Diálogos educativos.

Por: Juan Carlos Medrano Catorceno.

En el hogar como en la escuela se suceden situaciones vivenciales con alegría, entusiasmo, etc. y a veces otras amargas y angustiosas. Ahora compartimos un trocito de una historia que precisamente tiene que ver con las tareas escolares.

¿Qué significado educativo tiene la tarea y cuál su función formativa?

En opinión del pedagogo: “la tarea es un mecanismo desarrollado en la escuela tradicional que prohíbe la actitud crítica y creativa de los estudiantes, hay momentos formativos e instructivos que deben trabajarse en el aula y no así en la casa, porque es en este escenario que se ve y evalúa la evolución y progreso del alumno en determinados conceptos, habilidades, procedimientos y actitudes, hoy vivimos en el mundo el avance de las tecnologías, allí es donde la tarea resulta siendo un perjuicio para los estudiantes porque se les quita tiempo y espacio para sus actividades de interés personal y social, con la tarea se los mecaniza y se los encierra en una sola mirada cognoscitiva en determinados conceptos y habilidades”.

Desde el punto de vista psicológico: “las tareas hacen estudiantes con poca vida social y cultural en los aspectos emotivo, sentimental y físico biológico, ya que se pasan horas y horas en las aulas y con tareas, memorizando conceptos, procedimientos, habilidades y actitudes que asumen los docentes, hecho que ha producido que el niño se olvide de ser niño y el adolescente se olvide de ser adolescente, ahí viene la secuela de los adultos que quedaron frustrados y sin proyecto de vida”.

Desde la sociología: “las tareas tienen fundamento cuando estas van acompañadas de actividades que los estudiantes pueden y deben hacer en la sociedad, por ejemplo: practicar las relaciones humanas, practicar valores como la solidaridad, el compañerismo, la cooperación, encuentro tolerante, etc. O trabajar ayudando a los papás en los quehaceres de la casa, practicando lo que aprendió en la escuela como conocimientos y saberes que son valorados en la sociedad. Pero lo que ya no podemos permitir es que hagamos tareas para repetir lo que está escrito en los libros o textos, o mecanizarnos con determinados conceptos, reglas, normas o ejercicios hegemónicos”.

Desde la mirada antropológica: “las tareas no distinguen las diversidades culturales, las diversidades sociales, las diversidades de pensamiento de los estudiantes, la tarea tiene como propósito, homogeneizar la sociedad, sin reconocer la diversidad. Las tareas sirven a un pensamiento homogéneo que lo estamos superando, reconociendo la diversidad. Entonces habría que preguntarse ¿cuánto estamos creando y recreando de nuestras culturas en bien de los estudiantes y de la sociedad? ¿Cuánto de este mundo globalizado actualmente nos sirve para desarrollarnos como pueblos que tenemos nuestra propia identidad y que por años hemos mantenido un sistema de vida más armonioso, más fraterno, más humano, sin dañar a nadie y cuidando de aceptar al otro con sus debilidades y sus fortalezas?”

La escuela de nuestro tiempo tiene el reto: la educación debe servir para hacer felices a los niños y jóvenes de nuestra sociedad, debe servir para aprender a vivir con tolerancia y en la diversidad, para que tengamos nuestra propia identidad, ¡pero ante todo para ser más humanos!

Fuente: https://correodelsur.com/opinion/20160921_dialogos-educativos.html

Imagen:http://www.dialogosporlaeducacion.mx/wp-content/uploads/2014/11/cropped-dialogos3.jpg

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