La tan controvertida situación de dos maestras uruguayas que fueron despedidas días pasados de los colegios donde desempeñaban funciones por mostrar aspectos de sus vidas cotidianas, privadas, en las redes sociales nos lleva a relacionar lo sucedido con algunas temáticas literarias.
Si bien José Saramago expresó que “la literatura no ha cambiado un ápice la historia de la humanidad”, sí nos permite, sin embargo, reflexionar sobre nuestra condición humana. Desde la antigua Grecia sentimos las voces de las mujeres de Troya, las oímos gritar todo su dolor por no ser dueñas de sus cuerpos ni de sus decisiones, por ser esclavizadas, por no lograr el respeto de sus elecciones de vida. Entre Las troyanas de Eurípides, la figura de Casandra, que siendo una virgen sacerdotisa es elegida por Agamenón para ser su esclava y “secretamente servirle en su cama”, ejemplifica la vulneración de todos los derechos femeninos: al cuerpo, a la libertad de elección, a la libertad sexual. O el caso de Andrómaca (la fiel esposa de Héctor, uno de los héroes troyanos) que habiendo hecho todo lo que una “mujer ideal de su época” debía hacer, de todos modos, se ve condenada a servir de esclava de otro hombre que sólo la quería para tener hijos. Por supuesto, hablamos del siglo V antes de Cristo.
Mucho ha cambiado la historia, pero en nuestro siglo no es menos llamativa la escritura de Margaret Atwood, quien retoma los temas relacionados con las injusticias vividas por las mujeres. El abuso sufrido por no poder tomar decisiones libres sobre sus cuerpos es un tema recurrente en su literatura. Lo que más teme Atwood es “[…] lo que ocurre cuando alguien toma el mando y decide que las cosas serán mejor si se hacen a su manera”, como plantea Laura Fernández en su artículo de El País de Madrid del 30 de mayo de 2021.1 Esa cita es la base de su obra, no sólo de El cuento de la criada, sino de Los testamentos, también de Alias Grace e incluso de Penélope y las doce criadas: alguien toma el mando y decide sobre los derechos femeninos.
En las narraciones de esta autora canadiense contemporánea aparecen mujeres que no se conforman con su posición de oprimidas, sus historias recuperan prácticas sociales de resistencia y supervivencia. En Gilead, tierra de la protagonista de El cuento de la criada, a quien se le niega su identidad, incluso su nombre, para pasar a ser Offred (“de Fred”, nombre de su amo), se castigan y aterrorizan cuerpos femeninos predominantemente, para arrasar con las subjetividades que, entonces, se vuelven vulnerables, manipulables.
Otro factor esencial en este sentido es la desconfianza que todos los habitantes sienten entre sí: existe un sistema de espías que empuja a la inseguridad permanente frente a cada gesto, aun mínimo, de desobediencia. No existen las redes sociales en ese mundo distópico del futuro atwoodiano, porque es un mundo sin tecnología, aunque con “ojos” encargados de espiar y delatar a los “traidores”. Ojos que funcionan casi como nuestras redes, prontos a juzgar y controlar las vidas de los otros.
En el inicio de la novela todo es muy parecido a nuestro mundo actual, pero en su evolución genera la pérdida total de los derechos de las mujeres. Primero, pierden sus trabajos sin explicación; inmediatamente, el gobierno totalitario les cierra sus cuentas bancarias; y de ahí en más, el siguiente paso es la pérdida definitiva de la identidad, con esto se pierde la libertad e incluso la decisión sobre sus propios cuerpos.
Hemos asistido como espectadores al despido de dos maestras uruguayas por el único defecto de tener una vida privada compartida en redes y por defender sus ideas.
Dice Atwood en una entrevista, sobre esta novela, que no se escriben este tipo de libros para que lo ficcionado suceda, sino más bien lo contrario: “Los escribes deseando que nunca se hagan realidad”, como una especie de advertencia o alerta de lo que nos podría suceder. De todos modos, El cuento de la criada se ha hecho extremadamente popular porque las cosas en el mundo nunca han estado más cerca de la realidad que presenta el libro. Continúa diciendo la autora: “Una de las reglas que me marqué para escribir ese libro fue no poner nada que no esté sucediendo ya en algún lugar o que haya sucedido en algún momento”.
En la actualidad, nunca hemos resignificado la ficción literaria como en estos días, en los que hemos asistido como espectadores al despido de dos maestras uruguayas por el único defecto de tener una vida privada compartida en redes y por defender sus ideas.
El caso de estas docentes despedidas de sus funciones –repito: no por ejercer mal su trabajo, sino por tener un cuerpo, libertad sobre este y opciones sobre sus vidas privadas– recuerda que la distopía no ocurre sólo en la literatura, y podrá ser posiblemente inspiración atwoodiana o situarnos en un país que empieza a parecerse a Gilead.
Y además, por supuesto, toda distopía nos habla del presente. No hay más que mirar a nuestro alrededor y atender lo dicho, por ejemplo, por el consejero de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) Juan Gabito, quien expresó en un diario de circulación nacional que la docencia es un “estilo de vida”. ¿A qué se refiere con esto? ¿Al apostalado? Me recuerda el libro de didáctica que estudiábamos a fines de los 80, en el que se planteaba que las profesoras debían pararse frente al espejo y preguntarse: ¿estoy vestida para ir a un centro educativo o a una discoteca?
El consejero defendió el proceder de ambas instituciones educativas con el argumento de que “cuando una persona toma la decisión de ser docente, requiere formación profesional y actitud ante la vida y la comunidad”, lo que conlleva al control. ¿A cuánto estaremos de vestirnos como en El cuento de la criada, con caperuzas que nos tapen las caras y largos vestidos que escondan el cuerpo?
Y a todo esto, conviene recordar que los hombres acosadores de adolescentes que trabajan en la educación han sido expulsados sólo cuando la Justicia intervino.
Por varios días se reiteraron las protestas en Madrid y Barcelona contra la detención del rapero español Pablo Hasél, condenado a nueve meses de prisión y una multa de 30.000 euros por delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona de España. Para detenerlo la Policía ingresó el martes 16 de febrero a la Universidad de Lleida, en Cataluña, donde se había atrincherado. Su encarcelamiento fue repudiado por organizaciones como Amnistía Internacional y por las manifestaciones diarias que terminaron con decenas de heridos y detenidos. Barcelona, 17 de febrero.
Febrero 2021 | Saul Loeb, AFP
Richard Barnett fue uno de los partidarios del expresidente estadounidense Donald Trump que tuvieron más visibilidad el 6 de enero, cuando una multitud tomó por asalto el Capitolio para evitar que el Congreso ratificara la victoria electoral de Joe Biden. Llegó hasta la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y posó allí para los fotógrafos. El episodio terminó con cinco muertos y los congresistas evacuados del edificio.
Barnett fue también uno de los primeros en ser detenidos, cuando volvió a Arkansas. Está acusado de entrar de manera violenta a un edificio con acceso restringido, participar en disturbios y robar propiedad pública, en este caso, cartas que encontró en la oficina de Pelosi.
En sus redes sociales, Barnett, de 60 años, había defendido posiciones afines al supremacismo blanco y había dicho que estaba preparado para una muerte violenta.
