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Chizuru Ushida: “Argentina tiene una brecha en su escolarización que es necesario revertir”

Por: Flavia Tomaello.

“Mientras Andrés Bello acentuaba su interés en la profundización de la educación superior, Sarmiento y Yukichi Fukuzawa impulsaron modelos que fortalecieron la inclusión escolar inicial”, señala la profesora Chizuru Ushida, del Departamento de Estudios de España y América Latina, que depende de la Facultad de Estudios Extranjeros de la Universidad de Nanzan, Japón. La referencia no es casual: coetáneos, Sarmiento y Fukuzawa promovieron las bases de la ilustración y coincidieron en democratizar el acceso a la educación.

Invitada por el Centro Cultural Nichia Gakuin, la UNTREF y la Embajada del Japón, Ushida desarrolló una serie de encuentros el año pasado con docentes de diferentes niveles, a fin de presentar las políticas educativas de su país, las opciones de cooperación internacional que se promueven y concretar acciones efectivas entre ambos países. “Argentina -dice- está muy interesada en mejorar su educación y Japón es uno de los horizontes”.

Con un esquema similar al local, Japón cuenta con un ciclo de seis años de primaria, tres de secundaria y otros tres de educación superior, con un extra de entre cuatro y seis años de formación universitaria. Pero sorprende por la alta calidad del primer ciclo. “La respuesta en este sentido está dada por la intensa intervención estatal a partir de programas de educación obligatoria, formación docente y priorización del espacio escolar como tiempo primordial para la infancia. La alta calidad es homogénea en todo el territorio, incluso en las áreas rurales”.

¿Cómo cree que se puede fomentar el camino hacia la escuela pública?

Con decisión política. Los padres esperan para sus hijos los mejores niveles de educación. Ese es un clamor que los gobernantes tienen la obligación de responder. Hay que analizar la base del problema, reconocer el mapa real actual e invertir recursos de todo tipo, capacitar a los profesionales docentes y expandir los horizontes de las escuelas del Estado.

Solemos admirar el sistema educativo japonés, pero con cierto grado de incredulidad en cuanto a las posibilidades de aplicación aquí… Creo que volviendo a los principios que nos hicieron parecidos en los comienzos está la respuesta certera para comprender que hay más puntos en común que los que se vislumbran.

¿Qué grado de articulación intercultural hay en la escuela de hoy?

En Japón estamos aprendiendo. Durante años no había muchos inmigrantes, pero, a la vez, había una fuerte impronta de tradición. Hoy estamos intentando que el respeto por la diferencia pase del discurso al hecho concreto. Que la tolerancia y la convivencia sean actuadas más que dichas. Los estudiantes no japoneses, hasta no hace mucho, se sentían marginados, con serias dificultades para insertarse. Hoy, desde las propias políticas públicas y hasta por acciones particulares encabezadas por diferentes organizaciones sin fines de lucro, existe una mayor empatía para con esos educandos. Se intenta crear una integración real y no verbal. Este es un tema en el que Japón tiene mucho que aprender de la experiencia latinoamericana.

¿Considera usted que el mérito es una escala apta para medir el rendimiento escolar?

Creo que se debe partir de un espacio de igualdad desde donde comenzar. Para quienes cuentan con situaciones igualitarias de acceso y tránsito escolar, no veo por qué no estimular los logros y recompensarlos. Estos no necesariamente son el mayor puntaje, sino tal vez la mejor evolución hacia el conocimiento. No creo que haya ningún tipo de discriminación en premiar a quien consigue buenos resultados de aprendizaje, no sólo por lo que significa para ese sujeto sino también por el mensaje inspirador y estimulante para el resto. De eso se trata la escuela: del desarrollo mutuo.

¿Qué adaptaciones implica la formación de poblaciones milennials?

Creo que todo se concentra en un punto intermedio. Los docentes debemos comprometernos para seducir de otro modo a nuestro público, reconvirtiendo el modo en que transmitimos nuestros saberes, entendiendo que el conocimiento ya no se construye de manera unívoca dentro de clase, sino más bien de forma coral aun fuera del aula. Por otro lado, los estudiantes deben comprender que los materiales escritos por los especialistas son diferentes. Hay otra profundidad, otra densidad, otra argumentación y otra diversidad e interconexión. Google no es la fuente del verdadero conocimiento, si sólo se limita a esa herramienta su búsqueda.

¿Para qué educamos hoy?

Para crear ciudadanos con mentes críticas y cosmopolitas. Para ello debemos imprimir un sesgo de nuevas oportunidades e intercambios. Construir puentes que impliquen discusiones con docentes y estudiantes de otras culturas. La respuesta está puesta en la globalización. El Estado japonés beneficia y empuja a las universidades a aceptar estudiantes extranjeros. En 2008 se comenzó un programa fuerte en este sentido, incorporando cursos y programas en inglés. Además, las empresas japonesas fomentan que los extranjeros estudiantes en Japón se inserten en el mercado laboral. Literalmente, se trata de acercar las antípodas.

Señas particulares

Chizuru Ushida (1961) es profesora del Departamento de Estudios Españoles y Latinoamericanos en la Universidad de Nanzan, Japón; licenciada de la misma universidad y de la Complutense de Madrid. Posee un máster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Tokio y es doctora en Desarrollo de Programas de Estudios Internacionales de la Universidad de Nagoya. Desde 1994 escribe en publicaciones educativas sobre experiencias bilingües, desarrollo educativo y análisis de la actividad docente en hispanoamérica.

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Rosa Leal Puche: “Canadá invierte mucho en Educación y allí los jóvenes son bastante independientes”

Canadá / 10 de febrero de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Siete Días Yecla

Rosa Leal Puche, una chica yeclana de 16 años, lleva cinco meses viviendo en Canadá, en Fall River, Halifax (Nueva  Escocia), donde cursa 1º de Bachillerato después de haber obtenido una de las 500 becas anuales de la Fundación Amancio Ortega

¿Cuánto tiempo llevas en Canadá y qué te condujo allí? ¿En qué ciudad resides?
Llegué a Canadá hace cinco meses como becada de la Fundación Amancio Ortega. Con respecto a mi formación, asistí al colegio ‘El Alba’ como educación primaria y el año pasado finalicé los cuatro años de secundaria en el instituto ‘José Luis Castillo-Puche’. En la actualidad estoy realizando Grado 11 (equivalente a Primero de Bachillerato en España) en un instituto llamado Lockview High School. Llevo casi cinco meses conviviendo con una familia en Fall River, Halifax (Nueva Escocia). Fue hace algo más de un año decidí presentarme a unas becas que ofrece la Fundación Amancio Ortega. Verdaderamente fue un proceso largo y no especialmente sencillo, pero al final conseguí hacerme un hueco entre los 500 becados procedentes de toda España.

¿Cómo te has adaptado a la vida académica? Cuéntanos lo que te ha parecido…
El destino fue escogido por la fundación como parte del programa, así que no tuve ninguna opción con respecto a la familia, instituto o lugar de residencia. Hay numerosas diferencias con respecto a la vida cotidiana en España. El primer mes fue el más difícil de superar debido al proceso de adaptación. Por otra parte, acostumbrarme a un nuevo instituto ha sido más complicado que la vida con mi familia de acogida porque, al fin y al cabo, mi instituto es donde he conocido a todos mis amigos y donde la mayoría de acontecimientos suceden. Al principio es absolutamente normal sentirse muy perdido en cuanto al edificio, profesores y asignaturas.

De hecho, a pesar de que este es mi quinto mes todavía sigo aprendiendo sobre nuestro instituto e intentando formar amistades con estudiantes canadienses. Tengo que admitir que hacer amigos es complicado porque se trata de una zona local donde todos los grupos están cerrados y es extremadamente difícil entrar en uno. No obstante, he conseguido conocer a otros estudiantes internacionales procedentes de diversas partes del mundo y entablar amistad con ellos. En mi opinión, el ambiente del instituto es bastante más tolerante que el de numerosos institutos españoles debido a que el número de estudiantes en más alto y existen los llamados comités que se encargan de realizar programas y actividades para mejorar la aceptación. Sin embargo, esto no significa que los prejuicios y estereotipos sean inexistentes.

¿Qué aspectos te han llamado más la atención en estos meses sobre la vida en Canadá?
Me ha sorprendido el hecho de que aquí los jóvenes son muchísimo más independientes a nivel económico que en la mayoría de países europeos. Casi todos mis compañeros de clase tienen trabajo y normalmente asisten por las tardes o fines de semana. Según me han comentado, el principal objetivo es tener ahorros para la universidad o poder costearse gastos propios. Además, pueden conducir a partir de los 16 años, por lo que se podría decir que tienen unas ciertas seguridades que en España resultan inimaginables.

¿Qué es lo que te gusta más de este país y qué es lo que menos?
Me gusta que en Canadá se invierte más dinero en la educación y resulta completamente normal obtener becas o ayudas relacionadas con los estudios. Además, el ritmo de vida es más pausado y se le da mucha importancia al descanso después de trabajar y a unas merecidas horas de sueño. Su mayor inconveniente es el tiempo: aquí están acostumbrados a quedarse en casa y dar por finalizado el día mucho antes que lo haríamos en España.

Esto se debe principalmente a que los días son cortos y las temperaturas impiden hacer un vida tan activa como la de los españoles. Como curiosidad, no me gusta absolutamente nada que los impuestos sean añadidos una vez el cliente va a pagar. Muchas veces un producto parece tener un determinado precio, pero es importante tener en cuenta que ese es el precio sin impuestos únicamente y que una vez en la caja, va a aumentar unos cuantos dólares más.

¿Te planteas establecerte en este país o prefieres regresar a España?
Como parte del programa de la beca, solo puedo permanecer en Canadá por un año escolar y debo regresar a España para terminar mis estudios de bachillerato. Es muy probable que vuelva para visitar a mi familia de acogida, pero gracias a esta experiencia me he dado cuenta de lo mucho que me gusta Europa y de que quiero permanecer en el continente durante mis estudios universitarios. Otro de los requisitos de la beca es que no puedo regresar a España durante los diez meses de mis estancia y mis padres no pueden visitarme tampoco. Echo de menos a mi familia y amigos, pero lo que más añoro es la comida de mi abuela y poder salir a pasear con mis amigos por Yecla cuando yo quiera sin tener que preocuparme por el transporte ni por el tiempo.

Fuente de la Entrevista:

“Canadá invierte mucho en Educación y allí los jóvenes son bastante independientes”

ove/mahv

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«La religión debe salir de las escuelas en los países árabes»: Hassan Aourid

Marruecos / 10 de febrero de 2019 / Autor: Araceli R. Arjona / Fuente: Diario Córdoba

Hassan Aourid (Errachidia, 1962) licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas, exdiplomático en Marruecos, profesor de la Escuela de Ciencias Jurídicas de Rabat y escritor, presentó ayer en la biblioteca viva de Al Andalus su libro Metamorfosis de un asno, una obra de filosofía política que pretende marcar las diferencias históricas entre el mundo árabe y el Norte de África.

-¿Qué ideas quiere lanzar al mundo árabe y a Occidente con este libro?

-Escribí este libro a raíz del fracaso de la Primavera Árabe, después de que entrara el Ejército, lo que supuso que algo muriera dando a entender que no había posibilidad de crear una unidad en el mundo árabe. Fue en ese momento cuando decidí que quería escribirlo, se trata de un libro filosófico y político inspirado en Metaformosis o El asno de oro de Apuleyo, el primer relato de la historia, la única novela latina que ha sobrevivido. Está centrado en una visión política y filosófica que pretende poner el acento en que el Norte de África no tiene nada que ver con los países árabes, tiene su propia identidad y siempre ha estado mucho más cerca del sur de Europa que de otros países. Esa es la idea. Ese es el motivo por el cual mi novela transcurre en el Norte de África durante el Imperio Romano (no hay que olvidar que parte de Marruecos o Egipto fueron provincias romanas), el personaje estudia latín, se muda a Roma, con quien existían unas relaciones muy estrechas en ese momento. Mi intención es recordar que la geografía tiene mucho que decir y que tendemos a olvidar el impacto que tiene la cercanía geográfica. El Norte de África está muy cerca de Europa y eso nos debería llevar a tender puentes, hay obstáculos históricos y físicos que lo complican, pero creo que los intelectuales deberíamos salvar esos obstáculos para crear alianzas. La emigración es un ejemplo, un problema global que debería obligarnos a trabajar todos juntos para dar una respuesta global.

-¿En qué ha quedado el impacto de la primavera árabe?

-Creo que el efecto inicial se ha diluido, pero también que muchas cosas han cambiado y otras muchas tienen que cambiar, no sé cómo, pero algo está muriendo en los países árabes y lo que nace nuevo no es igual.

-¿Cree que eso está pasando, los intelectuales están ayudando a ese entendimiento?

-En parte sí, pero lo que se está haciendo no es suficiente, y lo que intento exponer aquí es que no hay más alternativas que el entendimiento para el Norte de África. Por eso es tan importante que los intelectuales jueguen ese rol de tender puentes.

-Usted aboga por repensar el papel de la religión en los países árabes. ¿De qué forma?

-Sí, creo que es fundamental, la religión puede ser fuente de muchos problemas. Si tú ves las cosas a través de la religión o a través de la visión sesgada que ofrece la religión puede ser un problema, porque te hace rechazar al otro. Cuando los valores proceden de la ética, ese problema no existe porque son valores universales. Creo que Occidente se ha dado cuenta de eso y tiene su propia forma de concebir la religión y ese es el motivo por el que se intenta separar la religión y la política, el Estado y la religión. Nosotros, desafortunadamente, no estamos aún en esa posición. La religión sigue dirigiendo el mundo árabe y ese es el motivo por el que creo que debemos repensar el papel de la religión. La presencia de la religión en estos países sigue siendo muy fuerte, guía la vida política y cultural de la mayoría de ellos. Otra cuestión es dónde debe estar la religión. Hay dos corrientes. Una que aboga por modernizar el Islam y otra que cree que es necesario islamizar la modernidad. Yo defiendo una tercera opción, la de modernizar a los musulmanes.

-¿Por dónde empezaría?

-Eso solo puede ocurrir a través de la educación. El problema es que la educación es un proyecto a largo plazo, no se pueden recoger frutos de forma inmediata. Tienes que plantar y esperar, pero es urgente invertir más en educación. Además, los países árabes deben implantar una educación secular, la religión debe salir de las escuelas, debe tratarse como una cuestión personal, pero aún hay muchos tabúes. Cuando se habla de educación secular se confunde con el ateísmo, con la permisividad, cuando no tiene nada que ver. El trabajo de los intelectuales consiste en sacudir todos esos tabúes.

-Las redes sociales se han colado en la ecuación de la educación, también en el mundo árabe.

-Las redes sociales han tenido un impacto muy negativo, contribuyen a difundir información en detrimento del conocimiento. Me vienen a la cabeza los versos de T.S. Eliot. «¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento? ¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido con la información?» Estamos rodeados de información que en absoluto contribuye a mejorar el conocimiento. La única forma de alcanzar el conocimiento es a través de la escuela.

-Las ideas yihadistas se están propagando a través de las redes. ¿Cómo controlar eso?

-Ese es un problema serio que nos afectas a todos. No creo que sea posible tratar este tema solo desde el punto de vista de la seguridad, hay que ir a la educación. Tenemos que trabajar juntos. Hay muchos problemas globales que no se pueden ver con una mirada local. Los atentados islamistas que se han producido en los últimos años son prueba de ello.

-Marruecos prohibió en el 2014 que los imanes introdujeran ideas políticas en sus sermones. ¿Esa es otra vía?

-Sí. Los imanes deben transmitir ideas de amor en sus discursos, no ideas de odio y creo que es responsabilidad de los estados controlar el contenido. Los imanes no están para hacer política.

-El feminismo ha vivido dos años muy intensos en Occidente. ¿Qué reflejo ha tenido eso en los países árabes?

-Están pasando muchas cosas que tienen que ver con el feminismo, con la libertad individual… No sé si podemos aplicar el mismo esquema social, pero definitivamente, hay que hacer un gran esfuerzo por mejorar las condiciones de las mujeres. Hay un proceso abierto y lo que está claro es que se puede medir si una sociedad es moderna por el modo en que trata a las mujeres.

Fuente de la Entrevista:

https://www.diariocordoba.com/noticias/cordobalocal/la-religion-debe-salir-escuelas-paises-arabes_1280641.html

ove/mahv

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José María Toro: “Lo importante no es el recurso ni la tecnología, sino la mano que la maneja y el corazón que la sostiene”

Conferencista central de Proeducar de este año, centrado en la inteligencia emocional.

José María Toro es un maestro y escritor español que ha centrado su obra en la necesidad de cultivar y desarrollar las emociones. Suele recurrir a metáforas y juegos de palabras para explicar que en la educación los niños deberían ser acompañados para entrar en “su corazón”, pero para ello los docentes también deben recorrer ese camino. Para ello, Toro ha formado a centenares de docentes por medio de cursos y de varios libros publicados. El maestro habló con la diaria en su estadía en Uruguay, ya que será el conferencista principal de Proeducar, un encuentro que todos los años organiza la Asociación Uruguaya de Educación Católica y que se desarrolla entre hoy y mañana en el colegio Clara Jackson de Heber.

En una de tus conferencias anteriores señalás que “la gran carencia de las escuelas es la conciencia del cuerpo”. ¿A qué te referís?

Me refería a que la presencia del cuerpo en la escuela sobre todo se centra en la educación física, la parte deportiva y de gimnasia, y mucho menos en la expresión corporal, dramática o el teatro. Planteo que no se trata solamente de hacer cosas con el cuerpo, sino de la conciencia que el niño pueda tener del uso que hace de su cuerpo. Ni siquiera los maestros tienen esa conciencia del cuerpo; en España entras en un aula, por ejemplo de tercer grado, y hay niños pequeños y otros mucho más altos. Sin embargo, el mobiliario es exactamente el mismo para todos. Los niños a los que el mobiliario les queda pequeño estarán en una posición en la que habrán perdido la verticalidad de la columna, por lo que les estaremos jorobando la vida. O bien, que suele ser lo habitual en España, a los niños a quienes les queda grande y no pueden tomar tierra quedan con los pies en el aire, y si se suma un movimiento compulsivo de las piernas, su mente está disparada. Por algo decimos que una persona tiene los pies en la tierra cuando está en la realidad. Si queremos que el niño esté en la realidad de la explicación del maestro, tiene que estar con los pies en la tierra. Cuando hemos hecho nuestro algún concepto o actitud no decimos que eso está “mentalizado”; ese es el primer paso, el siguiente es que eso se haga realidad en mí. El verbo que usamos es “incorporar”. Supongamos que queremos educar para la paz, que no es sólo un concepto ideológico, sino un estado tisular, de la mirada. Cuando el grado de tensión del ojo llega a un nivel de peligro, el cerebro en su sabiduría manda una orden para que no haya un derrame ocular y esa tensión del ojo se canalice. Entonces, la tensión va al puño y el niño golpea al compañero; de esa forma descarga la tensión. Si trabajamos la mirada blanda, que yo llamo “del corazón”, nunca va a haber puñetazo, porque no hay tensión en la mirada. Uno no hace daño a quien mira con buenos ojos. La conciencia del cuerpo es qué conciencia tiene el niño de la paz que él es. Esa paz está en su forma de mirar, de respirar, de moverse. Hay que darle cuerpo a la paz.

¿Cómo es la conexión del cuerpo con las emociones?

Podemos caer en el error de pensar que el cuerpo es la parte física, el soma griego, lo somático. Yo lo considero un cuerpo de cuerpos, como las muñequitas rusas. Nosotros vemos la última parte, que es la física; de todos los cuerpos que tiene la persona es el cuerpo más denso, el tangible. Pero tenemos un cuerpo mental que, por supuesto, tiene su parte somática en la estructura cerebral. Tenemos un mundo de pensamientos que es más etéreo, un mundo emocional, un cuerpo energético, y luego ‒entre paréntesis, porque dependerá de las concepciones o creencias de cada persona‒ un cuerpo espiritual. De todos esos cuerpos, el que es más manejable es el físico, porque es tangible. Mi propuesta de trabajo es muy metafísica, porque si trabajo con el alma del niño, con el ánimo ‒ánima es igual a alma‒, no puedo hacer una cirugía y buscar en algún recoveco. Pero sí puedo trabajar la cara, que es el espejo del alma, del estado interno. Si puedo distender la cara de una persona, eso distiende su mundo emocional interno. El cuerpo humano es una unidad, y lo importante es que estén todos los elementos, pero para una educación integral tienen que estar integrados en forma armónica. Cuando sumas lo integral más lo integrado te aparece la palabra “íntegro”, que tiene hasta un componente ético y moral. Es decir, ya es un ser completo. Las emociones forman parte de la estructura del ser humano y, por lo tanto, tienen que ser parte de la tarea educativa.

¿Cómo debe abordarse lo emocional en el sistema educativo?

La palabra “emoción” es una energía que se pone en movimiento. Buena parte de la literatura sobre emociones dice que son una reacción bioquímica del cerebro ante un estímulo. Es un mecanismo que hemos generado para sobrevivir. Desde el punto de vista pedagógico me interesa trabajar las emociones esenciales, que son una energía que se pone en movimiento de forma que el niño mueve algo de su esencia y de su identidad, que necesita desarrollarse. El árbol está en la semilla; esa es la identidad esencial de un árbol, pero tiene que desarrollarse. El niño como un ser de paz está ahí, en su ADN humano, pero está como semilla. Que eso pueda desarrollarse va a depender de su entorno familiar y cultural. Me interesa que los maestros acompañen a los niños en una experiencia vivencial de interioridad en la que puedan conectar, sentir, vivir y expresar esas emociones.

¿Eso tiene que ver con la noción que has manejado del “niño como sabio”?

Sí. También podríamos hablar de una sabiduría de las edades, que es un concepto del pedagogo español Carlos González. Es decir, cada edad tiene su propia sabiduría, y las distintas edades tienen que tener su relación. Si como adulto no sé cómo afrontar un tema puedo recurrir a la sabiduría del niño, que es quien te da la respuesta inmediata, intuitiva y directa. O la sabiduría del adolescente, que transgrede las normas y va más allá de lo que está permitido. Cada edad tiene su propia sabiduría, y lo importante es que vayamos creciendo en una armonización y podamos hacer un uso, según necesitemos, de lo específico de cada sabiduría. No basta la información; la informática nos da datos, pero esos datos inconexos no sirven para nada. Hay que organizarlos en un cuerpo de conocimiento, pero la escuela de conocimiento tiene que dar un salto más: no basta que yo lo sepa, sino que lo saboree. Esa es la escuela de la sabiduría. En los pueblos primitivos el sabio era el que sabía por el sabor las plantas que eran curativas. La sabiduría siempre es curativa, terapéutica, sanadora, porque el conocimiento tiene que iluminar mis decisiones de vida. ¿De qué me sirve que un niño sepa cómo funciona el aparato respiratorio si no sé que alargando la respiración puedo soltar una pena de una rabia, o que si habilito la pausa en la respiración se elimina toda posibilidad de ansiedad?

¿Cómo analizás la educación en un contexto tan mediado por la tecnología, en el que muchas veces se fetichiza?

Ese fetiche aparece cuando el maestro cae en un error al que llamo “la absolutización de la añadidura”. Y encima, si la tecnología es tan potente y seductora, caemos un poco presos del recurso. En la conferencia que daré mañana [por hoy] en Proeducar, una de las ideas que voy a plantear a los docentes es que el recurso por excelencia son ellos. A un mal maestro la tecnología no lo hace buen maestro, sí puede mejorar al que ya es un bueno. La tecnología se refiere a cómo transmitimos una información, un conocimiento, a cómo desarrollamos un proceso de enseñanza y aprendizaje. En la urgencia cotidiana al maestro le comen los cómos: lo que quiere es saber cómo hacer para resolver una situación que tiene delante en el momento. Ese “cómo” es para un “qué”. Ahora mismo el “qué” y el “cómo” presiden el cotidiano escolar. Sucede que el “qué” forma parte de algo más amplio, que es un “por qué” y un “para qué”. Cuando tú tienes claro el “por qué” y el “para qué”, el “cómo” te va a salir. Además, con internet hoy un maestro tiene a su disposición, a golpe de ratón, miles de actividades, fichas, propuestas del tema que quiera. El tema es cómo uso ese material. Lo importante no es el recurso ni la tecnología, sino la mano que la maneja y el corazón que la sostiene, y una medicina en las manos inadecuadas se convierte en veneno, y un veneno en las manos adecuadas se convierte en medicina. Al final, va a depender del nivel de conciencia del maestro, de cómo es como persona, de cómo es su preparación humana y profesional.

¿Cómo surge la idea de los centros «tan»?

Yo estaba haciendo un curso con maestros en Córdoba, España. Yo planteo acompañar a los niños en una experiencia de eso maravilloso que hay dentro, pero no puedo acompañarlos en un lugar que desconozco. Uso la imagen de que un maestro es como un guía turístico, pero va a llevar a los niños a un lugar maravilloso y exótico que es su corazón, como una imagen para hablar de lo mejor que está dentro de cada ser humano. Si yo soy un guía turístico de París, no puedo llevarla si no sé dónde está. Si soy una persona que visita constantemente París y la conozco al detalle, podré llevar a mis turistas a los rincones que nadie los lleva. Lo que interesa es que el maestro tenga una riquísima vida interior de conocimiento de sí mismo, de sus propias emociones, de su carácter y personalidad, y sobre todo de reconocimiento de su propia identidad. La personalidad es un modo de expresar la identidad, que no la agota. Los cursos son para hacer esos viajes y que luego ellos puedan hacerlos con los niños. Trabajamos mucho con ropa cómoda, en el piso, visto de afuera pueden parecer ejercicios de relajación, pero es mucho más porque no se trata solo de calmar la superficie sino de liberar lo profundo que está ahí. Al terminar un ejercicio, una maestra se me acercó y me preguntó si lo que hacemos es relajación, meditación o qué. Le pregunto por qué quería saber y me dice: «No sé, es que yo me encuentro tan…tan…tan». Me vino esta palabra porque en todos los centros escolares de España hay unas aulas TIC [tecnologías de información y comunicación], que suena a tic nervioso. Con esto planteo que en los centros, sobre todo los públicos, cuyos niños tienen derecho a que los adultos le muestren que hay un espacio dentro de ellos que pueden habitar, conquistar y conectar conscientemente. Y cuando entren a ese espacio van a conectar con lo mejor de ellos mismos. Hay un remanso impresionante de paz, de creatividad, de ternura y energía. La propuesta es que, así como hay salones llenos de computadoras para que los niños aprendan a navegar por internet, tiene que haber aulas sin mesas ni sillas, pero acogedoras, con colchonetas, almohadones, para que los niños sepan que cuando entran allí van a navegar hacia su mundo interior.

