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«Creo que las mujeres podemos llevar un mensaje de esperanza a la población de Gaza»

Entrevista a Sandra Barrilaro, participante en el barco Zaytoune-Oliva que se dirige a Gaza para romper el bloqueo israelí

Por: Rebelión

RaG- Cuéntanos el porqué de tu implicación con Gaza y sus habitantes

– Primero, porque es Palestina. A la ocupación de toda Palestina, los cerca de dos millones de personas que habitan -muchos de ellos, refugiados- en ese territorio sufren el bloqueo. Bloqueo israelí ante los ojos de todo el mundo.

La situación de destrucción en Gaza y de las carencias que existen desde el agua, la energía, el paso limitado de lo que consumen o lo que puedan vender, sin poder decidir, no proviene de un desastre natural, de un terremoto o un tsunami. Es producto de la ocupación y destrucción sistemática israelí y como lo sé, lo conozco, tengo una responsabilidad. Además, esto ocurre ante la vista del resto del mundo. Es difícil comprender como se puede mirar hacia otro lado ignorando este sufrimiento humano.

Estuve en Gaza en el año 2011, pasé unos días allí en casa de un buen amigo, el escritor y poeta palestino Ahmed Yacoub, al que conocí en Ramallah gracias a un amigo mío, fotógrafo, con su familia, Siham su mujer y tres niños pequeños. En ese momento, sucedía la revolución democrática en Egipto, país por el que habíamos pasado antes de llegar a Gaza. Ver la situación de Gaza en esos momentos, con el contraste de lo que se vivía en Egipto, euforia, drama e incertidumbre que tenía como protagonista a la gente, te dabas cuenta que la ocupación israelí en Gaza, aun sin ser tan obvia como en Cisjordania y Jerusalén, porque no ves la omnipresencia del muro o un check point, se concretaba en el bloqueo, la miseria, las carencias, la mirada de los pescadores, de la gente común que te miraba con los brazos cruzados, impotentes,.. Sientes que debes hacer algo, dar algo de ti, el dar y buscar solidaridad. No puedo ser indiferente.

RaG-¿Y cómo te llegó la propuesta de unirte a Rumbo a Gaza, a formar parte de la nueva flotilla?

-Había estado en contacto con anteriores campañas de Rumbo a Gaza, con pequeñas colaboraciones, como en otras manifestaciones de apoyo a la causa palestina. Pero era una más de las personas que participan en las diferentes actividades, sin mayor significación.

La fotografía ha sido mi medio de transmisión de la vida palestina. He montado exposiciones con fotografías hechas en Palestina, en las que he querido mostrar la injusticia que se hace con el pueblo palestino con impunidad por parte israelí. Impunidad que es posible porque tiene la complicidad de nuestros gobiernos.

Gracias al profesor Mansour y junto a otras personas, en especial Teresa Aranguren, Bichara Khader y Pedro Martínez Montávez hemos publicado un libro, ‘Contra el olvido, Una memoria fotográfica de Palestina antes de la Nakba, 1889-1948’. Desde una conversación informal con Teresa, desarrollamos todo un proyecto y libro en el que hemos intentado recoger la vida cotidiana, la complejidad de una sociedad como la palestina, antes del intento de su destrucción, su forma de divertirse, comidas de familias o amigos, mujeres trabajadoras ya sea en el campo o enfermeras, mujeres tradicionales o mujeres a la última, de reivindicar al pueblo palestino antes del intento de su destrucción.

Quizá, esta circunstancia es la que ha motivado que las gentes de Rumbo a Gaza se hayan fijado en mí, y cuando me preguntaron si estaba dispuesta a participar en la flotilla de la libertad no lo dudé. Por una cuestión de coherencia con la causa palestina, El simple hecho que me preguntasen mi disposición a colaborar en esta iniciativa ha sido un honor para mí. Hacer una acción directa, lo que pueda aportar con mi testimonio, como en otras ocasiones, para contribuir a levantar el bloqueo y las conciencias de nuestros burócratas y gobernantes, bienvenido sea.

RaG-Por último, desde el principio se decidió que fuera tanto tripulación como pasajeras sólo mujeres, ¿cuál crees que puede ser esta contribución específica?

-Es una llamada de atención sobre la situación de la mujer palestina. Es, para mí, una muestra de solidaridad acercarnos a la mujer gazatí. Resaltar su existencia y la nuestra. Creo que las mujeres podemos llevar un mensaje de esperanza a la población de Gaza con una acción pacifica como esta. Pero no es creer que por el hecho de ser mujer arreglaremos lo que sea. Las soldados o las gobernantas israelíes son igual de responsables que los varones en la ocupación. Golda Meir fue una de las publicistas y enemiga del pueblo palestino que hacia suya la frase de que había una tierra, la Palestina, para un pueblo -y ahí vemos la sinrazón sionista- (el judío) sin tierra. El libro que te mencioné es una pequeña contribución a recuperar la memoria, el señalar que la tierra palestina tenía un pueblo, complejo y tan desarrollado como los de los países mediterráneos por esos años. Pero insisto, como mujer y madre, y sobretodo persona, reclamo y reivindico la responsabilidad personal, a la mujer palestina (quien está manteniendo la cohesión social), la causa palestina y rechazo el patriarcado o la sumisión. Reivindico la libertad y el derecho a equivocarnos y nunca la opresión o la ocupación física o mental.

Sandra Barrilaro Muñoz, fotógrafa. Madre de dos hijos, ya adultos. Ha trabajado en el mundo de la edición y autora de un libro de cuentos y coautora el libro bilingüe árabe y español de texto y fotografías mencionado en la entrevista. Ha participado en el VIII Congreso de Escritores de Ramallah en el año 2016. Cofundadora de la plataforma de crowdfunding Namlebee que tiene una categoría específica para proyectos con Palestina. Consejera editorial de Palestina digital.

El barco Zaytoune tiene a trece mujeres a bordo. La lista completa de las mujeres que participan está en:

https://wbg.freedomflotilla.org/participants-on-board-messina-to-gaza

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217556

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Patricia Terino: “Sería pretencioso por mi parte afirmar que la literatura y la filosofía contribuirían a crear un mundo más humano, pero tal vez merezca la pena probar”

Entrevista a: Patricia Terino

La editorial Dyskolo acaba de presentar el libro “Días de bruma”, un relato existencialista en el que la protagonista, Lía Ayuso, trata de retomar su vida en el punto crítico donde arranca la novela. Hoy conversamos con su autora, Patricia Terino, para profundizar en esas relaciones (de amistad, laborales…) y en esas herramientas (la literatura, la filosofía…) con las que Lía va construyendo su experiencia vital.

-Lía vive con un hondo pesar, con angustia existencialista, en todas las facetas de sus relaciones sociales y laborales. Algo que solo mitiga la aparición de Juan Martín. ¿Por qué? ¿Es únicamente el amor o hay otros componentes en este personaje?

Hay una conexión especial desde el primer momento que lo conoce en aquella clase de filosofía, algo impetuoso que la dirige hacia él y que ella no acostumbra a experimentar por su talante racionalista y su tendencia a meditar excesivamente las cuestiones que le incumben. Después de los primeros encuentros sexuales descubre esos otros componentes de los que hablas y que contribuyen a asentar definitivamente la relación, como sus inquietudes artísticas, su madurez ante la vida y los acontecimientos vividos (que solo se atisban superficialmente en la obra y que serán desarrollados de manera más exhaustiva en una futura segunda entrega de la historia) y especialmente su capacidad para entender y amar el complejo mundo interior de Lía.

-¿Qué importancia tiene la maternidad en un mundo como el actual?

Cada cual otorga el valor que considere oportuno o que sienta en su interior. Personalmente creo que la maternidad ha sido denostada especialmente en los últimos tiempos por el mundo y el sistema que hemos construido en él, donde no se valora ni apoya la figura de la madre y la importancia de que esta pase los primeros años de vida de sus hijos junto a ellos, puesto que la sociedad nos obliga a separarnos de los mismos a edades cada vez más tempranas en aras de lo que se considera la independencia y la liberación de la mujer en la conquista de nuestros legítimos derechos. Ciertamente se trata de una cuestión compleja, donde feminismo y maternidad parecen conceptos enfrentados. Mi visión y mi experiencia personal me inclinan a defender un feminismo de la igualdad en derechos y oportunidades, donde la maternidad (y la paternidad) juega un papel clave en la transmisión de una serie de principios en torno a la tolerancia, el respeto, la cooperación, la conciencia crítica y todos aquellos valores que contribuyan a construir un mundo diferente al que hoy se nos impone. El modo en que criamos a nuestros hijos (cuando esto se nos permite) determina, entre otros muchos factores, la sociedad del futuro.

