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Judith Butler: “El capitalismo se ha reiniciado con más fuerza que nunca”

Por: Sandra Vicente

La pensadora estadounidense plantea la necesidad de impulsar una nueva clase de solidaridad en el marco de la sociedad postpandemia para frenar el auge de la extrema derecha en todo el mundo

La filósofa postestructuralista Judith Butler (Cleveland, EEUU, 1956) visita Barcelona para recibir el XIII Premio Internacional Catalunya y participar en diversos debates en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) en los que analizará la fuerza de la disidencia en un mundo postpandémico. Según destaca la pensadora, el auge de la extrema derecha solo puede combatirse si se pone sobre la mesa la interdependencia de los seres humanos. “Estamos conectados y dependemos de los demás para seguir vivos”, dice Butler, quien subraya que no se trata solo de salvar vidas frente a una pandemia, sino de garantizar también los derechos humanos y el cuidado del medio ambiente para asegurar unas vidas que valgan la pena ser vividas.

En ‘¿Quina mena de món és aquest?’ [Qué clase de mundo es este], que acaba de publicar la editorial Arcàdia, reflexiona sobre qué hace falta para que este mundo sea habitable, no solo de manera individual sino también colectiva y una de las conclusiones es que no será posible hasta que los recursos sean compartidos de manera equitativa por todo el mundo.

En los momentos más duros del confinamiento se decía que saldríamos mejores de la pandemia. Después de dos años nos damos cuenta de que no solo no somos mejores, sino que han empeorado todas las crisis con las que cargábamos. ¿Qué ha pasado con ese idea colectiva de mejora?

Cuando paramos, de repente el aire era más limpio y se podía respirar. Todo estaba más tranquilo y se podía escuchar. Pensamos que podríamos salvar el planeta, eliminar la contaminación y vivir con menos. Una de las grandes creencias colectivas era que podríamos acelerar la reparación ecológica. Pero luego hemos visto cómo mucha gente ha querido volver rápido a sus coches, compras y viajes. El capitalismo se ha reiniciado con más fuerza que nunca: las desigualdades se han incrementado, mientras que mucha gente se ha vuelto extraordinariamente rica. Plataformas como Amazon han sacado provecho de nuestra necesidad de estar conectados y consumir constantemente. Pero la pandemia también ha demostrado la interdependencia global. La COVID-19 comenzó en un lugar del mundo y llegó a todos lados. Estamos conectados y dependemos de los demás para seguir vivos.

Esta es una de las lecciones de la pandemia, pero también se ha incrementado el individualismo. Gente que va en coche para no ir en bus porque dice que así evita contagiarse ¿Cómo casa la interdependencia con el individualismo creciente?

Hay muchas maneras de pensar la interdependencia. También puede ser de manera capitalista. Pero necesitamos pensarla en términos climáticos o de derecho a la salud. En Estados Unidos se necesita un trabajo de más de media jornada con una empresa que acepte pagar un seguro para poder acceder a la sanidad. Mucha gente va al hospital y, a pesar de morir, dejan detrás unas facturas que son impagables. Es momento de pensar en gobiernos globales en lo que respecta a cuestiones básicas como el derecho a la salud, la vivienda o el refugio. Es momento de asegurar la seguridad de cualquiera, más allá de los marcos nacionales, y pensar en soluciones globales.

La pandemia demostró que estamos interconectados, ahora la cuestión es ver qué hacemos con esta interconexión. Es algo de vital importancia y lo hemos visto con las vacunas. ¿Por qué permitimos que alguien tenga el derecho a una vacuna y no lo comparta? ¿Por qué permitimos que la vacuna para curar una pandemia global no sea asequible para todo el mundo y muchos países se queden sin ella, cuando ya sabemos las consecuencias que esto puede tener?

¿Hemos confundido la interconexión global con la globalización?

Son conceptos muy distintos y debemos ir con cuidado porque la interconexión, obviamente, es opuesta a los efectos destructivos del capitalismo global, que es el responsable de las desigualdades económicas y sociales, así como de la destrucción del planeta. Tenemos que estar en contra de la globalización capitalista, pero siendo conscientes de que necesitamos gobiernos globales para luchar contra la globalización.

Putin quiere perpetuar el patriarcado en los hogares y el gobierno

Las personas estamos interconectadas, igual que nuestras crisis. Pusimos el foco en salvar vidas y en salvar la economía. Usted habla de que no se trata tanto de eso, sino de conseguir vidas que merezcan ser vividas. ¿Cómo llegamos a una nueva normalidad que merezca la pena?

Esto igual suena raro, pero creo que se consiguen resistiendo a los autoritarismos y fascismos crecientes. Bolsonaro, por ejemplo, obtuvo mucho apoyo negando la pandemia y dejando morir a la gente. En Polonia y Hungría también hemos visto mandatarios autoritarios que han tratado de suprimir a los movimientos feministas y LGTBIQ, diciendo que se trataba de cuestiones relativas a la seguridad nacional. Está claro que Rusia está en guerra contra Ucrania, pero también está en guerra contra los valores que ponen en el centro el género, el feminismo y la cuestión trans. Putin está aterrorizado de que la influencia europea llegue a Rusia a través de Ucrania y afecte a su estructura tradicional de familia. Por eso identifica el género como una cuestión de seguridad nacional, que se reduce a la necesidad de ciertos mandatarios como Putin de querer perpetuar el patriarcado en los hogares y en los gobiernos.

Se tiende a identificar a los estados con esa masculinidad que mide su fuerza a través de su poder destructivo. Por eso, existe la tendencia a eliminar los feminismos o cualquier otro movimiento radicalmente democrático. Hoy, sin importar dónde vivamos, tenemos Trumps, Vox o Le Pens y tenemos que ser conscientes de que estas fuerzas están ganando poder y, para resistirlas, necesitamos solidaridades transversales que incluyan los feminismos, los ecologismos, los derechos de las personas refugiadas y las propuestas postcapitalistas. Necesitamos solidaridad a través de las lenguas y las nacionalidades. Podemos luchar de forma local, pero tiene que haber algo que nos conecte con el resto del mundo.

Durante la pandemia, nos acostumbramos a obedecer las directrices de los gobiernos. Una de las claves del auge de la extrema derecha es su llamado a la desobediencia. Es algo peligroso, porque mucha gente disconforme con el sistema se ha visto identificada con los autoritarismos. ¿Dónde ponemos el límite?

La policialización y securitización han producido mucho escepticismo, tanto en la derecha como en la izquierda. Por eso vemos como la extrema derecha o partidos liberales arañan votos en sectores progresistas. Pero no por eso tenemos que pensar que los gobiernos son simplemente órganos vigilantes. Los gobiernos también son proveedores de servicios sociales básicos como la vivienda, el refugio, la salud, educación, bibliotecas o carreteras. No estoy en contra de los gobiernos como tal, solo quiero que sean mejores, cosa que me hace más socialista que anarquista. Por eso creo que no se trata de desobedecer sistemáticamente todo lo que venga de un gobierno. Llevar hoy una mascarilla, cuando ya no es obligatorio, no tiene por qué significar falta de criterio. Puede ser porque no te encuentras bien y eres consciente de tu capacidad para dañarme. Y eso es tierno, no sumiso. Una mascarilla también puede ser una forma de reivindicar nuestros afectos mutuos.

Butler reivindica la mascarilla también como una forma de afecto y cuidado XAVIER JUBIERRE

¿Cómo ha afectado la pandemia a los movimientos sociales?

Depende del contexto y la vulnerabilidad que traten. En Estados Unidos, por ejemplo, el Black Lives Matter apareció porque durante la pandemia la gente negra no solo moría asesinada por la policía, sino también por el abandono al que les había condenado el sistema. Para mucha gente, la sensación de mortalidad, amenaza y abandono creció radicalmente durante la pandemia y eso explica por qué se aceleró el movimiento abortista en Argentina o por qué Gabriel Boric resultó presidente de Chile. Hay diversas señales de esperanza. Así que la pregunta que tenemos que hacernos es por qué crece la extrema derecha en países como Reino Unido, Francia y Alemania. ¿Dónde está la izquierda?

¿Qué le pasa a la izquierda?

