Page 3 of 13
1 2 3 4 5 13

Organizaciones sindicales reivindican la mejora de las condiciones laborales en la universidad durante la cumbre de Unesco en Barcelona

Por:

  • La capital catalana acoge estos días la tercera Conferencia Mundial de Educación Superior (WHEC2022) de Unesco con el objetivo de «remodelar las ideas y prácticas en la educación superior para garantizar el desarrollo sostenible para el planeta y la humanidad». La Internacional de la Educación, de la mano de CCOO exigen hablar, entre otros temas, de las condiciones laborales de PDI (personal docente e investigador) y PAS.

El empeoramiento de las condiciones laborales del personal docente e investigador, también del de administración y servicios, no es ninguna novedad desde hace algunos años. Numerosas han sido las informaciones desde, sobre todo 2010, que han dado la voz de alarma sobre salarios irrisorios y condiciones draconianas para el personal que da clase e investiga en las universidades españolas.

Se trata de una situación que no afecta, ni de cerca, solamente a España, sino que es una tendencia bastante extendida en otros países, de nuestro entorno cercano, pero no solo. También en América Latina la situación del profesorado universitario es precaria. Entre otros motivos, por la privatización de este sector educativo. La región sudamericana es, en el mundo, la que mayor tasa de privatización de universidades tiene. Al menos, así lo ha asegurado Yamile Socolovsky, responsable de Educación Superior e Investigación de la IE en América Latina (IEAL).

Tanto ella como David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación (IE) y Encina González, secretaria de Universidad e Investigación de FECCOO Estatal han celebrado esta mañana una rueda de prensa en Barcelona en el marco de la celebración de la Conferencia Mundial de Educación Superior de Unesco. El motivo, señalar algunos de los problemas más importantes de la educación superior que, según han comentado, parece que quedarán fuera deprograma de la Conferencia.

Problemas

Los problemas de la universidad, desde el punto de las centrales sindicales, se encuentran principalmente en la pérdida de condiciones dignas de trabajo en el personal docente de los centros de educación superior. La precarización de este sector supone, como explicó González, que en España no sea hasta los 45 años que alguien ve estabilizada su carrera profesional en la universidad. Esta es la razón de que sea complicado que la educación superior atraiga a personas jóvenes que hagan el relevo necesario.

Salarios bajos y concatenación de contratos temporales que, como explicaron tanto González como Edwards afecta principalmente a las mujeres, que se llevan la peor parte. Como comentó la responsable de CCOO, además de esto, ellas publican sus investigaciones en revistas más prestigiosas que ellos pero tienen menos citas (cosa que impacta también en sus condiciones de trabajo).

La mercantilización es otro de los problemas que han señalado los tres líderes sindicales. Uno de sus puntos importantes está relacionado con los requisitos, tanto en España como en buena parte del mundo, de que el personal docente e investigador, realice publicaciones en revistas prestigiosas e indexadas. Algo que repercute en sus condiciones salariales. Esta circunstancia supone que, explicó Socolovsky, que unas pocas editoriales de estas mismas revistas reciban importantes cantidades de dinero público que se paga para que este personal pueda publicar el resultado de sus investigaciones. En muchos casos, además, estas mismas editoriales cobran importantes sumas de dinero para permitir que otras y otros investigadores puedan leer estos mismos artículos.

Además de esta situación con las revistas indexadas, la situación de la pandemia y el cierre de centros universitarios durante varios meses en todo el mundo obligó a lo que en su momento el ministros Castells llamó enseñanza híbrida, es decir, a que las universidades rápidamente intentaran responder a esta situación a través de la digitalización de sus cursos. Una digitalización acelerada que, como denuncian los sindicatos, ha supuesto que muchas empresas tecnológicas hayan aprovechado para hacerse con parte de un nicho de mercado que mueve muchos millones de euros anualmente.

Como explicó Encina Gonzáles, la «digitalización ha consistido en poner lo mejor de cada quien sin que haya garantía de calidad de la enseñanza», a lo que se suma un sobreesfuerzo continuado durante muchos meses, una cierta exposición de la vida privada del profesorado y un empeoramiento de las condiciones de trabajo.

A esto, Edwards unió el negocio que supone «la recolección de datos a través de la huella digital del alumnado»; una huella que se produce por el uso de aplicaciones y redes privadas en vez de públicas y basadas en código abierto. Para él, los gobiernos deben proteger al alumnado y «deben ir más allá del enfoque comercial basado en datos».

Finalmente, el otro gran problema señalado por los representantes sindicales es la privatización de la universidad. Por una parte, con la proliferación de una gran cantidad de centros universitarios creados y gestionados por empresas privadas (como recordaja Yamile Socolovsky, América Latina es la región del mundo con más universidades privadas), como es el caso, como comentó Gonzáles, de Madrid y Cataluña en los últimos años.

Socolovsky sostuvo que es esencial una universidad pública «especialmente de los países de la región para superar obstáculos históricos que condicionan a nuestra población de llegar a condiciones dignas de vida».

Los tres dirigentes sindicales han exigido que estas situaciones tengan reflejo en el desarrollo de la Conferencia. Han denunciado que la agenda de este encuentro no es transparente y que no está claro qué tipo de declaración acabará publicándose una vez que termine y hasta qué punto la Unesco se verá obligada a seguirla.