Enero 2021 | Juan José Peralta / ABI / AFP
Después de unas 20 horas de debate, la Cámara de Diputados de Argentina aprobó el 11 de diciembre el proyecto de ley que legaliza el aborto hasta la semana 14 de gestación. Una multitud celebró frente al Congreso el resultado de esa sesión, que permitió que el proyecto pasara a consideración del Senado. Votaron a favor 131 diputados, 117 lo hicieron en contra y seis se abstuvieron. La iniciativa, identificada con los pañuelos verdes, ha sido un reclamo emblemático del movimiento feminista argentino.
Diciembre 2020 | Juan José Peralta / ABI / AFP
El domingo 8 de noviembre el economista Luis Arce y el dirigente sindical David Choquehuanca tomaron posesión de sus cargos como presidente y vicepresidente de Bolivia ante la Asamblea Legislativa Plurinacional, en La Paz. El evento marcó el retorno al poder del Movimiento al Socialismo, liderado por el depuesto presidente Evo Morales, luego de casi un año en que el país fue gobernado por un régimen de facto encabezado por la abogada Jeanine Áñez.
Noviembre 2020 | Martin Bernetti / AFP
Manifestantes a favor de una nueva constitución chilena festejan los resultados del plebiscito del domingo 25 de octubre en la Plaza Italia, a la que renombraron Plaza Dignidad. Un año después de que más de un millón de personas llenaran el centro de Santiago en el levantamiento social de 2019, los chilenos votaron para cambiar una constitución que fue aprobada en dictadura y que sustenta la desigualdad en el país. Más de 78% de los votantes se manifestaron a favor de iniciar un proceso constituyente, y 79% aprobó que la nueva constitución sea elaborada por personas elegidas para ese fin, en lugar de incluir también a legisladores actuales.
Octubre 2020 | Ernesto Ryan
La Marcha por la Diversidad fue convocada este año, el 25 de setiembre, con la consigna “Orgullo es luchar”. Esta edición fue la primera desde que llegó al gobierno una coalición que incluye en sus filas a representantes de los sectores más abiertamente contrarios a las políticas inclusivas.
Setiembre 2020 | Ernesto Ryan
A 26 años de la protesta del Filtro, se realizó una nueva marcha que reclama justicia por las muertes de Fernando Morroni y Roberto Facal. En 1994 el gobierno de Luis Alberto Lacalle accedió a extraditar a España a tres ciudadanos vascos acusados de pertenecer a la organización separatista armada ETA. En la noche del 24 de agosto la Policía realizó el operativo de traslado de los vascos que estaban internados en un hospital Filtro rodeado de miles de personas que se oponían a la extradición. Hubo muchos heridos y dos muertos: Morroni, tiroteado por la espalda con múltiples impactos de bala, y Facal, que fue hallado muerto en la entrada de su casa. En la foto, Norma, madre de Fernando Morroni, al finalizar la movilización, junto a integrantes del Colectivo de Acción Callejera.
Agosto 2020 | Ernesto Ryan
Francisco Bustillo y José Mujica en la sede de la cancillería, el 20 de julio, poco antes del discurso de asunción del nuevo ministro de Relaciones Exteriores. En ese discurso, Bustillo marcó un cambio en la política exterior respecto de su antecesor, Ernesto Talvi. Una de las definiciones del nuevo canciller fue la de calificar a Venezuela como una dictadura.
Julio 2020 | Ernesto Ryan
En plena emergencia sanitaria, 37 familias, integradas en su mayoría por migrantes dominicanos, han estado bajo amenaza de desalojo de la pensión en la que viven, en el barrio Aguada. Primero fueron engañadas, convencidas de que estaban comprando su habitación, después se les exigió un alquiler, y finalmente se les informó que debían irse. Les dieron fecha de desalojo para el 11 de mayo, y luego para el 21 de junio. La intervención del consultorio jurídico de la Facultad de Derecho permitió que el desalojo fuera suspendido.
En la foto, Carlos, Alexander, Soila, su hija Ailín y Marlene, al momento de enterarse de que no iban a ser desalojados.
Junio 2020 | Ernesto Ryan
Intervención organizada por Covipostal 4, en el cantero central de Avenida Italia, frente a la cooperativa de viviendas. Se sabía que esta vez la Marcha del Silencio sería atípica. Este 20 de mayo no era posible llevar a las calles, tal como los últimos 24 años, el reclamo de que se conozca la verdad sobre los desaparecidos y termine la impunidad. Pero esta marcha, una de las mayores movilizaciones del país, se reinventó y se llevó adelante de distintas maneras, con actos presenciales o mediante señales en ventanas y veredas, para mostrar que la distancia social no atenúa la memoria.
En un nuevo aniversario de los asesinatos de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo, William Withelaw y Manuel Liberoff, ocurridos en Buenos Aires en 1976, grupos de personas se reunieron para hacer distintas intervenciones utilizando los símbolos que por décadas identificaron a esta lucha.
Mayo 2020 | Mariana Greif
Romina Vergara y su hija en el merendero del asentamiento nuevo Comienzo, en santa Catalina, el lunes 20 de abril. La ocupación espontánea del predio comenzó a principios de enero, y en la actualidad unas 1.000 familias habitan allí. Algunos de los ocupantes enfrentan un proceso judicial por usurpación, a cargo del fiscal Diego Pérez, y son intimados a abandonar el lugar. La acción judicial comenzó en medio de la epidemia de coronavirus y motivó manifestaciones de los ocupantes frente a Presidencia de la República y el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio ambiente. Los vecinos llevan adelante una olla popular, hacen obras para asegurar el suministro de agua y construyen un salón comunal.
Abril 2020 | Ernesto Ryan
Barrio Punta Carretas, cerca del shopping, el 18 de marzo. Cinco días antes, el viernes 13, el gobierno declaró la emergencia sanitaria, tras detectarse los primeros cuatro casos de coronavirus SARS-Cov-2 en Uruguay. Se suspendieron los espectáculos públicos, y ese fin de semana también fueron suspendidas las clases en escuelas, liceos y universidades.
Marzo 2020 | Mariana Greif
Comparsa Tronar de Tambores en el Desfile de Llamadas, el viernes 14 de febrero de 2020.
Febrero 2020 | Ernesto Ryan
Entre el 11 y el 19 de enero, el Encuentro Internacional de Músicos Jazz a la Calle copó, en su decimotercera edición, la ciudad de Mercedes. En la imagen, el espacio Manzana 20, uno de sus epicentros.
Enero 2020 | Alejandro Pagni
Durante la ceremonia de traspaso de mando en Argentina, el 10 de diciembre, el nuevo presidente, Alberto Fernández, el saliente, Mauricio Macri, y la ex jefa de gobierno Cristina Fernández, que asumió la vicepresidencia, se encontraron en el Congreso. El gesto de ella ante el saludo de Macri fue una de las imágenes más comentadas de la asunción. Algunos se indignaron por el desplante y otros defendieron la actitud de la ex presidenta. Uno de los políticos más cercanos a la dirigente, el senador Oscar Parrilli, dijo que “es una de las principales virtudes de Cristina que no sea hipócrita”.
Diciembre 2019 | STR
“Estoy renunciando para que mis hermanas y hermanos, dirigentes, autoridades del Movimiento al Socialismo [MAS] no sean hostigados, perseguidos, amenazados. Lamento mucho este golpe cívico”, dijo el presidente de Bolivia, Evo Morales, el domingo 10 de noviembre, tras denunciar que la casa de su hermana había sido incendiada. Pocas horas antes había anunciado que llamaría a nuevas elecciones. Los resultados de los comicios del 20 de octubre, que lo dieron ganador, habían sido cuestionados, y esta situación originó una serie de violentas manifestaciones populares. Sin embargo, el jefe del Ejército, Williams Kaliman, le “sugirió” al presidente que dimitiera. Las protestas continuaron tras la partida de Morales a México: en la imagen se ve cómo la Policía arresta a partidarios del MAS en una manifestación en contra de Jeanine Áñez, la senadora que asumió como presidenta de facto.
Noviembre 2019 | Martín Bernetti
Después de una suba en el precio de boleto del metro y de varios días de que usuarios evadieran el pago como medida de protesta, el 18 de octubre estallaron en Chile manifestaciones masivas, que incluyeron la destrucción de infraestructura en varias estaciones e incendios en distintas partes de Santiago. El servicio de metro fue suspendido y el presidente chileno, Sebastián Piñera, decretó el estado de excepción en el área metropolitana y encomendó al Ejército el patrullaje de la capital. El toque de queda y la decisión del gobierno de suspender el alza en el precio del boleto no fueron suficientes para terminar con las protestas, que revelaron tener razones más profundas.
Octubre 2019 | Saul Loeb
El 24 de setiembre el Partido Demócrata estadounidense anunció, a través de su líder en el Congreso, la senadora Nancy Pelosi, que iniciará el proceso de juicio político contra Donald Trump, presidente de ese país. La decisión es consecuencia de la divulgación de una conversación telefónica en la que Trump solicitó a su par ucraniano, Volodímir Zelenski, que investigara los negocios en Ucrania del hijo de Joe Biden, ex vicepresidente de Estados Unidos y actual precandidato presidencial demócrata. En la imagen, Trump y Zelenski (al centro) conversan durante una reunión en Nueva York, el 25 de setiembre, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Setiembre 2019 | Lula Sampaio
Ya perjudicados por la deforestación, los bosques del área son vitales para la regulación climática de América del Sur, e incluso del planeta entero. Por eso, la política medioambiental del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibió duras críticas de gobernantes de todo el planeta.
Especialmente fuertes fueron las expresiones de Emmanuel Macron, el mandatario francés, que fue anfitrión de la cumbre del G7 desde el 24 al 26 de agosto, quien llegó a amenazar con vetar el acuerdo Mercosur-Unión Europea si Brasil no aborda la protección de la zona amazónica. Finalmente, el gobierno brasileño dispuso la movilización del Ejército y la Fuerza Aérea para apagar los incendios, al tiempo que la comunidad internacional liberó diversos mecanismos de ayuda. En la imagen, una zona próxima a Boca do Acre, en el estado de Amazonas, el 24 de agosto.
Agosto 2019 | STR
El 17 de julio, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, le trasladó la presidencia pro tempore del Mercosur a su par brasileño, Jair Bolsonaro, durante la cumbre del organismo en Santa Fe. El tema más notorio del encuentro fue el acuerdo comercial celebrado entre la Unión Europea y el Mercosur, que debe ser ratificado por varios de los países miembros de los bloques.
Julio 2019 | Evaristo Sa
El 9 de junio, el sitio The Intercept comenzó a publicar una serie de investigaciones basadas en conversaciones reservadas entre ex juez Sérgio Moro y los fiscales de la Operación Lava Jato. El trabajo periodístico muestra que Moro no actuó con imparcialidad en el caso por el que se condenó a Lula, y que existió la intención de dejarlo fuera de la competencia electoral. Gracias a la investigación, la defensa del ex presidente comenzó a trabajar en nuevos argumentos para solicitar su liberación, al tiempo que Moro, devenido ministro de Justicia en el gobierno de Jair Bolsonaro, ha debido justificar su accionar, mientras se desdibuja su imagen de luchador contra la corrupción. En la imagen, Moro comparece ante la Comisión de Justicia y Constitución del Senado en Brasilia, el 19 de junio. Foto: Evaristo Sa, AFP.
Junio 2019 | Ricardo Antúnez
Como ocurre desde 1996, el 20 de mayo miles de uruguayos marcharon por 18 de Julio en reclamo de verdad y justicia sobre las desapariciones ocurridas durante la dictadura cívico-militar. Este año se anunció la reapertura de la causa judicial de Roberto Gomensoro, muerto en 1973. Su caso volvió a ocupar la atención pública tras la vuelta a la escena del teniente coronel retirado José Gavazzo, quien admitió haber arrojado su cuerpo al río Negro. Foto: Ricardo Antúnez.
Mayo 2019 | Ricardo Antúnez
El comandante en jefe del Ejército, Claudio Feola, junto a Tabaré Vázquez, durante la ceremonia de asunción del cargo, el 8 de abril. Feola fue el tercer general en asumir la jefatura del Ejército en un mes. El 1º de abril, el presidente Vázquez había descabezado a la cúpula militar por no haber dado pase a la Justicia ordinaria los casos de violaciones a los derechos humanas confesados por José Gavazzo en un tribunal de honor. El entonces comandante en jefe del Ejército, José González, llevaba 12 días en el cargo, que ocupaba tras la destitución de Guido Manini Ríos, ocurrida el 12 de marzo y relacionada con su postura respecto del mismo tribunal de honor.
El panorama sin precedentes que estamos viviendo encontró como su mejor aliada a la tecnología, y esta se ha infiltrado en el mundo del trabajo, provocando, por un lado, una mutación organizativa en las empresas a partir de la proliferación del teletrabajo; y, por otro, la pandemia agudizó el fenómeno del trabajo en plataformas, que irrumpió hace un tiempo como un nuevo modelo de negocios y que en el contexto actual se ha transformado en uno de los protagonistas.
La razón es obvia: el latente riesgo de contagio, sumado a las restricciones y otras medidas anunciadas por el gobierno, han provocado un aumento del tiempo en que las personas permanecen en sus hogares, y este tiempo ‒precisamente‒ se ha convertido en el horario laboral de los repartidores, que trabajan contrarreloj para entregar pedidos que van desde comida elaborada hasta productos básicos de supermercado o farmacia.
Estos trabajadores, envueltos en la ilusión que prometen las empresas de plataformas de ser “tu propio jefe”, “generar ingresos extra” y de ser parte de una “experiencia increíble”, viven una realidad muy distinta, ya que de libertad y autonomía en la prestación del servicio hay poco, y de condiciones precarias de trabajo hay bastante.
El esquema organizativo utilizado por estas empresas les permite aprovecharse del trabajo de otros, controlarlo, pero sin tener que asumir las obligaciones típicas de cualquier empleador. Por esta razón a los trabajadores los llaman “socios”, ya que los vinculan a través de formas que no son las de empleo dependiente o asalariado, bajo la premisa de que “puedes decidir cuándo conectarte y cuándo disfrutar tu tiempo libre”. Pero si se mira la realidad bien de cerca, ocurre que cuando estos trabajadores efectivamente deciden conectarse y ponerse a disposición de la empresa para prestar sus servicios, pierden la autonomía y el control de su propia actividad laboral, para ponerse bajo el control y dirección de la empresa.
