Page 12 of 428
1 10 11 12 13 14 428

Josep María Alaña: «En mi época no existía el concepto de escuela inclusiva. La escuela era para ‘los normales»

Por: Lucía García López

Entrevistamos a Josep María Alaña, biólogo, profesor jubilado y defensor de los derechos de las personas con acondroplasia, tras la publicación de su último libro ‘Profe y Enano. El orgullo de la diferencia’.

Josep María Alaña creció en una época en la que nacer con acondroplasia (más conocida como ‘enanismo’) era considerado un ‘castigo de dios’. A pesar de los obstáculos que encontró, su voluntad, así como la autonomía y libertad que su familia siempre le aportó, le convirtieron en el primer profesor enano de España. Licenciado en Biología y Pedagogía, durante veinte años enseñó Ciencias Naturales en Secundaria y después trabajó en la Generalitat hasta jubilarse. Firme defensor de la escuela pública y de la educación inclusiva, ahora lucha por mejorar la situación de jóvenes en situación de exclusión social, como los Menores Extranjeros No Acompañados, así como por reivindicar mayores derechos para las personas que padecen su enfermedad. ‘Profe y enano. El orgullo de la diferencia’ es su último libro, publicado por la editorial Octaedro, en el que narra su vida personal, laboral y política y en el que defiende la importancia de “ser lo que uno es y no dejar nunca de serlo”.

Josep María Alaña

Pregunta: ¿Cómo explicaría el significado de la expresión ‘el orgullo de la diferencia’? 

Respuesta: Es el empoderamiento de nuestra condición frente a los demás. Fueron los gays, quienes nos enseñaron el camino con el orgullo. Significa estar orgulloso de ser lo que eres y no dejar de serlo, una forma de estar en paz contigo y con los demás…

P: Usted creció con total autonomía y libertad a pesar de las limitaciones que la acondroplasia podían causarle. ¿Cómo de importante cree que es aportar esa autonomía a las personas que tienen algún tipo de diversidad funcional?

R: Mis padres me dieron siempre libertad y autonomía y a la vez la responsabilidad de mis actos. Nunca me facilitaron nada que yo no pudiese hacer o intentar.

P: En su etapa escolar echó en falta en numerosas ocasiones una ayuda o adaptación que le hiciera más fácil el aprendizaje. Dice que incluso lo que más le importaba de esa época era la ‘supervivencia’. ¿Cómo cree que ha evolucionado la escuela en este sentido?

R: En mi época no existía el pensamiento ni el concepto de la escuela inclusiva, la escuela era para ‘los normales’. Los otros no cabían, no había nada adaptado, se tenía el concepto del ‘subnormal’, el discapacitado, el castigo de Dios…

P: ¿Por qué decidió ser profesor?

R: Hay varias razones. Una es que era una profesión que podía hacer, ya que en aquel momento y, ahora también, se basa en la comunicación, en hablar bien, en que te guste el discurso. Y en eso, aunque medía 127 cm, era bueno. Además, me gusta la educación como fuerza de cambio y yo en 1973 en pleno franquismo creía y creo que la educación siempre nos liberará. Por eso decidí ser profesor.

Josep María alaña Profe y enano
Josep María Alaña (Fotografía de Francesc Melcion)

P: Afirma que, como docente, para usted lo más importante es la persona y que para enseñar es necesaria una gran dosis de empatía. ¿Cuánto tiene que ver esta concepción con su propia experiencia personal?

R: Es cierto. Para enseñar hay que amar a los otros, a tus alumnos; hay que tener vocación y ser consciente de que lo importante son ellos, no la materia. Si ellos no están bien, no van a entender nada y, además, no todos van al mismo paso. Evidentemente todas las personas que nos dedicamos a la docencia lo hacemos porque tuvimos algún profesor que nos enamoró, que nos cautivó, que nos abrió una nueva puerta para entender el mundo. Yo tuve la suerte de tener en quinto de carrera a una persona como Ramón Margalef.

P: ¿Qué ha sido para usted lo más gratificante y lo más difícil de su labor docente?

R: Cuando encuentras exalumnos y ves que se acuerdan de ti, de tus consejos, y ves que en la vida se están defendiendo. Lo más difícil: la pobreza, ver la injusticia y desigualdad de chicos y chicas que no pueden estudiar porque en su casa no tenían recursos suficientes, el cómo la escuela también distribuye las clases sociales. Entre las cosas gratificantes también está que hoy todavía las mejores notas de selectividad las obtienen chicas y chicos de los institutos públicos en Catalunya. Por eso defiendo siempre a la escuela pública.

P: ¿Cree que todavía existen en los centros escolares muchas limitaciones para las personas con discapacidad?

R: Sí. Aunque hoy las nuevas tecnologías y los recursos ayudan a personas con serias dificultades a poder continuar con sus estudios, los centros en sí cuentan con muy pocas adaptaciones y sensibilidades para ofrecer un concepto integral de educación inclusiva, sobre todo en Bachillerato y en los Ciclos Formativos. Por eso son fundamentales los trabajos de orientación profesional y vocacional en etapas tempranas partiendo de las diversidades funcionales que tengan los estudiantes.

«Cuando todo lo que hay que memorizar está en Google, entonces en la escuela hay que ir a socializar y a negociar, a aprender a aprender, a perder y a ganar, a trabajar por competencias«

P: ¿Qué debería cambiar del sistema educativo para que realmente hubiera una educación igualitaria e integradora?

R: Mirar, ver y copiar modelos del norte de Europa, retardar al máximo la entrada de los niños a la escuela, no antes de los 6 años, hacer una política familiar que posibilite tener hijos en condiciones, que los padres y madres puedan estar con sus hijos en los primeros años… Como decía Decroly, Montessori y tantos, trabajar la cooperación, fomentar la imaginación, los centros de interés. Cuando todo lo que hay que memorizar está en Google, entonces en la escuela hay que ir a socializar y a negociar, a aprender a aprender, a perder y a ganar, a trabajar por competencias.

P: En la opinión pública apenas hay referentes con discapacidad como la suya o los que hay son, a menudo, satirizados. ¿Cree que es beneficioso para los jóvenes que padezcan algún tipo de discapacidad contar con este tipo de referentes?

R: Sí, pero ya hay muchas personas con diversidades funcional que están en la universidad o en ciclos formativos. Hoy hay un cambio en la perspectiva de la inclusividad, ya que hasta permite la existencia de funcionarios públicos con diversidad funcional. El problema está en los padres, que dejen a sus hijos de 18 años salir del pueblo e ir a estudiar solos a la gran ciudad y ser autónomos. Esta es la palabra clave: autónomo para decidir tu vida.

P: Ha trabajado durante toda su vida para mejorar las condiciones y las oportunidades de las personas con su enfermedad. ¿Cuáles son las principales necesidades que deben cubrir?

R: Como todo colectivo reducido, nosotros somos unas 3.500 personas con una displasia esquelética o con enanismo en España, y si reunimos todas las displasias esqueléticas, podemos llegar a unos 14.000. Se necesita un censo oficial, un centro de referencia estatal de seguimiento de nuestra enfermedad en todas las etapas de la vida, que todos los centros de salud sepan cómo tratar a una persona acondroplásica. Necesitamos tener los certificados de discapacidad al día, que todos los servicios públicos estén adaptados a todas las tallas (en este momento hay edificios públicos en los que los mostradores son inalcanzables, que los cajeros automáticos también se adapten, los timbres …) Todas estas cosas se deben normalizar: las sillas, pupitres de las escuelas, armarios, etc. El Estado debería entender que las personas que miden menos de 140 cm también son ciudadanos, pagan sus impuestos y merecen ser tratados como tales.

P: También ha dedicado parte de su jubilación a ayudar educativa y socialmente a menores extranjeros con pocos recursos. ¿Crees que este tipo de jóvenes también sufren una ‘exclusión educativa’ por sus condiciones sociales y económicas?

R: Yo estudié en la universidad pública, que era económica en aquel tiempo, unas 4.000 pesetas de matrícula cada año y me lo podía pagar en verano con trabajos que hacía. Lo que era caro era que estuviera todo el año estudiando sin trabajar, porque en mi casa podían costear mi manutención. Y eso era gracias a los impuestos de la mayoría de trabajadores que no podían permitirse el lujo de tener un hijo de 16 años sin trabajar si en la familia eran 4, 5, 6 hijos. A eso yo le llamo ‘devolver la deuda’. Yo he colaborado y colaboro en proyectos de ayuda de emigrantes subsaharianos, ayudándoles a encontrar perfiles profesionales, formación… Porque creo que es una deuda que tengo con la sociedad que me ayudó y ahora me toca a mí. En el fondo es una deuda kantiana: se tiene que hacer y punto.

P: ¿Qué tres valores crees que son los más importantes para educar en diversidad? 

R: Aceptar la igualdad desde la diferencia individual y llegar donde podamos. El otro también me puede enseñar y yo aprender de él, ponerte la gafas del cariño, y no tener ningún prejuicio a la piel, al género, a la religión, a la ideología… Un día un chico subsahariano me explicó que “era el tercer hijo de la tercera mujer de su padre…” Aquí lo dejo… No somos perfectos pero eso no impide intentar que seamos buenas personas con nosotros mismos y con los demás.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/josep-maria-alana/

Comparte este contenido:

Venezuela: Música de tiempos históricos

Por: teleSUR – Lil Rodríguez

Había un movimiento musical incorporado a un movimiento independentista.

Bandas de Guerra, conspiraciones, partituras incendiarias hacen parte de una historia que es bueno refrescar en fechas especiales como la del nacimiento de Hugo Chávez Frías. ¿Por qué? Porque fue él quien devolvió a Venezuela al amor por sus orígenes históricos.

Convocamos hace algún tiempo al maestro músico Diego Silva Silva y al historiador Juan Carlos Báez.

¿Por qué un historiador y un músico? ¿Qué de la música en el proceso independentista? ¿Qué de la música en el entorno de sucesos tan traumáticos, dolorosos y definitorios como los de El Sacudón y posteriores?

Habla el maestro Diego Silva Silva

Con estudios realizados en la Escuela de Música José Reyna y en el Instituto de Fonología en Caracas, estudió Guitarra Clásica, Teoría de la música, Contrapunto y Fuga, Instrumentación, Orquestación y Formas Musicales, entre 1982 y 1989 se residenció en Nicaragua donde trabajó en el Departamento de Investigaciones y Fomento del Arte del Ministerio de Cultura, bajo la dirección de Ernesto Cardenal.

Compositor de música de cámara, sinfónica, para coro y orquesta, para solistas y orquesta y es Premio Casa de las Américas en Música. El aprendizaje social y político le vendría con la vida misma.

“No podemos hablar de la música en la independencia si no atendemos a lo que acontecía en esa etapa de la vida venezolana. Era una época de música europea, sí, pero era también una época de discurso político, de arenga permanente a través de la denominada canción patriótica. Ya se había conformado en Venezuela un movimiento de características pudiéramos decir, propias. El Himno Nacional es una de esas canciones patrióticas y se puede notar cómo independientemente de la melodía había una letra adecuada, propia de los momentos que se vivían”.

Llama entonces la atención un detalle en el que la historia que nos contaron no se detuvo «Había un movimiento musical incorporado a un movimiento independentista. Había numerosos soldados que eran músicos y, además, con el tiempo, se podría comprobar que no hubo en América otro movimiento musical con esas características. Muchos de esos músicos murieron en combate. Muchos de esos músicos fueron los grandes comunicadores de entonces. Todos adhirieron a la causa de nuestro padre Libertador Simón Bolívar. Eriza pensar en cómo Boves acabó con la Banda Patriótica en 1818…”

Diego Silva Silva se detiene en varios nombres, con aleatoria cronología: Atanasio Bello Montero, Juan Francisco Meserón, Juan José Landaeta, José María Isaza, Lino Gallardo…

La música y el Ejército Libertador

“La música estuvo instalada en los campos de batalla. Durante el período de la Guerra de Independencia en nuestra América, destacarán algunas figuras de la música militar al servicio de la tropas Libertadoras, entre ellos, el Capitán Juan de Dios Agraz (nacido en Villa de Cura, Edo. Aragua, Venezuela en 1790) designado por el propio Libertador Simón Bolívar para ser su Corneta de Órdenes, después de la Batalla de San Mateo y luego durante casi todas sus campañas en el territorio nacional y en la Campaña del Sur. El Libertador, por cierto, le obsequió una boquilla de oro para su corneta. Agraz falleció el 17de marzo de 1888, a los 98 años.

Otros músicos militares que cumplieron funciones similares al lado de Bolívar fueron, el cabo José Bernabé Dorantes, oriundo de Quíbor, Edo. Lara, donde se encuentra su tumba y los también quiboreños, Celestino Castillo, Corneta de Órdenes y José de la Encarnación Soto, Tambor de Órdenes.

En 1821 en Venezuela, la Banda de la Brigada de la Guardia, según reseñan las crónicas históricas, ensayaba en la casa del mayor Célis en Barinas, durante los meses previos a la Campaña de Carabobo.

“En Carabobo hubo 22 bandas”, dice el maestro Silva Silva. “La música siempre acompañó nuestras batallas. No se trataba de que estimulara el combate, que lo hacía, sino que ella era una forma de comunicación. La Banda de Guerra retransmitía las órdenes de los Libertadores. ¿Cómo escuchar una orden en medio de un campo de batalla en tiempos en que no había ni telefonía ni mayores adelantos en comunicaciones? Por esa misma razón los músicos de las bandas eran militares. Podía haber militares que no fueran músicos, pero no podía haber músicos que no fueran militares”.

Silva Silva agrega que en condiciones de batalla, los diferentes toques de corneta comunicaban órdenes concretas a los hombres en el campo: Degüello, Carga al machete,  Avance, Retirada…

También nos indica que tan sagrada como la Banda de Guerra era la Casaca, pues ella indicaba visualmente quién impartía una orden y el rango del músico ejecutante de los cantos de Batalla. “Usurpar una casaca siempre estuvo castigado con la muerte”.

La Canción Patriótica nos permite un hilo especial para tejer nuestra historia. En ellas están contenidos los sucesos y la proyección que sobre ellos hacían el pueblo y sus libertadores. Los músicos de entonces arriesgaron su vida. Su música vivía casi en la clandestinidad porque la Inteligencia de España, (como la CIA de hoy) sabía que el pueblo respondía a esas canciones inflamadas de fervor independentista.

Del Sacudón y sus revelaciones

La historia contada en dos tiempos, cantada en dos tiempos. Tiempos que dinamizaron procesos sociales y dieron horizonte a la soberanía. Si para 1814 hubo música asociada a la gesta emancipadora, para la última etapa de nuestro siglo XX también la hubo.

Diego Silva Silva aportó luces en torno al proceso musical unido al proceso de Independencia. Juan Carlos Báez lo haría en el entorno de lo que históricamente es El Sacudón (ó Caracazo) cuando la llamada música urbana tenía, desde hacía años, perfiles sociales propios.

¿Qué de la música en el entorno de sucesos tan traumáticos, dolorosos y definitorios como los de El Sacudón? ¿Había, igualmente un movimiento musical a tono con la temperatura de los venezolanos para ese entonces?

Historiador Juan Carlos Báez. I Foto: VTV

Juan Carlos Báez, historiador, con una Tesis de Grado que fue en su momento todo un escándalo en la UCV y en la comunidad salsera, pues demostró que la Salsa (en tanto que música popular) tenía una historia que contar, y con ella los pueblos que la comenzaron a proyectar como un valor cultural y social señaló: “No se trataba solo de la salsa. Hubo muchos géneros, ritmos, intérpretes y hasta modas que evidenciaban una forma de comunicación de sucesos y ambientes que se desarrollaban en el Caribe, y, por supuesto, en Venezuela”.

Juan Carlos, al igual que Diego Silva, indica que se debe anotar el entorno de la explosión musical que precedió y estuvo presente durante los sucesos políticos que desembocaron en El Sacudón del 27 de febrero de 1989.

Circunscribiéndonos a ese contexto podemos anotar que ya unos cuantos venezolanos intentaban hacer síntesis con las experiencias musicales que se vivían. Por ejemplo, en diciembre de 1976 se dio la enriquecedora experiencia de “Son Montuno y Guaguancó” que adelantó el arquitecto Domingo Álvarez para intentar dar contexto a lo que pasaba con la música en la ciudad capital.

Juan Carlos Báez planteó que la salsa nacida en Venezuela es una forma cultural popular, llana e irreverente, expresándose más allá de la música, en la intencionalidad.

–¿Se puede hablar entonces de un movimiento social enlazado al musical, para 1989?

“Sin duda. Porque no fue que los grupos y músicos estaban excluidos de su realidad. Las zonas populares de Caracas (y de todo el país) son en un alto porcentaje el sitio de nacimiento, desarrollo y trayectoria de muchos y valiosos músicos nuestros, desde Antímano, Petare, o La Vega, pasando, claro por San Agustín y La Pastora por citar nada mas algunas parroquias, además del resto del país, que no se puede obviar. Si atendemos a que antes que músicos fueron niños y niñas creciendo al calor de problemas, conflictos y resistencias sociales, podemos entender que ese aire perneó posteriormente sus obras”.

Juan Carlos apunta al detalle de la acumulación de fuerzas en el pueblo venezolano, que detonaron en 1989.
“Me llama la atención el detalle de los liderazgos. Para 1959, es decir, para la caída de Pérez Jiménez, hubo un liderazgo, encarnado en grandes luchadores y en la figura inolvidable de Fabricio Ojeda.

Y luego los hubo en El Porteñazo, en El Carupanazo, respaldados por movimientos populares. No resulta entonces casual que para las décadas de los setenta y los ochenta la oligarquía venezolana, sus presidentes y su aparato represor se dedicara selectivamente al exterminio de líderes. Lo vivimos con Alberto Lovera, lo vivimos con Jorge Rodríguez, con Noel Rodríguez, con la masacre de Cantaura, con la desgracia de Yumare. Creo que exterminar líderes se convirtió en todo un plan con objetivos específicos”.

Algo tienen en común los músicos que enarbolaron banderas hacia 1810 y los que enarbolaron las banderas hacia 1989. Diego Silva Silva y Juan Carlos Báez apuntan que salir a cantar en los barrios de Caracas se convirtió en un acto subversivo.

“Era arriesgar la vida. Ahí están como ejemplo quienes integraron el grupo cultural Pro Patria, el Taller de Sarría, el movimiento de Veterinaria en Maracay, los festivales por los presos políticos, que se daban en el Aula Magna, en fin, que los músicos fueron generando espacios a pesar del peligro y la represión. Y además, la música en la calle fue ayudando en la recuperación identitaria. Nos acompañó en la peor etapa del neoliberalismo en nuestro país, en la etapa de las privatizaciones, en el llamado Viernes Negro… Cada vez que hay insurgencia popular, hay un movimiento musical que la respalda. Alí Primera no vivió los sucesos de febrero de 1989, pero ya había apuntalado la conciencia social con su canto”.

Báez apunta otro detalle. “Aparentemente, en materia de música y eventos todo lo importábamos: las orquestas, el carnaval, el arbolito en diciembre… pero, indudablemente había un movimiento nacional propio. ¿De dónde salen si no Alí Primera, Gloria Martín, Lilia Vera, Cecilia Todd, Serenata Guayanesa, Un Solo Pueblo, Gualberto Ibarreto, El grupo Madera, La Dimensión Latina, Los Dementes, Federico y su Combo, el movimiento zuliano de Los Imperials, Los Master, Los Blanco?  ¿De dónde el vigoroso movimiento gaitero que tantas veces fue reprimido y prohibido? No: no importábamos todo. Nosotros mismos éramos en nuestras propias condiciones. Esas voces insurgentes revelaron en sus momentos la carga cultural que le antecedía por obra de pintores, compositores, poetas, Aquiles, Luis Mariano, es decir esas voces revelaron una verdad de la que todavía hoy no tenemos plena conciencia”.

-¿Hubo y hay, entonces, un movimiento musical nacionalista enraizado con nuestra contemporaneidad?

Juan Carlos y Diego contestaron a dúo: “La música, más que música es una forma de vida. El nacionalismo no es estético, sino ideológico, y sale a la palestra cuando se le necesita”.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/telesuragenda/venezuela-musica-tiempos-historicos-20220728-0034.html

Comparte este contenido:

Literatura en cuestión: ¿censurar obras en educación?

Por: ANRed

La semana pasada trascendió en Neuquén la noticia sobre el cuestionamiento a la novela «Cometierra» de la autora Dolores Reyes. El hecho sucedió a  partir de la denuncia de un grupo de familias del colegio Pablo VI de esa provincia quienes se mostraron en desacuerdo con la elección de dicha novela por contener «escenas sexuales» y un «lenguaje inadecuado». El intento de censura  proviene de grupos conservadores pertenecientes a la Democracia Cristiana de Neuquén. En sus redes sociales la concejal Nadia Márquez, la denominó como «material de lectura pornográfico». A raíz de las repercusiones, dialogamos con Hernán Ocantos docente de literatura quien tomó la decisión pedagógica de utilizar Cometierra en sus clases, para abordar sobre algunos ejes de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). «Les pasé la noticia a mis alumnos, comenté la situación y pregunté: ¿creen que leímos una novela pornográfica? Casi que se burlaron de mi pregunta. Les parecía totalmente fuera de contexto considerar a este libro de semejante manera. Entonces me pareció que ahí quedó el asunto zanjado: la declaración de los propios estudiantes calificando como una broma esta acusación sobre la novela en cuestión» . Por ANRed


«Allí donde se comienza quemando libros,se termina quemando hombres»
(Heinrich Heine)

En la literatura existen millones de historias que a pesar de ser ficción, sus tramas funcionan como un espejo de las descarnadas realidades vividas y experimentadas por todes. Es por eso que a lo largo de la historia la censura ha operado como un mecanismo de prohibicción de aquellas obras cuyo  contenido potencial podía ser interpretado como «peligroso».

Si pensamos en la palabra censura, ésta nos remite a la última dictadura cívico militar acontecida en nuestro país. Sin embargo han pasado mas de 40 años y el intento de prohibicción de una obra de arte se hace tiempo presente. Ésto fue lo que sucedió con la novela de la autora Dolores Reyes, titulada «Cometierra» que fue recientemente cuestionada en la provincia de Nequén por considerarla «material de lectura pornográfico».

El hecho sucedió a  partir de la denuncia de un grupo de familias del colegio Pablo VI de esa provincia quienes se mostraron en desacuerdo con la elección de dicha novela por contener «escenas sexuales» y un «lenguaje inadecuado». El intento de censura de la obra proviene de grupos conservadores pertenecientes a la Democracia Cristiana de Neuquén, impulsado desde su posición detractora de la ESI.  En la red social Twitter, Nadia Judith Márquez, concejal neuquina integrante de la Democracia Cristiana viralizó un video dónde decía: “Padres de segundo año de un colegio de Neuquén sumamente disgustados por el material pornográfico que les dieron de lectura a sus hijos totalmente inadecuado para la edad que tienen”.

Dadas las repercusiones que trascendieron a los medios de comunicación, ANRed dialogó con Hernán Ocantos Docente de Literatura en Escuelas Secundarias del conurbano bonaerense, quien tomó la decisión pedagógica de utilizar Cometierra en sus clases para abordar algunos ejes de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI).

ANRed: ¿Por qué tomaste la decisión pedagógica de abordar ésta obra en tus clases?

Hernán Ocantos: En primer lugar porque desde mi basto recorrido comod docente de literatura siempre me propuse pensar y repensar el canon escolar. Esa es una zona que me interesa como hacedor artesanal del curriculum. Llegó este verano a mis manos Cometierra y me pareció que podía andar muy bien en los sextos años en particular. Y así fue. Por otro lado me parecía que la obra iba muy bien con algunos ejes de la ESI con los que vengo trabajando incluso desde antes de la existencia de la ley tales como los vínculos familiares, la violencia de género, las sexualidades, las infancias y las adolescencias a partir de la experiencia de la protagonista, entre tantos otros. Además Cometierra nos permite trazar una serie de intertextualidades y de conexiones con otros textos vinculados a la literatura argentina, tanto la más tradicional y recorrida como la contemporánea. Por ejemplo, me cae simpática la idea de Carlos Gamerro acerca de los nacimientos y renacimientos de nuestra literatura. Él realiza un trazado a partir del tópico de la violencia y me parece que Cometierra dialoga muy bien con esa propuesta. A su vez pudimos también asociarla con las leyendas urbanas, a partir de esta especie de pitonisa del conurbano capaz de ver mucho más allá de lo que otros ven, por el simple hecho de comer tierra. En definitiva, todo este universo me pareció que podría andar bien en el aula y así resultó.

ANRed: ¿Qué repercusiones tuvo la novela en les alumnes?

