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Entrevista a Investigador UC: “Un 70% de quienes tienen menor escolaridad piensa que los inmigrantes le van a quitar su trabajo”

Entrevista a Roberto González, miembro del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) 

“Un 70% de quienes tienen menor escolaridad piensa que los inmigrantes le van a quitar su trabajo”

Por: Felipe Menares Velazquez

La llegada de migrantes a Chile comienza a consolidarse como una constante, lo cual supone una serie de desafíos y aprendizajes pendientes para la sociedad chilena. De esto nos habla Roberto González, miembro del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES).

La migración se ha instalado como un tema en el debate público, a partir de la llegada creciente de extranjeros a residir en Chile. En efecto, de acuerdo a un informe de la Cepal y la OIT, entre 2010 y 2015 la inmigración creció en promedio 4,9% por año.

Sin embargo, este año electoral representa una eventual amenaza para analizar el fenómeno en profundidad, sobre todo ante la peligrosa emergencia de propuestas que buscan perseguir y restringir el arribo de inmigrantes al país.

Frente a la necesidad de examinar algunos intersticios de este nuevo panorama, El Ciudadano conversó con Roberto González, doctor en psicología e investigador principal y coordinador del Estudio Panel del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), institución que lanzó un estudio para captar las percepciones de 3 mil chilenos de aquí a 10 años, sobre una serie de temas sociales, uno de los cuales es la migración.

¿Hay elementos para saber si el actual flujo creciente de migrantes tiende a establecerse en el país o Chile constituye un lugar de paso, previo a otros destinos?

En Chile hay aproximadamente 411 mil inmigrantes que cuentan con los permisos de residencia definitivos, según el Departamento de Extranjería y Migración. Esos son permisos que autoriza a un extranjero a vivir en Chile. Si uno mira la encuesta CASEN, dice que hay 460 mil.

Entonces, la pregunta de cuántos son los que tienen residencia y los que son móviles no se sabe. Ese es un cálculo que tiene que hacer Policía de Investigaciones, porque son los que controlan las fronteras y saben quiénes entran y salen del país.

Las famosas cifras de «indocumentados» pueden ser inmigrantes que están en el país, que viven acá, pero cada cierto tiempo cruzan la frontera y vuelven a su país de origen y vuelven a entrar al país como turistas. Esa es una estrategia que siempre se ha usado, no solo en Chile, sino que en muchos países.

La visa de turista autoriza a estar un período de tiempo en el país sin residencia permanente. Pero sabemos también que hay gente que se queda, pero no tiene permiso de residencia permanente. Por tanto, no aparece en la contabilidad nacional como residente que vive en Chile. Eso produce una cifra que no se conoce.

Chile nunca ha sido mucho un destino de paso, porque los destinos de paso son los países donde la gente transita porque va en camino a otro lado. El que viene a Chile se viene para acá, porque estamos al fin del mundo.

Roberto González

¿Qué factores impulsan la llegada de inmigrantes «al fin del mundo», entonces?

Chile se ha transformado en un país que realmente la gente ve como un lugar de oportunidades. En general, hay bajas tasas de desempleo y, cuando eso ocurre, quiere decir que hay capacidad de absorber mano de obra. Entonces, la gente ve que cuando vienen, encuentran trabajo y se quedan. Es cierto que no hemos tenido un crecimiento económico en los últimos cuatro o cinco años, pero ese crecimiento aún no impacta en el empleo.

Yo creo que los mismos migrantes que llegaron y se quedaron a vivir son la principal fuente de información para los que están llegando: haitianos, dominicanos, colombianos, venezolanos y otros en menor proporción.

Porque la experiencia peruana –la más grande, un tercio de la población migrante es peruana– le ha ido bien, en general. Se situaron laboralmente. Obviamente, no siempre están en cargos que tienen una alta calificación profesional, pero así y todo, Chile está recibiendo inmigrantes con más nivel de escolarización que el promedio de otros países [NdR: El 79% de los inmigrantes que llegan a Chile tiene 10 o más años de estudio, según un informe de la Cepal y la OIT].

Considerando que los inmigrantes pueden mantener un vínculo con su país de origen a través de Internet y las redes sociales, además de la relación con otros de sus compatriotas residentes en Chile, ¿qué orientaciones nos entregan esos antecedentes a la hora de plantearnos una integración desde la sociedad chilena?

El tema de la integración supone una respuesta esencial desde la perspectiva del inmigrante, que es distinta a la perspectiva de la mayoría. El inmigrante tiene que responder dos preguntas esenciales: si me voy a vivir a Chile, ¿quiero mantener vínculos, relación, participar, mantener mi identidad cultural de origen? ¿O más bien quiero «incorporarme a Chile y adquirir las características de la forma de vida de los chilenos»?

El otro dilema que tiene que enfrentar es si quiere o no mantener, en forma activa, vínculos, interacciones y asociación con los chilenos o con sus coterráneos.

El ejemplo que uno más conoce son las comunidades asiáticas que, en general, quieren mantener su cultura y tradiciones y se vinculan e integran esencialmente con sus propias comunidades.

Por ejemplo, las barreras idiomáticas de los chinos, coreanos o japoneses, hacen que ellos tiendan también a estar más vinculados con su propio grupo.

Los haitianos tienen barrera idiomática y lo primero que tienen que hacer al llegar a Chile es aprender español. Si no lo hacen, tienen menos probabilidad de integrarse y de vinculación social, por tanto, van a tener más incentivos a estar vinculados y a interactuar con los propios, con otros haitianos en el país.

Pero lo que la literatura muestra en general, es que los migrantes que logran vincularse a la sociedad a la que llegan, interactuando pero al mismo tiempo manteniendo su propia identidad, son los inmigrantes que mejor lo pasan. Tienen mejor salud mental, viven más contentos, tienen más satisfacción de vida, menos estrés.

En el caso de las personas provenientes de Haití, cuya barrera idiomática es evidente, ¿qué procesos operan para que se sientan motivados a venir a Chile? [NdR: durante 2016 ingresaron 170 haitianos por día, según datos de Extranjería]

Haití está clasificado como uno de los países más vulnerables del mundo, por las condiciones de precariedad que tiene su sistema político, económico y social, en general. Entonces, cuando uno sale de una condición de extrema pobreza y vulnerabilidad altísima, Chile tiene un atractivo enorme.

Un haitiano que trabaja en el servicio doméstico, en la construcción o como temporero, gana 5 o 6 veces más de lo que habría ganado en su país por el mismo trabajo. Entonces, le da la enorme posibilidad de generar remesas para su familia. Esa persona tiene una enorme motivación para venirse, porque aquí también tiene oportunidades para desarrollarse.

Si esto tiene que ser un juego, entre lo que tú tienes allá y lo que es posible recibir acá. Como Chile tiene oportunidades, la persona las ve y, por lo tanto, se arriesga, con todo el alto costo que significa ir a vivir a otro país. 

Además, cuando eres de raza negra, uno sabe que esas personas están más expuestas a ser discriminados o estigmatizados en culturas como la nuestra, que no tiene tanta experiencia de interacciones con grupos raciales o étnicos distintos. Sin embargo, esa persona tiene una red. En la economía hay gente que estudia cómo la red local de inmigrantes haitianos forma una base muy importante para la integración. Esas personas son los primeros contactos, los que ayudan, los que te entregan informaciones acerca de cómo navegar en la cultura local, dónde vivir, con qué llegar, dónde aterrizar…

El boletín Nº 1 de Extranjería, centrado en el caso de los inmigrantes haitianos, señala que se insertan casi exclusivamente a nivel económico. Dice que muchos de los entrevistados evalúan su proyecto migratorio desde una perspectiva «marcadamente individualista», «en función de potenciales logros económicos», por lo que callan experiencias de racismo y discriminación, sin apelar a su inclusión como sujetos de derecho. ¿Qué acciones concretas se pueden impulsar para ampliar el margen de la inclusión?