En Francia, desafortunadamente, ya no hay partido socialista. Mucha gente que era de izquierda se está acercando a planteamientos conservadores que recortan en derechos sociales y que tienen tintes nacionalistas o racistas. La izquierda debe repensarse en cuestiones de fronteras, migraciones y racismo. Es muy gracioso cuando la gente que está en contra de los feminismos o movimientos LGTBIQ dice que crean problemas porque solo tratan de identidades. No, lo que causa un problema por ser identitario es el nacionalismo. La derecha tiene mucha facilidad para conectar sus discursos, cosa que le falta a la izquierda. Necesitamos unir feminismos con ecologismos y antirracismos, solo así se puede dar respuesta a la situación que vivimos hoy en día.

La izquierda debe repensarse en cuestiones de fronteras, migraciones y racismo

A veces puede ser difícil pedirle a la gente que se organice o sea coherente cuando se vive en una crisis hace que sobrevivir sea tan difícil. ¿Cómo plantea esta solidaridad?

Los motivos que hacen que para alguien sea difícil sobrevivir pueden ser los mismos que para otra mucha gente. Alquileres altos, temporalidad laboral, falta de acceso a la salud… Son cuestiones que se pueden afrontar individualmente, pero también debemos entenderlos como problemas comunes que necesitan soluciones colectivas. Luchar contra el cambio climático es luchar para sobrevivir. Luchar por una asistencia sanitaria equitativa y pública es luchar para sobrevivir. Todos estos movimientos trabajan por la supervivencia y para asegurar que las condiciones para sobrevivir no sean tan difíciles de alcanzar.

Otra de las lecciones de la pandemia es que las crisis globales pueden pasar a formar parte de la nueva normalidad. Virus, crisis climática… ¿Estamos preparados para un nuevo colapso de estas dimensiones?

El concepto de crisis es muy interesante porque mucha gente piensa que suceden en un periodo específico de tiempo, con un principio y un final. Pero también hay crisis permanentes, como la que ha producido el capitalismo. Esto no trata de si podremos o no afrontar una nueva crisis, porque ya estamos en una. La cuestión es qué estrategia adoptamos para vivir permanentemente en crisis y producir una nueva realidad según los términos que nos imponga.

¿Se considera optimista?

No, pero creo que tengo la obligación de serlo. Cuando tienes proyección pública, como es mi caso, una entrevista no solo es una herramienta para dar tu punto de vista. También es una oportunidad para dar ánimos a la gente. Si tienes la manera de llegar a las personas y puedes decir algo que les encoraje, debes hacerlo.

Fuente de la información e imagen: https://www.eldiario.es

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España – Alfonso Algora: “Con políticas de Estado, la educación en español tendría un crecimiento exponencial en el mundo”

Alfonso Algora: “Con políticas de Estado, la educación en español tendría un crecimiento exponencial en el mundo”

Alfonso Algora es probablemente uno de los españoles que más y mejor conoce el mundo de la educación en Hispanoamérica. A una formación que incluye el doctorado en Educación por la Universidad Autónoma de Asunción (Paraguay), Máster en Educación con Énfasis en Gestión Educativa y Didáctica y Máster en Alta Dirección, y dos licenciaturas en Humanidades y Derecho, cuenta con una dilatada carrera profesional a ambos lados del Atlántico. Ha trabajado en el mundo de la abogacía y la dirección empresarial y ha dirigido centros de educación secundaria y de Bachillerato, así como centros de formación y universidades españolas y americanas. Conferenciante y ponente en todo tipo de foros, y director académico de la Red Iberoamericana de Educación, conoce muy bien las posibilidades del mercado educativo en Latinoamérica. En la actualidad, compatibiliza su puesto de Director General del Colegio Británico Internacional de Quito con la prestación de consultorías y asesorías a universidades y centros educativos en España y América.

Para muchos centros educativos españoles, especialmente para centros universitarios, Hispanoamérica es una región estratégica en cualquier proceso de internacionalización ¿Qué consejos le daría a un grupo educativo a la hora de dar los primeros pasos en ella?

En primer lugar, realizar un estudio a fondo sobre el terreno mediante expertos que conozcan el país. Tendemos a pensar que por tener una historia e idioma comunes toda Latinoamérica es igual, y no tiene nada que ver un país con otro en su cultura e idiosincrasia. Además, hay que tener muy presente aspectos como la seguridad jurídica, el mayor o menor intervencionismo estatal en la educación – tanto académica como financieramente -, la estabilidad de la moneda, horizonte de eventuales conflictos sociales, etc.

Ha trabajado dirigiendo centros educativos privados en España y en varios países de Hispanoamérica, ¿cuáles son las principales diferencias en el modelo de gestión?

La sociedad hispanoamericana es compleja ya que conviven en ella distintos mundos. Existen colegios extremadamente modernos con modelos de gestión muy vanguardistas basados en estándares internacionales, pero también hay grandes desigualdades dentro de las ciudades – además del mundo rural – que crean una especie de “Hispanoamérica de dos velocidades”. Es por ello que, por lo general, la gestión de centros en su mayor parte está centrada en un modelo tradicional donde sus directivos son académicos de elevada edad con escasa o nula experiencia en gerencia y poca capacidad de adaptación a las necesidades que impone una sociedad cada vez más cambiante. Considero necesaria una mayor visión gerencial, entendiéndose ésta como la capacidad de organizar y optimizar recursos humanos, financieros y técnicos para lograr los objetivos de la institución.

¿Qué países tienen ahora el máximo potencial para abrir una universidad? ¿y para abrir un colegio?

Como dije anteriormente, es muy importante analizar factores económicos, políticos y sociales antes de afrontar una inversión educativa debido a la volatilidad de dichos factores. Lo que está claro es que, salvo excepciones, todos los países latinoamericanos ofrecen grandes oportunidades en la actualidad. Si tuviera que elegir un país para poner un colegio de nivel internacional sería Paraguay por sus ventajas fiscales o Ecuador por estar dolarizado y tener una clase media muy emergente. Para una universidad de calidad me decantaría igualmente por Paraguay, pero esta vez escogería Colombia y Costa Rica como otras posibles alternativas.

Desde el punto de la gestión ¿cuál cree que es el área de mejora más importante en los centros de Hispanoamérica?

Sin duda entender el modelo educativo dentro de una sociedad tecnológica, plurilingüe y multicultural. Educamos a estudiantes que trabajarán en empleos que aún no existen, por lo que hay que superar el academicismo estricto – el cual nunca dejará de ser necesario – e impulsar otros aspectos como las habilidades blandas.

Los estudiantes, las familias y los profesores son cada vez más demandantes y sus necesidades cambian, por lo que el servicio que un colegio ofrece debe ser entendido de una forma más holística, moderna y vanguardista. Y todo ello se debe crear a partir de proyectos educativos más dinámicos y liderazgos más gerenciales que académicos.

¿Cómo se ha gestionado en general la pandemia en los centros?

Realmente se ha hecho lo que se ha podido en función de las circunstancias, pero en cualquier caso se ha obrado de forma muy acelerada y poco práctica, aunque con gran esfuerzo y mucho cariño y vocación por parte de docentes y centros educativos.

Hay que tener en cuenta que la pandemia ha sido un evento inédito que ha involucrado a todo el planeta. Ni los estudiantes, ni las familias ni los profesores estaban preparados para pasar de un modelo de enseñanza presencial a uno 100% virtual en un sistema de confinamiento, por lo que durante muchos meses todo ha sido un “ensayo-error” con los correspondientes ajustes de mejora en aspectos metodológicos, tecnológicos y de acompañamiento psicológico.

Más allá de cómo se ha gestionado la pandemia, considero que hay que poner el foco en cómo gestionar la etapa postpandémica, en la cual no sólo habrá que nivelar conocimientos académicos perdidos, sino que además será esencial que los estudiantes recuperen su salud socioemocional y que los docentes se adapten a nuevas metodologías

¿Cree que España se puede convertir en el gran hub de educación internacional que muchos auguran?

No me cabe duda. Actualmente hay casi 500 millones de hispanohablantes nativos, número al que hay que sumar otros 100 millones de personas que usan el español como segunda lengua o se encuentran estudiándola. Y la influencia cultural e impacto demográfico van en aumento, por lo que el futuro es realmente esperanzador.

Lamentablemente hay algunas barreras políticas que podrían dificultar una optimización de los tiempos, pero si existieran posturas de Estado por parte de todos los países implicados ante la educación, internacionalización e intercambio del talento entre España e Hispanoamérica, la educación en español cobraría un peso específico a nivel mundial con un crecimiento exponencial.

¿Qué se pueden aportar mutuamente en educación España y los países latinoamericanos?

En cuanto a modelos de gestión, sistemas de calidad y planeamiento estratégico, España podría aportar muchísimo a Hispanoamérica, siempre – insisto – teniendo muy en consideración la idiosincrasia y potencialidades de cada país.