Por eso han pedido tener más espacio en su desarrollo y que cuestiones relacionadas con la inversión pública o la mejora de las condiciones de trabajo (dignas y en libertad) tengan un peso importante en los debates.

LOSU

Sobre el nuevo anteproyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario que presentó hace unos días el ministro de Universidades, Joan Subirats, Encina González ha asegurado que todavía están valorando el texto pero que le parece «prolijo en ciertos temas y generalista en otros». Al sindicato le preocupa la financiación y el porcentaje sobre el PIB (que no se sabe si saldrá del Gobierno o de las CCAA) y que «se aleja de las medias de la UE y la OCDE».

También aseguró que queda perfilado todo lo que tiene que ver con el personal y se obvia la negociación con los representantes de los trabajadores. «No se constituye la mesa de negociación, dijo, y se deja en las CCAA la legislación».

González cree que esa posible desregulación por falta de claridad en el texto pueda suponer la creación de diferentes sistemas universitarios dependiendo de las comunidades autónomas, que no se contemple en el texto nada relativo al Estatuto del PDI o que haya poca definición en la posibilidad de que las matrículas sean gratuitas. También señala la preocupación de que el texto de la ley no haga un mayor control sobre la proliferación de universidades privadas y que, al no ser muy definida, sus desarrollos posteriores puedan suponer que se dé la vuelta al sentido del preámbulo de la ley.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/05/17/organizaciones-sindicales-reivindican-la-mejora-de-las-condiciones-laborales-en-la-universidad-durante-la-cumbre-de-unesco-en-barcelona/

Comparte este contenido:

Los niños no son de goma: ¿cómo afecta la violencia en sus cerebros?

Por: Sandra Vicente

Esta información ha sido publicada el blog Educa Barcelona de El diari de l’educació

Las criaturas que han sufrido maltrato durante su infancia presentan alteraciones en el desarrollo cerebral que les hacen ser mucho más sensibles al miedo y viven en un estado permanente de estrés.

«Los niños no son de goma». Con estas palabras Jaume Lanaspa, asesor de presidencia de la Fundación ‘La Caixa’ se ha referido a la creencia popular de que las criaturas superan con mucha facilidad cualquier problema o impedimento, sin repercusiones graves. «Y, en todo caso, las gomas, cuando las pones al sol se agrietan y se rompen», añade Violant Cervera, consejera de Derechos Sociales de la Generalitat de Catalunya. Ambos han sido encargados de inaugurar la primera sesión del ciclo Violencia contra la infancia, prevención y reparación, organizado por CaixaForum Macaya y el Club de Roma y celebrado en Barcelona.

En el primero de los encuentros se ha tomado por objetivo analizar las consecuencias del maltrato infantil en la neurobiología del cerebro. Es decir: qué efectos tiene la violencia sobre la conducta y la forma de relacionarse de las criaturas. Y es que “lo que nos enferma mentalmente está muy relacionado con nuestro entorno. El cerebro humano es un intermediario entre el entorno y la conducta que desarrollamos para sobrevivir, aderezado con la conciencia, que nos permite anticiparnos de las consecuencias de nuestras acciones”, ha apuntado Lourdes Fañanás, catedrática de la UB e investigadora principal del CIBERSAM.

Con esta afirmación, Fañanás apunta a que existe una relación directa y científica entre haber vivido una situación traumática y acabar desarrollando dificultades para relacionarse o para controlar los impulsos. Y estos efectos se intensifican en la infancia por una sencilla razón: “los modelos mentales se construyen en buena parte en la infancia, momento en el que el vínculo con la realidad es la familia. Si hay violencia familiar de cualquier tipo, los niños aprenden –y así lo enseñan en su cerebro- que el mundo es hostil”, ha apuntado la investigadora.

Una de las grandes complicaciones de la violencia intrafamiliar es que los niños necesitan a sus agresores para sobrevivir

Así, los síntomas más frecuentes suelen ser el mal comportamiento, la carencia de concentración, la agresividad y, en algunos casos, actitudes autolesivas o depresivas. Pero éstos sólo son la punta del iceberg. «Las criaturas que se han enfrentado a diversas situaciones traumáticas, más o menos sostenidas en el tiempo, sufren lo que llamamos trauma complejo», dice Soledad Moreno, psiquiatra infantil del Hospital Clínic de Barcelona. «Nos referimos a traumas causados ​​por otra persona, que suceden en un entorno que, teóricamente, debería ser de confianza y del que no se puede huir», añade. Y es que ésta es una de las grandes complicaciones de la violencia en la infancia: las víctimas necesitan a sus agresores para sobrevivir.

“Los seres humanos estamos pensados ​​para buscar soluciones. Pero los niños no tienen esa oportunidad porque tienen la necesidad de conservar el vínculo con sus padres, aunque sean sus agresores. Y, a raíz de ello, construyen un autoconcepto negativo, se sienten culpables y merecedores de la violencia, lo que les ayuda a conservar el vínculo”, apunta la psiquiatra. Todo este contexto de trauma genera un Síndrome del Estrés Postraumático Complejo, que se traduce en regresiones, alteraciones extremas y desregulación emocional. “Que nadie les haya acompañado en estas experiencias, que les diga que lo que sienten es normal, hace que invaliden el trauma o intenten enterrar sus emociones, porque no creen que esté bien sentirse como se sienten”, añade Moreno.