Esto es muy comprensible, porque imaginemos un haitiano que viene de un entorno muy pobre, con tres o cuatro hijos, su motivación más esencial es trabajar, generar recursos y enviar remesas a su país. Esa es su meta. Da lo mismo si se va a socializar, si se va a integrar con otras personas…

Esas personas están sujetas a un estrés enorme, pero esa motivación es muy fuerte y le restringe -yo no diría que le impide totalmente- pero mi impresión es que eso no puede durar mucho tiempo, por una sencilla razón: todos podemos tener una situación de estrés por un período de tiempo, pero llega un momento que esa misma persona, que está necesitada de mandar recursos a su casa, aunque no tenga vida social, tendrá necesidades afectivas y relacionales.

Mi hipótesis es que eso que puede haber captado este estudio es temporal. Si uno le hace un seguimiento a esa población, se va a dar cuenta que probablemente van a terminar distinto a como llegaron.

¿Cómo se entiende la justificación a la agresión en contra de un trabajador haitiano en el Terminal Pesquero? Un trabajador chileno dijo que no estaba dispuesto a que personas extranjeras le quiten el trabajo. ¿Dónde podemos rastrear ese discurso?

Nosotros en el COES lanzamos un estudio donde vamos a hacer un seguimiento a la población chilena por 10 años, a las mismas personas, para preguntarle qué piensa de los inmigrantes, cómo le caen, con qué frecuencia se juntan con ellos, etcétera. Dos de las preguntas que hacemos son: en qué medida piensan que la llegada de inmigrantes está aumentando el desempleo en Chile y en qué medida la llegada de inmigrantes está afectando la identidad nacional.

En general, hemos visto que en las personas que tienen menor nivel de escolaridad, básica o básica incompleta, hasta un 70% piensa que los inmigrantes le van a quitar su puesto de trabajo y que va a aumentar el desempleo.

Eso cambia radicalmente cuando hablas de las personas con mayor nivel de escolaridad, con educación superior universitaria o técnico profesional, porque baja a un tercio de la población. Pero entre la gente más educada y preparada de este país, aún así un tercio considera que los inmigrantes le van a quitar su puesto de trabajo.

Tenemos un 2,3% de población inmigrante. Si son 411 mil y somos 17 millones, de los cuales 7,5 millones son la masa laboral, ¿cómo alguien puede imaginar que 411 mil van a cubrir toda la masa laboral? Además sabemos que de los 411 mil no todos son trabajadores. Entonces, eso es una creencia que se instala como sentimientos de amenaza que percibe la gente, esencialmente, por desconocimiento.

En la segunda pata del estudio vimos quiénes tienen menos amenaza a los inmigrantes. Descubrimos que quienes reportan menos experiencias de contacto y menos calidad de relación con los inmigrantes, son quienes exhiben más amenaza. Mientras más conocemos, interactuamos, comunicamos, aprendemos cómo son ellos, los niveles de amenaza caen sistemáticamente.

Cuando el tipo apuñala al haitiano, sus pares legitiman esto. Entonces, el rol que cumplen lo que llamamos “las normas del grupo”, son muy potentes. Aquí hay un fenómeno de influencia grupal muy fuerte.

La persona que atacó y los grupos que estaban ahí, son personas que son más sensibles. Pertenecen a este grupo que tienen 70% de percepción de amenaza. Esas personas hacen lo que hace la gente que se siente amenazada, se ponen más violentos. Pero es algo que hay que trabajar con la sociedad.

Fuente: http://www.elciudadano.cl/entrevistas/investigador-uc-un-70-de-quienes-tienen-menor-escolaridad-piensa-que-los-inmigrantes-le-van-a-quitar-su-trabajo/05/31/

 

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Entrevista a Agustín Squella: Nada puede hacerse con directivos y profesores que no leen

01 junio 2017/Fuente: webdelmaestrocmf

El abogado Agustín Squella indica que el problema es que nada puede hacerse en tal sentido con directivos educacionales y profesores que tampoco leen y que están muchas veces en la moda perversa de reducir la educación a capacitación, esto es, a mero precalentamiento laboral, como si todo el sentido de la educación se agotara en la posibilidad que ella brinda de conseguir puestos de trabajo y como si todo el sentido del trabajo se agotara a su turno en conseguir cada vez mayores ingresos personales y en incrementar la riqueza del país en que vivimos.

Compartimos con fines únicamente educativos – pastorales  la entrevista hecha a Agustín Squella realizada por “Juan Andrés Guzmán” y publicada en el Blog “Juegos de Mate”.

NADA PUEDE HACERSE CON DIRECTIVOS Y PROFESORES QUE NO LEEN

A fines del año pasado el abogado Agustín Squella recibió el premio nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2009 y ocupó su discurso de agradecimiento para hacer una súplica por la lectura. Squella es profesor de Filosofía del Derecho en las universidades de Valparaíso y Diego Portales y está muy consciente de que la lectura es uno de los puntos más débiles de la educación chilena.

En esa área la Concertación deja como herencia un sistema que no sólo fracasa sino que tampoco parece haberse encaminado hacia una solución. Peor aún a Squella le parece que nos dirigimos alegremente hacia un desastre sin que nadie tenga muy claro todo lo que las personas pierden cuando apenas logran leer a tropezones.

Aquí hay una muestra de esa gran pérdida. El año pasado se realizó una prueba nacional para medir cómo escribían los niños de 4to básico. Casi un 40 por ciento se ubicó en el “nivel inicial” lo que implica que recién están aprendiendo a escribir. Según un informe del ministerio este “nivel inicial” queda bien graficado en un texto escrito por una niña llamada Sara a quien se le pide que redacte una carta a su director para pedirle permiso para ir con su curso de paseo a un acuario. Esto es lo que la niña de 10 años escribió:

“Querido dictor quiero disile que es el mejor dictor por eso nuestro curso juntaron dinero para que nosotros y usted fueramos al acurios para que bieramos alos tiburones y a las mantarallas y los peses y las pirañas y nadar con los delfines. Se despide la alubna Sara”.

La corrección de ese desastre requiere cirugía mayor. El gobierno de Piñera pretendía hacerle frente con el proyecto de crear 50 liceos de excelencia. Pero tras el terremoto es probable que su tarea sea reconstruir.

¿Qué piensa sobre la profundidad de la crisis de la lecto- escritura en Chile? A veces parece que el analfabetismo hubiera vuelto, a pesar de que las cifras dicen que no.

-En Chile se escribe mal porque se lee poco. Y como somos pobres de palabras, lo somos también de pensamiento. La crisis, por tanto, es honda, aunque tampoco es únicamente local. Una de las señales más visibles de nuestro carácter nacional isleño y sin muchos horizontes, atrapados como estamos entre la cordillera y el mar, consiste en creer que los males son solamente nuestros. Vea usted lo que pasa con la delincuencia, un fenómeno inseparable de cualquier forma de vida en sociedad y que algunos líderes de opinión se empecinan en presentar como si se tratara del copihue, es decir, de un producto exclusivamente autóctono. Chile tiene, proporcionalmente a su número de habitantes, una población penal muy superior a la de todos los países de América Latina, incluido en México, pero todos, o casi todos, se compran el cuento de la impunidad y la puerta giratoria.

Los jóvenes, que no leen, tampoco escriben, y cuando escriben lo hacen con esa jerigonza de palabras alteradas, cortadas, sustituidas por símbolos matemáticos u otros francamente incomprensibles, etc., aunque lo peor es que algunos adultos, con el pretexto pueril de sintonizar con las nuevas generaciones, empiezan a escribir igual en sus blogs, correos electrónicos y otras formas de aparente comunicación de que disponemos en la red. Esos adultos creen absurdamente que desarrollar proximidad con los jóvenes pasa por hablar y escribir tan mal como lo hacen éstos.

“La delincuencia es un fenómeno inseparable de cualquier sociedad, pero algunos líderes de opinión se empecinan en presentarla como si se tratara del copihue, es decir, de un producto autóctono”.

¿Qué país se está construyendo si el 40 por ciento de los niños de 4to básico aún no aprenden a expresarse?

-Si bien los países no se “construyen”, lo cierto es que vamos por mal camino, aunque lo peor es que vamos alegremente por ese mal camino. En materia de lenguaje vamos a terminar hablando tan pobremente y mal como los personajes de los realities televisivos, aunque, igual que éstos, estaremos sacudidos por la emoción y lloraremos a la primera de cambio.

Leer tiene un rol importante en la creación de ciudadanos críticos y creativos. ¿Le parece que en el debate que cada cierto tiempo se levanta en torno a la educación, hay claridad sobre lo que están en riesgo cuando un niño no consigue leer?

-Creo que hay poca claridad, especialmente porque los padres, los maestros, los directivos educacionales, y posiblemente hasta las propias autoridades públicas del sector, leen poco y mal. Sería bueno encuestar en esos cuatro colectivos cuáles son los libros leídos por cada uno de los actores en el último año. No quiero fastidiar al nuevo Presidente, pero en una reciente entrevista, preguntado por cuáles son sus escritores favoritos, respondió “Los cuatro evangelistas”. No pongo en duda la sinceridad de su respuesta, pero estoy seguro de que él podría nombrar otros autores, antiguos, modernos y contemporáneos, que vale la pena leer para mejorar nuestro lenguaje y, de paso, nuestra comprensión del mundo y de la complejidad de las cosas y de las personas.

La falta de crítica en el país y el temor a ésta, así como la aun mayor falta de autocrítica y el también mayor temor a ésta, tienen mucho que ver con el hecho de que más heredamos que formamos nuestras ideas y convicciones. Y como los padres con recursos quieren que sus hijos hereden sus ideas y convicciones y no que se formen autónomamente las propias, ya desde el jardín infantil, y ni qué decir del colegio y la universidad, los matriculan en establecimientos que aseguren la transmisión de esa herencia. Educación a la medida, la llamo yo. Lo cual resulta bastante ingenuo, a decir verdad, aunque es causa de que los jóvenes víctimas de ese tutelaje pasen los 30 sin tener ideas propias que defender.

“Lo peor de la educación hoy es creer que se trata de un juego y, por añadidura, de algo fácil, divertido y que se consigue sin esfuerzo. La lógica del parvulario, donde los niños van a aprender jugando, ha contaminado a toda la educación”.

¿Le parece que el nuevo gobierno tiene claridad sobre lo central que es la educación para que en Chile haya democracia?

– A mí me gustaría, de entrada, que el nuevo gobierno explicitara un compromiso firme con la democracia, y propiciara el mejoramiento de la que tenemos. ¿Cómo? Impulsando la reforma del sistema binominal de elecciones, la reforma de los partidos políticos, la participación en nuestras elecciones presidenciales de los chilenos que viven en el extranjero, la inscripción electoral automática y el voto voluntario (¿u obligatorio?) y la modificación de los altísimos y absurdos quorums que se exigen para la reforma de determinados capítulos de la Constitución (2/3 de los senadores y diputados en ejercicio) y de la leyes orgánicas constitucionales (incluida la LOCE), que es de 4/7 de los senadores y diputados.

Mejorar la educación es sin duda bueno para le democracia, porque ésta demanda ciudadanos bien formados, críticos y autocríticos, dotados del suficiente carácter para exponer y defender sus puntos de vista y, a la vez, de la necesaria flexibilidad para llegar a acuerdos y compromisos que permitan y faciliten la vida en común.

Cuando representantes del nuevo gobierno hablan de “democracia de los acuerdos” están empleando una expresión redundante, puesto que decir “democracia” es decir “acuerdos”. La democracia es encuentro, diálogo y debate entre puntos de vista e intereses distintos, y aun opuestos, y búsqueda pacífica de una posición que todos puedan compartir. Y cuando el acuerdo se hace imposible, opera la regla de la mayoría, ésa que tanto irrita a los enemigos de la democracia, porque -dicen- se trata de una regla puramente cuantitativa. Pero ya indicaba Norberto Bobbio, con toda razón, que es mejor contar cabezas que cortarlas.

¿Cree que tras el terremoto habrá espacio para esos temas que la derecha ha atacado siempre como “temas que no le importan a la gente”?

Espero que no, pero me temo que la reconstrucción postergará reformas constitucionales y legales pendientes para mejorar nuestra democracia. Se apelará, una vez más, como se hizo durante 15 años por la derecha antes de dar sus votos para eliminar a los senadores designados, a los así llamados “problemas de la gente”. La reconstrucción es compatible con mejorar nuestra democracia, y en esta mejora -es preciso recordarlo- coincidieron en su momento los 4 candidatos presidenciales. Por lo demás, modificar ciertos quorums para la reforma de la Constitución y de las leyes orgánicas constitucionales, así como modificar el sistema binominal de elecciones, no cuesta dinero. Algo de dinero costará la inscripción automática en los registros electorales, pero nada en comparación con el beneficio ciudadano que ella significaría.

Antes del terremoto Joaquín Lavín insistía en que la prioridad del nuevo gobierno sería implementar 50 liceos de alta calidad ¿Ve ahí una solución al problema del lenguaje en ámbito escolar?

-La calidad no tendría que concentrarse ni en uno, dos, diez, veinte ni cincuenta establecimientos. La calidad es exigible a todos, por igual, aun sabiendo que no todos la alcanzarán en la misma medida, por lo cual hay que focalizarse allí donde más cueste alcanzar aceptables niveles de calidad.

¿En qué área concentraría usted el esfuerzo público para revertir la crisis de lectura y escritura?

-Hay que poner a leer a los niños y jóvenes, en colegios, liceos y universidades, y ponerlos a leer libros. Libros bien escogidos, por cierto, haciéndoles ver que no se lee para ser culto ni tampoco para conseguir placer -aunque leer también sea motivo de placer y nos haga más cultos-, sino para adquirir el lenguaje necesario que permite pensar, tener ideas y expresarlas, captar las ideas de los otros, debatir, y comprender mejor el mundo que nos rodea.

El problema es que nada puede hacerse en tal sentido con directivos educacionales y profesores que tampoco leen y que están muchas veces en la moda perversa de reducir la educación a capacitación, esto es, a mero precalentamiento laboral, como si todo el sentido de la educación se agotara en la posibilidad que ella brinda de conseguir puestos de trabajo y como si todo el sentido del trabajo se agotara a su turno en conseguir cada vez mayores ingresos personales y en incrementar la riqueza del país en que vivimos.

“Hoy muchos profesores y directivos educacionales están en la moda perversa de reducir la educación a capacitación, esto es, a mero precalentamiento laboral, como si todo el sentido de la educación se agotara en la posibilidad que ella brinda de conseguir puestos de trabajo”.

Algunos investigadores atribuyen el desastre actual a la falta de estándares en la formación de los profesores. Se critica que las casi 60 universidades e institutos que ofrecen la carrera de pedagogía forman profesores a la pinta de cada cual y que el resultado es que muchos profesores de básica no conocen las materias que deben enseñar. ¿Le parece que la fijación de estándares podría ayudar a resolver el problema de lecto-escritura?

-La formación de profesores es todo un problema, agudizado porque el área de educación no es prioritaria en ninguna universidad que yo conozca, salvo quizás en las muy pocas, no más de dos, que se definen como instituciones de ciencias de la educación, pero que igual acaban incursionando en otros ámbitos muy distintos, como si concentrarse sólo en aquellas ciencias las empobreciera en el contexto de instituciones de educación superior más complejas o que pretenden serlo.

La fijación de estándares, pero sobre todo su adecuada implementación y supervisión, es una de las medidas que deberían adoptarse para mejorar la formación de profesores, la cual tiene también pocas probabilidades de mejorar si no mejora sustancialmente la calidad y vocación de quienes optan a carreras de pedagogía.

Hace un tiempo le preguntamos al astrónomo chileno Mario Hamuy qué era lo peor de la educación chilena y él puso el énfasis en el lenguaje. Dijo: “Los alumnos tienen dificultades para leer y para expresar ideas. No se les enseña a pensar y eso es tal vez lo más grave. Fíjese en los noticiarios, cuando entrevistan gente de la calle: se nota que les cuesta mucho expresarse y rápidamente terminan llorando: los dominan las emociones porque no pueden decir lo que les pasa, entonces se frustran y lloran. Mientras menos recursos tiene la gente más llora y yo creo que tiene que ver con no conocer las palabras necesarias y tener la habilidad de elaborar información. No pueden decir qué les ocurre y por qué. Eso frustra.” ¿Qué es lo peor de nuestro sistema educacional para usted?

-Estoy de acuerdo con Hamuy, aunque el fenómeno de llorar o reír por cualquier cosa es producto de esa sobrevaloración de las emociones que se ha instalado incluso en el mundo intelectual. La gente cree que hay que emocionarse fuertemente, ante cualquier estímulo, en cualquier circunstancia, y, lo que es peor, considera que expresar emociones sin ningún control, con total incontinencia, es señal de vida interior, superioridad moral o algo así. Tampoco se trata de un fenómeno puramente local, pero la incontinencia emocional, alentada por superficiales libros de autoayuda, energías positivas, vida después de la vida, testimonios desgarradores de tragedias personales y cosas así, es algo hoy muy visible y difícil de tolerar, al menos para mí.

Lo peor de la educación hoy es creer que se trata de un juego y, por añadidura, de algo fácil, divertido y que se consigue sin esfuerzo. Hay toda una conspiración contra la dificultad en materia educacional. La lógica del parvulario, donde los niños van a aprender jugando, ha contaminado a la educación básica, media y hasta la universitaria. Nadie quiere oír ya de esfuerzo, autoexigencia ni disciplina. Si hay un derecho a la educación -que lo hay-, muchos creen que hay también un derecho a aprobar las asignaturas y pasar de curso. Lo más descarado a ese respecto fue un pintado que leí hace algunos años en un recinto universitario español: “Aprobar es un derecho humano”. Y lo peor de todo es que los adultos, incluidos los profesores, somos cómplices de ese malentendido o permanecemos pusilánimes o acobardados ante él.

DOS TERREMOTOS EN UNO

¿Qué explicación le da a la ola de saqueos? ¿Nuestro sistema educativo tendrá algo que ver o lo que ocurrió esa noche fue expresión de un instinto que no se doma con educación?

Los malos instintos, como por su lado las virtudes, no son patrimonio de los chilenos. Pillaje y solidaridad no son comportamientos que caractericen a ningún pueblo o nación en particular, sino que son propios y comunes a todo el género humano. Hay una naturaleza que todos los humanos compartimos, en la que anidan malos instintos, y una cultura, mediada por la educación, que nos permite desarrollar ciertas conductas virtuosas.

Entonces, nada más erróneo que sostener que los saqueos sacaron a relucir lo peor de los chilenos, y que luego, con la Teletón, apareció lo mejor de lo nuestro. Simplemente dicho, vivir en sociedad, aquí como en cualquier parte, supone siempre relaciones de intercambio (las más), de colaboración (algo menos), de solidaridad (siempre escasas) y ciertamente de conflicto (bastante frecuentes).

“En materia de lenguaje vamos a terminar hablando tan poco y mal como los personajes de los realities televisivos, e igual que éstos, estaremos sacudidos por la emoción y lloraremos a la primera de cambio”.

En Constitución entrevisté al dueño de un supermercado que fue saqueado. Días después la policía había allanó a otro empresario de la zona que fue visto saqueando en una camioneta. Cuando le pregunté al saqueado qué pensaba decirle al saqueador, del cual era, además, amigo, éste me dijo: “hay que mirar para adelante, no quedarse en el pasado”. Le pregunté si le parecía que haciendo eso se reconstruía Chile con bases sólidas. Y él me pidió que no lo involucrara en más problemas. ¿Cuáles son las bases sobre las que debemos construir?

-No estoy por condenar todo acto de saqueo, ni menos por fusilar en el acto a los que lo ejecutan, puesto que las motivaciones y situaciones pueden ser de hecho muy distintas, aunque en el caso que usted menciona me parece que la persona afectada actuó mal al desistirse de denunciar la situación. Tenía frente a sí a un poderoso sin excusa alguna para hacer lo que hizo.

Por otra parte, lo que hay que reconstruir es la parte importante del país que se vio afectada por un cataclismo sin precedentes en nuestra historia, por su intensidad (cerca de 9 grados), por su duración (2 minutos y medio) y por su extensión (800 kilómetros donde viven casi dos tercios de la población de Chile). Y todo eso seguido de maremotos no sólo en la zona del epicentro del sismo, sino también en la Isla Juan Fernández. Este no fue, como antes, el terremoto de Valparaíso, de Concepción o de Valdivia. Este fue el terremoto de Chile, una variable que no parecen considerar aquellos analistas que con poca serenidad y algo de oportunismo quieren hacernos creer ahora que lo que teníamos era un país de cartón piedra y que a voz en cuello empezaron a exigir, al día siguiente del desastre, información completa sobre los efectos de éste, inmediata y completa atención de las víctimas, y aclaración y ejecución también inmediatas de todas las responsabilidades, públicas y privadas, por tales efectos.

En otro orden de cosas, no dudo de la competencia del nuevo gobierno para las tareas de reconstrucción, sobre todo si en ello contará con el apoyo de todos, incluida la oposición política a él, pero no le reconozco a ningún gobierno, del color u orientación que sea, el derecho a tomar en sus manos alguna suerte de reconstrucción humana o moral del país.

Humberto Gianni reclama en la última edición del The Clinic que no se condena con la misma severidad al saqueador que al que construye edificios con paredes rellenas de papel. ¿Qué le parece eso? Gianini también se muestra escandalizado de que la solidaridad se grite en televisión, que se haya vuelto espectáculo… ¿Qué piensa respecto a que la prueba de lo solidarios que somos esté en el hecho de que doblamos la meta de la Teletón?

-Los chilenos somos razonablemente solidarios, y está bien que así sea, aunque nuestros actos de solidaridad no borran los de aprovechamiento ni menos los redimen. Simplemente, ambos tipos de actos coexisten en situaciones como las que hemos vivido, de manera que lo primero que hay que hacer es restablecer el orden, como se hizo, porque esa es la base social mínima para coexistir en paz y evitar la guerra de todos contra todos o que progresivamente nos transformemos en lobos o verdugos de nuestros semejantes. Pero Giannini tiene razón cuando dice lo que dice. También defrauda a sus semejantes aquel que construye mal. También saquea el comerciante que luego de una catástrofe de la naturaleza vende sus productos a tres o cuatro veces su valor. Y aquellos que por las malas construcciones ponen ahora la culpa del lado de los fiscalizadores y no de los ingenieros y constructores son a veces los mismos que en tiempos de normalidad claman al cielo cada vez que el Estado trata de regular o fiscalizar una determinada actividad privada. Tal me parece una absoluta incoherencia y una abierta inmoralidad.

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SÚPLICA POR LA LECTURA

Extracto del discurso de agradecimiento de Agustín Squella al recibir el Premio Nacional de Humanidades 2009

“Pero de alguien que recibe un Premio Nacional se espera algo más que aceptar y agradecer. Se espera, tal vez, algún tipo de mensaje, recomendación o advertencia, aunque debo admitir que nada de eso concuerda con mi carácter.

Sin embargo, en una ocasión como ésta siento el deber de interceder por la lectura, más aún, por las palabras, y, en definitiva, por el propio pensamiento, y ello porque pensamos con palabras y porque las palabras se capturan oyéndolas, pero, sobre todo, leyéndolas.

Ser pobres de palabras es ser pobres de pensamiento. Con las palabras pensamos, con las palabras percibimos, con las palabras nombramos, con las palabras recordamos, con las palabras distinguimos, con las palabras relacionamos, con las palabras nos divertimos. Perder palabras es perder las cosas que ellas designan, de manera que cuando nuestro lenguaje se empobrece, lo que se empobrece es la propia realidad y la comprensión que tenemos de ella. Quien dispone de una mayor cantidad de palabras percibe más de la realidad y es también capaz de dar mejor cuenta de ésta.

La educadora Mabel Condemarín ejemplificaba más o menos de la siguiente manera: de dos personas puestas frente a una gran cantidad y diversidad de árboles, una de ellas exclama “¡Qué lindo bosque!”, mientras la otra dice “¡Qué lindos eucaliptos, boldos, peumos y quillayes!”.

¿Cuál de esas dos personas percibe y transmite más realidad? Ciertamente la segunda, puesto que dispone de las palabras que nombran cada una de las especies que tiene a la vista. En consecuencia, y al revés de lo que suele decirse, aquí es el bosque el que no deja ver los árboles.

