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Colapso por Covid en las fábricas textiles de Asia y el Pacífico repercute en todo el mundo

Eduardo Camin*

El sector industrial de la confección en la región Asia-Pacífico padece los efectos adversos de la Covid-19 en las cadenas de suministro. El colapso de la demanda de los consumidores, las medidas de confinamiento de los gobiernos y las disrupciones en las importaciones de materias primas han hecho estragos en la industria de la confección de Asia y el Pacífico, según un nuevo informe de la Organización Mundial del Trabajo (OIT).

El estudio se basa en un pormenorizado examen documental y en el análisis de información pública o empresarial, así como en entrevistas realizadas a destacadas partes interesadas del sector en Asia. La elaboración del estudio fue dirigida por la Universidad de Cornell y un equipo de la OIT que abarcó la Unidad de análisis económicos y sociales a nivel regional, el programa Better Work y el proyecto OIT-OSDI sobre trabajo decente en las cadenas de suministro del sector de la confección en Asia.Explotación laboral en la industria textil, ¿qué va a pasar?

Sin dudas que la crisis de la Covid-19 está golpeando muy duramente al sector de la confección en Asia y el Pacífico, pero no solo ha afectado a los millones de trabajadores y empresas que forman parte de las cadenas de suministro, sino que ha provocado un efecto dominó a varios niveles.

En septiembre de 2020, aproximadamente uno de cada dos trabajadores de la confección en esa región vivía en países donde regía el cierre obligatorio de todos los lugares de trabajo excepto los esenciales, incluidas las fábricas textiles. Cerca de la mitad del total de los empleos en las cadenas de suministro del sector de la confección en la región dependían de la demanda de consumo interna o de la demanda externa de países con medidas de confinamiento muy rigurosas, en los que también se observaron caídas drásticas de las ventas al por menor.

El comercio mundial de prendas de vestir prácticamente se vino abajo en el primer semestre de 2020. En algunos casos, las importaciones procedentes de los productores asiáticos en los principales países compradores descendieron hasta un 70 por ciento.
Al principio de la crisis abundaron las cancelaciones de pedidos por parte de los compradores. Los fabricantes de prendas de vestir también experimentaron perturbaciones de la oferta de sus insumos importados de hasta el 60 por ciento. El cierre temporal o permanente de miles de fábricas proveedoras hizo que se multiplicasen los casos de despido y cese de trabajadores.

No obstante, las fábricas que posteriormente han reabierto sus puertas también han visto menguada la capacidad de su fuerza de trabajo. El trabajador medio perdió entre dos y cuatro semanas de trabajo y solo tres de cada cinco trabajadores han sido reintegrados en las fábricas. Entre quienes han seguido trabajando durante el segundo trimestre de 2020 tampoco han sido raras las rebajas salariales y los retrasos en la liquidación de los pagos.

Con respecto a los resultados del estudio, Chihoko Asada Miyakawa, Directora Regional de la OIT para Asia-Pacífico, señaló que: «Es fundamental que los gobiernos, los trabajadores y los empleadores, entre otras partes interesadas del sector, aúnen esfuerzos para afrontar esta coyuntura sin precedentes y contribuir a forjar un futuro del sector que se centre más en el ser humano».

El otro informe un gran… descosido

La epidemia del coronavirus ha conllevado el cierre de fábricas en China para evitar el contagio entre los trabajadores de los centros de producción e, incluso, como hemos visto a medida que abren, su ritmo productivo es menor. La medida ha dejado en un limbo a las cadenas de suministro de las empresas del sector de la moda y es que el país es proveedor de muchas las materias primas con las que se fabrican las prendas de ropa en todo el mundo.

Era obvio que el mismo día que las fábricas chinas comenzaron a bajar sus persianas por la crisis del coronavirus, las empresas del sector textil en todo el mundo comenzaron a mirarse de reojo, sabedoras del riesgo que las envolvía. A medida que se extendía la pandemia, su sombra se agrandaba sobre las compañías de moda. Y, justamente, eran Inditex y H&M, las que podrían ser especialmente vulnerables a las consecuencias de esta epidemia, así lo advertían algunos expertos.Inditex y H&M caen en bolsa tras rebaja de estimación de Morgan Stanley | Estrategias de Inversión

Un informe de la Unión de Bancos Suizos (UBS) señalaba que H&M, Inditex y la empresa de distribución británica de muebles Dunelm, se sitúan a la cabeza del ránking de las compañías del sector más vulnerables a esta epidemia.

No es menor, tampoco, que la Organización de Naciones Unidas (ONU) haya cifrado en más de 1.500 millones de dólares el impacto que la crisis del coronavirus tendrá en el sector textil y de confección a nivel mundial.  Además se resentirán, en paralelo, las exportaciones del sector con un desplome cuantificado en más de 50.000 millones de dólares.

Bien conocido es el arraigo de la industria textil en China, país que concentra hasta el 54% de la producción mundial, por delante del 46% que supone la producción tecnológica. Así que, trasladadas estas cifras a la práctica, la UBS estima que el 8,7% de las ventas de Inditex procede del gigante asiático mientras que, en el caso de H&M, es del 6,1%.

Teniendo en cuenta esta exposición, la ONU pronostica que la industria textil europea será una de las más afectadas por esta crisis y registrará pérdidas récords en millones de dólares.

España, Italia y Francia son los países más sensibles a esta crisis, con mercados en los que el sector de la moda está muy integrado con los proveedores chinos.  De hecho, el grupo Zara, de Amancio Ortega se aprovisiona con un 10% de productos procedentes de China y el país tiene un gran peso en su inventario, apuntan los datos de UBS.

Inditex marca distancia con Uniqlo, H&M y GAP, sus grandes rivales del textil mundial - La Opinión A CoruñaLa rapidez con la que Zara, y todas las cadenas del grupo de Amancio Ortega, renuevan sus colecciones en tienda puede ser un arma de doble filo para el multimillonario gallego y es que responde, precisamente, a la rápida capacidad de producción del gigante asiático. Parece que los “retailers” con elevadas rotaciones en sus colecciones “se verán más afectados que aquellos con baja rotación de existencias”, apunta en su análisis UBS. Esto supone un balón de oxígeno para H&M cuya rotación de colecciones es, sin duda, menor que la de Zara.

Aún así, como contrapartida, resulta que China representa el 50% del aprovisionamiento de prendas de H&M, una ratio sólo superado por la británica Dunelm. Las compañías del sector producen las prendas de mayor coste en el gigante asiático, en donde las fábricas están preparadas para elaborar las piezas más complejas, como chaquetas, a la par que productos de bajo coste como camisetas.

En su análisis, UBS destaca a las firmas deportivas entre las más vulnerables ya que no cuentan con alternativas donde producir los tejidos técnicos. Y esta falta de materias primas podría, de paso, llevar al cierre de otros centros de producción en diez destacados países productores en el sector de la confección de la región como Bangladesh, Camboya, China, Filipinas, India, Indonesia, Myanmar, Pakistán, Sri Lanka y Viet Nam.

Una reflexión más profunda

Esta crisis sanitaria ha obligado a la moda a parar y replantear por completo el actual sistema de una industria que sExplotación infantil en Bangladesh en prostíbulos y talleres - Humaniume ha consolidado como la segunda más contaminante del mundo. En los últimos años hemos visto como el cambio climático influye de manera directa en las ventas. Las temporadas han dejado de estar acompasadas con las condiciones climáticas.

En el hemisferio norte se comenzó a ver abrigos en los escaparates desde el mes de septiembre, cuando el frío realmente no llega hasta finales de noviembre. De esta manera, acumulan mercancía durante meses, lo que obliga a las tiendas a poner en marcha, en mitad de temporada, campañas de promoción para poner en circulación este stock.

Es decir, venden productos a un precio inferior a su valor para recuperar al menos parte de la inversión inicial. Estos periodos de bajadas de precios terminan por condicionar las compras de los clientes, quienes esperan a este tipo de promociones para realizar sus compras, entrando en el círculo vicioso del consumo que termina por afectar directamente a las ventas.

En comparación con los últimos años, el precio de las prendas de ropa ha bajado tanto que uno puede permitirse comprar y tirar constantemente. A partir de aquí surgió el concepto “Moda Rápida”: producción y consumo masivo. Pero ¿Por qué ahora pagamos menos por las prendas? ¿Por qué sale más barato producir una prenda a más de 10.000 ilómetros que en el propio país?

La respuesta es muy simple: porque las prendas se producen en países donde los derechos humanos se vulneran constantemente, dónde eDrescher: “Hay que hacer un futuro sin trabajo infantil”l salario mínimo es un insulto a la supervivencia, dónde el trabajo infantil no es perseguido y dónde se hacen recortes en seguridad para poder abaratar aún más la producción. No se debe olvidar que detrás de esta industria hay una explotación sin precedentes, especialmente entre los niños.

Todo esto pasaba sin la Covid-19. Por ejemplo, el algodón de una de las camisetas que llega para su venta en la Unión Europea se recoge en Etiopía, la tela se elabora en Pakistán, se cose en China y los botones se ponen en Hong-Kong, y en todos esos países, hay niños esclavizados trabajando para hacer esa camiseta.

Y es que, detrás de esa blusa, esos yins o vaqueros o esa chaqueta que te acabas de comprar, hay un largo proceso de producción que se desarrolla a miles de kilómetros, en aquellos países donde los derechos humanos se vulneran cada día. Donde hay niños trabajando 12 horas diarias y su salario es del equivalente a un euro al día.  Sin jugar, ni aprender ….Y ahora sin empleo.

*Periodista uruguayo, acreditado en ONU-Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Fuente e imagen: http://estrategia.la/2020/11/04/colapso-por-covid-en-las-fabricas-textiles-de-asia-y-el-pacifico-repercute-en-todo-el-mundo/

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La recuperación verde y el reciclaje insustentable del capitalismo

Uno de los pocos aspectos positivos que podemos rescatar de estos tiempos difíciles es que se ha fortalecido nuestra comprensión de cuán inextricablemente está relacionado el medio ambiente con nuestras vidas cotidianas, incluido el mundo del trabajo.

Y hemos visto cómo muchas investigaciones centraron la atención en las enfermedades zoonóticas, las que se transmiten de animales a los seres humanos.

La transmisión de enfermedades como la Covid-19, el ébola, el SRAS y el MERS, demuestran lo que puede suceder cuando no tratamos a la naturaleza con suficiente respeto, y cómo esto puede socavar no sólo nuestra salud sino también, a largo plazo, nuestras sociedades y nuestro futuro.

Frente a tal perspectiva, avizoramos en el horizonte de los desafíos actuales, una tendencia o un pretexto, en el marco del sistema de la ONU y sus organismos internacionales, con un sinnúmero de informes, que nos convocan aprovechar la oportunidad que nos ofrece la reconstrucción pos-covid19 para reequilibrar nuestra relación con el medio ambiente, generar empleos sostenibles, un crecimiento inclusivo y sistemas sociales equitativos. ¡Vaya tarea!

El informe conjunto de la OIT y el Banco Interamericano de Desarrollo, El empleo en un futuro de cero emisiones netas en América Latina y el Caribe, señalaba que se podría crear millones de puestos de trabajo en la región con más biodiversidad del planeta. Hacia hincapié en que la transición hacia un modelo económico basado en cero emisiones netas de carbono podría crear 15 nuevos millones de empleos (netos) para la región de aquí a 2030.

Esto representaría 22,5 millones de nuevos empleos en los sectores de la agricultura, la producción de alimentos de origen vegetal, las energías renovables, la silvicultura, la construcción y la manufactura, mientras que se destruirían 7,5 millones de empleos en la electricidad a partir de combustibles fósiles y la producción de alimentos.

Pero sabemos por experiencia que los empleos en los sectores verdes emergentes no serán automáticamente empleos decentes, aunque estén reglamentados por políticas adecuadas, ya que en el sector agrícola hace lustros que persisten déficits de trabajo decente.

Desarrollo sustentable, practicas insustentables

Los diversos cambios en el mundo no son iguales ni por su carácter ni por su orientación. Unos se caracterizan por el paso de lo simple a lo complejo, de lo inferior a lo superior, que representan un movimiento en línea ascensional, un movimiento progresivo, basado en una dialéctica determinada por la ciencia.

Otros, al contrario, llevan a la simplificación y desintegración de los objetos materiales complejos, representan un movimiento descendente regresivo y por ende anticientífico.

Muchos de los principales dirigentes del núcleo central del capitalismo actúa en oposición a la previsión científica, la actitud de muchos gobiernos frente al covid-19 nos dejan escalofriantes enseñanzas. Algunos se manejan con las profecías, los horóscopos y presagios religiosos que carecen de toda base científica, eso si, sustentados y amplificados por las redes sociales.
Los presagios de esta índole se basan en los deseos de unas u otras personas, en el afán de ajustar el futuro a sus objetivos e intereses.  Por eso sorprende que los que ahora proponen una economía verde, un desarrollo sustentable son los que hasta ahora han apostado justamente al desarrollo insustentable.

No deja de sorprender la habilidad para seguir con una economía destructora de recursos y, al mismo tiempo, hacernos creer que con sus tecnologías puedan resolver las consecuencias y evitar el desastre que se perpetua.

Nuevas estrategias, falsas ilusiones

Se presentan algunos de los dispositivos propuestos para lidiar con el desbarajuste ecológico sin perturbar al capitalismo. Existe un importante número de activistas y pensadores ambientalistas fieles a esta causa,  bien intencionadas, preocupadas por la salud del planeta, y la mayoría también están preocupada por los problemas de justicia social.

También existen personas al interior de los organismos, que entienden perfectamente los problemas ecológicos y sociales que el capitalismo ocasiona, pero creen firmemente que éste sistema debería ser reformado, generándose un problema conceptual que no pueden sortear
Incluso, el número creciente de individuos que critica al sistema económico capitalista y sus “fallas de mercado” frecuentemente termina con “soluciones” que apuntan a un capitalismo con “rostro humano” y no-corporativo fuertemente controlado, en lugar abandonar los límites del capitalismo.

Un sistema que tiene una única meta, la maximización de ganancias nunca podrá tener un alma, nunca podrá ser verde, y, por su propia naturaleza, debe manipular y fabricar ilusiones.  Por lo tanto, son incapaces de pensar, ni promover, un sistema económico con diferentes objetivos y procesos de toma de decisiones, uno que ponga el énfasis en las necesidades humanas y ambientales, en oposición a las ganancias.

En realidad, su perspectiva se reduce a una denuncia y exigencia a los representantes políticos capitalistas para que tomen medidas urgentes o a abrazar las propuestas de los llamados “partidos verdes”, pero sin apuntar decididamente contra los intereses y la propiedad de los máximos responsable de esta situación: las grandes corporaciones y multinacionales capitalistas.

El problema mayor es la aparición en ese espacio de organizaciones ambientalistas y de desarrollo, promovidas o cooptadas por las empresas transnacionales, por fundaciones que actúan como mandatarias de estas o por agencias gubernamentales que defienden políticas de seguridad nacional, o el mismo Banco Mundial, que tratan de sumar adeptos a sus propuestas.

Víctimas…  no responsables  

En amplios sectores prima la lógica de que para solucionar la crisis ecológica el eje central está en los cambios de los patrones de consumo individual, centrando su atención en el “consumo irresponsable”.

Obviamente la producción capitalista, generadora de patrones y ciclos de consumo a escala planetaria, moldea a los “consumidores” y en esta medida el comportamiento humano individual colabora con la crisis ecológica, por lo cual es deseable promover que estos patrones se modifiquen generando consciencia ambiental.

Pero la realidad es que la influencia que pueden ejercer los cambios del comportamiento individual sobre el carácter funesto de la producción capitalista sobre el medio ambiente es en muchos casos irrelevante y, especialmente, muy desigual.

La lógica de centrar la iniciativa del movimiento ambiental en los cambios de comportamiento individual conlleva fundamentalmente a dos problemas estratégicos. Por un lado, promueve una estrategia ilusoria que favorece una concepción individualista, difuminando o directamente ocultando cuál es el “centro de gravedad” sobre el que hay que denunciar el capitalismo globalizador, y sus grandes corporaciones capitalistas.

Por otro lado, termina fortaleciendo el discurso reaccionario de que “la gente es responsable de la crisis” que va unido a medidas para hacer pagar la crisis ambiental a la clase trabajadora y los sectores más pobres de la sociedad; un discurso que al mismo tiempo que preserva el sistema y beneficia a los capitalistas, impide incorporar a la lucha a los sectores sociales capaces de enfrentarla.

Frente a la crisis ambiental, el problema central no es la “división” entre quienes contaminan y quienes no lo hacen, sino entre la mayoría social que ya está pagando los costos de la crisis y los capitalistas que la generaron.
La resolución de la crisis ecológica no puede darse dentro de las lógicas del sistema actual. No hay esperanzas de éxito en las diversas sugerencias, o en la acumulación de informes sin futuro.

El sistema capitalista mundial es insustentable por su búsqueda insaciable de una acumulación sin fin de capital tendiente a una producción que debe expandirse continuamente para obtener ganancias; por su sistema agrícola y alimentario que contamina el ambiente y no garantiza el acceso cuantitativo y cualitativo universal de comida; por su desenfrenada destrucción del ambiente; y su continua reproducción y aumento de la estratificación de riqueza dentro y entre los países.

Para esto es necesario un sistema económico democrático, razonablemente igualitario, y capaz de poner límites al consumo lo que significará sin lugar a duda que las personas vivirán con un nivel de consumo menor del que se denomina, algunas veces en los países ricos, el estilo de vida de la “clase media”.

Tal vez los informes deberían insistir, en generar un estilo de vida más sencillo, a pesar de ser “más pobre” materialmente, puede ser más rico cultural y socialmente al reconectar a las personas entre sí y con la naturaleza, y al tener que trabajar menos horas para proveer las cosas esenciales para la vida.

Fuente: https://rebelion.org/la-recuperacion-verde-y-el-reciclaje-insustentable-del-capitalismo/

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La recuperación verde y el reciclaje insustentable del capitalismo

Por: Eduardo Camin*


Uno de los pocos aspectos positivos que podemos rescatar de estos tiempos difíciles es que se ha fortalecido nuestra comprensión de cuán inextricablemente está relacionado el medio ambiente con nuestras vidas cotidianas, incluido el mundo del trabajo. Y hemos visto cómo muchas investigaciones centraron la atención en las enfermedades zoonóticas, las que se transmiten de animales a los seres humanos.

La transmisión de enfermedades como la Covid-19, el ébola, el SRAS y el MERS, demuestran lo que puede suceder cuando no tratamos a la naturaleza con suficiente respeto, y cómo esto puede socavar no sólo nuestra salud sino también, a largo plazo, nuestras sociedades y nuestro futuro.

Frente a tal perspectiva, avizoramos en el horizonte de los desafíos actuales, una tendencia o un pretexto, en el marco del sistema de la ONU y sus organismos internacionales, con un sinnúmero de informes, que nos convocan aprovechar la oportunidad que nos ofrece la reconstrucción pos-covid19 para reequilibrar nuestra relación con el medio ambiente, generar empleos sostenibles, un crecimiento inclusivo y sistemas sociales equitativos. ¡Vaya tarea!