De izquierda a derecha: las ponentes L. Fañanás, S. Moreno y L. Marquès, y Ester Cabanes, directora general de Atención a la Infancia y la Adolescencia | CaixaForum

Alteraciones en el cerebro

La psiquiatra asegura que los adolescentes que han sufrido violencia suelen reaccionar de forma que podría entenderse como exagerada a situaciones normales. «A menudo un olor, sensación o recuerdo les pueden provocar una regresión a una situación de violencia que haga que reaccionen de forma descontrolada», explica. Este comportamiento, que es una forma de escapar de una situación que les hace rememorar el trauma, no es voluntaria, sino que viene causada por una alteración del cerebro, recorriendo en niños que han sufrido violencia en una edad temprana.

Los niños víctimas de maltrato presentan niveles más elevados de cortisol que les hace más sensibles al miedo y vivir permanentemente alerta y estresados

Así lo afirma Laia Marquès, investigadora de la UB especializada en consecuencias neurobiológicas del maltrato infantil. Para explicarlo debemos remitirnos a la pequeña infancia: durante los primeros dos años, el cerebro se desarrolla en un 80% en base a las experiencias vividas. Una de las más importantes es la corregulación: “el vínculo entre el adulto más cercano y la criatura marca muchísimo. Si el pequeño no se siente protegido y consulado, su cerebro se formará en torno a la duda de si es o no merecedor de ayuda y protección”. Si esto ocurre, el bebé crece con unos altos niveles de cortisol, la hormona del estrés, que nos hace estar alerta en situaciones hostiles. «Un mecanismo de supervivencia que, en altos niveles, es neurotóxico y puede provocar enfermedades mentales», apunta Marquès.

Según se extrae de una investigación realizada en el Departamento de Biología Evolutiva de la UB, los niños que han sufrido maltrato muestran unos niveles constantes y más elevados de cortisol, especialmente por la noche. Es decir: están más estresados ​​y suelen sufrir de insomnio. Esta alteración también afecta a cómo se forman sus cerebros. Según la investigación, “un sobre desarrollo del cerebro primitivo, que gestiona el miedo, no deja paso a la formación del cerebro racional, que da sentido a las cosas. También se detecta menos evolución en la zona que rige la memoria, a fin de olvidar los episodios traumáticos”, apunta Marquès.

Sin embargo, las consecuencias del trauma no son irreversibles. Así al menos lo destaca Marquès, que apunta a que, según la investigación, los niños víctimas de maltrato que fueron adoptados antes de los cinco años fueron capaces de reestructurar los ejes de sus cerebros antes de la pubertad. “Como antes reaccionamos, mejor. La psicoterapia es efectiva, como lo es también la educación. Debemos rehacer los vínculos desde el cariño, no desde el discurso. Los cerebros dañados son un mecanismo de autodefensa, que han servido para que una criatura pudiera sobrevivir, pero que ahora les causa problemas. Y esto nunca es una elección personal. Debemos acompañarles, entender su miedo desde el respeto para que el niño pueda vivir, no sólo sobrevivir”, asegura Laia Marquès.

Fuente de la información e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com

Comparte este contenido:

El fomento de la lectura en las aulas

Por: Mario Crespo

Si queremos que los alumnos españoles lean, primero debemos conseguir que amen la lectura; no se trata de ofrecerles libros, sino de suministrarles experiencias lectoras, de hacerles disfrutar, desde bien jóvenes, de la lectura como actividad lúdica e intelectual. Y para ello se necesita infraestructura e inversión.

Un artículo publicado en El País el pasado día 13 de marzo y basado en el estudio ‘Jóvenes y lectura’, de la Fundación Germán Sánchez Ruiperez, ha abierto el debate —que sin embargo no es nuevo— sobre la lectura en la adolescencia, generando entre la comunidad educativa y los profesionales del sector del libro, entre escritores, periodistas, lectores y mediopensionistas, miles de tweets, estados de Facebook y enconadas charlas que giran alrededor de la misma columna.

Como siempre que se establece un debate educativo, encontramos posturas de todo tipo: quienes están de acuerdo con el planteamiento del artículo y piden lecturas más accesibles y métodos alternativos, quienes dicen que para leer mala literatura mejor no leer, quienes piensan que la culpa es de los móviles y las tablets y los videojuegos y Netflix, y también quienes ven en el debate que la subjetividad de su trasfondo oprime las hipotéticas soluciones al problema.

Y todas ellas, sin ser excluyentes, tienen su parte de razón y su porcentaje de verdad. Sin embargo, cuando tratamos este tema casi siempre se obvia una cuestión que, a mi entender, no es baladí: la educación literaria no es lo mismo que el fomento de la lectura. Es decir, se mezcla con demasiada facilidad la palabra literatura con la palabra lectura, cuando, en realidad, la lectura es el hábito que enseña el camino hacia la literatura. O, dicho de otro modo: leer leemos todos, leemos mucho, leemos a diario (carteles, señales, noticias, mensajes), y sin embargo la literatura no forma parte de las vidas de todos. De hecho, el estudio de la Fundación Sánchez Ruiperez incluye un gráfico donde se muestra que los jóvenes sí emplean su tiempo de ocio en leer, aunque no necesariamente en leer libros (blogs, redes sociales, periódicos y cómics)

El fomento de la lectura es considerado una herramienta fundamental para el ejercicio del derecho a la educación y a la cultura en el marco de la sociedad de la información. El Plan de Fomento de la lectura 2021-2024, del Ministerio de Cultura y Deporte «reivindica la lectura como un elemento vertebrador más allá de un mero pasatiempo«. Pero cuando el plan de fomento se centra en el ámbito académico depende a la postre de los centros educativos y sus respectivos recursos. En otras palabras; es muy difícil implementar un plan de fomento de la lectura sin una biblioteca escolar en condiciones y sin un presupuesto digno para ello.