-En la novela, la madre de Lía, que ha sido la columna vertebral y la tabla de salvación de la familia, representa el pragmatismo y es la antítesis de los valores de la protagonista. Mientras que su padre, vencido por la vida, está mucho más cerca de Lía, lee todo lo que publica y se siente orgulloso de ella ¿A tu modo de ver es así en la vida real, el sentimentalismo no tiene recursos frente al apabullante mundo que vivimos?

Ciertamente se sitúa en un plano distinto, antagónico incluso, al orden imperante, donde prima solo aquello que reporta beneficios económicos, como se apunta en la novela. Pero el sentimiento, la pasión, la que es auténtica, la que nos enriquece de verdad, la que nos conecta con nosotros mismos, la que nos permite el diálogo interno con lo que somos, es también la que nos salva, como a Lía. Y ello a menudo va acompañado de una visión determinada del mundo, un modo concreto de enfrentarse a él y un estilo de vida distinto al impuesto por el sistema establecido.

-Los libros y la filosofía son para Lía una tabla de salvación y un respaldo de sus valores. ¿En tu caso también es así? ¿Ves la literatura y la filosofía como armazón para un mundo más humano?

Creo que cada cual elige los elementos más idóneos para sí mismo para mitigar los envites del mundo que hemos construido. La literatura y la filosofía especialmente, representan la catarsis que Lía necesita para sobrevivir y enfrentarse a las contradicciones de la realidad. Personalmente, considero a la literatura, el arte o la música, manifestaciones primigenias de lo humano que nos conectan con lo que somos en realidad, con lo que fuimos, y que nos reencuentra con aquella faceta creativa e íntima de nosotros mismos, tan esquilmada en los últimos tiempos (de ahí la importancia concedida en la novela a este ámbito interior). Y en cuanto a la filosofía, tanto para Lía como para mí misma (por lo que hay de biográfico en el personaje), supone no solo un modo de evasión o resistencia como las disciplinas mencionadas anteriormente, sino también una de las vías más auténticas y eficaces para la toma de conciencia acerca del mundo que nos rodea, las relaciones humanas que entablamos y el conocimiento sobre nosotros mismos. Sería pretencioso por mi parte afirmar que la literatura y la filosofía contribuirían a crear un mundo más humano. Pero tal vez merezca la pena probar.

-¿Y el arte? Aparece de la mano de Juan Martín, pero muy en segundo plano, casi oculto, a pesar de la importancia que parece tener en la mente de Lía.

Así es, porque como bien dices, aparece representado en la figura de Juan Martín. Él es el artista, quien complementa a Lía, a su persona y su proyecto vital, que cobra sentido solo después de Juan Martín. Por eso es él quien encarna el concepto de arte, que permanece en la sombra, bajo toda apariencia, como lo que permanece, lo que subyace, como aquello profundamente auténtico que nos constituye.

-En alguna de sus reflexiones Lía llega a decir que “la auténtica filosofía no era la del logos, sino la del arte. La que nos descubre a nosotros mismos, la de lo irracional, la de lo inconsciente, la de lo instintivo”. ¿Estás de acuerdo con ella?

Sí, aunque hay mucho que matizar. Se refiere a un concepto de filosofía más amplio, no adscrito exclusivamente al occidental racionalizante. Incorpora a la filosofía muchos de los aspectos que tradicionalmente han sido marginados por la historia occidental de la misma (lo irracional, lo pasional, lo instintivo, lo imaginativo, etc.), y que empiezan a ser tenidos en consideración especialmente a partir del S.XIX, con la llamada filosofía de la sospecha, encarnada por las figuras de Marx, Nietzsche y Freud, y continúa esta vertiente aperturista a través del arte del S.XX (en todas sus manifestaciones, no solo plásticas: música, literatura, etc.), y de las corrientes de pensamiento como el estructuralismo, el postestructuralismo o la llamada postmodernidad filosófica. Todo ello sin mencionar el amplio abanico filosófico que nos ofrece el pensamiento no occidental, considerado por muchos eruditos en la materia como “no filosofía”, tal como nos enseñaron algunos en la facultad.

-¿A qué canon o corriente literaria incorporarías Días de bruma?

No creo que me corresponda a mí tal tarea de clasificación o ubicación estilística y literaria, pero sí puedo desvelar las influencias más directas que me han llevado a escribir de un modo muy definido y determinado, en un intento por seguir a aquellos que considero maestros de la creación literaria, algunos de cuyos nombres se mencionan a lo largo de la obra como Bukowski, Henry Miller, Fante o Bolaño. Además de otros muchos y muchas de los que aprendo cada día y que cumplen con esa función catárquica y enriquecedora de la que hablábamos, como Dostoyevski, Borges, V. Woolf, Hansum, Becket o Thomas, entre otros muchos.

-Gracias.

Gracias a ti y a la labor que llevas a cabo con tu proyecto editorial.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217300&titular=%93ser%EDa-pretencioso-por-mi-parte-afirmar-que-la-literatura-y-la-filosof%EDa-contribuir%EDan-a-crear-

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Entrevista a Filomena Peláez: «La educación en igualdad es el principio del fin de la violencia»

09 Octubre 2016/Fuente: eldiario/Autor: Álvaro López

España tiene un problema. Lo tendría de hecho aunque solo hubiese un asesinato por violencia de género en nuestro país. Pero las cifras siguen siendo alarmantemente altas pese a los avances en la legislación que lucha contra ella. Doce años han pasado desde que se puso en marcha la Ley Orgánica 1/2004 pero las cifras de mujeres muertas a manos de sus parejas apenas han descendido. Se mantienen en unos niveles similares desde entonces. Una catástrofe contra la mujer que muchos coinciden en señalar que empieza con el machismo implícito en la sociedad. No en vano la mayoría de puestos directivos lo ocupan hombres por más que la tendencia invite a pensar lo contrario.

Filomena Peláez es una de esas mujeres que ha logrado romper el «techo de cristal» gobernado por corbatas y acceder a la presidencia de la Subcomisión de Violencia de Género de la Abogacía Española. No solo eso, es también la primera mujer al frente del Colegio de Abogados de Badajoz, mérito que extiende a toda la comunidad autónoma extremeña. Mantiene una lucha incansable desde siempre por concienciar a la sociedad, formar e informar dentro de la Justicia sobre los avances que se necesitan para que no haya ni un solo asesinato en España por violencia de género. Su labor no pasa desapercibida pues es una voz más que autorizada para hablar sobre cómo poner punto y final a este grave problema.

Por ello ha sido una de las principales ponentes del IV Encuentro de abogados y abogadas de Violencia de Género, celebrado recientemente en Granada. Un foro pensado para debatir sobre la formación de los letrados en esta materia y sobre todo, para avanzar como parte activa en la lucha contra esta violencia pues es tarea de toda la sociedad. Nos atiende con las ideas claras, sin ocultar ningún tabú y demostrando que para lograr el objetivo hay que luchar juntos.

Cuarto año celebrando un encuentro que desearían no tener que celebrar pero ¿qué objetivo persigue el IV Encuentro de abogados y abogadas de Violencia de Género?

El cuarto congreso lo organizamos desde el Consejo General de la Abogacía con carácter anual para procurar información de calidad que es necesaria en este turno especializado de abogados y abogadas de violencia de género que cada colegio tiene habilitados porque así nos lo exige la ley orgánica 1/2004 y nosotros con la intención de ir buscando las cuestiones más novedosas, las últimas reformas, las cuestiones que la práctica nos lleva a modificarlas… Es por lo que hacemos estos encuentros. Es la cuarta edición que luego trae causa en cada colegio de lo que nosotros hablamos y definimos para formar sus propios congresos o encuentros anuales. Este encuentro se hace para abogados y abogadas en violencia de género pero está abierto puntualmente a fiscales, forenses, psicólogos, policías, magistrados e incluso hasta un pediatra tenemos este año. Está enfocado a la formación especializada de los letrados y letradas que luego van a tener que llevar la defensa de los intereses de las víctimas de la violencia de género.

Usted es la presidenta de la Subcomisión contra la Violencia sobre la mujer. ¿Qué funciones cumple?

En la Subcomisión tenemos como objetivo integrar y homogeneizar lo que cada colegio o consejo autonómico hacía por su cuenta. Lo que hemos conseguido desde las subcomisiones es un grupo de compañeros responsables de sus colegios en asuntos sobre la violencia de género, que son quienes luego tratan la formación de los letrados y letradas de los turnos de oficio de violencia de género.

Lo que hacemos es tener la representación de la práctica totalidad del Estado y mediante los perfiles que nosotros les hemos ido proporcionando, que en cada colegio puedan realizar estas formaciones ajustadas a su realidad. Tenemos incluso una guía de buenas prácticas en donde enseñamos al letrado cómo debe atender a una víctima de esta clase de violencia. La idea principal es homogeneizar la formación de todos los colegios de abogados para el turno de oficio de violencia de sobre la mujer.

La violencia de género en España es una preocupación constatable según los datos de denuncias y asesinatos ¿en qué punto estamos como país en la lucha frente a este problema?

Se está avanzando, claro, si hablamos de la ley de protección, que es una ley de 2003, si hablamos del consenso, de todas las Cortes (Senado y Congreso), la ley orgánica 1/2004… Del 2004 hasta el 2016 es verdad que se ha avanzado mucho. En estos quince últimos años ha dado un vuelco importante el tratamiento de la violencia sobre la mujer. De todas formas muchas cuestiones, y este año dentro de la gran cantidad de reformas penales que ha habido algunas de mucho calado en cuestiones como por ejemplo de la defensa de los menores para incluir a los menores como víctimas también dentro de esta violencia.

Sí que ha habido cambios importantes, el Estatuto de la Víctima del delito que para las víctimas de violencia de género tiene unas características especiales… Lo que ocurre es que coincidimos en el diagnóstico que no todo puede hacerse por vía judicial, ni mucho menos. Vemos que lamentablemente no acabamos con la violencia, ya que la cuestión fundamental es la educación desde la casa, el colegio y hasta la universidad.

La Justicia opera pero ¿cómo debe luchar el Estado contra esta violencia?

Entendemos que con voluntad no se consigue todo. No basta la voluntad. La voluntad la tenemos y en la voluntad estamos. Pues aunque nosotros trabajamos mucho en la formación de los abogados y abogadas, también exigimos la calidad de la formación del resto de intervinientes: jueces, fiscales y los juzgados que atienden la violencia sobre la mujer, la especialización de las audiencias provinciales, ahí no hay especialización aunque en la ley de 2004 así lo dice. Por eso nosotros sí que reivindicamos esa necesidad de especialización y formación.

Ahora tenemos la suerte y la fortuna, cosa que agradecemos, de que en noviembre el Observatorio del Consejo General del Poder Judicial de Violencia Doméstica nos va a dar a los abogados del turno de oficio un premio muy prestigioso, el premio del observatorio. Es un premio anual que se da a personas que han destacado por su labor o su trabajo.

Para nosotros eso no es para relajarnos, al contrario, es un handicap para seguir intentando formarnos mejor. Porque con voluntad no es suficiente. Hace falta el compromiso de todos. Debemos aglutinar los intereses de todos, para que cada uno desde su punto de vista, desde su trabajo, pongamos todo en común para de verdad avanzar. Pero claro, no nos pueden decir que el Estatuto de la Víctima tiene medidas individualizada para cada una de ellas y luego decir la propia ley que no está prevista dotación económica. Exigimos que lo que se está pidiendo en las reformas penales luego se pueda llevar a la práctica.

Una de las causas que se señalan para hablar de violencia contra la mujer es el machismo latente. ¿En qué medida cree que está instalado en nuestra sociedad?

El machismo es muy difícil. No se puede quitar en una generación, que desaparezcan tantos años de unas determinadas raíces culturales. Se va cambiando poco a poco, pero se va cambiando. Yo soy optimista por naturaleza pero hay que perseverar en ese cambio social. Sí, es verdad que hay mujeres machistas, pero hay mujeres machistas porque no lo hacen con la voluntad de voy a defender al hombre para que machaque física o psíquicamente, lo hace porque entiende que el horror que nos ha tocado a cada una no les ha permitido ver ese cambio social que es desde luego la educación en igualdad.

Así que sí, la sociedad todavía es machista. Lo vemos en los micromachismos. Son aquellas actitudes que se van introduciendo en la vida normal y que no se aprecian. Realmente se están afianzando conductas machistas que se consolidan con ellas. Nos falta mucho por avanzar ya que habiendo cambiado la sociedad, te encuentras a gente joven reproduciendo modelos del pasado.

Usted fue la primera mujer al frente del Colegio de Abogados de Badajoz. ¿Ha notado que la llegada de mujeres a puestos directivos está logrando luchar contra el machismo?

Somos muy pocas todavía. En el Consejo General de la Abogacía somos 102 miembros y de ellos, solo 12 somos mujeres. Eso sí, aunque solo somos 12 mujeres, somos mujeres con criterio, de hecho nuestra presidenta es una mujer (Victoria Ortega Benito), la primera mujer presidenta del Consejo. Tenemos más criterio porque sabemos cuándo tenemos que hablar. Somos más prácticas, más directas y bueno, verdaderamente tenemos cosas que decir por nuestra condición de mujeres. Aunque falta mucho, nosotras entre comillas somos privilegiadas.

Es importante que haya funcionarias públicas o nosotras, las mujeres que hemos llegado alto en el escalafón de la abogacía. Pero luego en el grueso de nuestros clientes, en la sociedad, falta mucho todavía para romper el techo de cristal. Basta ver que en la apertura del año judicial las togas eran todas con corbata. Todas eran hombres. Sin embargo hay datos positivos porque en la última promoción de fiscales, la mayoría eran mujeres.

Volviendo a la violencia contra la mujer, ¿siente que se ha avanzado en estos años sobre cómo ven los jóvenes la violencia de género?

Debería haber sido así y muchos de ellos seguro que sí pero lamentablemente hay un número importante de jóvenes que ese cambio no lo perciben. Reproducen las mismas conductas abominables de otros tiempos. Ahora las redes sociales hacen que el control pueda llegar a ser absoluto, en el mismo instante esa persona puede estar controlada. Eso antes no podía pasar pues no había redes que te ubicaran en lugar y forma. Se ha modificado en ese sentido pero lamentablemente lo que subyace ahí del control, de cosificación de la mujer, existe en una parte de la juventud. Otra por supuesto que no, que adquiere nuevos valores. Creo que en definitiva tiene mucho que ver con la educación en igualdad. Con la educación que reciben en casa. Siempre se dice que se predica con el ejemplo y es cierto.

Hasta el momento van más de 30 mujeres asesinadas por violencia contra la mujer en nuestro país en lo que va de año. ¿Cree que la sociedad es consciente de que la violencia contra la mujer es un problema real?

Creo que hay veces que noto hartazgo en parte de la sociedad. La gente se asombra o se horroriza cuando hay un asesinato pero inmediatamente va a otra cosa. Impresiona pero es muy evanescente el efecto que causa el asesinato de una mujer. Cuando hablas de denuncias, cuando empiezas a hablar de denuncias falsas que no son verdad, que no son tales, yo noto en la gente un cierto hartazgo en el que piensan que ya estamos otra vez con la violencia. No lo tienen interiorizado porque si la gente no entiende que ver una actitud violenta no se debe recriminar, mal vamos. La violencia es una patología de la sociedad. Es de quien la produce, la provoca, la soporta y la consiente. No podemos ser espectadores de la violencia de otro. Todo el mundo debe implicarse.

En lo personal, ¿es difícil no empatizar con las víctimas?

Tenemos muy claro los abogados y abogadas en violencia de género que nosotros tenemos la obligación de empatizar con la víctima porque ten en cuenta que en la forma en que se desarrolla nuestro trabajo no podemos no hacerlo. Pues cuando la Policía o la Guardia Civil nos llaman y acudimos, esa es la primera vez en que vemos a esa señora que probablemente esté en un momento de shock tremendo, pues es una cuestión brutal ya que no ha sido agredida por un extraño. Ha sido agredida por el padre de sus hijos o su compañero sentimental, por alguien que le importa o que ella quiere.

Por eso nosotros tenemos que ganarnos su confianza para que pueda contarnos y nosotros valorar en qué situación estamos. Si es habitual, si es puntual, si es violencia física o si es psíquica… Si nos conviene un juicio rápido de conformidad y una condena inmediata o nos conviene un cambio de procedimiento para poder contar con más pruebas. Entonces lo hacemos de forma casi instantánea, casi en minutos pues nos está esperando el fiscal, nos está esperando el juez para resolver. Nosotros tenemos que saber despertar la empatía de forma inmediata. Desde el respeto. El asesoramiento y la información sin agobiarla y con empatía para que esa mujer pueda confiar en un extraño.

¿Qué porcentaje hay de denuncias falsas?

Muy pocas. Son el 0,014% según los informes de la Fiscalía General del Estado.

Hablemos del maltratador. ¿Está la Justicia enfocada a reinsertarlo?

No. La Justicia está enfocada a castigar, entre comillas, o a rehabilitar como principio general de reinserción de la pena, sí. Pero sobre la rehabilitación, a mi juicio, nos queda mucho por andar. Hay medidas en las que el condenado consiente, se realizan cursos de rehabilitación… Pero tienen que consentir y muchas veces lo hacen porque les viene bien para determinado permiso, para que la Junta de Tratamiento le dé algún informe positivo, más que por estar rehabilitados. Hay mucho que batallar ahí todavía para que realmente les hagan cambiar la conducta que han tenido.

Entiendo que se ha avanzado poco en ese sentido.

Sí. Creo que sobre eso hay mucho que andar. Son muchos apartados y nos hemos enfocado mucho en el castigo y en la protección de la víctima pero nos falta esa última parte. Sobre la cuestión de la rehabilitación hay gente muy optimista y también muy pesimista pero yo creo que es un camino que hay que recorrer. Habrá que perfilarlo y amoldarlo. Es complicado porque es cambiar la mentalidad de personas que tienen determinados comportamientos. Eso no se hace en un curso de quince días.

¿Y los medios de comunicación? ¿Debemos aprender a tratar esta información?

Sobre eso se ha hablado mucho. Por una parte ha habido tratamientos pésimos porque cuando se dice que una mujer muere hay que decir que la mujer ha sido asesinada. No ha muerto porque sí. Hay que ser riguroso y es verdad que los medios de comunicación habéis hecho un esfuerzo importante. Cuando se matiza que el agresor estaba bien considerado por sus amigos o por la vecindad, se dulcifica. Al final también se culpabiliza a la víctima. No se debe estigmatizar más a la víctima por los epítetos que se ponen al agresor. O también cuando se dice por ejemplo que la víctima era ecuatoriana. No. La víctima era una mujer.

Muchas veces lo que ocurre es que se antepone la nacionalidad y no debería ser así porque no es una cuestión que dependa de un país sino que desgraciadamente es una lacra mundial. Hay que dar datos sin hastiar a la gente, datos concretos sobre la violencia. Pero no solo los medios de comunicación sino también en las series de televisión se deberían seguir para que pudiéramos reprocharlo porque si no, siempre queda como algo que no nos atañe.

En pleno 2016, las nuevas tecnologías está muy extendidas, ¿en qué medida afectan a este tipo de violencia?

No nos damos cuenta del daño que pueden inferir a la víctima las nuevas tecnologías. Antes era fácil porque no encontrábamos ni redes sociales, ni móvil, ni el control del GPS, ni las fotos en Facebook. Ahora, a través de eso, el control es absoluto.

Entonces hay que saber utilizar las nuevas tecnologías. Muchas veces ellas no son conscientes de cómo pueden ser controladas a través de las nuevas tecnologías. Por supuesto no darles nunca contraseñas a la pareja. Porque hay veces que las cuestiones no son voluntarias ya que ellos toman la consideración de que, como la mujer es una cosa suya, toman el control.

Eso pasa mucho en la gente joven y eso nos preocupa mucho porque creen que así les demuestran que les quieren. Pero no. Son dos personas independientes y la intimidad empieza por preservaos el uno del otro, cada uno con sus propios datos. Pero sí, es muy importante porque hace mucho daño.

Para terminar y obtener una hoja de ruta ¿cuáles son los principales desafíos que encara nuestra sociedad para luchar contra esta violencia?

Ya tenemos identificado que, más que el Código Penal o las leyes, la educación importa mucho. Todos coincidimos en que la educación en igualdad es el principio del fin de la violencia. La violencia extendida. Cuando la sociedad entienda que la violencia de género es una patología social y que no afecta solo a determinadas personas, habremos avanzado. Porque la sociedad ahora mismo lo ve y lo consiente.

Creo en la importancia de la educación en igualdad, de todos los partidos políticos, sin colores, porque hay cosas que son tan obvias que todo el mundo tiene que estar de acuerdo. Aquí no valen colores de ningún tipo ni intereses partidistas. Cuando eso se consiga de verdad instalar en casa, en el colegio, en el instituto o en la universidad, habremos conseguido mucho en la lucha contra la violencia. Mucho más que con las condenas o con los castigos.

Fuente de la entrevista: http://www.eldiario.es/andalucia/Filomena-Pelaez-educacion-principio-violencia_0_562393873.html

Fuente de la imagen:http://images.eldiario.es/fotos/Filomena-Pelaez-presidenta-Subcomision_EDIIMA20160924_0070_20.jp

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Entrevista a Ulrika Holmström: “La igualdad de género es una prioridad del gobierno sueco”

09 Octubre 2016/Fuente: /Autor: Ben Davis Min

A su paso por Buenos Aires, luego de haber participado en el Foro Internacional sobre Derechos de las Mujeres y el Desarrollo organizado por la Asociación para los Derechos de las Mujeres y el Desarrollo (AWID), en Costa do Sauípe, concedió una entrevista a Notas Ulrika Holmström, miembro de la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional, especialista en cuestiones de género y reconocida feminista. Estudió Ciencias Políticas e Historia Económica Internacional en la Universidad de Estocolmo. Habla perfectamente en castellano y portugués.

-¿Qué significa ser feminista?

-Significa reconocer que existe una desigualdad sistémica entre mujeres/niñas y hombres/varones y tener la decisión de querer cambiar esa realidad.

-¿Cómo han sido tus comienzos en el trabajo de cuestiones de género?

-Empecé a trabajar con una ONG sueca llamada Fórum Syd, que es una organización de la sociedad civil. Después me surgió una oportunidad de trabajar en Angola como asesora, en tareas relacionadas con asuntos de igualdad de género. Y ahí también trabaje para otra organización sueca que se llama Grupos África de Suecia. Hoy en día la organización trabaja dando apoyo financiero y trabajando en conjunto con ONGs locales. Trabajé en Angola en tareas súper interesantes, porque el país había estado muchos años en guerra y justo cuando yo llegue en 2002, se había firmado un acuerdo de paz.

-¿Es parecida la problemática de la mujer de Angola a la de las mujeres suecas?

-Mucho no, porque los contextos son muy diferentes. En Angola hay una alta presencia de la pobreza y una gran mortalidad materna. Esa situación no tenía nada que ver con Suecia, donde un parto no es peligroso para la mujer. Y la situación de pobreza es totalmente diferente. El contexto de la posguerra también era totalmente diferente. Los problemas tenían que ver con la falta de infraestructura básica.

Pero después también había problemas en común también. Eso fue interesante porque, por ejemplo, la violencia de género es un problema importante en Suecia también y era un problema grande en Angola. El dominio de los hombres en muchas áreas de decisión también, así como las ideas sobre la sexualidad de las mujeres. Esas eran notas comunes a ambas culturas.

-¿El tema de la sexualidad de la mujer es similar en la mujer angoleña y sueca?

-Hay problemas en común en relación a cómo se ve la sexualidad de las mujeres y la de los hombres. Como por ejemplo en caso de una violación cuando se insinúa que la mujer tuvo alguna culpa o se cuestiona la ropa que llevaba… El hecho de que a veces los hombres dominaban el discurso en las conversaciones y las mujeres quedaban afuera. Eso en Suecia pasa también.

-¿Trabajaste en Argentina?

-Si en 2008/2009 trabajé como asesora de género en la Fundación Mujeres en Igualdad (MEI). Es un contexto muy diferente, con otro nivel de educación, pero también con algunas problemáticas muy específicas de aquí. Por ejemplo, en América Latina la cuestión de los femicidios es un problema muy grande, los números son horrendos. Otro problema muy grave en Argentina es la trata humana.

-¿Acerca de tu tarea actual: estás trabajando en una organización estatal?

-Sí, se llama SIDA, en español es ASDI (Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional). Y trabajo en el área de igualdad de género.

-¿Que es lo que hace el gobierno sueco concretamente por la igualdad de género?

-La igualdad de género ha sido una prioridad desde hace muchos años, pero más ahora que tenemos un gobierno feminista. Es un gobierno que tenemos desde hace un año y que se declaró como el primer gobierno feminista. También declararon una política exterior feminista. Hay un plan de acción y tenemos una embajadora por la igualdad de género. Este gobierno le está poniendo muchísimo énfasis a este tema.

En mi trabajo lo que hacemos en esa área es apoyar a las instituciones en los países donde trabajamos. El apoyo puede ser al Estado, en el caso de que se trate de un Estado democrático y transparente, como también puede ser un apoyo a la sociedad civil, ONGs, por ejemplo un apoyo a organizaciones de mujeres, organizaciones de derechos humanos u otras áreas donde es relevante la perspectiva de género. Mi trabajo es ayudar a mis colegas, sobre todo a los que trabajan en las embajadas, porque tenemos personal de la Agencia en las embajadas. Y yo trabajo con ellos para asegurar que todo el dinero que va para algún programa, a algún proyecto que termine beneficiando a las mujeres. Que haya una perspectiva de género, que se haga un análisis y que se puedan medir los resultados.

-Uno de los puntales del Estado de bienestar fue la asistencia médico sanitaria, ¿cómo está el tema actualmente en Suecia?

-Toda esa área está bastante bien cubierta en Suecia, el aborto es legal, y es accesible. Sobre el aborto hay un consenso bastante amplio. Aunque ahora aparecieron algunas voces que lo están cuestionando nuevamente. Y con relación a los partos, Suecia es un lugar relativamente seguro para tener un hijo, pero ahora se han empezado a ver problemas que muchos adjudican a falta de recursos. Por ejemplo, a una mujer la pueden mandar a otra ciudad a tener su hijo porque no hay lugar y eso es una problemática que se ha vuelto cada vez más visible. La atención debe ser igual para suecos y para inmigrantes.

-¿Crees que existe una relación entre pobreza e igualdad de género?

-Sí, veo muchas relaciones. Por un lado vemos que de los más pobres las mujeres son la mayoría. Las mujeres pobres están afectadas por una doble discriminación. Están en una situación más complicada. Y por otro lado, para trabajar contra la pobreza uno de los factores más importantes es tratar de generar más equilibrio entre hombres y mujeres, porque hay una relación entre los derechos de las mujeres y la pobreza. Además la pobreza tiene muchas dimensiones. Puede ser falta de recursos o dinero, pero también puede ser la falta de voz, de tiempo, de poder de decisión. Estos factores forman parte de lo que puede ser la pobreza. Y las mujeres lo viven muchas veces de otra manera que los hombres.

-¿Es posible lograr la igualdad de género habiendo una gran desigualdad económica en la sociedad?

-Yo creo que está muy relacionado con la economía. Si hay mucha división en la sociedad es difícil lograr la igualdad de género. La igualdad de género está relacionada con otros tipos de desigualdades.

-Estuviste en el Foro Internacional de AWID por el Derecho de las Mujeres, en Brasil ¿cuál fue tu experiencia?

-Fue súper interesante. Es una red de organizaciones de mujeres y cada cuatro años organizan un foro feminista. Los hubo en Estambul, en Bangkok, en Ciudad del Cabo en Sudáfrica. Es un gran foro de encuentro del movimiento feminista en el mundo. Y este año eran más de 1800 personas de 140 países. Había un montón de seminarios que pasaban simultáneamente. Un tema del que se habló mucho fue la falta de recursos para las organizaciones de las mujeres, otro tema tratado fue el papel de las corporaciones multinacionales y de las relaciones desiguales de comercio entre los países que afectan a las mujeres. Se habló mucho también de todo el dinero que se gasta en armas comparado con el dinero que va para proyectos de paz. Son una gota en el océano por comparación y eso habla un poco de lo absurdo que es el mundo.

Me parece que este encuentro en Brasil fue muy interesante porque estaba muy representado el universo de organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres, que es una fuerza increíble. Yo viajé mucho y en todos los países existen este tipo de organizaciones y se parecen. El tipo de trabajo que hacen, el compromiso que hay y las cosas increíbles que generan con muy poquitos recursos. Y eso es lo que tenemos que cambiar, sobre todo nosotras que tenemos un país que se declaró feminista, tenemos que generar más recursos para ese trabajo.

Fuente de la entrevista:https://notas.org.ar/2016/10/05/ulrika-holmstrom-suecia-feminismo-recursos/

Fuente de la imagen: https://notas.org.ar/wp-content/uploads/2016/10/Ulrika-680×365.jpg

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Bernhard Schlink, escritor alemán: “La educación no inmuniza contra el fanatismo y la brutalidad»

El autor de El lector, la novela súper ventas llevada al cine con Kate Winslet, estará en el ciclo La Ciudad y las Palabras de la UC el próximo miércoles.

En uno de los relatos de Amores en fuga, de Bernhard Schlink, un personaje se pregunta: “¿Qué hizo mi padre en la guerra?”. La generación de Schlink (1944) se hizo la misma pregunta y algunos fueron inclementes con sus padres. “Bueno”, dice el autor desde Alemania, “algunos padres habían sido implacables en el pasado. Es cierto que nuestra generación podía ser dura, incluso frente a los padres que no habían participado en los crímenes de los nazis -es la arrogancia y la rebelión de los adolescentes”.

Schlink es un jurista: ha sido juez federal y es profesor universitario. Su trayectoria como escritor comenzó con una trilogía de novelas policíacas protagonizadas por Gerhard Selb, un detective privado que en los años 40 trabajó como fiscal para los nazis. Pero es en 1995, cuando publicó El lector, que a Schlink le llegó su mayor fama. En la novela un adolescente tiene un romance con una mujer mayor: una relación fundamentalmente sexual, acompañada de lecturas, pues la mujer le pide al joven que le lea en voz alta. Pero ella un día desaparece. Años después, la reencuentra él, siendo estudiante de derecho, en un juicio a los criminales de la Segunda Guerra Mundial: ella había servido como guardia para las SS; a algunas prisioneras les pedía que le leyeran en voz alta antes de enviarlas a la cámara de gas (es analfabeta y se avergüenza de reconocerlo).

La turbulenta historia del siglo XX alemán aparece en otros de sus libros. Por ejemplo, El fin de semana, un fin de semana que pasa un grupo de amigos para celebrar que, después de 20 años, uno de ellos ha salido de la cárcel; había sido condenado por terrorismo en grupos de extrema izquierda que operaron en lo años 80. Y algo de eso aparece en el trasfondo de su último libro, Mujer bajando una escalera, aunque la historia central gira en torno a un cuadro. El protagonista es un abogado viudo y acomodado que en un viaje de trabajo, en Australia, descubre en una galería que se exhibe Mujer bajando una escalera, un obra con la que lo une una relación antigua.

Cuando se iniciaba en labor jurídica, él había intervenido en un enfrentamiento entre el pintor del cuadro (ahora muy cotizado) y el riquísimo dueño del mismo, marido de la mujer que había servido de modelo y amante del pintor.

Buena parte de su literatura ha escarbado en la memoria histórica y el autoexamen de la Alemania de posguerra. ¿Por qué?

Una vez que mi generación hubo aprendido lo que nuestros padres habían hecho en la Alemania nazi, tuvimos que reconciliarnos con ello -y con ellos. La literatura es una manera de hacerlo.

Ud. empezó con novelas negras, no ortodoxas, con un personaje de pasado también negro…

No creo en los géneros. Las novelas negras son novelas como otras novelas, y tan aptas para lidiar con el pasado y su herencia como cualquiera otra.

¿Por qué cree El lector fue un libro tan exitoso: se lo esperaba?

No me lo esperaba. Había pensado que mi libro era un libro alemán para un público alemán y había subestimado el interés de otros públicos sobre la forma en que la segunda generación de alemanes se sentía respecto al pasado nazi y se enfrentaba con él. Y el enmarañarse en la culpabilidad de quienes nos son cercanos, de quienes amamos, el problema de mi generación, es también un problema universal.

Algunos críticos señalaron que el libro sugería que la brutalidad nazi nacía de una especie de analfabetismo de clase baja…

El porcentaje de académicos en los mortíferos Einsatzgruppen (los “grupos operativos” de las SS) era mayor que el porcentaje de académicos en la población total; la educación no inmuniza contra el fanatismo y la brutalidad. Esto es tan conocido que me sorprendió que ciertos críticos imaginaran que yo podría pensarlo de otra forma.

“Y, ¿qué habría hecho usted?”, le pregunta la protagonista de El lector a su juez. Es una buena (y difícil) pregunta.

Es la pregunta que tenemos que hacernos a nosotros mismos cuando juzgamos a los demás.

En El fin de semana y una de las novelas de Selb aparece el mundo de los terroristas alemanes de la posguerra. ¿Conoció a algunos de esos revolucionarios?

Sí, y eran un conjunto muy mezclado. Algunos actuaban movidos por un sentimiento de obligación moral; otros cuyos padres no se habían enfrentado a los crímenes de los nazis, querían enfrentarse a los crímenes de los estadounidenses en Vietnam y al capitalismo y el imperialismo en general. Algunos eran aventureros, algunos eran desesperados, algunos eran moralistas aventureros o desesperados morales o se habían enamorado de alguno de ellos.

¿Los hijos heredan los pecados de los padres?

No. Pero cuando los padres cometen crímenes, los hijos no pueden amarlos sin enredarse en su culpa.

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Olga Cossettini: «Es importante pensarnos, porque si no nos piensan»

Por Marcela Isaias /La Capital.com

«Olga Cossettini es una más de las tantas maestras y maestros de las que deberíamos estar orgullosos en la Patria Grande, en Latinoamérica. Es importante recuperar su palabra y su experiencia. Pensarnos, porque si no nos piensan». Es lo primero que dice la educadora Amanda Paccotti para invitar a participar de las V Jornadas Latinoamericanas Cossettini. Se realizan en Rosario el viernes y sábado de la semana que viene, habrá paneles, talleres y un cierre cargado de emoción: será con una mateada en la que fue la casa de las hermanas Olga y Leticia Cossettini.

   Amanda Paccotti conoció como alumna la experiencia de la Escuela Serena, el proyecto pedagógico que lideraron las hermanas Olga y Leticia Cossetini entre 1935 y 1950. Hija única y mimada de una familia de ferroviarios llegó a la ciudad desde Río Cuarto. Sus padres no pudieron terminar la primaria, pero le dieron la mejor educación. Ya instalados en barrio Alberdi, los vecinos les contaron que «los chicos iban contentos a la Escuela Carrasco». Y allí fue Amanda.

    En 1950 cuando estaba en segundo grado (en tiempos que había primer grado inferior y primero superior) desplazan a Olga Cossettini de su cargo de directora. Recuerda que el director que la reemplazó no terminó con la experiencia innovadora de un día para otro, la dejó caer. «La experiencia agonizó. Así que en medio de tanta desgracia pude seguir unos años más gozando del laboratorio, de la mesa hexagonal, del patio de tierra…».

   Amanda Paccotti se recibió de maestra en la Normal 1. El primer trabajo en el oficio lo tuvo como reemplazante —durante dos años— en la Escuela Carrasco; mientras tanto estudiaba el profesorado en jardín de infantes. Siempre mantuvo una relación cercana con Olga y Leticia porque, además, eran sus vecinas.

   »Me di cuenta del valor de Olga el día de su muerte (23 de mayo de 1987), cuántas cosas que hoy hago porque las viví, las aprendí con ella. El día de su velatorio, que fue en su casa, Leticia nos muestra las cajas que Olga guardaba en su dormitorio con todo el material que hoy está en el Irice. Tenía tanta claridad, sabía lo que iba a pasar». El material al que refiere Amanda (registros, fotos, cuadernos, entre otros) es el que hoy conforma el Archivo Cossettini del Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la Educación (Irice).

   Hoy la educadora es una activa impulsora de la pedagogía de la Escuela Serena y de los proyectos que se inscriben en estos mismos principios, a través de la Red Cossettini. Desde hace cinco años esta Red promueve unas jornadas para poner en común prácticas de enseñanza diferentes. A ese encuentro están invitados docentes, estudiantes, investigadores y todos los interesados en aprender de la propuesta. Este año, las jornadas (abiertas y gratuitas) se realizan el viernes 14 y el sábado 15, las organizan la Red, el Instituto de Educación Superior Nº 28 Olga Cossettini y la Escuela Nº 69 Gabriel Carrasco.

   —¿Por qué es importante en este momento volver a mirar la experiencia Cossettini?

   —Olga Cossettini es una más de las tantas maestras y maestros de las que deberíamos estar orgullosos en la Patria Grande, en Latinoamérica. Es importante recuperar su palabra y su experiencia. Pensarnos porque sino nos piensan, por que sino estamos comprando todo lo que nos viene de afuera. Olga es un maestro Iglesias, un Jesualdo de Uruguay, una Olga Blinder de Paraguay, un maestro Encinas de Perú. Personas que pasan inadvertidas en los planes de estudio. Olga estudia a (María) Montessori, la toma como referencia, mira su entorno y la adapta a esa realidad. Tuvo la gran virtud de escribir, de pluralizar, es el gran regalo que nos hizo. Sus trabajos nos sirven como pilares para poder sostenernos. Hoy nos engolosina el producto estético, y ellas (Olga y Leticia) no buscaron eso, sino civilidad, formar ciudadanos que pudieran expresarse de distintas maneras, con distintos lenguajes. Leticia lo decía muy claro: «En nuestra escuela el arte estaba en el vivir cotidiano». Por supuesto que hoy las cosas son muy distintas, no desconocemos el trabajo de las maestras en las villas, en los lugares más difíciles. Pero tenemos que recuperar el orgullo y el respeto por el oficio.

   —¿Se trata entonces de recuperar, conocer el trabajo innovador que hoy hacen muchas maestras?

. —Ahí está la importancia de la Red Cossettini. Hay gente que nos escribe porque se siente muy sola o porque el sistema las absorbió. Sienten un poco de temor, un poco de rechazo hasta por sus propios compañeros. Quieren hacer algo distinto y no siempre pueden.

—¿En qué ponen el acento estas jornadas latinoamericanas?

   —Estamos intentando recuperar el famoso Clea (Consejo Latinoamericano de Educación por el Arte), para eso viene la chilena Patricia Raquiman. Llega otra joven uruguaya, María Cecilia Canale, muy batalladora, que trabaja creativamente con la luz y el color; también un brasileño, Sidney Peterson Ferreira de Lima, que está haciendo una investigación con la Universidad de San Pablo (sobre líneas de educación por el arte). Estará Maricha Heisecke, una educadora paraguaya y sus muñecos de Alicia en el País de las Maravillas; además de otra educadora de Paraguay que llega con muñecos hechos en caña y papel pero con sus manifiestos. Y ahí está el secreto: no sólo son bonitos, sino que tienen sus manifiestos sociales. Una propuesta que de paso invita a dejarse de embromar con tanta fotocopia en la escuela. Pero además están las estudiantes del Instituto Cossettini con muchas propuestas. Y un panel muy fuerte con Elisa Welti y Marcela Pelanda. Son muchas experiencias y educadoras bien interesantes que estarán presentes. Las jornadas cierran el sábado a las tres de la tarde en la que fuera la casa de las Cossettini, que hoy alquilan los Amigos del Paraná (una entidad civil). Queremos hacer visible ese patrimonio, que aparezca algún mecenas, que la Provincia o la Municipalidad la compren. El cierre no será nada formal, nos juntaremos a tomar mates y haremos como un gran recreo, que sea un Hasta luego!

—¿Qué más representan estas jornadas?

   —Para mí, la importancia de encontrarnos. Nadie quiere ni copiar ni quedarse en el elogio de lo pasó, sino reconocernos en ese pasado, que es plural. Tenemos la suerte de tener una Olga aquí, pero ha habido muchas Olgas, lamentablemente ignoradas… Amanda Arias, Angela Peralta Pino… valiosas, que se la han jugado. Tenemos que apuntar a recuperar sentir el orgullo de nuestro oficio. Es importante el salario, pero también hay que exigir otras cosas: nadie puede trabajar con más de 30 chicos en el aula ni manejar una escuela de mil cien alumnos, así las escuelas terminan siendo cárceles u hospitales. Tampoco puede haber excusas para trabajar con las nuevas tecnologías en el aula o usar, las escuelas que los tienen, los laboratorios de ciencias. También hace falta una autocrítica.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/es-importante-pensarnos-porque-si-no-nos-piensan-n1258353.html

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Entrevista a François Houtart, sociólogo y teólogo «El bien común de la humanidad como matriz de la nueva sociedad»

América del Sur/8 Octubre 2016/Autora: Cira Pascual Marquina/Fuente: Rebelión

Esta conversación con el sociólogo y teólogo de la liberación François Houtart, que apareció por primera vez en el número 17 del mensuario PolítiK, explora los límites de los procesos de cambio en América Latina y el concepto de bien común de la humanidad.

-Cira Pascual Marquina (CPM): En el libro Más allá de la economía, el bien común de la humanidad (2013), planteas que para asegurar la continuidad de la humanidad y de la vida en el planeta hay que construir un nuevo paradigma en el que el bien común esté por encima del bien individual. ¿Podrías explicar el concepto de “bien común de la humanidad”?

-François Houtart (FH): El concepto de bien común de la humanidad tiene varias dimensiones. La primera es la dimensión de lo que se llaman los comunes o en inglés the commons: los bienes que no son individuales sino comunes, por ejemplo la tierra antes del capitalismo y hoy en día los servicios públicos. Hay muchas luchas en el mundo para proteger, recuperar o aumentar la dimensión de los bienes públicos. Ahora tenemos como bienes públicos la educación, la salud, pero también el agua, la comunicación, etc. Este es un primer nivel de lo que podemos llamar el bien común de la humanidad.

Sin embargo hay un segundo nivel, y el segundo nivel es el concepto clásico del bien común: cosas que le pertenecen al conjunto de la sociedad y que no pueden ser propiedad de individuos como, por ejemplo, en una ciudad, los parques o los espacios verdes, etc. Eso es un bien común. Pero hay sectores que no son directamente materiales, que son más bien de tipo jurídico, por ejemplo el código de circulación (si no se organiza, es el caos). En verdad este es un concepto que existe ya desde la filosofía griega, en particular Aristóteles, que reconoce que hay espacios en la vida colectiva que son espacios comunes, de bien común, y esta fue la base sobre la que la iglesia católica construyó su doctrina social.

Pero pienso que debemos ir un poco más allá y por eso he hablado del bien común de la humanidad: un principio de organización de la vida colectiva de la humanidad en el planeta que se base sobre la vida y no sobre la muerte… así este concepto se opone al concepto fundamental del sistema capitalista. Y cuando digo que el nuevo paradigma se basa sobre la vida, esto implica la posibilidad de crear, de conservar, de mejorar la propia vida –la vida en su sentido completo, no solamente la vida física, biológica, sino también la vida cultural, la vida espiritual–. Y no solamente construir en función de la vida de los seres humanos, sino también de otros géneros: los animales, las plantas, etc. Lo que se llama hoy el derecho de la naturaleza.

Este concepto es más amplio que el concepto de los comunes y que el concepto del bien común, pero integra estos dos conceptos. Este concepto que he llamado el bien común de la humanidad, es evidentemente un nombre; no importa el nombre, lo que importa es el contenido. Podemos darle otros nombres, por ejemplo el sumak kawsay que es el buen vivir, el concepto de los indígenas andinos, o podemos llamarlo socialismo del siglo XXI.

-CPM: En el libro que mencioné anteriormente enumeras cuatro elementos clave para aterrizar el concepto del bien común de la humanidad; podríamos decir que estos elementos son una especie de hoja de ruta para organizar la tarea colectiva en cuanto a la definición de la nueva sociedad postcapitalista. ¿Puedes explicárnoslos?

-FH: Sí, debemos concretar las cosas porque todo esto puede parecer algo abstracto. Precisamente he tratado de ver, como sociólogo, qué significa esto en la práctica de la vida colectiva humana. Por eso he tomado cuatro realidades fundamentales de toda sociedad, que son, por una parte la relación con la naturaleza, ya que ninguna sociedad puede vivir sin la naturaleza; después la producción material de la vida, porque la vida no es una abstracción y sin producción material no hay vida; la organización social de la vida, que debe ser colectiva en lo social y en lo político; y finalmente la cultura, porque el género humano es el único que puede reflexionar sobre su propia realidad y eventualmente anticipar el futuro, y que es, como dicen los mayas, “la parte consciente de la naturaleza”.

Reflexionando sobre estos cuatro elementos fundamentales de toda sociedad podemos entrar en detalles, especialmente comparando con la situación actual del sistema capitalista. Por ejemplo, en cuanto a las relaciones con la naturaleza: ¿cómo ve el capitalismo la naturaleza? Para el capitalismo la naturaleza es recursos naturales, es decir, una naturaleza que se debe explotar, y explotar en función de los intereses del capital y de la acumulación del capital. Por el contrario, en lo que se refiere a la nueva organización del bien común de la humanidad, la naturaleza debe ser respetada: es la fuente de toda vida, de la vida física, biológica, cultural, espiritual, y en este sentido la naturaleza no es solamente un objeto de explotación.

Esto, si queremos ir más allá en la práctica, tiene muchas consecuencias para la vida cotidiana y también para la organización nacional e internacional. Por ejemplo, si aceptamos que la naturaleza es la fuente de la vida, no podemos aceptar que personas individuales o corporaciones, grandes empresas multinacionales, se apropien de la naturaleza (y en particular las riquezas naturales que son los minerales, las fuentes de energía, etc.) por la simple razón que estas cosas deben entrar en la concepción del bien común. Aquí no digo que no se debe extraer, porque la madre tierra es generosa, sino que se debe hacer respetando los derechos de la naturaleza, la posibilidad de regenerarse y de continuidad de la vida. Este es un ejemplo práctico. También, por ejemplo, no se puede aceptar la mercantilización de bienes básicos para la vida como las semillas o como el agua. Ese es un primer paso.

El segundo es la producción de la base material de la vida. Como he dicho, cada vida tiene su base material y no se puede continuar sin esta base. Ahora la base material de la vida –la economía–, está organizada por la lógica del capital. El capital es el único motor de la economía, con su necesidad inagotable de tener ganancias para poder acumularse. Frente a esto la lógica debe ser absolutamente diferente: no una lógica de acumulación del capital, de valorización única del valor de cambio. Porque hay dos tipos de valores para todo servicio o bien: el valor de uso, es decir lo que es útil para la humanidad, para la naturaleza, para el mundo, y el valor de cambio o lo que permite ganancia. Solamente el valor de cambio, es decir, si una cosa es una mercancía, contribuye a la acumulación del capital. Por eso en el capitalismo todo debe convertirse en mercancía. Esta es la lógica del capital. Debemos salir de esta lógica, con todas las consecuencias en cuanto a la propiedad de los medios de producción, significa, en lo práctico, que no podemos aceptar la dominación del capital financiero, los paraísos fiscales, etc.

Un tercer elemento es la organización social y política, que debe ser democrática, para permitir que todos los seres humanos sean actores y no solamente sujetos de una política decidida desde arriba o por una minoría. No hay nada menos democrático que la economía capitalista que concentra el poder y desconoce lo que se llaman las “externalidades”: los daños ambientales y los daños sociales, que no paga el capital. Se deben promover procesos democráticos en todas las instituciones, desde las políticas y económicas hasta las culturales, sociales, religiosas. Esto también debe extenderse a todas las relaciones sociales, como las relaciones entre hombres y mujeres. Este es el tercer aspecto que tiene muchas aplicaciones en el mundo.

Finalmente, en cuanto a la cultura, hablamos de la interculturalidad. El hecho de no permitir que la cultura occidental, totalmente inmersa en el concepto de modernización, absorbida por la lógica del capital, sea la única cultura aceptable en el mundo, y comprender que todas las culturas, los saberes y las espiritualidades pueden contribuir al bien común de la humanidad y a la ética necesaria para esta construcción.

Ahora, todo esto puede parecer una bella utopía pero no lo es. No es una utopía en el sentido de ilusión, porque en el mundo hay millares de grupos que luchan por construir mejores relaciones con la naturaleza, por otro tipo de economía social y solidaria, por los derechos de todos los grupos humanos y finalmente por la interculturalidad. Esto significa que existe ya en la realidad la posibilidad de perseguir valores que no son puramente abstractos, sino que ya son el proyecto concreto de muchos movimientos y organizaciones en el mundo. Por eso pienso que sobre esta base se puede construir una perspectiva nueva.

-CPM: En algunas intervenciones has planteado que los procesos de cambio en América Latina se caracterizan por ser posneoliberales, pero todavía no se han dado pasos concretos hacia el postcapitalismo. ¿Podrías profundizar sobre esta caracterización de los procesos en Nuestra América y cómo avanzar hacia el postcapitalismo?

-FH: Sí, yo pienso que hay muchos aspectos en todos los dominios. Voy a tomar solo un ejemplo práctico: el problema de la agricultura. Los países que se dicen progresistas en América Latina –y que realmente han sido posneoliberales en el sentido que han reconstruido un Estado que trabaja por una cierta redistribución de la riqueza y también por un mejor acceso a los servicios como la educación o la salud para las clases desfavorecidas– promueven el monocultivo para la exportación, con todas sus consecuencias ambientales: destrucción de la selva amazónica, destrucción de los suelos, contaminación de las aguas, y también, finalmente, daños muy graves para las poblaciones, para la salud, y en cuanto a los efectos sociales como las migraciones hacia las grandes ciudades o al exterior.

Así han promovido esta agricultura en detrimento de la agricultura campesina, que podría dar una respuesta muchísimo mejor a la primera función de la agricultura, que es nutrir la población: es un hecho que la agricultura campesina en América Latina está nutriendo más del 60% de la población del continente. Una segunda función es participar en la regeneración de la Madre Tierra: muchas veces los campesinos trabajan con agricultura orgánica y de manera respetuosa de la naturaleza. Y, finalmente, el bienestar de los campesinos, frente a una agricultura de monocultivos, mucho más productiva, pero que proletariza al campesino o lo integra al sistema capitalista de monopolios, que crea dependencia de las grandes multinacionales de producción o de distribución. La agricultura campesina no es una cosa arcaica, del pasado, sino una cosa del futuro, y esto es reconocido incluso por la FAO.

Lo que hemos visto en América Latina es un intento de construir sociedades posneoliberales –pero no postcapitalistas, y en este sentido continuando con la idea de la modernización de las sociedades, y finalmente con un “capitalismo moderno”; esto tiene como consecuencia, por ejemplo en el campo de la agricultura, que no se promueve una nueva agricultura campesina que podría resolver muchos de los problemas de la pobreza rural y también de la producción de alimentos y de la soberanía alimentaria. Este es un ejemplo, pero podríamos dar otros ejemplos de otros aspectos que nos permiten decir que los ensayos de cambio, de los países progresistas, que fueron muy interesantes y tuvieron varios logros muy reales, finalmente no han transformado la lógica fundamental de la organización de las sociedades. Por eso me parece que desarrollar el concepto de Bien Común de la Humanidad podría ser un paso adelante frente a la crisis que afecta a todos estos países actualmente.

-CPM: Hablando de la crisis, un camino que impulsa el Gobierno Bolivariano para la salida es el Arco Minero. Se supone que explotar el oro y otros minerales en la enorme cuenca del Orinoco nos ayudará a salir de la crisis. Así, tras el anuncio de apertura, más de 150 corporaciones mineras han expresado interés, y ya se han firmado contratos con la canadiense Gold Reserve y con empresas chinas. ¿Qué opinión tienes sobre este tipo de propuestas?

-FH: Esta situación no es particular a Venezuela aunque el caso del Arco Minero es impresionante. Encontramos situaciones similares, tal vez a menor escala, en Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina. El problema es que la única respuesta que ven los gobiernos progresistas actuales frente a la crisis, que es una crisis a escala mundial y que afecta a muchos de estos países porque son exportadores de bienes primarios (explotación minera, petrolera o agrícola), es abrirse más al mercado y entrar en políticas de tipo neoliberal. Evidentemente es una contradicción fundamental. Pienso que estos gobiernos no han reflexionado suficientemente sobre las alternativas al capitalismo.

Debemos reconocer la realidad: Estas medidas contradicen de manera fundamental lo que se ha planteado como meta, y vemos un creciente abismo entre el discurso y las prácticas. La verdad es que estas prácticas van a llevar a una mayor concentración del capital y al desconocimiento de las externalidades, es decir, la destrucción de la naturaleza y la destrucción social y cultural. Eso debemos reconocerlo y debemos tratar de ver qué soluciones podemos encontrar que no entren en contradicción con lo que se había propuesto.

-CPM: Tenemos una tarea clara: la superación del capitalismo. Pero también nos encontramos con múltiples barreras como la enajenación o la pérdida de la esperanza. ¿Qué hacer en estas circunstancias difíciles?

-FH: Precisamente por la situación que vivimos debemos tratar de redefinir la tarea de la izquierda y reflexionar sobre las estrategias posibles. Por eso me parece que un trabajo de conjunto entre movimientos sociales e intelectuales va a ser necesario primero para redefinir las metas (definir qué tipo de sociedad queremos); aquí entra la propuesta de Bien Común de la Humanidad, donde tocamos un espectro que va desde la relación con la naturaleza hasta la organización colectiva de la política y la sociedad, y también la espiritualidad, la manera de vivir las cosas en lo cotidiano…

Entonces, el primer aspecto significa que juntos debemos trabajar por una redefinición colectiva de las metas de la sociedad, no solamente con intelectuales que tienen toda la verdad que se debe imponer a las masas. No, este concepto de vanguardia es obsoleto. Debe ser un trabajo colectivo: por una parte con la experiencia de los movimientos políticos y sociales de izquierda que debemos recoger y tratar de sistematizar, y por otra parte, con el trabajo de los intelectuales. Con todos los logros que hemos desarrollado en los dos últimos siglos, la reflexión fundamental del marxismo, pero también de otras corrientes intelectuales que pueden ser útiles. La cuestión es cómo redefinir la meta fundamental de la humanidad y de la sociedad.

El segundo aspecto es cómo definir las transiciones. Es evidente que no podemos construir el socialismo o comunismo instantáneamente. Eso provocaría catástrofes económicas derivadas del boicot y de los embargos o incluso intervenciones militares. Eso no es posible, pero sí, podemos pensar transiciones, es decir, pasos que nos ayudan a construir el paradigma nuevo. No se trata de adaptar el capitalismo a nuevas situaciones sino de construir una sociedad diferente. En cuanto a la cuestión de cómo construir transiciones, hay que hacerlo desde una perspectiva dialéctica, sin caer en la idea del progreso de la modernidad –un progreso lineal sobre un planeta inagotable (un concepto muy capitalista de la “modernidad”, por cierto.

Es necesario redefinir la modernidad, encontrar transiciones y actores que pueden actuar en cada aspecto. Este es el gran reto no solamente para América Latina sino también para el mundo entero. Y ya podemos empezar, de forma humilde y cotidiana, a pequeña escala, como lo han hecho por ejemplo los zapatistas, y después poco a poco ampliar esta visión para construir otra matriz de desarrollo humano. Esto es absolutamente necesario frente a la destrucción de la naturaleza que el capitalismo está provocando, y también de destrucción humana, cultural y espiritual.

-CPM: Has mencionado en algunas intervenciones que para entender la sociedad hay que hacerlo en términos de clase. En el periódico PolítiK estamos absolutamente de acuerdo. ¿Podrías profundizar sobre la necesidad del análisis de clase?

-FH: El análisis de la sociedad desde una perspectiva de clases es ciertamente importante. También es verdad que en el siglo XIX –en la Europa en que Carlos Marx reflexionó y escribió– la clase obrera era la clase fundamental para iniciar el cambio. En este sentido el papel de la clase obrera para cambiar el conjunto de la sociedad era absolutamente fundamental. Hoy en día debemos reflexionar frente a la realidad actual: una clase obrera muy segmentada por el sistema capitalista y que ha cambiado en los países industrializados, donde han desplazado la actividad de producción hacia las periferias y que se especializan en servicios.

Esto significa que la clase obrera hoy es diferente a la clase obrera del siglo XIX europeo o norteamericano. Así, otras clases sociales, como los campesinos por ejemplo, están también afectadas por la lógica del capital, y hoy vemos que frente a esta destrucción sistemática del pequeño campesinado, hay movimientos que son más radicales que el movimiento obrero. En particular, en el plano internacional, la Vía Campesina, la organización mundial de los campesinos, es más radical contra la Organización Mundial del Comercio o el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional que la organización Internacional de los sindicatos. Este es un hecho y debemos reflexionar sobre las nuevas realidades.

Es verdad que son los trabajadores los que enfrentan la contradicción fundamental con el capital, pero ya no son solo los trabajadores industriales, también están los trabajadores del campo, los precarizados, todos estos grupos sociales que son afectados hoy por la lógica del capital , y por eso la lucha y la organización de la lucha social debe ser pensada de otra manera que en el siglo XIX. Esta es una de las tareas para los movimientos sociales y los movimientos políticos de izquierda, para no equivocarse ni en el vocabulario –lo cual es secundario pero importante–, ni en las prácticas sociales y políticas, es decir: la definición de las luchas sociales.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=217095

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