El informe conjunto de la OIT y el Banco Interamericano de Desarrollo, El empleo en un futuro de cero emisiones netas en América Latina y el Caribe, señalaba que se podría crear millones de puestos de trabajo en la región con más biodiversidad del planeta. Hacia hincapié en que la transición hacia un modelo económico basado en cero emisiones netas de carbono podría crear 15 nuevos millones de empleos (netos) para la región de aquí a 2030.

Esto representaría 22,5 millones de nuevos empleos en los sectores de la agricultura, la producción de alimentos de origen vegetal, las energías renovables, la silvicultura, la construcción y la manufactura, mientras que se destruirían 7,5 millones de empleos en la electricidad a partir de combustibles fósiles y la producción de alimentos.

Pero sabemos por experiencia que los empleos en los sectores verdes emergentes no serán automáticamente empleos decentes, aunque estén reglamentados por políticas adecuadas, ya que en el sector agrícola hace lustros que persisten déficits de trabajo decente.

Desarrollo sustentable, practicas insustentables

Los diversos cambios en el mundo no son iguales ni por su carácter ni por su orientación. Unos se caracterizan por el paso de lo simple a lo complejo, de lo inferior a lo superior, que representan un movimiento en línea ascensional, un movimiento progresivo, basado en una dialéctica determinada por la ciencia.

Otros, al contrario, llevan a la simplificación y desintegración de los objetos materiales complejos, representan un movimiento descendente regresivo y por ende anticientífico.

Muchos de los principales dirigentes del núcleo central del capitalismo actúa en oposición a la Tras meses de resistencia, Trump comenzará a usar barbijo en público: "Me veo como El Llanero Solitario" | BAE Negociosprevisión científica, la actitud de muchos gobiernos frente al Covid 19 nos dejan escalofriantes enseñanzas. Algunos se manejan con las profecías, los horóscopos y presagios religiosos que carecen de toda base científica, eso si, sustentados y amplificados por las redes sociales.

Los presagios de esta índole se basan en los deseos de unas u otras personas, en el afán de ajustar el futuro a sus objetivos e intereses. Por eso sorprende que los que ahora proponen una economía verde, un desarrollo sustentable son los que hasta ahora han apostado justamente al desarrollo insustentable.

No deja de sorprender la habilidad para seguir con una economía destructora de recursos y, al mismo tiempo, hacernos creer que con sus tecnologías puedan resolver las consecuencias y evitar el desastre que se perpetua.

Nuevas estrategias, falsas ilusiones

Se presentan algunos de los dispositivos propuestos para lidiar con el desbarajuste ecológico sin perturbar al capitalismo. Existe un importante número de activistas y pensadores ambientalistas fieles a esta causa, bien intencionadas, preocupadas por la salud del planeta, y la mayoría también están preocupada por los problemas de justicia social.

También existen personas al interior de los organismos, que entienden perfectamente los problemas ecológicos y sociales que el capitalismo ocasiona, pero creen firmemente que éste sistema debería ser reformado, generándose un problema conceptual que no pueden sortear La economía apostará por una recuperación verde tras la Covid-19Incluso, el número creciente de individuos que critica al sistema económico capitalista y sus “fallas de mercado” frecuentemente termina con “soluciones” que apuntan a un capitalismo con “rostro humano” y no-corporativo fuertemente controlado, en lugar abandonar los límites del capitalismo.

Un sistema que tiene una única meta, la maximización de ganancias nunca podrá tener un alma, nunca podrá ser verde, y, por su propia naturaleza, debe manipular y fabricar ilusiones. Por lo tanto, son incapaces de pensar, ni promover, un sistema económico con diferentes objetivos y procesos de toma de decisiones, uno que ponga el énfasis en las necesidades humanas y ambientales, en oposición a las ganancias.

En realidad, su perspectiva se reduce a una denuncia y exigencia a los representantes políticos capitalistas para que tomen medidas urgentes o a abrazar las propuestas de los llamados “partidos verdes”, pero sin apuntar decididamente contra los intereses y la propiedad de los máximos responsable de esta situación: las grandes corporaciones y multinacionales capitalistas.

El problema mayor es la aparición en ese espacio de organizaciones ambientalistas y de desarrollo, promovidas o cooptadas por las empresas transnacionales, por fundaciones que actúan como mandatarias de estas o por agencias gubernamentales que defienden políticas de seguridad nacional, o el mismo Banco Mundial, que tratan de sumar adeptos a sus propuestas.

Víctimas … no responsables

El consumo irresponsable de antibióticos matará a más gente que el cáncer | Boticaria GarcíaEn amplios sectores prima la lógica de que para solucionar la crisis ecológica el eje central está en los cambios de los patrones de consumo individual, centrando su atención en el “consumo irresponsable”.

Obviamente la producción capitalista, generadora de patrones y ciclos de consumo a escala planetaria, moldea a los “consumidores” y en esta medida el comportamiento humano individual colabora con la crisis ecológica, por lo cual es deseable promover que estos patrones se modifiquen generando consciencia ambiental.

Pero la realidad es que la influencia que pueden ejercer los cambios del comportamiento individual sobre el carácter funesto de la producción capitalista sobre el medio ambiente es en muchos casos irrelevante y, especialmente, muy desigual.

La lógica de centrar la iniciativa del movimiento ambiental en los cambios de comportamiento individual conlleva fundamentalmente a dos problemas estratégicos. Por un lado, promueve una estrategia ilusoria que favorece una concepción individualista, difuminando o directamente ocultando cuál es el “centro de gravedad” sobre el que hay que denunciar el capitalismo globalizador, y sus grandes corporaciones capitalistas.

Por otro lado, termina fortaleciendo el discurso reaccionario de que “la gente es responsable de la crisis” que va unido a medidas para hacer pagar la crisis ambiental a la clase trabajadora y los sectores más pobres de la sociedad; un discurso que al mismo tiempo que preserva el sistema y beneficia a los capitalistas, impide incorporar a la lucha a los sectores sociales capaces de enfrentarla.El sistema es insostenible: ¿hay alternativa? – ANRed

Frente a la crisis ambiental, el problema central no es la “división” entre quienes contaminan y quienes no lo hacen, sino entre la mayoría social que ya está pagando los costos de la crisis y los capitalistas que la generaron.

La resolución de la crisis ecológica no puede darse dentro de las lógicas del sistema actual. No hay esperanzas de éxito en las diversas sugerencias, o en la acumulación de informes sin futuro.

El sistema capitalista mundial es insustentable por su búsqueda insaciable de una acumulación sin fin de capital tendiente a una producción que debe expandirse continuamente para obtener ganancias; por su sistema agrícola y alimentario que contamina el ambiente y no garantiza el acceso cuantitativo y cualitativo universal de comida; por su desenfrenada destrucción del ambiente; y su continua reproducción y aumento de la estratificación de riqueza dentro y entre los países.

Para esto es necesario un sistema económico democrático, razonablemente igualitario, y capaz de poner límites al consumo lo que significará sin lugar a duda que las personas vivirán con un nivel de consumo menor del que se denomina, algunas veces en los países ricos, el estilo de vida de la “clase media”.

Tal vez los informes deberían insistir, en generar un estilo de vida más sencillo, a pesar de ser “más pobre” materialmente, puede ser más rico cultural y socialmente al reconectar a las personas entre sí y con la naturaleza, y al tener que trabajar menos horas para proveer las cosas esenciales para la vida.

*Periodista uruguayo acreditado en ONU-Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Fuente e imagen: http://estrategia.la/2020/10/16/la-recuperacion-verde-y-el-reciclaje-insustentable-del-capitalismo/

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Una recuperación incierta del comercio mundial, tras el impacto del covid19

Eduardo Camin


Si bien es cierto que el comercio mundial da muestras de reactivarse tras la profunda crisis económica provocada por la Covid-19, los economistas de la Organización Mundial del Comercio advierten de que la recuperación podría verse perturbada por los actuales efectos de la pandemia. La OMC prevé ahora una disminución del volumen del comercio mundial de mercancías del 9,2% para 2020, seguida de un aumento del 7,2% en 2021 (gráfico 1).

Estas estimaciones están sujetas a un grado de incertidumbre inusualmente elevado, ya que dependen de la evolución de la pandemia y de las respuestas de los Gobiernos. Según los datos actuales, la disminución prevista para el año en curso es menos acusada que la que anunciaba la más optimista de las dos hipótesis expuestas en las previsiones comerciales de abril de la OMC, que era del 12,9%. Los sólidos resultados comerciales registrados en junio y julio infunden cierto optimismo en cuanto al crecimiento global del comercio en 2020.

El crecimiento del comercio de productos relacionados con la COVID-19 fue especialmente fuerte en esos meses, lo que pone de manifiesto que el comercio puede ayudar a los estados a obtener los suministros necesarios. En cambio, la previsión para el próximo año es más pesimista que la anterior estimación de un crecimiento del 21,3%, y sitúa al comercio de mercancías en 2021 muy por debajo de la tendencia que mostraba antes de la pandemia (ver grafico 1)

Los resultados del comercio en lo que va de año han superado las expectativas debido al aumento súbito registrado en junio y julio, cuando se flexibilizaron las medidas de confinamiento y se aceleró la actividad económica. El ritmo de expansión podría ralentizarse de manera acusada una vez se agote la demanda acumulada y se hayan repuesto las existencias de las empresas. Es posible que los resultados sean más negativos si en el cuarto trimestre hay un rebrote de COVID‑19.

