Por: Guillermo Oliveto.
Desde hace tiempo notamos que el salto entre la escuela media y la universidad es cada vez más pronunciado. Esto sucede, entre otros motivos, por dos cuestiones que considero principales: la poca o mala formación en ciencias duras como matemática, física o lógica, y la disminución o ausencia de lo que se llama la cultura del esfuerzo. Estudiar Ingeniería requiere de esfuerzo.
Por el contrario, cada vez más también, se observa la existencia de una suerte de problema social: la cultura del facilismo, la búsqueda de soluciones rápidas y sencillas, que atenta contra cualquier planteo de estudiar una carrera a la que, en principio, hay que dedicarle tiempo y, de nuevo, esfuerzo.
Al problema social que representa la pérdida de la cultura del esfuerzo, que de ningún modo pretendemos resolver desde la universidad, se suma la necesidad de fortalecer el sistema educativo nacional, de manera integral, para motivar el estudio de carreras científico-tecnológicas desde la escuela primaria y brindar en el nivel medio los conocimientos necesarios para garantizar la igualdad de acceso a la universidad.
En la actualidad, en nuestra Facultad crece el número de ingresantes de escuelas privadas respecto de los de escuelas públicas.
A medida que fue bajando la calidad de la enseñanza y el deterioro social comenzó a ser notorio en las zonas más vulnerables de la ciudad y el conurbano, la educación pública dejó de garantizar el acceso a la universidad, y por ende, la posibilidad de progresar, de soñar y alcanzar un futuro mejor gracias al trabajo y al esfuerzo. Y esto es preocupante para todos aquellos que luchamos por la igualdad de oportunidades, por la importancia que tiene y tuvo la escuela pública, con historias de personas que nacieron en la pobreza y pudieron salir de ella gracias a la educación.
Para revertir esta tendencia, las universidades pueden implementar una serie de acciones. Una de ellas es la elaboración de informes para trabajar en conjunto con aquellos colegios en los que se detectaban problemas comunes en el desempeño de sus alumnos en el examen de ingreso.
El objetivo de esta política es colaborar con estas escuelas para que ajusten sus métodos de enseñanza y, de este modo, aumenten el índice de alumnos que aprueben el ingreso. Otros programas, pueden centrarse tanto en apoyar a nivel educativo a los estudiantes de escuelas del estado que quieran ingresar a las universidades tecnológicas públicas, como en realizar un seguimiento de su desempeño a través de un sistema de tutorías. En nuestra casa llevamos uno adelante con muy buenos resultados en la incorporación de los aspirantes.
Por supuesto que hay mucho más por hacer y existen una gran variedad de recursos y estrategias que desde el sistema educativo podemos aportar. Lo urgente es comenzar a trabajar estas cuestiones, porque la educación es la pieza fundamental del desarrollo; todos los países que superaron sus propios paradigmas lo hicieron a través de la educación. Ahí está la clave. No hay más tiempo que perder.
Fuente: https://www.clarin.com/opinion/cultura-esfuerzo-universidad_0_HkoVViOfW.html
Imagen: http://3.bp.blogspot.com/-D2VIiMDp1Ls/Vczya6Xi0CI/AAAAAAAARqA/-Mq8f5frtE0/s1600/merito.jpg