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El virus del deseo de saber

Por:Luis Hernández Navarro

Pedagogía de la solidaridad

Aminata O. Yalcouyé nació en Malí. Tiene veinticuatro años. Cuando era joven, cada día cargaba agua sobre su cabeza desde el pozo y estudiaba por las noches. Quería ser doctora. Comenzó la carrera en su país pero tuvo que dejarla al primer año porque su familia no tenía dinero. Ahora vive en Cuba y estudia medicina sin tener que pagar un peso. Los cubanos le dieron una beca.

Aminata estudia en la Escuela Latinoamericana de Medicina (Elam). Cada día ora. Ella es musulmana. Los primeros dos años en la universidad los vivió en una residencia estudiantil en la que compartió cuarto con Sena, una joven cristiana nacida en Benin, con Paola, una chica venezolana católica, y con Julia, una alumna mexicana atea.

A Aminata le fascina la anatomía. Los exámenes la ponen nerviosa. Cada noche estudia obsesivamente, siempre detrás de su mosquitero, de cuclillas frente a su computadora. A Julia, su compañera de cuarto, le contó cómo en su país los médicos del hospital mandaban a los pacientes con el chamán, porque hay enfermedades que corresponden al doctor y males cuya curación es responsabilidad del brujo. Le platicó la manera en que la vieja del pueblo de su padre intentó envenenarla con la sopa, que su abuela le quitó de las manos justo antes de que se la llevase a la boca. Compartió c on ella que su hermana Cadí era cuasiadivina, y la acostumbró a inspeccionar siempre el lugar del cual salía para evitar dejar cabellos, porque temía que fuesen utilizados por las brujas, a veces disfrazadas de gatos.

Las historias de Aminata solían ir acompañadas de hache ké, un platillo del oeste africano. Una noche, le confesó a Julia lo inconfesable: su nombre escondido detrás del punto de la O de Aminata O . Yalcouyé es un nombre secreto, que nadie conoce, pues si se llegase a escuchar en el fondo del canal que desemboca en el mar, la belleza estructural del sonido rompería en pedazos. El agua cristalina desgarraría la palabra y nos convertiríamos todos en los mismos sonidos. Aminata tiene un nombre escondido detrás del punto en la o . y, aunque eso no se lo cuenta a nadie, esa noche se lo dijo a su amiga-hermana mexicana. Esa convivencia y esos secretos compartidos entre los estudiantes del elam , como el de Aminata y Julia, han tejido fraternidades trasnacionales. La solidaridad internacional que los cubanos han forjado a lo largo de décadas con África, el Caribe y América Latina, de la que la Escuela es apenas un eslabón más, ha revolucionado la enseñanza y la práctica de la medicina.

En la Elam se mira la medicina con lentes diferentes a las de las escuelas tradicionales donde priva la lógica de la ganancia. También la enseñanza. Las clases a las que Julia asistió durante sus dos primeros años cubanos, se hablaba mucho de los países de los que provenían los estudiantes.

Había allí alumnos de Ecuador, Bolivia, Surinam, Guyana, Mongolia, Tanzania, Palestina, El Salvador, Jamaica, República Dominicana, México, Guatemala y San Vicente. Contaban anécdotas y hacían análisis. Conversaban sobre el medio ambiente, los servicios de salud, la situación política, los movimientos sociales, los índices de desarrollo humano y su relación con la sanidad y el proceso de salud-enfermedad.

La elam , la escuela donde estudian Aminata y Julia, es una de las criaturas educativas de Fidel Castro. Se fundó en 1999. Forma parte del Programa Integral de Salud que se desarrolla desde octubre de 1998 para atender los desastres naturales causados por los huracanes Mitch y George , que afectaron a países centroamericanos y caribeños. En ella se entrecruzan dos grandes cruzadas de la Revolución cubana: la pedagógica y la sanitaria.

En esta escuela, ubicada en las antiguas instalaciones de la Academia Naval Granma, cedidas por el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, se han formado durante los últimos diecisiete años más de 25 mil médicos. Sus estudiantes provienen de 122 países latinoamericanos, caribeños, de Estados Unidos, África, Asia y Oceanía. Pertenecen a más de cien grupos étnicos y decenas de religiones. Su objetivo es formar gratuitamente como médicos a jóvenes de otras naciones. En su mayoría, los alumnos son parte de familias de bajos recursos y de lugares apartados.

A los estudiantes no se les pide nada que no sea cumplir con sus obligaciones como alumnos. Nada, excepto una sola cosa. Cuenta Julia: “Nuestros maestros nos decían: lo único que les pedimos es que cuando vuelvan a sus países no le cobren lo mismo al pobre que al rico.”

Una potencia educativa

Cuba es hoy, a pesar del bloqueo estadunidense, una potencia educativa. “La educación cubana es un ejemplo para el mundo”, declaró a la Agencia Cubana de Noticias el representante de la unesco, Miguel Jorge Llivina Lavigne, en el Congreso Internacional Universidad 2014.

La Isla tiene un Índice de Desarrollo de la Educación para Todos muy elevado, incluso si se compara con los países desarrollados. El índice considera la calidad, la primera infancia, la primaria, los jóvenes, la alfabetización de los adultos y la paridad entre los sexos. La enseñanza en Cuba es gratuita y es responsabilidad del Estado impartirla. Es obligatoria hasta el nivel de Preparatoria.

Las cifras hablan. En 2015, esta institución educativa recon oció que Cuba fue el único país que cumplió los objetivos establecidos por el Foro Mundial de Edu cación de Dakar en el año 2000. Es uno de los v einticuatro países que han alcanzado una tasa bruta de escolarización en la enseñanza preescolar superior al ochenta por ciento y la han mantenido, siendo el único país latinoamericano en integrar este listado, (https://goo.gl/CkzkUk).

En el sistema de enseñanza primaria universal, la isla ya alcanzaba en 1999 un porcentaje de noventa y siete por ciento o superior. Lo mantiene hasta la fecha. Con respecto a la transición de la enseñanza primaria a la enseñanza secundaria, en 2011 las cifras cubanas llegaron al noventa y nueve por ciento.

Sorprendentemente, el número de los alumnos cubanos por docente en la enseñanza primaria es de 10 por cada maestro. La media internacional es de 40. A pesar de sus enormes carencias y de la tendencia mundial a reducir cada vez más el gasto público en educación, Cuba tiene el primer lugar entre los países con ingresos bajos que más gastan en educación. Destinó al sector en 2012 el trece por ciento del Producto Nacional Bruto.

Esta hazaña no es producto de la casualidad sino de la convicción y el trabajo. En septiembre de 1961, el comandante Castro señaló sin ambigüedad alguna la misión de la transformación en marcha. “Lo más fundamental que tiene que hacer una revolución –dijo– es preparar hombres y mujeres. Lo más fundamental que tiene que hacer una revolución es enseñar y educar. La tarea más importante de una revolución, y sin la cual no hay revolución, es la de hacer que el pueblo estudie.”

La historia viene de atrás. Ya desde 1953, en su célebre alegato de autodefensa “La Historia me absolverá”, Fidel Castro había puesto la cuestión educativa como uno de los asuntos que inspiraron su lucha por un mundo mejor. En ese año, el 23.6 por ciento de la población cubana no sabía leer ni escribir y más de la mitad de los niños entre seis y catorce años no estaban matriculados.

Los revolucionarios echaron a andar esta labor pedagógica sin esperar el triunfo. En plena guerra de guerrillas, con destacamentos de hombres armados en continuo movimiento e inclemencias del tiempo, se dedicaron a instruir a sus combatientes y a sus bases de apoyo. Al triunfo de la Revolución en 1959, crearon 10 mil nuevas aulas e impulsaron una reforma integral a la enseñanza.

En 1960, en un célebre discurso ante la Asamblea General de la onu , Fidel Castro se comprometió a terminar con el analfabetismo en un año. Miles de educadores voluntarios se trasladaron a los rincones más alejados de la Isla para combatir la ignorancia. En apenas doce meses, más de 700 mil personas aprendieron a leer y escribir.

Los resultados de este proyecto han sido contundentes. Como lo ha señalado Olga Fernández Ríos, en “1975 la educación primaria en Cuba se había multiplicado en casi tres veces a la existente en 1958, mientras que la educación media lo hacía en más de seis veces, a la vez que la enseñanza universitaria se multiplicó de forma tal que si en 1959 en Cuba había dieciséis alumnos universitarios ya en 1975 había más de 83 mil”.

Para Teodoro Palomino, un antiguo dirigente magisterial que hizo un doctorado en Ciencias Pedagógicas en la Isla entre 1997 y 1999 ha participado en muchos intercambios profesionales con el mundo docente cubano, en pleno período especial, y ha investi gado la experiencia educativa de ese país a profundi dad, una de las grandes fortalezas de este proyecto es el papel que se les da a los docentes. “No son privilegiados –dice–. Pero gozan de un reconocimiento social muy grande. Se les respeta enormemente.”

Las claves del éxito

¿Cómo funciona la educación cubana? Julia, la joven mexicana estudiante de la ELAM, cuenta su experiencia: “En mi memoria quedan mis compañeros dando repasos hasta las tres de la mañana en las aulas que las tías –así llamábamos a todas las trabajadoras de la escuela– nos prestaban. Veía a estudiantes dando clases a otros estudiantes a todas horas, de todas las maneras posibles. En las aulas, en los cuartos, en las literas, en las canchas de fútbol, en los pasillos. Vi gente compartir computadoras, cuadernos, lápices, libros, información. Lo que se tenía, lo tenían todos. No se trataba de aprobar el año y graduarse, se trataba de que todos aprobásemos el año y nos graduásemos juntos. Cuando uno terminaba de comprender un tema y repasarlo, no se iba a dormir, se quedaba ayudando al de junto y hasta entonces llegaba la hora de dormir.

“Desde primer año comenzamos a asistir a los policlínicos y a los consultorios. Aprendimos a atender a la población y a elaborar el Análisis de la Situación de Salud, comprendiendo el proceso salud-enfermedad como un proceso biopsicosocial, entrevistando a gente en sus casas, ganándonos la confianza de la población, recorriendo calles, montándonos en bicitaxis para llegar hasta el último rincón para no dejar una sola casa sin visitar. En la mayoría de esas casas nos recibieron con sonrisas y hasta con cafés. Aprendimos los procederes básicos de enfermería con personal de salud que tuvo la paciencia necesaria con nuestro nulo conoci miento de la idiosincracia cubana e incluso con quienes acababan de aprender español.

“Al terminar el segundo año salimos de la sede central de la elam para seguir nuestros estudios en otras sed es, muchas de ellas en provincia. Las puertas de casi todos los hospitales del país se nos abrieron de manera cálida para hacernos sentir como médicos. Des de el primer día se nos asignó una cama y comenzamos a trabajar. Mi primera paciente se convirtió en mi amiga y cada vez que me cruzo con ella o con su hija por las calles de Cienfuegos me reclama el hecho de que nunca fui a visitarla a su casa a comer aquel cerdo asado que me prometía siempre. El paciente de la cama que tuve asignada en terapia intensiva me regaló un bolígrafo cuando dejé el mío olvidado en casa.

“Los doctores nos explicaron cómo determinar la conducta médica tanto en Cuba como en nuestros paí ses, dependiendo de las posibilidades económicas y de recursos que tuviésemos a la mano. En ocasiones no había en la farmacia los medicamentos necesarios y tratar a los pacientes en consulta resultaba difícil, pero pocas veces predominaba la quietud o el silencio. Se recurría a la medicina natural, a explicar la situación al paciente y ante todo, a tranquilizarlo. Se intentaba dar solución siempre al problema aunque fuese inventando, como se dice en buen cubano al hecho de resolver un problema de manera creativa. “ Poco a poco nos fuimos acostumbrando. Caí en cuenta de lo mucho que me había acostumbrado un día en que me senté a redactar un plan preventivo en caso de derrumbe para una comunidad en la cual iba a trabajar en México el verano siguiente. La información que logré obtener en internet mostraba que para el municipio entero existían nueve médicos y siete clínicas, y ninguno se encontraba cerca de la comunidad. No entendí cómo eso era posible, me quedé fría.”

Sin ser los únicos, la gran mayoría de los rasgos de la enseñanza en el elam que describe la estudiante mexicana son parte del proyecto educativo cubano. La forma en la que los jóvenes aprenden, la orientación general de sus estudios, es la misma con la que se instruyen los cubanos. En ellos está la llave de su éxito. Según Teodoro Palomino, una de las claves que explican los enormes avances en la enseñanza en la Isla, tienen que ver con su política educativa única. El sistema está integrado desde los círculos infantiles hasta el postgrado. Hay verdadera planeación. Los docentes están en un proceso de formación permanente, y disfrutan de asesoría contínua sobre técnicas y metodologías. Se forman con conocimientos científicos probados por su aplicabilidad más que en la investigación y comprobación de teorías. Se parte de que la pedagogía es una ciencia, no una disciplina.

En 1992, Fidel Castro resumió la ideas-fuerza del proyecto educativo de la Cuba socialista. “Una de las cosas que tiene que lograr la escuela –dijo en el Palacio de las Convenciones– es enseñar a estudiar, a ser autodidacta, porque la inmensa mayoría de los conocimientos no los va a adquirir en la escuela; en la escuela va a adquirir las bases, en la escuela tiene que aprender a estudiar, tiene que aprender a investigar; en la escuela tienen que introducirle el virus del deseo y la necesidad de saber”. Ese virus del deseo y la necesidad de saber han hecho de Cuba el país mejor y más educado de América Latina, y un ejemplo para todo el mundo.

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220417

Imagen: insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/12/rebelion2.jpg

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La guerra contra las escuelas multigrado

Por: Luis Hernández Navarro

 

Más de 100 mil pequeñas escuelas están sembradas en las comunidades rurales más incomunicadas del país. En ellas, uno o dos maestros enseñan los seis grados de educación primaria, en un solo salón de clases, a niños de todas las edades y niveles de instrucción. Se les conoce como multigrado.

Sus aulas carecen de pupitres, bancas, escritorios y hasta de pizarrones. Con frecuencia tienen piso de tierra y techo de lámina. Muy pocas son territorio Telcel. Cuatro de cada 10 escuelas en el país no tienen drenaje, en tres no hay agua y en una hacen falta electricidad y sanitarios.

Los profesores que enseñan en ellas deben vivir allí. Trasladarse a ellas desde los grandes centros urbanos les toma horas. Deben hacerlo en transporte público en pésimo estado e incluso por tramos a pie. Con harta frecuencia, para su alimentación y hospedaje dependen de la buena voluntad de los padres de familia.

Los niños que asisten a estos planteles son en su mayoría pobres. Setenta y ocho por ciento están considerados parte de familias que viven en alta y muy alta marginación. Muchos llegan a clases con el estómago vacío, sin probar bocado, después de caminar por agrestes senderos. No pocos deben, además de estudiar, ayudar a sus padres en labores agrícolas, recogiendo leña o acarreando agua.

Los maestros no sólo dan clases simultáneamente en todos los grados. Son, al mismo tiempo, intendentes, secretarios y directores. Como pueden, organizan actividades deportivas y artísticas. Carecen de materiales escolares, de metodologías acordes con esa realidad y del apoyo institucional para hacer bien su trabajo.

No obstante sus enormes penurias, han dado resultados dignos. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 85.73 por ciento de los más de 5.25 millones de niños entre seis y 14 años, que viven en comunidades de no más de 2 mil 500 habitantes, saben leer y escribir. La media nacional para ese mismo segmento de la población es apenas ligeramente inferior: 87.46 por ciento.

Sin embargo, a pesar de que esas escuelas tienen una problemática particular, las autoridades educativas las tratan como si fueran una versión reducida de planteles de organización completa. Un maestro multigrado rural es evaluado de la misma manera y con los mismos criterios que un profesor de un centro educativo urbano.

Pero, no obstante sus carencias, las comunidades, un buen número de ellas indígenas, están orgullosas de sus escuelas. Muchas son producto de la lucha y las gestiones de los pobladores. En no pocos casos, son ellos quienes las sostienen en pie y les dan mantenimiento. Ellos las plantaron como una semilla para cosechar la educación de sus hijos.

Sin embargo, ahora las autoridades educativas amenazan con cerrar 100 mil de esas escuelas para reconcentrar a sus alumnos en planteles completos ubicados en grandes centros de población.

El 13 de mayo de este año, en la Universidad Panamericana, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, anunció esta medida. Hay –informó– un plan piloto de transporte escolar en San Luis Potosí para alumnos de comunidades rurales con planteles multigrado. Añadió: en lugar de seguir con esta dispersión, podemos llevar a niños de comunidades no tan alejadas a escuelas que sí sean de organización completa.

Días después, el 19 de mayo, Fernando Ramos Delgadillo, director de Planeación y Evaluación de la Secretaría de Educación de ese estado, dijo que las primarias públicas multigrado (seis de cada 10 en la entidad) son un problema para la población. Y amenazó con emprender un proceso de concentración poblacional, del que la reconcentración escolar forma parte. San Luis Potosí –notificó– es parte de un plan piloto para concentrar planteles.

Y seis meses más tarde, el pasado 19 de noviembre, el secretario Nuño diagnosticó que la plantilla escolar en localidades dispersas tiene los peores resultados y la menor inversión, y anunció el proyecto de reconcentrar 100 mil escuelas. Todo, en nombre de la inclusión y la equidad.

Un proyecto de esta naturaleza es un atentado a la vida comunitaria, a la diversidad cultural y a la pluralidad lingüística. Lejos de impulsar la educación bilingüe intercultural, la reconcentración homogeniza la diversidad cultural y las lenguas, las reduce.

En el mundo existen muchos ejemplos de escuelas multigrado exitosas. Es el caso de Colombia, Bangladesh, Cuba y Finlandia. En cambio, con frecuencia, la reconcentración (instrumentada en diversos países desde dictaduras) ha resultado un fracaso.

Los ambiciosos planes de transporte que acompañan la reconcentración escolar, destinados al traslado de niños a kilómetros de distancia de donde viven, pueden ser un magnífico negocio para las empresas beneficiadas por la subrogación del servicio, pero son un riesgo y un desgaste para los estudiantes, y una forma de alejarlos de sus familias.

Es falso que la centralización escolar sea un indicador de progreso. Muchos países industrializados tienen un porcentaje muy alto de escuelas de primaria multigrado que funcionan muy bien. Cuarenta por ciento de los planteles de Australia, 35 por ciento de Noruega, 34 por ciento de Francia y 30 por ciento de Finlandia son escuelas de ese tipo.

Lejos de apoyar los planteles multigrado, el gobierno federal ha optado por combatirlos. Por ejemplo, el programa Escuelas al Cien, encargado de mejorar la infraestructura escolar, destina la mayor cantidad de recursos a los estados mejor equipados. A partir de una fórmula definida por la Secretaría de Hacienda, le da al estado de México, que sólo tiene 74 escuelas con infraestructura deficiente, 9.01 por ciento del financiamiento. En cambio a Durango, con 63.3 por ciento de los planteles escolares en modalidad multigrado, le asigna solamente 1.64 por ciento.

La reconcentración escolar es un proyecto antirrural, neocolonial, anticomunitario, de muy dudosa eficacia pedagógica. Es parte de una operación de despojo territorial. Más temprano que tarde, tendrá consecuencias insospechadas para sus promotores.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/12/06/opinion/020a2pol

Imagen: www.ultra.com.mx/noticias/archivos/timthumb.php?src=http://www.ultra.com.mx/noticias/imagenes/notas/escuelas-multigrado–reto-de-educacion_f5c7f.jpg&h=345

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La doctora Zazueta y la represión al magisterio

Por: Luis Hernández Navarro
Karol Marcela Pacheco Zazueta tiene apenas dos años de edad y ya sabe lo que es la represión. Ella estaba en el grupo maternal uno del Centro de Desarrollo Infantil uno en Hermosillo, Sonora. Pero fue expulsada como represalia a la labor de su mamá, la profesora Marcela Guadalupe Zazueta Pintado.

Lo mismo hicieron con la niña Selene Cebreros Vázquez, de tres años, que debería estar cursando segundo de prescolar. Ella fue echada de la Estancia para el Bienestar y Desarrollo Infantil 78 de Ciudad Obregón, como venganza contra su madre, la maestra Selene Vázquez.

Apenas en junio pasado, durante el aniversario luctuoso de los infantes que perdieron la vida en la Guardería ABC, la maestra Marcela denunció el pésimo servicio que las guarderías en Sonora y en todo el país proporcionan a sus beneficiarios. Sus palabras sentaron muy mal a las autoridades.

La doctora Zazueta es profesora de la zona 095 en educación primaria federalizada. Fue despedida por negarse a presentar el examen de evaluación al desempeño docente. Forma parte de un grupo de 46 trabajadores de la educación cesados en Sonora por esta razón. Actualmente enfrenta un proceso judicial de defensa por baja que aún no ha sido resuelto.

La profesora Marcela fue despedida a pesar de que sus compañeros y los padres de familia de sus alumnos la reconocen como una excelente maestra. Además de la licenciatura cuenta con maestría y doctorado en administración educativa, que pudo cursar con el apoyo de su esposo. Es cinta negra de tae kwon do. Recientemente, la Red Feminista Sonorense le otorgó la presea al valor.

La doctora Marcela obtuvo sus grados académicos con muchos esfuerzos y sacrificios. Nacida en el ejido Mayojusalith, municipio de Etchojoa, fue a la escuela primaria en una carreta jalada por un caballo, conducida por su papá, que se dedicaba a cuidar vacas. A los 11 años –narró ella– fue a la secundaria caminando cada día cuatro kilómetros de ida y cuatro de regreso. Para asistir a la preparatoria se tuvo que trasladar a casa de unos amigos de sus padres en Ciudad Obregón, extrañando a su familia y amigos.

Cuando cursaba el segundo año de la licenciatura en ciencias de la educación (la corrupción y su rectitud le impidieron entrar a la Normal de Navojoa), su padre falleció en un accidente. Con tres hermanos menores estudiando, se puso a trabajar como agente de ventas mientras seguía adelante con su carrera.

La maestra Zazueta resume su vocación por el magisterio en una frase de Tomás Bulat: Cuando se nace pobre, estudiar es el mayor acto de rebeldía contra el sistema. El saber rompe las cadenas de la esclavitud.

La profesora Marcela batalló enormemente para conseguir una plaza. Finalmente, en 2002 le asignaron una para trabajar en la escuela primaria multigrado Juan Bourjac, en el ejido Las Placitas. Allí dio clases de primero, segundo, tercero y cuarto grados, de manera simultánea.

Mientras cursaba su doctorado comprendió que la reforma educativa no ofrecía nada bueno ni a los maestros ni a la educación pública del país. Su conclusión fue producto del estudio y la reflexión. Preguntó, investigó a profundidad y meditó sobre el asunto hasta que discernió que debía rechazarla.

Aunque no se difundió mucho nacionalmente, el movimiento magisterial en Sonora frenó en un primer momento, con éxito relativo, la evaluación al desempeño docente. En noviembre de 2015, centenares de profesores y padres de familia bloquearon desde las cuatro de la madrugada las sedes de aplicación del examen. Enarbolando la bandera nacional, entonaron el himno y ocuparon las puertas de entrada. La autoridad mandó a los granaderos a desalojar a los maestros con violencia. Finalmente, en esa primera oportunidad, sólo se evaluaron unos cuantos docentes. Furioso por el descalabro, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, cesó al delegado de esta institución en Sonora.

Como represalia, el fin de semana posterior a las acciones de protesta fueron encadenadas la casa de la maestra Marcela y de otros cuatro profesores más. El 7 de marzo llegó el aviso de cese de 84 maestros en el estado.

Lejos de disminuir, la inconformidad docente se extendió en la entidad. Un día después del aviso de despido los profesores marcharon al Congreso, y tres más tarde hicieron un plantón frente a Palacio de Gobierno. La noche del 21 de marzo, la gendarmería y policías vestidos de civil los desalojaron, golpeándolos y robando sus pertenencias.

Finalmente, el 15 de abril, 46 maestros fueron cesados. Los padres de familia tomaron las escuelas en solidaridad. El gobierno contraatacó y el 20 de ese mes, elementos de la Policía Estatal Investigadora detuvieron a tres docentes y dos padres de familia en diferentes municipios de la entidad, acusados de diversos delitos, todos falsos. Los arrestos se realizaron con violencia, frente a los niños.

Cuando en junio los dirigentes magisteriales de Oaxaca, Rubén Núñez y Francisco Villalobos, fueron trasladados a Hermosillo, al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 11, maestros sonorenses, académicos de varias universidades y sindicalistas marcharon, bajo un sol infernal, para exigir su liberación. Corearon consignas como: Gobernadora Sonora NO acepta maestros encarcelados y Oaxaca aguanta, Sonora se levanta.