Gráfico 1: Volumen del comercio mundial de mercancías, 2000-2021
Índices, 2015=100 .Fuente: Secretaría de la OMC.

OMC | Comunicados de prensa 2020 - <!--WTH:INSERT_TITLE--><!--/WTH:INSERT_TITLE--> - Press/<!--WTH:INSERT_COUNTER-->862<!--/WTH:INSERT_COUNTER-->

Nota: Las cifras correspondientes a 2020 y 2021 son previsiones.

A diferencia del comercio, el PIB disminuyó más de lo previsto en el primer semestre de 2020, lo que hizo que se rebajaran las previsiones para el año. Según las estimaciones consensuales, el descenso del PIB ponderado en función del mercado mundial en 2020 es ahora del -4,8%, frente al -2,5% previsto en la hipótesis más optimista expuesta en las previsiones de abril de la OMC. Se prevé que el crecimiento del PIB repunte hasta alcanzar el 4,9% en 2021, pero eso depende en gran medida de las medidas de política y de la gravedad de la enfermedad (ver cuadro 1).

Como ya se indicó en la actualización de las previsiones publicada el 22 de junio, existe una clara posibilidad de que la reactivación del comercio no baste para que este recobre la tendencia anterior a la pandemia. Esto daría lugar a un crecimiento del comercio de mercancías de alrededor del 5% el próximo año, en vez del 20% previsto en el caso de un rápido retorno a la trayectoria anterior. La actual previsión comercial del 7,2% para 2021 parece estar más próxima a la hipótesis de la «débil recuperación» que a la de un «rápido retorno a la tendencia».

Los expertos del la OMC sostienen que “aunque la disminución del comercio durante la pandemia de COVID-19 es similar en magnitud a la registrada en la crisis financiera mundial de 2008-2009, el contexto económico es muy diferente. La contracción del PIB ha sido mucho mayor en la recesión actual, mientras que el descenso del comercio ha sido más moderado”.OMC confirmó caída histórica del comercio mundial en segundo trimestre 2020

Por consiguiente, se prevé que el volumen del comercio mundial de mercancías solo se reduzca aproximadamente dos veces más que el PIB mundial a tipos de cambio de mercado, y no seis veces más, como ocurrió durante el colapso de 2009. Estos resultados comerciales divergentes durante el brote de COVID-19 se deben en gran parte a la naturaleza de la pandemia y a las políticas aplicadas para combatirla.

Las medidas de confinamiento y las restricciones a los viajes han impuesto importantes limitaciones de oferta a las economías nacionales, lo que ha provocado una considerable reducción de la producción y el empleo en sectores que suelen resistir a las fluctuaciones del ciclo económico, en particular los de servicios no comercializados internacionalmente. Al mismo tiempo, la aplicación de sólidas políticas monetarias y fiscales ha estimulado los ingresos, lo que ha hecho posible un repunte del consumo y de las importaciones una vez flexibilizadas las medidas de confinamiento.

Que la recuperación pueda sostenerse a medio plazo o no dependerá de la fortaleza de la inversión y del empleo. Esta podría verse socavada si se resquebraja la confianza a causa de la aparición de nuevos brotes de COVID-19, que podrían obligar a los Gobiernos a imponer nuevas medidas de confinamiento. Por consiguiente, el riesgo de que los resultados sean menos favorables que los previstos es muy considerable.

Hay alguna posibilidad de que mejoren ligeramente las previsiones si se encuentra una vacuna u otros tratamientos médicos que resulten ser efectivos, pero su repercusión sería menos inmediata.
Un gran aumento de la deuda pública también podría influir en el crecimiento del comercio y del PIB a más largo plazo.

Si bien no es probable que los países ricos se enfrenten a una crisis de la deuda soberana como resultado de la expansión fiscal, el aumento de las cargas de la deuda puede resultar sumamente gravoso para los países más pobres. Un gasto deficitario podría asimismo influir en las balanzas comerciales, reduciendo el ahorro nacional e incrementando los déficits comerciales de algunos países.

Cuadro 1: Volumen del comercio de mercancías y PIB real, 2015-2021a
Variación porcentual anual

OMC | Comunicados de prensa 2020 - <!--WTH:INSERT_TITLE--><!--/WTH:INSERT_TITLE--> - Press/<!--WTH:INSERT_COUNTER-->862<!--/WTH:INSERT_COUNTER-->

a             Las cifras correspondientes a 2020 y 2021 son previsiones.
b             Promedio de las exportaciones e importaciones.
c             Las otras regiones son África, Oriente Medio y la Comunidad de Estados Independientes (CEI), con inclusión de los Estados asociados y los antiguos Estados miembros.
Fuente:    Secretaría de la OMC para los datos comerciales y estimaciones consensuales para el PIB.

Como se muestra en el cuadro 1, se prevé que todas las regiones registren importantes aumentos porcentuales de los volúmenes de las exportaciones y las importaciones en 2021, pero conviene señalar que ese crecimiento partirá de una base reducida. Así pues, es posible que, aunque se registren grandes variaciones porcentuales, estas no se traduzcan en mejores condiciones materiales.

Por ejemplo, se prevé que las importaciones de Asia y América del Sur crezcan un 6,2% y un 6,5%, respectivamente, el próximo año, pero en Asia el aumento iría precedido de un modesto descenso del 4,4% este año, mientras que en América del Sur se produciría tras una acusada caída del 13,5% en 2020. De ser así, las importaciones de Asia se habrían recuperado sustancialmente, mientras que el comercio de América del Sur seguiría profundamente estancado.

Riesgos de error de la previsión por exceso y por defecto

En este recuadro se examinan algunos de los riesgos asociados con las previsiones y otros factores que podrían ser pertinentes para el comercio a medio y largo plazo. Según estimaciones recientes, un repunte de la COVID-19 que obligara a imponer nuevas medidas de confinamiento podría reducir el crecimiento del PIB mundial entre 2 y 3 puntos porcentuales el año próximo.

Otros factores de riesgo de deterioro son las perspectivas inciertas de la política fiscal y las dificultades de los mercados laborales en muchos países. En conjunto, estos riesgos podrían reducir hasta 4 puntos porcentuales el crecimiento del comercio mundial de mercancías en 2021.

Por otra parte, la rápida distribución de una vacuna eficaz podría fomentar la confianza y aumentar el crecimiento de la producción entre 1 y 2 puntos porcentuales en 2021. Esto sumaría hasta 3 puntos porcentuales al ritmo de expansión del comercio.

Otros factores podrían contribuir a mejorar los resultados comerciales, entre ellos los efectos de creación de riqueza derivados de la fortaleza de los mercados inmobiliarios y bursátiles y un impulso al crecimiento proveniente de nuevos sectores tecnológicos, como la inteligencia artificial y el comercio electrónico. La pandemia también ha estimulado la innovación en los sectores empresariales tradicionales, que han aprovechado la tecnología de la información para suministrar bienes y servicios a los clientes a domicilio.

Gráfico 2: Volumen del comercio de mercancías: hipótesis optimista y pesimista

OMC | Comunicados de prensa 2020 - El comercio se contrae de forma acusada en la primera mitad de 2020 - Press/858

(Índice, 2011T1=100). Fuente: Estimaciones de la Secretaría de la OMC.

El gráfico 2 ilustra las posibles trayectorias del comercio. En la hipótesis optimista, las segundas olas de COVID-19 se gestionarían mejor gracias a la experiencia adquirida en relación con la enfermedad, lo que requeriría medidas de confinamiento más limitadas y tendría un impacto económico menor.

Por otro lado, una hipótesis pesimista quizás no implique un rápido retorno a la tendencia previa a la pandemia a causa del aumento de la carga de la deuda, el elevado desempleo y la limitada posibilidad de que se disponga rápidamente de vacunas.Los cambios en la composición sectorial y regional del comercio han sido importantes durante la pandemia y seguirán influyendo en la situación durante la recuperación.

Otros aspectos de la evolución del comercio

El comercio mundial de mercancías experimentó en el segundo trimestre el mayor descenso trimestral jamás registrado, con una disminución del 14,3% respecto del período anterior, aunque con grandes diferencias entre las regiones (gráfico 3). Las caídas más pronunciadas tuvieron lugar en Europa y América del Norte, donde las exportaciones se contrajeron un 24,5% y un 21,8%, respectivamente.

En comparación, las exportaciones de Asia resultaron relativamente poco afectadas, ya que disminuyeron solo un 6,1%. En el mismo período, las importaciones se redujeron un 14,5% en América del Norte y un 19,3% en Europa, pero solo un 7,1% en Asia.

Gráfico 3: Exportaciones e importaciones de mercancías por regiones, 2012T1-2020T2
Índice del volumen, 2012T1 = 100

OMC | Comunicados de prensa 2020 - <!--WTH:INSERT_TITLE--><!--/WTH:INSERT_TITLE--> - Press/<!--WTH:INSERT_COUNTER-->862<!--/WTH:INSERT_COUNTER-->

Fuente: OMC y UNCTAD.

El descenso del comercio de servicios durante la pandemia ha sido como mínimo tan acentuado como el del comercio de mercancías. Debido a la falta general de datos relativos a los precios, no se dispone de estadísticas completas sobre el volumen del comercio de servicios, pero puede obtenerse una medida aproximada de ese volumen ajustando las estadísticas del comercio de servicios comerciales basadas en valores nominales para tener en cuenta los tipos de cambio y la inflación.

Como puede observarse en el gráfico 4, el descenso interanual del comercio mundial de servicios es mucho más acusado en la actual recesión (-23% de cresta a valle) que durante la crisis financiera (-9%). El desplome se agudizó por las restricciones de los viajes internacionales, que representan una fuente fundamental de ingresos de exportación para muchos países de ingresos bajos.

