https://www.instagram.com/reel/DDsS83lvtIk/?igsh=MWs0cXdycDd0dWU5cg==
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Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación
El profesor Jose Cambra (Panamá) informa los antecedentes y las causas del actual conflicto docente y social en Panamá
Las últimas semanas se han realizado asambleas y reuniones de los gremios docentes y el movimiento social de ese país, en la que parece ser la antesala de una nueva confrontación entre las políticas neoliberales y las aspiraciones ciudadanas.
Les invitamos a ver el informe presentado por el profesor CAMBRA directivo de la Asociación de Profesores de la República de Panamá (ASOPROF)
Por Luz Palomino/CII-OVE
3er congreso mundial contra el Neoliberalismo: La unidad de l@s trabajador@s de la enseñanza en defensa de la educación pública, se realizará en Río de Janeiro del 11 al 17 de noviembre de 2024 en las instalaciones de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
Este encuentro es la continuidad del realizado en Panamá en junio de 2023 (https://otrasvoceseneducacion.org/archivos/406300), y tendrá como eje central el análisis de la actual ofensiva de mercantilización, privatización y estandarización educativa, en los distintos lugares del planeta, así como visibilizar las resistencias y alternativas que se construyen. Los anfitriones de este congreso son los sindicatos nacionales ANDES-SN, FASUBRA, SINASEFE y el Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación, acompañados de organizaciones regionales y trabajadores de la educación del Brasil.
En este formulario pueden inscribirse las y los trabajadores de la educación que quieran participar, o tengan alguna ponencia: https://forms.gle/BzSBWwHPzaMwiJh17
En este formulario pueden inscribirse las y los estudiantes que participaran en el congreso: https://forms.gle/9JPccaWFJ3qT6Tz48
Se emitirá certificado de participación por 40 horas académicas. Cualquier aclaratoria, duda o sugerencia, pueden hacerla escribiendo a la siguiente dirección de correo electrónico: otrasvoceseneducacion1@
Sigamos construyendo estas iniciativas pedagógicas para seguir recorriendo caminos de unidad en la diversidad para defender la educación crítica, la creatividad y el compromiso social. La gente humilde de hoy y las nuevas generaciones de hombres y mujeres que viven del trabajo requieren de un esfuerzo redoblado para evitar que el capitalismo logre sus propósitos en la educación. Te esperamos con los brazos abiertos, con el corazón emocionado y con la conciencia clara del desafío que tenemos por delante.
Construyamos juntos el futuro de libertad, democracia y justicia social a través de la educación, que nuestro pueblo exige.
Por: Luz Palomino*
La revolución virtual-digital y la inteligencia artificial (AI) han irrumpido y se han popularizado usando el espectáculo y la farándula como vehículos de difusión, despertando novedosas formas de vivir lo colectivo, con particularidades que no estaban presentes en el reino de lo impreso o la televisión. La era digital, cambió la “caja fija de los canales” por los dispositivos celulares móviles, la trama larga por la brevedad conceptual e interpretativa, elevó dramáticamente la fusión de colores, luces y sonidos en la construcción de narrativas, y simplificó la síntesis discursiva; brevedad y comprensión unidimensional de un contenido, cambiando el horizonte comunicacional.
La interrogante que surge, es si lo virtual-digital convertido en fenómeno narrativo de masas, logrará escapar a la banalidad del espectáculo, para adentrarse en los territorios de conciencia propia de una subjetividad reflexiva, que sea capaz de aproximarse a las desigualdades sociales más allá de imagen exógena, para despertar pensamiento crítico sobre atrocidades como las que ocurren hoy, con el genocidio palestino y la desigual guerra en el medio oriente, la explotación infantil en las minas africanas para extraer los minerales que requieren el brillo de la tecnología de punta, la tragedia de los osos polares ante el calentamiento global, o la denuncia respecto a los millones de seres humanos que hoy no tienen acceso al agua potable ni a la electricidad.
