradamente su preocupación y desacuerdo con el cierre de los colegios por una decisión que, «evidentemente no ha sido consultada ni a los padres, ni con los profesionales de los colegios». «¿Cómo va a estudiar en un colegio ordinario mi hijo Lucas, de cuatro años y con síndrome de Down? No son iguales los estímulos que necesita él que los que puedan necesitar sus hermanos mayores, sin esta discapacidad, u otros niños con autismo o con Asperger», se pregunta por ejemplo Luis Rojo, vicepresidente de la plataforma «Inclusiva Sí, Especial También».

Jose María Escudero, presidente de la plataforma Inclusiva sí, Especial También, con su hijo Jaime
Jose María Escudero, presidente de la plataforma Inclusiva sí, Especial También, con su hijo Jaime – ABC

Tampoco sería lo ideal para Jaime, el hijo con autismo de José María Escudero, presidente de esta plataforma. «Jaime estuvo feliz en un colegio ordinario con aula TEA hasta los 6 años y medio. Los niños le querían muchísimo, estaba muy integrado, pero llegó un momento que él no avanzaba al nivel de sus capacidades. En el propio colegio nos recomendaron que para que él pudiera avanzar en función de su capacidades, era mejor que acudiera a un colegio de educación especial. Y así lo hicimos. Muchas veces los padres no lo hacemos por desconocimiento. Se suele pensar que lo normal o lo estándar, es lo mejor para tu hijo. Cuesta mucho dar el paso a la educación especial, pero una vez que estás ahí, dices: «ojalá hubiera ido antes». Porque le cambia la vida al niño, para bien. Encuentras un centro donde se hace un trabajo a medida en función de sus necesidades, no solamente a nivel curricular, sino que también se trabaja la autonomía personal, el autoconocimiento, su bienestar emocional…».

Lo que ocurre es que a menudo, prosigue Escudero, «el tema educativo de estos niños solo se enfoca a nivel curricular. Es decir: si es posible que siga una clase de matemáticas o inglés en un colegio ordinario. Pero para estos alumnos son vitales los aspectos físicos emocionales, sensoriales… Es decir, sentirte integrado o que eres parte de algo. Todo eso te ayuda a desarrollarte, en estos pequeños lo mismo que a los demás o incluso más. Es muy importante que no estén continuamente estresados, con la sensación de que “no llego” o “soy el último de clase”. Eso muchas veces en un colegio ordinario se puede hacer, pero otras muchas veces, no se consigue».

Estos mismos aspectos son los que busca potenciar Alicia, madre de cinco hijos con edades comprendidas entre los 15 y los 6, una de ellas con síndrome de Down. «Para mi son muy importantes los aprendizajes, pero casi lo es más su bienestar emocional y su salud mental. En el caso de mi hija, los primeros años estuvo en un colegio ordinario, pero luego pasó a uno de educación especial, donde no solo está aprendiendo mucho, sino que ha conseguido tener una autoestima alta y sentirse muy acogida y querida entre sus amigos. Para mi es muy importante. Creo que en el colegio anterior, sinceramente, no lo hubiera logrado».

Un sistema educativo que de respuesta global

En cualquier caso, hay algo que esta madre de familia numerosa quiere recalcar: «nosotros no estamos en contra de la educación ordinaria. Ambas modalidades son imprescindibles, pero cada niño necesita una cosa diferente adecuada a su discapacidad, que puede ser una enfermedad rara, un síndrome de Down, autismo, o parálisis cerebral, entre otras muchas. Es muy importante estudiar la situación de cada menor».

El presidente de Inclusiva sí, Especial También, lo corrobora así: «Nosotros lo que decimos siempre es que la discapacidad intelectual es muy diversa, y por eso mismo se necesita un sistema educativo que dé respuesta a todas las necesidades del alumnado. El sistema que tenemos ahora mismo en España es muy amplio, hay educación ordinaria, con aulas TEA, colegios de necesidades especiales... En algunas comunidades autónomas hay educación combinada, que significa que durante un tiempo el menor está en ordinaria y otro en especial… de esa forma se puede dar respuesta. Pero a lo que se tiende con esta Ley es a un sistema único. Mire usted, igual para todos, no es posible, y la que plantea la Ley es un sistema único, sin modalidades de escolarización».