Este poder y control ejercido por la empresa y la situación de sujeción en la que queda el trabajador justifican la necesidad de su protección a través de las normas laborales; no obstante, se los marginaliza.
En este sentido, el activo que podría tener esta modalidad en cuanto a derribar las barreras de acceso al empleo, complementar los ingresos o permitir la autonomía e independencia necesaria a los trabajadores para poder disponer libremente de su tiempo y así conciliar el trabajo con la vida familiar o personal, queda opacado ante la precariedad que la caracteriza, ya que el trabajo se diseña de forma tal que los repartidores o conductores quedan sometidos a una exagerada expansión del tiempo de trabajo, con largas jornadas y plena disponibilidad. Obtienen bajas remuneraciones y hay una sujeción intensa al empleador digital para que dirija y controle la prestación del servicio; y no se considera la salud y seguridad del trabajador.
El motivo detrás de esta forma de trabajo podría sospecharse. En una economía basada en la flexibilidad, la deslocalización, la reducción de costos y la maximización del beneficio, las obligaciones que se imponen desde el derecho del trabajo (como la limitación de la jornada, el pago de horas extras, descansos, etcétera) y la inserción del vínculo en un ámbito de tutelas en donde la libertad de las partes para acordar lo que quieran tiene un espacio reducido (lo cual es razonable si se considera la situación de desventaja en la que se encuentra el trabajador), hacen que el trabajo dependiente y asalariado sea costoso y poco atractivo como fórmula de vinculación.
Frente a esta situación, se ha abierto un extenso debate sobre cómo ordenar estas prestaciones de servicios realizadas a través de las plataformas digitales, y si bien en Uruguay han existido algunas acciones, estas resultan insuficientes y parciales, ya que se han centrado en aspectos tributarios o en soluciones a nivel departamental (y sólo para el caso de plataformas que brindan servicio de transporte a pasajeros), o en la presentación de un proyecto de ley que ‒además de ineficiente‒ quedó en el camino. En definitiva, en la actualidad no se terminan por adoptar acciones concretas y robustas en beneficio y respaldo de los trabajadores ante este complejo escenario en donde se entorpecen los mecanismos de protección que ‒desde principios del siglo XX en nuestro país‒ permitieron la estabilización del trabajo y lo hicieron más seguro.
Si bien esta realidad de trabajo mal protegido y atípico se reitera en los sistemas legales de otros países, de a poco se vislumbran soluciones normativas que integran a estos trabajadores a la protección que otorga el derecho del trabajo por distintas vías: o bien señalando que los trabajadores podrán ser considerados asalariados si se cumplen condiciones tales como la prestación del servicio bajo subordinación y dependencia (como en Portugal, Italia, Francia o en el estado de California); o bien diseñando una regulación especial (como se debate actualmente en el Congreso chileno).
Ante esta realidad cargada de falta de orientación política y legal que establezca una dirección determinada, el rol del ámbito judicial ha sido crucial, ya que es en este espacio en donde varios trabajadores han encontrado una vía para canalizar sus reclamos. Así, la actividad judicial sobre la calificación de laboralidad del trabajo prestado en plataformas es, en la actualidad, numerosa en varios países, y aunque no es unánime, tendencialmente predominan las decisiones que sostienen la condición de asalariado subordinado del repartidor o conductor. Un ejemplo de ello es Uruguay, ya que el año pasado la justicia zanjó ‒para el caso concreto‒ este debate sobre la naturaleza de la relación entre un conductor de Uber y la empresa, a favor de la laboralidad del vínculo.
En el contexto actual, en que el empleo escasea y nacen fenómenos llamados a transformar el modelo de producción y las relaciones laborales, se hace ineludible revisar en forma crítica las exigencias que estas formas de trabajo ‒enmarcadas en el capitalismo digital‒ ponen sobre los trabajadores.
El trabajo en un lugar o en un horario determinado ya no alcanza, cada vez se avanza más hacia la conquista de tiempos que antes quedaban bajo el gobierno del propio trabajador, y esto se hace bajo pretexto de una supuesta autonomía que en los hechos no es tal, lo que conlleva a dejar a este colectivo en la periferia de la protección.
La gran tarea pendiente es cómo se regula esta situación. Evidentemente, hacen falta acciones concretas que amparen y tutelen la actividad de este tipo de trabajadores. No obstante, no faltan las voces que ‒unidas a un discurso idealizado sobre las virtudes de este tipo de negocios‒ consideran aceptable una reducción de las medidas protectoras para poder atender los requerimientos de flexibilidad que el propio mercado reclama.
Lo cierto es que, mientras se siga en esta línea de falta de definición, seguiremos envueltos en las narrativas empresariales que insisten en ofrecer una forma de trabajo “independiente” como una experiencia para vivir al máximo la ciudad, que no hacen otra cosa que romantizar el éxito de este tipo de modelo de negocios, olvidando que la otra cara muestra la precaria situación de los trabajadores que desde abajo lo sostienen.
Andrea Rodríguez Yaben es abogada especialista en Derecho del Trabajo.
La crisis de la covid-19 ha puesto en evidencia el grado de complejidad e incertidumbre detrás de los principales desafíos que debemos afrontar como sociedad, que afectan simultáneamente a las personas, los hogares, los barrios y las instituciones, así como a todos los procesos que sostienen la vida en el planeta.
Aceptar la incertidumbre
Sin duda vivimos tiempos inciertos. Los casos confirmados de enfermedad por coronavirus a nivel mundial superan los 2,6 millones y las muertes registradas superan las 180.000,1 pero ¿cuáles son las tasas reales de infección, mortalidad y reinfección? No lo sabemos. Desconocemos cuál es el período de incubación y de infectividad antes de que aparezcan los síntomas. Tampoco sabemos cuáles son las dimensiones estacionales de la enfermedad. Tenemos pocas pistas sobre la especificidad de la enfermedad para ciertos grupos de población. No sabemos aún si puede producirse una reinfección o si es posible adquirir inmunidad colectiva. Ni siquiera conocemos cifras cruciales para la epidemiología, como el número R0 (la cantidad de infectados nuevos a partir de un solo caso), la tasa de mortalidad, o los vastos rangos posibles.
Estos desafíos presentan interrogantes relevantes. ¿Están nuestras sociedades equipadas para incorporar y responder en contextos de considerable incertidumbre?, ¿podemos aprender sobre cómo abordar estas situaciones? Ante la necesidad de tomar decisiones, ¿cómo han de ser los modelos de gestión para superar la prevalencia de la perspectiva mecanicista y fragmentada y que estos incorporen aproximaciones sistémicas? ¿Cuáles son las prácticas, estrategias y arreglos sociales y políticos que permiten dar respuestas adaptativas, flexibles y experimentales ante la incertidumbre, generando confiabilidad en tiempos turbulentos? ¿Cómo es posible superar el nivel de ansiedad general y, especialmente, a nivel personal, día tras día?
Pluralidad de conocimientos y anticipación estratégica
En un entorno complejo e incierto, de cambios rápidos y profundos, necesitamos desarrollar capacidades de anticipación estratégica, en todos los niveles. Ello implica saber avanzar en el tiempo hacia lo que podría suceder en el futuro manteniendo la intuición para poder actuar con rapidez. Esta capacidad requiere poseer conocimiento sobre el tema y sobre el contexto socioeconómico y cultural, así como el desarrollo de un análisis de diferentes escenarios posibles.
Como afirma Jorge Wagensber, la complejidad y la incertidumbre son constantes de nuestras vidas; nos parece que todo es azar y el cambio nos provoca miedo. Sin embargo, el conocimiento, más específicamente diferentes tipos de conocimientos, es un instrumento que combate sistemáticamente el miedo y, su búsqueda (anticipación) nos permite comprender la complejidad. Al entender la complejidad, podemos actuar (acción) y, en consecuencia, reducir la incertidumbre.
La relevancia de la pluralidad de conocimientos que requiere el abordaje de la complejidad implica ir más allá de los tipos de conocimiento reconocidos y avanzar hacia la integración de saberes múltiples, muchos de los cuales parten de lugares que trascienden la razón. Esto implica avanzar hacia el reconocimiento de capacidades y sabidurías que existen y se reinventan constantemente en los diferentes grupos humanos. Significa reconocer la capacidad de adaptación e imaginación de las personas para afrontar sus desafíos diarios, ejemplos que son particularmente visibles en diversas iniciativas que se llevan a cabo actualmente en todo el planeta. Se trata, en muchos casos, de volver a hacer posibles, y hasta “normales”, ideas o estrategias que antes eran impensables. Decenas de miles de personas se han unido a los esfuerzos comunitarios para cuidar a los más vulnerables de la sociedad al ofrecerse como voluntarios para comprar, entregar medicamentos e incluso ofrecer lecciones de música para contrarrestar el aburrimiento (por ejemplo: Covid-19 Mutual Aid UK).
En América Latina han surgido iniciativas solidarias como Frena la Curva, “una plataforma ciudadana de voluntarios, emprendedores, activistas, organizaciones sociales, makers y laboratorios de innovación pública y abierta” que llama a toda América Latina a “canalizar y organizar la energía social y la resiliencia cívica frente a la pandemia de la covid-19”. En Uruguay, el portal Involucrate,2 iniciativa convocada por el Fondo para Emprendimientos Solidarios, lanzó la campaña Corona Solidaria, que reúne en un mismo sitio todas las iniciativas solidarias en nuestro país.
Estos ejemplos muestran que las pandemias también se superan por medio de formas locales de autoorganización centradas en la solidaridad, la ayuda mutua y la innovación social basadas en entornos particulares. En vez de recurrir a la paralización y las estrategias verticales, de arriba hacia abajo (como diría Albert Hirschman en su libro Salida, voz y lealtad), la opción es la voz, la solidaridad colectiva en lugar de la salida, el miedo y el confinamiento en el repliegue hacia lo individual. Por tanto, es necesario que los modelos científicos, los planes de emergencia y las estrategias y decisiones político-económicas trabajen con tales procesos, en muchos casos tomándolos como base, en otros, para explorar y definir rutas de acción adecuadas y efectivas. Las respuestas a las enfermedades deben basarse en el conocimiento científico, pero deben ser dirigidas por y para las personas.
Ventanas de oportunidad para salir a danzar
Esta crisis, al igual que cualquier otro impacto, constituye un gran desafío, pero también una ventana de oportunidad que brinda la posibilidad de cuestionar nuestras ideas de “normalidad”, a la vez que permite imaginar nuevas configuraciones de vida, como nos recuerda el futurólogo paquistaní Sohail Inayatullah.3 Esto requiere capacidades que todos tenemos potencialmente, pero que no todos logramos desarrollar dada la cosmovisión predominante del mundo como uniforme y cuantificable, y su predominio sobre otras formas de comprensión y aprendizaje. Como un tipo de sabiduría particular, la capacidad para transitar la incertidumbre requiere abandonar los determinismos e ir más allá de la pura razón. Demanda un ejercicio constante de experimentación, ensayo y error. También la concepción y articulación de alternativas de vida que puedan basarse en nuestras experiencias pasadas, conocimientos ancestrales, habilidades manuales, emociones, creencias y valores, así como explorar la considerable diversidad de respuestas que emergen en diferentes contextos sociales, económicos y culturales.
En términos económicos, por ejemplo, implica dejar de medir el bienestar humano usando el Producto Interno Bruto, una de las principales preocupaciones que aparecen en los medios. Como hemos visto, el bienestar no se asegura solamente por el desarrollo económico, sino que existen otros aspectos a cubrir y que no son completamente medibles, como el nivel de felicidad, la salud mental y emocional, la inclusión y el sentido de pertenencia. Incluso, la medición de algunas variables, como el estado nutricional de una persona, se expande en direcciones que muchos no estaban considerando, como la elección de alternativas externas al mercado, por ejemplo, personas que se han abocado a plantar, criar animales o cocinar. Este tipo de transformaciones permite pensar que las empresas y los estados puedan cambiar los modelos de objetivos de triple línea de base (social, económico, ambiental) por otros que consideren un cuarto pilar vinculado al propósito y a las motivaciones, los aspectos que les dan sentido a las estructuras y sistemas que tenemos en marcha como sociedad.
Soltar la tensión y abandonar la idea de que el mundo puede ser previsible o controlable por nuestra sola voluntad es un paso primordial para bajar el nivel de ansiedad social que experimentamos día a día.
Esta capacidad requiere flexibilidad, capacidad de observación, apertura para cuestionar las raíces de nuestras ideas y visiones, los mitos que determinan qué es lo que entendemos como problemas, y qué vemos cómo posibles soluciones y alternativas. Esta es la postura defendida por varios teóricos del campo de la prospectiva. Si dejáramos de pensar en la situación actual como una “batalla contra el coronavirus”, entonces sería posible imaginar este proceso como una pieza de baile. Como nos recuerda Donella Meadows, ante la complejidad de los sistemas y elevados niveles de incertidumbre, lo que debemos hacer es aprender a danzar, en lugar de tratar de controlar lo incontrolable. Soltar la tensión y abandonar la idea de que el mundo puede ser previsible o controlable por nuestra sola voluntad es un paso primordial para bajar el nivel de ansiedad social que experimentamos día a día. No en vano, diferentes culturas y filosofías ancestrales han comprendido esto de diferentes formas, desde el aceptar el presente hasta fluir con los procesos. Esto no significa que haya que adoptar una posición pasiva; al contrario, esta actitud requiere dinamismo, es decir, recalcular, ajustar la dirección y buscar el equilibrio de manera constante. Todas nuestras acciones forman parte del todo y, en ese sentido, todos participamos en esta gran pista de baile. La danza implica una serie de habilidades, como la racionalidad y el conocimiento, pero también intuición, compasión, visión y moralidad. Es decir, requiere el cultivo de la sabiduría, un proceso de aprendizaje constante, que estará determinado por varios factores: la naturaleza cambiante de la situación, cómo nos sentimos, qué podemos hacer, en qué necesitamos ayuda, qué podría funcionar, qué ha fallado, con quiénes necesitamos colaborar y a quiénes estamos excluyendo.
Actualmente, en los distintos ámbitos existen muchas iniciativas, ideas, propuestas, soluciones, políticas y proyecciones, que en algunos casos son contradictorias, lo que genera confusión. Sin embargo, muchas de ellas también nos dan esperanza al mostrar que existen varios caminos posibles, que las soluciones son diversas y que todos podemos colaborar. De hecho, la inacción es una postura en sí misma; indica dónde nos ubicamos en este gran baile. Ante tanta complejidad e incertidumbre, una forma de discernir es hacer un viaje al futuro para imaginarnos allí, o imaginar a nuestros hijos y nietos. Pensar en cómo deseamos que sean sus vidas, sus mundos, nos permite entender con mayor facilidad qué estamos haciendo hoy (o no) para que esas visiones puedan hacerse realidad. El desarrollo de estas capacidades nos permite sembrar en el presente las semillas del futuro. De esto trata la anticipación estratégica; un proceso de aprendizaje y exploración necesariamente colectivo, que trasciende las concepciones de la ciencia normal y los procesos de toma de decisiones lineales, rígidos y no participativos. Navegar una transición como la actual es un proceso transformador a nivel personal, de nuestras comunidades y de todos los sistemas planetarios. En este contexto, es recomendable participar activamente en el proceso y entender que todos somos artífices de este proyecto colectivo que requiere apertura, humildad, paciencia y optimismo.
Cristina Zurbriggen y Silvana Juri integran el Instituto Sudamericano para Estudios sobre Resiliencia y Sostenibilidad (SARAS, por su sigla en inglés).
Citas y lecturas recomendadas
Hirschman, A. O., & Suárez, E. L. (1977). Salida, voz y lealtad: respuestas al deterioro de empresas, organizaciones y estados. Sección de obras de economía.
Inayatullah, S. (2011). “World futures and the global financial crisis: Narratives that define and scenarios that create”. EKONOMIAZ. Revista Vasca de Economía, 76(01), 64-91.
Meadows, D. (2001). “Dancing with systems”. Whole Earth, 106, 58-63.
“La vida es como andar en bicicleta, para mantener el equilibrio, debes seguir moviéndote”, decía Albert Einstein en una carta a su hijo. En el aniversario de su fallecimiento, el 16 de abril, se publicó un artículo titulado: “Cómo Einstein organizaba su tiempo (y por qué a veces se olvidaba hasta de almorzar)”, escrito por Analía Llorente para BBC Mundo. Es de este artículo que hemos tomado dos reflexiones del científico para estructurar la presente contribución.
En la actualidad, y en el futuro cercano, enfrentamos un importante desafío que consiste en reiniciar las actividades laborales, la dinámica económica, la vida cultural y la recreación, sin producir efectos adversos en la cantidad de contagios y muertes. En el caso de Uruguay, este desafío presenta particularidades estructurales claves, si consideramos que en un número importante de núcleos familiares conviven en la misma vivienda los abuelos con sus hijos y nietos. Es decir que existe una gran cantidad de casos en los que el aislamiento físico de los mayores no resulta viable.
Las recientes estrategias adaptadas, por ejemplo, el reinicio de las actividades de la construcción u otras que se diseñen próximamente, se caracterizan por su complejidad y por las certezas y dudas que implican. En estos momentos navegamos un experimento natural (consultar obra de Dunning de 2012) sin precedentes en la historia de la humanidad, tanto por la escala de la pandemia como por la multiplicidad de estrategias adoptadas en contextos socioeconómicos, culturales y religiosos extremadamente diversos. Algunas lecciones claves emergen del análisis prácticamente en tiempo real.
Los países que demoraron en adoptar medidas para frenar la ola de contagio presentaron colapsos de sus sistemas sanitarios y una cantidad considerable de muertos. Conocemos la tasa de mortalidad del virus para cada clase de edad e identificamos que el impacto es diferencial entre hombres y mujeres. Algunos estudios epidemiológicos indican que los países que mantuvieron programas de vacunación contra la tuberculosis (BCG en Uruguay) cuentan con un número menor de muertos. Más recientemente, observamos que algunos países transitan nuevas oleadas de contagios o cambios vertiginosos en la cantidad de contagios y muertes en función de cambios en el paquete de medidas adoptadas, por ejemplo, la flexibilización de las estrategias implementadas. La lista es muy extensa; los ejemplos citados sólo pretenden ilustrar la asombrosa capacidad de generación de conocimiento, en un período muy acotado, de la que somos testigos.
El diseño de la transición se construye sobre objetivos y metas a alcanzar en un plazo determinado. Es sumamente recomendable que estos se expliciten y acuerden a efectos de promover su apropiación y adopción.
En la etapa que navegamos en Uruguay resulta pertinente reflexionar sobre dos aspectos cruciales. El diseño de la transición se construye sobre objetivos y metas que deseamos alcanzar en un plazo determinado. Es sumamente recomendable que esos objetivos y metas se expliciten y acuerden a efectos de promover su apropiación y adopción. Al mismo tiempo, resulta fundamental explicitar los supuestos anticipatorios, tanto sus certezas como incertidumbres. Las incertidumbres comprenden todo aquello que identificamos como elementos que ignoramos. No debemos olvidar que, además, desconocemos parte de lo que ignoramos, es decir, no logramos identificar lo que no conocemos.La toma de decisiones vinculada con medidas, estrategias, planes, políticas, cuentan con un elevado grado de incertidumbre que no sólo se vincula con nuestro conocimiento sobre el virus, y sus efectos en la salud humana o en la economía, sino que también se vincula con el comportamiento humano frente a esta emergencia y su manejo. Por lo tanto, debemos tomar decisiones con múltiples incertidumbres y aprender haciendo (en términos aristotélicos). Si retomamos la frase de Einstein, se trata de aprender a andar en bicicleta con la menor cantidad de accidentes posibles.
Aprender haciendo significa contar con una gran capacidad de seguimiento del contagio y análisis epidemiológico, que permitan conocer rápidamente cuáles son las medidas o estrategias que funcionan y cuáles deben modificarse o ajustarse con prontitud. Uruguay muestra progresos importantes en su capacidad de seguimiento y análisis de la situación, pero debe progresar sustancialmente si pretende experimentar alternativas que permitan restablecer aspectos fundamentales del funcionamiento de la sociedad y el bienestar humano.
Tanto los aciertos como las fallas serán ventanas de oportunidades para el aprendizaje. Es importante dedicar esfuerzos al análisis de las fallas y su causalidad, no destinar demasiado tiempo a identificar responsables o culpables. Las decisiones que se toman en contextos de elevada incertidumbre tienen iguales probabilidades de acierto o error. Por ello, es muy recomendable contar con espacios donde exista la mayor diversidad de perspectivas, dominios disciplinares y sistemas de conocimiento que respalden y fundamenten cada medida, estrategia o plan diseñado. Para aquellos interesados en profundizar en las bases del manejo adaptativo y la coproducción de conocimiento, hemos seleccionado textos claves (ver lecturas recomendadas).
El artículo de Analía Llorente nos recordaba otra gran reflexión de Einstein: “La imaginación es más importante que el conocimiento”. En ese sentido, el diseño de la transición recorrerá caminos y alternativas nuevas que probablemente también transformarán definitivamente nuestro futuro una vez concluida la pandemia.
Gabriela Bardecio, Ana Fierro, Néstor Mazzeo, Fiorella Polcaro y Manfred Steffen integran el Instituto SARAS.
Lecturas recomendadas
Allen CR & Garmestani AS (eds). 2015. Adaptive Management of Social-Ecological Systems. Springer, Dordrecht, Heidelberg, New York, London.
Argyris C. & Schön D A. 1978. Organizational learning: A theory of action perspective. Addison-Wesley Series on Organization Development.
Brown VA, Harris JA & Russel JY (eds). 2010. Tackling wicked problems through the transdisciplinary imagination. Earthscan. London, Washington.
Dunning T. 2012. Natural Experiments in the Social Sciences. A Design-Based Approach. Cambridge University Press.
Folke C, Hahn T, Olsson P & Norberg J. 2005. “Adaptive governance of social-ecological systems”. Annual Review of Environment and Resources 30: 441–473.
Nöstrom A. et al. 2020. Principles for knowledge co-production in sustainability research. Nature Sustainability. Perspective.
Walker WE, Haasnoot M & Kwakkel JH. 2013. “Adapt or perish: A review of planning approaches for adaptation under deep uncertainty”. Sustainability 5 (3): 955–979.
“Levantar las restricciones demasiado rápidamente podría provocar una resurgencia mortal” de la pandemia del coronavirus, advirtió el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. En tanto, en varios países se debate si retomar algunas actividades. En Europa, donde se produjo el segundo epicentro del virus después de China, los especialistas explicaron que el confinamiento debe empezar a moderarse recién después de que haya una reducción sostenida de la cantidad de contagios y pacientes en el CTI, una recomendación que la mayoría de los gobiernos está siguiendo (ver recuadro). En su momento, la OMS y varios expertos aseguraron que los países europeos habían demorado en restringir la circulación de personas y por eso había sido más grave la propagación del virus.
En América Latina la mayoría de los países no esperó para dictar cuarentenas obligatorias: Perú lo hizo el 16 de marzo; los primeros en seguirlo fueron Argentina, Bolivia y Venezuela, y algunos estados de Brasil. Los gobiernos de esos países enfrentan ahora la tarea de llegar al equilibrio entre las preocupaciones sanitarias –evitar la propagación del virus– y las económicas –cuanto más tiempo esté detenida la economía, más difícil será la situación después–.
El informe del Banco Mundial
“Se prevé que el Producto Interno Bruto de la región de América Latina y el Caribe (excluyendo Venezuela) caiga un 4,6 % en 2020”, indica el Banco Mundial en un informe presentado ayer, en el que también señala que para 2021 se espera un retorno del crecimiento de 2,6% en la región.
El economista jefe del Banco Mundial para la región, Martín Rama, dijo que entre los países más afectados están México y Ecuador, con caídas de alrededor del 6%, seguidos por Argentina y Brasil, con caídas que rondarán el 5%. “Los gobiernos de América Latina y el Caribe enfrentan el enorme desafío de proteger vidas y al mismo tiempo limitar el impacto económico”, agregó Rama. También señaló que la pandemia está provocando “un gran shock de oferta” y que caerá “abruptamente” la demanda de China y los países del G7, lo que impactará en los países exportadores de América Latina y el Caribe.
Para ayudar a los sectores más vulnerables de la población, el Banco Mundial recomendó que se amplíen “rápidamente” los programas de protección y asistencia social vigentes, y que los gobiernos asuman la mayor parte de las pérdidas”.
Bolivia: militares en las calles
En Bolivia, el sábado, el gobierno informó que desplegó 47.698 militares en todo el país para vigilar el cumplimiento de la cuarentena. Desde que esta se instaló, el 22 de marzo, fueron detenidas casi 10.000 personas y retenidos más de 6.000 medios de transporte. Esta medida se suma a otra que la semana pasada tomó el gobierno de facto de Jeanine Áñez: la de utilizar las tobilleras electrónicas para controlar a quienes se sospecha pueden tener coronavirus, que tienen prohibido salir de sus casas.
Bolivia ya recibió un llamado de atención por las medidas tomadas a raíz de la llegada de la pandemia al país: Human Rights Watch denunció que uno de los decretos amenaza la libertad de expresión, al permitir a las autoridades procesar penalmente a quienes critiquen las políticas públicas. La semana pasada la Procuraduría declaró que el decreto “es plenamente compatible con los principios, valores y normas del Estado constitucional de derecho” y los tratados adoptados a nivel internacional, porque “la finalidad de la norma es la prevención de desinformación y no la restricción a la libertad de expresión”.
En Bolivia hay 300 casos confirmados de coronavirus y ha habido 24 muertes como consecuencia de la covid-19. Los sectores productivos han pedido al Ejecutivo de Áñez que tome medidas que los beneficien para paliar el impacto económico que tendrá este parate de la economía. Sin embargo, el gobierno lo rechazó, al igual que los pedidos de moderar la cuarentena para permitir un parcial retorno de la actividad. En cambio, eliminó el arancel a la importación de trigo para favorecer la elaboración de pan, asegurar su suministro y buscar una reducción de su precio, que ha aumentado en las últimas semanas. El miércoles se reunirá el gabinete; no se descarta que el gobierno modere la cuarentena en algunas de las zonas menos afectadas y la intensifique en otras.
Chile: medidas para pymes y rechazo a aflojar la cuarentena
En Chile, la cifra diaria de contagios tuvo una reducción el viernes, pero el gobierno anunció que todavía no hay datos suficientes para empezar a moderar las restricciones a la movilidad. Hace 28 días que el país se encuentra en estado de excepción, por medio del cual se impuso la cuarentena total en las comunas en las que hay más casos de coronavirus –entre ellas, Santiago– y el toque de queda en aquellas en las que hay menos.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, advirtió ayer que están controlando la cantidad de respiradores que se utilizan en el país. Con 7.213 casos y 80 fallecimientos, aseguró que garantizará que no falten respiradores para atender a los pacientes, tanto en el sector privado como en el público.
El gobierno también enfrenta la presión de las cámaras empresariales para que modere las medidas de restricción de la circulación, pero el sábado manifestó que es muy pronto para hacerlo. Lo que sí hizo fue aprobar ayudas económicas para los trabajadores informales y líneas de crédito para las pequeñas y las medianas empresas.
Venezuela: cifras que generan dudas y escasez de combustibles
En Venezuela el sistema de salud y la economía venían enfrentando dificultades meses antes de la llegada del coronavirus, a las que en los últimos días se sumó la escasez de combustibles, que incluso dificulta la llegada del personal sanitario a los centros de atención. El gobierno de Nicolás Maduro impuso la cuarentena obligatoria el 23 de marzo y el sábado anunció que la extenderá por un mes más. En los últimos días Maduro se ha negado a atender las propuestas de retomar las clases paulatinamente o permitirle al sector privado importar combustible. Según los empresarios que se reunieron con el presidente, este planteó que la medida es necesaria pero no viable.