Harvey (2018) señala que la comprensión de la tecnología -y su uso cultural- son esenciales para entender las dinámicas del modo de producción y acumulación capitalista en cada momento histórico. Pero esto no esconde ni impide las resistencias, los intersticios en los cuales la palabra, el sonido, la imagen, la estética y las representaciones abren fisuras por donde dejar fluir otras formas alternativas, utópicas, contrahegemónicas de entender y situarse en el mundo. Esto lo vemos en la narrativa venezolana en sus distintos momentos, unas veces como novela, otras como cuento, otras como historias de vida, otras como cotidianidad que confronta.
En este sentido, en siglo XX en Venezuela la novela como género literario se tornó contestaría de la pluma del socialdemócrata Rómulo Gallegos y el comunista Otero Silva, ahora se mostraba en las telenovelas con una crítica creativa que conectaba con el pueblo, y mostraba que la televisión también puede ser un espacio para resistir (Giroux, 1988). Ya para finales del siglo XX la telenovela venezolana se convirtió en una mercancía de exportación que promovía la imagen de una Venezuela saudita y de progreso material permanente.
Sin embargo, la crisis económica generada por los precios del petróleo de comienzos de los ochenta, el desembarco de la globalización neoliberal, dieron inicio a lo que Bonilla-Molina (2024) denomina como el gran periodo de crisis en Venezuela (1983-2024), aún no resuelto.
Precisamente en febrero de 1992 comienza a desarrollarse el internet en Venezuela. Poco a poco el tejido digital se va extendiendo del centro al oriente, occidente y sur del país. La idea de atomización y fragmentación social fue decantando en la necesidad de pertenecer a alguna tribu digital, con la cual compartir intereses, gustos e identidades. Fue el momento de la llegada de las redes sociales al país con Myspace (2000).
Actualmente, las redes sociales más usadas en Venezuela son WhatsApp (79,3% población), Facebook (43,8%), Instagram (33,4%), YouTube (25,9%), TikTok (22.1%) y X (5%), es decir por lo menos el 80% de la población tiene acceso a una red social. Esta realidad impacta en todos los ámbitos, especialmente en el político, social, económico y cultural.
En lo político, vimos como en las elecciones presidenciales de 2024 el gran difusor de contenidos fueron las redes sociales; la batalla electoral se libró más en las redes sociales que en las propias calles. Una vez concluidos los comicios y, a partir de las dudas surgidas por la precaria publicación de los resultados desagredados por mesa y centro de votación, el propio presidente de la República Nicolás Maduro culpó de toda la campaña de denuncias a las redes sociales, instando a sus seguidores a desinstalar WhatsApp, bloqueando X de Elon Musk, cuestionando el bloqueo que le hizo tik tok por el carácter de sus contenidos.
Con la llegada de ChatGPT (2022), Wall-e (2021) para elaborar imágenes y SORA (2024) de OpenAI para la edición de videos, además de toda la batería de IA para elaborar contenidos audiovisuales estamos entrando en una era en la cual “el verbo crea” y el ser humano dispone de una limitada capacidad de acción. Sin embargo, las imágenes y videos que se producen por esta vía, así como las narrativas parecieran ser producidas sin los giros y calidez humana, correctos pero carentes de la emocionalidad subjetiva de la creación humana. Esto está generando un sentimiento de vuelta a lo físico, a las imágenes concretas, a los diálogos cara a cara.
Rompiendo el mito de los adultos como próximos a los libros impresos y los más chicos apegados a lo digital, es más, se está dando un fenómeno que aquellos libros que son leídos en digital e impactan por su contenido, luego son comprados en físico, en libro impreso. Es como si lo físico fuera una nueva identidad ante la vorágine de lo digital.
Lo impreso parecía una muerte anunciada y, sin embargo, las estadísticas muestran, curiosamente, un aumento del papel gráfico, el destinado a la prensa, la impresión y libros, que aumenta respecto a 2021 un 11%. Estudios sobre el tema afirman que la forma de consumir cambió radicalmente en 2020 durante el confinamiento.