Que una maestra con la capacitación, el compromiso pedagógico y el talento de Marcela Zazueta esté despedida por rechazar la reforma educativa muestra tanto el absurdo de la reforma como el ánimo de venganza de las autoridades, que quieren imponerla a sangre y fuego. Lo mismo sucede con los otros 45 profesores despedidos de Sonora y muchos otros más en el resto del país. Esos maestros, que son parte de los mejores y más dignos docentes que integran el sistema educativo nacional, deben ser reinstalados.

Twitter: @lhan55

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/10/25/opinion/017a2pol

Fuente de la imagen: http://redcritica.net/?p=532

 

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La locomotora chiapaneca

Por. Luis Hernández Navarro
El gobierno federal abortó la posibilidad de que los maestros de Chiapas regresaran a clases. A los pocos días de hacer una oferta para congelar la aplicación de la reforma educativa en la entidad, reculó. Tanto el subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda, como el de Educación Pública, Aurelio Nuño, negaron en público lo que la administración de Enrique Peña Nieto ofreció en privado desde días antes.

La reunión donde se formuló la propuesta gubernamental se efectuó en la Ciudad de México el 31 de agosto. Participó en ella una comisión de 15 dirigentes sindicales de las secciones 7 y 40 de Chiapas. Luis Enrique Miranda asistió con la representación del gobierno federal. Estuvieron presentes el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco; el presidente del consejo de Chiapas, Eduardo Ramírez, y Roberto Rubio, secretario técnico del Gobierno de esa entidad.

Allí, el subsecretario Miranda ofreció verbalmente –advirtiendo que no lo iba a hacer por escrito– congelar la reforma educativa en Chiapas hasta el fin del sexenio. La reforma va porque va –dijo–, pero yo me comprometo –y tengo la facultad, la disposición del Presidente de la República– para que en Chiapas no pase. Prometió respetar la bilateralidad en las relaciones laborales, conservar la cadena de cambios, los ascensos, las permutas, conciliar 2 mil 700 plazas y pagar salarios retenidos.

El movimiento magisterial acordó consultar esta propuesta a sus bases para definir si se la aceptaba y, en caso de que así fuera, retornar a las aulas. La decisión quedó en manos de todos y cada uno de los maestros y no de los dirigentes. Sin embargo, en plena consulta, tanto el subsecretario Miranda como Aurelio Nuño negaron públicamente el ofrecimiento federal. Más aún, altanero y provocador, el secretario de Educación anunció el despido de miles de maestros.

Ante la trampa gubernamental, la sección 7 suspendió la auscultación.Lo que ofreció Miranda no lo hizo como persona, lo ofreció como institución y tuvo que consultar con Osorio Chong y él con Peña Nieto, así que no se hagan tontos. La consulta queda anulada porque las bases entienden que el gobierno no ofrece nada y este movimiento tan grande no se hizo para irse sin nada, afirmaron en conferencia de prensa voceros de la CNTE. El acuerdo de los profesores es que en Chiapas el paro se mantiene y la protesta se intensifica, ocupando el palacio de gobierno y el Congreso estatal.

El magisterio chiapaneco cuenta con la unidad, organización y disciplina para sostener el paro indefinido. Desde que comenzó la suspensión de labores el pasado 15 de mayo, el movimiento ha resistido todo: represión policial abierta, el encarcelamiento en el penal de alta seguridad de Nayarit de 18 maestros de base acusados de terrorismo, el asesinato del profesor David Gemayel Ruiz, campañas de estigmatización, despidos y retención de salarios.

La actual jornada de lucha por la abrogación de la reforma educativa fue anticipada por otra efectuada en 2013. Hace poco menos de dos años, los maestros chiapanecos realizaron un exitoso paro de 87 días, que comenzó el 1º de septiembre de 2013 y terminó el 20 de noviembre. La protesta fue masiva. Según José Luis Escobar Pérez, aunque las autoridades amenazaron como ahora lo hacen, con cesarnos y sancionarnos administrativamente en nuestra contra, no pudieron hacerlo. La movilización culminó con la firma de una minuta que garantizó sus derechos y el carácter bilateral del sindicato.

La CNTE nació en diciembre de 1979 en Chiapas. No fue casualidad que se fundara en aquellas tierras. Los maestros de ese estado, junto a los de Tabasco, efectuaron un paro indefinido en mayo de ese año. Desde entonces han desempeñado un papel central en la movilización por la independencia y democracia gremial.

La actual dirección de la sección 7, en parte proveniente de la experiencia formativa de la normal rural de Mactumatzá, es heredera de lo mejor de esa tradición de lucha iniciada en 1979. Apenas en julio de 2013 lo­gró recuperar la conducción del sindicato, en manos del charrismo desde 2008, cuando Elba Esther Gordillo impuso al frente de ella a Rosendo Galíndez (http://goo.gl/KphmMH), un antiguo integrante de la CNTE a quien ella cooptó.

Un papel central en la forja de la combatividad actual fueron las protestas contra la evaluación punitiva del 8, 9 y 10 de diciembre de 2015. El gobierno sabía que si lograba imponer esa evaluación en Chiapas, donde había un rechazo total, era seguro que la reforma avanzaría como aplanadora.Nosotros entendíamos bien eso. Y por eso decidimos que las evaluaciones no pasarían, narra José Luis Escobar. Nos la adelantaron. Y al cuarto para las 12 convocamos a nuestras bases a llegar a la capital para detenerla. Nos fuimos a Llano San Juan. Éramos más de 100 mil almas. Allí hubo un enfrentamiento con la Policía Federal (que iba armada), en el cual fue asesinado el compañero David Gemayel Ruiz.

La nueva etapa de lucha, iniciada hace casi cuatro meses, ha tenido momentos muy dramáticos. El 15 de mayo se instaló un campamento magisterial en el centro de Tuxtla Gutiérrez. El gobierno respondió amagando con desalojarlo y con vuelos rasantes de helicópteros. Pero gracias a la sociedad civil, que salió a las calles para manifestarse, esas amenazas se suspendieron. Irónicamente, en lugar de que la represión haya debilitado al movimiento, lo ha fortalecido.

Los choques con la policía han sido muy duros. El pueblo ha salido a las calles a defender a los maestros. No son acciones programadas. Son expresiones de descontento espontáneas, nacidas del coraje de ver que un grupo de policías hace uso indiscriminado de la violencia. El 25 de marzo, en Chiapa de Corzo, la población indignada corrió a la Policía Federal de la ciudad. A raíz de ese ejemplo, los padres de familia de las colonias populares de Tuxtla Gutiérrez se armaron de valor y dieron un ultimátum a los federales para que se fueran.

Si en algún lugar la protesta de los maestros se ha convertido en un verdadero movimiento popular es en Chiapas. El gobierno debió pensarlo antes de maniobrar tan burdamente como lo hizo. La locomotora magisterial chiapaneca contra la reforma educativa no se detiene. Tampoco se descarrila.

Twitter: @lhan55

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/09/13/politica/017a2pol?partner=rss

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La afrenta educativa

Luis Hernández Navarro

Día tras día, la realidad magisterial contradice los propósitos y los dichos del secretario de Educación, Aurelio Nuño. Los maestros de carne y hueso caminan en dirección distinta a las palabras del funcionario público. Cuando él dice ¡sí!, ellos responden ¡no! Ni siquiera los docentes a los que premia y alaba están de acuerdo con él.

Así sucedió el pasado 3 de marzo. Mientras el secretario anunciaba que en México había profesores destacados y de excelencia, como lo demostraban los resultados de la Evaluación al Servicio Profesional Docente, esos mismos educadores le aclaraban que en México ‘‘no hay maestros ni de primera ni de segunda ni de tercera, sólo maestros”.

En la misma reunión en que el secretario trató de dividir a los mentores, y ensalzó la evaluación punitiva –escribió Laura Poy–, Lucero Navarrete, maestra de primaria de Chihuahua, le respondió: los resultados del examen al desempeño docente dependen de muchos factores y de las circunstancias personales que cada uno de nosotros experimentó… a unos nos favorecieron y a otros no, pero hay muchos que no obtuvieron el resultado que merecían, porque el trabajo que realizan en su escuela es muy diferente a lo que viene en un examen, al miedo o a las circunstancias.

Apenas el 22 de febrero, Aurelio Nuño había chocado con el magisterio oaxaqueño. Ese día, protegido por un fuerte operativo policíaco-militar, se presentó sin avisar, acompañado del gobernador Gabino Cué, en la escuela primaria Emiliano Zapata, en Miahuatlán, Oaxaca.

El objetivo explícito del acto era dar el banderazo de salida al programa Escuelas al Cien. El propósito no declarado era mostrar que el magisterio del estado se encontraba en calma y bajo control. El resultado fue ­contraproducente.

A los maestros de la Emiliano Zapata se les obligó a recibir al secretario bajo amenaza de despido. Moisés Robles, el policía que dirige el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, les advirtió que si no cooperaban sufrirían el cese inmediato.

Para realizar el acto oficial, las instalaciones escolares fueron cercadas por elementos de la Policía Federal, granaderos y Ejército. Un policía vestido de civil amenazó con un arma al maestro que resguardaba la puerta de entrada. Las llamadas telefónicas fueron bloqueadas.

Ante el despliegue y la intimidación policíaca, padres de familia montaron en pánico. Muchos se negaron a llevar a sus hijos a clases y otros regresaron a sacarlos de la escuela. Dentro de la Emiliano Zapata los niños lloraban, se quejaban de que les dolía cabeza y se enfermaban del estómago. Para resguardarlos y tranquilizarlos los profesores los metieron a los salones.

El programa oficial duró apenas unos 20 minutos y estuvo lleno de contratiempos. Sin alumnos suficientes, la banda de guerra no se pudo integrar. Ni siquiera los niños de la escolta estaban completos. A pesar de ello, las autoridades realizaron la ceremonia del toque de bandera y entonaron el Himno Nacional. Al final, informaron que a la escuela le iban a dar 2 millones de pesos.

Durante la reunión, oliendo a alcohol, el gobernador Gabino Cué apenas hilvanó unas cuantas palabras. Bajo amenaza de cese, con las cámaras de televisión frente a ellos, contra su voluntad, los profesores fueron obligados a reunirse con el secretario Nuño. Una maestra lo cuestionó sobre por qué entrar a la escuela con tanta policía. Varios profesores le preguntaron por qué la evaluación pretendía castigarlos y no capacitarlos. La directora Paulina Miguel Pérez le señaló la necesidad de que recibiera a sus dirigentes de la sección 22 para iniciar un diálogo.

La SEP anunció que en la Emiliano Zapata se había formado el primer Comité de Padres de Familia y el primer subcomité de Infraestructura Escolar de Escuelas al Cien. La realidad es otra. El comité ya se había formado, pero no para este programa. Es el mismo que se forma y funciona cada año. Ni maestros ni padres de familia tenían información previa del programa. Apenas una semana antes, unas personas llegaron a la escuela a realizar un diagnóstico, pero nunca informaron realmente a qué iban.

De los 2 millones de pesos que, como parte del programa Escuelas al Cien, las autoridades educativas ofrecieron a la Emiliano Zapata (y al preescolar que se encuentra junto a ella), ni maestros ni padres de familia saben nada. Nadie se ha parado por allí para cumplir la promesa.

La incursión policíaca del secretario Nuño a Miahuatlán fue una afrenta al magisterio oaxaqueño. La reacción no se hizo esperar. El 1º de marzo, el mismo día en el que el titular de la SEP anunció el despido de más de 3 mil maestros que se negaron a realizar el examen de evaluación al desempeño, más de 80 por ciento del magisterio de la entidad suspendió labores y bloqueó las principales carreteras del estado.

Como remate, dos días después, el 3 de marzo, más de 14 mil profesores del istmo suspendieron labores, mientras otros 6 mil bloquearon la Carretera Transístmica y chocaron con la policía para protestar por la presencia del presidente Enrique Peña Nieto en esa región de Oaxaca. La movilización fue convocada y organizada de un día a otro.

En Solving the Mystery of the Schools, una reseña acerca de dos recientes libros sobre el fracaso de la reforma educativa en Estados Unidos, Diane Ravitch, ex subsecretaria de Educación de ese país, concluyó: Los autores de estos dos libros demuestran que las grandes ideas no pueden ser impuestas a las personas sin su consentimiento. El dinero y el poder no son suficientes para mejorar las escuelas. La mejora real ocurre cuando estudiantes, maestros, directores, padres y la comunidad local colaboran en beneficio de los niños (http://goo.gl/XCIXwu).

Muchas de las conclusiones del análisis de la doctora Ravitch valen también para México. Allí están algunas de las claves que explican el porqué del divorcio de los afanes y dichos del secretario Nuño con la realidad educativa del país

Fuente del articulo: https://cnteseccion9.wordpress.com/2016/03/18/la-afrenta-educativa-luis-hernandez-navarro/

Fuente de la imagen:https://1.bp.blogspot.com/-3WqUJWoDg0s/VuDGa_1ohBI/AAAAAAAAATY/LHAgcuXY-Vk/s640/Al%2Bcien.jpeg

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Los 114 días que sacudieron a México

Por: Luis Hernández Navarro

Durante 114 días, la resistencia magisterial contra la reforma educativa ha estado en el centro de la agenda política nacional. Desde el pasado 15 de mayo, la huelga docente y la lucha de los padres de familia en defensa de la enseñanza pública ha sacudido regiones enteras del país, alterado la marcha de la economía y crispado el mundo de la política institucional.

No hubo, en todo este tiempo, una noticia que mereciera más ocho columnas de la prensa escrita y más cobertura en los noticiarios radiofónicos y en los telediarios. La cuestión educativa y las protestas magisteriales atravesaron la vida cotidiana de millones de ciudadanos. En comidas y reuniones familiares, transportes públicos, centros de trabajo, asambleas y reuniones universitarias el asunto se convirtió en tema obligado de conversación y debate.

A lo largo de estos casi cuatro meses, los maestros de la CNTE y sus aliados lograron que amplias franjas de la sociedad reconocieran que la reforma educativa está lejos de ser una solución a las carencias de la enseñanza pública en el país. Hicieron evidente que, por el contrario, es un verdadero problema. Mostraron que detrás de ella se esconden intereses empresariales que se disfrazan de ciudadanos, y que utilizan la coartada de los derechos de la niñez para hacer negocios. Esclarecieron que las leyes secundarias aprobadas por el Congreso de la Unión están mal hechas y peor aplicadas.

El movimiento magisterial ha sido, desde hace casi cuatro años, un dique social a las reformas neoliberales en marcha. Durante estos últimos 114 días, sus integrantes enseñaron en las calles, en las plazas y en las vías de comunicación el carácter antipopular y antinacional de las modificaciones legales presumidas por Enrique Peña Nieto como el gran logro de su ­administración.

En distintos momentos, a lo largo de los primeros meses de 2016, el gobierno federal anunció el fin de la CNTE, su derrota definitiva. La huelga nacional magisterial iniciada el pasado 16 de mayo demostró que las declaraciones gubernamentales eran baladronadas. La coordinadora no había sido vencida y, por el contrario, ahora es más fuerte que nunca. Los maestros abatieron la estrategia guerrerista de Aurelio Nuño (que demostró ser un pésimo político y peor policía).

De paso, la CNTE demostró que es un intelocutor necesario y legítimo para abordar la agenda educativa del país. Los maestros obligaron a las autoridades a sentarse a negociar y a que se les hicieran concesiones significativas. Clave en este diálogo fue el papel de la Comisión Nacional de Mediación (Conamed).

Muy pocos movimientos han sido objeto de una campaña de desinformación y estigmatización como la que el gobierno federal y el mundo empresarial emprendieron contra los trabajadores de la educación en lucha. Como si estuviéramos en plena guerra fría y los maestros fueran enemigos del país, políticos, líderes patronales y comunicadores lanzaron contra ellos todo tipo de calumnias y falsedades. El espíritu represor de Gustavo Díaz Ordaz rencarnó en Los Pinos.

A pesar de ello, la coordinadora ganó el respaldo de destacados investigadores educativos, de muy importantes intelectuales, del EZLN, de pueblos indígenas, de jerarcas religiosos y feligreses, de innumerables organizaciones sociales y de multitud de padres de familia. El foro de la CNTE Hacia la construcción del proyecto de educación democrática, celebrado el 9 de agosto de 2016 en el Centro Médico Siglo XXI, fue un momento central de este apoyo.

El movimiento magisterial no logró la solución de su principal demanda: la abrogación de la reforma educativa. En cambio, demostró que en amplias regiones del país esa reforma está muerta. Nunca se va a poder aplicar. En Chiapas, el gobierno federal tuvo que aceptar, simple y llanamente, abrir un paréntesis en su implementación hasta 2018.

El mismo Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación suspendió la evaluación al desempeño docente durante un año, limitándola a aquellos que la presentaron y obtuvieron resultados deficientes. El instituto reconoció, además, que tenía que modificar el tipo de evaluación en las escuelas multigrado y de educación indígena (casi 43 por ciento de las escuelas del país).

A pesar del complejo de avestruz del Congreso de la Unión y de su vocación de esconder la cabeza para ignorar los grandes problemas, el debate sobre la reforma educativa llegó también, por obra de la lucha magisterial, a este poder. Los legisladores que se negaban a reconocer que era necesario modificar la norma tuvieron que tragarse sus palabras. La discusión está allí. Y, aunque todavía está en veremos si el conflicto encontrará una vía de solución a través de las Cámaras o seguirá dominando la vocación autista de muchos legisladores, la pelota está en su cancha.

No obstante que la SEP y el SNTE negociaron en secreto que el aumento al salario base de 3.5 por ciento no se aplicara a más de medio millón de maestros que se encuentran en carrera magisterial, las protestas docentes (incluidas las de Nuevo León) echaron atrás este acuerdo.

El movimiento logró liberar a ocho de los dirigentes oaxaqueños presos. Sin embargo, cerca de 32 siguen en las cárceles, acusados de delitos fabricados y absurdos. No se ha hecho justicia a las víctimas de la masacre gubernamental de Nochixtlán. Peor aún, sigue en el aire la tentación gubernamental de involucrar falsamente en esos hechos a seis organizaciones sociales ligadas al movimiento magisterial. No hay un solo responsable castigado por el asesinato a manos de la policía de los profesores Claudio Castillo, Antonio Vivar Díaz, David Gemayel Ruiz.

A pesar de ello, es indudable que el movimiento magisterial ha cosechado muchos y muy importantes triunfos en esta última oleada. Hoy martes, su Asamblea Nacional Representativa (ANR) acordará el rumbo que seguirá su lucha. Entre otras cosas, teniendo como telón de fondo la decisión del magisterio de regresar a clases y la consulta en marcha de los profesores chiapanecos, determinará si mantiene o modifica sus actuales formas de protesta, sin renunciar a seguir la movilización. Decida lo que decida, tiene en su haber, tras de estos 114 días que sacudieron a México, logros históricos.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/09/06/opinion/017a2pol

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El largo camino hacia una educación alternativa

Luis Hernández Navarro
Desde hace 23 años, la CNTE ha analizado y discutido cómo elaborar un proyecto de educación alternativo. No se ha conformado con ello. En varias entidades del país lo ha llevado a la práctica.Lo ha hecho como parte de su propuesta estratégica de luchar por democratizar el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), democratizar la enseñanza y democratizar el país.
En el centro de este plan para diseñar una propuesta de enseñanza alterna se encuentra la preocupación por impulsar una educación pública, democrática, científica, popular, crítica, reflexiva y comprometida. Se trata, según resolvió el segundo congreso nacional ordinario de la Coordinadora, de una responsabilidad histórica que debe emanar de las bases.
El primer foro sobre educación alternativa organizado por la CNTE se efectuó el 11 y 12 de junio de 1983. Su objetivo fue proporcionar a los maestros de banquillo herramientas para avanzar en la apropiación de su materia de trabajo. Ese acto fue el punto de arranque de una larga serie de encuentros, conferencias, talleres, foros y congresos educativos, estatales y nacionales, en ocasiones sin continuidad entre sí. En ese primer foro los participantes analizaron y discutieron rutas pedagógicas diferentes a las establecidos en los planes oficiales, los retos de la capacitación del magisterio y qué se entiende por democratizar de la enseñanza.
Meses después, el 29 y 30 de octubre en 1983, el magisterio oaxaqueño convocó a un grupo de prestigiados investigadores, pedagogos independientes y maestros al segundo Foro Nacional sobre Educación Alternativa. La agenda de trabajo fue tan amplia y ambiciosa que resultó muy difícil abordar todos los temas a profundidad. Aunque el formato de trabajo que se siguió tuvo grandes limitaciones, las conclusiones a las que se llegó fueron ricas e interesantes. El centro de la discusión entre los delegados giró en torno al papel de la escuela en la transformación social. Los asistentes se agruparon en torno a dos grandes bloques: el de los reproduccionistas, que consideraban a la institución escolar un aparato ideológico de Estado que garantiza sin más la continuidad del sistema, y el de los liberacionistas, que veían en la escuela un instrumento para la concientización de la población.
Otro de los puntos abordados consistió en definir quién debía ser el sujeto del proceso de transformación educativa. Algunos participantes argumentaron en favor de dar un papel protagónico a figuras políticas tales como legisladores de izquierda o intelectuales con capacidad de persuadir al gobierno federal sobre la conveniencia de implementar algunas reformas. Otros insistieron en que el sujeto debía ser el maestro de banquillo, el que trabaja cada día en las aulas. Señalaron que se requería crear las condiciones para garantizar la participación de los profesores de base en la definición de las políticas educativas, de manera que pudieran aportar el conocimiento nacido de la experiencia diaria.
Para quienes defendieron la posición de avanzar en reformas desde el Estado y en la definición de políticas públicas, resultaba muy importante elaborar un proyecto acabado, no importando si por el momento los maestros de base lo apoyaban o no. Por el contrario, otros vieron en este debate la oportunidad de hacer de los maestros un actor pedagógico capaz de trascender la dinámica de lucha estrictamente gremial y economicista. Para ellos, la participación masiva del magisterio era fundamental en este proceso.
En los hechos se presentó allí un dilema que ha atravesado al movimiento magisterial a lo largo de su historia, y que años después la investigadora Susan Street resumió: si la democratización de la enseñanza debe entenderse como su ciudadanización, es decir, como la ampliación de todos los agentes escolares y comunitarios en la conducción del sistema educativo público; o, por el contrario, si se concibe como la construcción de un movimiento político de masas a partir de la apertura del magisterio hacia otros sectores de la población.
Pero, más allá de las reflexiones y análisis en general, ese encuentro y los subsecuentes han sido particularmente ricos para compartir y contrastar las experiencias que se desarrollan a diario en las aulas, regiones, estados y niveles educativos.
En esos encuentros se analiza, por ejemplo, cómo se está recuperando las lenguas indígenas, la forma en que se enfoca el estudio de la historia, el español y las matemáticas, el qué hacer en comunidades donde los niños van a la escuela como mera estación de paso hacia su marcha a Estados Unidos, donde serán trabajadores indocumentados, o en regiones asoladas por la violencia del narcotráfico.
Estas experiencias transformadoras son obra de los profesores que se apropian de la materia de trabajo en sus aulas y zonas escolares y no de funcionarios públicos, académicos o intelectuales que elaboran propuestas desde fuera de las aulas. Parte de las huellas de este caminar puede rastrearse a través de las actas de múltiples reuniones reproducidas en el blog de la sección 9 (http://goo.gl/8L5cNh).
La coordinadora ha elaborado también propuestas de educación alternativa de largo aliento en varios estados. Entre ellas se encuentran las escuelas altamiranistas en Guerrero (http://goo.gl/5zzgNK), el Programa Democrático de Educación y Cultura y las escuelas integrales en Michoacán (https://goo.gl/XGA1ma), el Proyecto de Educación Alternativa de Chiapas, el nido de lengua (http://goo.gl/rI4UsH) y el Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (http://goo.gl/xd8lcW). Su visión sobre los cambios en curso puede verse en Análisis y perspectivas de la reforma educativa(http://goo.gl/iKEwbW).
El foro nacional Hacia la construcción del proyecto de educación democrática: evaluación educativa integral,  es un paso sustantivo en la ruta que la CNTE comenzó a caminar hace 23 años. Los maestros democráticos llegan allí sabiendo no sólo lo que no quieren, sino con muchas pistas de hacia dónde necesita moverse el sistema educativo nacional.
Fuente del articulo: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/bloggero.info?luis-hernandez-navarro/entrada_2016-08-10el-largo-camino-hacia-una-educacion-alternativa
Fuente de la imagen:
https://4.bp.blogspot.com/-7k3JiE5iQA/V6vIu_9rG4I/AAAAAAAAAsg/euh3TykwN38d4rlhG5DvmuItfl9FZ_BuQCLcB/s1600/clausura.jpg
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