Gráfico 4: Índice de actividad del comercio mundial de servicios , 2007T1-2020T2
Índice, 2015=100

OMC | Comunicados de prensa 2020 - <!--WTH:INSERT_TITLE--><!--/WTH:INSERT_TITLE--> - Press/<!--WTH:INSERT_COUNTER-->862<!--/WTH:INSERT_COUNTER-->

Fuente: Estimaciones de la Secretaría de la OMC.

La pandemia de COVID-19 ha tenido un efecto devastador en el comercio de determinados tipos de mercancías, mientras que ha alentado el de otros. Este fenómeno se ilustra en el gráfico 5, que muestra el crecimiento interanual del valor del comercio mundial, expresado en dólares de los Estados Unidos, por grandes categorías de productos, así como en el gráfico 6, que refleja el crecimiento interanual del comercio de diversos tipos de productos manufacturados.

En el primer gráfico se observa que el comercio de productos agropecuarios se contrajo menos que el promedio mundial en el segundo trimestre (-5% frente a -21%), ya que los alimentos son artículos necesarios que ha seguido produciéndose y exportándose incluso en las situaciones de confinamiento más estricto.

Al mismo tiempo, el comercio de combustibles y productos de la minería cayó vertiginosamente (-38%) al desplomarse los precios y reducirse el consumo a causa de las restricciones de los viajes. La disminución del comercio de productos manufacturados (‑19%) fue comparable al descenso del comercio de mercancías en general.

Gráfico 5: Crecimiento interanual del comercio mundial de mercancías, 2019T4-2020T2
Variación porcentual en dólares

OMC | Comunicados de prensa 2020 - <!--WTH:INSERT_TITLE--><!--/WTH:INSERT_TITLE--> - Press/<!--WTH:INSERT_COUNTER-->862<!--/WTH:INSERT_COUNTER-->

Fuente: Estimaciones de la Secretaría de la OMC.

El gráfico 6 muestra que el comercio de la mayor parte de los productos manufacturados tocó fondo en abril y comenzó a recuperarse en mayo y junio, aunque esa recuperación fue parcial e incompleta. Los productos de la industria del automóvil registraron el mayor descenso entre todas las categorías (-70% en abril), en parte a causa de las perturbaciones de la oferta, pero también por la falta de demanda de los consumidores.

En junio, los productos de la industria del automóvil habían repuntado hasta situarse en un nivel inferior solo en un 26% al del año anterior. En el conjunto del segundo trimestre, el comercio en esta categoría de productos se redujo un 53%. El comercio de artículos de viaje y bolsos de mano también registró una disminución acusada en abril, ya que esta categoría comprende una gran proporción de artículos de lujo, cuyo consumo tiende a aumentar y disminuir siguiendo los ciclos económicos.

En junio, el comercio de equipo de telecomunicaciones, incluidos los teléfonos inteligentes, había aumentado un 2% respecto del mismo período del año anterior. El comercio de otros tipos de productos electrónicos también resistió durante la crisis, ya que los hogares, empresas y Gobiernos mejoraron su equipo informático e infraestructura de tecnología de la información para facilitar el trabajo desde casa.

Como era de esperar, el comercio de productos farmacéuticos aumentó durante la pandemia al adquirir los distintos países productos esenciales suministrados por proveedores extranjeros. Aunque no se refleja en el gráfico 6, el comercio de equipo de protección personal (EPP) registró un crecimiento explosivo, del 92% en el segundo trimestre y el 122% en mayo, como ejemplo espectacular de la positiva contribución del comercio a la superación de la pandemia.

Gráfico 6: Crecimiento interanual del comercio mundial de productos manufacturados, por productos, 2020T2

OMC | Comunicados de prensa 2020 - <!--WTH:INSERT_TITLE--><!--/WTH:INSERT_TITLE--> - Press/<!--WTH:INSERT_COUNTER-->862<!--/WTH:INSERT_COUNTER-->

Variación porcentual en dólares. Fuente: Estimaciones de la Secretaría de la OMC.

Indicadores complementarios

Habida cuenta de las actuales condiciones económicas extraordinarias y a menudo volátiles, La OMC, procedio a recopilar y analizar datos de alta frecuencia (es decir, estadísticas disponibles a intervalos diarios o semanales). Aunque es posible que los datos oficiales utilizados en nuestros modelos lleven un desfase de varias semanas o meses, los datos de alta frecuencia alternativos pertinentes pueden mostrar los primeros indicios de cambio en la actividad y el comercio al reflejar las condiciones económicas en el momento actual.

Ello puede ayudar a predecir datos actuales y futuros a más largo plazo, por ejemplo intervalos trimestrales, y proporcionar un marco y un contexto útiles en los que verificar la plausibilidad de los resultados de los modelos.

A efectos ilustrativos, hemos seleccionado a continuación dos indicadores de alta frecuencia relacionados con el comercio -pedidos de exportación y número de vuelos internacionales- y dos variables que reflejan la actividad y las expectativas económicas, a saber, información de encuestas procedente de las redes sociales y futuros de cobre.

Gráfico 7: Nuevos pedidos de exportación según los índices de gestores de compras, enero de 2008 – julio de 2020

OMC | Comunicados de prensa 2020 - <!--WTH:INSERT_TITLE--><!--/WTH:INSERT_TITLE--> - Press/<!--WTH:INSERT_COUNTER-->862<!--/WTH:INSERT_COUNTER-->

(Índice, base = 50). Nota: Los valores superiores a 50 indican expansión y los inferiores a 50 denotan contracción.Fuente: JPMorgan/IHS Markit.

El gráfico 7 refleja los pedidos de exportación según los índices de los gestores de compras, que han registrado mínimos históricos durante la pandemia, pero han repuntado después de manera pronunciada. El índice correspondiente a las manufacturas descendió a 27,1 en abril, respecto del nivel de base de 50, mientras que el índice de los servicios disminuyó a 21,8. Al final de agosto, el primero se había recuperado (49,9), mientras que el segundo se encontraba próximo a hacerlo (47,1).

Los pedidos de exportación tienden a ser un indicador adelantado de la actividad comercial, pero queda por ver si en las circunstancias inusuales de la pandemia de COVID-19 retendrán su capacidad predictiva.

Gráfico 8: Número de vuelos comerciales internacionales, 1 de enero de 2020 – 31 de agosto de 2020

OMC | Noticias 2020 - El Barómetro sobre el Comercio de Mercancías confirma la fuerte caída del comercio, pero apunta a una incipiente recuperación

(Índice, semana del 1 de enero = 100) Fuente: OpenSky Network y cálculos de la Secretaría de la OMC.

El gráfico 8 muestra el número de vuelos internacionales diarios registrados por Open Sky Network desde el comienzo de 2020. Los vuelos disminuyeron en torno a un 80% a escala mundial entre principios de enero y mediados de abril; los vuelos internacionales se redujeron en mayor medida que los nacionales. El número total de vuelos se ha recuperado gradualmente, hasta alcanzar el 57% de su nivel de principios de año.

La recuperación ha sido más sólida dentro de la Unión Europea, ya que los vuelos intracomunitarios alcanzan el 95% del nivel de enero. Los vuelos de carga podrían anunciar una recuperación del comercio de mercancías, mientras que los de pasajeros indican una mejora del comercio de servicios.

Gráfico 9: Visualización de frases relacionadas con la actividad económica, 12 de agosto de 2019 – 25 de septiembre de 2020

El Barómetro sobre el Comercio de Mercancías confirma la fuerte caída del comercio, pero apunta a una incipiente recuperación | MercoJuris
En % e índice

Fuente: Servicio de resúmenes del Proyecto GDELT.

El gráfico 9 muestra el volumen diario y el tono promedio de los informes de noticias que contienen la frase «economic activity» (actividad económica), conforme al seguimiento efectuado por el Servicio de resúmenes del Proyecto GDELT.

El tono de las informaciones publicadas por los medios de comunicación, que ya era negativo antes de la pandemia, tocó fondo en marzo, cuando la amenaza para la economía mundial se hizo evidente. Desde entonces, los cambios en el tono de los informes indican que la percepción de la economía mundial estaba mejorando gradualmente y que, sin embargo, en los últimos días ha empeorado. Ello es motivo de preocupación y se hará un seguimiento de la evolución del tono.

El gráfico 10 muestra los precios diarios de los contratos de futuros de cobre, que constituyen un indicador principal de la actividad económica ampliamente reconocido, debido a la importancia de este metal en muchas esferas del sector manufacturero. Los contratos normalizados se negocian en la bolsa del COMEX, división de la Bolsa Mercantil de Chicago (CME).

Los futuros de cobre han aumentado un 42% desde mediados de marzo, lo que refleja una mejora general de la percepción de la situación económica, que, sin embargo, ha empeorado recientemente. Este es otro signo preocupante cuya evolución conviene observar.

Gráfico 10: Futuros de cobre del COMEX, 25 de septiembre de 2019 – 25 de septiembre de 2020
(dólares por libra)

Precio cobre hoy sube a 6.509,00 USD la tonelada

*Periodista uruguayo acreditado en ONU-Ginebra.Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la

Fuente:  http://estrategia.la/2020/10/08/una-recuperacion-incierta-del-comercio-mundial-tras-el-impacto-del-covid19/

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Covid 19, el virus del capitalismo y la explosión histórica del desempleo

Por: Eduardo Camin*

La pandemia provocó en el segundo trimestre de 2020 una pérdida de horas de trabajo equivalente a 495 millones de empleos, al mismo tiempo que entre enero y septiembre los ingresos de los trabajadores cayeron en 3,5 billones de dólares, concluye el nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los 495 millones ahora calculados, que suponen una pérdida del 17,3 por ciento de las horas de trabajo, podrían moderarse en el tercer y cuarto trimestre, pero la OIT aún prevé en esos periodos descensos equivalentes a 345 y 245 millones de empleos respectivamente.El coronavirus dejará 11,5 millones de nuevos desempleados en América Latina en 2020, según informe | El Comercio

El nuevo informe sobre los efectos de la pandemia en el mercado laboral global, sexto que elabora la organización con sede en Ginebra, empeora las cifras del anterior estudio de junio, en el que la pérdida de empleos equivalente se había cifrado en 400 millones, siempre comparando con cifras del año anterior.