En cuanto al aporte de América Latina, hay investigadores excelentes y docentes que podrían contribuir notablemente al desarrollo científico de España y establecerse sinergias muy enriquecedoras para ambas partes, haciendo que el talento “en español” cobre peso específico en un mundo casi monopolizado por la cultura angolosajona.

¿Cómo diría que mira el sector educativo español a Latinoamérica? ¿Terreno para hacer negocio, lugar del que llegan alumnos…?

Pues depende de las expectativas. En una sociedad donde la educación virtual o la movilización entre países es cada vez más sencilla y asequible, es innegable que Latinoamérica puede ser un caladero de alumnos, lo cual no deja de ser legítimo y una opción de éxito a corto plazo. En lo particular, y viendo incluso las derivas geopolíticas y económicas del mundo actual, yo sería más ambicioso, invertiría en la región y me aprovecharía de las múltiples opciones de beneficios mutuos que pueden producirse.

¿Cómo valora su etapa de 15 años en una institución como SEK?

Es evidente que el ser humano está forjado a partir de su pasado y, sin duda, no habría llegado a tener el prestigio y reconocimiento que tengo actualmente si no hubiera sido por una gran empresa educativa de carácter internacional que confió en un joven directivo con más ilusión que experiencia, agradeciendo esa confianza a D. Jorge Segovia y a D. Jesús Jiménez. También tengo una sensación de orgullo al haber contribuido con mi trabajo a una organización prestigiosa y centenaria. Las instituciones permanecen y las personas pasamos y es el tiempo quien finalmente nos pone en nuestro lugar.

Fuente de la Información: https://exitoeducativo.net/alfonso-algora-red-iberoamericana-de-educacion-con-posturas-de-estado-la-educacion-en-espanol-cobraria-peso-especifico-a-nivel-mundial/

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Lula: “Es el trabajador quien mueve la economía real”

POR: GLAUCO FARIA, NINA FIDELES

El expresidente y candidato para las elecciones de octubre analiza la situación del mercado laboral en Brasil y el deterioro de las condiciones de vida de la población. ¿Cuál es su proyecto para remontar la crisis económica del gigante del sur?

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva concedió una entrevista por correo electrónico a Brasil de Fato abordando la situación actual de su país y, en particular, la precarización del mercado laboral y el deterioro de las condiciones de vida de la población en general. Para él, “lo que genera empleos es que la gente pueda comprar, es el dinamismo de la economía, la economía real, no la especulación”.

“La estabilidad que le da la formalización al trabajador también se traslada a la economía. Así podemos planificar un viaje para ir a ver a la familia, podemos planificar comprar una nevera, hacer un asado para celebrar nuestro cumpleaños”, señala Lula.

La precarización del mercado laboral y la ilusión que genera el llamado “emprendedurismo” también fueron temas abordados por el exmandatario. “El sueño de todo trabajador es no tener un jefe. Pero se creó la ilusión de que no tendría un jefe y luego se creó uno peor, invisible, y una cadena desde las aplicaciones móviles, en un trabajo sin derechos”.

Lea a continuación la entrevista, que también es objeto de la edición especial impresa de Brasil de Fato nº 19, cuyo tema principal es el trabajo.

Brasil de Fato: Además del alto nivel de desempleo, Brasil vive actualmente un proceso de caída del ingreso medio de los trabajadores con el crecimiento de la informalidad. ¿Qué medidas puede tomar el gobierno para estimular la creación de empleo con una mayor formalización? ¿Y cómo puede impactar el aumento de la formalización en la economía del país?

Lula: El poder público necesita creer y construir el futuro de Brasil, y no ser destructor, como sucede con el actual gobierno. Necesitamos realizar las obras de infraestructura necesarias, estimular sectores de la economía que generen empleos e ingresos. Escuchar a todos los sectores de la sociedad y ayudar a los más pobres, para que también puedan tener una vida digna y participar en la economía.

Necesitamos apoyar la producción de alimentos y las reservas reglamentarias, para que el precio de los alimentos caiga. Necesitamos establecer los precios de los combustibles en base a los costos en reales, no al precio en dólares del mercado internacional. Ayudar a la gente a renegociar y pagar sus deudas. Y así empezar a mover la economía, porque lo que genera empleo es que la gente pueda comprar, es el dinamismo de la economía, la economía real, no la especulación. Cuando el trabajador tiene un trabajo de calidad, mueve el comercio y la industria.

A finales de 2014, Brasil tenía una tasa de desempleo del 4,3%, estaba cerca del pleno empleo, tenía el estándar de Francia, de Suecia. Creamos 22 millones de empleos formales. La estabilidad que le da la formalización al trabajador también se traslada a la economía. Así podemos planificar un viaje para ir a ver a la familia, podemos planificar comprar una nevera, hacer un asado para celebrar nuestro cumpleaños. Y eso agrega energía a la gigante rueda de la economía.

La política de suba del salario mínimo fue abandonada en el gobierno de Temer y llegó a su fin en el gobierno de Bolsonaro. ¿Qué importancia tiene la reanudación de esta política para la clase trabajadora y para la economía en su conjunto?

Todo el mundo está sintiendo a diario el problema de que los salarios no se reajusten como deberían. Se nota cuando hay que reducir la lista de la compra a la mitad o endeudarse para pagar la factura de la luz. Hoy, una de cada tres familias brasileñas tiene cuentas atrasadas. Las familias más pobres son las más afectadas, las que más sufren, viven peor que antes. Vale recordar que, cuando estábamos en la Presidencia, el salario mínimo se incrementó un 74%, y más del 80% de los reajustes de las categorías de trabajadores organizados se dieron por encima de la inflación, lo que aseguraba el poder adquisitivo. Hoy, sólo el 15,8% de los reajustes están por encima de la inflación, el resto son iguales o menores. Significa que la gente gana menos, tiene menos empleo, come menos y se endeuda más.

En los últimos tiempos, la lógica del emprendedurismo ha ganado cada vez más fuerza entre los brasileños, que pasan a admitir la pérdida de derechos como algo natural para conseguir un trabajo, aunque sea precario. Esto ocurre tanto en la narrativa de las iniciativas privadas con poco capital como en la precarización de los conductores y repartidores de aplicaciones móviles. ¿Cómo ves este momento en el mercado laboral?

El sueño de todo trabajador es no tener un jefe. Pero se creó la ilusión de que no tendría un jefe y luego se creó uno peor, invisible, y una cadena desde las aplicaciones móviles, en un trabajo sin derechos. Y el desmantelamiento de los derechos de los trabajadores no ha aumentado la empleabilidad, como dicen. Lo que aumentó fue el trabajo sin garantía para el trabajador, sin jubilación, sin seguridad social.

El chico que sale de casa a repartir comida no está emprendiendo. Está ganando algo de dinero, a veces muriéndose de hambre y llevando comida en la espalda, mientras que el dueño de la aplicación gana millones. Y si se cae de la bicicleta, no tiene seguro social, no tiene seguro médico, no tiene cobertura por enfermedad. No tiene nada. El déficit de la Seguridad Social creció después de la reforma, porque la gente ya no está aportando a la Seguridad Social.

El momento es grave y necesitamos volver a discutir estos temas. Por eso he estudiado y hablado con el gobierno de España, donde hubo una negociación con trabajadores y empresarios para revisar la reforma laboral, para recuperar la calidad, la estabilidad y la solidez del mercado laboral y de consumo en España.

El desempleo es una preocupación general, pero, especialmente durante la pandemia, afectó de forma particular a algunos segmentos, como a la juventud, las mujeres y las personas negras. ¿Cómo se debe mirar a estas categorías de trabajadores para revertir esta desigualdad en el mercado laboral?

Necesitamos actuar para reducir las desigualdades raciales y respecto a las mujeres en el mercado laboral. Necesitamos crear oportunidades de trabajo y volver a ampliar las ofertas educativas. Antes teníamos más y más personas negras en las universidades, más personas de la primera generación de su familia que se graduaban. Esto generó una generación que exige más diversidad en las empresas, porque se acabó el discurso de que no había mujeres y negros con buena preparación para los puestos más calificados del mercado laboral.

Desde el golpe de Estado contra la presidenta Dilma Rousseff, los sindicatos han sido objeto de ataques desde el gobierno federal y también desde el Congreso Nacional. ¿Cómo se puede revertir esta situación?

El golpe no fue contra Dilma. El pueblo ahora, seis años después, se da cuenta de que el golpe fue contra él mismo, contra el pueblo brasileño, contra los trabajadores, contra la soberanía del país que está siendo destruida.

Y en eso también se incluyó la persecución contra los sindicatos. Los sindicatos tienen que ser fuertes y desarrollar nuevas relaciones, no solo con la base, sino con las nuevas categorías de trabajadores que emergen y que tienen menos derechos que los trabajadores de las fábricas. Y tenemos que dialogar con la población, que se dio cuenta de que los ataques a los sindicatos, al PT [Partido de los Trabajadores], eran básicamente ataques a sus derechos. Necesitamos explicar y no conformarnos con el mundo salvaje y precario que ellos impusieron a los trabajadores.


Edición: Thales Schmidt

Traducción: Isabela Gaia

Fuente de la información: https://www.alai.info
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Argentina. El nuclear limpio es una posibilidad concreta para un desarrollo sustentable.

Argentina. El nuclear limpio es una posibilidad concreta para un desarrollo sustentable.

El exvicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica Argentina (CNEA) Alberto Lamagna comento el acuerdo con China para la creación de la cuarta central nuclear del país (Atucha III) y defendió el convenio que alcanzó el gobierno de Alberto Fernández con el gigante asiático. Además, analizó el riesgo nuclear en Ucrania por el ataque de Rusia.

Alberto Lamagna

La empresa  energética estatal Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) y la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) han firmado un contrato para la construcción de Atucha III, un reactor de 1.200 megavatios eléctricos (Mwe) que se instalará en el Complejo Nuclear Atucha de la localidad  de Lima en la provincia de Buenos Aires y que supondrá una inversión de U$S 8.300 millones.

De acuerdo con los cronogramas previstos, las obras de construcción comenzarán a fines del 2022 y requerirán la creación de más de 7.000 empleos y una integración aproximada del 40% de proveedores nacionales.

La oposiciòn salió a cuestionar el acuerdo con China para la construcción de la cuarta central de Atucha y habló de “desfalco”, ¿subyace un antagonismo de modelos energéticos en esa crítica?

-La construcción y financiación de Atucha III se viene discutiendo de manera afirmativa desde 2010. En ese sentido, podría decirte que ya es una política de Estado porque los tres presidentes desde esa fecha a la actualidad, asesorados por el staff científico-técnico de la Comisión Nacional de Energía Atómica, por el de Nucleoeléctrica Argentina SA y por el cluster de empresas pymes tecnológicas del país, apoyaron siempre el acuerdo con la empresa China National Nuclear Corporation (CNNC). China es el único país que financia la construcción en Argentina.

-¿Qué opina de la oposiciòn, que habló de parálisis casi total de proyectos nucleares claves como el reactor CAREM durante los primeros dos años del gobierno de Alberto Fernández?

-Para hablar o no de una parálisis de un proyecto se debería analizar los montos de inversiones a lo largo de los años. En muchos proyectos, como el CAREM, RA- 10 y Medicina Nuclear, los presupuestos subieron hasta un 400 %. En el caso particular del CAREM, el gobierno actual aumento sustantivamente la curva de inversión porque es uno de los proyectos prioritarios del Plan Nuclear Argentino. De hecho, la gran apuesta del mundo de la generación de energía eléctrica para mitigar el calentamiento global es el uso de  energía nucleoeléctrica producida por los llamados SMR y para Argentina es una gran oportunidad para exportar reactores CAREM en su versión comercial aumentando sustancialmente el ingreso de divisa por exportaciones y al mismo tiempo cambiando su perfil exportador hacia una mayor cuota industrial de alta tecnología.

-La oposiciòn sostiene que el acuerdo con China está “flojo de papeles” y le apuntó al costo inicial de instalar una central de la característica de Atucha III ¿El retorno de ese costo está contemplado en el acuerdo que tiene encaminado el Gobierno con la empresa china CNNC?

-La construcción de Atucha III, que está previsto comenzar a fines de 2022, implica una inversión de 8.300 millones de dólares. Además, involucra la creación de 7.000 empleos directos y la integración aproximada del 40% de empresas, en su mayoría pymes nacionales, como proveedoras. La negociación de los contratos con la CNNC datan de hace casi 12 años. Entre estos está el contrato de la transferencia de tecnología para la fabricación en nuestro país de elementos combustibles nucleares. El acuerdo con bancos comerciales chinos permitirá la financiación del proyecto. El retorno de la inversión se hará con el pago de la tarifa de venta de energía eléctrica y se debería estimar como impactara en los PBI futuros del país  con la mejora tecnológica de la pymes que participaran en el proyecto. Esto ya sucedió con empresas que participaron en la construcción de las otras Centrales Nucleares Argentinas, porque el hecho de calificar como empresa proveedora de calidad nuclear les permitirá acceder a otros mercados globales de alta tecnología aumentado nuestras exportaciones. En un modelo de desarrollo de país, Atucha III es un excelente negocio.

-¿Argentina puede afrontar el escenario energético de las próximas décadas desestimando la apuesta por grandes reactores como el de Atucha?

-El escenario energético global cambio en el último mes y todavía no está claro cuándo y cómo se estabilizará producto de la guerra Rusia y Ucrania. Hay analistas económicos que creen que las importaciones de gas llegarían a U$S 5000 millones y, por otro lado, el precio del barril de petróleo está oscilando en U$S 100. En ese nuevo contexto de precios, se debería analizar la ecuación económica financiera de las inversiones de grandes centrales nucleares. Este nuevo escenario también favorece más aun los proyectos de pequeñas centrales modulares. Hay una gran oportunidad de empezar lo antes posible el proyecto del CAREM en su versión comercial de manera asociativa pública-privada. Es importante tratar este tema en el corto plazo, porque lo más importante en estas tecnologías son los recursos humanos.

-La apuesta por el uso de las energías renovables entraron en retroceso durante la guerra entre Rusia y Ucrania para los países que estaban apostando a cambiar la matriz energética, como Alemania ¿Este escenario revalorizó la importancia de la energía nuclear? 

-Hay un cambio de escenario en los mercados de energía porque hay acomodamientos geopolíticos importantes. En esa reconfiguración, Alemania, que había anunciado el cierre de tres plantas nucleares, dio marcha atrás con esa decisión, y además propuso la extensión de la vida útil de otra planta nuclear. Además, a principios de año, la Unión Europea propuso a sus estados miembros que reconozcan la energía nuclear como verde al menos hasta 2045. Bruselas lanzó su polémica propuesta para clasificar a la atómica y al gas como fuentes de energía necesarias para la transición hacia una generación sin emisiones de dióxido de carbono.

-En medio de la guerra entre Rusia y Ucrania, ¿cómo se opera geopolíticamente para prevenir un accidente nuclear?

-En Ucrania hay operativas 15 plantas de generación nucleoeléctrica y no se puede descartar un accidente nuclear ya sea que de manera intencional o por error. Sin embargo, las centrales nucleares están preparadas con un  edificio de contención muy robusto, una estructura de hormigón y  acero, construida para encerrar en su interior a un reactor nuclear de manera de prevenir la liberación de material radiactivo al ambiente exterior. Desde el punto de vista geopolítico, hay que diferenciar dos cuestiones: la esencia y funciones que tiene el Organismo de Internacional de Energía Atómica (OIEA) y el rol que está cumpliendo el argentino Rafael Grossi, en carácter de director General de dicho Organismo.

fuente: letrap.com.ar

 

Fuente de la Información: https://www.farodiroma.it/argentina-el-nuclear-limpio-es-una-posibilidad-concreta-para-un-desarrollo-sustentable/

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Entrevista a Emiliana Vargas: «La educación tiene un gran impacto en el currículum de los estudiantes y en el crecimiento económico de los países»

Por: María Lorente

Vargas, experta en educación y profesora de la Universidad de Harvard (EEUU), habla con FORBES España sobre el futuro de la educación y qué papel juegan las nuevas tecnologías en él.

Nuestro mundo, nuestra sociedad, se transformó con la aparición de la pandemia por coronavirus. Pero, ¿cómo afectó a la educación? ¿Qué impacto ha tenido y tiene ese cambio en el futuro de nuestro país? Hablamos con Emiliana Vegas, experta en educación y profesora de la Universidad de Harvard (EEUU), para descubrir cuál es el futuro de la educación y qué papel juegan las nuevas tecnologías en él.

