Por: Juan Carlos Rodríguez
Es conocido que, por regla, general el rendimiento educativo de las mujeres es algo o bastante más elevado que el de los varones a lo largo de toda la enseñanza formal, lo que acaba manifestándose en que las primeras están, hoy, sobrerrepresentadas en la enseñanza universitaria. Su peso en este nivel educativo debería ser inferior al 50%, en correspondencia con su peso poblacional en las edades típicas de la enseñanza universitaria. Sin embargo, en España se sitúa en el 54% (y es todavía más elevado, un 58%, entre los titulados).
Alcanzar esa proporción ha supuesto un proceso de largo recorrido que se intensificó en los años sesenta y setenta, que moderó su ritmo en los noventa y primer lustro del siglo XXI y que en la actualidad parece estabilizado (véase gráfico).
Se trata de un fenómeno generalizado en los países desarrollados, aunque esa estabilización se dé a distintos niveles (algo más altos, por ejemplo, en los países nórdicos) y pueda, incluso, observarse un retroceso (por ejemplo, por una mayor propensión de los varones a cursar estudios universitarios).
Al intentar entender si esa estabilización es común a todos los ámbitos del conocimiento o la investigación, he acudido a la clasificación de estudiantes según la rama de la enseñanza de la titulación que cursan. Grosso modo, la denominación de las áreas o ramas de enseñanza en las fuentes oficiales permite, aparentemente, trazar series continuas desde 1982 hasta hoy. He calculado el porcentaje de mujeres en cada rama y he elaborado con esos datos el siguiente gráfico.
En apariencia, el peso de las mujeres estaría disminuyendo muy suavemente en los estudios técnicos y en las ciencias sociales y jurídicas, más acentuadamente en las artes y humanidades, y con más claridad en las ciencias de la salud y las ciencias (antes denominadas ciencias experimentales).
Me ha llamado la atención la notable caída en la rama de ciencias, de un máximo del 59% en 2003 hasta el actual 51%.
De nuevo, intentando entender qué podrían significar esas caídas, he comparado el porcentaje de mujeres en los llamados ámbitos de estudio (según la clasificación internacional ISCED), más pormenorizados que las ramas de enseñanza, y con las que no tienen por qué coincidir. Es necesario recurrir a esos ámbitos porque no podemos comparar titulación con titulación, dado la gran transformación en las titulaciones en la última década, al pasar, básicamente, de un esquema de licenciaturas y diplomaturas a uno de grados y másteres. He utilizado datos de los cursos 2008-09 y 2014-1015 porque son los que más se ajustan al periodo que interesa (y teniendo en cuenta que no hay datos anteriores por ámbitos de estudio).
La comparación se encuentra en el cuadro siguiente, que recoge los ámbitos de estudio más generales y los más específicos, generalmente agrupados. Como verán, los datos resultan un tanto sorprendentes, a la vista de las líneas descendentes del segundo gráfico.
En el cuadro, el recorrido temporal es inferior (6 cursos), pero deberían observarse algunos de los cambios antedichos. Más o menos, son coherentes con lo mostrado en el segundo gráfico: hay variaciones en los ámbitos que equivaldrían a las ramas de artes y humanidades, ciencias sociales y jurídicas, las ingenierías y, claramente, las ciencias de la salud. En este último ámbito, parece que está cayendo el peso relativo de las mujeres, sobre todo, en terapia y rehabilitación, pero también en medicina; esto último, de confirmarse, quebraría una tendencia de varias décadas. En el campo de las titulaciones técnicas, por tanto, confirmarían el estable peso femenino observable desde hace más de una década.
Por el contrario, la caída en ciencias, que debía superar los 5 puntos, prácticamente es inexistente (-1,2 puntos). De todos modos, aunque apenas cae el porcentaje global, sí está cayendo claramente el porcentaje de mujeres en los ámbitos agrupados en la categoría de ciencias, lo que, de representar una tendencia, apuntaría a un reequilibrio por sexos de cierto calado y que, de nuevo quebraría una tendencia de cierta duración. Mi mayor cautela al respecto deriva de que los cambios en las titulaciones habidos en los últimos tiempos quizá estén interactuando con las clasificaciones oficiales y dando lugar a imágenes que quizá no reflejen adecuadamente la realidad.
Sería interesante poder aclararse del todo acerca de la magnitud de esos (aparentes) cambios, pues, unidos a la estabilidad de la presencia de las mujeres en las carreras técnicas, se podría iluminar mejor la discusión pública y académica sobre la mayor o menor propensión de las mujeres a ese tipo de estudios, una de las más intensas en la temática de la relación entre género y estudios.
Sin embargo, me temo que, como muchas veces concluyen los artículos académicos, se trata de una cuestión que requiere más investigación.
Fuente: http://www.universidadsi.es/lo-mas-leido-unisi-las-mujeres-la-universidad-espanola-algun-dato-curioso/