El gobierno ha reportado 181 casos de coronavirus, 93 recuperados y nueve muertes, unas cifras que los políticos opositores y el personal sanitario aseguran que están muy por debajo de la realidad.
Argentina y Brasil: las caras opuestas
“Los que plantean el dilema entre economía y salud están diciendo algo falso”, aseguró el presidente argentino, Alberto Fernández, en una entrevista publicada ayer por el diario Perfil. “Prefiero tener 10% más de pobres y no 100.000 muertos en Argentina. De la muerte no se vuelve. En cambio, de los problemas económicos sí”, agregó, defendiendo una posición que sostiene desde que decidió decretar la cuarentena obligatoria, el 20 de marzo, y extenderla en sucesivas oportunidades, en la última de ellas, hasta el 26 de abril. En Argentina había anoche 2.208 casos de coronavirus y 95 fallecimientos.
La contracara es la del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien aún asegura que es importante mantener la actividad económica en el contexto de la pandemia, que ayer causó más de 100 muertes en el país, donde hay 22.169 casos y 1.223 fallecidos. “Además del virus, ahora tenemos el desempleo, fruto de ese ‘cerrá todo’ y ‘quedate en casa’ o ‘te detengo’”, lamentó ayer en sus redes sociales.
Fuente e imagen: https://ladiaria.com.uy/articulo/2020/4/en-varios-paises-latinoamericanos-los-gobiernos-extienden-la-cuarentena-pese-a-los-pedidos-del-sector-privado/
Contra todos los pronósticos los cuervos, esos empleados que aceleran el trámite para pasar al mundo de los muertos, se han posicionado arriba en lo que refiere a la inteligencia animal. El tamaño del cerebro de este pájaro es diminuto, y sin embargo tiene capacidades cognitivas superiores a la mayoría de los mamíferos. En lugar de corteza cerebral, estos nenes han desarrollado circuitos neuronale…
Contra todos los pronósticos los cuervos, esos empleados que aceleran el trámite para pasar al mundo de los muertos, se han posicionado arriba en lo que refiere a la inteligencia animal. El tamaño del cerebro de este pájaro es diminuto, y sin embargo tiene capacidades cognitivas superiores a la mayoría de los mamíferos. En lugar de corteza cerebral, estos nenes han desarrollado circuitos neuronales que se alojan en núcleos individuales que se encargan de la toma de decisiones, la memoria y la planificación. Los neurocientíficos de la Universidad de Tubinga (Alemania) descubrieron que la actividad neuronal en dicha zona es la misma que tiene un primate cuando se lo presiona para solucionar problemas.
Comprobar la inteligencia animal no es simple. Sin embargo, uno de los aspectos que pueden medirse es el control inhibitorio que presenta frente a un desafío, y así anular los impulsos innatos que tiene para optar por un comportamiento que se desprende de un “razonamiento” previo.
Para evaluar ese aspecto se utiliza la prueba del cilindro: se coloca alimento dentro de un tubo transparente con aberturas a ambos lados. El reto para el animal es obtener su premio usando esas aberturas en lugar de dirigirse a él directamente. Para recabar información sobre la capacidad inhibitoria, investigadores de la Universidad de Lund (Suecia), junto a otros de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y del Instituto Max Planck (Alemania) realizaron un ejercicio simple. Primero entrenaron aves para obtener el alimento si se dirigían a los laterales de un tubo de color negro, para evitar que vieran su recompensa. Luego hicieron lo mismo en un tubo transparente. Pero no actuaron como se pensaba: los cuervos optaron por ir a los extremos, alcanzando porcentajes exitosos iguales o mayores a los obtenidos por chimpancés y gorilas.
A partir de este tipo de conductas, el mundo científico ha comenzado a estudiar a las otrora mascotas del rey Ragnar Lothbrok, obteniendo resultados impensados. Los cuervos pueden resolver problemas de manera lógica, distinguir y recordar a otros individuos (de su especie o de otra), construir herramientas, ser conscientes de sí mismos y también construir un complejo comportamiento social.
Herramientas
Los cuervos no sólo cortan ramas para alcanzar rincones de difícil acceso, sino que además hacen cosas que son casi exclusivas del ser humano: son capaces de guardar las herramientas para utilizarlas cuando sea necesario y pueden modificar la forma de la herramienta si no consiguen su objetivo. Por último, también pueden utilizar herramientas para obtener otras herramientas más adecuadas para conseguir alimentos en diferentes contextos. Esta peculiaridad es conocida como uso secuencial de herramientas, y para demostrarla investigadores de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) capturaron cuervos salvajes que debían alcanzar un alimento que se encontraba fuera de su alcance. El profesor Russell Gray explicó: “Era necesario que entendieran que necesitaban la herramienta corta colocada sobre el trozo de cuerda para poder obtener la herramienta larga y luego usarla para conseguir el alimento”. Las aves resolvieron la ecuación en todos los casos.
Tira de la cuerda
Esta prueba es utilizada para demostrar el nivel de conexión neuronal y los comportamientos lógicos que poseen. Para eso, se coloca un trozo de carne colgando de una cuerda, cosa inusual en estado salvaje y, por ende, desconocida para los cuervos. A los pocos minutos, no tuvieron problema para entender que tirando del hilo mientras iban sujetándolo con sus patas el alimento ascendía. Lo curioso es que el animal parecería saber lo que hacía desde el inicio.
Social
Son capaces de empatizar o rechazar comportamientos sociales, y también pueden deducir los de otras especies, habilidad que se creía exclusiva del ser humano. El rechazo o la empatía de acuerdo con cómo se comporte otro individuo se pudo demostrar en un estudio publicado en la revista Animal Behavior. Nueve cuervos criados en cautiverio fueron entrenados para recibir un trozo de pan por parte de uno de los investigadores, y después de dárselo a un segundo investigador recibían una porción de queso. Luego de varias repeticiones, la persona que intercambiaba pan por queso dejó de hacerlo, y tras recibir el pan de los cuervos no les daba el queso, sino que se lo comía frente a ellos. Días después las aves fueron presentadas a tres investigadores: el que le daba el pan, el que se comía el queso frente a ellos y uno que no había participado en el ejercicio. Seis de las siete aves se acercaron al primero e incluso jugaron con él, y una de ellas lo hizo con la persona neutral. Ningún cuervo se aproximó al investigador que se comía el queso. Es decir, no perdonaron a aquel que los engañó.
Deducir el comportamiento de otras especies es un asunto serio. En Japón los cuervos descubrieron la forma de romper una nuez gracias al tránsito de la ciudad. Al principio las dejaban caer sobre el asfalto, pero no todas se rompían. Inmediatamente las aves descendían en procura de su alimento, pero había un problema: el tráfico. Solucionaron la cuestión: tras dejar caer la nuez en la calle, esperaban a que los autos se detuvieran, observando que eso sucedía cuando las personas dispuestas a cruzar la calle eran habilitadas por el semáforo. No sólo sorprende la adaptación a ese entorno nada natural, sino que se ha demostrado que hay cierta cultura entre los cuervos.
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