Page 1151 of 6179
1 1.149 1.150 1.151 1.152 1.153 6.179

España: El Sindicato Independiente de Docentes denuncia la “dejación de funciones” de las autoridades educativas

Sindicato Independiente de Docentes

El SIDI, que critica tanto al Ministerio como a la Consejería de Educación, considera que el curso escolar no puede comenzar en las fechas previstas con un mínimo de seguridad para los docentes ni para el alumnado.


El Sindicato Independiente de Docentes (SIDI) ha denunciado lo que considera una “dejación de funciones” por parte de las autoridades educativas, una denuncia que afecta a distintos niveles de la Administración. Así, critica a la minstra de Educación, “desaparecida y ausente, cuando debería estar coordinando y proponiendo medidas coordinadas con el ministerio de Sanidad para el inicio del curso escolar, en evitación de la propagación del coronavirus en las aulas educativas y con ello la propagación a toda la sociedad lo que conllevaría la nueva paralización económica del país”.

El sindicato arremete también contra la Consejería de Educación de Murcia, «que en una política de echar balones fuera y desentenderse de su responsabilidad ha delegado en los equipos directivos las funciones de evitación y en su caso control de la epidemia en los centros educativos y además sin dotarles de los medios humanos y materiales necesarios. En ese sentido, el SIDI considera que la Consejería “debería haber realizado un estudio durante los últimos tres meses sobre el personal y material de prevención y protección necesario para el comienzo del curso, y organizando los espacios, sistemas y medios para impartir educación telemática y mecanismos de seguimiento y evaluación de los alumnos”.

También cree que desde la Consejería de Educación “se debería haber previsto el incremento de docentes que permita la reducción de ratios y reparto de las tareas de formación telemática y tutorías presenciales individualizadas (lo que supondría un aumento de unos 4.000 docentes desde el 1 de septiembre que permita la adecuada planificación educativa), la ampliación de espacios donde impartir la docencia, la formación de los docentes en nuevas tecnologías, la dotación de medios informáticos a los docentes, a los centros y a los alumnos que lo necesitaran”.

Desde el SIDI manifiestan que “el curso escolar no puede comenzar en las fechas previstas con un mínimo de seguridad para los docentes ni para sus alumnos”. Para cuando empiece, exige que “se establezca como sistema habitual la educación a distancia de manera telemática, con tutorías y evaluaciones presenciales quincenales de manera individualizada con cada alumno, lo que permitiría, aproximadamente cada dos semanas, realizar un seguimiento y controlar la formación de cada alumno y la realización por éste de las tareas educativas propuestas por su docente”.

Al Ministerio de Educación le insta a “regular y establecer legislativamente como obligatorio el teletrabajo en todos aquellos trabajos en que así fuera posible, lo que permitiría conciliar la vida familiar y que los padres se involucraran en seguimiento de la formación de sus hijos durante el tiempo que dure la pandemia y con ello evitar que los centros educativos se convirtieran en aparcamiento para el cuidado de niños”.

Asimismo, el SIDI recuerda “a todos los docentes y a la sociedad en general que aquellos docentes y trabajadores que consideren que en su trabajo hay riesgo grave de contraer una enfermedad pueden paralizar su actividad y abandonar el trabajo sin poder ser sancionados por ello, así como pueden ponerse en contacto con su sindicato, quien podrá por acuerdo mayoritario de la Junta de personal paralizar su trabajo de manera inmediata”.

Fuente e imagen:  https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/18/08/2020/el-sindicato-independiente-de-docentes-denuncia-la-dejacion-de-funciones-de-las-autoridades-educativas/n

Comparte este contenido:

Argentina: Desaparición forzada de personas: ¿en quién se puede confiar?

Argentina/anred/Estefanía Velo

La desaparición forzada de personas es un “crimen de crímenes” que persiste en el tiempo luego de la última dictadura cívico militar. Son más de 217 las personas desaparecidas desde 1983 hasta la actualidad, hecho que atravesó a todos los gobiernos, que poco avanzaron en el desmantelamiento de las estructuras represivas.

 

Facundo Astudillo Castro de 22 años, oriundo de Pedro Luro, un pueblito al sur de la provincia de Buenos Aires, ya lleva más de 100 días desaparecido. La última vez que lo vieron fue cuando lo subían a un móvil policial luego de frenarlo por no contar con el permiso especial para circular en este contexto de pandemia.

Otra vez, la maldita Policía Bonaerense involucrada en un caso de desaparición forzada. A pocos kilómetros de donde hoy buscan a Facundo, hace cinco años atrás Katherine Moscoso estuvo una semana desaparecida, y luego fue encontrada enterrada en un médano de Monte Hermoso. La familia junto a su abogado, Leandro Aparicio, también abogado de la familia de Facundo Castro y Daniel Solano (otro joven trabajador desaparecido en Río Negro), denunciaron penalmente a 23 funcionarios judiciales, policiales y políticos de la localidad balnearia por complicidad y encubrimiento en el crimen de Katy.

La desaparición forzada es un crimen de lesa humanidad, “un crimen de crímenes” dice Nora Cortiñas. A pesar de haber transcurrido 37 años de “gobiernos democráticos”, luego de sufrir la pérdida de toda una generación dejando un saldo de 30.000 desaparecidos, la práctica de retener, privar de la libertad y hacer desaparecer el cuerpo de personas –en su mayoría jóvenes pobres- se mantiene intacta. Desaparecer, callar y tapar todo con mucha “prudencia”.

La lista de más de 217 personas desaparecidas desde 1983, en su mayoría por las fuerzas de “seguridad” ya sean provinciales o federales, continúa: hoy falta Facundo. En La Plata falta López, falta Miguel Bru, la familia de Andrés Núñez sigue pidiendo justicia y castigo a todos los responsables de la desaparición forzada seguida de muerte cometida en 1990, por la cual se condenó sólo a tres de los nueve responsables, mientras que el policía Pablo Martín Gerez, el principal ejecutor del hecho está prófugo desde hace casi 30 años.

El entramado policial, judicial y político, sostenido en el tiempo más allá de los gobiernos de turno, permite que se cometa este delito internacional. En la mayoría de las desapariciones están involucradas las fuerzas represivas de Estado. La familia de Facundo Castro señaló desde el primer momento que la Policía Bonaerense estaba involucrada en la desaparición del joven, sin embargo, pasaron 69 días para que el fiscal Rodolfo De Lucia, titular de la UFIJ N° 20 del departamento judicial de Bahía Blanca, apartara de la investigación a la misma fuerza señalada de cometer un delito.

Mientras que el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, intenta proteger a sus policías y desviar la investigación y la opinión pública –un visitador serial de los canales de TV, en la franja nocturna de mayor rating- asegurando que es “prematuro, desafortunado e irresponsable hacer acusaciones sin tener evidencias concretas”. Refiriéndose a los señalamientos de la mamá de Facundo, Cristina Castro y sus abogados Leandro Aparicio y Luciano Peretto sobre el involucramiento de la Policía Bonaerense en la desaparición del joven.

Foto archivo: Nicolás Braicovich (Pulso Noticias)

¿La policía te cuida?

“La policía está muy agresiva hoy, no nos respeta, nos mata, nos golpea. Tienen mucho abuso de autoridad, ya no hay confianza en la policía, en qué vamos a confiar si la misma policía nos está matando”, se pregunta Carmen Valerian, la hermana de Ariel, un trabajador detenido y golpeado por la policía de Jujuy el pasado 8 de junio, lo que le provocó su muerte el 7 de julio.

Desde el lanzamiento del decreto presidencial de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), las fuerzas de “seguridad” provinciales y federales han obtenido mayor poder de control, principalmente en las calles, vacías por las noches. Se dedican a patrullar la ciudad, portar sus armas de fuego y hasta, en algunas ocasiones, a matar jóvenes.

A poco menos de un mes del lanzamiento presidencial del ASPO, el 15 de mayo Luis Espinoza fue detenido en Tucumán por la Policía provincial “por incumplir la cuarentena”, estuvo una semana desaparecido y fue encontrado sin vida en la provincia de Catamarca. El primer caso en este 2020 de desaparición forzada seguida de muerte.

Luis Espinoza

La Coordinadora Contra la Represión Estatal e Institucional (CORREPI) registró “86 personas asesinadas por el Estado en pandemia”. De los cuales, 41 asesinatos se cometieron en lugares de encierro, bajo custodia institucional; mientras que 32 fueron bajo la modalidad de gatillo fácil. Entre ellos están los casos de Fernando LeguizamónAlan Maidana, Lucas Barrios, Facundo Scalzo, y así sigue la lista de las víctimas.

En tanto, la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic manifestó en el plenario de comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación -realizado el viernes 7- que recibieron 39 denuncias por “uso abusivo de la fuerza” por parte de los efectivos bajo su dependencia, con 96 agentes involucrados, de los cuales seis fueron pasados a disponibilidad. En esa misma reunión, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, afirmó que en la secretaría recibieron 531 denuncias por hechos represivos durante el ASPO.

Las denuncias por maltrato y torturas en las comisarías o en las detenciones arbitrarias son denunciadas constantemente por los organismos de Derechos Humanos y espacios antirrepresivos que acompañan a las familias.

“Le digo a las familias de estos pibes que vamos a seguir luchando, basta de seguir matando a los jóvenes. Ni que violen la cuarentena, no hay excusas para matar como están matando”, expresó Norita Cortiñas en uno de los tantos encuentros virtuales con familiares víctimas de la represión estatal.

Las situaciones que deben atravesar los familiares de las víctimas se repiten en cualquier punto del país: “Tu hijo es un ladrón, estaba robando”, “Se debe haber ido con un novio o una novia, ya va a aparecer”, o bien: “Lo estamos buscando”; cuando en realidad los crímenes son cometidos por la misma Policía que luego tiene que investigar el hecho. Entonces, ¿quién nos cuida?.

El poder judicial revictimiza a los familiares, los violenta negándoles información, prohibiéndoles sus derechos, algo básico como acceder al expediente judicial de sus causas, o bien los “vueltea” para cansarlos. En ese marco, diferentes organismos de Derechos Humanos han denunciado las complicidades judiciales, policiales y políticas en estos tipos de casos.

Santiago Maldonado fue detenido, desaparecido y asesinado el 1° de agosto de 2017, en Chubut. Foto archivo: María Paula Ávila (Pulso Noticias)

El abogado de la familia de Facundo Castro, Leandro Aparicio, aseguró en declaraciones radiales que “estamos trabajando solos. Más allá de los organismos de Derechos Humanos, no tenemos la compañía del Estado sino todo lo contrario, meten palos en la rueda, la Policía está instalando pistas falsas”.

Situaciones tan cercanas reviven el caso de Santiago Maldonado: pistas falsas, “Santiago está en Chile”, “Facundo está en Bahía Blanca”, persecución a los familiares, y hasta un silencio de tumba de los agentes policiales presentes en los últimos momentos que vieron a los jóvenes.

También está Luciano Arruga que no quiso robar para la Policía Bonaerense. Ello le costó su vida. El 31 de enero de 2009 al joven de Lomas del Mirador (La Matanza) lo detuvieron, lo torturaron y estuvo cinco años desaparecido hasta que hallaron su cuerpo en el cementerio Chacarita donde figuraba como NN. Amigos y familiares de Luciano siguen pidiendo justicia.

Entonces, ¿la policía te cuida?

Facundo Astudillo Castro fue visto por última vez el 30 de abril en la localidad bonaerense de Villarino

Desaparecedores

La desaparición forzada es un delito internacional, es una privación ilegal de la libertad cometida por agentes del Estado o civiles con aquiesencia del Estado y la posterior negación de esa privación de libertad.

En diálogo con Pulso NoticiasJulio Avinceto, integrante de HIJOS La Plata, explicó que este delito “compromete en principio a los ejecutores materiales por lo general fuerzas de seguridad -Policías, Prefectura, Gendarmería, etc., pero no sólo a los autores materiales sino también compromete al Estado argentino como entidad en sí, porque es un delito regulado a nivel internacional, el Estado es firmante y garante de pactos de derechos humanos que protegen especialmente a las personas frente a ese delito”.

“Algunos dicen que es una deuda de la democracia para nosotros es un delito estructural que ha sido en todos los gobiernos del ´83 para acá, son más de 215 casos, en todos los gobiernos ha habido desapariciones forzadas que se comete desde las fuerzas de seguridad porque el aparato represivo nunca se ha tocado y porque hay libertad de acción para cometer este tipo de delito”, remarcó Avinceto.

Delitos que pocas veces tienen justicia, o bien no tienen la caratula de “desaparición forzada”. El caso de Miguel Bru, el joven secuestrado, torturado hasta la muerte y desaparecido el 17 de agosto de 1993 en la Comisaría 9° de La Plata, marcó un antecedente a la hora de condenar a los responsables aún sin haber encontrado el cuerpo del joven. En 1999 se elevó a juicio y hubo condena por homicidio en un caso de desaparición.

A más de cien días de la desaparición de Facundo, la familia y los abogados trabajan día a día para aportar las pruebas necesarias ante un fiscal federal (Ulpiano Martínez) denunciado por complicidad con represores, y evita constantemente a Cristina y sus abogados. El poder judicial es parte de la maquinaria “desaparecedora” de nuestro país.

En declaraciones a la prensa, Cristina Castro luego de encontrar el amuleto de “Facu” en el calabozo abandonado de la comisaría de Teniente Origone subrayó: “los que se callan son tan desaparecedores como los que se llevaron”.

Este jueves 13, el abogado Leandro Aparicio se manifestó a través de sus redes sociales: “Digo con la mayor claridad posible y sencillez de palabras, que en este bendito país en democracia, para que haya desaparecidos como Facundo, Daniel Solano, Jorge Julio López, Luciano Arruga, Santiago Maldonado y tantos más, existe una estructura estatal que permite y facilita la impunidad judicial de esas ´desapariciones´, siendo su engranaje esencial, el principal ´desaparecedor´, la propia policía, y las otras ´piezas´ del mecanismo perverso son los fiscales, jueces, políticos, gobernantes y periodistas”.

Entonces, ¿en quién se puede confiar?

 

Fuente e imagen: https://www.anred.org/2020/08/16/desaparicion-forzada-de-personas-en-quien-se-puede-confiar/

Comparte este contenido:

Argentina: Historias de trabajadores de la salud que murieron por covid

Argentina/pagina12

A modo de cenotafio, las redes sociales evidencian la tragedia, el dolor por los que no pudieron ser despedidos por sus familiares, la desazón ante la muerte. También entre el personal de la salud . En las redes están todos, dice Valeria Ureña. Están las fotos de Carlitos, que era anestesiólogo, apunta Amido. “Yo lo conocía por la guardia en la Suizo”, lo saluda en Facebook una colega. Y agrega: “Siempre andabas con una sonrisa, siempre comprometido”.

Otra manera de recordarlos es con los homenajes como el que ayer se hizo en memoria de Grover Licona en las puertas del Hospital Durand. Con menos de 50 años, Licona llegó a tener tres trabajos para sostener a su familia. “Era de clínica médica y se ha quedado varias veces solo, atendiendo pacientes con covid, solo es imposible. Y eso lo llevo a pescarse el covid”, cuenta su compañero Héctor Ortiz.

Noemí Gómez murió en la madrugada del 13 de agosto. Era enfermera del Hospital Sanguinetti. Había nacido en Corrientes y tenía 32 años. Estaba casada y era mamá de dos niños. Se dedicaba con vocación a ayudar a otros. Sus compañeras y compañeros realizaron una asamblea en las puertas del hospital y “lamentaron su repentino fallecimiento”. Fue uno los casos en que sorprendió la rápida evolución de los síntomas.

También la enfermera María Ester Ledesma, del Hospital Gandulfo, fue despedida con un acto. Tenía 50 años. Falleció el 5 de junio. Contagió a su madre, quien también falleció de coronavirus. Por padecer diabetes, una patología común en la profesión, María Ester había solicitado seis veces la licencia que se otorga a grupos de riesgo. Le fue negada y continuó trabajando. Se contagió y falleció. Sus compañeras y compañeros, los sindicatos, y las organizaciones solidarias se reunieron en la puerta del Gandulfo para despedirla y reclamar justicia.

Unos días después, los trabajadores de la salud nucleados en ATE hicieron pública una lista que amplía la cantidad de nombres. Con la leyenda: “Que el número se convierta en humanidad”, convocan a “valorar la vida y el trabajo en el marco de los derechos públicos”. El primero allí es Silvio Cufré, enfermero del Instituto Brandsen, de 47 años, que vivía en Alejandro Korn y falleció el 18 de abril.

Nadie le aviso a Silvio en su trabajo que tenía pacientes de covid en su sala. Llevó el virus a casa y sus seis hijos se contagiaron. Los mayores, cuando se recuperaron decidieron donar plasma. Y se sienten orgullosos: “Al llegar a casa pensé que le iba a contar lo que hicimos a mi padre… pero en verdad ya lo sabe porque él estuvo con nosotros cuando donamos, no en cuerpo, pero si en espíritu”, expresó Matías Cufré, de 18 años. “Donar fue una experiencia hermosa y pienso volver a hacerlo cuanto antes”. Su padre murió sin saber que tenía coronavirus. La familia todavía padece el hostigamiento de los vecinos, que amenazaron con prenderles fuego la casilla que habitan.

Héctor Bornes era médico clínico Hospital Marzetti, de San Vicente. Conocido como “Chino”, tenía 56 años, falleció el 23 de abril. Casado con la pediatra Silvia Marelli, tenía dos hijos: Sebastián y Manuel. Era amante del básquet, los animales y la buena comida, cuentan. Su esposa, también tuvo aislamiento en su casa por diagnóstico confirmado de covid. Elena Rojas era médica terapista en la clínica San Carlos de Escobar, tenía 62 años y dos hijos. Falleció el 28 de abril y su muerte conmovió a sus compañeros que la recuerdan por su enorme vocación de servicio. A pesar de estar jubilada continuó trabajando con adultos mayores. Había sido enfermera muchos años antes de estudiar medicina.

Miguel Duré, jefe de Terapia Intensiva del Hospital Perrando de Chaco, murió el 19 de junio, a los 53 años. “Con profundo dolor despedimos a un gran colega, un héroe sin capa”, anunció la Gremial Médica de Chaco en su cuenta oficial. “Que su muerte sirva para crear conciencia social, no subestimar, y entender que los héroes no existen, que aquellos de guardapolvos también son de carne y hueso, simples mortales, expuestos y no siempre reconocidos”, señaló José Bolaños, jefe de Medicina Interna del Perrando.

Cimar Terceros Castillo, cardiólogo del Hospital Larcade, era de nacionalidad boliviana, de 38 años, y residía en Marcos Paz. Su caso también fue de síntomas que evolucionaron rápidamente. Bernardo “Tato” Muñiz, enfermero del Penal de Choele Choel, Río Negro, 40 años. Falleció el 13 de abril. “Tato tenía grandes valores, siempre fue solidario. Si podía dar una mano, te la daba y siempre era el primero en anotarse para ayudar en el hospital. ¡Yo lo admiro, qué querés que te diga!”, decía una de las hermanas al conocerse la noticia.

Fuente e imagen:  https://www.pagina12.com.ar/285550-historias-de-trabajadores-de-la-salud-que-murieron-por-covid

Comparte este contenido:

México: Comparten infografías de salud emocional en las comunidades indígenas durante la pandemia

México/La Minuta

La enfermedad Covid-19 no da tregua y sigue cobrando muchísimas vidas todos los días. La pandemia por COVID ha cambiado las dinámicas internas, festivas, organizativas de las comunidades, y en las personas esta generado muchos sentimientos de tristeza, miedo y desesperación.

Hoy compartimos unas infografías que retoman el manual “Covid-19: En nuestras comunidades: ¿cómo entender mis sentimientos?”. Las infografias, con ilustraciones elaboradas por David Guillén, están organizadas por los temas: ¿Cómo identificar nuestros sentimientos?, Ejercicios de respiración para combatir el estrés, ¿ Cómo hablar a las niñas y los niños del COVID-19? Y ¿Qué hacer con un paciente de COVID-19 en casa?

El manual completo fue elaborada en colaboración con SEDEC A.C, Fundar, Serapaz, Enlace, Aura y Educa, y está diseñado para ayudarnos a entender nuestros sentimientos y encontrar algunas maneras para manejarlos, para enfrentar mejor cualquier tipo de crisis, no sólo la provocada por la COVID-19.

Es muy importante aprender a escuchar a nuestro corazón, nos puede ayudar a identificar las situaciones en las que estamos, a comprenderlas, a identificar riesgos y a construir propuestas para ayudar a las personas que queremos.

Descargar las infografias (pdf, 4 pág.). Descargar Manual Covid-19: En nuestras comunidades: ¿cómo entender mis sentimientos?(pdf, 38 pág). Escuchar Cápsulas radiofónicas “En comunidad, todas y todos nos cuidamos ante la COVID-19” . Guía COVID-19:¿Qué hacer si hay un brote en nuestra comunidad?. Leer Informe sobre la situación de las comunidades indígenas ante la emergencia sanitaria por el coronavirus

Fuente e imagen: https://www.educaoaxaca.org/covid-19-en-nuestras-comunidades-como-manejar-nuestros-sentimientos-infografias/

Comparte este contenido:

México: Organizaciones de derechos humanos inician campaña «43 días por los 43»

Ciudad de México | Desinformémonos

Están por cumplirse 6 años de la desaparición forzada de los jóvenes de Ayotzinapa, es por esto que a partir del 14 de  agosto y durante 43 días los nombraremos junto con el colectivo @letrasmarchando, para exigir justicia y verdad.

 

Como cada año, organizaciones defensoras de derechos humanos iniciaron el pasado viernes la campaña «43 días por los 43», esta vez con el lema «Ay6tzinapa: Hacia la verdad», en el marco del sexto aniversario de la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, Guerrero.

Este año, la campaña eligió como símbolo una espiral en representación de un atecocolli o caracol marino, para referir «la integralidad de dos movimientos en ambas direcciones: hacia el centro profundo (conocer la verdad) y hacia el exterior (los efectos de saberla)». Al mismo tiempo, el símbolo figura un 6 por el aniversario de los hechos.

La campaña, que inició este 14 de agosto y concluirá el 26 de septiembre, se compondrá de videos animados, ilustraciones, artículos de opinión, podcasts y música, así como incluirá las demandas de otros colectivos de búsqueda de desaparecidos.

Desde el primer aniversario de la desaparición de los normalistas, el Centro Prodh, el Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, Fundar y Serapaz han impulsado la campaña para unirse a la exigencia de los familiares de los normalistas de dar con el paradero de los 43 y tener acceso a la verdad y la justicia.

Fuente:  https://desinformemonos.org/organizaciones-de-derechos-humanos-inician-campana-43-dias-por-los-43/

Foto: Notimex

Comparte este contenido:

Centros de educación en EE.UU cierran nuevamente a causa del Covid-19

Por: https://evtvmiami.com

A poco tiempo de comenzar las clases en algunas escuelas de EE.UU  algunos recintos educacionales están cerrando de nuevo debido a brotes de COVID-19, el último desafío a medida que el país intenta reabrir cuando el nivel de nuevos casos diarios se mantiene alto en la mayoría de los estados.

Las escuelas en Estados Unidos deben reabrir para el inicio del año académico este mes o a inicios de septiembre. Algunas, particularmente en centros urbanos, han optado por una enseñanza en línea solamente, mientras que otras han optado por clases presenciales, o incluso un híbrido entre ambas.

Pero los brotes o la falta de personal han obligado ya a algunas recintos a detener la enseñanza presencial.

La Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, uno de los recintos educacionales más grandes que abrió con clases de manera presencial, dijo el lunes que cambiaría a instrucción sólo en línea para los estudiantes, después de que pruebas mostraron una rápida propagación del virus.

Actualmente, 177 estudiantes se encuentran aislados y 349 están en cuarentena, de un total de alrededor de 19.000.

En Georgia, una tercera escuela secundaria en el condado de Cherokee cerró para clases presenciales, dijo el distrito escolar del condado, citando un incremento en el número de casos positivos en la escuela secundaria Creekview a 25, con casi un tercio de los estudiantes en cuarentena.

“Como hemos dicho desde que anunciamos nuestra reapertura, no dudaremos en poner en cuarentena a los estudiantes y cerrar las aulas en un esfuerzo por continuar operando la escuela de manera presencial el mayor tiempo que sea posible”, dijo el distrito en un comunicado el domingo, posponiendo el plan para clases presenciales desde el lunes al 31 de agosto.

Las escuelas del condado de Cherokee aparecieron en medios de comunicación nacionales este mes después de que los estudiantes publicaran imágenes en redes sociales que mostraban a los alumnos agrupados en los pasillos, muchos de ellos sin utilizar mascarilla.

Los nuevos casos de Georgia han bajado ligeramente desde su punto álgido, pero el estado informó más de 20.000 nuevas infecciones la semana pasada y una tasa de positividad del 12%, lo que sugiere que hay más casos en la comunidad que aún no se han descubierto.

Un distrito escolar de Arizona tuvo que cancelar sus clases después de que personal dijo que no era seguro regresar y se reportó enfermo. Mientras, un distrito escolar de Nebraska dijo el sábado que había cancelado clases después de que tres miembros del personal dieron positivo y 24 más estaban en cuarentena por exposición.

A nivel nacional, los nuevos casos de COVID-19 cayeron por cuarta semana seguida, pero las infecciones se mantienen en niveles altos en la mayoría de los estados y las muertes siguen estando en un promedio de 1.000 personas por día. Según un recuento de Reuters, en total ha habido más de 170.000 muertes en Estados Unidos a causa de la enfermedad.

*Fuente: https://evtvmiami.com/centros-de-educacion-en-ee-uu-cierran-nuevamente-a-causa-del-covid-19/

Comparte este contenido:

Perú: Las más explotadas de la pandemia

Por: Lucía Alvites/Alainet

La pandemia ha puesto en evidencia los vacíos y brechas estructurales del país, lo más evidente y doloroso, sin duda, es la salud pública con un sistema y una infraestructura débil y precaria que ha sido incapaz de atender en tiempos de “normalidad” la demanda de la ciudadanía y que ahora, en la actual crisis, está absolutamente colapsada.

Sin embargo, hay otros problemas que se agudizan y que, si bien no están hoy en el centro del debate, son varias las voces desde la academia y la política que los señalan con preocupación y alerta. El trabajo de cuidado de los niños/as o personas dependientes y el trabajo doméstico es uno de ellos. La cadena de cuidados se ha roto con la cuarentena, exponiendo de manera tajante una labor que recae principal y mayoritariamente en las mujeres, y dejando ver que su tratamiento desde la política pública y los valores que nos articulan como sociedad es de un desdén que llega a ser desprecio.

Un retrato fulminante de esta realidad es el artículo que hace poco se publicó en un diario de circulación nacional, donde la autora llama “hdp” (hija de puta, en abreviatura) a la mujer que trabajaba en su casa por haber usado su día de franco y no haber regresado, tras el anuncio del Estado de Emergencia. El hecho habla del lugar social que se les ha asignado a las mujeres que desarrollan este trabajo, que es reafirmado por una precariedad laboral violatoria del derecho a un trabajo digno.

El trabajo doméstico y de cuidados, no solo es invisible, sino que no califica como digno y valorado. Nadie dice con orgullo hoy cociné, lavé los platos y cuide a dos niños todo el día, por supuesto, tampoco hay nadie al otro lado que lo aplauda.

Hoy, con los colegios cerrados y la imposibilidad de traslado de las mujeres que se dedican al cuidado de otros, sean ellas parte de redes familiares de apoyo o trabajadoras que reciben una remuneración por esta labor, ha quedado un vacío en los hogares que representa un trabajo ineludible que alguien tiene que cumplir.

De acuerdo, a datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) recogidos en la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo del 2010 y tomados del Informe de brechas de género 2018 (INEI 2019), las mujeres dedican 39 horas con 28 minutos a la semana al trabajo doméstico no remunerado, mientras que los hombres lo hacen 15 horas con 54 minutos. Es decir, nosotras dedicamos un promedio de 23 horas y media más, a la semana, a las labores de la casa que ellos, sin recibir nada a cambio.

Somos las mujeres las que cuidamos y realizamos las actividades que sostienen y son la base de otras actividades de la sociedad. Sin alguien que cocine, lave la ropa o cuide a los hijos es imposible pensar en otras actividades laborales, paradójicamente, estas tareas básicas nunca han sido entendidas por nuestras políticas de Estado como trabajo de primer orden que debe ser parte de la cosa pública, al igual que la educación o la salud.

Cada familia ha solucionado de acuerdo a sus posibilidades estas labores, con redes familiares de apoyo o, quienes tienen más recursos, contratando a otras mujeres que puedan hacer este trabajo. Con la caída de estas cadenas de cuidado, hoy tenemos mujeres que trabajan cuádruple jornada: teletrabajan, realizan las tareas de la casa, cuidan a los hijos y son, a la vez, las nuevas tutoras que acompañan la escuela virtual.

Esta realidad de cuádruple jornada laboral que afrontan miles de mujeres, es de hecho, una inédita hiper explotación. Que no solo puede traer como consecuencias afectaciones de salud física o mental, sino que, también, significa un impedimento a su desarrollo personal, profesional o político. El “techo de cristal”, ese límite invisible al que nos enfrentamos las mujeres para ascender laboralmente por los roles tradicionales de cuidado o el mandato obligatorio a la maternidad que tiene exigencias sociales que no posee la paternidad, está ahora mismo descendiendo abruptamente con la cuádruple jornada.

Son urgentes políticas que incentiven – de verdad, materialmente, no solo con el puro “llamado” – la co responsabilidad en la tarea de cuidados y el trabajo doméstico, que pasen por medidas que reconozcan remunerativamente este trabajo desde el Estado, porque constituye una actividad base para que la sociedad funcione.

El día de ayer el presidente Vizcarra anunciaba un bono al personal de la Policía, las Fuerzas Armadas y del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) por la labor fundamental que están realizando, lo mismo debería promoverse para las cuidadoras y cuidadores, muchas de ellas conducen ese 35% de hogares donde las mujeres son jefas de familia.

El cuidado es un trabajo que en tiempos de pandemia se ha incrementado exponencialmente, lo que puede ayudar a abrir una discusión en el Perú sobre la necesidad de un sistema público integral que reconozca este trabajo con una renta a las cuidadores y cuidadores. Esto que parece lejano sucede en otros países, con distintos matices pero que se enfocan en esta problemática, como es la asignación universal por hijo en Argentina o el bono por hijo en Chile.

En el Perú, crecientes voces llaman a seguir el ejemplo de varios países y establecer un bono universal mensual o renta básica para todas las personas que lo requieran, sin excepción. Perfectamente posible, como lo han demostrado muchos especialistas, y absolutamente necesario y urgente, como lo muestra el colapso galopante del país. Que haría, por fin, justicia a las millones de mujeres cuidadoras de sus familias y hogares que también sostienen, de manera decisiva, el país.

La crisis actual ha expuesto los graves problemas del modelo económico que por décadas hizo lucrativo los derechos a la vida digna de las personas y que, además, concilia con las dinámicas patriarcales que ha sometido a las mujeres a una sobreexplotación. Ahora que vemos más claramente todas esas grietas podemos tener la oportunidad de cerrarlas.

https://www.alainet.org/es/articulo/206281
Comparte este contenido:
Page 1151 of 6179
1 1.149 1.150 1.151 1.152 1.153 6.179