¿Qué digo yo a los jóvenes que estudian conmigo? Les digo: vean los árboles, cada uno de los árboles, pero para verlos, para reparar en ellos, como también para pronunciarlos, necesitamos conocer las palabras que los nombran. Palabras que son actos, puesto que también hacemos cosas con las palabras, de manera que éstas permiten no sólo notar, comprender y describir el mundo, sino intervenirlo y transformarlo.

A leer, pues –instigo a los jóvenes-, para que no sean sujetos de pocas palabras, sino de muchas, y para que consigan colmar el cofre de su lenguaje, de modo que la cubierta de ese cofre no cierre de puro rebosante de palabras que él se encuentra, cuál si se tratara de un tesoro que desparrama su voluptuosa abundancia desde un arca que no es suficiente para contenerlo.”

Este contenido ha sido publicado originalmente por Juegos de Mate en la siguiente dirección: juegosdematenoticias.blogspot.cl

Fuente: http://webdelmaestrocmf.com/portal/nada-puede-hacerse-directivos-profesores-no-leen/

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Sir Ken Robinson: “Las tecnologías pueden ayudar a revolucionar la educación”

31 de mayo de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Sir Ken Robinson

¿Qué país tiene el mejor sistema educativo?
Finlandia es, probablemente, el país que tiene el mejor modelo de educación, aunque no sea perfecto. También cabe destacar la tarea de los gobiernos de Canadá y Australia en este ámbito.

¿En qué se diferencian estos sistemas respecto a los de otros países?
Son sistemas educativos que potencian la creatividad de los estudiantes para que desarrollen su talento con planes de estudios menos estandarizados, que fomentan la enseñanza personalizada y se alejan de un aprendizaje basado en la memorización de contenidos.

¿Qué deberían mejorar los sistemas de otros países?
Estamos educando a los niños para que estén preparados para trabajar en la era de la industrialización, pero este sistema ya no es válido. Por este motivo se debe romper la jerarquía que impera en la actualidad, que responde a necesidades que están obsoletas, donde las asignaturas como las matemáticas tienen una gran relevancia y otras, igualmente importantes, como puede ser la danza, ni siquiera se imparten.

 ¿Cómo debe concebirse la educación del futuro?
La educación debería adaptarse a cada zona y personalizarse a los estudiantes a los que se está enseñando. Es necesario un modelo en el que cada alumno pueda desarrollar sus propias soluciones con apoyo externo, pero siempre basado en planes de estudios “a medida”. Los sistemas educativos deben potenciar la pasión de los estudiantes en hacer aquello que les llena y se les da bien hacer.

¿Por qué cree que el sistema educativo no se ha transformado aún?
Muchos sistemas educativos ya han sido reformados, pero no es suficiente. La ‘revolución’ en la que yo creo debería estar liderada por los políticos y a ellos no les interesa. Los gobernantes priorizan un modelo en el que los estudiantes memorizan los contenidos en vez de uno que potencie su creatividad, ya que en el primer caso los resultados se obtienen más rápido que en el segundo.

¿Qué entiende por creatividad?
Defino la creatividad como el proceso de generar ideas originales que tienen valor. Se puede ser creativo en cualquier ámbito. También concibo la creatividad como la forma de poner la imaginación a trabajar, ya que esta es su principal fuente de alimentación.

¿Cómo se puede promover la creatividad en la escuela?
Una forma de promoverla es ayudando a los estudiantes a encontrar y desarrollar su talento. Es necesario enseñar a los estudiantes a bailar, a tocar un instrumento, a pintar… Y, por supuesto, deben valorarse todos los talentos y no solo el académico. Para ello los profesores juegan un papel muy importante. En mi caso, la mayoría de asignaturas que me gustaban en el colegio eran probablemente aquellas en las que teníamos los profesores más interesantes. Por tanto, es esencial el papel del profesor, ya que lo que sucede a menudo es que te interesas por una u otra disciplina en función de la capacidad de motivación de la persona que te enseña.

¿No valoramos suficientemente el talento de las personas?
Nos encontramos ante una crisis de recursos humanos, basada fundamentalmente en el hecho de que la mayor parte de personas hacen un uso pobre de su talento. Hay mucha gente que a lo largo de sus vidas no desarrolla sus talentos porque ni siquiera es consciente de sus posibilidades. La mayoría de estas personas trabajan en empleos que no les gustan y no conciben el trabajo como una forma de vida, como algo que les ayuda en su crecimiento personal.

Quizás es que no todos los seres humanos tenemos talento…
Todas las personas tienen múltiples talentos y un gran potencial creativo. Hay cosas como aprender a hablar, que hacemos de manera natural, lo cual es algo muy notable. La cuestión es que no puedes enseñar a alguien a hablar, puedes guiarle, él puede escucharte…

Bueno, tenemos muchos talentos, pero no tenemos talento para todo.
Es verdad, y el hecho es que cuando vas a la escuela te das cuenta de que tienes facilidades para algunas cosas pero, en cambio, para otras no tanto. Este es uno de los argumentos de mi libro, todos tenemos muchos talentos distintos, no es que cada uno solo tenga un único talento. Emitieron un programa hace poco en la BBC, The Choir, presentado por Gareth Malone, en el que se enseñaba a cantar a gente de distintas comunidades de todo el país, gente que nunca había cantado antes. En pocos meses hicieron fantásticas actuaciones de coros y la gente quedó maravillada.

Interesante…
También recuerdo a una amiga mía que fue a enseñar danza contemporánea en una escuela del norte de Inglaterra a gente que no sabía bailar. Organizó grandes producciones y la gente competía para entrar en su compañía. Al cabo de un tiempo, uno de sus alumnos creó su propia compañía de danza contemporánea, que se ha acabado convirtiendo en la primera compañía de danza contemporánea de Gran Bretaña.

¿Y qué pasa si eres bueno en las cosas que no te gustan?
Esto pasa a menudo… Cuando hablo de The Element me refiero al punto donde tus talentos y tus pasiones se encuentran. Si a ti te gusta hacer algo en lo que eres realmente bueno, tu capacidad de crecimiento es ilimitada. Pero es verdad que a veces hay personas que son buenas en cosas con las que no disfrutan. El problema es que esta situación no les llena y, por ello, insisto en que es muy importante buscar cosas que nos satisfagan, ya que es la manera de descubrir el sentido de nuestra vida. Es evidente que conseguirás llegar más lejos haciendo algo con lo cual no eres demasiado bueno pero que te apasiona, que no con lo que sabes hacer pero que no te llena en absoluto.

¿Cómo podemos potenciar nuestro talento?
En primer lugar, debemos perder el miedo a equivocarnos y esto debemos aprenderlo desde pequeños. Es importante recordar que los mejores inventores no hicieron su gran descubrimiento al primer intento, sino que tuvieron que pasar por muchas pruebas fallidas antes de conseguir lo que buscaban. Debemos enseñar a los niños que si no pierden el miedo a equivocarse, nunca llegarán a hacer nada original. En cambio, tenemos sistemas educativos que penalizan el error.

En este sentido, ¿las herramientas tecnológicas como Tiching pueden ayudar a potenciar la creatividad y el talento de los estudiantes?
Todas estas herramientas tecnológicas son por ellas mismas neutrales, pero que hay personas que con ellas pueden crear cosas impresionantes. En este sentido, soy optimista, ya que las nuevas tecnologías pueden ayudar a la creatividad de las personas y al desarrollo de su talento. Además, estas tecnologías en manos de buenos profesores pueden ayudar a revolucionar la educación y acercarnos al tipo de sistema educativo del que anteriormente hablaba.

 Por cierto, ¿cuál es su talento?
Podríamos decir que uno de mis talentos es dirigir obras de teatro. Primero empecé actuando en un par de obras en la escuela, cosa que nunca había pensado que podría llegar a hacer… Era muy tímido y subir a un escenario me daba pánico. Más tarde empecé a dirigir y, con el tiempo, me he dado cuenta que prefiero dirigir que actuar.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/sir-ken-robinson-las-tecnologias-pueden-ayudar-revolucionar-la-educacion/

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Jaume Cela: “La escuela es el lugar donde vamos a equivocarnos”

31 de mayo de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Afirma que la educación empieza con una pregunta: “¿me ayudas?”.
Sí, así el educador moviliza las competencias para poder atender las necesidades de esta persona. Tenemos que saber escuchar al alumnado para poder percibir cuáles son las necesidades que nos plantean. Esto se resume en algo muy fácil de definir pero muy difícil de hacer. El maestro tiene que manifestar que se siente atraído por su alumno y que quiere establecer con él un vínculo que le permita desarrollar al máximo esas competencias, y que también le permita decirle adiós cuando llegue el momento.

Decía justo ahora que el docente debe aparentar cariño por todos los niños. Incluso para aquellos que no le caen tan bien como otros. ¿Tiene que hacer teatro?
Sí. Tiene que hacer teatro, y del bueno.

¿Por qué?
Sabemos que todo lo que es cognitivo pasa por la vía emocional. Así que si no sale espontáneamente este cariño, el maestro tiene que teatralizarlo. Dentro de su trabajo tiene que asegurar esa parte emocional, que el niño esté a gusto con él. Porque sin esto no se asegura que lo cognitivo pueda funcionar.

Usted utilizaba el cine como recurso educativo, ¿no es cierto?
Sí. Tanto en la formación de niños como todo lo que pudiera ser para la formación de maestros.

¿Y es útil como recurso?
Sí, utilísimo. Tiene un lenguaje propio. Y si hablamos de que al niño debemos ponerle en contacto con todos los lenguajes, el cine también es imprescindible. En este momento hay verdaderas obras de arte que el alumno debe conocer o debe poder posicionarse delante de ellas. Y se puede utilizar para muchísimas cosas, como ilustrar aspectos del currículum.

Volviendo a eso que comentaba de que el maestro debe saber decir adiós. ¿Es importante que el docente sea reconocido por su labor?
Esa es una de las máximas expresiones que puede recibir el maestro, cuando te reencuentras con un alumno y podéis establecer un diálogo sobre lo que habéis compartido. Esta experiencia que te devuelve el alumno es interesantísima. Es difícil expresarla con palabras.

¿Y cree que este reconocimiento es necesario?
Necesario no, parto de la base de que el alumno a mí no me debe nada. Si acaso, yo le debo a él el sentido de mi profesión, porque yo existo como maestro porque hay alumnos que me necesitan. Pero soy una persona humana que necesita también ser reconocida. Si este reconocimiento se da, es un acto de una gratitud impresionante.

Según usted, los niños no sólo aprenden del maestro, sino de sus compañeros y su entorno. ¿Cuál debe ser la función del docente en ese entorno?
La función principal es la de acompañar. Hay muchas imágenes que ilustran la acción educativa en las que el maestro señala con el dedo el objeto de conocimiento que el alumno mira, pero la mirada del maestro se dirige al alumno. El maestro acompaña en este proceso de descubrimiento del mundo, que puede plantear cosas agradables o desagradables. Les va ayudando a que se planteen preguntas, a que descubran sus respuestas.
Y esto está muy ligado a lo que te formula el niño. Sabemos que una criatura necesita ser acogida. Necesitan de adultos que estemos ahí, a su lado. Y ahí viene una de las dificultades: el maestro tiene que precisar a qué distancia hacer ese acompañamiento, porque no todos los niños necesitan que nos situemos en el mismo lugar.

En el proceso, el profesor también aprende, no solo el estudiante.
Sobre todo el profesor. Es el que aprende más. Tengo un libro cuyo título es Tú me aprendes. Esto vino porque en mis primeros años, los niños me decían “Tú me aprendes muy bien”, y yo les corregía: “No, yo te enseño”. Y ellos tenían razón. Los verbos aprender y enseñar están tan íntimamente unidos que no se pueden separar.

Afirma que, igual que hay que acoger las diferentes maneras de aprender, también es importante acoger el error. ¿Es cierto?
¡Claro! Una de las cosas ahora que más predico es que la escuela no puede sancionar el error. Lo que es importante es que el error no nos derrote, que los niños en la clase puedan expresar sus opiniones y crear conversación alrededor de los temas que están trabajando. Es absurda una concepción de la evaluación que consista simplemente en sancionar el error y concretarlo con una nota. La escuela es el lugar donde los niños van a equivocarse. Y lo hacen en grupo, que para eso están los demás, para ayudarse los unos a los otros en la construcción de este conocimiento compartido.

Respecto al concepto de excelencia educativa. ¿Qué es la excelencia?
Para mí la excelencia es que cada persona llegue a desarrollar al máximo sus competencias, pero este punto de llegada no tiene que ser igual para todos.

¿Y cree que coincide con el concepto de excelencia que se está asentando en la comunidad educativa?
Si la excelencia no tengo claro para qué la quiero, no me interesa. Hacer según qué tipos de excelencias, sin definir el tipo de personas que aspiramos a crear, me parece equivocado.
Claro que quiero que mis alumnos sean excelentes. Pero, ¿qué quiere decir esto? Que desarrollen al máximo sus capacidades. Por ejemplo, no se habla de excelencia en el campo de las relaciones sociales, sino que cuando hablamos de excelencia predominan las cuestiones lingüísticas y matemáticas.

Entonces, ¿debemos cambiar este concepto?
Mientras esto no lo cambiemos, no iremos bien. Igual que tenemos que luchar para que la escuela sea inclusiva. Y esto quiere decir luchar para que la sociedad lo sea también. La escuela no crece aislada de su contexto social.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/jaume-cela-la-escuela-lugar-donde-equivocarnos/

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Patrick Moulette sobre Argentina: «Hay que investigar y perseguir el soborno»

Por: Diario la Nación Argentina

Desde la oficina en París, entrevista al director de la División Anticorrupción de la OCDE para conocer su visión sobre la Argentina.

-¿Qué tiene que hacer la Argentina en materia de corrupción para formar parte de la OCDE?

– Debe ajustarse a los criterios antisoborno de la OCDE. Algunos son: ajustarse a la convención anticorrupción, donde se establecen procedimientos para criminalizar el soborno a funcionarios públicos; un marco legal para que las empresas sean responsables por el soborno a funcionarios públicos en el extranjero; un marco legal satisfactorio para combatir la corrupción a nivel doméstico; investigar y perseguir casos de soborno.

Si se aprueba la ley antisoborno y otras reglamentaciones sugeridas por la OCDE, ¿cuáles son los pasos a seguir?

-Depende de los tiempos del consejo de la OCDE y de la Argentina, una vez que se comience la etapa de discusiones de acceso. Cuando se inicia, el país tendrá que sobrellevar revisiones en profundidad por los comités técnicos de la OCDE.

-¿Cómo ve la OCDE los avances de la Argentina?

-Es notable que la Argentina estuvo entre los primeros países en América latina en adherir a la convención antisoborno de la OCDE, en 2001. Pero aunque se han hecho esfuerzos para implementar los requerimientos de la convención a partir de diciembre de 2015, todavía no puede penalizar a las empresas por soborno transnacional o acusar oficialmente a sus ciudadanos que cometen este crimen en el extranjero. Por eso debe asegurarse de que se apruebe la Ley de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas que se presentó al Congreso en 2016.

-¿Qué otras recomendaciones tienen para este país?

– Tomar medidas de manera urgente para mejorar la independencia judicial y de los fiscales. También, reducir el delay que existe en la investigación de delitos económicos complejos y investigar proactivamente los delitos relacionados con el soborno en el extranjero; reducir el altísimo nivel de vacantes en los juzgados y el uso de jueces subrogantes, y proveer los recursos necesarios para jueces y fiscales, entre otras medidas.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/2027904-patrick-moulette-hay-que-investigar-y-perseguir-el-soborno

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Argentina : «La orden de reprimir fue dada desde el Poder Ejecutivo de la Ciudad»

Entrevista a Germán de los Santos, periodista de DTL baleado por la policía de Macri

Por: Mario Hernandez (M.H)

M.H.: Estamos con Germán de los Santos, colega del medio DTL, uno de los periodistas baleados con balas de plomo en la represión que se desarrolló hace más de 4 años en el desalojo de la Sala Alberdi. Mañana, miércoles 24, comienzan los alegatos en el juicio por este episodio, donde es acusada una institución que no existe más, la Policía Metropolitana. Parece broma, porque esperaron a que se disolviera la Metropolitana y convocaron a este juicio. ¿Qué vivencias tuviste la semana pasada al comenzar el juicio después de tanto tiempo?

G.d.l.S: Creo que ninguna persona común está acostumbrada a vivir las instancias de un juicio a raíz de una agresión vivida en primera persona. A demostrar lo que sucedió en ese momento, porque se puso en duda todo, tanto por parte de las autoridades máximas de la Ciudad como los que están en cargos menores. Dudaron de que hubiéramos estado ahí, de que la Policía Metropolitana nos hubiera disparado con postas de plomo, etc. Juntamos mucho material y pudimos demostrar que así fue, que estábamos ahí, que la policía nos disparó con plomo y que fuimos heridos.

Son jornadas muy intensas, de mucho trabajo, es un quehacer que se va aprendiendo y viviendo sobre la marcha. Por eso son tan valiosas las organizaciones de Derechos Humanos, como Correpi que se dedican a casos de represión o de gatillo fácil y que lamentablemente casi todos los grupos o actores sociales vinculados con luchas pasan por ese aro, porque lamentablemente somos reprimidos.

M.H.: No fuiste el único agredido, hay otro compañero periodista y un compañero que no es querellante pero sí testigo. Son tres los casos.

G.: El otro compañero que estaba sacando fotos como yo esa noche, es Esteban Ruffa de la agencia de noticias Anred. Tanto DTL como Anred pertenecemos a la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA) y el otro compañero que se estaba manifestando, pertenecía a una biblioteca popular que también estaba en riesgo de desalojo, en una situación similar a la de la Sala Alberdi. Esto fue en Corrientes y Paraná, pleno centro porteño, pasada la medianoche del 12/3/2013.

M.H.: ¿Qué argumentan los tres efectivos implicados?

G.: Hay una división, no puedo hablar ahora de lo que se dice en el juicio porque está en curso, pero las declaraciones de ellos se hicieron hace años y de eso sí puedo hablar. Hay una marcada división entre estas tres personas, dos de un lado y una del otro. Una persona dice no haber estado en el lugar.

M.H.: También hay personal femenino involucrado.

G.: Hay varios grupos de la Metropolitana, personal femenino había en la Brigada de rápida intervención que es la que no tenía armas largas, solo escudos y bastones. Es de la División de Intervenciones Complejas de donde salen los tiros. Compañeros del que dice no haber estado ya han declarado que estaba ahí, pero lo sigue negando. El resto del grupo dice que sí estuvo ahí y que disparó, pero con balas de goma. No es casual que tengan distintos abogados defensores también.

Llegaron a ellos por una pericia de Gendarmería nacional que dice cuánta gente había en esa zona ese día con armas largas y cuánta gente se dirigió con armas largas a la esquina de Corrientes y Paraná. De ahí se deduce que hubo tres personas en el momento en que otras tres personas fueron heridas.

M.H.: ¿Estos efectivos continuaron dentro de la Policía Metropolitana y actualmente dentro de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires?

G.: No hubo ningún despido entre el pasaje de la Metropolitana a la Policía de la Ciudad.

M.H.: Le hago esta pregunta a Germán porque el spot que nos envió el Registro de medios de la Ciudad de Buenos Aires hace referencia al tema de la seguridad, no es un spot cualquiera porque inclusive aparece la voz del Jefe de gobierno, Rodríguez Larreta.

 

La semana pasada pregunté al aire, ¿qué relación habrá entre la mayor cantidad de policías en la calle en la Ciudad de Buenos Aires y la mayor cantidad de delitos que se cometen en la Ciudad en los últimos tiempos? Un ejercicio de sociología clásico. Plantearse si la mayor cantidad de policías tiene relación con la mayor cantidad de delitos. Evidentemente si en la policía se mantiene a tres agentes que hace más de 4 años, de acuerdo a pericias y declaraciones agredieron a un grupo de manifestantes con balas de plomo, estamos en peligro.

 

Recordanos qué estaban haciendo ahí el día que se producen estos hechos, ¿qué cosa tan grave estaba sucediendo que hizo que la policía utilice balas de plomo?

G.: Hay que hacer un preámbulo del contexto en el que sucede esto, veníamos de una represión cruda y salvaje en el Parque Centenario a vecinos que estaban contra el enrejamiento. Esa tarde empezó difícil el tema porque otro conflicto socio cultural que no podía ser resuelto por el gobierno de la Ciudad por las vías pacíficas, el de la Sala Alberdi, venía desde agosto de 2010 y nunca hubo un canal de diálogo. Desde mi labor de comunicador popular y documentalista venía siguiendo este conflicto hacía mucho tiempo, desde mi colectivo que se llamaba Argentina Arde veníamos haciendo muestras fotográficas y vivimos aniversarios de ese conflicto que seguía sin resolución. Ese año empezó con una metodología de resolución de conflictos de manera violenta, por parte del Gobierno de la Ciudad conducido en ese momento por Mauricio Macri.

Ese marzo, en esos primeros días del año, se cerró toda la comunicación con los que habían quedado arriba de la torre, fueron aislados, y por eso la gente que había quedado abajo hizo un acampe para mantenerlos con vida, porque no tenían ni agua, ni baño ni alimentos. Todo esto se va poniendo cada vez más violento hasta llegar a ese día; en la tarde del 12 de marzo hay un operativo sorpresa de la policía en instancias que la gente del acampe estaba yendo a una reunión con Lombardi.

M.H.: Que era el Ministro de Cultura de la Ciudad.

G.: Cuando sucede la represión había un grupo de personas del acampe presentes y escucharon la orden de reprimir, también estaba Montenegro que era Ministro de Seguridad junto a Lombardi.

 

M.H.: El actual embajador en Uruguay.

Una profesión «amenazante» para la policía

G.: Ellos mismos fueron testigos de la orden dada desde el Poder Ejecutivo, algo rarísimo porque generalmente las órdenes se dan desde el Poder Judicial. El contexto era de suma violencia en un operativo enorme de la Policía Metropolitana que tampoco tenía grandes intervenciones públicas, excepto el bautismo de fuego en el Parque Indoamericano.

Yo había salido del trabajo, que era a 20 metros de donde fui baleado, pero el hecho fue horas más tarde. Salí a cubrir, si no llevo mi equipo profesional siempre llevo una cámara pocket, porque la vocación está siempre presente y nunca se sabe con qué se va a encontrar uno. El ambiente ya estaba caldeado y hubo una calma desde las 21:00 hasta las 23:30, todas las inmediaciones estaban cerradas, había barricadas y cuando empieza la represión, se escuchan los disparos y se ve el humo, yo me voy acercando a esa esquina y sigo registrando fotográficamente. No hice nada distinto a lo que hago hace más de 20 años.

Se habla mucho entre nosotros y nosotras de cómo cuidarse, desde dónde registrar, lo cierto es que cualquier persona que esté registrando en todo hecho represivo que exista, va a tener todos los recaudos posibles, pero no van a ser suficientes para evitar balas de plomo. La prensa, así como los manifestantes, siempre van a estar expuestos a palos, balas de goma y gases, pero el hecho de recibir plomo no tiene sentido.

Esteban Ruffa de Anred al ver la violencia de la represión decide irse y es cuando se está yendo, de espaldas, que recibe un balazo. Él ya había tomado precauciones, se estaba yendo. Tiene la bala alojada en la pierna y por lo peligroso que es el lugar donde quedó incrustada, los médicos decidieron no operarlo.

Así que la peligrosa profesión que tenemos parece ser lo suficientemente amenazante para la policía como para tener que reprimir con plomo.

M.H.: ¿Qué expectativa tienen ustedes en relación a los resultados de este juicio?

G.: Desde nuestro lado creemos en nuestras fuerzas, que hemos hecho las cosas bien, nos hemos rodeado de mucha solidaridad y acompañamiento, hay numerosas organizaciones que apoyan esto, todos los legisladores de izquierda han venido a acompañarnos.