¿Qué efectos ha tenido la pandemia sobre la educación mundial? ¿Cómo ha afectado el cierre de las escuelas y el desigual acceso a la tecnología que se ha utilizado durante ese período?

A nivel mundial, la pandemia no solo ha mostrado las desigualdades en la educación que había precovid, sino que las ha expandido. Los centros educativos tuvieron que adaptarse al nuevo escenario impartiendo sus clases en remoto. Los países más desarrollados, que tenían una mejor conexión, consiguieron hacer este cambio más rápido, pero aquellos con menos recursos tuvieron que ofrecer la educación a través de la televisión y la radio. Y sabemos que el potencial de ese tipo de enseñanzas es mucho menor. Eso tendrá un impacto muy fuerte, no solo en el currículum de estos estudiantes, sino también en el crecimiento económico de esos países.

¿Qué cree que se puede hacer desde el sector privado para reducir la brecha en digitalización desde los primeros estadios de la educación?

El sector privado puede jugar un rol muy importante porque puede apoyar al sistema público con proveer dispositivos, programas y nuevas oportunidades para que los niños y niñas puedan exponerse a este tipo de conocimiento. Pero no solo eso, sino que el sector privado también puede ofrecer una gran ayuda a estos jóvenes a la hora de poner en práctica estas destrezas, ya que normalmente es más sencillo para este sector acceder a la posibilidad de llevar a cabo una primera aproximación al mundo laboral.

¿Cómo puede ayudar la tecnología a lograr un aprendizaje más efectivo?

Hace poco publicamos un informe donde hablábamos de cómo la tecnología ha cambiado ámbitos como el de la salud, pero aún no ha llegado a implementarse del todo en la educación. En parte, eso se debe a que nos hemos enfocado en distribuir tecnología, pero no se ha pensado mucho en lo que se llama el “núcleo de instrucción”, que es lo que pasa entre el estudiante, el maestro y el contenido. Y es que existen cuatro ventajas claras del uso de la tecnología: llevar a escala instrucción de alta calidad, personalizar la educación, llevar a la práctica todo aquello que se aprende y hacer la educación mucho más atractiva y divertida.

Rompiendo barreras

¿Cuál es el rol de la mujer en este nuevo contexto de educación y digitalización? 

Aún hoy hay una muy baja representación de la mujer en el sector de la tecnología, así como en puestos de liderazgo y responsabilidad dentro de las empresas. Es algo que vemos en España, pero también en el resto de países. Yo creo que, de nuevo, empieza todo en el sistema educativo. Sin embargo, no debemos dejar que la mujer sea la única responsable, ya que es labor de todos abrir las puertas, los espacios necesarios para que las mujeres puedan acceder a estos puestos. Tiene que ser una lucha compartida.

¿Cuáles son los desafíos que están impactando en el futuro profesional y laboral de las diferentes generaciones?

En primer lugar, creo que hay una muy desigual oferta de calidad educativa. En muchos países varía mucho dependiendo tu origen socio-económico, y esto determina las oportunidades laborales. Ahí el sector público juega un rol muy importante porque, al no negar la entrada a nadie, debe comprometerse con tener una educación de muy alta calidad, en la que se ofrezca un especial apoyo a los grupos más vulnerables, como las mujeres o las personas con menos recursos económicos. De esta manera podrán acceder a puestos de trabajo más competentes.

Educación y progreso

¿Qué impacto tienen las políticas y el sistema educativo en el progreso de un país?

Creo firmemente que tienen un gran impacto, desde cómo se invierte en educación a cómo ese retorno vuelve en riqueza. Por ello, es necesario que los gobiernos apoyen, formen y monitoricen el desarrollo de las políticas educativas para que puedan medir su impacto en tiempo real. Debemos tener la capacidad de rediseñar y reajustar las decisiones que se tomen en el ámbito de la educación.

¿Cómo impacta en el crecimiento económico de un país el sistema educativo?

Hay investigaciones que han demostrado que en los países cuyos alumnos tienen mejores resultados en las pruebas PISA suelen tener mayores tasas de crecimiento económico. Los estudios también dejan patente que no solo importa aquello que se aprende, sino la calidad de lo que se aprende y su aplicación productiva. Esto lleva a un mayor crecimiento económico. A principios de la pandemia llevé a cabo un estudio de retorno de la educación que señalaba que las pérdidas por el cierre de las escuelas debido a la crisis sanitaria actual van a estar en torno a los 10.000-15.000 millones de dólares a nivel global. Pero esas pérdidas pueden verse reflejadas de una manera mucho más devastadoras en el PIB per cápita de los países con menos recursos.

Mirando al futuro

¿Cuál es el futuro de la educación?

La educación juega un rol crucial. Es la única forma de que todos los ciudadanos tengan la formación necesaria para participar en el mundo del trabajo, pero también en la sociedad. En esto la tecnología juega cada vez un papel más importante, y solo con la educación necesaria las personas tendrán las herramientas para poder manejarse y lograr el éxito en su vida personal y laboral. Es por ello que es tan importante jornadas como la II Edición de Salesforce Executive Female Leadership & Talent, donde participo junto con otros expertos para hablar de la urgencia que existe en el hecho de priorizar en educación. Esto es lo que realmente va a permitir que nuestros países salgan adelante y que nuestros ciudadanos puedan tener las herramientas para insertarse bien en el mercado laboral, y contribuir a ese crecimiento.

El perfil

Emiliana Vargas es doctora en Educación de la Universidad de Harvard con especialización en economía de la educación, con una Maestría en Políticas Pública de la Universidad de Duke. Asimismo, es Licenciada en Comunicación Social con especialidad en periodismo, por la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, Venezuela.

Fue jefa de la División de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo, y trabajó en el Banco Mundial en Washington DC, donde ocupó diversos cargos en la Red de Desarrollo Humano y desarrolló investigaciones aplicadas en política educativa a nivel regional y mundial, incluyendo en el desarrollo de la primera infancia, políticas docentes y sistemas de financiamiento educativo. Ha sido Codirectora e investigadora principal del Centro para la Educación Universal de The Brookings Institution, una organización de políticas públicas sin fines de lucro con sede en Washington DC. A partir de julio de 2022, comenzará un nuevo reto profesional como profesora en la Escuela de Post-Grados en Educación de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts.

Fue keynote speaker en la primera sesión de Salesforce Executive Female Leadership&Talent realizada en la Fundación Pons de Madrid el 01 de abril de 2022. Su ponencia fue una master class sobre la sociedad del aprendizaje: impulsando el futuro desde la educación y las competencias digitales.

https://forbes.es/economia/156120/emiliana-vargas-la-educacion-tiene-un-gran-impacto-en-el-curriculum-de-los-estudiantes-y-en-el-crecimiento-economico-de-los-paises/

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Janire Lizárraga: «Los centros gueto están muy mal pero la segregación que hacemos intracentros está super normalizada»

Por:

  • Janire Lizárraga es una joven pedagoga burgalesa y gitana. Es la primera persona gitana con estudios universitarios de la ciudad de Aranda de Duero. «Estamos fatal si hemos tenido que esperar a 2018 para que hubiera una universitaria en Aranda», asegura ella al pensar en ser en referente de nada. Lizárraga defiende la necesidad de que el currículo escolar recoja la historia del pueblo gitano, que el profesorado esté formado en ella y en antirracismo y, además, que los centros lleven a cabo actuaciones educativas de éxito para mejorar las vidas académicas de los y las niñas gitanas.

El pueblo gitano lleva pisando la Península Ibérica 600 años. Su historia y la persecución que el Estado ha perpetrado hasta finales del siglo XX no es contenido curricular. O no lo era hasta ahora. El antigitanismo va entrar en el Código Penal en tiempo breve con las últimas reformas y se va a considerar a este pueblo como una minoría étnica. Todavía no lo es. Estas cuestiones, por ejemplo, en países como Rumanía ya están interiorizadas.

Hablamos de todas ellas con Janire Lizárraga. Ella es una mujer gitana, pedagoga que ha vivido en sus carnes ese antigitanismo tan normalizado en la sociedad española. Para ella hay pocas cosas tan malas para el paso de las niñas y niños gitanos por el sistema educativo que la separación por niveles y las adaptaciones curriculares. «Se les mete en compensatoria desde 1º de primaria muchas veces; no se les da la oportunidad de ver si son capaces o no de llevar ese ritmo de aprendizaje», asegura. Un signo más del antigitanismo del sistema, del paternalismo hacia estos críos. Frente a esto defiende altas expectativas educativas y la puesta en marcha de actuaciones educativas de éxito.

La historia del pueblo gitano se va a introducir en el currículo escolar, con la reforma de la Ley. No sé qué repercusión crees que puede tener esto en el alumnado gitano que está escolarizado.

Es un paso importante que, por supuesto, va a ser positivo para los niños gitanos y para el resto de niños porque, como comento en un artículo, cómo viven los niños gitanos, cómo vivimos en nuestra infancia nuestra identidad en las aulas está entre la invisibilización o estigmatización. Esto viene, en parte, de los compañeros y de los mismos profesores. Que ahora haya este paso, que haya materiales que se le envíen a los profesores y que se hable por primera vez con respeto de la cultura gitana y de la historia de nuestro pueblo es un paso importante. Estos materiales curriculares están muy bien, pero tienen que ir acompañados de más cosas.

También hay que tener en cuenta que muchos docentes, no todos, tienen prejuicios. Es nomal, vivimos en una sociedad racista. Sería necesario que estos mismos profesores recibieran formación antirracista y sobre historia del pueblo gitano. Por eso se habla de que igual, en las universidades, tienen que empezar a hablar de estos temas.

Está pendiente un cambio de los estudios de Magisterio y del máster de secundaria, aunque no sé si alguien está pensando en formación antirracista o sobre el pueblo gitano.

Yo creo que solo la gente que está implicada en estos temas, pero el resto de las personas no. Yo vengo de Pedagogía y los mismos profesores universitarios, cada vez que tocaban el pueblo gitano no era para bien, ni para concienciar ni para crear un poco de empatía. Era, de alguna manera, para poner sobre aviso a los educadores en relación a la población gitana. Eran mensajes horribles, llenos de prefjuicios: “Cuidado con las familias gitanas que son muy conflictivas” o “No exijáis lo mismo a un niño gitano que a un niño payo, porque no es capaz”.

Debería comenzar todo por reconocernos como minoría étnica y por reconocer el antigitanismo en el Código Penal

En general, desconocemos el nivel de antigitanimso que practicamos. Entiendo que lo tenemos tan interiorizados que no lo vemos. Me gustaría saber en qué situación estamos en este sentido.

Como tú dices, es algo tan normalizado y tan interiorizado que las personas que lo ejercen no son conscientes de que lo hacen y las personas que lo sufrimos, muchas veces tampoco somos conscientes. Estamos súper acostumbrados. Es un tema difícil.

Ahora, por ejemplo, está en marcha la subcomisión del Pacto de Estado contra el antigitanismo del Congreso. Entre otras cosas prevé introducir en el Código Penal el antigitanismo, como el antisemitismo, como agravante. Los gitanos llevamos en España 600 años, con una persecución histórica increíble y sigue habiendo una forma de discriminación específica contra nosotras y nosotros. Se debería empezar por ponerle nombre en el Código Penal, es algo que está penado y no se debe aceptar. Creo que crearía conciencia en la sociedad. Ahora hay una cierta ambigüedad porque no estamos siquiera reconocidos como minoría étnica nacional, ¿cómo va existir el antigitanismo? Debería comenzar todo por reconocernos como minoría étnica y por reconocer el antigitanismo en el Código Penal.

No sabía que no estábais reconocidos como minoría étnica, siendo históricamente la minoría étnica por definición en España…

Son cosas que están reconocidas por países a los que se les mira como súper racistas como Rumanía u otros países del Este. Ya lo tienen reconocido en el Código Penal el antigitanismo.

¿Qué significaría desde tu punto de vista?

Yo creo que supondría empezar a reparar la deuda histórica de todos esos siglos de persecución. Y empezar a ponerle nombre a lo que se vive en el presente. No solo es reconocimiento, sino muchas otras cosas que no quieren hacer.

¿En qué cosas estás pensando?

Reconocer a una minoría étnica ya se le considera que tiene capacidad de autonomía. Y aquí no creo que tengan ganas de reconocerle una autonomía.

Perdona porque no acabo de entenderlo, ¿qué supondría esa autonomía?

Intentar no caer en el asistencialismo. Al pueblo gitano se le mira desde los servicios sociales, sobre todo. Reconocernos la autonomía implicaría algo más que esa visión asistencialista; reconocernos derechos políticos, no un “tenemos que hacer algo con esta población pero como no tienen derecho a decidir qué hacer con ellos, decidamos nosotros qué hay que hacer”. Es una cuestión más de independencia. Deberíamos ser personas gitanas las que decidieran qué caminos seguir para lograr esa igualdad deseada. Hoy en días se limita a planes de servicios sociales y ya está.

No entiendo, la verdad, a quién se le ocurrió hacer educación compensatoria; si quieres que la gente esté al mismo nivel académico, no puedes exigirles menos

Yendo al terreno de lo educativo, has hablado de las expectativas de las que tiene el sistema educativo en relación al alumnado gitano. Expectativas de logro académico, de comportamiento… ¿Cómo interactúan esas expectativas, cómo afectan al alumnado gitano?

A mí lo que más me preocupa es la sobrerrepresentación en la educación compensatoria. Da igual el nivel académico o la capacidad que tenga el niño, se les mete en compensatoria desde 1º de primaria muchas veces; no se les da la oportunidad de ver si son capaces o no de llevar ese ritmo de aprendizaje. Cuando se les mete en compensatoria se pasan muchas horas fuera de su aula de referencia. No entiendo, la verdad, a quién se le ocurrió hacer educación compensatoria; si quieres que la gente esté al mismo nivel académico, no puedes exigirles menos. No se puede pretender que exigiendo menos a alguien dé más. Es el efecto Pigmalión, pero cuando se trata de alumnado gitano se hace por inercia, como que no pudieran hacer otra cosa. Como con las adaptaciones curriculares, es lo mismo, es lo más dañino. Por mucho que vayan muy bien con su currículo adaptado, no van a llegar a tener el mismo nivel que el resto de sus compañeros.

A parte del daño que les haga sentirse desplazados. Determinadas horas tienen que salir de sus aulas por esto… Es que las aulas de compensatoria son prácticamente las aulas del alumnado gitano.

Esto se relaciona con los diferentes niveles de segregación escolar: por una parte la creación de centros gueto y por otra, la separación por niveles dentro de los centros.

Los centros gueto están muy mal, ya lo sabemos. Pero la segregación que hacemos intracentros está super normalizada y no se ve mal.

Mezclar alumnado con diferentes capacidades, con diferente nivel, tiene mejor resultado académico para todos

Hablando con docentes a lo largo del tiempo, tal vez por falta de recursos o de formación, se defiende esta separación como forma válida de que el alumnado gitano y no solo, coja ritmo académico. Que juntar a los que tienen peor nivel facilita su mejoría en los estudios, a pesar de que, al menos hasta donde sé, no tiene ningún fundamento…

Ninguno, va en contra de las evidencias científicas. Es lo que nos dicen las actuaciones educativas de éxito y las comunidades de aprendizaje. Ya se ha visto que mezclar alumnado con diferentes capacidades, con diferente nivel, tiene mejor resultado académico para todos. Y no sé porqué está tan extendida esa creencia de que se debe separar al alumnado por niveles. Al final, el alumnado con menos nivel siempre lo conforman personas con pocos recursos, gitanos o inmigrantes, suele coincidir.

Igual el problema está en que en las facultades no se habla de estas actuaciones educativas de éxito. Yo intento hablar con profesores sobre ellas y me dicen que no tienen ni idea. Y son gente que está muy formada, que va a muchos cursos. Pero ¿cómo no conocen estas evidencias? Así estas creencias son muy difíciles de eliminar.

En relación a esto, te escuchaba hablar de la necesidad de que en los centros se utilizasen metodologías inclusivas para atender al alumnado gitano en particular, para todo el alumnado en general. ¿De cuáles hablas?

Las que están demostrando funcionar son las actuaciones educativas de éxito. A veces se hacen cosas por probar y puede que a corto plazo tengan algún beneficio pero no suelen ser positivas, la verdad. Intentando crear medidas inclusivas, a veces, produce el efecto contrario.

¿En qué estás pensando?

Hay medidas que intentan demostrar algo hacia el alumnado gitano, por ejemplo, en algunos centros se da clase de guitarra a los niños. ¿Para qué van a hacer eso? Los niños van a clase a aprender, si quieren tocar la guitarra ya les enseñarán en casa. No tiene sentido. Intentan hacer medidas inclusivas pero acaban siendo racistas.

El esterotipo del gitano flamenco es la idea que me viene…

Claro, pero eso ya lo tenemos en casa. No hace falta quitarnos horas lectivas para tocar la guitarra. Me acuerdo de un colegio de Valladolid que para no caer en el esterotipo de gitano flamenco, les enseñaban a los niños a tocar instrumentos más clásicos. También es un poco racista, un poco asimilacionista: “Ves, un gitano tocando un trombón, increíble”. No soy partidaria de ciertas medidas inclusivas. En cambio, las actuaciones educativas de éxito está super demostrado que funcionan, y para todo el mundo, no específicamente para el alumnado gitano. Para todo el mundo.

Se piensa que las familias no están interesadas o no tienen nada que aportar. Se prejuzga. Si se les tratara como al resto, ya sería un cambio

Pensaba en estas actuaciones educativas y en las familias gitanas. Otra de esas ideas comunes, como decías antes, que son conflictivas. ¿De qué manera se puede trabajar con las familias desde los centros educativos para que se sintieran parte?

Volvermos a lo mismo. Ya se ha desmostrado que el aprendizaje dialógico, o tratar a las familias con la misma validez que a cualquier otra, valorando sus aportaciones como las de cualquier otra persona, tienen buena acogida.
Las familias gitanas, cuando van a los centros educativos, suele ser para que les riñan por el comportamiento de sus hijos. Pues no esperemos a que se porten mal. He estado dos años trabajando en una asociación y muchas veces las profesoras evitaban hablar con las familias; me decían a mí lo que les querían hacerles llegar y me pedían que contactase yo con las familias. Querían evitar el contacto con las familias a toda costa.

Y si acordábamos una reunión, yo comentaba que había que contactar con las familias para ver cuándo podían venir. Que fuera yo estaba bien, pero teníamos que ir todos. Me decían que con que fuera yo era suficiente.

¿Esto es por miedo o por qué?

Creo que son prejuicios. Se piensa que las familias no están interesadas o no tienen nada que aportar. Se prejuzga. Si se les tratara como al resto, ya sería un cambio. Que se ponga el mismo interés en que vayan y que cuando lo hagan no solo sea para echarles la bronca sobre lo malos padres que son. Que su opinión cuente.

Otro de los temas recurrentes suele ser el de la falta de referentes para el alumnado gitano de personas que han conseguido determinados logros educativos. No sé qué opinas tú sobre la importancia de los referentes…

Yo creo que lo de los referentes es importante pero a veces se utiliza a las personas “referentes” como una especie de salvadores: “Mírales, aquí están y vosotros también podéis”. Bueno, no todo es voluntad en la vida. Y también es un peso para quien es referente: “Ponte ahí y motívale”. No es un problema de motivación, es un problema de qué tipo de educación reciben, de si van a un colegio segergado, de si son segregados dentro de sus centros. Que el referente está bien, por supuesto, pero tampoco hay que verlos como salvadores porque no lo son.

Referentes tenemos muchísimos. Y hoy con las redes sociales e Internet es muy fácil conocer personas del pueblo gitano que han hecho cosas increíbles. Yo creo que no tenemos falta de referentes; que son poco conocidos, desde luego, porque son invisibilizados por ser gitanos, pero los tenemos. ¿Quizá dentro de las escuelas hiciera falta más presencia de personas gitanas? Pues también.

Aquí pienso, por ejemplo, en Rumanía. Con la fama que tiene, desde hace muchos años se enseña romanó en las aulas, como quien enseña inglés. Son personas gitanas las que lo dan o son payas enseñadas por estas gitanas. Que en el centro educativo haya personas gitanas con cierto respeto del resto de la comunidad educativa estaría muy bien.

No todo es voluntad en la vida. No es un problema de motivación, es un problema de qué tipo de educación reciben, de si van a un colegio segergado, de si son segregados dentro de sus centros

Hablando de referentes… Tú eres la primera persona gitana de Aranda (tu población de nacimiento) con estudios universitarios. ¿Te has sentido tú alguna vez referente en este sentido para otras mujeres u hombres gitanos?

Esto siempre lo he sentido como que me daba pena. Me da pena, la verdad. Ser la primera gitana que accede a la universidad de Aranda, me da mucha pena. Estamos fatal (risas) si hemos tenido que esperar a 2018 para que hubiera una universitaria en Aranda. Y en Burgos ciudad también somos pocos. Me da mucha lástima porque representa en qué situación estamos.

Si tuvieras la capacidad de cambiar cosas para mejorar la situación de antigitanismo, ¿por dónde empezaría?

Empezaría en la formación en las universidades, en las de educación particularmente. Empezaría dando formación antirracista y de historia del pueblo gitano tanto a los profesores de universidad y al alumnado de estas facultades.
Y no sé por qué las actuaciones educativas de éxito son algo tan excepcional. Por qué no se han generalizado cuando se ha demostrado que tienen tan buenos resultados. No sé por qué se acepta que el sistema educativo no esté hecho o que fracase con determinados grupos de población. No sé. Es algo normalizado y se culpabiliza a la víctima de que el sistema educativo fracase con ellos.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/04/08/janire-lizarraga-los-centros-gueto-estan-muy-mal-pero-la-segregacion-que-hacemos-intracentros-esta-super-normalizada/

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Entrevista a Remedios Zafra: Hay una precariedad laboral que se camufla con motivación y entusiasmo

Por: Jara Atienza

«He venido a perturbar», advierte de entrada Remedios Zafra (Zuheros, 1973) antes de iniciar su conferencia en la última edición de ‘Diálogos de Cocina’, unas jornadas organizadas bienalmente por el Basque Culinary Center, el restaurante Mugaritz y Euro-toques desde hace ya 15 años como espacio de reflexión sobre la creatividad y el mundo de la gastronomía. La voz melódica y apacible de Zafra, científica titular del Instituto de Filosofía del CSIC, contrasta con la severidad de sus palabras, que impactan como un golpe de realidad en los oyentes. La misma sensación que permanece tras leer su primera obra, ‘El entusiasmo’, un ensayo sobre la precariedad y el trabajo creativo en la era digital. En su último libro, ‘Frágiles’ (Anagrama), la escritora ahonda en la ansiedad y el agotamiento derivados de «una autoexplotación normalizada». Hablamos con ella sobre esa «nueva cultura» que, cuando menos, perturba. 


«En el gesto de escribir, hablar y compartir hay una belleza que excede la del pensar. Me refiero a la belleza de crear contagio y pensamiento colectivo, que es donde se asume un riesgo: el de incomodar a una comunidad acostumbrada o resignada», le explicaste al filósofo Diego S. Garrocho en un reportaje de Ethic sobre la belleza del pensar. ¿Por qué crees que nos resulta tan difícil atrevernos a pensar, a poner un pie fuera de lo que nos viene dado como inamovible?

Una de las cosas que caracterizan la cultura contemporánea es la complacencia. Estamos acostumbrados a que todo aquello que nos molesta tenga un botón que nos permite apagar, encender o comprar. Esa forma de construir la sociedad consumista (y complaciente) hace que pidamos que nos suministren cosas positivas porque la vida ya viene, por defecto, con cuestiones muy negativas. Creo que los que nos dedicamos al pensamiento crítico, a la filosofía o al arte tenemos la obligación de facilitar la incomodidad del pensamiento. Todos tenemos miedo a aquello que pueda doler y el pensamiento comienza, irremediablemente, doliendo; nos hace ver cómo somos frente a un espejo o en relación a los otros. Esa visión es incómoda porque siempre nos hemos visto mejor que lo que somos. Todo lo que ha cambiado el mundo ha tenido que ser, de entrada, incómodo y perturbador. Para mí, esa es la base de la transformación de lo humano y de la mejora de la sociedad. Aunque, claro, ante el cambio acostumbra a haber resistencia.

En tus libros hablas de cómo hemos asumido la autoexplotación movilizados por el entusiasmo. ¿Cómo hemos llegado a normalizar esta situación? 

Hay una línea muy orgánica entre la precariedad y la autoexplotación, porque la precariedad hace referencia no solo a personas en situaciones precarias, sino también a la precariedad que existe hoy en el proceso de creación. Para los que nos dedicamos a trabajos más creativos, cuando estamos sometidos a situaciones de precariedad lo normal es que hagamos obras flojas, hechas de cualquier manera, porque prima la cantidad, hacer mucho desde la productividad frente a la calidad. Hablamos de una precariedad laboral que se camufla con la motivación y el voluntarismo, con el entusiasmo. Por eso es normal escuchar frases como: «Qué suerte tienes de dedicarte a lo tuyo», aunque «lo tuyo» esté precarizado. En ese circuito en el que se introduce la normalización precaria es fácil llegar a la autoexplotación, independientemente del rango salarial.

