Los educadores han asumido a través de los tiempos un rol fundamental, no solamente por su desempeño de la actividad pedagógica en pro de la formación de sus educandos, sino también como promotores sociales de las comunidades, lo que le han merecido respeto por las actividades desplegadas. Estableciendo un vínculo permanente con los estudiantes y los pobladores del perímetro circundante. En la memoria colectiva siempre hay el recuerdo de los que asumieron ese compromiso con esmero. En tal sentido, el proceso histórico hace referencia a destacados maestros de fama universal ,entre los cuales podemos señalar a : María Montessori, con el valioso aporte a la educación que a través los juegos, en que los niños investigan en su entorno y adquieren conocimientos; Lev Vigotsky a través de su gran legado en ayudar a mejorar los procesos de enseñanza mediante estudios basados en la neurosicología ,que permitieron determinar que el ambiente es un elemento clave en el aprendizaje; del mismo modo, John Dewey ,máximo representante de la llamada Escuela Nueva, en la que propone un método de aprendizaje basado en distintos ensayos, con el fin de incrementar las competencias necesarias para que los educandos sean capaces de resolver problemas
Desde esta perspectiva, en Venezuela sobresalen educadores que han marcado un trabajo tanto pedagógico como didáctico. Entre los que sobresalen en el siglo XIX: Simón Rodríguez, con su aplicación de un método de enseñanza para todos los educandos sin discriminación social “escuela para todos”, con el fin de que adquiriesen nuevos hábitos y nuevas relaciones sociales; Andrés Bello, formulaba un nivel de instrucción imprescindible e integral para todos los alumnos, con la finalidad de procurar la formación moral; Cecilio Acosta, concebía que un proceso pedagógico optimo era posible , mediante la evolución científica y tecnológica ,con el fin de establecer un pensamiento profundo y coherente, con el propósito de constituir conexiones significativas entre los conocimientos previos y nuevos. En el siglo XX, Luis Beltrán Prieto Figueroa, consideraba que la educación no es solo conservar los bienes y valores, sino promover el cambio, propiciar el progreso, que solo se realiza por el aprovechamiento de los elementos de las creaciones anteriores para crear cosas nuevas, bienes y valores nuevos (Prieto, 1990).Del mismo modo, encontramos al profesor Luis Bigott, con su pedagogía descolonizadora, con la finalidad de generar un pensamiento en los educandos para romper con un modelo educativo hegemónico neocolonial, mediante una enseñanza critica que libere de esos los vínculos del atraso por una sociedad más humano y solidario que preserve las culturas y no depender de los sectores de poder, dueños del capital.
A nivel regional también encontramos docentes que han dejado huella por su praxis en el proceso de enseñanza aprendizaje, sin que se haya estudiado a profundidad su acción pedagógica en forma sistemática. La historiografía hace referencia de abnegados maestros en diferentes localidades de la región guariqueña, entre los que podemos señalar: Ángel del Toro Moreno y Fernández durante el Periodo Colonial en Ortiz y otras ciudades de la región; en el siglo XX, los calaboceños Blas Loreto Loreto, Eduardo Viso Rodríguez; Alberto Isaac Padra, natural de Cazorla, de amplia trayectoria educativa en El Sombrero y distintas poblaciones de esta entidad llanera, al igual que Antonio Miguel Martínez en Santa María de Ipire ;del mismo modo, la gestión docente de Pròspero Infante Marrero en Altagracia de Orituco. Por tal motivo, es necesario profundizar la investigación educativa con el propósito de dar a conocer los valiosos aportes de muchos profesores esta ciencia aplicada, mediante un estudio metódico de su camino por la actividad pedagógica y no tratarla como una simple descripción cronológica de su actuación, sino dar a conocer sus herramientas o estrategias empleadas para facilitar la instrucción, y de esta manera estaremos exaltando el trabajo realizado por nuestros coterráneos , no solamente para esta región, sino también para toda la aldea global, tal como lo planteara Marschal Mc Luhan.
Uno de estos pedagogos que es necesario exaltar su eficiente labor, es el recién fallecido Jairo Luis Rivero, natural Camaguàn, Estado Guárico. La trayectoria realizada en el campo educativo es digna de ser se estudiada por los investigadores de las distintas áreas de formación educativa de esta entidad guariqueña a nivel universitaria, por sus grandes aportes al proceso de enseñanza durante su desempeño en Educación Básica, Media y Diversificada, así como también a nivel Universitario. Este hijo de Carmen Rivero emprendió su actividad profesional por la población Achaguas en el Estado Apure y luego el sur del Estado Guárico, en la unidades educativas pertenecientes a los municipios, San Gerónimo de Guayabal y Calabozo. Un ejercicio educativo ejemplar, tomando en cuenta la opinión de sus discípulos al conocer su deceso .El primer criterio en esbozado por estos, es el referente el buen manejo en la gerencia a asumiendo los estándares de calidad, en los cuáles resaltaron su alto grado de pertinencia social conjuntamente con el aspecto académico. Como buen llanero fue un profesor a carta cabal, no solo ejerciendo sus funciones profesionales, sino también consustanciado con el progreso de su región, por tal motivo estuvo muy vinculado con organizaciones sociales, como miembro activo del de Club de Leones entre otras organizaciones benéficas, para satisfacer las necesidades de las colectividades donde ejerció el noble trabajo de educar.