El Real Decreto 582/1989 excluía a las bibliotecas escolares del Sistema Español de Bibliotecas. Y, aunque la Ley 10/2007 de la lectura, del libro y de las bibliotecas, modificó el plan al decretar que una biblioteca escolar debía disponer de recursos para la comprensión lectora y el rendimiento académico de los estudiantes, nuestras bibliotecas escolares se encuentran todavía a años luz de las de Australia, Estados Unidos o Gran Bretaña.

Las bibliotecas de los centros españoles existen, tienen fondos y actividad, y permiten el uso y disfrute de sus colecciones por parte de padres y alumnos, pero carecen de una estructura profesional. De hecho, suelen ser cuartos pequeños que se abren una o dos veces por semana y que sirven sobre todo de almacén de libros, pues su objetivo primordial es apoyar el desarrollo del currículo académico y, por lo tanto, no funcionan como centros de préstamo, ni llevan a cabo programas sólidos de fomento de la lectura, ni poseen una agenda de actividades semanales. En ellas los fondos son exiguos, los puestos de lectura escasos y la catalogación y recuperación de información es básica, analógica o incluso inexistente.

En el polo opuesto encontramos las de países como los Estados Unidos, donde son una parte fundamental de las escuelas, y funcionan como el corazón de las mismas. Para el alumnado, la biblioteca es una asignatura más, una parte del programa educativo y de la agenda semanal. La biblioteca es, en otras palabras, como una clase de música o de educación física; unas horas semanales que, de forma individual o colectiva, se dedican a la promoción de la lectura. Por otro lado, en la biblioteca se forma a los alumnos para que sean autónomos a la hora de hacer búsquedas y encontrar sus propios recursos, para que puedan convertirse en futuros investigadores.

Bajo mi experiencia en el terreno de las bibliotecas escolares norteamericanas puedo afirmar que el placer por la lectura se trabaja y se desarrolla desde la primaria; la semilla de la lectura se planta para que, aunque el árbol deje de crecer durante la secundaria por razones de tiempo, edad y ritmo de vida, pueda seguir dando sus frutos a posteriori. Esto no garantiza un éxito seguro, pero sí una metodología más realista y eficiente.

Por ejemplo, para un niño que rechaza leer y que, como afirma el citado estudio de la Fundación Sánchez Ruiperez, piensa que «leer le aísla» y que, en definitiva, no encuentra placer alguno en ello, la biblioteca escolar sirve como refuerzo para la consolidación del hábito lector a través de temas afines y estrategias alternativas. Si a este alumno le gusta el fútbol, se le anima para que tome prestadas revistas y libros de fútbol. Tras este primer paso, este joven podrá dar el salto a lecturas más complejas y que precisen de una mayor comprensión lectora.

Si queremos que los alumnos españoles lean, primero debemos conseguir que amen la lectura; no se trata de ofrecerles libros, sino de suministrarles experiencias lectoras, de hacerles disfrutar, desde bien jóvenes, de la lectura como actividad lúdica e intelectual. Y para ello se necesita infraestructura e inversión.

Fuente de la información e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/

Comparte este contenido:

Niños de Chernóbil: sueños destruidos por la guerra

Por: Alba Bartolomé

La guerra en Ucrania ha paralizado las acogidas temporales en España de los menores afectados por la catástrofe de Chernóbil, que ya habían disminuido debido a la pandemia de coronavirus.

La ONU eleva a dos millones los refugiados que huyen de la guerra en Ucrania. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calcula que el conflicto podría causar un éxodo de hasta cuatro millones de ucranianos, cerca del 10% de la población del país.

Muchos de los refugiados son niños y niñas procedentes de las zonas afectadas por el accidente de Chernóbil de 1986, que participaban en programas de acogida en España, suspendidos por la guerra y la situación de emergencia en el país.

La explosión de Chernóbil provocó la evacuación de 135.000 personas y la nube radioactiva, arrastrada por el viento, contaminó zonas de Bielorrusia, Ucrania, Rusia, partes de Asia y Europa. Cinco millones de personas viven en zonas afectadas por la radiación, unas 100.000 habitan en zonas clasificadas por las autoridades como de “alto riesgo”, según informa la OMS.

Han pasado ya casi 36 años desde aquel día y las consecuencias del conocido como accidente de Chernóbil siguen estando muy presentes en las zonas afectadas: el nivel de oncología infantil en Bielorrusia es un 300% superior al resto de Europa y un tercio de la población sufre patologías relacionadas con la tiroides.

Con el fin de mejorar la salud y mostrar a los más pequeños que existen posibilidades más allá de las que les ofrece su forma de vida actual, nacen organismos como la Federación Española Pro Infancia Chernobyl (Fedasib), que aúna a todas las asociaciones de acogida temporal en España y que tiene como misión traer durante las vacaciones de Navidad o verano a menores afectados por la radiación, principalmente de la región de Gomel, la zona más radiada de Bielorrusia.

Bragin, capital de la región, se encuentra a muy pocos kilómetros de Ucrania y de la famosa central de Chernóbil, pero además a tan solo dos kilómetros y medio de la zona de exclusión a la que nadie puede entrar por los altos niveles de radiación que presenta.

Bragin, la zona de donde más niños de acogida vienen a España, está a muy pocos kilómetros de la zona de exclusión de Chernóbil. © Elaboración propia

Infancia radioactiva

Olga (nombre ficticio) es de origen bielorruso, tiene 27 años y reside actualmente en Tenerife junto a, como ella misma denomina, su «familia española». Con 8 años entró en el plan internacional de adopción temporal entre Bielorrusia y Canarias y comenzó a pasar largas temporadas en España, hasta que con 18 años decidió asentarse en la isla para comenzar “una nueva vida”.

“Era algo muy normal venir a España. Muchísimos niños de mi clase ya habían participado en el programa antes”, recuerda Olga, que asegura que lo más difícil para ella fue el idioma. Un obstáculo que, gracias a “la generosidad y paciencia” de su familia y al grupo de traductores que acompañan siempre a los menores, superó rápido.

Para los niños y niñas que participan en el programa, alrededor de 60 en la época de Olga, la radiación es algo desconocido, solo los más mayores entienden el porqué de su viaje a España.

Olga decidió con 18 años quedarse en España con la que era su familia de acogida desde los 8 años. ©CEDIDA

“Teníamos que ir a revisiones médicas para controlar los niveles de radiación y beber yodo. Aún tengo la cartilla con los niveles en sangre de cuando era pequeña” cuenta Olga, que sufría de tiroides. La ONU calculó que la explosión ocasionó un total de 4.000 casos de cáncer de tiroides en niños y adolescentes. Nueve han muerto desde entonces por esta causa, por lo que se calcula que la tasa de supervivencia es del 99%.

Los niños y niñas llegaban a España con un nivel de cesio de 74 becquerelios por kilo, algo que según indica Nieves Sánchez, presidenta de Fedasib, es «una barbaridad”, ya que el cuerpo no tendría que presentar nada. “A partir de 20 becquerelios ya es peligroso», confirma Nieves. El cesio es un elemento químico que puede darse de forma natural, en la composición del suelo, por ejemplo, o de forma radioactiva, a partir de explosiones nucleares o de la degradación del uranio en barras de combustible.

Los “radionúclidos” que fueron liberados a la atmósfera durante el accidente de Chernóbil se depositaron en el suelo contaminando los pastos y cultivos. Las vacas lo incorporaron a su organismo y parte de la radioactividad fue transferida a la leche. “El consumo de leche fresca de vaca contaminada con yodo radioactivo fue la principal vía de exposición del tiroides al elemento”, cuenta la doctora Concha Blanco, especialista en Endocrinología y Nutrición Hospital Universitario Príncipe de Asturias.

“Con el paso del tiempo, se observó que los cánceres aparecían a edades más tempranas en niños y adolescentes, eran más agresivos, más invasivos y, con mayor frecuencia, tenían metástasis en el diagnóstico”. Esta mayor agresividad del cáncer de tiroides desarrollado en la población expuesta, hizo que también fueran necesarias “cirugías más agresivas”, con la extirpación de la totalidad de la glándula tiroidea y de los ganglios linfáticos regionales, “seguido de un tratamiento con radioyodo para destruir cualquier resto de tejido tiroideo”.

La estancia en España ayuda a los menores no solo a reducir el nivel de radiación en la sangre, sino que también les permite acceder a tratamientos dentales o vacunas y a conocer una realidad educativa distinta. Con la guerra todas estas posibilidades se han esfumado: los niños ahora son refugiados.

Familias desestructuradas

El derrumbe del sistema soviético de los años 90 trajo a las zonas rurales de la antigua Unión Soviética miseria y desempleo que en los menores se traduce en fracaso escolar y en familias desestructuradas que no tienen capacidad de cuidar a sus hijos.

El cese de actividades culturales y la suspensión de las clases, primero por la Covid y ahora por la guerra, se traduce en estas zonas, donde la mayoría de las familias son muy numerosas y viven de un solo salario, en situaciones muy complejas.

Las autoridades españolas permiten la adopción temporal de niños y niñas a partir de los 8 años de edad. Sin embargo, pueden viajar con 7 años, siempre y cuando vayan acompañados de un hermano mayor, y no tengan enfermedades graves, ya que el Gobierno ucraniano “no les permitiría salir del país”, cuenta Nieves.

“Yo era una de las niñas que siempre venía porque disfrutaba muchísimo de la experiencia”, dice Olga, que desde los 8 años visitó España “casi todas” las vacaciones, hasta que, con 18 años y recién terminado bachillerato, decidió quedarse de forma indefinida y estudiar para ser azafata de vuelo.

Su “familia española”, con la que hablaba constantemente por teléfono, ya le había ofrecido en numerosas ocasiones quedarse con ellos, pero su familia bielorrusa no quería. “Tenían miedo y desconfianza porque por aquel tiempo se decían cosas horribles sobre los niños adoptados o que pasaban una temporada en otros países”.

“No son muchos los afortunados que consiguen quedarse”, reflexiona la joven, que, aunque no ha sido adoptada formalmente, no necesita “ningún papel” para saber quién es su “verdadera familia”. “En mi casa nunca se me ha diferenciado y se me ha tratado igual que a mi hermano, que sí es hijo biológico”.

Para Olga, su historia “estaba escrita”. La primera vez que vino a España, su familia ni siquiera sabía qué aspecto tenía: “Iban a recibir a otra niña que, por motivos desconocidos, al final no pudo viajar”. Una decisión de última hora que cambiaría su vida “para siempre”.

A Korma, su pueblo natal y uno de los más afectados por la radiación de la zona, intentará ir “siempre que pueda”, pero confiesa que ya no le une nada allí: “No conocí a mi padre biológico y solo me quedan algunos parientes lejanos allí”.

Suspensión del programa

Desde que el programa de acogida comenzó en 1989, por entonces exclusivo para los niños de origen ucraniano, hasta la actualidad, que ha ido tomando forma, el proyecto ha ayudado a casi 12.000 niños.

La situación excepcional actual ha hecho que este año los programas de acogida se suspendan, primero por la Covid y ahora por la guerra, según anunció en marzo de 2020 el Departamento de Acción Humanitaria de la República de Bielorrusia.

El embajador en España, Pavel Pustovoy, destacó, mediante una carta, el papel ejemplar de España como país receptor de niños de acogida y el de las familias que tienen la generosidad de participar en esta actividad. Además, aseguró que, “en cuanto la pandemia termine, el proyecto volverá”, pero no ha sido posible por “la guerra del señor Putin”, dice Nieves.

Carta del embajador de Bielorrusia en España, Pavel Pustovoy, a la presidenta de Fedasib. © Embajada

Desde la Federación entienden las medidas preventivas y esperan “con impaciencia” que la situación mejore y todo vuelva a la normalidad. «En cuanto podamos vamos a seguir acogiendo a niños que estén dentro de las zonas afectadas por Chernóbil tanto rusos, ucranianos como bielorrusos”, asegura Nieves, a la que le preocupa que la sociedad genere “rusofobia”.

El fin del proyecto de acogida de niños es sanear su salud, a través de una alimentación variada y de revisiones médicas, posibilidades que no tienen en su país de origen. Ahora mismo, la federación ha recibido más llamadas que en ningún otro momento. “Estamos sobrepasados” dicen ante el número de familias que quiere acoger menores afectados por la guerra.

El número de niños que se acogerán, en calidad de refugiados, dependerá de “los espacios disponibles, de las familias y, sobre todo, del Gobierno de España”.

Previsiones futuras

Se calcula que aproximadamente, un total de 900 niños no vivirán la experiencia este año. Desde la Federación, aseguran que la situación, “en standby”, es “preocupante”.

«La pandemia fue un duro golpe que paralizó las acogidas en España», afirma la presidenta de las asociaciones de acogida, que asegura estar sorprendida y agradecida con las familias que, a raíz de la situación de guerra en el país, han llamado para ofrecerse a acoger a los menores afectados.

Teniendo en cuenta que estamos ante una población que, se ha de recordar, ya se encuentra inmunológicamente deprimida, las consecuencias que se prevén son terribles.

A día de hoy, aún no se ha conseguido definir un plan completo para deshacerse del problema de la radiación en las zonas más afectadas. Los elementos estructurales, que conforman el espacio que cubre el reactor dañado, se encuentran en mal estado y liberan polvo con partículas radioactivas.

Desde la OMS, alertan sobre los peligros de las sustancias radiactivas en la salud y sobre la necesidad de revisar los ambiciosos programas de rehabilitación para la población afectada y reformularse atendiendo a las necesidades actuales. Algo que, desde el organismo de las Naciones Unidas, señalan sólo se conseguirá con un mayor apoyo de la comunidad internacional mediante gestos como, por ejemplo, la acogida de los más pequeños durante la época de vacaciones, fundamental para la salud de los menores. “Cuarenta días al año fuera de tierra radiada alarga la vida de estos niños dos años”, remarcan desde la Asociación.

Olga comparte su historia con el fin de “dar visibilidad” y animar a todas las familias a vivir la experiencia. Cree que para impulsar la adopción temporal de niños, ambos gobiernos, tanto del país de destino como del de origen, deberían “dar ayudas a las familias para que puedan hacer frente a los gastos que supone traer a un niño durante un período de tiempo”.

“Ojalá pase esta situación pronto y tanto las familias como los niños tengan la oportunidad y la suerte de poder decir que tienen dos familias: una española y una bielorrusa”, concluye Olga emocionada.

Fuente de la información e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com

Comparte este contenido:

Gobierno y CCAA mantendrán las mismas medidas que hasta ahora para el próximo lunes

Por: El diario de la Educación

  • La última cifra que dio el Ministerio de Sanidad, justo antes de la Nochebuena, rondaba los 2.800 menores contagiados, principalmente en infantil y primaria, en cientos de brotes por todo el país.

El próximo lunes 10 de enero toda la educación volverá a las aulas, con el 100% de presencialidad a pesar de los amagos de hace unos días por parte de la Comunidad de Madrid de volver a la semipresencialidad. Esta mañana se han reunido Educación, Universidades y Sanidad con represetantes de las autonomías para acordar que no harán nada a pesar del aumento de los brotes y contagios, multiplicados en todos los sectores sociales y laborales, también en el educativo, de las últimas semanas.

Las mismas distancias, los mismos docentes, los mismos espacios, las mismas ratios. Para Francisco García, secretario general de CCOO no es una noticia especialmente buena que no se tomen medidas de ningún tipo para paliar una situación que está suponiendo un sobresfuerzo tanto para el profesorado como para los equipos directivos. Máxime cuando la incidencia, más allá del número de estudiante contagiados o confinados esté aumentando enormemente, está afectando de una manera desconocida a toda la población, también la vacunada. Algo de lo que, lógicamente, no escapa el personal docente.

Hasta la fecha no es posible conseguir datos centralizados del número de docentes, de cualquier etapa no universitaria, que han estado confinados o de baja por la Covid-19. Aunque en su momento, fuentes de Sanidad aseguraron a este medio que esos datos los recogían las comunidades autónomas, los informes que dicho Ministerio hace públicos no contienen esta información.

La vuelta a las aulas va a ser realmente complicada si el número de contangios y de personas confinadas en sus viviendas continúa en la misma proporción. García señala la importancia de que las autonomías tengan esto en cuenta a la hora de planificar la posibilidad de cubrir las bajas de lo que puede ser un número bastante elevado de docentes que hayan resultado contagiados en las últimas semanas.

García insiste en la necesidad de que las comunidades autónomas vuelvan a adoptar medidas más estrictas para el control de la epidemia, pasando por una disminución de las ratios, además de por otras como el uso de las mascarillas y las medidas higiénico sanitarias. Una cosa, eso sí, molesta al secretario general del sindicato y es el hecho de que en los últimos días se haya conocido que dichas administraciones, las que han de gestionar en definitiva tanto Sanidad como Educación, hayan devuelto 3.000 millones (2.000 de 2020 y 1.000 de 2021) al Gobierno central de los fondos que este les diera para que pudieras hacer frente a los efectos derivados de la pandemia. En este tiempo, la mayor parte de las comunidades autónomas han decidido prescindir del global de las y los docentes contratados para hacer frente a los desdobles provocados por las medidas que imperaron en el inicio del curso pasado, fundamentalmente, la creación de los grupos estables de convivencia en primaria que hoy, opina García, podrían estar mejorando la situación de cierres de aulas y contagios entre niñas y niños.

Según ha explicado la ministra de Educación, Pilar Alegría, en este momento, el alumnado de 12 a 19 año se encuentra vacunado en un 86% de las dos dosis. La vacunación de 5 a 11, que comenzó pocos días antes de las vacaciones navideñas, va más despacio. Según los datos oficiales, el 28.8% de esta población ha recibido una de las dos paitas. En palabras de Alegría, con estas cifras, se espera «una vuelta el día 10 tranquila y segura».

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/01/04/gobierno-y-ccaa-mantendran-las-mismas-medidas-que-hasta-ahora-para-el-proximo-lunes/
Comparte este contenido:

El año se cierra con un número de contagios similar al del inicio de 2021, tras las últimas navidades

Por:

  • Pocos días después del comienzo de la vacunación de la población de entre 5 y 11 años, los brotes y contagios asociados, en ascenso continuo desde el mes de septiembre y en cifras muy superiores al pico del mes de febrero, parecen estar disminuyendo.

Hace un año exacto la situación relativa de la pandemia en los centros educativos era muy diferente a la que está ocurriendo estos días. Con un total de 135 brotes el pasado 18 de diciembre de 2020, se sumaban 803 contagios asociados. Las cosas, 12 meses después, han cambiado mucho. El último dato oficial, del 17 de diciembre era que había 334 brotes, el triple, a los que se asociaban 1.979 casos de contagios. Las cifras más altas que se vieron por aquel entonces aparecieron después de las fiestas de navidad pasadas y de la tormenta Filomena, cuando el pico alcanzó los 413 brotes y 2.570 casos.

Desde que comenzara el curso, brotes y casos de contagios no han parado de aumentar a saltos, según pasaban las semanas. La primera en la que se comenzaron a contar casos, la del 17 de septiembre, hubo siete brotes y 27 contagios asociados. Una semana después, 36 brotes con 239 casos y siete días más tarde, 94 brotes con 537 casos. A mediados de octubre las cifras descendieron para volver a subir antes de terminar el mes. Y no han parado hastas el tope alcanzado hace algo más de una semana, el 10 de diciembre, con 463 brotes y 2.968 casos asociados. Entre la última medición de noviembre y la primera de diciembre, los brotes casi se triplicaron y los casos asociados más que se multiplicaron por dos. La medición del 17 de diciembre, al menos, señala un descenso de brotes y casos.

Detrás de estas cifras en crecimiento, dos causas más o menos claras. Por una parte, la nueva variante ómicron, mucho más contagiosa que las anteriores, aunque menos peligrosa en la gravedad de su impacto. Y, la otra, la relajación en las restricciones en los centros educativos desde el pasado mes de septiembre. Como comentaba Vicent Manyes, presidente de la Federación de directoras y directores de colegios de infantil y primaria, el haber equiparado los grupos burbuja a las ratios previas a la pandemia ha hecho que hayan aumentado los casos, así como el número de chavales puestos en cuarentena cuando aparecen casos en los centros educativos.

Desde que comenzara el curso, los informes del Ministerio de Sanidad aseguran que la mayor parte de los brotes y contagios se han producido en centros de educación infantil y primaria. Era de esperar después de la vacunación masiva de las y los jóvenes de entre 12 y 19 años en los meses previos a las vacaciones de verano. Por el contrario, los brotes y contagios desde el mes de enero y hasta final de curso, en junio, se sucedieron, mayoritariamente, en secundaria.