Los medios audiovisuales no son simple tecnología, o espacio para el desarrollo de técnicas de comunicación. Son un espacio en disputa entre dos formas de entender el mundo, la vida y la convivencia. Una que se relaciona con el otro y la otra como parte de una unidad indisoluble que es la humanidad, para lo cual la crítica transformadora y el pensamiento crítico son fundamentales. La otra que entiende a la tecnología como supremacía, como régimen de verdad (Sadin, 2020), que entiende el encuentro como circunstancial y efímero. Son dos formas de entender y relacionarse con la producción audiovisual, que en ningún caso son neutras. En Venezuela esta disputa ocurre en medio de una terrible situación material de vida de la población y de limitaciones para el ejercicio de la libertad, más allá de la dicotomía entre democracia y autoritarismo, encarnadas por dos facciones en disputa, que usan los medios para esconder sus reales intenciones de control y poder.
*Luz Dary Palomino Mayorga Licenciada en comunicación social. Esp. En Gerencia de los procesos educativos y en políticas públicas del cuidado. Maestrante en asesoramiento y desarrollo humano, y estudiante de la maestría en comunicación digital audiovisual. Profesora universitaria y directora del Centro internacional de investigación Otras Voces en Educación.
Lista de Referencias
Acosta C. (2007). Venezuela es una telenovela. Venezuela: Melvin
Sadin, Eric (2020). La inteligencia artificial o el desafío del siglo. Primera edición editorial caja negra.
Franco Berardi (2019). Futurabilidad: La era de la impotencia y el horizonte de la posibilidad. Caja negra.
Giroux, H (1988) Las resistencias y la reproducción, Ediciones siglo XXI. México
Tiempos de tormentas para una comunicación audiovisual crítica
Realizado por Luz Palomino
En esta oportunidad conversaremos sobre el derecho humano a la comunicación, la libertad de expresión, el marco normativo convencional y constitucional de este derecho, la comunicación digital y sobre algunas formas actuales de censura vinculado a la realidad nacional y regional.
Comienzo señalando que el derecho a la libertad de expresión es esencial para el desarrollo y fortalecimiento de la democracia y para el ejercicio pleno de los derechos humanos. El pleno reconocimiento de la libertad de expresión es una garantía fundamental para asegurar el estado de derecho y de las instituciones democráticas. Así ha sido reconocido en numerosas ocasiones por distintos sectores de la sociedad civil, organizaciones internacionales y por la mayor parte de los Estados. Es preciso señalar que este derecho forma parte de la tradición de lucha de los pueblos, a disponer de información de manera oportuna, completa y verdadera, así como a las posibilidades reales de colocar en circulación opiniones. Esta dinámica se expresa en derechos individuales y colectivos, incluso ambos en tensión.
Este proceso tiene expresiones muy concretas en los marcos constitucionales como el norteamericano que replantea las tensiones entre las sociedades, el Estado nacional y sus gobiernos. Como lo plantea Analia Eliades en su artículo Libertad de Expresión, derecho a la información y derecho a la comunicación: apuntes actuales sobre sus bases constitucionales y pautas interpretativas. Esto se fundamenta en la interrogante “¿a quien o quienes le pertenece la información?”. La respuesta a esta interrogante varía según el paradigma institucional o liberal. La tradición jurídica de los Estados tiende a colocarle limitaciones al ejercicio de este derecho humano, mientras el liberal como lo reseña Owen Fiss en su artículo Libertad de expresión y estructura social, donde coloca como lugar de enunciación del mismo a la ciudadanía, impulsando la noción de ampliación sistemática de sus formas, expresiones y de conceptualizaciones.
El caso Watergate marcó un hito en el desarrollo de la noción de derecho humano a la comunicación, pues colocó en tensión temas de seguridad ciudadana desde la perspectiva del Estado, versus acceso a la información gubernamental por parte de los ciudadanos, redimensionando el papel de la prensa en este tema. En la actualidad, mientras las normativas internacionales tienden a ampliar este derecho existe una percepción ciudadana sobre el ocultamiento sistemático de información. Reafirmamos que aún estamos muy lejos de aproximarnos a un punto ideal del derecho humano a la comunicación, entendida esta como dinámica bidireccional y de relación entre Estado y ciudadanos.
Entre sus normativas podemos destacar: La Convención Americana sobre Derechos Humanos establece el derecho a la libertad de expresión en su artículo 13 en los siguientes términos:
Por su parte La Corte Interamericana ha destacado de manera consistente la importancia de este derecho al sostener:
Estos acuerdos internacionales introducen definiciones y alcances en los marcos constitucionales, los códigos civiles, leyes orgánicas, leyes especiales, reglamentos y resoluciones gubernamentales. Pero no se trata de un fetichismo jurídico, se requiere educación ciudadana para su pleno ejercicio y marcos institucionales abiertos, transparentes y seguros para su ejercicio.
En Venezuela las garantías para la libertad información, libertad de expresión, el derecho al acceso a la información pública, el derecho de honor y a la reputación, están consagrados en los artículos 51,57, 58, 60, 61 y 143 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Estas disposiciones se corresponden con los fundamentos en esta materia establecidas en los artículos 19 y 20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Pese a la progresividad de este marco normativo nacional, en los últimos 10 años las instituciones gubernamentales, legislativas y judiciales de Venezuela han diseñado y ejecutado de manera discrecional una serie de leyes y decretos que restringen estas garantías fundamentales, principalmente, el derecho al acceso a la información pública, falta de transparencia en los datos oficiales y la información de primera línea en el plano gubernamental, las limitaciones para el acceso a insumos necesarios para el desarrollo de los medios de comunicación, la polarización política que impide crear las condiciones mínimas para la circulación de información y mecanismos explícitos de censura. En el país tiene un enorme desafío vinculado al derecho humano a la comunicación.
En la actualidad las nuevas tecnologías ponen a prueba los límites cómodamente establecidos por la jurisprudencia para la libertad de expresión y sus continuas colisiones con otros derechos. Los límites y la imposibilidad jurídica de comprensión de estos fenómenos sociales, serán el punto de discusión en los próximos años. Si bien internet ha sido una herramienta liberadora en muchos sentidos, también es cierto que con ella las afectaciones y violaciones a los derechos humanos se replican e intensifican. La discriminación, los discursos de odio y el acoso son tan sólo algunos ejemplos de esto.
Esta nueva comunicación digital representa uno de los escenarios idóneos para el ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión, es importante recordar que este derecho no es absoluto, y está sujeto a la responsabilidad por las opiniones expresadas cuando estas atenten contra los derechos de los demás, en particular la reputación, la protección de la seguridad nacional, el orden, la salud y la moral publica.
En el caso de Venezuela los medios y la información digital se ha venido desarrollando la práctica gubernamental de bloquear o limitar el acceso a páginas web críticas, mediante mecanismos tecnológicos en los servicios de internet que dependen del gobierno. Páginas web como aporre.org han visto disminuida hasta en un 75% las visitas a su sitio web, ante el impedimento ciudadano para acceder a la misma. La prohibición a los funcionarios gubernamentales a difundir estadísticas sin previa autorización (que casi nunca procede), del ministerio de planificación actúa como mecanismos de censura a la información pública. La polarización política actúa como mecanismo de censura, al referir de manera privilegiada la información que proviene de fuentes alineadas con la línea editorial de un medio, ya sea gubernamental u opositor. El desafío en Venezuela, es reconstruir el tejido jurídico, institucional y ciudadano que garantice el acceso efectivo y real al derecho humano a la comunicación.
Sin duda, es posible generar una propuesta de regulación democrática y progresiva para llevar mayor calidad a las grandes plataformas de internet a través de instancias de diálogo participativo. Ha llegado el momento de unir esfuerzos para avanzar decididamente en este proceso y asegurar una protección eficaz de la libertad de expresión y un acceso a la información de calidad en la era digital.
Referentes bibliográficos:
Eliades, A. Libertad de Expresión, derecho a la información y derecho a la comunicación: apuntes actuales sobre sus bases constitucionales y pautas interpretativas. https://perio.unlp.edu.ar/catedras/derechopd/wp-content/uploads/sites/103/2020/03/analia_eliades_-_libertad_de_expresion_informacion_y_comunicacion-1.pdf (Consultado el 20/08/2024)
Fiss, O. Libertad de expresión y estructura social. https://biblioteca.corteidh.or.cr/tablas/r29958.pdf (Consultado el 25/08/20249
Reseña elaborada por Luz Palomino/CIIOVE
En esta obra, Paulo Freire explora el papel crucial de la lectura en el proceso de liberación personal y social. Freire, conocido por su enfoque innovador en la educación, argumenta que la lectura no es solo un proceso técnico, sino una herramienta fundamental para la conciencia crítica y la transformación social.
«La importancia de leer y el proceso de liberación» es una obra que enfatiza cómo la lectura y la educación son herramientas clave para el empoderamiento individual y colectivo, fomentando una comprensión más profunda y crítica del mundo y promoviendo el cambio social.
Descarga el libro completo aquí: Paulo-Freire-La-importancia-de-leer-y-el-proceso-de-liberacion
Por: Luz Palomino/CII-OVE
El Día Mundial contra el Trabajo Infantil se conmemora cada año el 12 de junio. Esta fecha fue establecida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el 2002, para centrar la atención en la magnitud del trabajo infantil, en las acciones y esfuerzos necesarios para eliminarlo. A continuación, se presentan algunos puntos clave sobre esta conmemoración:
De acuerdo con la OIT, Organización Internacional del Trabajo, la región con una mayor tasa de trabajo infantil es África Subsahariana, seguida por Asia Central y Meridional. Se estima que aproximadamente 8,2 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 17 años están involucrados en el trabajo infantil en América Latina y el Caribe .
El organismo internacional refiere que en América Latina y el Caribe, como en buena parte del planeta, este fenómeno se incrementó por la pandemia de la COVID 19, ante el cierre de las escuelas para evitar el contagio y propagación del virus y el aumento de la pobreza en la región. La realidad es que millones de menores en el mundo son sometidos a condiciones realmente peligrosas, que amenazan su integridad física y mental e impiden su desarrollo pleno.
El trabajo infantil es un problema global que afecta a millones de niños, niñas y adolescente en todo el mundo. A pesar de los esfuerzos internacionales para eliminarlo, sigue siendo una realidad en muchas comunidades, especialmente en aquellas marcadas por la pobreza y la falta de oportunidades. La educación se presenta como una de las herramientas más poderosas para combatir este flagelo. Este ensayo explora cómo la educación puede desempeñar un rol crucial en la erradicación del trabajo infantil, analizando sus múltiples beneficios y los desafíos que enfrenta en este contexto.
La educación puede ser una herramienta poderosa para erradicar el trabajo infantil por varias razones:
Sin embargo, a pesar de estos beneficios, la implementación y el impacto de la educación como solución al trabajo infantil enfrentan numerosos obstáculos.
Aunque la educación es crucial para la erradicación del trabajo infantil, es claro que no puede ser la única solución. La educación debe ser parte de una estrategia integral que incluya medidas económicas, sociales y legales:
La educación es una herramienta esencial en la lucha contra el trabajo infantil, pero su efectividad depende de un enfoque holístico y multifacético. Si bien la educación puede abrir puertas a un futuro mejor, no es suficiente por sí sola para erradicar el trabajo infantil. Es fundamental abordar las raíces del problema, incluyendo la pobreza, las normas culturales y las deficiencias estructurales en los sistemas educativos. Solo a través de una combinación de políticas integradas y esfuerzos coordinados se puede esperar lograr un progreso significativo en la eliminación del trabajo infantil y asegurar un futuro donde todos los niños puedan disfrutar de sus derechos y oportunidades.
El trabajo infantil sigue siendo un problema crítico en América Latina y el Caribe. Abordar este problema requiere un enfoque multifacético que combine educación, apoyo económico, marcos legales robustos y cambios culturales sostenidos.
Fuentes: