Una nueva era educativa,

Por: Jorge Camacho Bueno.

Esta emergencia sanitaria ha planteado un reto a la comunidad educativa mundial. No se trata de ver cómo recuperaremos las clases perdidas; debemos abrir los ojos y darnos cuenta de que, de un día para otro, los colegios hemos entrado a una nueva era educativa.

Estas circunstancias ponen en riesgo la educación pública y privada del país; sin embargo, los colegios privados tienen diversos puntos de partida al implementar la educación a distancia y bien pueden brindar su experiencia a los colegios del Estado. El Minedu podría promover este intercambio de experiencias a través de redes de docentes, facilitando el trabajo colaborativo entre instituciones públicas y privadas.

Otras organizaciones vinculadas con el sector educativo también están colaborando con la educación a distancia. Por ejemplo, algunas editoriales han compartido con la comunidad educativa el acceso a sus libros digitales y Google ha liberado las prestaciones profesionales de su aplicación de videoconferencias a las instituciones educativas.

Estamos viviendo circunstancias inéditas, imprevistas y urgentes. Estas primeras semanas han sido de adaptación a esta nueva era de la educación, por lo que debemos valorar la cuota de sacrificio que están haciendo los profesores y las familias para adaptarse al estudio en casa. Para esto es necesario entender las diferencias entre educación a distanciaeducación virtual y educación online.

Para la primera etapa de suspensión de clases era suficiente la educación a distancia. En esta modalidad los profesores entregan materiales de estudio escritos, enlaces de recursos audiovisuales y los alumnos deben realizar los trabajos asignados y entregarlos en fechas definidas o cuando se reanuden las clases. Para la entrega usan el correo electrónico, el WhatsApp o aplicativos de comunicación. La educación a distancia permite que cada uno vaya a su ritmo y decida cuándo estudiar y hacer los trabajos. Esto requiere que los alumnos tengan mucha disciplina y una capacidad de autoaprendizaje desarrollada.

Al ser más prolongada la suspensión de clases, algunos colegios han optado por la educación virtual; plataformas web que contienen las indicaciones y clases del profesor donde los alumnos pueden descargar los materiales, subir sus trabajos, participar en foros entre alumnos y profesores, y rendir exámenes. La educación virtual suma a las ventajas de la educación a distancia el uso de Internet y todo lo que esto supone; pero sigue teniendo la limitación de ser más adecuada para alumnos autónomos, con conexión a Internet y acceso a un celular, computadora o tablet.

Un paso más en esta nueva era educativa es la educación online. Esta incorpora los beneficios de las anteriores y requiere que alumnos y profesores se conecten simultáneamente por videoconferencia. En esta clase el profesor puede compartir su pantalla a los alumnos, mostrarles una presentación, un documento o simular una pizarra para explicarles un tema. La diferencia esencial con respecto a las anteriores estrategias es la atención de los alumnos en tiempo real. Para esto hace falta organizar los horarios de clases y comunicar estos a las familias para que se conecten oportunamente.

Otro aspecto importante a tomar en cuenta es establecer, así como se hace en las clases presenciales, la normativa de convivencia online, por ejemplo: prender sus micrófonos cuando lo indique el profesor, hacer las preguntas escribiendo por el chat para no interrumpir, estar en un lugar apropiado para el estudio, no distraerse enviándose mensajes entre ellos durante la clase. Esta modalidad se adapta muy bien a alumnos de primaria y secundaria, pero requiere conexión a Internet de profesores y alumnos al mismo tiempo.

La educación es un derecho y el Estado tiene la responsabilidad de asegurarla a todos los escolares. La implementación de la educación a distancia en el país requiere creatividad, cooperación y solidaridad entre los sectores público y privado, de modo que ningún estudiante se quede sin la posibilidad de seguir educándose.

La educación básica regular quedará marcada por un antes y un después del coronavirus, que cual meteorito ha impactado el modelo educativo vigente.

Fuente del artículo: https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/una-nueva-era-educativa-jorge-camacho-noticia/

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Desafíos de la formación ciudadana

Por: Jorge Camacho Bueno.

 

“Debemos enfocarnos en la educación de los deberes, teniendo claro que los deberes de uno son los derechos del otro”.

Se adquiere la plenitud de derechos y deberes con la mayoría de edad, pero a ser ciudadano se aprende. La formación ciudadana no consiste solamente en colocar en el currículo nacional clases de educación cívica. Necesitamos incorporar en los colegios estrategias que permitan descubrir al otro. Solo así podremos unirnos en la búsqueda del bien común. La familia, los medios de comunicación, los políticos, las empresas, las autoridades y todos los que formamos parte de este maravilloso país tenemos un rol ineludible en la formación ciudadana.

A nivel mundial, el voluntariado se presenta como alternativa eficaz para que los jóvenes descubran al otro. Al respecto, el investigador Joseph Allen menciona: “Nuestros adolescentes modernos viven en un mundo en el que faltan significados o propósitos más amplios, y donde las posibilidades de hacer algo por los demás (o incluso por ellos mismos) son mínimas”.

Por otro lado, el académico Joel Westheimer distingue tres modos de ser ciudadano que no son excluyentes entre sí. El primero es aquel que cumple con sus deberes (no ensucia las calles, se detiene y cede el paso a los peatones que quieren cruzar por las líneas de cebra, paga sus impuestos, trabaja con responsabilidad buscando el bien de los suyos, etc.). El segundo es aquel que se involucra activamente con su comunidad. Y el tercero es el ciudadano que, ante una injusticia, propone alternativas de solución movilizando a otros.

En el campo educativo, si realmente queremos educar en ciudadanía, debemos hacer una ‘revolución copernicana’. Esta debe pasar por dejar de insistir en el enfoque de derechos y pasar al enfoque de deberes. El enfoque de derechos centra la atención en uno mismo, mientras el de deberes la centra en los demás. Si insistimos demasiado en los derechos, corremos el riesgo de formar ciudadanos pasivos e indiferentes, pendientes de que los demás resuelvan sus necesidades. Con ciudadanos así, la convivencia social se torna insoportable y lo único que permite entendernos es la coincidencia de conveniencias. Esta aparente unidad es tan débil que en el momento en que el factor que los unió ya no sea conveniente para alguna de las partes se dejará sin ningún remordimiento. Es el utilitarismo puro, donde las personas no valen por lo que son, sino por lo que aportan.

Debemos enfocarnos en la educación de los deberes, teniendo claro que los deberes de unos son los derechos de otros. De este modo, cada ciudadano tendrá a los demás velando por sus derechos. Así podremos pedir que la justicia exija a los demás que cumplan con sus deberes: como padres, hermanos, vecinos, estudiantes, ciudadanos, gobernantes.

Esto puede parecer muy romántico, pero si analizamos la vida de las corporaciones exitosas desde la perspectiva de poner primero a los demás, y luego a la propia empresa, veremos que las ganancias son consecuencia de la preocupación genuina por resolver (servir) los problemas y necesidades (reales) de los demás. En el momento en que el centro de la empresa son las ganancias y no el servicio, se arruina la compañía. No inmediatamente, pero sí a mediano plazo.

El enfoque de deberes no solamente es conveniente, sino también rentable. Somos seres incompletos que necesitamos de los demás. Nuestro país requiere que seamos capaces de elevar la mirada y dejar de pensar en el corto plazo. El bien común está por encima de la conveniencia personal y no tiene por qué estar en conflicto con el respeto a las demás personas.

“Nadie puede ser feliz sin participar en la felicidad pública, nadie puede ser libre sin la experiencia de la libertad pública, y nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse”, decía la filósofa y teórica política alemana Hannah Arendt. La felicidad personal se logra solamente buscando la felicidad del otro. El que se afana diariamente por buscar su felicidad nunca la encontrará, porque el hombre se realiza en el ‘tú’ y no en el ‘yo’. El genuino amor a la patria es, justamente, buscar el bien del otro.

Fuente del artículo: https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/educacion-civica-peru-fiestas-patrias-desafios-formacion-ciudadana-jorge-camacho-bueno-noticia-ecpm-660876

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Ser maestro hoy

Por: Jorge Camacho Bueno.

Ser maestro es una de las profesiones más apasionantes; tiene la virtud de mantenerte siempre joven, porque se renace año a año al recibir nuevos alumnos. Es un trabajo que nunca es el mismo y cuya mayor recompensa es ver convertidos, a los que una vez tuviste como alumnos, en hombres de bien.

En esta fecha tan especial, en que rendimos homenaje a los maestros, es preciso resaltar el valioso impacto en la sociedad que tiene su labor diaria en el aula. El maestro es el corazón de la escuela, quien con su conocimiento, aprecio y preocupación hacia sus alumnos va enseñándoles, día a día, a vivir en esa pequeña sociedad que es el aula. Allí un niño va aprendiendo a convivir con los demás; a comprender distintos caracteres y gustos; a cuidar el orden y limpieza del salón, los patios, y los baños; a proponer con respeto su punto de vista; a participar en las actividades escolares; a respetar las cosas de los demás; a pedir por favor; a agradecer.

El ritmo de vida que impone la sociedad de hoy está cargando sobre los hombros de los maestros aspectos que antes se aprendían en casa. El maestro además de ser bueno en su curso debe enseñar a sus alumnos modales al comer, a respetar las reglas, a saludar, a agradecer, a esperar su turno, a convivir sin violencia. Si queremos forjar una sociedad democrática, justa, segura, donde todos trabajemos por el bien común, debemos reforzar los cimientos. Las familias buscan paz y seguridad en el colegio, pero la escuela será el segundo hogar solamente cuando la familia sea la primera escuela.

Ahora no se puede plantear la formación en virtudes ciudadanas sin involucrar también a las familias. Los colegios organizan sus escuelas de padres porque se reconocen como una comunidad integrada por padres de familia, profesores y directivos, que deben estar unidos en un clima de confianza, trabajando armónicamente para formar a los ciudadanos que el Perú necesita.

Estos últimos años hemos visto con preocupación cómo la actividad educativa va perdiendo prestigio social. Cada vez menos egresados de secundaria desean dedicarse a la docencia. Para el 2021 se ha proyectado un déficit de 469.900 profesores en el sistema educativo. Esta cifra, según un estudio patrocinado por el Ministerio de Educación (2015), incluye los niveles de inicial, primaria y secundaria.

Por otro lado, la sobrerregulación de la actividad docente junto con la inseguridad y violencia en nuestra sociedad están llevando a que cualquier discrepancia sea ocasión de denuncia hacia el maestro y el colegio. Este alto riesgo hace que un maestro se inhiba de corregir o poner orden en clase, y se limite solamente a instruir, perdiendo el niño lo más valioso que puede recibir de su maestro: la formación socioemocional que le permitirá ser buen ciudadano. Esta formación socioemocional será posible solamente si en los colegios se cultiva un clima de confianza y respeto hacia el maestro.

“Educando ciudadanos para el Perú que queremos” fue el tema de CADE Educación de este año. Allí se abordaron diversos aspectos de cómo a través de la escuela se puede educar a los niños y adolescentes para que empiecen tomando conciencia de lo que es vivir en sociedad, colaboren con iniciativas de otros, y pasen luego a ser promotores de soluciones a algún problema de su comunidad. Es decir, ayudarles a salir de la indiferencia social, de la queja y lamento estériles, enseñándoles a involucrarse activamente en cambiar lo que tienen entre manos.

Esta mirada de algunos de los retos actuales de la profesión docente debe llevarnos a generar políticas e iniciativas que: motiven a los alumnos que terminan la secundaria a estudiar la carrera de pedagogía; promuevan la formación de las familias para que cumplan su rol de primeros educadores de sus hijos; y restauren el clima de disciplina y confianza que toda actividad educativa requiere.

Fuente del artículo: https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/maestro-dia-docente-minedu-educacion-hoy-jorge-camacho-bueno-noticia-ecpm-652854

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