Este grito, en un inmenso mar de silencio, no cae del cielo, ni sube al infierno de las profundidades mas oscuras de la tierra, pero despierta cada día en la inmensidad de poblaciones que naufragan en las promesas de las tristes capitales. Los titulares de la prensa nos hablan hoy del trauma, del dolor y del desastre debido a una explosión histórica del desempleo.

Latinoamérica, la región más golpeada

Los jóvenes en el escenario pospandemia. Una mirada desde la oit.Todas estas pérdidas en horas de trabajo se tradujeron en el mencionado descenso global en los ingresos laborales de 3,5 billones de dólares (un 10,7 por ciento interanual).

América, subraya la OIT, es el continente más afectado por esta pérdida de ingresos, con una caída del 12,1 por ciento con respecto al mismo periodo de 2019, y los países en desarrollo también han resultado más golpeados que los ricos en este sentido, sufriendo una bajada interanual del 15,1 por ciento.

Los descensos en horas de trabajo e ingresos se han debido principalmente a las medidas de prevención contra la Covid-19, que supusieron especialmente durante los confinamientos masivos el cierre de muchas actividades laborales, algo que según la OIT aún afecta a la mayor parte del planeta.

Pese a que muchas medidas restrictivas se aplican de forma más laxa, la organización subraya que el 94 por ciento de los trabajadores reside en países en los que aún se aplica algún tipo de limitación que afecta a los lugares de trabajo. Uno de cada tres trabajadores reside en naciones donde están cerrados todos los lugares de trabajo salvo los esenciales, recuerda el estudio.

El principal motivo de los cálculos más pesimistas, según la OIT, es justamente la situación de las economías en desarrollo y emergentes, en particular en el sector informal, que se ha visto mucho más afectado por la pandemia que otras actividades económicas.Jóvenes, la generación del confinamiento: OIT

Por regiones, Latinoamérica es la más afectada en términos relativos, con una pérdida de horas de trabajo en el segundo trimestre del 33,5 por ciento (equivalente a 80 millones de empleos) que seguirá siendo alta en el tercero, hasta el 25,6 por ciento (60 millones de empleos), según la OIT.

En términos absolutos, la mayor pérdida de horas de trabajo se dio en el sur de Asia, donde equivalió a 170 millones de empleos en el segundo trimestre y aún llegará a 115 millones en el tercero de acuerdo con las previsiones del organismo.

Aunque la OIT no dio información pormenorizada de cada país, sí destacó que la pérdida de horas de empleo en España ha rondado el seis por ciento, en países como Estados Unidos o Brasil llegó al 10% y en muchas naciones latinoamericanas (México, Chile, Ecuador, Colombia, Costa Rica) estuvo en la banda del 20 por ciento.
Más dramático fue el caso de Perú, uno de los países con más casos de COVID-19 en el planeta y con un alto predominio del empleo informal, donde se calcula que la pérdida interanual de horas de trabajo superó el 50 por ciento entre abril y junio.

Medidas fiscales de choque

OMT: Pandemia amenaza con dejar marcados a jóvenes de la "Generación del Confinamiento" | Voice of America - SpanishEl informe de la OIT también analiza las medidas de incentivo fiscal ordenadas por distintos gobiernos para mitigar estos efectos adversos de la pandemia en el mercado laboral, y concluye que por cada uno por ciento del PIB utilizado en estas políticas puede lograrse un descenso del 0,8 por ciento en la pérdida de empleos.

Sin embargo, estas medidas, lamenta la OIT, se han concentrado especialmente en los países desarrollados, debido a la limitación de recursos en los países emergentes y en desarrollo, pese a que éstos han sido más golpeados debido al predominio del empleo informal y lo mucho que éste se ha visto afectado por la crisis sanitaria.

Estos países en desarrollo deberían invertir 982.000 millones de dólares adicionales en total para conseguir los mismos efectos paliativos de las medidas adoptadas en las naciones más ricas, concluye la OIT.

«Al tiempo que redoblamos esfuerzos para vencer al virus, debemos adoptar medidas a escala lo antes posible para paliar sus efectos en los planos económico, social y laboral. En particular, se debe fomentar el empleo y la actividad empresarial, además de garantizar los ingresos», opino en la presentación del informe Guy Ryder director general de la OIT

La obstinada realidad

La crisis económica que se acarrea desde hace más de una década y que hoy se ve profundizada por efecto del impacto de la pandemia del coronavirus Covid 19, ha llevado a un aumento importante del desempleo y por consecuencia al crecimiento de la pobreza, lo cual ha afectado severamente a los mas vulnerables.El confinamiento aumenta en casi un 30% la generación de residuos | Canarias7

Las cifras, estudios y análisis emanados por los propios organismos multilaterales del capitalismo, son catastróficos, y, sin embargo, sabemos que, a pesar de eso, la realidad concreta de los trabajadores es aún más devastadora que lo que expresan los informes y números oficiales de los organismos internacionales, que por otra parte insisten en presentar la crisis, como producto de la pandemia.

De forma particular a las familias que ya vivían en condiciones de exclusión, marginalidad y hacinamiento, y que se desempeñaban en empleos informales, de igual manera a las trabajadoras domésticas, los jóvenes, y aún más triste, la evolución manifiesta del trabajo infantil, serán parte de la población más afectada por la actual crisis del sistema capitalista.

El escenario económico.

Junto al escenario económico la pandemia tendría características que la transforman en una crisis sanitaria a escala global sin precedentes en la historia del último siglo, peor que la gran depresión de 1929 y que la segunda guerra mundial.

El brote de esta enfermedad ha profundizado aún más la crisis capitalista, lo que ha llevado a una recesión económica, la más grave registrada en casi 100 años y está causando enormes daños en la salud, el empleo y precarizando aún más a los mas vulnerables.

La OrganizEstiman que la crisis recién asoma y el desempleo crecerá hasta fin de año sin frenos | BAE Negociosación Internacional del Trabajo, OIT y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) declaraban hace algún tiempo atrás, que el PIB de esta región tendrá este año un decrecimiento del 5.3% y que se producirá un aumento del desempleo con 11.5 millones de nuevos desempleados y desempleadas, lo que llevará a aumentar la pobreza en 28,7 millones de personas, y la pobreza extrema en 15,9 millones, un escenario nada alentador para la región.

Los datos van demostrando que serán las y los jóvenes entre 15 y 24 años, quienes serán uno de los rangos etarios más golpeados por el desempleo y la precarización laboral.

Ya se comienza a hablar de “generación de confinamiento”, principalmente porque son quienes han visto interrumpidos sus procesos de educación, formación y capacitación, pérdidas de empleo, reducciones de jornadas y remuneración y además tienen mayor dificultad para conseguir un nuevo empleo. Este sector además es el que ha mantenido altas tasas históricas y estructurales de desempleo, previo a la pandemia.

En el mundo son cerca de 178 millones de jóvenes trabajadores y trabajadoras formales, de los cuales cuatro de cada 10 trabajaban en los sectores más afectados al surgir la crisis sanitaria, a saber, el comercio, fabricación, inmobiliario, hotelería y alimentación.

Pero eso no es lo peor: alrededor de 328 millones de jóvenes tiene un empleo en el marco de la informalidad. Otra expresión de trabajo informal se visualiza a través del empleo por cuenta propia donde el 39,8% de todo el trabajo cuentapropista son jóvenes, a pesar que en términos científico esta categoría no esta entendida dentro del materialismo dialéctico, pero en realidad da cuenta de un sector altamente precarizado.La crisis llevará al desempleo a más de 11,5 millones de latinoamericanos este año | Economía | EL PAÍS

Por otro lado, 68 millones de jóvenes se encuentran sin trabajo. Además, 267 millones (incluidos los anteriores) no estudian ni trabajan, los llamados ni-ni. A esto se suma que las y los jóvenes menores de 30 años son cerca del 70% del flujo de población migrante, situación que las y los expone a condiciones de desprotección y precariedad adicionales a las conocidas.

Claramente serán las y los jóvenes quienes pagarán los costos de la crisis. Las cifras grafican de forma dantesca el abismo al cual serán lanzados millones de jóvenes y del cual les será muy difícil sobreponerse. Estos datos reflejan claramente que la crisis del sistema capitalista sustentado en explotación y dominación ha venido teniendo impactos en la sociedad anterior al brote sanitario.

Este sector viene siendo golpeado desde hace años por las medidas de los gobiernos que buscan maximizar las ganancias de la burguesía monopólica a costa de extraer más y más plusvalía de la sobreexplotación de la fuerza de trabajo. La fórmula es simple: para que la burguesía siga concentrando más riquezas y privilegios, las y los trabajadores deben estar más y más precarizados y sobreexplotados.

El capitalismo, dadas sus inherentes contradicciones, enfrenta crisis periódicas que desajustan sus propios equilibrios y se resuelven a través del sacrificio de las y los más desposeídos. Sin embargo, hoy asistimos a una crisis integral del sistema capitalista, es decir, es mucho más profunda y extensa que otras anteriores.

Todo el mundo lo sabe, pero pocos se enteran, aunque su silencio es incontenible en medio del calcinante estertor de la pandemia: el trabajo es herido impunemente en la miserable especulación o en el ascensor del casino de Wall Street.

Fuente e imagen. http://estrategia.la/2020/10/03/covid-19-el-virus-del-capitalismo-y-la-explosion-historica-del-desempleo/

*Periodista uruguayo acreditado en ONU-Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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La OMC, el comercio, o la crónica del virus…neoliberal

Por: Eduardo Camín*

 

El comercio mundial de servicios se mantuvo muy por debajo de la tendencia en el segundo trimestre de 2020 debido a la situación económica causada por la COVID-19, señala un nuevo estudio del Barómetro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) . No obstante, también muestra aumentos moderados en algunos sectores clave, lo que parece indicar cierto grado de resiliencia frente a la pandemia.

Si bien la lectura del 17 de septiembre (95,6) es la más baja que ha registrado este índice, y significativamente inferior a su valor de referencia de 100, las mediciones del Barómetro en conjunto están superando las tendencias recientes del comercio real de servicios, hecho que, en anteriores ocasiones, ha precedido a un cambio positivo en el impulso del comercio.Barómetro sobre el Comercio de Servicios indica resiliencia en sectores clave en un contexto de declive general

El transporte de pasajeros por vía aérea (49,2) ha sido el más afectado por la pandemia, siendo su declive el mayor jamás registrado por un componente del barómetro, lo que refleja la rápida caída de los viajes relacionada con la pandemia y con los esfuerzos para impedir su propagación.

La contracción en este sector ha sido suficientemente fuerte como para lastrar el comercio mundial de servicios en su conjunto, aunque recientemente parece haberse estabilizado. Los índices correspondientes al transporte marítimo de contenedores (92,4), la construcción (97,3) y el Índice mundial de gestores de compras de servicios (97,0) también presentan señales de reactivación. Merece especial mención el repunte observado en este último, puesto que es el componente más prospectivo del barómetro sobre los servicios.

Mientras tanto, el índice de servicios de tecnología de la información y las comunicaciones descendió a 94,6, pese a la gran demanda de esos servicios durante la pandemia. A mediados de septiembre, el único componente del barómetro que se mantenía en tendencia era el índice de servicios financieros (100,3).

El índice de actividad del comercio de servicios, que ofrece una medición aproximada del volumen del comercio mundial de este rubro, registró un declive interanual del 4,3% en el primer trimestre de 2020, menor que los que se observaron hace un decenio durante la crisis financiera, cuando el comercio de servicios se redujo un 5,1% en el primer trimestre de 2009 en comparación con el año anterior, antes de registrar una caída aún mayor, del 8,9%, en el segundo trimestre.

Comercio mundial de servicios toca fondo, pero muestra signos de resiliencia: OMC - CamaeEl crecimiento del comercio de servicios se había ralentizado en la segunda mitad de 2019, y la reciente contracción en este comercio refleja tanto un ritmo cada vez más lento del crecimiento económico mundial. Si bien se espera que el índice continúe por debajo de la tendencia en el segundo semestre del año, la recuperación del transporte de pasajeros por vía aérea representaría una gran contribución a un cambio de tendencia.

El Barómetro sobre el Comercio de Servicios pone de relieve los puntos de inflexión y las pautas cambiantes del comercio mundial de servicios. Al contrario que su equivalente en el ámbito de las mercancías, el indicador de servicios registra fluctuaciones que coinciden con los movimientos de las corrientes comerciales reales, no los anticipa.

Según los datos publicados el 23 de septiembre, el volumen del comercio mundial de mercancías disminuyó un 14,3% en el segundo trimestre de 2020 con respecto al período anterior, ya que las medidas de contención de la Covid-19 afectaron a las economías de todo el mundo. Esta contracción es más pronunciada que la reducción del 10,2% registrada durante la crisis financiera entre el tercer trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2009.

Mas allá de barómetros, el neoliberalismo y sus guerras comerciales

En el rincón de las tertulias económicas sin fin, frente a los artículos de miles de analistas financieros o en las explicaciones de los organismos internacionales, los economistas se erigen en los indiscutibles sabios de la pandemia. Pero obnubilados, por los efectos de la Covid 19, tienen tendencia a olvidarse de la genética de la crisis, una amnesia que permite no vincular los procesos, anteriores al virus, que profundizaron las diferencias.

En el mes de agosto de 2019, daba comienzo a un nuevo episodio de la guerra comercial que impulsó Estados Unidos contra China. Por decisión del presidente Donald Trump el Departamento de Comercio anunció que elevaba al 25% los aranceles de 279 productos de las industrias química, petroquímica y automotriz, lo que suma 16.000 millones de dólares a los 34.000 millones ya afectados con medidas similares sobre otros 1.300 productos en vigencia desde julio pasado.El comercio mundial de servicios caería drásticamente en 2T20: OMC

Con la medida actual el volumen sancionado alcanza los 50.000 millones de dólares de importaciones de EEUU de productos chinos. Mientras, el portavoz del Ministerio de Asuntos exteriores chino afirmaba que “La posición de China es firme y clara. El chantaje y la presión de Estados Unidos nunca funcionarán con China, y si toman medidas que empeoren la situación, devolveremos el golpe de forma inevitable para mantener nuestros legítimos derechos e intereses”.

El aumento de las tensiones entre las dos principales economías mundiales tiene raíces en la profunda crisis crónica del capitalismo, cuyo crack reciente más significativo se produjo en 2007-2009 con consecuencias que se expresan incluso diez años después.

¿Cuáles son las razones que provocan esta guerra comercial o, dicho de otra manera, este brote de “proteccionismo”, que, al contrario de revertirse amenaza con continuar desarrollándose, agudizando el nuevo capítulo de crisis que se ha abierto en la economía mundial?

La actual ola proteccionista no es la única en la historia del capitalismo industrial, y tampoco es original. Puede ser explicada por las leyes que gobiernan la economía política del sistema capitalista. Para comprender la anatomía de la actual “guerra comercial” lo mismo que su dinámica, para esos es imprescindible estudiar la historia.

El crecimiento del comercio de servicios se debilita mientras la crisis del COVID-19 sacude la economía mundialPero el hecho es que desde 2007 el crecimiento aparentemente imparable del comercio internacional se detuvo, y la apertura económica se estancó e incluso retrocedió. De los datos surge que hubo dos periodos de expansión del comercio mundial y consecuentemente dos periodos de estancamiento.

El actual, que se desarrolla a partir de 2007 sería el tercero en que la “globalización” comercial retrocede, donde el proteccionismo crece y el comercio internacional cae, lo mismo que el flujo de capitales. Desde entonces la tendencia es a un incremento del proteccionismo, o, dicho de otra forma, a la reversión del proceso de globalización. Esta (in) evolución era anterior a la Covid 19.

La falsa “locura de Trump” es la racionalidad del capitalismo

La “guerra comercial” desatada por Trump, que a los ojos de los economistas y analistas del capital aparecen como los delirios de un loco, no es más que la necesidad del principal país imperialista de superar los límites que encuentra en el sistema.

A diferencia de los periodos anteriores de crisis, cuando su estado era vital y enérgico, debe hacerlo en el marco de su extrema decadencia y decrepitud.  Cuando Estados Unidos reemplaza en la hegemonía mundial a Gran Bretaña lo hace sobre la base del agotamiento del liderazgo de esta última para el mundo capitalista y de haberse impuesto en la Segunda Guerra Mundial.

Desde el punto de vista del comercio internacional, la administración estadounidense fue perdiendo el liderazgo alcanzado. La búsqueda de recuperar ese liderazgo debe hacerla en un momento de alta vulnerabilidad por su propia debilidad relativa y por la aparición de potencias desafiantes como China.Donald Trump y su política de comercio exterior

Lo que parece delirio o locura es apenas la máscara grotesca del arlequín de un imperio decadente y senil que no puede ocultar su vocación depredadora y que está dispuesto a llevarla a un nivel no visto hasta ahora. Los conflictos que vienen en el polarizado mundo actual nos muestran toda la feroz dimensión de esa vocación, y su peligrosidad.

Se puede seguir llenando paginas enteras analizando esquemas, cuadros y barómetros de la OMC, pero sabemos de antemano que ésta ha sido condenada por la actual administración estadounidense

Pero no hay objeto del otro lado del espejo, solo hay el reflejo de la especulación, en el cual, un puñado de jugadores a la baja se habrá enriquecido en estos meses de pandemia, mientras que el mal se transparenta en toda la población y la pobreza se extiende como una plaga, fundamentada en la perplejidad del síndrome de desempleo masivo.

No hablaremos de fracaso del neoliberalismo. Sirvió durante años a los intereses de las trasnacionales y los grandes grupos económicos. Fue y sigue siendo, la base política e ideológica del contubernio entre las clases dominantes de los países dependientes y la globalización. Es aun el instrumento conceptual seudocientífico que predomina en los organismos internacionales de crédito y es además el fundamento de la política de la OMC.

Lo que si ha pasado es que se ha derrumbado la idea de que el mundo podía ser únicamente de la forma en que la globalización lo estaba definiendo, y nos encontramos que no hay civilización sino crisis de civilidad, no hay crecimiento imparable sino crisis económica, no hay futuro cierto, sino inestabilidad.

La nueva economía y sus promesas han sido desmentidas de la forma mas clamorosa, su verdugo un virus, la encrucijada a la que se enfrentan es salvar vidas o salvar dinero.

*Periodista uruguayo acreditado en ONU-Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Fuente e imagen: http://estrategia.la/2020/09/25/la-omc-el-comercio-o-la-cronica-del-virus-neoliberal/

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La noción de trabajo decente, ¿un ardid de la teología del capitalismo?

Por: Eduardo Camín

 

El lenguaje es una de las herramientas usuales para interpretar y comprender la realidad. En nuestros días es habitual la utilización del lenguaje fingido, para controlar la forma de pensar o legitimar desigualdades. Y ciertas nociones o enunciados que surgen de un determinado contexto se convierten en claves para objetivar cuestiones hasta entonces no objetivadas.

Un concepto muy manido en estos tiempos es el del trabajo decente, emergente del actual contorno socio-histórico en donde la situación laboral es endeble y la categoría trabajo ha perdido significación, un concepto que se constituye en un término altamente valorativo y explicativo de la realidad, pero que, paradojalmente lleva implícito su déficit.Ponencia sobre el trabajo decente

Si bien el sentido ético es el carácter más visible de este término, cuestión que puede llevar a confundirlo con un anhelo, las dimensiones que la constituyen estructuran una sólida noción analítica y dan cuenta de cómo puede ser el trabajo, o bien, de cuánto adolece hoy en día y en cada lugar esta actividad vital, ese acto social propiamente humano.

En el marco de este proceso de formación de una nueva cultura civilizatoria, en la que teoría e historia van configurando nuevos escenarios de conocimiento y realidades sociales, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptó en 1999, el Programa de Trabajo Decente ,con el cual se compromete a promover las condiciones que brinden oportunidades para que los hombres y las mujeres puedan conseguir un trabajo digno y productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana.

Y lo definició como “el trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos son protegidos y que cuenta con remuneración adecuada y protección social” (OIT 1999a: 4).

Después de aquella 87ª reunión de la OIT, esta organización ha elaborado varios documentos en los que se profundiza en el concepto. En el 2000, el entonces Director General Juan Somavia, presentó una nueva metodología en la que el trabajo decente debe entenderse como un concepto integrador, en cuya realización es necesario combinar aspectos relativos a los derechos, el empleo, la protección y el diálogo en un todo.

Además debe constituir una meta, un marco para la definición y la actuación de políticas, un método de organización de actividades y programas, y una plataforma para la asociación con otras entidades (OIT 2000: párrafos 1.1 y 3.5).

Trabajo decente en condiciones indecentes

El trabajo decente | Voces en el FenixCuando hablamos de trabajo, hemos limitado su significado habitual al empleo, al trabajo asalariado. Pero abarca mucho más que eso, en capacidad creadora, construcción social, desarrollo humano, solidaridad… Muchos de los trabajos que desarrollamos, sin ser empleos, son imprescindibles para la vida humana (el trabajo en el hogar y la familia, el del cuidado, el voluntariado…) y sin ellos el empleo no se podría sostener.

La OIT acuñó el término “trabajo decente” y lo convirtiera en su prioridad a partir de 1999, entendido desde la promoción de oportunidades para que hombres y mujeres pudieran conseguir un trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana.

Desde ese momento comenzó a diseñar estrategias internacionales para que el trabajo decente ocupara un lugar central en las políticas de los gobiernos y, con ello, se lograra un progreso social y económico que fortaleciera a personas, familias y comunidades. El objetivo era reafirmar que el trabajo decente es fuente de dignidad personal, indispensable para reducir la pobreza y alcanzar un desarrollo equitativo, global y sostenible.

La realidad neoliberal: ¿cómo andamos de trabajo decente?

Nuestras sociedades se han ido configurando de tal manera que lo no-productivo, lo que no es útil para obtener beneficio en el menor tiempo posible, se desecha, se descarta. En el actual contexto globalizador, el mundo se mueve alrededor de la “economía”, del mercado: trabajo, política, sociedad, ocio, relaciones, la persona es un todo. Nada queda fuera del alcance del culto al dios dinero, que convierte todo en mercancía. Incluidas las personas. Una economía que destruye toda noción de vida.

La lógica del modelo económico neoliberal dominante ha impuesto una nueva configuración del trabajo en la que el desempleo y la precariedad son lo habitual, lo normal, puesto que lo nuclear no son las personas sino la rentabilidad. Desde esa perspectiva, el empleo, y las personas que lo desarrollan, se vuelve inestable, inseguro, a merced de las fluctuaciones del mercado.El trabajo decente sigue lejos para mujeres latinoamericanas

Éste es el que acaba decidiendo qué persona y en qué lugar trabajará o no hoy, en qué empresa, con qué horario, en qué puesto, por cuánto salario. Se precariza el empleo y, con él, la vida de las y los trabajadores y de sus familias. Tanto que cada vez es más difícil planificar el futuro: se dificultan las relaciones familiares y sociales, así como la participación.

Del trabajo decente pasamos a una “flexiprecariedad”, a la fragmentación del mundo del trabajo ante las diversas y siempre cambiantes modalidades de empleo, con constantes salidas del mercado laboral y con retornos, la mayoría de las veces, en peores condiciones.

El salario cada vez cumple menos su función de dar estabilidad, seguridad y cubrir necesidades personales y familiares. Ahora tener un trabajo no asegura estar fuera de la pobreza: miedo a perderlo es, muchas veces, miedo a la exclusión que acecha.

Las malas condiciones de trabajo también se manifiestan en los bajos ingresos. En 2019, más de 630 millones de trabajadores en todo el mundo –el 19 por ciento de todos los empleados– no ganaron lo suficiente para salir ellos y sus familias de la pobreza extrema o moderada, que se define como la situación en la que los trabajadores ganan menos de 3,20 dólares al día, en términos de paridad de poder adquisitivo.

Así, se niega en la práctica el derecho al trabajo: Los derechos laborales son un obstáculo para la rentabilidad; se estigmatiza la negociación colectiva, pues el objetivo es que el trabajador – y su familia – sea “flexible”, se adapte a las exigencias de la producción.

Sin embargo, nunca en la historia ha habido tanta riqueza acumulada como ahora. El problema del hambre es solucionable, al igual que la posibioidad de que todas las personas puedan vivir dignamente. Es un problema de equidad, de solidaridad y de justicia, que debe traducirse en prioridades políticas, económicas y sociales.

Necesitamos trabajo y sustento … y nos ofrecen empleo cada vez más precario, cada vez más indecente. Este es el problema por resolver. Y no tiene solución viable razonando con la lógica del lucro, del dinero.

Covid 19, realidad convertida en ardid

El Derecho del Trabajo en la emergencia del Covid-19 | Blog Alternativas | EL PAÍSSomos conscientes de las consecuencias del Covid-19 en el empleo son profundas, de gran alcance y sin precedentes. El ajuste del empleo suele seguir a la contracción económica con cierto retraso. La presente crisis, los cierres y otras medidas han afectado al empleo directamente y en una magnitud mayor a la prevista inicialmente al comenzar la pandemia.

Vivimos la crisis más grave desde la Segunda Guerra Mundial, con un rápido aumento de la destrucción de empleo en el mundo Para captar con mayor precisión las características actuales de la crisis del COVID-19.

El Estado podría –y debería– ampliar sus competencias para ofrecer siempre oportunidad de trabajo e ingreso a cualquier personas empleadas de empresas privadas, públicas o cooperativas lanzadas al desempleo por las fluctuaciones de la demanda. Ante esta situación, el empleo –tenerlo o no, las condiciones en que se desarrolla, los ingresos que aporta– condiciona enormemente la vida de las personas, de las familias y de la sociedad entera.

Hasta hoy el empleo es un elemento decisivo en la inclusión social y no tenerlo aboca a muchas personas y familias a la pobreza o la exclusión. En el modelo capitalista, el capital privado sufraga una parte de la vida del obrero que no tiene nada que ver con la esfera productiva. Cumple, por tanto, una función social, que convierte al capitalista en un gestor que goza de un importante poder para condicionar la vida de un número de personas.

El capitalismo sustrae a los actores reales de la actividad económica la soberanía material sobre sus vidas: los convierte en juguetes zarandeados por estrategias empresariales orientadas al máximo beneficio para el capital.

El «impotente» discurso de los gobiernos sobre el “trabajo decente” se ha transformado, en definitiva, en una versión laica de las encíclicas papales. Obviamente, la caridad no es vocación de las empresas.

Los dueños de empresa y los operadores financieros tienen todos los motivos del mundo para felicitarse por el estado de cosas y vivir la vida que se presenta como una situación y una época bendita, ya que ninguna teoría, ninguna manera de pensar; ninguna acción seria se opone a ellos. El virus tampoco, lo hará.

Entonces, ¿por qué continuar en la retórica discursiva de la «indignación» en los foros sociales, en las cumbres mundiales y renunciar a una acción seria en sus propios países, que se oponga a este estado de las cosas?

Una de las tentaciones permanentes es acabar aceptando el mensaje mil veces repetido, de que las cosas son así y no hay alternativa posible. Hasta que no se elabore una propuesta real y valiente para intentar salir de la situación presente – y no simplemente para paliar sus efectos más atroces, con planes de emergencia, ayudas sociales y trabajo decente – su destino político seguirá preñado de melancolía.

¿Será cierto que un mundo de transformación seguirá reduciéndose en la nostálgica llorona de un universo perdido en décadas de miseria. ¿El mundo de las modernidades nacionales, y la retórica del discurso del neoliberalismo conservador globalista, seguirá marcando el sentido de los tiempos? … A esta barbarie parece que vamos encaminados.

Fuente e imagen:  http://estrategia.la/2020/09/12/la-nocion-de-trabajo-decente-un-ardid-de-la-teologia-del-capitalismo/

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