De igual manera este destacado educador, tomó el ejemplo de los grandes maestros camaguanenses Eligio y Elba Maluenga, así como también Ángel López, en dejar una honda huella en su desempeño docente con altos estándares de eficiencia y eficacia. En esta Primera Etapa de su larga trayectoria educativa por estas localidades donde ejerció la docencia: el buen manejo de las destrezas pedagógicas, necesarias en ser estudiadas a profundidad por los estudiosos de la investigación educativa local y regional. Jairo Rivero, no solo usó en su práctica los conocimientos adquiridos en su carrera docente en la Universidad Simón Rodríguez, sino que realizó constantes propuestas innovadoras de la praxis educativa, mediante información suministrada por sus discípulos en diversas tertulias a raíz de su desaparición física. Una de esas consideraciones objeto de un estudio, es la manera de trabajo en su gerencia de aula.
Su trabajo siempre estuvo circunscrito a la búsqueda de excelencia académica, desde su visión particular de enfocar el proceso de enseñanza, por tal motivo encontramos en su práctica educativa una serie de principios entre los cuales podemos destacar: la de tomar en cuenta todas las estrategias adecuadas para que sus educandos llegasen al conocimiento, con el firme propósito para que estos escolares fuesen capaces de ser unos entes transformadores a través del trabajo en equipo desde una formación integral. Para Rivero, en su actividad docente preponderó el manejo del proceso de aprendizaje con una caracterización particular, para este gerente de aula, no solamente bastase con realizar una buena planificación , organización de los contenido a desarrollar con el propósito de presentarlo y ejecutarlo ,sino también realizar una evaluación constante del proceso en el aula para ver los resultados con el fin de conocer las fortalezas y debilidades de sus educandos en el proceso de enseñanza ,a fin de buscar los correctivos .Esta fue la opinión que considera el ex decano del Área de Ciencias de la Educación en la Universidad Rómulo Gallegos , Estado Guárico , Jesús Contreras, que también fue su discípulo en esta misma institución de Educación Superior en varias cátedras. Del mismo modo, considera que tenía una habilidad para establecer una triada didáctica meritoria en los componentes de la acción educativa: facilitador, conocimiento y los educandos con un estilo propio.
La acción motivadora fue un recurso importante que utilizó permanentemente con sus educandos en la actividad docente este consagrado maestro guariqueño cuándo ejerció las diferentes unidades curriculares de formación en docencia universitaria en la región guariqueña , con el firme propósito en el caso específico futuro educador se interesase por tenerle pasión y afecto a esta carrera, a la que debían cumplir la misión de educar, al mismo tiempo exhortaba a sus discípulos a preparase bien para cumplir estos fines, por tanto, todas sus orientaciones y estrategias perseguían estos fines. Jairo Rivero no solamente se destacó por sus habilidades en el buen manejo en la gerencia de aula, con sus novedosas estrategias didácticas. Su buen desempeño como administrador en los diversos cargos de dirección que ocupó, dejando una honda huella en la administración educacional, tanto en los niveles de Educación Básica como a nivel Universitario, en la una Segunda Etapa de desempeño en el campo educativo venezolano.
Este gerente educativo, estableció una manera particular de conducir la organización escolar, específicamente en el manejo de los recursos humanos que estaban a su cargo; mientras que el educador brasileño Adalberto Chiavenato, hace énfasis en el talento humano como responsable del éxito de las organizaciones a través del capital intelectual que aportan, Jairo Rivero, consideraba también que el buen trato y una comunicación efectiva con el personal adscrito permitiría una mayor compenetración de los docentes en todas las actividades planificadas en la organización escolar. Además del establecimiento de canales de comunicación, permitirían crear un buen clima organizacional, por tal motivo, las relaciones cordiales y no punitivas, conduciría al óptimo cumplimiento de los fines y propósitos preestablecidos.
Para el profesor Gilberto Castillo, director de un centro educativo en Calabozo ,Estado Guárico , Jairo Rivero es motivo de admiración y ejemplo a seguir por la manera que ejerció el liderazgo en la actividad gerencial, destacando sus dotes de conciliador no solamente con el personal docente, sino también con los empleados administrativos , obreros y los miembros de la comunidad durante más de dos décadas en que administró los centros educacionales, con estándares de eficiencia y eficacia ,en lo que respecta al manejo los recursos humanos como materiales de los diversos centros educativos en que trabajó, fruto de su solida formación gerencial, adquirida en sus estudios en la Maestría en Gerencia Educativa ,donde pudo consultar y cotejar las diferentes teorías para crear manera particular de abordar la administración escolar. De igual manera la profesora Leída Ruiz, compañera de trabajo desde 1989 en la misma ciudad llanera por más de dos décadas, tanto a nivel de Educación Media y Diversificada y Profesional, así como también en el ambiente universitario, valoró no solo el profesionalismo de este docente; sino también como ser humano: serio, responsable, puntual, servicial, y sobre todo muy organizado. Siendo un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones al servicio de la educación de esta región de los llanos.
Por todas estas consideraciones son necesarias estudiarlas de una manera sistemática, tanto en su desempeño pedagógico como gerencial, por parte de los investigadores educativos con el firme propósito de difundir sus aportes a la ciencia educativa, de este hijo del llano guariqueño, que siempre estuvo a la altura para cumplir la noble misión de servir y enseñar a los ciudadanos. De esta manera estaremos contribuyendo con que el legado del profesor Jairo Rivero trascienda a través del tiempo.
Fuente: El autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación