Decolonialidad y sentido de la producción de conocimiento social

Desde hace varios años han venido desarrollándose propuestas decoloniales que, desde diversas disciplinas y articulaciones conceptuales en diferentes lugares del orbe, ha indagado en el presente y pasado diversos órdenes sociales en diferentes países y regiones bajo dinámicas de explotación, y caracterizados por relaciones de poder vinculadas y herederas de los sistemas de poder y dominación coloniales.

Dentro de este amplio universo, algunos de los grupos de escolares y universitarios que han trabajado la decolonialidad, si bien han logrado una profundidad analítica y conceptual en el abordaje de la colonialidad y el poder en la producción de contextos y sujetos subalternizados, muy poco impactado han tenido sus trabajos fuera de los claustros y textos universitarios, y se han quedado fuertemente anclados en la “torre de marfil” de ciertas academias (del sur y sobre todo del norte global).

No obstante, hay también otros grupos con otras perspectivas que, sin dejar de tener un pie en la academia, se han abocado también a la confrontación y crítica de las relaciones de poder colonial y poscolonial concretas/contextualizadas, y han hecho esto mediante el caminar conjunto y acompañamiento a diversos sujetos sociales en relaciones de subalternidad con diferentes grupos e instituciones de poder político y económico en diferentes países.

Tal el caso del trabajo Decolonizing ethnography: undocumented immigrants and new directions in social science de 2019 y sus autores Carolina Alonso Bejarano, Lucía López Juárez Mirian Mijangos García y Daniel Goldstein (la traducción del título del libro sería algo así como: decolonizando la etnografía: migrantes indocumentados y nuevas direcciones en las ciencias sociales). Dicho trabajo sugiere una serie de líneas y reflexiones muy interesantes para pensar y ejercer políticamente la decolonialidad.

1) La primera de ellas es el posicionamiento abiertamente político de que el trabajo académico con perspectiva decolonial apunta a hacerse con, para y en beneficio de los sujetos con los que se trabaja. Y esto, además de en un contexto mutuo respeto (reconocimiento y valoración), dentro del deliberado marco de entendimiento de tratar explícitamente de cambiar (en alguna medida y de acuerdo con las posibilidades de los involucrados) las relaciones de subordinación en las que se encuentran estos sujetos (personas) con las que se trabaja.

2) Por otra parte, se trata de reconocer abiertamente que se trabaja con sujetos, y no con “objetos” “neutros” e “imparciales”. Pero también en la comprensión de que son ellos quienes están insertos y son los protagonistas de los procesos que se abordan. Por ello, estos sujetos con los que se colabora son también y abiertamente co-productores de los datos (registros) etnográficos y de las reflexiones teóricas del proceso social abordado.

3) En este sentido, hay una crítica abierta hacia las ciencias sociales con un carácter extractivo, que sólo ven en los sujetos “medios” para obtener información que sea “útil” a la producción de conocimiento principalmente para los círculos, gremios y publicaciones especializadas de la academia (frecuentemente disociados de los contextos que estudian y delineados por los principios de las universidades de los países hegemónicos y el tipo/modelo de “ciencias sociales” del “norte global”).

4) De esto modo, se trata de producir conocimiento en colaboración y consenso con los sujetos sociales que propicie prácticas, saberes y vinculaciones que contribuyan a generar procesos de “descolonización”, con el cometido deliberado y político de beneficiar y contribuir a incrementar la autonomía de dichos sujetos. La idea es avanzar hacia un cambio social y político de las relaciones de poder desiguales y subordinadas en las cuales se configuraron los órdenes sociales donde se mueven y existen los sujetos sociales con los que se trabaja; y esto con el claro y pleno protagonismo de dichos sujetos, en un ejercicio de mutuo reconocimiento y valoración.

Notas:

Decolonizing ethnography: undocumented immigrants and new directions in social science (2019), Carolina Alonso Bejarano, Lucía López Juárez Mirian Mijangos García y Daniel Goldstein. Publicado por Duke University Press.

Two perspectives on decolonizing anthropology (2020). Hussein Masimbi y Paula Uimonene. En Anthropology book forum.

Fuente: https://rebelion.org/decolonialidad-y-sentido-de-la-produccion-de-conocimiento-social/

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Voces y narrativas migrantes: humanizando la deportación

Por: Guillermo Castillo Ramírez 

Entre la exclusión global y las movilidades humanas transfronterizas  

Las masivas migraciones irregularizadas y transfronterizas son uno de los rostros más fehacientes de los procesos de exclusión de la globalización, y se encuentran presentes en diversas regiones del orbe. Estas movilidades humanas, si bien han tenido un largo carácter histórico y han estado relacionadas a la expansión del capitalismo y del colonialismo en épocas previas, se han incrementado de manera notoria en años recientes, y son el resultado de diversos cambios estructurales de corte neoliberal y de dinámicas de integración económica regional y del libre mercado.

La globalización neoliberal, y sus procesos relacionados (acumulación de capital, incremento de la desigualdad, concentración de la riqueza, aumento de la pobreza, deterioro productivo en los países del sur, crisis económicas y contracción del mercado laboral y de la oferta de trabajo, entre otros), han sido la base de la producción de diferentes contextos de expulsión en diversos lugares del orbe que, desde hace décadas y año con año, expulsan a miles de personas fuera de sus hogares y comunidades, y los obligan a migrar a países (del norte global) en busca de mejores condiciones de vida. Y, sin duda, uno de los grupos de migraciones más numerosas, precarizadas y expuesta a diversos riesgos y peligros es aquella que, desde diferentes puntos de Latinoamérica (particularmente de la región Centroamericana), se dirigen a Estados Unidos (principalmente a través de la frontera norte de México).

Dentro de los sectores de la academia, las organizaciones sociales y la sociedad civil, estas migraciones han sido explicadas desde diferentes puntos de vista. Algunos de estos abordajes han enfatizado cómo estas dinámicas de movilidad humana están relacionadas a factores y marcos económicos, políticos, medioambientales, etc., destacando el carácter estructural y macro de estos procesos.

Hay también otras perspectivas que, desde marcos locales y micro, y desde visiones antropológicas y sociológicas, se centran en los individuos en movilidades transfronterizas. No obstante, si bien hay diferentes visiones centradas en las personas que migran (como las previamente mencionadas), son necesarios abordajes que, no sólo vuelvan más visibles y presentes las narrativas y diferentes historias de los migrantes, sino que lo hagan además en los propios términos de dichos sujetos sociales.

Humanizando la deportación: voces, testimonios y narrativas migrantes

En este contexto, el proyecto comunitario, bilingüe y binacional de humanizando la deportación es una clara apuesta por visibilizar y poner en el centro a los migrantes y sus vivencias ( http://humanizandoladeportacion.ucdavis.edu/es/ ). Se trata de un gran archivo digital, de acceso libre y gratuito, que cuenta con más de trescientos cortometrajes documentales de carácter narrativo y testimonial de diversos grupos de migrantes ( http://humanizandoladeportacion.ucdavis.edu/es/sobre-el-projecto/ ). Dicho proyecto inició en 2017, es coordinado por el Profesor Robert Irwin, y es un ejercicio de colaboración entre diferentes grupos de migrantes y varias universidades estadounidenses (UC Davis) y mexicanas (COLEF, U de G, UACh, ITSEM).

El eje del proyecto es la producción, edición, archivo y difusión de breves narraciones audiovisuales, que hagan posible a los migrantes describir sus experiencias e historias, y, sobre todo, desde sus propias voces y lenguajes narrativos. Este vasto archivo, cuyo eje son el registro de los testimonios de los migrantes (desde sus propias palabras y expresiones), tiene una variedad de temáticas: separaciones de núcleos familiares y sus diferentes consecuencias, rutas y travesías migratorias a través de las fronteras, deportaciones y sus repercusiones, irregularidades procesales en trámites migratorios, obstáculos y dificultades de los migrantes en los países de destino, criminalización y estigmatización hacia los migrantes en contextos fronterizos, entre muchas otras ( http://humanizandoladeportacion.ucdavis.edu/es/narrativas-de-migrantes/ ). El enlace de humanizando la deportación es: http://humanizandoladeportacion.ucdavis.edu/es/

En el contexto actual, este proyecto funge como dispositivo clave para mostrar, denunciar y visibilizar las experiencias de los migrantes (desde sus mismas voces) y los procesos de exclusión y violencia a los que se ven expuestos. Es un material de consulta muy útil, accesible y actualizado, tanto para activistas y académicos, como para el público general y grupos y organizaciones pro migrantes.

Guillermo Castillo, UNAM

http://unam.academia.edu/GuillermoCastilloRamirez

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Entre la absoluta desprotección y el abandono

Por: Guillermo Castillo Ramírez.

Para Balderrama, pensando que el mundo puede ser un sitios más justo e incluyente…

De acuerdo con estimaciones recientes de la Organización Mundial de la Salud, Estados Unidos se ha vuelto el centro de la pandemia a nivel mundial (con casi 600 mil infectados y más de 24 mil muertes). Y, según el sitio de noticias Democracy Now y en el contexto de que Nueva York es la zona más afectada por contagios y muertes, dentro de los grupos más afectados están los latinos y los afroamericanos. Esto es debido a tres grandes procesos: (1) por un lado, a la gran capacidad de contagio del virus (lo que explica amplia dispersión en EU y el mundo); (2) pero, en el caso de EU, a esto se ha sumado también el estructural y crónico deterioro, reducción y privatización de los sistemas de salud de estadounidenses, derivado de décadas de las políticas neoliberales y del libre mercado; finalmente, y como a la ha documentado Democracy Now y el New York Times, a la respuesta tardía, errática e ineficiente del gobierno de EU (caracterizada por la negligente e indiferente actitud del presidente norteamericano frente a la gran mayoría de la población).

EU es, además, desde hace décadas, uno de los países del norte global con mayor número de migrantes regulares e irregulares a nivel mundial. Los migrantes irregulares se cuentan por millones y juegan un papel clave en diversos nichos productivos de la economía de ese país, desde la agricultura, la construcción, la manufactura, hasta el sector de servicios (turismo, actividades de limpieza, tiendas, etc.). Estos migrantes no sólo fungen como fuerza de trabajo barata, flexible y altamente precarizada, sino que, al carecer de prestaciones y estar mal pagados y explotados, además incrementan notoriamente las ganancias de las empresas.

Desde años atrás, y en el marco del actual gobierno de EU, estos migrantes irregulares ya padecían una seria de procesos de violencia y exclusión (criminalización, redadas masivas, deportaciones, separación familiar y discursos y prácticas racistas), tanto por parte de instituciones gubernamentales, como de grupos nativistas xenófobos. Ahora, con la contingencia del COVID 19, su situación se ha vuelto a un más precaria en varios niveles [1].

  1. Por un lado, y como lo ha reportado La Jornada, al carecer de documentos migratorios y tener condiciones laborales parciales e incompletas, la mayoría de los migrantes irregulares (centenas de miles) no cuenta con acceso a servicios de salud y, en el contexto actual, están imposibilitados por recibir atención médica [2].
  2. Por otra parte, y en el marco de las medidas para contener la pandemia, periodistas de La Jornada han dado cuenta de cómo el proceso de aislamiento social y de suspensión de las actividades económicas significa la suspensión laboral temporal de millones de estos migrantes indocumentados. Especialmente afectados son aquellos que trabajan en actividades de construcción, manufactura, y servicios [3]. Ahora se han quedado sin el sustento con el que sobreviven.
  3. En cambio, hay otras centenas de miles de estos migrantes que realizan trabajos considerados “esenciales” y que están en clara situación de riesgo y exposición al contagio del COVID 19. Son los dedicados a las labores de jornaleros agrícolas (que son casi 2.5 millones), o los que trabajan en servicios de mensajería o de limpieza de sectores clave (hospitales, tiendas de víveres, etc.) [4]. Estos trabajadores están en una aguda indefensión frente al virus, no sólo porque siguen expuestos a contraerlo, sino porque además no tienen acceso a servicios médicos.
  4. Asimismo, el impacto de esta pandemia en EU tendrá efectos negativos y de larga recuperación para mucha gente y, en especial, para la población migrante [5]. Como resultado de la recesión económica que se avecina sobre el mundo y EU en particular, habrá contracción del mercado laboral y miles de estos migrantes irregulares perderán sus trabajos de manera definitiva, con lo que se incrementará más su situación de exclusión y vulnerabilidad socioeconómica.

Ahora, como antes de la pandemia, los migrantes indocumentados son de los grupos excluidos y olvidados.

Notas:

[1] https://www.jornada.com.mx/2020/04/11/mundo/024n1mun

[2] https://www.jornada.com.mx/ultimas/mundo/2020/04/11/migrantes-entre-las-mayores-victimas-del-covid-19-en-eu-9783.html

[3] https://www.jornada.com.mx/2020/04/11/mundo/024n1mun

[4] https://www.jornada.com.mx/ultimas/mundo/2020/04/11/migrantes-entre-las-mayores-victimas-del-covid-19-en-eu-9783.html

[5] https://www.jornada.com.mx/ultimas/mundo/2020/04/11/migrantes-entre-las-mayores-victimas-del-covid-19-en-eu-9783.html

Fuente del artículo: https://rebelion.org/entre-la-absoluta-desproteccion-y-el-abandono/
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Violencia y transgresión de los derechos humanos en centros de detención estadounidenses

Por: Guillermo Castillo Ramírez

“ … No podemos permanecer en silencio cuando los migrantes son deshumanizados y encerrados en prisiones con fines de lucro; cuando los niños son puestos en jaulas y denegado el acceso a jabón, cepillos de dientes, e incluso pañales; y cuando nuestros colegas y los trabajadores de derechos humanos son procesados ​​en tribunales federales (estadounidenses) por proporcionar alimentos, agua y refugio a personas necesitadas…. (Swanson, 2019)”.

En memoria de Carlos Gregorio Hernández Vázquez, quien falleció en mayo de 2019, en un centro de detención migratoria en Texas, Estados Unidos. A él, como a muchos otros migrantes, los mató el desprecio y la violencia de un gobierno racista.

Violencia, migración y racismo

En el actual contexto de migración irregular hacia Estados Unidos (EU), el racismo como política migratoria promueve la criminalización (social y legal) de los migrantes forzados (principalmente centroamericanos y mexicanos), y esto funciona como motor y justificación de serias y generalizadas violaciones de los derechos humanos de los migrantes; en especial esto acontece en los centros de detención de la border patroll y de ICE. En dichos centros de detención la situación es tan grave y hay una violencia generalizada y estructural tan acentuada, que varios migrantes menores de edad han perdido la vida en dichos lugares.

El racismo, caracterizado por ser un proceso de exclusión y violencia (por tipo físico y origen étnico nacional), se ha vuelto el eje de varias decisiones en materia migratoria. A esto hay que añadir que la violencia no sólo tiene un carácter extralegal y fáctico, sino también que la ley se ha vuelto un dispositivo de discriminación utilizado para institucionalizar la criminalización del migrante. Esto se da en el marco de la política de tolerancia cero del actual presidente de EU, que se ha distinguido en los últimos años por una creciente embestida caracterizada, entre otras medidas, por los intentos reiterados de construir/expandir el muro fronterizo, el crecimiento de ICE y la border patrol, la criminalización mediática y legal de los migrantes y el aumento de las detenciones al interior de EU.

Violaciones de derechos humanos en centros de detención en EU

Para el presente año, hubo un récord en el número de migrantes detenidos durante el actual gobierno de EU. De acuerdo con datos de la ONU, para el 2019 se registraron más de 100 mil menores migrantes detenidos en EU (la mayoría de ellos centroamericanos). Y a la fecha han sido separados de sus familias más de 5,400 niños migrantes, en el contexto de los más de 200 centros de detención migratoria que hay en EU. Las violaciones a los derechos humanos en dichos centros son variadas y pueden comprender desde la alimentación precaria (con frecuencia comida rancia y echada a perder), hasta la carencia de condiciones de higiene y aseo (no hay jabón, ni pañales, las duchas no son frecuentes, en muchos centros no hay no camas y son lugares muy fríos). Tampoco cuentan los migrantes detenidos con acceso a servicios médicos, ni son atendidas sus enfermedades previas o las ocasionadas ahí debido a las adversas condiciones de vida. Asimismo, se ha documentado que los migrantes no tienen acceso al procedimiento de petición de asilo, ni a asesoría jurídica.

No obstante, las agresiones más graves son las que tienen que ver con el abuso y maltrato físico, la separación de familias, la detención de niños y menores, y sobre todo la muerte de migrantes y niños migrantes en centros de detención, derivado de la falta de atención médica. Esto es resultado del desprecio generalizado y las agresiones hacia los migrantes.

Construcción sociopolítica de la violencia

Lo previamente descrito se produce debido a varias causas. Como lo han señalado autores como Hansen (2019), los centros de detención son y funcionan como cárceles de facto, y se distinguen por unas pésimas condiciones de vida para los detenidos. Eso es debido y justificado por la condición irregular de los migrantes. Lo anterior se deriva de una percepción estigmatizada de migrantes indocumentados (estimulada por el racismo y la desinformación), percepción que contribuye a la criminalización y a volver más rígidas/punitivas las leyes.

Además, esto acontece en contextos económico/políticos de privatización de los centros de detención, que últimamente se han distinguido por severas y estructurales deficiencias en el funcionamiento (esto con la finalidad de abaratar costos). Continuando con la línea de reflexión de Hansen (2019), a esto se suman las cuestionables políticas internas y externas de los centros de detención, que se caracterizan por no cumplir los estándares normativos básicos/indispensables, la no supervisión, la no transparencia y por estar sobrepoblados. Finalmente, tampoco garantizan las condiciones para la defensa legal y el reconocimiento de los derechos de los detenidos

Todo lo anterior, tiene impactos en las condiciones de vida de los detenidos. En el rubro de la salud, la situación física y mental de los detenidos es alarmante y deplorable, no hay atención médica, tienen malos alimentos y habitan en contextos antihigiénicos e insalubres. Las enfermedades y muertes de los migrantes han sido una prueba de ello. En lo psicosocial, la separación de las familias y los menores aislados y detenidos, detonan condiciones y daños psicológicos muy graves, que pueden tener repercusiones permanentes. Y en lo económico, buena parte de los detenidos son el principal sustento económico de sus familias en sus países de origen.

Medidas para reducir la violación de los derechos humanos

Frente a esta situación, es indispensable que:

1) Los centros de detención deben ceñirse a los marcos jurídicos y estándares prescritos por la ley. Esto implica de manera urgente y obligatoria el mejoramiento de las condiciones de vida de los detenidos.

2) Se debe disminuir la detención como política migratoria y fronteriza, hay otras alternativas para los migrantes irregulares.

3) Hay que detener la criminalización socio mediática, política y jurídica.

4) Se necesitan políticas migratorias diferentes, no de seguridad nacional y basadas en el racismo, sino políticas con un eje de seguridad humana.

5) Finalmente hay que reconocer el carácter forzado de la migración irregular. Los migrantes no son criminales, sino personas en precariedad expulsadas de sus países.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=263677

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