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Afganistán: Tras condenar a prohibición de los talibanes a las mujeres de ir a la universidad, la ONU pide su revocación inmediata

La exclusión sistemática de las mujeres en prácticamente todos los aspectos de la vida en el país no tiene parangón en el mundo.

La ONU, todas sus agencias y los expertos en derechos humanos han condenado la decisión de los talibanes de cerrar las universidades a las mujeres y han solicitado a las autoridades de facto que gobiernan Afganistán que «revoquen inmediatamente la decisión».

En un comunicado, la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) instó a tales autoridades a «reabrir las escuelas para niñas más allá del sexto grado y poner fin a todas las medidas que impiden a las mujeres participar plenamente en la vida pública cotidiana».

Violación clara del derecho a la educación

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, describió la prohibición como «otro golpe atroz y cruel a los derechos de las mujeres y niñas afganas y un revés profundamente lamentable para todo el país».

Tras recordar que su exclusión sistemática de prácticamente todos los aspectos de la vida «no tiene parangón en el mundo», sostuvo que prohibir a las mujeres la educación terciaria es «aún más desgarrador» si se tienen en cuenta sus vitales contribuciones a lo largo de los años.

«Además de la prohibición de que las niñas asistan a la escuela secundaria, basta pensar en todas las doctoras, abogadas y maestras que se han perdido, y que se perderán, para el desarrollo del país», dijo el alto funcionario de la ONU.

Afirmó que suspender el acceso de las mujeres a la educación terciaria y superior supone una «clara violación» de las obligaciones contraídas por Afganistán en virtud del derecho internacional, y añadió que su derecho a acceder a todos los niveles educativos sin discriminación es «fundamental e incuestionable».

Unas niñas leen sus libros de texto en el centro educativo Dasht-e-Barchi de Kabul (Afganistán). (archivo)
© UNICEF/Shehzad Noorani
Unas niñas leen sus libros de texto en el centro educativo Dasht-e-Barchi de Kabul (Afganistán). (archivo)

Confinamiento entre cuatro paredes

La prohibición de que las mujeres asistan a la universidad es una continuación de las políticas de discriminación sistemática de los talibanes.

Desde agosto de 2021, han prohibido a las niñas cursar estudios secundarios, han restringido la libertad de circulación de mujeres y niñas, han excluido a las mujeres de la mayor parte de la población activa y les han prohibido utilizar parques, gimnasios y baños públicos.

Estas restricciones culminan con el confinamiento de las mujeres y niñas afganas a las cuatro paredes de sus hogares, según la UNAMA.

«Impedir que la mitad de la población contribuya de forma significativa a la sociedad y a la economía tendrá un impacto devastador en todo el país».

Hacerse daño a sí mismo

La UNAMA recordó que estas prácticas expondrán a Afganistán a un mayor aislamiento internacional, penurias económicas y sufrimiento, «lo que repercutirá en millones de personas durante años».

«La ONU estima que restringir el trabajo de las mujeres puede suponer una pérdida económica de hasta 1000 millones de dólares, o hasta el 5% del Producto Interior Bruto (PIB) del país», explicaron, y añadieron que prohibir el acceso de las mujeres a las universidades, incluidas las maestras y profesoras, contribuirá a pérdidas económicas adicionales.

La educación es un derecho humano básico, recordó la misión de la ONU. Excluir a las mujeres no sólo les niega este derecho, «sino que niega a la sociedad afgana en su conjunto el beneficio de sus contribuciones».

Repercusiones

La exclusión de facto de mujeres y niñas de la educación, el lugar de trabajo y otros ámbitos de la vida por parte de las autoridades aumenta los riesgos de matrimonios forzados y de menores, así como la violencia y los abusos, señaló la UNAMA.

«La discriminación continuada contra más de la mitad de la población del país se interpondrá en el camino de Afganistán hacia la consecución de una sociedad inclusiva en la que todos puedan vivir con dignidad y disfrutar de igualdad de oportunidades», aseguraron los responsables de la Misión.

La ONU recuerda a los talibanes que arrebatar el libre albedrío a las mujeres y excluirlas de todos los aspectos de la vida pública y política va en contra de las normas universales de derechos humanos en las que se basan las sociedades pacíficas y estables.

«Esta decisión será un factor negativo para los afganos en el extranjero que se planteen regresar y obligará a más personas a huir del país», continúa el comunicado.

Un grupo de niñas de primaria sentadas en su clase en un instituto de la provincia afgana de Nuristán.
© UNICEF/Sayed Bidel
Un grupo de niñas de primaria sentadas en su clase en un instituto de la provincia afgana de Nuristán.

Cerrar la puerta al futuro

El máximo representante de la ONU en el país, Ramiz Alakbarov, afirmó en Twitter que la Organización «habla con una sola voz», al compartir la indignación de millones de ciudadanos, así como de la comunidad internacional.

«La educación es un derecho humano fundamental», tuiteó.

«Una puerta cerrada a la educación de las mujeres es una puerta cerrada al futuro de Afganistán».

Persecución de género

Al mismo tiempo, 19 expertos independientes en derechos humanos nombrados por la ONU condenaron la decisión en los términos más enérgicos, señalando que, entre otras muchas «restricciones irracionales», esta medida puede equivaler a persecución por motivos de género, un crimen contra la humanidad.

El anuncio es «una violación flagrante de sus derechos humanos consagrados en múltiples tratados internacionales, de los que Afganistán es signatario, y tendrá consecuencias desastrosas para los afganos», afirmaron en un comunicado.

Los expertos también señalaron que otros eruditos islámicos afirmaron que no existe ninguna justificación religiosa o cultural para ello.

Impacto profundo

Educar a mujeres y niñas sienta las bases de la autonomía económica de las mujeres y es fundamental para lograr la igualdad de género.

Sin mujeres instruidas, habrá menos profesionales para atender a la población y sacar adelante a Afganistán, sostuvieron los expertos.

Señalaron que las doctoras son necesarias para proporcionar a las mujeres una atención médica adecuada, ya que las autoridades de facto restringen a los médicos varones el tratamiento de mujeres y niñas.

Sin maestras, que antes constituían el 82% del Ministerio de Educación, el aprendizaje de los niños se resentirá, y sin abogadas, las mujeres y sus familias tendrán acceso a la justicia.

«Las repercusiones intergeneracionales de tal restricción serán profundas y desastrosas para Afganistán».

Instaron a los talibanes a «dejar de utilizar la seguridad de las mujeres y las niñas como pretexto para imponerles restricciones severas y desproporcionadas y, en su lugar, abordar la causa fundamental de la violencia y la discriminación contra las mujeres y las niñas, a saber, el comportamiento y las actitudes de los hombres que las consideran inferiores y subordinadas a los hombres y los niños».

Mujeres veniendo sus pertenecencias en la provincia afgana de Balkh.

Los más afectados

Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) presentó los resultados de una encuesta que revela que las mujeres y las niñas de Afganistán son las más afectadas por la crisis humanitaria y económica actual.

Las limitaciones para trabajar hacen imposible que muchas de ellas puedan alimentarse a sí mismas y a sus hijos, lo que aumenta el riesgo de que adopten estrategias desesperadas para hacer frente a la situación, como vender sus bienes, sacar a sus hijos de la escuela o saltarse por completo las comidas, explicó el PMA.

Restricciones y más restricciones

La movilidad de las mujeres se ha visto aún más limitada al obligarlas a ir acompañadas de acompañantes masculinos, lo que ha dificultado su acceso a mercados, clínicas y puntos de distribución.

Las trabajadoras humanitarias, esenciales para las mujeres y niñas vulnerables, se enfrentan a retos similares.

Se calcula que en Afganistán hay unas 800.000 mujeres desnutridas embarazadas y lactantes, la cifra más alta jamás registrada en Afganistán, lo que perpetúa un círculo vicioso de madres desnutridas que dan a luz a niños desnutridos.

Fuente: https://dppa.un.org/es/tras-condenar-la-prohibicion-de-los-talibanes-las-mujeres-de-ir-la-universidad-la-onu-pide-su#:~:text=21%20Dic%202022-,Tras%20condenar%20la%20prohibici%C3%B3n%20de%20los%20talibanes%20a%20las%20mujeres,tiene%20parang%C3%B3n%20en%20el%20mundo.

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Reflexión sobre desafíos que enfrentan los feminismos en América Latina

Por: Leonardo Frías Cienfuegos

 

Si algo nos han enseñado los movimientos feministas, es que los temas sobre los que se debate son siempre los más actuales en el sentido de la demanda por la igualdad y la equidad, la erradicación de la violencia contra las mujeres o la no discriminación por asuntos de género.

Así lo manifestó Guadalupe Valencia García, coordinadora de Humanidades de la UNAM, al poner en marcha la Tercera Conferencia Anual Latin American Interdisciplinary Gender Network (LAIGN), “Irrupciones Feministas Anti-Sistema en América Latina”, realizada en conjunto entre el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), la Universidad de Yale y UNAM-Boston.

En realidad, destacó, siempre se está hablando de derechos humanos, de libertad, de justicia, de ética, de política, y para tratar cada uno de estos temas no hay mejor manera que el trabajo interdisciplinario. Esto asegura, continuó, que a través de los diversos discursos disciplinarios, de las discusiones, del debate, y desde las narrativas de los activismos feministas, se puedan construir microcomunidades enredadas que desemboquen en una reflexión colectiva, una visión de conjunto, y así veamos cuáles han sido nuestros alcances y cuáles son los desafíos.

La Conferencia Anual LAIGN, agregó Valencia García, llega a su tercera edición en la búsqueda de su consolidación como parte de las actividades interinstitucionales de la UNAM, en la que intervinieron 120 integrantes de la red, provenientes de 35 instituciones de América Latina.

Las calles latinoamericanas se inundan con pañuelos verdes y morados, y pancartas demandando justicia. Las feministas provocan a través de la escritura, las artes y la reflexión colectiva; se hacen escuchar en calles, aulas, mercados, parlamentos y redes sociales; se apropian de espacios y de sus cuerpos; resignifican la memoria; intervienen el lenguaje y los símbolos patrios; proponen antimanuales y antimonumentas, así se lee en la introducción y bienvenida del CIEG a dicho cónclave.

Y continuó: “cada movilización es única, pero todas forman parte de un proceso más amplio de luchas antisistema. La tercera conferencia abre un espacio para discutir los desafíos que enfrentan los feminismos y analizar posibles antídotos para estos tiempos de conservadurismo”.

Al respecto, Marisa Belausteguigoitia, titular del CIEG, enfatizó: “estos movimientos son críticos, y la crítica se hace con lo que se deja fuera y desordena el centro, es ese orden de lo que quedó fuera: reflexión desde lo anti, que produce efectos críticos”.

En su oportunidad, Benjamín Juárez Echenique, exdirector del Centro de Estudios Mexicanos (CEM) de la UNAM en Boston, Estados Unidos, dijo que nadie se resiste a la convocatoria de la red que cuenta con una marca irresistible: UNAM-Yale.

Ante esto, añadió que el feminismo no es algo que compete sólo a las mujeres, sino a todos, y tampoco únicamente a la interdisciplina, pues además a los estudios intersección en los que vemos género, junto con situaciones de clase, geografía, economía e ideas políticas.

“Porque no se trata de hablar para quienes tienen las mismas ideas, sino dirigirnos a aquellos que no las tienen, y llegar a construir consensos y acciones; es por eso que el primer motor para la creación de esto fue romper geografías, porque estamos en uno de los centros más importantes del mundo de pensamiento y de acción”.

Finalmente Claudia Valeggia, directora del Council on Latin American & Iberian Studies (CLAIS) de la Universidad de Yale, manifestó que la unión de la mencionada red, así como de la universidad que representa y la UNAM, se dio para generar conocimiento a través de contenidos académicos, culturales y activistas que faciliten un diálogo y ofrezcan posibles soluciones a temas respecto al género.

Se realizaron, detalló, labores en siete grupos de trabajo: Género y educación; Teoría del género y feminismo; Género, economía, pobreza y salud; Género en las artes y las humanidades; Género en la ciencia, la tecnología y la innovación; Género y derechos humanos; y Foro de género y políticas.

Fuente de la información e imagen:  Gaceta UNAM

 

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Juegos de niños y niñas bajo un cielo de plomo

Por: Diego Del Norte

 

Crónica sobre la vida cotidiana en el norte de Siria, la región kurda que, desde hace varias semanas, es bombardeada diariamente por Turquía y donde su pueblo resiste los ataques mientras el mundo mira hacia otro lado.

Desde Rojava

Son las 7:45 de la mañana. A esta hora, el clima es fresco, pero si sale el sol, lo cual pasa a menudo, el ambiente se calienta bastante al mediodía. Llevo unas semanas andando a diario este recorrido de 15 minutos, bordeando las afueras de Derik, una pequeña ciudad donde la precariedad salta a veces a la vista mientras se codea con edificios un poco más acomodados. El hormigón es, por desgracia, el rey indiscutible, con esqueletos de los futuros edificios salpicando el paisaje sin preocupación por consideraciones estéticas. En este día luminoso, las montañas del lado turco se asientan majestuosas en el horizonte, como una invitación inaccesible. Zigzagueo entre unos cuantos tractores viejos, cofradías de gallinas y columnas de gansos, en un escenario colorido que serviría para una película de Emir Kusturica. Las fronteras entre la ciudad y el campo se desdibujan en estas zonas urbanas periféricas.

Me dirijo a lo que recientemente se ha convertido en mi “lugar de trabajo”: un gran edificio de color crema, en pésimo estado de conservación, que es una antigua escuela secundaria del régimen sirio y que hoy alberga a la administración escolar bilingüe (árabe/kurdo) de las 87 escuelas de la pequeña localidad y de los numerosos pueblos de los alrededores. En esta mañana, reina una calma digna de un viernes (que aquí tiene carácter de domingo), lo que me hace pensar que, probablemente, encontraré la puerta cerrada. Y es que este lunes no es un lunes como los demás. El luto y la conmemoración están a la orden del día. Hace dos noches, las bombas turcas sembraron la muerte en una región históricamente más bien indemne en comparación con otras.

Imagen: Derik, ciudad de Rojava / Diego del Norte / La tinta
Imagen: Derik, ciudad de Rojava / Diego del Norte / La tinta

En la noche del 20 al 21 de noviembre, hacia la medianoche, un ataque aéreo turco se dirigió contra la aldea de Teqil Beqil, matando a dos personas y destruyendo una central eléctrica. Un grupo de pobladores acudió al lugar de los hechos para ayudar a las víctimas y denunciar el incidente. Un periodista de un medio de comunicación local los acompañaba. A continuación, cayeron otras tres rondas de proyectiles macabros sobre la asamblea, matando a nueve personas. Esta táctica de “ataque en dos tiempos” es una estrategia tan habitual como despreciable por parte de la fuerza aérea de la bandera roja adornada de una luna y una estrella blanca. El objetivo es innegable: matar creando un shock psicológico. Es imposible no ver la sórdida hipocresía del ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, que se atreve a hablar de “ataques quirúrgicos contra objetivos militares específicos”. Por supuesto, si el razonamiento es considerar a cualquier civil solidario con las fuerzas de autodefensas populares de Rojava como un terrorista, esto abre el camino a una pseudo-legitimación de muchos crímenes de guerra.


A la mañana, el ambiente entre mis colegas es de gravedad y aprensión. El 20 de noviembre, Día Internacional del Niño, estaba previsto un gran desfile en la ciudad, seguido de una fiesta en varias escuelas. Asistí a un ensayo general en una de las escuelas. Los niños y las niñas se sentían orgullosas de mostrar las canciones y bailes que habían preparado para la ocasión. Este año, no habrá celebración, el ejército turco ha decidido sustituirla por la estupefacción y el dolor.


El tradicional café/té colectivo del comienzo del día se prolonga, cada uno intercambiando noticias sobre los trágicos acontecimientos. Llegan informaciones en el transcurso de la mañana que revelan el número y la identidad de las compañeras y compañeros asesinados durante la noche. Los colegas se enteran de que hay gente cercana entre los muertos. Observo con impotencia su aflicción. No sé dónde colocarme, qué hacer, qué decir. Me conformo con estar allí, testigo discreto, extraño a pesar de todo. Pienso en la magnitud del daño y en el dolor causado por los intereses de una minoría dispuesta a realizar los más sórdidos trapicheos para mantenerse en el poder.

Si Recep Tayyip Erdogan y su banda de asesinos juegan la carta de la escalada bélica, no es por la supuesta defensa de su pueblo amenazado, sino por su desastroso historial y las elecciones que se aproximan en 2023. No deja de sorprenderme que la vieja estrategia de crear un enemigo externo para desviar la responsabilidad de las élites por el triste destino del pueblo siga funcionando; que sea, a pesar de las lecciones de la historia, aún insuficientemente aprendidas, de una temible eficacia. Y por muy burdo que es el maquillaje, los medios de comunicación desempeñan su papel de caja de resonancia, absteniéndose de “tomar partido”, lo que basta para dar crédito a la mentira.

Hace tiempo que no oigo cantar y corear el “sehid namirin” (“los mártires nunca mueren”) con el corazón encogido. El funeral colectivo de las 11 víctimas reúne a una gran multitud, atravesada, de principio a fin, por la emoción y la rabia. Y es que las personas asesinadas eran especialmente apreciadas y reconocidas por su larga implicación en la sociedad civil. Su rápida presencia en el lugar del atentado, en plena noche, es reflejo de su constante dedicación a apoyar la construcción colectiva de esta alternativa democrática revolucionaria en el norte de Siria. Dos de ellos eran, por ejemplo, muy activos en la “Casa de los Mártires”, que proporciona apoyo y asistencia a las familias en duelo. Los conocí. Son las primeras personas muertas que conocí en vida, lo que hace que este desenfreno asesino, que se acelera desde hace varios meses, sea aún más concreto y tangible.

Al día siguiente del funeral, acudo con mis colegas a un nuevo homenaje, al que asisten más de mil personas. Los discursos gritan la rabia y la determinación de continuar la resistencia contra viento y marea. Quienes hablan, proclaman, alto y claro, que el miedo está ausente de sus cuerpos. En varias intervenciones, destacan la dedicación de la guerrilla en el norte de Irak y la lucha de las mujeres en Irán. Un grupo de chicas adolescentes pasa por delante de la asistencia, enarbolando banderas y entonando “Jin, Jiyan, Azadi”, una consigna que es retomada por la multitud. Esta experiencia de Rojava, que quiere ir más allá del modelo de Estado-nación, las heroicas batallas guerrilleras en las montañas de Irak y las movilizaciones salvajemente reprimidas en las calles de Irán se conforman como una sola experiencia: la misma lucha, el mismo deseo de disfrutar una vida digna, el mismo grito de libertad para las mujeres, como también la misma crítica y el rechazo a una modernidad capitalista que destruye inexorablemente la diversidad de la vida.

Imagen: Zona bombardeada por Turquía / Diego del Norte / La tinta
Imagen: Despedida de los mártires / Diego del Norte / La tinta

En el camino de vuelta, decido cambiar un poco mi itinerario. Descubro, en el recodo de la carretera, alineaciones de piedras que delimitan zonas de juego infantil, viejas latas que sirven de mobiliario y vajillas para esas casas en miniatura, sin paredes ni tejados, pero no exentas de una especie de poesía. En la pared contigua, los dibujos de tiza dan testimonio de momentos colectivos de imaginación desplegada. Una creatividad que no deja de conmover al profesor “creyente, pero no practicante” que soy. Mientras inmortalizo la escena, dos mujeres me saludan. Cuando les digo que vengo de Bélgica, una de ellas se alegra: “¡Mi hijo se fue a vivir a Bélgica hace unos meses!”. Ha ido a reunirse con miembros de su familia, que viven allí desde hace mucho tiempo. Me toca hacer preguntas y darme cuenta de que vive en la Ciudad Ardiente, en las alturas del barrio de Pierreuse, al que tengo un especial cariño. Hay momentos en los que el mundo es definitivamente un pañuelo.

Ambos nos alegramos de esta coincidencia y me invita a su casa a tomar el té. Allí conozco a dos jóvenes artistas muralistas en ciernes. Tienen 10 y 12 años, se llaman Rojava y Rojhilat. ¡Vaya símbolo! Hablamos de la guerra y la migración, de nuestras esperanzas y miedos. Salgo con una convicción más fuerte de que, digan lo que digan, el mundo está peor de lo que vale la mayoría de los seres humanos que lo habitan. En definitiva, la humanidad está, en gran medida, menos podrida que el estado actual del planeta. Me voy preguntándome qué será de estas dos jóvenes, dónde y cómo crecerán, qué sinsabores y alegrías vivirán. Seguramente, les tocará encender sus gritos y sus armas para hacer posible, más allá de las fronteras estatales que datan de la colonización, ¡el respeto incondicional a la mujer, a la vida y a la libertad!

Fuente de la información: La Tinta

 

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Philippe Meirieu: La escuela como espacio de justicia y democracia

Por: Tv pública

En una nueva emisión de Caminos de tiza se debaten las propuestas pedagógicas de Philippe Meirieu, investigador y escritor francés, especialista en ciencias de la educación. Entre sus aportes fundamentales se destaca el lugar de la escuela como espacio de inclusión, desaceleración, justicia y democracia.

Mirta Goldberg analiza la obra del pedagogo francés junto a Gabriel Brener, especialista en Educación de las Universidades de Buenos Aires y Hurlingham; Nicolás Levit, Maestro de Escuela Primaria y Licenciado en Educación (UNAHUR) y Daniela Pace, Licenciada en Educación y Directora de la Escuela de Educación Secundaria Nº 19 de Hurlingham.  También participa Gustavo Galli, Director de Enseñanza Media de la DGCYE de la Provincia de Buenos Aires.

Fuente de la información e imagen: https://www.tvpublica.com.ar

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México. Judith Butler en la UNAM «No cambiaremos al mundo insistiendo en el individualismo»

Por: Diana Saavedra

Resumen Latinoamericano, 29 de noviembre de 2022.

“Somos criaturas vivientes que dependen de procesos vitales, los cuales constituyen al planeta; entonces nos atraviesa una compleja red de relaciones para decidir cuál será la mejor manera de actuar, y cómo hacernos responsables de nuestros actos”, consideró Judith Butler, honoris causa por la UNAM.

“Si mi propósito es mostrar que me opongo al avance del fascismo no es suficiente, no cambiaremos al mundo si insistimos en adoptar posturas morales que sólo refuerzan el individualismo y nos distraen de la acción colectiva”, reflexionó la reconocida investigadora, filósofa y activista por los derechos LGBTTQ+.

Reconocida como una de las filósofas más influyentes del mundo, Butler dijo ante estudiantes, académicos y público reunido en el Auditorio del Palacio de la Escuela de Medicina de la UNAM, en el Centro Histórico, que es claro que existe la singularidad en cada individuo, y se debe rechazar aquella identidad colectiva que niegue a las personas su carácter singular. “Debemos retar a nuestro sentido de ser cuando tratamos de entendernos como seres vivientes, en relación con los otros, y con un planeta vivo amenazado por la destrucción y en el proceso de ser destruido”.

La profesora del Departamento de Literatura comparada en la Universidad de California en Berkeley añadió que “somos responsables de la tierra o nos hacemos cargo ante un grupo de gente. Decimos que “ese compromiso es mío”, y se puede hablar de la responsabilidad de las instituciones, leyes justas, fortalecer a comunidades institucionalizadas. Cuando anunciamos que no toleramos la injusticia, más allá de que seamos afectados o solidarios con otras personas, estamos actuando como individuos, y por eso las denuncias fallan o pierden fuerza”.

Durante su charla magistral “Juicio, libertad, solidaridad: pensando con Arendt/Judgment, Freedom, Solidarity: Thinking with Arendt”, la también investigadora repensó las propuestas de la alemana Hannah Arendt en lo que se refiere a la desobediencia civil, las violaciones a la ley y el juicio moral, pues estas referencias permiten abordar desde una diferente perspectiva la lucha por la igualdad en las sociedades actuales, considerando la crisis climática y los derechos de los animales.

Vehículo ético

La filósofa estuvo acompañada por Mary Frances Teresa Rodríguez Van Gort, directora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y Rosaura Martínez Ruiz, profesora de la misma Facultad. Esta última recordó que Butler ha enfatizado en su obra el problema que representa que unas vidas se consideren más dignas de duelo colectivo que otras; no sólo es un diagnóstico, sino un vehículo ético que nos permite formular un imaginario político del cuidado.

Martínez Ruiz comentó que hoy necesitamos una crítica de la violencia. Es urgente hacer visibles los mecanismos que, de manera fantasmagórica e inclusive inconsciente, la facilitan sobre cuerpos, comunidades y pueblos específicos; es imperativo denunciar tantas y peligrosas representaciones de poblaciones para responsabilizarnos y responder ante los mecanismos de asignación inequitativa de la lamentabilidad.

“Es inaplazable construir elementos teóricos fuertes del porqué es políticamente nuestra responsabilidad hacernos cargo de la vulnerabilidad y la violencia contra las mujeres, las personas trans, disidentes sexuales, aquéllas en condición de movilidad, las desaparecidas, empobrecidas, perseguidas políticas del mundo y las comunidades indígenas”, enfatizó.

Fuente de la información e imagen: https://www.resumenlatinoamericano.org

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Ciberviolencia contra mujeres y niñas, el caso de los stalkerwares

Por Daniela Horta

Usualmente el stalkerware se ejecuta en segundo plano, sin que la persona afectada haya dado su consentimiento o siquiera sepa que está instalado en su dispositivo, y es común que el uso de estas herramientas se realice en el marco de una relación afectiva.

Desde el inicio de la pandemia por COVID-19, la violencia contra mujeres y niñas se ha agravado. Este aumento se compone de diversas aristas, y comprende aquello que ocurre tanto los espacios “físicos” como en internet.

De acuerdo con un estudio de la Unión Europea sobre “ciber-violencia” contra niñas y mujeres, existen diferentes tipos de violencia en internet, de las cuales se destacan el cyber-stalking (equivalente al ciberacoso), trolling, cyber-harrasment (equivalente al grooming), cyber-bullying, discursos de odio online, flaming (comentarios de odio, insultos y otros), abuso sexual basado en compartir imágenes no consensuadas y doxxing (publicación de documentos y datos privados al público).

En línea con el reciente Día Internacional para Eliminar la Violencia contra las mujeres y niñas, y dentro del contexto de 16 días de activismo de Naciones Unidas, es necesario reflexionar sobre el stalkerware, un tipo de software que habilita una forma particular de violencia.

¿Qué es un stalkerware?

Normalmente comercializados como herramientas de seguridad para controlar el acceso al contenido online de niños y niñas, el stalkerware es precisamente lo que indica su nombre en inglés: software diseñado para acechar (observar con atención y con cautela a alguien sin ser visto) y acosar (perseguir sin tregua ni descanso a una persona a una persona).

Se trata de software que en muchos casos está disponible en el comercio y que al ser instalados en un celular, computadora u otros dispositivos electrónicos, otorgan acceso de forma remota a la información contenida en los dispositivos, pudiendo incluir la ubicación geográfica, las búsquedas en la web, mensajes de texto, correos electrónicos, fotos y contactos. Usualmente el stalkerware se ejecuta en segundo plano, sin que la persona afectada haya dado su consentimiento o siquiera sepa que está instalado en su dispositivo, y es común que el uso de estas herramientas se realice en el marco de una relación afectiva, (amigos, novios, familiares, etc.), cuando una persona busca controlar a la otra.

Uno de los problemas principales es el gran desconocimiento sobre los stalkerwares: según un reporte publicado por Kaspersky, un 60% de las personas no sabe de su existencia. Esta falta de reconocimiento e información genera vulnerabilidades que pueden facilitar el sometimiento de una persona a esta forma de violencia.

Un estudio publicado por Women’s Aid documentó que, en al menos el 29% de los casos de violencia intra-familiar, las parejas o ex parejas utilizaron stalkerware; por ejemplo, en múltiples casos en Estados Unidos, los perpretradores reconocieron instalar el software en teléfonos que regalaron a sus hijos e hijas después de un divorcio, con el objetivo de vigilar a la expareja. En otros países se identifican dinámicas similares en casos de “amistad”, las cuales instalaban stalkerware en el dispositivo de conocidos o también en el caso de parejas que no necesariamente experimentaban violencia física.

Sin embargo, todos los casos son claro ejemplo de una intención, realizada sin consentimiento, con el fin de tener poder y control por sobre la otra persona, lo cual es una trasgresión a la privacidad, acoso, y, por ende, violencia.

Impactos más allá de internet

Todas las monedas tienen dos caras. Aquí, una cara es aquello que ocurre en línea y la otra es lo que sucede fuera de internet. Uno de los aspectos que deben ser considerados al entender los impactos de la utilización de stalkerwares es que no solamente tienen repercusiones sobre nuestras acciones en línea, sino que el acceso a la información personal y sensible, sin autorización, por parte de un tercero extiende su capacidad de control fuera de internet, perpetuando esta situación de violencia.

Para tener una radiografía de la situación del cyber-stalking, un estudio reciente de Plan Internacional reveló que más de la mitad de niñas y mujeres jóvenes, entre los 15 y 25 años, han sido víctimas de esta forma de violencia, mientras que el el 1er Estudio Nacional de Ciber Acoso y Salud Mental realizado en Chile, y publicado en 2021, revela que un 47% de las personas entre 15 y 29 años declara haber sido víctima de “violencia digital” en los últimos tres meses; tanto en 2020 como en 2021 se observó que la mayoría de las personas afectadas eran mujeres.

El stalkerware no es una consecuencia directa del cyber-stalking, sin embargo, es necesario considerar desde una perspectiva más amplia el contexto, como se explica en el reporte “Protecting Women and girls from violence in the Digital Age”: en una sociedad patriarcal, quienes cometen actos de violencia probablemente tienen una red de apoyo que se comporta de la misma forma, justifica y normaliza la violencia. Estos aliados, que antes solamente podían encontrarse de forma off-line, hoy en día comparten ideas que se desarrollan, fomentan y fortalecen en internet.

Desafíos a futuro

Si bien en la región existen diferentes políticas públicas que abarcan estos temas, con la intención de mitigar la violencia contra mujeres y niñas en el ámbito digital se identifican dos desafíos principales, que deben ser tomados en cuenta para avanzar hacia la erradicación de la ciber-violencia: primero, no existe una definición universal, ni regional, que considere las violencias en internet y fuera de internet en un mismo nivel, dejando el ámbito digital como un área subyacente de la violencia con las mujeres y niñas. Se genera así la percepción de una falta de priorización de las variables involucradas en este tipo de violencias.

Por otro lado, es clave considerar la importancia de reflexionar sobre la existencia de medidas efectivas para la erradicación de estas prácticas, las cuales deben ser aprendiendas de la historia, dejando de tomar medidas centradas en las víctimas, sino que deben considerar los problemas estructurales a nivel macro, que permiten que estos problemas ocurran. La educación a potenciales perpetradores de este tipo de violencia y el reforzamiento de estructuras legales, que regulen y no permitan la agravación de estas situaciones, son clave para generar avances sustantivos.

Daniela Horta es Cientista política de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Máster en Políticas Públicas: Desarrollo y Gobernanza del Institute of Social Studies – Erasmus University Rotterdam y la University of York. Actualmente está cursando una especialización en la universidad Roma Tre (Italia) en Política y Género, y es pasante en Derechos Digitales.

Fuente: https://www.derechosdigitales.org/19809/cyber-violencia-contra-mujeres-y-ninas-el-caso-de-los-stalkerwares/

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Italia prohíbe usar celulares en clases por ser ‘falta de respeto a profesores’

El Mineducación de ese país presentó un informe con los riesgos para los niños  de los celulares.

El ministro de Educación italiano, Giuseppe Valditara, envió hoy una circular a todos los colegios e institutos en la que prohíbe el uso del móvil durante las clases, ya que es un «elemento de distracción para uno mismo y para los demás y una falta de respeto a los profesores»

El uso de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos «puede permitirse, obviamente, con la autorización del profesor, y respetando la normativa escolar, con fines educativos, inclusivos y formativos», indica la nota ministerial.

«No estamos introduciendo sanciones disciplinarias, nos estamos refiriendo a un sentido de responsabilidad. Invitamos también a los centros educativos a velar por el cumplimiento de la normativa vigente y a promover, en su caso, refuerzos normativos más estrictos y pactos de corresponsabilidad educativa, para prevenir eficazmente el uso indebido de estos dispositivos», explica.

La circular ministerial incluye un informe realizado por una comisión parlamentaria sobre los riesgos para la salud de los niños que pueden derivarse del uso continuado de los teléfonos móviles.

En una reciente entrevista, Valditara había afirmado: «Yo no digo que no puedas entrar a clase con tu móvil. Pero puedes dejarlo en la entrada o en todo caso fuera de la lección: vas a la escuela a estudiar no a chatear».

Hasta ahora era decisión del director del centro educativo el consentir o no que los alumnos pudieran usar el teléfono en clase.

Pero la circular ministerial no indica si los teléfonos móviles tendrán que ser requisados por los profesores antes de entrar en el aula o si bastará dejarlos en la mochila y no utilizarlos durante el horario escolar.

EFE

 

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