Lo único que estamos pidiendo, concreta Alicia, «es que se quite la disposición adicional cuarta, porque tiene un texto muy ambiguo, y deja la puerta abierta para que nuestros colegios se acaben vaciando tanto de profesores como de alumnos. Si realmente eso no es lo que quiere la ministra de Educación Isabel Celaá – que no hace más que decir que lo que decimos son bulos-, es tan sencillo como quitar esa disposición adicional cuarta, porque estamos en tiempo de enmiendas. Y que ponga por escrito que se van a dotar de recursos ambas modalidades educativas ya que ambas son inclusivas».

«Las decisiones en materia de educación no pueden estar basadas en razones políticas e ideológicas, sino en criterios objetivos y técnicos. Y a todos aquellos menores que necesitan una educación especial les enviamos un mensaje: no los vamos a abandonar», concluye el presidente de ANCEE.

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Los trucos infalibles de una adolescente para adaptarse al «home-schooling»

Por: Carlota Fominaya

La situación sanitaria que estamos viviendo en estos momentos está repercutiendo en la vida social y educativa de muchos estudiantes como Jimena.

Jimena es una adolescente madrileña de 16 años estudiosa y responsable, que se ha adaptado sin problemas al obligado «home-schooling» debido al coronavirus. Se sigue levantando a las 7:00, se asea, se viste, desayuna, y se pone a estudiar siguiendo los mismos horarios que lleva en su colegio. Curiosamente, lo hace vestida con «el chándal del colegio. Ponerme el uniforme en casa es una forma de delimitar el tiempo de estudio, con el de ocio de la tarde. Es un consejo que nos dieron en el colegio. Todos mis compañeros de clase lo siguen, lo veo cuando hacemos videoconferencias«. «La verdad es que no le ha costado el cambio -reconoce Rocío, su madre- en parte porque ya estudiaban con medios tecnológicos y, en parte, porque Jimena es muy consciente de que tiene que delimitar cuál va a ser el tiempo de trabajo, de ocio y el dedicado a tareas domésticas para una correcta organización de la rutina familiar».

La situación sanitaria que estamos viviendo en estos momentos está repercutiendo en la vida social y educativa de muchos estudiantes como Jimena, y enfrentándonos a todos a nuevos retos, sobre todo el campo educativo, donde muchos colegios están adaptándose al «home schooling» que tan rigurosamente cumple esta adolescente. Ana Herrero, psicóloga y coordinadora del departamento de orientación del grupo Brains International Schools, comparte sus impresiones sobre las ventajas y desventajas del «home schooling» y ofrece algunos consejos para que otros padres, niños y profesores lo integren en su día a día.

Ana Herrero incide en la necesidad de realizar a primera hora una reunión familiar donde organicemos qué vamos a hacer en el día. En casa de Jimena, lo hacen durante el desayuno, que hacen todos los componentes de la familia. “En este momento tan excepcional, una correcta organización será clave para aumentar la motivación de los alumnos. Para ello, los padres deberán facilitar un espacio adecuado de trabajo, así como un horario en el que quede bien diferenciado el tiempo de estudio, el de descanso y el de ocio”, explica esta experta.

Rutinas familiares

En cualquier caso, el tiempo de ocio no debe faltar. De hecho, continua esta experta, dentro de la rutina establecida por cada familia, el tiempo de ocio debe ser igual de importante que el tiempo dedicado al estudio. «A los alumnos puede afectarles la ausencia de sus amigos, y echarán en falta la posibilidad de jugar con estos. Para ello, se les puede facilitar hablar con sus amigos a través de videoconferencias para que puedan contarse sus impresiones y ponerse al día». Es lo que hace Jimena, aunque reconoce que echa de menos «el contacto con mis profesores y amigos de Brains»».

«Podemos aprovechar esta oportunidad para disfrutar del tiempo en familia, hacer una obra de teatro, manualidades, cocinar un bizcocho, etc.», sugiere la psicóloga y coordinadora del departamento de orientación del grupo Brains International Schools.

Otra de las sugerencias de esta profesional es involucrar a los hijos en las tareas domésticas en función de sus edades. «Esto es siempre recomendable, y más cuando se pasa mucho tiempo en casa, para enseñarles a colaborar en familia. Además, el hecho de hacerles responsables de una tarea concreta cada día hará que los niños sientan que su participación es importante».

Rutinas familiares

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