Es de suponer que el periodo de vacunación haga mejorar todos los indicadores de contagios en centros educativos, máxime cuando comienzan ahora las vacaciones de Navidad. Y esas mismas vacunaciones deberían ser capaces de frenar, en alguna medida, los posibles contagios que se produzcan durante las reuniones familiares de las próximas tres semanas.

Desde sindicatos como CCOO enviaban ayer un comunicado en el que exigía al Gobierno y a las comunidades autónomas que impusieran medidas como las que se tomaron el curso pasado: reducción de grupos burbuja o aumentos de las distancias interpersonales, «para garantizar la seguridad y la salud en todos los centros educativos».

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/12/21/el-ano-se-cierra-con-un-numero-de-contagios-similar-al-del-inicio-de-2021-tras-las-ultimas-navidades/

Comparte este contenido:

Selección de cuentos de la Guía ‘Cuentos por la diversidad LGTBIQ+’

Por:

Publicado en eldiariodelaeducacion.com

  • La guía Cuentos por la diversidad LGTBIQ+ es una recopilación de títulos que pretende hacer más accesible la realidad de las personas de este colectivo para que puedan tener referentes diversos. Se divide en varias temáticas: “diversidad familiar”, “todas somos diversas”, “rompiendo estereotipos”, “perspectiva de género”, “amor libre” y “por un mundo mejor”. En esta selección de 10 de los cuentos podréis ver algunos títulos que aparecen en la guía.

Familias

Autora: @oh.mamiblue | Ilustradora: Marina Mayor | Editorial: Somos libros (2018)

Las ilustraciones, acompañadas de textos en rima, nos acercan la diversidad familiar y nos plantean a las familias como un espacio de amor y de cuidado. Incluye todos los tipos de familias que podemos encontrar en nuestro entorno reunidas en una cama como escenario principal.

La niña que tenía dos papás

Autor i ilustrador: Mel Elliot | Editorial: Baula (2019)

La historia de una niña que llega nueva a la escuela y conoce a una nueva amiga: Matilda. Pronto su nueva amiga conocerá a sus dos padres y descubrirá, que no son una familia tan distinta a la suya.

Mamo

Autoras: Alejandra Castelló y Babeth Ripoll | Ilustradora: Marisa Morea | Editorial: Estrella Polar (2020)

Kai está a punto de conocer a su madrastra, la pareja de su madre. Siempre le han hablado mal de las madrastras, pero descubrirá que a él le ha tocado una MAMO, ¡una MAdrastra-MOlona!

Ahora me llamo Luisa

Autora: Jessica Walton | Ilustrador: Dougal Macpherson | Editorial: Algar (2017)

Una historia que relata el proceso de tránsito en la transexualidad del personaje protagonista. Un osito, amigo de Martín, está triste y Martín le acompañará en este cambio hacia su felicidad: ser Luisa.

Por cuatro esquinitas de nada

Autor y ilustrador: Jerome Ruillier | Editorial: Juventud (2004)

Una historia muy sencilla que nos explica el concepto de inclusión. El pequeño cuadrado no puede pasar por la puerta redonda… y los círculos le propondrán que se corte cuatro pequeñas esquinas de nada para poder pasar. Pero el pequeño cuadrado no quiere dejar de ser quien es…

Princesa Kevin

Autor: Michaël Escoffier | Ilustrador: Roland Garrigue | Editorial: Edelvives (2019)

Un cuento que nos ayuda a romper estereotipos alrededor de los disfraces de niños y niñas. Kevin quiere disfrazarse de princesa y le dará igual que otros lo entiendan o no. Eso sí, ¡descubrirá también que no es fácil ser una princesa!

Vivan las uñas de colores

Autoras: Alicia Costa i Luís Amavisca | Ilustrador: Gusti | Editorial: Nubeocho (2019)

A Juan le gusta pintarse las uñas y cuando se ríen de él en la escuela, su familia le apoya y se las pintan también. Desgraciadamente no será tan fácil y este tema traerá un buen debate en su entorno…

Rosa Caramelo

Autora: Adela Turin | Ilustradora: Nella Bosnia | Editorial: Kalandraka (2019)

Un cuento para trabajar la perspectiva de género. En este rebaño, las elefantas son de color rosa y sólo pueden realizar algunas actividades. Excepto Guillermina, que no aceptará esta tradición y empezará a generar cambios en su sociedad…

La boda

Autora y ilustradora: Jessica Love | Editorial: Kókinos (2020)

Una historia de pocas palabras que logra decir mucho. En una boda, Julián y su amiga se sumergen en el juego y un pequeño accidente se transformará en creatividad e ingenio. En paralelo, dos chicas celebran su boda rodeadas de amor y diversidad.

La pequeña intolerancia

Autora: Mar Pavón | Ilustradora: Virginia García | Editorial: Tramuntana (2018)

Una historia que hará reflexionar a pequeños y mayores. La pequeña intolerancia va haciendo acto de presencia en los hogares y los niños y niñas las transportarán a sus vidas. Una historia que habla la importancia de los referentes familiares y de cómo las actitudes de los adultos se materializan en los niños.

En Cuentos por la diversidad LGTBIQ+ encontrará muchos más títulos, cada uno de ellos con unas propuestas sobre cuestiones que se pueden trabajar en el aula.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/11/29/seleccion-de-cuentos-de-la-guia-cuentos-por-la-diversidad-lgtbiq/

Comparte este contenido:
Page 3 of 13
1 2 3 4 5 13