 

M.H.: Vi también la presencia de Nora Cortiñas, Pablo Pimentel y Adolfo Pérez Esquivel.

G.: Sí, de organizaciones de DD HH, de la Asamblea Permanente de La Matanza. Pérez Esquivel firmó una amicus curiae en el caso de que se dé alguna situación de irregularidad con la justicia y mandó una abogada. Abuelas de Plaza de Mayo mandó un veedor para garantizar que no haya impunidad y así un montón de organizaciones sociales y políticas nos están acompañando.

Desde ahí creemos que lo estamos haciendo bien, desde demostrar lo que sucedió también, con las investigaciones que hizo toda la gente que estuvo en este espacio de articulación que ya lleva cuatro años. Qué va a suceder con la decisión de los jueces no lo podemos saber, nos queda la tranquilidad de haber hecho todo lo que debemos hacer y eso va a ayudar a que si la decisión del tribunal es adversa, quede despegada una cosa de la otra.

Nosotros creemos, así como lo dijo la Jueza de instrucción que fue triple homicidio en grado de tentativa, que no dispararon ni por error ni por nervios. En los videos que vamos a ver mañana, se ve cómo uno de los efectivos patea después de disparar con plomo algo en el suelo y en otro momento, después de disparar con fuego recoge algo desde el piso. La gente que ha vivido represiones sabe qué es, cuando recogen el cartucho rojo.

Lo positivo es cómo nos organizamos en base a esto y que demostramos lo que sucedió. Sobre lo que hagan los jueces no podemos saber, y está claro que del otro lado quieren la absolución total de los efectivos.

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Entrevista a Francesco Tonucci: La misión de la escuela ya no es enseñar cosas.

Fuente: Web del maestro

La misión de la escuela ya no es enseñar cosas. Eso lo hace mejor la TV o Internet.“La definición, llamada a suscitar una fuerte polémica, es del reconocido pedagogo italiano Francesco Tonucci».

Pero si la escuela ya no tiene que enseñar, ¿cuál es su misión? “Debe ser el lugar donde los chicos aprendan a manejar y usar bien las nuevas tecnologías, donde se transmita un método de trabajo e investigación científica, se fomente el conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo”, responde.

Para Tonucci, de 68 años, nacido en Fano y radicado en Roma, el colegio no debe asumir un papel absorbente en la vida de los chicos. Por eso discrepa de los que defienden el doble turno escolar.

“Necesitamos de los niños para salvar nuestros colegios”, explica Tonucci, licenciado en Pedagogía en Milán, investigador, dibujante y autor de Con ojos de niño, La ciudad de los niños y Cuando los niños dicen ¡Basta!, entre otros libros que han dejado huella en docentes y padres. Tonucci llegó a la Argentina por 15a. vez, invitado por el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, a quien definió como “un lujo de gobernante”.

Dialogó con LA NACION sobre lo que realmente importa a la hora de formar a los más chicos y dejó varias lecciones, que muchos maestros podrían anotar para poner en marcha a partir del próximo ciclo escolar.

Propuso, en primer lugar, que los maestros aprendan a escuchar lo que dicen los niños; que se basen en el conocimiento que ellos traen de sus experiencias infantiles para empezar a dar clase. “No hay que considerar a los adultos como propietarios de la verdad que anuncian desde una tarima”, explicó.

Recomendó que “las escuelas sean bellas, con jardines, huertas donde los chicos puedan jugar y pasear tranquilos; y no con patios enormes y juegos uniformes que no sugieren nada más que descarga explosiva para niños sobreexigidos”.

Y que los maestros no llenen de contenidos a sus estudiantes, sino que escuchen lo que ellos ya saben, y que propongan métodos interesantes para discutir el conocimiento que ellos traen de sus casas, de Internet, de los documentales televisivos. “¡Que se acaben los deberes! Que la escuela sepa que no tiene el derecho de ocupar toda la vida de los niños. Que se les dé el tiempo para jugar. Y mucho”, es parte de su decálogo.

De hablar pausado y de pensamiento agudo, Tonucci transmite la imagen de un padre, un abuelo, un educador que aprendió a ver la vida desde la perspectiva de los niños. Y recorre el mundo pidiendo a gritos a políticos y dirigentes que respeten la voz de los más pequeños.

-¿Cómo concibe usted una buena escuela?

-La escuela debe hacerse cargo de las bases culturales de los chicos. Antes de ponerse a enseñar contenidos, debería pensarse a sí misma como un lugar que ofrezca una propuesta rica: un espacio placentero donde se escuche música en los recreos, que esté inundado de arte; donde se les lean a los chicos durante quince minutos libros cultos para que tomen contacto con la emoción de la lectura. Los niños no son sacos vacíos que hay que “llenar” porque no saben nada. Los maestros deben valorar el conocimiento, la historia familiar que cada pequeño de seis años trae consigo.

-¿Cómo se deberían transmitir los conocimientos?

-En realidad, los conocimientos ya están en medio de nosotros: en los documentales, en Internet, en los libros. El colegio debe enseñar utilizando un método científico. No creo en la postura dogmática de la maestra que tiene el saber y que lo transmite desde una tarima o un pizarrón mientras los alumnos (los que no saben nada), anotan y escuchan mudos y aburridos. El niño aprende a callarse y se calla toda la vida. Pierde curiosidad y actitud crítica.

-¿Qué recomienda?

-Me imagino aulas sin pupitres, con mesas alrededor de las cuales se sientan todos: alumnos y docentes. Y donde todos juntos apoyan, en el centro, sus conocimientos, que son contradictorios, se hacen preguntas y avanzan en la búsqueda de la verdad. Que no es única ni inamovible.

-¿Cuál es rol del maestro?

-El de un facilitador, un adulto que escuche y proponga métodos y experiencias interesantes de aprendizaje. Generalmente los pequeños no están acostumbrados a compartir sus opiniones, a decir lo que no les gusta. Los docentes deberían tener una actitud de curiosidad frente a lo que los alumnos saben y quieren. Les pediría a los maestros que invitaran a los niños a llevar su mundo dentro del colegio, que les permitieran traer sus canicas, sus animalitos, todo lo que hace a su vida infantil. Y que juntos salieran a explorar el afuera.

-Varias veces usted ha dicho que la escuela no se relaciona con la vida. ¿Por qué?

-Porque propone conocimientos inútiles que nada tienen que ver con el mundo que rodea al niño. Y con razón éstos se aburren. Hoy no es necesario estudiar historia de los antepasados, sino la actual. Hay que pedirles a los alumnos que se conecten con su microhistoria familiar, la historia de su barrio. Que traigan el periódico al aula y se estudie sobre la base de cuestiones que tienen que ver con el aquí y ahora. Esto los ayudará a interesarse luego por culturas más lejanas y entrar en contacto con ellas.

-¿Cómo se puede motivar a los alumnos frente a los atractivos avances de la tecnología: el chat, el teléfono celular, los juegos de la computadora, el iPod, la play station?

-El colegio no debe competir con instrumentos mucho más ricos y capaces. No debe pensar que su papel es enseñar cosas. Esto lo hace mejor la TV o Internet. La escuela debe ser el lugar donde se aprenda a manejar y utilizar bien esta tecnología, donde se trasmita un método de trabajo e investigación científica, se fomente el conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo.

-¿Es positiva la doble escolaridad?

En Italia llamamos a este fenómeno “escuelas de tiempo pleno”. La pregunta que me surge es: ¿pleno de qué? Esta es la cuestión. La escuela está asumiendo un papel demasiado absorbente en la vida de los niños. No debe invadir todo su tiempo. La tarea escolar, por ejemplo, no tiene ningún valor pedagógico. No sirve ni para profundizar ni para recuperar conocimientos. Hay que darles tiempo a los niños. La Convención de los Derechos del Niño les reconoce a ellos dos derechos: a instruirse y a jugar. Deberíamos defender el derecho al juego hasta considerarlo un deber.

Este contenido ha sido publicado originalmente por La Nación en la siguiente dirección: lanacion.com.ar

Fuente entrevista: http://webdelmaestrocmf.com/portal/francesco-tonucci-la-mision-principal-de-la-escuela-ya-no-es-ensenar-cosas/

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