Hay quien dirá que es algo que hemos elegido cada uno de nosotros.

Esa es la gran perversión de la autoexplotación: al estar en proceso de normalización se nos hace pensar que somos responsables de nuestra propia subordinación. Nosotros mismos nos decimos que hemos elegido autoexplotarnos para ser mejores en el trabajo o porque tenemos suerte de estar donde estamos, cuando en realidad es un problema estructural.

«El pensamiento comienza, irremediablemente, doliendo»

¿Dónde está el origen de esa estructura?

Hoy es el capitalismo el que promueve la autoexplotación, pero hay que ir más allá. La analogía más ilustrativa de lo que pasa la encontramos en el patriarcado, que promovía la subordinación de las mujeres haciéndolas responsables de su propia subordinación y creaba un sistema que perpetuaba el aislamiento en las casas, la enemistad entre mujeres, etc. Hablamos de cualquier sistema que se articula como normal y escogido cuando realmente no hay elección.

Esa autoexplotación es la que, sostienes, genera ansiedad en la sociedad. ¿Existe algún remedio?

La solidaridad. El movimiento feminista es el mejor ejemplo para esta propuesta que hago orientada a responder a esa ansiedad derivada de las vidas-trabajo y de la autoexplotación. He pensado en ejemplos que lo hayan logrado y el más claro es la ola feminista, esas mujeres a las que el patriarcado tenían en situaciones muy similares a la del trabajador del siglo XXI, con la diferencia de que ese aislamiento en el hogar ahora es una adicción –o un aislamiento– frente a las pantallas, que nos dan la sensación de estar conectados, pero que en realidad, cuando estamos frente a ellas, estamos concatenando trabajos. Esa enemistad que antes se alimentaba entre las mujeres y ese fomento de la rivalidad es algo que en el contexto laboral actual se hace ahora entre compañeros que compiten por los escasos trabajos o por trabajos convertidos en premio. Es como si no se pudiese garantizar unos trabajos dignos para todos.

¿Es la fragilidad lo que nos une?

Es la vulnerabilidad reconocida. Si nos fijamos en el ejemplo feminista, la solidaridad entre mujeres logró convertir algo íntimo de lo que no se hablaba porque nos hacía sentir culpables –como que ante una violación la culpa era de la mujer por llevar la falta corta– en una denuncia pública. Llega un momento en el que una mujer comparte con otra esa interiorización de culpa que ha convertido en silencio e intimidad todo el dolor proyectado por el patriarcado. Y al compartir eso íntimo se convierte en algo político, como el movimiento #Metoo, para el que solo ha sido necesario identificar algo que nos ha pasado a todos y dejar que la empatía lleve a la solidaridad. Ha sido algo revolucionario para el feminismo.

¿Cómo se puede crear esa red de solidaridad en relación al trabajo?

Cuando el trabajo es opresivo debemos compartirlo. Puede que el lazo no sea tan potente como el que existe entre las mujeres, pero debemos ser capaces de compartir para crear un conexión colectiva y promover la solidaridad. El individualismo de la autoexplotación es algo que favorece el sistema capitalista, que sostiene la precariedad como base y mantiene la riqueza de unos pocos.

Parece un poco paradójico que, como sostienen algunas estadísticas y defienden diversos pensadores, tengamos los índices de progresos más altos de la historia de la humanidad y, a la vez, seamos una sociedad repleta de ansiedad. ¿Cómo dar respuesta a esta contradicción?

Las contradicciones me gustan porque forman parte del pensamiento complejo. Hay que ver qué se entiende por progreso. El progreso es una palabra fetiche que se suele utilizar cargada de connotaciones positivas, aunque si nos fijamos bien, vemos que se trata de un contexto en el que los logros conseguidos a nivel científico y tecnológico siguen sosteniéndose en una tremenda desigualdad donde las clases medias y bajas tienden a estar cada vez más precarizadas. A eso debemos unirle la normalización de la ansiedad, como parte de esa salud mental de la que no solemos hablar, y la respuesta que el progreso nos da a esa ansiedad y que es que, como hemos progresado mucho, tenemos pastillas que, aunque no quitan la ansiedad la apagan temporalmente para que podamos seguir siendo productivos. La medicación es la respuesta contemporánea que nos da la sociedad a los problemas de ansiedad, de depresión o de estrés y son medicamentos que nos convierten en adictos. Solo hay que ver lo que ha sucedido en Estados Unidos con la adicción a los opioides. Es curioso que la respuesta no sea la psicología, dar tiempo a los trabajadores o reducir las jornadas laborales, sino que sea: ante la ansiedad, ansiolíticos. Lo digo desde un punto de vista también personal: como consumidora de ansiolíticos, cuando los tomo estoy más productiva, y cuando los dejo sufro muchísimo y me siento mucho peor. Esa medicación va agravando mi ansiedad y creando nuevas dependencias. Así que un progreso que se hace a costa de la salud de las personas no es un progreso bueno.

«La respuesta que el progreso nos da a la ansiedad son los ansiolíticos, que nos hacen seguir siendo productivos»

Me recuerda a lo que hablábamos al inicio de la entrevista, de ese miedo a enfrentarnos a asuntos incómodos, al dolor. 

Yo convivo con los ansiolíticos desde que murió mi hermana y cuando paso mucho tiempo sin tomarlos es cuando me doy cuenta de que el pensamiento vale para esto, para vivir con lo que nos causa dolor, con lo que nos perturba. Si no pensáramos estaríamos todo el día en esa inercia del placer, buscando series para ocupar nuestros espacios y pantallas. La toma de conciencia es tan importante como dolorosa. Pero ese dolor que experimentamos cuando tomamos conciencia de que sufrimos, por ejemplo, una desigualdad, es necesario.

Ligado a la autoexplotación, en Frágiles hablas de que estamos sometidos a una evaluación constante, de cómo cada uno de nuestros movimientos va seguido de una valoración o puntuación. ¿Qué papel juegan las redes sociales en ese proceso de revalidación constante?

Está claro que tiene mucho que ver el haber asentado lo cuantitativo como forma de valor. Esto se debe a la cultura digital, que se asienta desde unas lentes que nos permiten ver el mundo, pero que se invisibilizan como lentes. En la cultura digital todos somos fácilmente operacionalizables y evaluables. Y esa deriva como primacía favorece las lógicas más competitivas y favorece, a medida que vas ganando puntos, dividir a las personas a favor o en contra. Las lógicas polarizadas están favorecidas por algoritmos que pueden cambiarse y ser más sofisticados, y que ahora adoptan forma de formularios y de apps donde dejamos nuestros datos. Además, nosotros, como sujetos, utilizamos aplicaciones que nos evalúan constantemente para que podamos cuantificar nuestra valía y tengamos ese impulso exponencial de ir mejorando. Sin duda, las redes sociales están muy bien pensadas para resaltar lo positivo y destacar las cosas a mejorar, de forma que las evaluaciones hacen que siempre estemos compitiendo con nosotros mismos, buscando mejorarnos en esa carrera por la perfección.

¿En esta rueda incansable, dónde se encuentra la felicidad? 

La felicidad, igual que la creatividad o el entusiasmo, ha sido utilizada por el capitalismo para cargarla de valores muy positivos, empaquetarla y ofrecerla. De hecho, esa pregunta de dónde está la felicidad acaba legitimando al propio contexto capitalista que también sabe sacarle partido a la felicidad. En general, cualquier contexto de poder hegemónico que nos precede ha sido capaz de crear y señalarnos aquello que dicen que es la felicidad. Es algo como lo que decía Simone de Beauvoir: «Siempre es fácil declarar feliz una situación que se quiere imponer». El sistema actual se basa en el consumo, en vender productos, para lo que genera una imagen de placer y felicidad en torno al disfrute de consumir. Crea un determinado tipo de vida porque le sale rentable y una vez que decide que renta, proyecta la idea de qué es ser feliz. Así que la pregunta es quién tiene el poder para proyectar una idea de un mundo feliz en determinados ámbitos. Existe cierta flexibilidad que permite al mercado ir cambiando en función de lo que interese que sea esa idea de felicidad. Lo que sí queda es la esperanza, pero esa respuesta requiere detenerse a pensar en mayor profundidad.

Fuente de la información e imagen: https://ethic.es/2022/01/remedios-zafra-entrevista/

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