¿Cuál es el rol del descanso en instituciones educativas que lo tienen muy cronometrado, como en Uruguay, donde se le dice “recreo”?

“Recreo” viene de “recrearse”, “volver a crearse”. Porque se supone que en la hora anterior el niño ha ido perdiendo lo que es. No tendría sentido, porque el recreo es como un espacio entre otros tiempos de actividad, Vivimos en una vida fragmentada, todo está en cajones estancos. En mis clases tenía claro que en cualquier momento los niños podían detenerse para descansar, porque la escuela es para el ser humano. El niño es un ser humano, no un hacer humano. El ser es hacer y no hacer. En el no hacer, que es el descanso, el niño se integra a la tarea fundamental que es el “dejo de hacer para hacerme a mí”. Esto no lo vivimos en nuestra cultura, por eso hablo del secuestro del descanso; cuando no trabajamos, cambiamos de actividad, vamos de viaje y hacemos turismo, hacemos mil cosas, vemos películas, pero no descansamos. Por eso le llamo “descanser”: descansar para ser, que es cuando uno descansa en el ser. Sólo descansamos dentro, volvemos al espacio interior. Un descanso, que es mucho más que reponer fuerzas para seguir trabajando, es una recomposición de la presencia del adulto o del niño. Cuando llega de la escuela, a los padres no se les ocurre preguntarle al niño si ha descansado bien en el colegio, siempre le pregunta qué ha hecho. La escuela es un espacio en el que el niño tendría que aprender pero también vivir el descanso desde esta dimensión.

¿Los centros educativos religiosos tienen más acumulado en el trabajo de lo interior?

Sí, pero depende de cómo el centro religioso lo trabaje. La interioridad dependerá de cómo el educador la viva. Hace poco tiempo estaba dando un curso en España y había otro grupo con una educadora con niños y me quedé horrorizado de los conceptos que vertía: «Cuidado porque el demonio…», en lugar de acercar al niño a lo más noble de sí mismo. No le hables del demonio, en todo caso háblale del dios que hay en él y que conecte con él. Es verdad que algunos colegios religiosos se asocian más a la dimensión más espiritual o interna. Yo reivindico eso, sin connotaciones religiosas específicas, para los alumnos de la escuela pública.

¿Qué rol debería jugar la formación docente, que en general no incluyen estos temas en sus aulas?

Uno de los grandes dramas que vive un maestro cuando pisa la escuela por primera vez es que prácticamente no le sirve nada de lo que le dijeron. Habría que hacer varias reconsideraciones. Primero, tenemos que aclarar cuáles son las características que se necesitan para el oficio. En la formación inicial quienes forman a los futuros maestros son profesores o catedráticos de las disciplinas. La mayoría de ellos nunca ha enseñado a niños. Didáctica de la lectoescritura a mí me la dio un profesor de filología francesa que nunca en la vida había enseñado a leer a ningún niño. No aprendí en la escuela de magisterio cómo enseñarle a leer a un niño, me explicaron los métodos de lectoescritura, pero que me digan cómo se conduce un coche no quiere decir que sepa conducir, hasta que no tome el volante. Una de las cosas importantes sería habilitar que maestros con larga experiencia y reconocido prestigio en el ámbito de la educación tuvieran contacto con los futuros maestros. Cuando voy a las escuelas y facultades de magisterio los alumnos me dicen que eso que yo digo no se lo dicen ahí. Es necesario llevar esa vibración del maestro, esa parte vocacional, pasional, que difícilmente la transmita un técnico o un experto de una disciplina. Otro tema es el de los contenidos a abordar. Por ejemplo, el uso de la voz. El maestro es un profesional de la voz, pero no tiene esa conciencia. Va al médico cuando ya perdió las cuerdas vocales, pero tiene que aprender a hablar, el uso que hace de la palabra, cómo lee un cuento para hacer vibrar al alumno. Y no hay nada de eso en magisterio. El maestro tiene que ser un líder de un grupo de alumnos, tiene que aprender las funciones de liderazgo, tiene que ser un experto en dinámicas grupales, saber canalizar lo que se mueve en un grupo. Tiene que desarrollar capacidades expresivas, comunicativas. No tiene que ser un clown y ponerse una nariz roja, pero sí tiene que tener sentido del humor y saber captar el interés de los alumnos, despertar las ganas por el aprendizaje. Otra parte importante es que se debería vivir un proceso de sanación personal. Un psicólogo tiene que hacer su propio proceso terapéutico antes de abordar un paciente. Sin que el maestro tenga que ser un terapeuta; pero sí toda labor pedagógica es terapéutica. Todo lo que el maestro pueda limpiar de su historia personal, pulir de sus rasgos de personalidad, eso es lo que vamos a ganar luego, porque será una persona mucho más equilibrada, más estable, más segura, y será un regalo para los niños.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/2/jose-maria-toro-lo-importante-no-es-el-recurso-ni-la-tecnologia-sino-la-mano-que-la-maneja-y-el-corazon-que-la-sostiene/
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Los libros feministas que todas y todos necesitamos. Entrevista a Ménades Editorial

Redacción: Nueva Revolución

En tiempos de lucha es imprescindible tener a mano lecturas que fundamenten nuestras reivindicaciones, nos den argumentos, nos aporten otras visiones y perspectivas, nos hagan dudar de nuestras ideas pero que, sobre todo, nos ayuden a combatir el odio, la demagogia o las generalizaciones, ejemplificaciones y simplificaciones. Y con esos fines o, simplemente para llenar nuestro imaginario de feminismo, llega Ménades Editorial. Una nueva imprenta de corte feminista que pretende rescatar autoras olvidadas, publicar a autoras contemporáneas y aportar nuevas lecturas al complejo panorama que vive esta nueva ola feminista. Aprovechamos el lanzamiento de su Verkami para  lograr financiarse y poder publicar para formularles unas cuantas preguntas y dejarnos aconsejar sobre libros y literatura, tanto de propia publicación como recomendaciones para nuestros políticos.

¿Por qué lanzar una nueva editorial y elegir sólo literatura feminista? ¿No es muy arriesgado? ¿De dónde surge la idea? ¿Pretendéis enriqueceros con esta editorial?

Es arriesgado, sí, pero también creemos que muy necesario. Es necesario que se conozcan a aquellas autoras silenciadas durante años y siglos, así como dar la oportunidad a que vean la luz obras de mujeres que intentan publicar actualmente.

En un principio la idea se la propuso Carmen Peire al editor Javier Baonza. Él fue el nexo de unión con el resto de compañeras que ahora trabajamos con mucha ilusión para que este proyecto salga adelante. Nos gusta definirnos como diferentes piezas de un puzzle que ha encajado a la perfección. Cuando nos reunimos todas por primera vez para hablar de la editorial nos entusiasmamos enseguida: era justo lo que estábamos buscando hacer en estos momentos de nuestras vidas y todo era una vorágine de ideas, obras pendientes de publicar, amor por la literatura y un espíritu feminista que nos cimenta a nosotras y al proyecto.

No queremos hacernos ricas, no estamos aquí para lucrarnos sino todo lo contrario: buscamos enriquecer el mundo editorial, la literatura y la sociedad con voces que claman por la igualdad y por alternativas al patriarcado. Nuestro principal deseo es ofrecer un trabajo digno a quienes quieran depositar su confianza en nosotras y, sobre todo, hacerles justicia a tantas escritoras que en vida no la recibieron.

¿Qué podremos encontrar en Ménades editorial que no publiquen ya otras editoriales de tipo feminista?

Existen otras editoriales que tienen una línea o sección feminista o “de mujeres”, como si el feminismo tuviera que interesarnos únicamente a nosotras o fuera un asunto nuestro y no de la sociedad al completo. Nunca hemos visto una sección “de hombres”, probablemente porque abarcarían prácticamente todo el catálogo y dejaría en evidencia la desigualdad y la necesidad de trabajar para cambiar este tipo de cosas. Nosotras intentamos que la literatura sea eso, literatura. Es lacerante escuchar el término “literatura de mujeres”, sobre todo porque esas mujeres son las que han recibido una educación leyendo “literatura de hombres”, que es la considerada univeral y nunca específica.

También existen editoriales con perspectiva de género, pero no se dedican exclusivamente a ello. De igual modo, existen editoriales LGTBI+. Sin embargo, faltan editoriales feministas que se dediquen exclusivamente a ello de una manera generalista y clásica, aunque alguna hay, si bien se define como editorial de mujeres y no feminista. Por tanto, lo que nos diferencia es que somos exclusivamente feministas y que, en dos de nuestras líneas, solo publicaremos a mujeres. En una, Olvidadas, vamos a publicar a mujeres que han sido silenciadas u obviadas en el mundo literario o del pensamiento por el único motivo de ser mujeres y, en otra, Actuales, vamos a permitir que mujeres que buscan abrirse un hueco en el mundo editorial lo tengan. Hoy mismo leíamos un hilo en Twitter que explicaba que dos grandes editoriales de este país, que todos conocemos, solo contaban con un 20 por ciento de mujeres en su catálogo. Los nombres masculinos han sido siempre mayoritarios y prioritarios, y por desgracia aún lo siguen siendo en premios, antologías, libros de textos, academias…

¿Todas las feministas tienen una misma opinión o existen distintas corrientes? ¿Encontraremos diferencias entre vuestras autoras?

Sí, por supuesto. Nosotras no venimos a sentar cátedra o decidir qué tendencia pesa o vale más que otra, dejando de lado asuntos irrefutables. Nuestro objetivo va más allá: queremos visibilizar el papel de las mujeres en la literatura, con obras de calidad y creaciones libres. Queremos hacer justicia literaria, y eso es una ambición que va mucho más lejos de limitarnos a una única línea del pensamiento. El feminismo está constituido por múltiples ramas teóricas que no dejan de crecer y ramificarse, y nosotras mismas también disentimos en algunos puntos, lo que hace que este equipo se alimente continuamente de debates enriquecedores. Vamos a intentar que esos debates y reflexiones se trasladen a la calle.

Si alguien quiere colaborar con vuestro Verkami pero no entiende mucho de autoras, ¿qué le recomendaríais que eligiera?

¡Todas! Dependerá de lo que más le llame la atención. Si prefiere la literatura contemporánea, cualquiera de las autoras actuales. Si prefiere autoras clásicas o decimonónicas, entonces puede elegir entre otras a Willa Cather, una de las mayores voces de la literatura estadounidense, la revolucionaria Flora Tristán, cuyo manifiesto es plenamente vigente hoy día,o la sioux Zitkala Sa y su particular visión de un mundo dominado por el hombre blanco. Si quien lee es seguidor de ensayos, puede decantarse por cualquiera de los títulos presentes en Trincheras.

Confiamos y creemos en nuestros libros y en las autoras que queremos publicar, por lo que estamos seguras de que ninguna de ellas le defraudará.

¿Hay mucho que decir sobre el feminismo o hemos empezado ya a discutir en círculos?

Todavía hay mucho que decir. El feminismo ahora se ha extendido, se ha ampliado a sectores de población en los que antes no se conocía o ni se mencionaba, y es por eso que se hace necesario aclarar y puntualizar ciertos términos, ya que en muchas ocasiones solo se atiende a una arista del patriarcado. De igual modo, debemos realizar una labor crítica y conceptual del feminismo, así como de  su terminología, para que cada vez llegue a más personas y no se quede únicamente en discusiones académicas o estratos más intelectuales. El feminismo debe democratizarse aún más.

Recomendadnos una lectura que encontremos en Ménades para…

– Quien quiera iniciarse en el feminismo: La emancipación de la mujer,de Flora Tristán

– Quien quiera profundizar en sus argumentosEl contrato sexual, de Carole Pateman

– Quien quiera encontrar debate: Disidencia en el cuerpo, una antología de ensayos de varias autoras, entre ellas Lucía Asué Mbmomio, Rosa García, Rosa Cobo, Miguel Vagalume, Silvia Agüero, Cristina Aparicio…

– Quien quiera disfrutar leyendo algo distinto: Caballero Jack. Los diarios de Anne Lister,Célanire Cuellocortado, de Maryse Condè

– Quien quiera soñar: Pájaro rojo habla, de Zitkala Sa

– Quien quiera leer autoras clásicas: El duende de jardín y otros cuentos, de Willa Cather

– Quien quiera leer autoras contemporáneas: Las razones de Jo,de Isabel Frank, o Grietas, de Inés Herrero

– Quien quiera trabajar en la reflexión crítica: dos títulos que queremos publicar próximamente, como Suffragette, de Emmeline Pankhurst, o The man made the world, de Charlotte Perkins

– Una feminista muy convencida a la que hacer replantearse sus fundamentos: Justificación, de Agustina González

¿Por qué es necesario leer autoras si yo ya soy feminista?

Además de por el puro gozo de la lectura, por el conocimiento y por el establecimiento de nuevos referentes clásicos, universales y femeninos, porque la historia que nos enseñaron está incompleta y es necesario hacer justicia histórica leyéndolas, recordándolas y valorándolas como es debido. Una persona puede tener unas convicciones e ideas, pero siempre es enriquecedor seguir conociendo obras nuevas que alimenten nuestra forma de pensar. Cada obra es el reflejo de una realidad; de una época y unas circunstancias sociales. A muchas autoras que vamos a publicar se les arrebató esa realidad y su identidad como autoras, ¿qué feminista no querría conocer a aquellas mujeres que la historia le ha prohibido estudiar en la escuela, qué feminista se va a conformar con los cánones establecidos y no va a querer conocer más allá?Leer a estas autoras es un reto para mucha gente porque significa asumir que faltan muchas obras por publicar, y entender que hay una brecha histórica muy amplia y dolorosa. No es solo un ejercicio de comprar y leer un libro, que también, porque hay muchas lecturas que seguro que disfrutarán.

Las mujeres llevamos toda nuestra vida leyendo, consultando o estudiando libros sobre hombres escritos por hombres, a medida, sesgo y gusto de los hombres, y adoptando y aceptando su imaginario y sus obsesiones sin que ellos nos hayan devuelto nunca el favor de escucharnos a nosotras. Esto va muy en consonancia con el tópico que siempre hemos escuchado de “a las mujeres nadie os entiende”… quizá si los hombres hubieran leído a más autoras desde su etapa escolar, no tendrían esta queja.

 

¿Sigue siendo necesario discutir sobre feminismo? ¿No es ya evidente que las mujeres tenemos los mismos derechos?

Pensamos que el feminismo no es solo una cuestión de isonomía; si nos mostrásemos satisfechas con la igualdad ante la ley dejaríamos de atender aspectos básicos de nuestra lucha. Creemos que la igualdad de oportunidades y de educación es básica a la hora de hablar de feminismo. De hecho, el incumplimiento de estas dos últimas igualdades hacen precisos proyectos como el nuestro o el equilibrio en las leyes para proteger a gran parte de la ciudadanía, rompiendo incluso esa isonomía.

De modo que sí, por supuesto que sigue siendo necesario. Una mujer sigue siendo violada en nuestro país cada ocho minutos. La forma de ocio de muchos chicos jóvenes consiste en drogar a chicas y perpetrar violaciones grupales. Laura Luelmo, Diana Quer o Leticia Rosino murieron por ser mujeres y no gozar de libertad ni seguridad para pasear tranquilamente a cualquier hora del día sin ser agredidas. La mujer sigue siendo hipersexualizada en la publicidad y valorada únicamente por su físico en muchos trabajos. Las deportistas siguen siendo ninguneadas en la prensa y los medios. Prácticamente todas las semanas escuchamos o leemos declaraciones machistas de algún político, escritor, académico o tertuliano. Siguen disriminando o matando mujeres por el hecho de ser mujeres. Aparecen formaciones políticas que cuestionan todo esto y ponen pendiendo de un hilo todos los avances que hemos conseguido.La igualdad legal, que no se da, de cualquier modo, no implica una igualdad de hecho.

¿Tienen que leer más autoras nuestros políticos?

Sí, es más, diríamos que tienen que leer más, en general. Ni siquiera hace falta mencionar a aquellos que quieren derogar la ley de Violencia de Género, que, por otro lado, son hombres blancos buscando mantener sus privilegios, o aquellos otros que defienden un falso feminismo y que solo prestan atención a las partes que les interesan… No leer ni conocer autoras de todas las épocas y nacionalidades revela, además, una profunda ignorancia, porque además todos los que no lo hacen responden siempre con el mismo mantra: “Si no figuran en los libros de texto o en las antologías es porque no había tantas”, una afirmación completamente falsa.

Recomendad un libro para…

No sabemos si serviría de algo o si nos harían caso pero allá van nuestras recomendaciones (no hemos podido limitarnos a una sola para cada uno de ellos, a todos les hacen faltan muchas más lecturas…):

Pablo Casado: Desobediencia civil, de Thoreau, o Haz memoria, de Gema Nieto.

Albert Rivera: La hoguera de las vanidades, de Tom Wolfe, o El cuento de la criada, de Margaret Atwood.

Inés Arrimadas: 10 ingobernables, de June Fernández, o Mujer, raza y clase, de Angela Davis.

Santiago Abascal: Por qué todos deberíamos ser feministas, de Chimamanda Ngozie Adichie, que es muy breve y facilito de entender incluso para él. O Feminismo para principiantes, de Nuria Varela, el ilustrado, para que no se abrume con tanto texto… Y también debería leerEl género en disputa, de Judith Butler, o cualquier libro de antropología y género para que descubra que el género no es biológico, sino una construcción cultural, como expuso Simone de Beauvoir.

Irene Montero: Cómo acabar con la escritura de las mujeres, de Joanna Russ, o Clavícula, de Marta Sanz.

Pedro Sánchez: Los Abel, de Ana María Matute, o Revolución en punto cero: trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas, de Silvia Federici.

Si os interesa esta editorial y queréis colaborar con su proyecto de financiación (incluye recompensas y la posibilidad de adquirir sus libros) podéis hacerlo pinchando aquí.

Fuente: https://nuevarevolucion.es/los-libros-feministas-que-todas-y-todos-necesitamos-entrevista-a-menades-editorial/#

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Entrevista a Carmen Agulló. Psicóloga, pedagoga, doctora en Historia de la Educación: “Las maestras encarnaron el modelo de ciudadanas republicanas independientes y se lo transmitieron a sus alumnas”

La escuela republicana sigue siendo hoy día un referente en muchos sentidos. Para Carmen Agulló, entre otras cosas, por los planes de formación de maestros y maestras, mejor que el actual.

Daniel Sánchez Caballero 7/2/2019

Psicóloga, pedagoga, doctora en Historia de la Educación, Carmen Agulló traslada su pasión por la Educación durante la República a sus alumnos de la Universidad de Valencia, donde imparte Historia de la Educación de las Mujeres e Historia de la Escuela. Solo hay que sumar 2 + 2 para saber qué temática apasiona a Agulló: historia femenina más historia de la educación da como resultado inevitablemente las maestras en La República. Se le nota el entusiasmo por el tema desde que descuelga el teléfono y empieza a hablar de aquellas maestras que rompieron moldes en una sociedad machista que venía de una dictadura. Que abrieron los ojos a muchas niñas, que veían en ellas un rol que imitar. De los planes de formación de maestros, “los mejores que ha habido nunca, incluyendo los actuales”. De coeducación, laicidad, Misiones Pedagógicas, depuraciones, legado. Si de las ganas de charlar de Agulló y sus conocimientos dependiera, la entrevista habría durado varias horas más de los 50 (cortos) minutos que fue.

¿Por qué está tan mitificada la educación en La República?

Creo que no está mitificada. Creo que la opinión sobre la educación en la República está polarizada. Durante todo el franquismo hubo un deseo expreso de demonizar todo lo que significara la escuela republicana. Tengo un compañero que define la escuela del franquismo como la escuela del “no”: es todo lo contrario de la escuela de la República. La República apostaba por una escuela laica, el franquismo católica. La República apostaba por una escuela pública, el franquismo lo deja en manos de la Iglesia y la privada. La República apuesta por una igualdad entre hombres y mujeres, el franquismo por una segregación total. La República apuesta por la solidaridad, el franquismo por la competitividad. La República es escuela activa, en la que los críos aprendan haciendo y sean personas críticas, el franquismo será memorística, pasiva, repetitiva. Como contraste se ha pasado a la polarización contraria, a ser críticos con algunos temas que la República no llegó a hacer como debía. Por ejemplo, la coeducación, en Primaria no se atrevió. Cuando ganó la derecha se paralizó la creación de escuelas. El laicismo durante la época de la derecha también se disfrazó para que pudiera continuar impartiéndose la religión católica… Se ha mitificado y condenado a partes.

Esto que cuenta es interesante. Cuando pensamos en la República, diría que tendemos a obviar el periodo de la República en el que gobernó la derecha de la CEDA. ¿Cómo afectó ese periodo?

No se suele distinguir y es importante. El periodo de construcción de la escuela republicana fue realmente de ocho meses, con el tándem de Marcelino Domingo como ministro de Instrucción Pública y Rodolfo Llopis de director general de Primera Enseñanza. Ahí se sentaron las bases de lo que sería la escuela republicana. Se aprueba la Constitución en diciembre de 1931 y entra Fernández de los Ríos como ministro y continúa Llopis. Esto es fundamental para la escuela. Pero en noviembre de 1933 gana la CEDA, que está hasta 1936. El plan nacional de cultura se paraliza, no se crean las escuelas que se iban a crear. El laicismo se barniza. Se paraliza la coeducación en primaria y se intenta paralizar la coeducación en las escuelas de Magisterio. No sé si afortunada o desafortundamente, pero gracias a la revolución de octubre algunos de los proyectos que había para retroceder en educación se paralizaron. Estaba previsto un retroceso muy importante en educación.

¿Todo lo que hizo la República por la Educación fue en ocho meses?

Se pusieron las bases de la escuela republicana. Marcelino Domingo ha sido el único ministro de Educación, incluida la actual, que ha sido maestro. No necesitaba que le contaran los problemas del magisterio. Rodolfo Llopis era maestro y profesor de Magisterio, también tenía clarísimos los problemas. En cuanto llegan al Ministerio ponen en marcha el plan nacional de cultura, que es la creación de escuelas y edificios escolares, y sobre todo la formación de los maestros, entendida como la inicial, la continua y la selección del magisterio. Además, crean misiones pedagógicas y el decreto del bilingüismo por el que se puede utilizar sobre todo el catalán en el ámbito escolar a partir del 31, que sería algo que el franquismo prohibió después. También escribían de maravilla. Los decretos ley de la época eran poesía: “El maestro será el alma de la escuela”. Lees los boletines oficiales actuales y en fin…

¿Hasta dónde consiguieron llegar?

Creo que la mejor conquista fue la formación del Magisterio. Unificaron las normales (las escuelas de Magisterio, había una para hombres y otra para mujeres), que para las mujeres fue muy importante. Hasta ese momento había director en la masculina y en la femenina. A partir de este momento la dirección puede ser de una directora, lo que no cae muy bien entre los compañeros, y después las clases las da indistintamente el profesor numerario, fuera hombre o mujer el más antiguo. Los alumnos y alumnas tenían un profesorado mixto, que fue la mejor conquista junto al plan de formación del Magisterio, el mejor que hemos tenido nunca, incluido el actual. La formación continua del profesorado también funcionó muy bien. Se acabó con las oposiciones, se cambiaron por cursillos de selección. La parte de formación del Magisterio fue el mayor logro. Eso y las escuelas que se construyeron, los edificios siguen en pie y en funcionamiento.

¿Por qué se habla tanto de las maestras de la República?

La República significa la entrada de la modernidad, sobre todo para las mujeres. Por primera vez somos ciudadanas, los hombres ya lo eran; podían votar. A partir de ese momento es una implicación en el ámbito público como no se había visto nunca. Se aprueban leyes como la del divorcio, igualdad de acceso a la educación, igualdad laboral. Eso significa una entrada de las mujeres en el ámbito público. Entran en la política concejalas, alcaldesas, diputadas. Es toda una revolución en el modelo de mujer. Por eso la importancia de las maestras, que van a encarnar ese modelo de ciudadanas republicanas y se lo van a transmitir a sus alumnas, que muchas de ellas, en las zonas rurales, es el único contacto que tienen con la modernidad. Esa maestra que gana dinero, vive de forma independiente, no tiene que casarse para vivir. Representan un modelo nuevo de mujer. De ahí la importancia de las maestras. Hicieron lo mismo que ellos, pero con el plus de ser una referencia que se rompió en el franquismo. Los críos de un pueblo, por ejemplo, tenían diferentes modelos: al cura, al alcalde, al médico, al farmacéutico… ¿Qué modelos tenían las niñas? El de sus madres y abuelas, no era muy atractivo.

¿Qué fue de ellas en la dictadura? ¿Fueron purgadas todas?

Es un tema interesante. Cuando se proclama la República en abril del 31 no hay ninguna depuración del profesorado, algo que se le ha reprochado a la República desde ciertos sectores. En la República pensaban reeducar al Magisterio, de manera que maestros y maestras que se habían significado durante la dictadura de Primo de Rivera no sufrieron depuración alguna. Pensaban que a través de los cursillos, los centros de renovación, etc. los convencerían de la bondad de la causa republicana y no haría falta depurar. Durante la República en paz no hay depuración. Sí que la hay en el 36, cuando empieza la guerra se produce la depuración en las dos zonas. Los republicanos van a depurar al magisterio para que demuestre su lealtad y depurar a los franquistas y en el franquismo empieza la larga historia de la depuración del maestro republicano. A las maestras, el franquismo las va a perseguir por los mismos temas que a los maestros (por militancia política, sindical, por participar de forma activa en actividades culturales republicanas), pero para ellas supone un agravante las causas de tipo moral. Por ejemplo, que un hombre no fuera a misa estaba mal, pero se admitía. A una mujer no. Estas mujeres encarnaban el modelo contrario al que el franquismo iba a imponer. Algunas se las expulsó, otras se exiliaron y otras vivieron un exilio interior durísimo. Trabajaban en labores de segunda o tercera categoría, otras intentaron volver, siempre bajo la sospecha de que alguien las delatara. En Valencia, por ejemplo, fueron 68 las expulsadas de unas 1.500. Las que encarnaban el modelo de ciudadana y maestra republicana.

Una cuestión es que, aunque florecieran durante La República, en buena medida el trabajo venía de atrás, de principios de siglo.

No surgen de la nada, había una lucha previa de muchos años. Empieza con Concepción Arenal, que se cuestionó el papel de las mujeres. Desde finales del XIX había un movimiento a favor de la educación de mujeres. Aquí se significó mucho Emilia Pardo Bazán, que reivindicaba que, además de estudiar, quería que se pudiera ejercer. Que una cosa era estudiar y obtener un título y otra que pudieras ejercer. Desde finales del SXIX había una corriente a favor de la incorporación de las mujeres al mundo profesional. Las que tuvieron una actuación más destacada fueron las profesoras de la normal, las maestras de maestras. Hay dos casos destacados, de las que no se habla casi: Pepita Úriz y Carmen García de Castro. A las dos las expulsaron por recomendar libros a sus alumnas que no eran apropiados para la formación de las mujeres. Ellas defendían la libertad de cátedra y fueron reprimidas por una parte dentro de la represión normal de la libertad de cátedra, pero también por defender que las mujeres debían tener acceso a las mismas lecturas y nivel de conocimientos que los hombres. Estas dos mujeres son el símbolo de todas aquellas que llevaban ya tiempo queriendo cambiar la educación de las mujeres, haciéndola más amplias. Las maestras republicanas vienen de una tradición de maestras que ya funcionaba en las aulas. Tanto a Pepita como a Carmen las expulsaron en la dictadura de Primo de Rivera y después en el franquismo, no es ninguna casualidad.

Hábleme del plan de formación rural, el propósito de la República de llevar la educación a todos los rincones, las famosas Misiones Pedagógicas.

Se crean en abril del 31, de manera inmediata. El presidente es Manuel Bartolomé Cossío, una de las personas más emblemáticas para el magisterio. Misiones Pedagógicas tiene cuatro secciones. Una, la que se identifica con Misiones Pedagógicas, formada por maestros, intelectuales, etc. que se trasladan durante unos días a las poblaciones más alejadas de la cultura para llevarles todo aquello a lo que normalmente no acceden: películas, libros, discos, teatro, etc. Era un papel para que las poblaciones más alejadas pudieran conocer el cine. Algunos misioneros pedagógicos criticaban la puntualidad de la actividad, que luego no hubiera un trabajo posterior.

Hay otra igual de interesante, la sección de bibliotecas. Tenía dos apartados, las bibliotecas escolares (lotes de cien libros que se enviaban a las escuelas que las pidieran, con preferencia a la rurales) y las populares (igual, pero para ayuntamientos, era lectura para adultos). Era una promoción de la lectura increíble. En Valencia, la delegada del patronato era María Moliner, una mujer extraordinaria. Se encargaba no solo de enviarlas, sino que hizo un viaje por las escuelas de Valencia para ver qué se hacía con las bibliotecas que había enviado. Me maravilla que en el año 33, conociendo las comunicaciones, una mujer no se conformara con haber enviado y quisiera verlo.

También estaba la sección de teatro. Eran grupos que contrataba Misiones Pedagógicas para que hicieran actuaciones por los pueblos. Ahí estaba La Barraca, el grupo de García Lorca, que representaba obras de Lorca, modernas, pero también autos sacramentales. Teatro clásico y contemporáneo. En cada zona había un grupo de teatro que iba a los pueblos.

La cuarta era el museo circulante. Como la gente no podía ir al Prado a ver las grandes obras, se hicieron unas copias magníficas (hoy en día en la Residencia de Estudiantes de Madrid) que pasaban 15 días en el pueblo que las solicitara. Se hacían conferencias sobre pinturas, las visitaban los críos de las escuelas… Estaban Las Meninas, obras de Goya, de Zurbarán, el Greco. En general, aunque para mí Misiones Pedagógicas fue muy interesante, no se puede decir que fuera la forma ideal de llevar la cultura a las áreas rurales.

¿Queda algo de legado de aquella época o el franquismo se lo cargó entero?

Habría que hablar también de secundaria. Crearon muchos institutos, mixtos todos. El franquismo suprimió institutos y los separó en masculinos y femeninos. El gran negocio de la educación fue en secundaria, en manos de las órdenes religiosas durante el franquismo. En la República se crearon institutos públicos, se continuó el Instituto Escuela de la Institución Libre de Enseñanza y se crearon los institutos obreros durante la guerra. Se prestó también una atención importante a la secundaria, aunque lo más llamativo fuera en primaria.

Supongo, además, que hasta la secundaria llegaría en esa época un porcentaje pequeño de la población.

Pequeño y muy clasista. En la época de Primo de Rivera se empezaron a crear, pero durante la República se asientan los institutos y sobre son todos mixtos. En España hasta 1910 las mujeres no tenían acceso libre a la secundaria. Había cuatro, pero se les sentaba en un rincón y no molestaban. El problema es cuando aparecen 20, 30 o 40. A partir de ahí, acabando la dictadura de Primo de Rivera, se crean los dos primeros institutos femeninos, uno en Madrid y otro en Barcelona. La tendencia era ya ir separando porque la secundaria es una época muy peligrosa, niñas de 14 con niños de 14… La tendencia era que conforme iban incorporándose las mujeres las iban segregando. Pero en la República todos los institutos ya son mixtos. A nivel personal de alumnos y alumnas fue muy importante. La convivencia en las aulas es algo remarcable.

Ha dicho que el de la República fue el mejor plan de formación de maestros que hemos tenido. ¿Por qué era tan bueno?

Se llamaba el plan profesional porque formaba profesionales. Hasta ese momento, a Magisterio se accedía con 14 años, por lo que el nivel de conocimiento era mínimo, de Bachillerato elemental el que lo tenía. Los alumnos de Magisterio ni sabían Geografía, ni Matemáticas, ni Historia. La carrera de Magisterio en gran parte era paralela al Bachillerato y sobre todo de tipo cultural. La República lo que cambia es que se exige lo mismo que para acceder a la universidad: 16 años cumplidos y el Bachillerato hecho. El número de alumnos que accede cada año se racionalizará en función de los maestros que harán falta: se establece un número clausus. Las plazas que salgan serán adjudicadas a los hombres o mujeres que obtengan las mejores puntuaciones en la prueba de acceso. Como ya tienes el Bachiller, no necesitas aprender más Geografía ni Historia. Lo que necesitas es aprender a enseñar Geografía e Historia, la didáctica. El plan profesional pone el acento en enseñar a enseñar. Son tres años y un cuarto todo de prácticas, algo que hoy en día no tenemos. El alumno, cuando acaba tercero, va a una escuela como alumno en prácticas, cobrando. Al acabar tienen ya el título de Magisterio y la categoría de funcionario, sin otra oposición. El título te hace funcionario del Estado, lo cual no sucede hoy en día (tampoco se pagan las prácticas). Más aún, ese año contaba incluso para la jubilación. Al ser un curso entero te permite desde el primer momento enfrentarte con los alumnos, programar un curso entero, cómo se trabaja, etc. Los maestros salían muy bien preparados. Para mí es el mejor plan de formación, incluida la actualidad. Eran cuatro años y exigían un nivel muy alto.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/02/07/las-maestras-encarnaron-el-modelo-de-ciudadanas-republicanas-independientes-y-se-lo-transmitieron-a-sus-alumnas/

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Francia: La mujer que encarcela a quienes mutilan los genitales de las niñas

Entrevista/Francia/07 Febrero 2019/Fuente: El país

Mientras que en Europa los casos de ablación condenados en los tribunales son muy pocos, Francia ha tenido más de 40. El mérito es de la abogada Linda Weil-Curiel

Hawa Gréou era la maman (madre) más famosa de toda Île-de-France. Cientos de familias malienses, senegalesas, guineanas y marfileñas llamaban a la puerta de su piso de París pidiendo a la matrona de Mali que «preparase» a sus hijas con el rito que, para algunas etnias africanas, constituye el sello necesario de la pureza femenina: la mutilación genital. Hawa era hábil y rápida. Con su cuchillo, ninguna niña moría de hemorragia.

Un día, su vecina la denunció por alteración del orden público. Los gritos que se escapaban a través de su puerta eran estremecedores, pero no ocurrió nada. Para que fuese detenida fue necesario el valor de una de sus víctimas, una joven que quiso salvar a sus hermanas pequeñas del rito de sangre y explicó a un fiscal los horrores que sucedían en aquel lugar. Hizo falta la testarudez de una abogada para condenar a la maman a ocho años de cárcel, en un juicio histórico que sacudió Francia y abrió los ojos definitivamente a las ablaciones clandestinas. Este año se cumple el vigésimo aniversario de aquel proceso.

La letrada de la causa es Linda Weil-Curiel, presidenta de la Asociación Cams(Comisión para la Abolición de las Mutilaciones Sexuales), que desde la década de los ochenta ha defendido a las víctimas en otros 40 procesos y ha logrado condenar a más de 100 personas entre mutiladoras y padres de niñas mutiladas. Aunque Francia es el único de los países europeos con una fuerte presencia de inmigrantes africanos que no dispone de una ley específica contra la mutilación genital femenina, registra el mayor número de condenas en estos casos. En Italia, a partir de la promulgación de la ley de 2006, se ha dictado solo una; en España y en Suecia, dos; en Reino Unido se ha emitido una única sentencia de condena hace unos días, a pesar de que la ley existe desde 1985.

«Los Parlamentos de media Europa me invitan para que explique por qué en Francia funciona la justicia contra la ablación y en otros países no», dice sonriendo Weil-Curiel en su despacho de Saint-Germain-des-Prés, en pleno centro de París, «y siempre insisto en que una norma específica es inútil y, además, un error. Basta con el Código Penal, que en cualquier Estado castiga las lesiones permanentes. Además, una ley específica abre la puerta al relativismo cultural al clasificar las mutilaciones sexuales entre africanos como tradición y no simple y llanamente como un delito».

P: Según los datos del Ministerio de Sanidad de su país, entre 2007 y 2015 el número de mujeres residentes en Francia que han sido mutiladas ha pasado de 61.000 a 53.000. ¿Cree que hay que atribuir el mérito a su línea dura?

R: En parte sí. Sin duda, la sensibilización de las comunidades de inmigrantes es fundamental, pero también tienen que ser conscientes de que si mutilan a las niñas irán a la cárcel.

P: ¿Cómo empezó a apasionarse por este tema?

R: En 1982, una amiga feminista (Annie Sugier, cofundadora con Simone de Beauvoir de la Liga Internacional por los Derechos de las Mujeres) me trajo un artículo de un periódico que informaba de que un padre había mutilado a una niña de tres meses y que esta se había salvado por poco de la muerte. La niña se llamaba Bintou. Con mi asociación, me personé como actor civil en el proceso, y allí empezó mi primera batalla, consistente en que estos casos no se siguiesen dirimiendo en los tribunales ordinarios, sino en los órganos judiciales de máximo rango, es decir, en las Salas de lo Penal de los Tribunales Superiores de Justicia.

Los jueces, por su parte, le quitaban importancia, aduciendo que eran inmigrantes, personas que no hablaban francés, y que eran sus tradiciones. Yo les respondía preguntándoles si no pondrían el grito en el cielo si le amputasen los genitales a una niña blanca francesa, y clamando que la ley es igual para todas las personas que viven en Francia. Así fue como conseguimos que el delito se juzgase en el Tribunal de lo Penal. Luego, cuando muchas familias empezaron a mutilar a sus hijas llevándolas a sus países de origen para eludir la justicia francesa, conseguimos ampliar el Artículo 222 del Código Penal a las ablaciones llevadas a cabo en el extranjero por ciudadanos franceses o residentes en Francia. No obstante, los casos resultaron más complejos.

P: ¿Por qué?

R: Los padres no revelaban los nombres de las mujeres que practicaban la ablación. En el seno de las comunidades africanas, las protegen. Las madres contaban que, en el autobús, una mujer las vio con su bebé en brazos, les preguntó si ya la habían operado y las invitó a su casa, pero que no saben cómo se llama. Cuentan historias inverosímiles.

P: Hasta que, en 1999, estalló el caso Gréou…

R: Una investigación que duró 18 meses y un gran juicio de 15 días. Después de que la chica presentase la denuncia, la policía puso bajo vigilancia la casa de Hawa Gréou, pero ella había tomado precauciones y practicaba las escisiones en otro sitio. Hasta que le intervinieron el teléfono, la verdad no salió a la luz. Gréou organizaba sesiones de mutilación en masa, normalmente en época de vacaciones, cuando había menos gente que lo pudiese oír. Se interrogó a todas las personas que aparecían en su agenda.

El fiscal pidió siete años de cárcel, y yo ocho. Gané yo.

P: Cuando Gréou salió de la cárcel, se hicieron amigas y escribieron conjuntamente el libro Exciseuse [mutiladora] (editorial City). ¿Cómo fue posible esta colaboración entre culpable y acusadora?

R: Durante el juicio, tuve siempre a Hawa enfrente de mí, y pude darme cuenta de su inteligencia. Me enteré de que el oficio de mutiladora se lo había impuesto su abuela. Las mujeres de su familia lo practicaban desde hacía generaciones y era un papel de prestigio en la comunidad porque daba dinero, telas valiosas, jabón… Hawa no tenía opción. Salió antes de la cárcel por buena conducta y me llamó por teléfono diciéndome: «Soy maman«. Estaba sola, su marido había tomado otras mujeres y quería mandarla a Mali. Ella iba de un lado a otro con un carrito de la compra lleno de ropa porque las otras mujeres le robaban todo, y con el carrito a cuestas, en zapatillas y cubierta con el velo vino a verme. Yo era la única persona con la que podía hablar francamente porque sabía que la entendía. Así nos fuimos acercando. Incluso llevé a su marido ante los tribunales y lo obligué a pagarle una pensión alimenticia.

P: Háblenos del último caso que ha llevado.

R: Actualmente tengo dos casos abiertos, pero el último fue el año pasado. Un caso muy triste. A la chica, nacida en Francia, le practicaron la ablación durante unas vacaciones en Guinea, y luego los padres la obligaron a casarse con un hombre mucho mayor que ella. Ella no quería y sus padres le pegaron brutalmente. La chica puso una denuncia, pero los jueces decidieron actuar solo por las palizas y no por la mutilación, y mi apelación fue rechazada por un defecto de forma. La chica me decía que ella era francesa y que no tenían derecho a hacerle eso. Francia no le ha hecho justicia.

P: ¿Por qué en otros países europeos que incluso han adoptado leyes específicas contra la mutilación genital femenina es tan difícil que se dicte una condena?

R: Es más eficaz seguir el Código Penal que crear normas nuevas que siempre resultan difíciles de aplicar. No hace falta una ley especial para establecer que cortar una oreja o una mano es un delito. ¿Por qué no debería pasar lo mismo con los genitales? En Reino Unido, por ejemplo, hay nada menos que tres leyes contra la mutilación genital femenina, la primera de 1985, pero están llenas de puntos débiles, como el hecho de que una asociación no pueda intervenir como actor civil. En Estados Unidos también es difícil aplicar la legislación federal, como ha demostrado el caso reciente de una clínica de Detroit donde una secta india practicaba ablaciones. El juez del Estado de Michigan rechazó la ley federal sobre la mutilación genital en nombre de la libertad religiosa y de otros argumentos que han puesto de manifiesto la fragilidad de la norma.

P: Se calcula que en Europa hay 500.000 mujeres inmigrantes que han sido sometidas a mutilación genital. Aparte de la vía judicial, ¿qué otras acciones piensa que son útiles para erradicar esta práctica?

R: Los pediatras tienen que controlar los genitales de las niñas que provienen de países en los que la ablación es una tradición, sobre todo cuando acaban de estar allí de vacaciones, e informar de la mutilación a los servicios sociales. Después hay que transferirles a estos la gestión de los subsidios estatales que recibe la familia. En Francia, un centro de protección a la infancia ha aplicado esta medida con buenos resultados. Las niñas tienen derecho a un desarrollo normal. La ley nos otorga los medios para protegerlas y no debemos tener miedo de utilizarlos.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/02/04/planeta_futuro/1549285616_641917.html

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