H.O: El texto tuvo una gran repercusión. La primera que me gustaría destacar es que cuando planteé en uno de mis cursos la idea de trabajarla una chica de unas de mis escuelas en Villa Albertina dijo: ¡Ah profe, mi papá nos volvió locos con esa novela en el verano!. Entonces le pregunté si el padre se dedicaba a la literatura o era lector asiduo y me respondió que no que era camionero y que no había terminado el secundario. Me comentó también que su padre supo de la existencia del libro producto de haber escuchado la lectura de unos fragmentos en la radio en el programa de la Negra Vernacci. Entonces le propuse si quería invitarlo a su papá a presentarnos la novela antes de comenzar a leerlo en el aula, ¡y vino! Habló del libro, con su ejemplar en la mano, y dijo algo así como: en este libro van a encontrar un pedacito de cada uno de ustedes. Defendió la elección que hice de ese libro diciendo eso. En un momento uno de los chicos le dijo: ¿te animás a leer un fragmento? y lo hizo. Con dificultades como alguien no habituado a leer en voz alta. Sin embargo, se generó un clima amable y literario. Lo ayudé un poco en la lectura y leímos la introducción y un párrafo del primer capítulo. Antes de retirarse nos recomendó otra lectura: Las malas de Camila Sosa Villada. Insisto, la recepción que tuvo la novela ha sido brutal, lapidaria. Quisiera destacar los momentos vinculados a la violencia de género. Tanto durante la clase como en la evaluación que les propuse al final del cuatrimestre, podría decir grosso modo que un 90% de los chicos y las chicas de 6to (tengo cuatro) confiesa haber sido testigos en sus casas de situaciones de violencia de este tipo.

De manera que el planteo que se está haciendo a partir de las repercusiones de lo que sucedió en la escuela en Neuquén, sobre el por qué trabajar literatura pornográfica (que por supuesto no es así) parece obedecer a cierta ceguera, a cierto conservadurismo, a cierta ignorancia que aún preservan algunas instituciones. Está claro que lo que se puede extraer de la lectura de Cometierra es mucho más relevante que el hecho de que en dos pasajes del texto haya dos escenas de sexo y se use la palabra “pija”, hecho que parecería ser lo «controvertido del texto» en relación con su inclusión en una clase escolar.

Les pasé la noticia a mis alumnos y les comenté la situación y la pregunta que les hice fue ¿creen que leímos una novela pornográfica? Casi que se burlaron de mi pregunta, les parecía totalmente fuera de contexto considerar a este libro de semejante manera. Entonces me pareció que ahí quedó el asunto zanjado: la declaración de los propios estudiantes calificando como una broma esta acusación sobre la novela en cuestión.

Fuente de la información e imagen:  ANRed

Comparte este contenido:

Mujeres sabias e indígenas: una historia de lucha contra el terricidio y el chineo

Por: Michelle Grandville

Desde Tierra Roja y para conmemorar el 3J #NiUnaMenos, entrevistamos a Evis Millan y María Romero, dos activistas integrantes del movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir. Aquí nos cuentan, entre otras cosas, cómo afecta el terricidio en sus comunidades, la práctica aún existente del chineo, sus graves consecuencias y las acciones que están llevando adelante para visibilizar y pedir al Estado que condene estos abusos.

#BastaDeChineo es una de las consignas de lucha del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, quienes desde el 2013 recorren el país en la búsqueda de visibilizar sus cuerpas-territorio, sus cosmovisiones, identidades y derechos.

“¿Sabías que en Argentina, aún hoy, hombres criollos violan, torturan y matan mujeres y niñas indígenas?
El ‘chineo’ llegó con la colonización y la opresión sobre nuestros cuerpos-territorios”. 

Extracto del documento referente a la campaña #BastadeChineo del Movimiento de Mujeres Indígenas.

—Cuéntennos un poco acerca del origen de la palabra “chineo”.

—EM: La historia del chineo se remonta al momento de la colonización. Cuando se creó este Estado, se naturalizó el hecho de “agarrar” a las niñas indígenas por parte de los criollos que iban a instalarse en las comunidades y se lo definió en su momento -y hasta ahora- como algo bueno. Era un acto de hombría “sacarle la virginidad” a las niñas. A esta situación aberrante, se la denominó chineo. La palabra viene de la visión que tenían los criollos hacia las mujeres indígenas como las “chinitas”. Esto se mantuvo a través de la lógica colonizadora, ese era el poder que tenían los criollos y que siempre ejercieron.

Durante mucho tiempo, la misma Justicia lo definió como un acto natural o cultural que manteníamos en las comunidades, y la realidad es que en nuestros pueblos nunca tuvimos esa lógica, eso fue traído de afuera. 

—MR: Ninguna niña, joven o mujer tiene que pasar por esa experiencia que, hasta el día de hoy, se sigue practicando. Tenemos una Secretaría de la Mujer que no visita a las comunidades y un Estado totalmente ausente. Eso es lo grave, porque no tenemos apoyo.

—¿Cómo juega la educación en esta problemática?

—EM: Justamente, hay que hacer un trabajo muy profundo en la educación porque es la base de todo. No existe un apoyo escolar hacia nuestras niñas indígenas para que puedan entender la importancia de su identidad. Cuando ellas van a la escuela, les enseñan que los indígenas “son unos vagos, unos ignorantes”, entonces ese niñe va creando una historia totalmente ajena a sí misma y no quiere saber nada con su identidad, lo cual provoca un descontrol en su ser. Es importante destacar que negar su identidad hace que tenga más miedo para enfrentar todo tipo de violencia. Es un círculo muy complejo.

También vemos hermanas que se suman al movimiento con muchas ganas de cambiar, pero lamentablemente a veces están solas. Somos conscientes de que es muy difícil dar el primer paso, pero en algún momento hay que hacerlo; seguramente, en el transcurso de los años, se irán sumando más y verán que unidas podemos cambiar nuestra realidad.

—¿Cómo impacta el terricidio y el chineo en el día a día de las mujeres indígenas? ¿Qué consecuencias trae hoy que una niña sea violentada? ¿Qué genera eso en la comunidad y en las familias?

—EM: Una violación o asesinato producto del chineo provoca un desequilibrio muy grande no solamente en las familias, sino en todo su entorno. En el caso de las violaciones, muchas veces nos preguntamos cómo va a sanar esa niña si no hay un sostén adecuado. Generalmente, cuando suceden estos hechos, el Estado asigna unx psicólogx para acompañar el caso. En esta sociedad, se cree que es importante el rol que ocupan los psicólogos, pero nuestro pueblo entiende que, cuando nos enfermamos, no solo se enferma nuestro cuerpo, sino nuestro espíritu. Algo básico para nosotros como pueblos originarios es la espiritualidad y nuestra visión de sanación a través de ceremonias, un acompañamiento de nuestras mujeres sabias, las que tienen ese conocimiento de nuestras ancestras. Y lamentablemente, a veces es complicado seguir estos pasos porque la Iglesia y el Estado han hecho estragos en nuestros territorios. Nosotros también hablamos de la violencia religiosa que nos impusieron y que, de alguna forma, siempre ha querido suprimir nuestro conocimiento ancestral. 

—MR: Cuando se violenta a una mujer es como dice Evis, se enferma todo el ser, el cuerpo y el entorno. Yo no creo en la psicología blanca como forma de sanación, creo más en sentarme debajo de un árbol y escuchar la vida que tiene. Sé que va a ayudar a sanar mi espíritu, mi ser todo y mi entorno. Lamentablemente, las que vivimos en las comunidades urbanas ni eso nos queda. Muchas veces no tenemos los medios ni el espacio para ir a sanar. Si ves cómo están nuestras comunidades, te dan ganas de llorar. Nosotros que acá teníamos monte, no existe más, se volvió todo soja. Es muy doloroso.

—EM: Justo hoy recordaba que, en el 2020, largamos la campaña “Basta de chineo”, el 10 de febrero. La situación es cada vez peor, no han parado los feminicidios ni las violaciones. Nos quieren hacer creer que hay un gobierno abierto al diálogo, que ha generado herramientas políticas en apoyo a nuestros pueblos, pero la realidad es que no se ha avanzado en ninguno de los temas que prometieron. Al contrario, se ha agravado la situación, sobre todo, en los territorios del norte.

—Y qué sucede con el Poder Judicial, ¿se puede denunciar?

—EM: Es muy difícil hacer la denuncia por parte de nuestras mujeres indígenas. Lo vemos a diario en las comunidades, con nuestras hermanas en el norte. Y no solamente no tienen respaldo del Estado, sino tampoco de su propia comunidad. Muchas hermanas tienen temor, no se animan a enfrentar al cacique, al intendente, al gobierno o a los empresarios que están asesinando todo.

La última niña wichí, Pamela, la encontraron muerta y, hasta el día de hoy, la familia está pidiendo justicia. Aparentemente, habían arrestado un adolescente, pero todos saben que detrás de ese femicidio habían varias personas adultas blancas y no eran indígenas, pero entre ellos se cubren siempre. Vemos esa injusticia donde a la policía no le interesa la muerte de las niñas indígenas. Es muy difícil, ya que muchas hermanas por miedo tampoco se animan a hacerla pública.

—¿Qué impacto tiene hoy que una niña no vaya al colegio?

—EM: Algunas hermanas nos han comentado que las jóvenes quieren seguir estudiando, pero tienen miedo de que las agarren en el camino, las violen o las maten. Y lo grave de todo es que dejen de mandar a las niñas al colegio por miedo. Muchas veces deben hacer varios kilómetros caminando para llegar a la escuela más cercana y no tienen un vehículo para movilizarse. La consecuencia más grave es que, al dejar la escuela, en algunos casos, no aprenden castellano y muchas de ellas siguen hablando su lengua natural. A nosotros, como mapuche, nos han impuesto el castellano y lo manejamos mejor, pero en el norte es todo lo contrario. Eso limita al momento en que van a reclamar derechos o hacer una denuncia. Y en los casos que se animan a hacer la denuncia, el Estado no cumple con el derecho de proporcionarles un traductor. No son escuchadas y esto automáticamente las limita. 

—¿Qué temáticas abordan desde el Movimiento y qué acciones están llevando a cabo para visibilizarlas?

—EM: En nuestra agenda, siempre hacemos hincapié en cómo podemos sostenernos cada una de forma autogestiva. Seguimos apostando por el programa Hacedoras por el Buen Vivir (propuesta impulsada por el movimiento que plantea una marca colectiva e identitaria para generar autonomía económica), donde la propuesta es que cada una de las hermanas que conoce algún saber ancestral lo pueda vender y, al mismo tiempo, sea una entrada económica para ella y su familia. Actualmente, es muy difícil el apoyo de organismos del Estado y todo nos cuesta el doble.

Venimos también trabajando hace ya bastante tiempo en varias campañas, todas relacionadas con el terricidio. Como concepto, el terricidio abarca el chineo, el derecho a la medicina ancestral, al territorio, a la educación (pero nuestra propia educación como mujeres indígenas).

—MR: El año pasado, viajamos con algunas hermanas y tuvimos la oportunidad de reunirnos con algunos ministros y ministras para contarles desde nuestra visión la situación que se está viviendo en las comunidades. Una de las propuestas que planteamos es tener el apoyo del Estado para llevar a cabo un proyecto que definimos como Defensoras Territoriales. ¿Qué sería esto? Que en cada territorio nuestras hermanas indígenas puedan ejercer el derecho a ser acompañadas en condiciones normales y más aún en presencia de alguna injusticia. Las Defensoras Territoriales deberían estar ahí presentes, llevar a cabo capacitaciones, cumplir el rol de traductoras para los casos que amerite y acompañar ante cualquier acto de violencia ejercida. No solo a las víctimas de violación, sino también a la violencia que se presenta ante desalojos forzados; acto que sucede a diario por parte de empresarios y que además el Estado es cómplice. Otra de las responsabilidades que tendrían estas defensoras es ejecutar continuamente un relevamiento de lo que está sucediendo en cada caso particular de nuestras comunidades, porque actualmente no existe algo similar en cuanto a la situación indígena. En esa oportunidad, los ministros y ministras se comprometieron en ayudarnos a presentar este proyecto para financiarlo y nunca nos llamaron. Nosotros igualmente seguimos empujando, viendo la posibilidad de conseguir apoyo de organizaciones de otros países que puedan financiarlo, porque entendemos que el Estado no nos va a ayudar.

—EM: Otra gran acción que estamos llevando a cabo con esta problemática del terricidio es un proyecto de ley para presentar al gobierno. Para esto, se conformó un grupo con apoyo de abogades, compañeres ambientalistas y de otras organizaciones, para generar charlas y que nos ayuden a impulsarlo. Queremos que se haga justicia y se condene a los responsables del terricidio. Porque esta problemática asesina el territorio, la naturaleza, los animales y otros seres humanos. Todo tiene vida para nosotros. Y realmente esta situación no solo involucra a los pueblos indígenas, sino a toda la sociedad argentina, porque lo que está sucediendo en el sur y en el norte respecto a los incendios nos compete a todos y todas.

El pasado mes de abril de 2022, en Chicoana -provincia de Salta-, unas 250 mujeres representantes de las 36 naciones originarias se reunieron en el Tercer Parlamento Plurinacional de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir, donde definieron una agenda en común y presentaron un documento que exige terminar con los crímenes de odio contra las mujeres y niñas de las comunidades, mal llamado “chineo”.

Imagen de portada: Victoria Eger para Feminacida.

Fuente de la información e imagen:  Tierra Roja 

Comparte este contenido:

Entrevista a Nieves Maya: ‘El éxito en la educación está en la personalización’

https://www.eitb.eus

Entrevistadas en Radio Vitoria Gaur Magazine Nieves Maya, directora de Carmelitas Sagrado Corazón e Iratxe Ortiz de Orruño, pedagoga, afirman que la repetición de curso es, en ocasiones, contraproducente para el alumnado.

espedimos el curso escolar con la llegada del verano y llega el momento de que muchas familias se planteen cómo va a ser el verano de sus hijos e hijas y cómo va a ser el siguiente curso. La gran mayoría pasará de curso sin problema, pero hay quienes tendrán que asimilar que tienen que repetir curso. Algo que ha ido cambiando con el paso de los años y es que, con la nueva reforma educativa, la LOMLOE, no se fija una cifra concreta de materias superadas que impide graduarse. Repetir curso o pasar de curso queda ahora en manos de los profesores y familiares.

Entrevistadas en Radio Vitoria Gaur Magazine Nieves Maya, directora deCarmelitas Sagrado Corazón e Iratxe Ortiz de Orruño, pedagoga y experta en terapia de familia y pareja, aseguran que repetir puede llegar a ser contraproducente para el alumno.

Y es que, la mayoría de los estudios demuestran que los países donde no existe la repetición, son los que mejores puntúan en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes. Es decir, Finlandia, Noruega, Reino Unido o Japón son algunos de los países en los que no se repite y, por ejemplo, Japón, es referente en matemáticas. La directora de Carmelitas tiene claro que ‘el éxito está en la personalización’.

Cada alumno o alumna es un mundo. Y una persona con dos suspensos puede afrontar con éxito el próximo curso y otra persona no. Aunque cierto es que, en caso de repetir, hay que reforzar la educación de ese alumno con medidas educativas de refuerzo.

La impotencia, el fracaso, el sentimiento de culpa, es algo que se transmite de padres y madres a hijos e hijas cuando tienen que repetir. La pedagoga recomienda tomarse la repetición como ‘una nueva oportunidad ya que su autoestima puede verse beneficiada’.

Así, nos recomiendan, en primer lugar, evitar el castigo o las consecuencias de repetir y dejar que la persona descanse durante el verano, sin agobiarlo con particulares y que la repetición se tome como una nueva oportunidad. Es decir, que el mensaje que se le dé a los hijos e hijas sea positivo y no culpabilizar.

https://www.eitb.eus/es/radio/radio-vitoria/programas/radio-vitoria-gaur-magazine/detalle/8887280/nieves-maya-el-exito-en-educacion-esta-en-personalizacion/

Comparte este contenido:

Abuso sexual contra las infancias: ¿una realidad de la que nadie quiere hablar?

Por: La Tinta

 

Conversamos con Flora Sofía Acselrad, de la Red de Judiciales Feministas, sobre las falencias y obstáculos en el sistema judicial con los casos de denuncia de abuso sexual en las infancias. ¿Qué pasa con esta piedra en el zapato de la sociedad que no se quiere ver? No hay estadísticas oficiales ni formación específica para integrantes de la Justicia, tampoco en las carreras y, sobre todo, no se le cree a niñxs y se patologiza y criminaliza a quienes intervienen en favor de la víctima, puntualmente, a las madres protectoras.

Una de las consignas desde Ni Una Menos, hace tiempo, es poner en agenda mediática lo que están trabajando y denunciando las organizaciones de madres protectoras sobre casos de Abusos Sexuales en la Infancia (ASI). Hay momentos en que socialmente algunos de esos casos conmueven, la gente se horroriza, se pregunta cómo puede ser posible y, luego, en general, se duda. Porque en una cultura adultocéntrica, la voz de las infancias siempre ha sido puesta en duda y, en una cultura patriarcal, la voz de la madre que denuncia es cuestionada. Así las cosas, país.

El abordaje institucional en los casos de abusos sexuales está en cuestión en todo el país, si bien solo nos enteramos de algunas historias, quienes están trabajando en la temática observan patrones y lógicas similares. A fines de febrero, se puso en funcionamiento, en el Congreso de la Nación, una Mesa Nacional Contra el Abuso Sexual a las Infancias.

Daniela Rosso, madre protectora, explicó: “Hay 6 casos en Argentina marcados como casos graves: Flavia Saganías, Gilda Morales, la niña Arcoíris, la niña Sol, Michelle y la niña Alicia. En todos los casos que hay ASI, hay una mujer que denuncia, que busca protegerles, prácticas de encubrimiento judicial, grupos antiderechos operando; y en todos los casos, hay respuestas ilegítimas por parte del Estado”.

En La Rioja, la causa de la niña Arcoíris consta de cinco denuncias por abuso sexual -realizadas entre 2018 y 2022- y el relato de la víctima; sin embargo, la niña será revinculada con el entorno del abuelo denunciado. “Suficiente para activar protocolos de cuidado, acompañado por irrefutables pruebas constatadas por organismos pertinentes. La Defensora de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, Marisa Graham, presentó un amicus curiae en defensa de la palabra de Arcoíris. El Poder Judicial riojano, contra toda prueba y legalidad, desoye a la niña y a su mamá, en un claro intento de encubrir al abusador”, expresaron días pasados desde el equipo de trabajo Justicia por Arcoíris.

El pasado 30 de mayo, la fiscal Nadia Schargrodsky pidió la prisión de Delfina, mamá de la niña Arcoíris, “con argumentos carentes de validez, con el claro objetivo de apartar a la única garante de la integridad física y emocional de la niña”, agregaron desde el equipo, quienes están exigiendo a la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, y a Gabriel Lerner, secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, que ejecuten las medidas de protección que correspondan y se constituyan como querellantes.

fotogalería-Flavia-Saganias-9
(Imagen: Diana Segado para La tinta)

El pasado 27 de abril, se realizó una conferencia de prensa de apoyo y visibilización para que la Corte Suprema de Justicia revise el caso de Flavia Saganías, condenada a 23 años de prisión por los tribunales de Cruz del Eje. Denunció a su ex pareja por abuso a su hija, la fiscalía de Cosquín archivó la causa, ella hizo un escrache en redes y fue acusada de ser la autora intelectual del ataque que su hermano y madre cometieron contra el denunciado. Mientras Flavia cumple su condena, el caso de su hija sigue esperando.

La abogada de la niña, Marcela Cano, expresó: “La niña sufrió situaciones de revictimización al momento de la denuncia, quien fue trasladada por su mamá desde Capilla del Monte a Cosquín a las 4 a. m., en colectivo para que, luego de una larga espera, la trasladasen en móvil policial a la ciudad de Córdoba donde, sin almorzar ni merendar, a las 17 horas, iniciaron la cámara Gesell tratándose de una persona que no estaba preparada para ello. También queda en evidencia que el Estado contribuye a ello toda vez que las víctimas carecen de los recursos y del acceso a profesionales que asistan de manera integral la situación de violencia y abuso vivida”. Luego de que la primera denuncia fuera archivada en 2017 por falta de pruebas, en 2018, Flavia intentó que se desarchive con nuevas pruebas y constituida ella como querellante, pero le denegaron el procedimiento, que logró recién en 2019.


El estereotipo de la mujer despechada o que busca venganza con sus ex parejas, los argumentos de falseamiento, hipótesis de investigación y métodos o pericias basados en el llamado SAP (Síndrome de Alienación Parental) son estrategias de defensa muy vigentes y preocupantes, que desgastan los entornos de las víctimas. Burocracias, trabas, barreras reales y simbólicas para que se desista de la denuncia y la vía legal. Nadie quiere ni está preparadx para afrontar este tipo de violencias, menos cuando lo que se observa son casos que muestran lo pantanoso del camino.


Para analizar los principales obstáculos y falencias del sistema de administración de justicia en el abordaje de las causas por abuso sexual contra las infancias que existen en la actualidad, conversamos con Flora Sofía Acselrad, exdirectora de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de la Nación (CSJN) y autora del proyecto que se transformó en la Ley Micaela, integrante de la Red Judiciales Feministas.

—¿Por qué no existen estadísticas que muestren las denuncias de abuso sexual en las infancias y las condenas o tratamientos judiciales de los mismos? ¿Cómo podría el Estado avanzar en dar una respuesta a esto?

En principio, a diferencia de otros países, la actividad judicial no jurisdiccional -esto es el trabajo que no está directamente relacionado con el dictado de decisiones judiciales- no está suficientemente jerarquizada. Esto trae como consecuencia falta de inversión suficiente -en tiempo y también en la dedicación que requiere- y las estadísticas son parte de ese trabajo no jurisdiccional del Poder Judicial. Por otro lado, en nuestro sistema federal, hay una dificultad adicional que se vincula a que cada Poder Judicial provincial elabora sus propias políticas judiciales y, por lo tanto, no es fácil unificar los datos de todo el país. Esto es lo que pasaba hasta hace no tanto con los datos sobre femicidios que eran aportados por la ONG La Casa del Encuentro, a partir de la información de los diarios. La Oficina de la Mujer elaboró un sistema de recolección federal, unificando criterios para la carga de datos que bien podría utilizarse agregando los vinculados a las causas por abuso sexual en las infancias.

—A partir de lo que has podido indagar de algunos casos: ¿qué pasa con los casos que ingresan al sistema de justicia? ¿Qué patrones vinculados a la falta de formación específica, las dificultades en cómo se trata a niñxs, el procedimiento de la cámara Gesell y las revictimizaciones se repiten en el tratamiento de los mismos?

Se sabe que el número de casos que se judicializa es ínfimo. En esta clase de hechos, hay diferentes factores que contribuyen a silenciar a las víctimas: el hecho de que un alto porcentaje de estas situaciones ocurre en el ámbito familiar y son perpetradas por personas de su ámbito de confianza; la enorme vulnerabilidad de las víctimas, que las hace totalmente susceptibles a la manipulación y amenazas del abusador; en ocasiones, la parálisis de la familia ante el impacto que genera el descubrimiento. A todo ello, se suma que, cuando las causas llegan al Poder Judicial, el sistema pretende que niñas, niños y/o adolescentes se adapten a sus tiempos, a sus formas, a sus procesos, a sus lugares construidos desde una mirada totalmente adultocéntrica desde el punto de vista estructural. Esto genera no solo que, en una importante cantidad de casos, el abusador sea absuelto, sino que además se revictimice a lxs niñxs y jóvenes, así como a las personas que lxs acompañan en su petición de justicia.

Abuso-infantil-violadores-infancia-nenes-la-tinta-04
(Imagen: La tinta)

—¿Por qué no se les cree a lxs niñxs que manifiestan o expresan con palabras y conductas indicios de abusos? ¿Y por qué hay tanto castigo contra las madres que denuncian?

El sistema es adultocéntrico y, por lo tanto, aunque con algunas diferencias mínimas, la exigencia probatoria es comparativamente más exhaustiva que en el caso de los abusos a personas adultas. Así, se pretende que declaren en cámara Gesell y cuenten los abusos frente a una persona extraña, el día que la justicia fija, en lugares que, salvo excepciones, no tiene nada de atractivo para lxs niñxs. En vez de entender que tienen sus tiempos, que tal vez se pueda lograr con alguien que conocen y tienen confianza, a través de juegos, con gestos, con dibujos, y de manera fragmentada decir lo que les ocurrió. Correlativamente, y aunque culturalmente las mujeres aún somos socializadas para ser las principales cuidadoras y, en esta clase de hechos, son testigos privilegiadas del cambio de conducta de sus hijos e hijas, el sistema actúa con prejuicios hacia ese testimonio pues prima el estereotipo de “mujer despechada” que intenta utilizar la denuncia en contra de su expareja.

—¿Por qué este tema es urgente a la vez que presenta tantas resistencias, no solo desde las instituciones del Estado, sino para hablarlo socialmente?

No sé bien la respuesta a esta pregunta, pero entiendo que es porque se trata de situaciones tan aberrantes que nos cuesta aceptar que suceden, preferimos cerrar los ojos, no creer que las personas son capaces de infringir semejante daño a quien debieran proteger. El descreimiento es la reacción inmediata del círculo cercano frente a la develación del abuso. En cuanto a las instituciones, están habitadas por personas que les cabe esas consideraciones y donde evidentemente lxs niñxs no son la prioridad.

 Fuente de la información e imagen: La Tinta

 

Comparte este contenido:
Page 12 of 428
1 10 11 12 13 14 428