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Jonathan Osborne: “Repetimos que hay que fomentar el pensamiento crítico, pero no podemos juzgar lo que desconocemos”

Empezó en los años 70 enseñando Física en institutos británicos. Ya en los 80, Jonathan Osborne ideó su propia fórmula para conjugar sus dos grandes pasiones, para soldar su corazón partido entre la ciencia y la docencia. Decidió volcarse en enseñar a ser buen profesor de asignaturas científicas. Primero en el prestigioso King’s College de Londres. Y desde 2009, en la aún más pretigiosa Universidad de Stanford (California), donde es catedrático emérito de Educación Científica.

Hace cuatro años que Osborne también preside el comité de expertos sobre la parte de ciencia del examen PISA. Recientemente publicó, junto a un equipo multidisciplinar, un informe —con versión en español— sobre cómo servirse de la (buena) educación científica para combatir una de las lacras de nuestro tiempo: la posverdad y sus fake news que se viralizan en las espesas aguas de la desinformación. Osborne estuvo en Madrid invitado por FECYT en el congreso que organizó junto al INTEF la semana pasada

Afirma que el pensamiento crítico está sobrevalorado en educación. Solo podemos pensar críticamente sobre aquello que conocemos bien. Y solo podemos conocer bien unos pocos ámbitos.

Se repite como un mantra: hay que educar a los alumnos en el pensamiento crítico. Yo no puedo pensar críticamente sobre, digamos, el ajedrez. Si no entiendo bien un tema —en especial si es científicamente complejo— no puedo aportar gran cosa. Lo importante es construir una cierta humildad intelectual, que los jóvenes se den cuenta de nuestras limitaciones cognitivas y que, por tanto, aprendan a respetar a los expertos. Podemos enseñar a juzgar la credibilidad del experto, pero no su trabajo científico. Esto cambia por completo la naturaleza de la educación científica. Hay que formar para evaluar a los expertos, no para ser intelectualmente autónomos.

Así que el pensamiento crítico quedaría, en la educación científica, acotado a saber diferenciar entre buena ciencia, mala ciencia y pseudociencia.

En especial a detectar esos mensajes que utilizan argumentos supuestamente científicos para justificar conclusiones disparatadas. No es tarea fácil. Esta mañana eché un vistazo a la página web de una sociedad de terraplanistas; habían publicado algo sobre por qué la teoría de la relatividad de Einstein demuestra que la tierra es plana. Mi reacción instintiva es: “¡Qué basura es esta!”. Pero si no tienes ni idea sobre la teoría de la relatividad, quizá llegues a la conclusión de que hemos sido engañados.

Insiste en la importancia de aprender a identificar consensos científicos. Pero en la mayoría de temas, esto es en sí mismo un gran desafío para el común de los mortales. Creemos saber que hay un consenso porque se dice que hay un consenso.

La gran pregunta es de quién me fío, qué fuentes de información nos resultan creíbles. En ocasiones, son los medios de comunicación, en mi caso el Financial Times: me fío porque llevo muchos años comprobando que publican periodismo de alta calidad. Todos tenemos nuestros fuentes predilectas. Pero si tienes dudas sobre algo, sigue buscando en otros lugares, contrasta, ten (como decía antes) humildad intelectual.

La pandemia ha provocado mucha confusión, con medidas contradictorias supuestamente apoyadas en recomendaciones de expertos. Durante mucho tiempo, la falta de consenso ha sido la norma. ¿Se ha abonado un terreno fértil para una larga cosecha de posverdad? ¿Se ha lanzado un mensaje negativo a las nuevas generaciones?

Ciertamente ha sido un terreno fértil para la posverdad. Pero también para la educación científica, para desmontar esa imagen de certidumbre en torno a la ciencia que se genera en las escuelas. Cuando hacemos ciencia sobre la marcha, ante una situación inesperada y novedosa, lo normal es que exista mucha incertidumbre. Así ha ocurrido con las mascarillas, donde sigue sin existir consenso, con diferentes conclusiones dependiendo de en qué evidencias nos fijemos.

Su propuesta anima a flexibilizar las clases de ciencia para abordar estos temas cuando son más relevantes. Sin embargo, lamenta en su informe, con tanta carga de puro conocimiento se desaprovechan oportunidades como las que nos ha brindado la pandemia.

Los alumnos tienen que aprender que el mundo es complejo y que la ciencia trata de dar respuestas lo mejor que puede. En algunas cosas, digamos las leyes de Newton, hay consenso pero, en otras, no. Quizá en el futuro haya consenso sobre el uso de mascarillas, como ya lo hay, al menos muy mayoritariamente, sobre las vacunas. Pero la gente se volvió paranoica porque hubo una muerte entre un millón, cuando firman sin problemas formularios para operaciones estéticas u otras intervenciones con riesgo mucho más alto. De esto tendríamos que haber hablado en las clases de ciencia durante los últimos dos años.

A la gente le encantan las explicaciones simples porque les gustaría que el mundo fuera simple. Pero resulta que el mundo es altamente complejo

¿Son los nuevos expertos científicos que siguen ahora los jóvenes —tiktokers, youtubers etc— hijos de su tiempo? Ahora se estilan las soluciones (y explicaciones) fáciles para problemas complejos. En política, antes cuestiones sociales, y también en ciencia.

A la gente le encantan las explicaciones simples porque les gustaría que el mundo fuera simple. Pero resulta que el mundo es altamente complejo. No es algo nuevo, siempre hemos buscado explicaciones simples. Lo que cambia es que las redes sociales han dado un megáfono a muchas personas que ofrecen soluciones fáciles a problemas difíciles. Déjeme insistir en la idea de humildad intelectual, en normalizar el estar equivocado —que es más habitual que tener razón— y en que la escuela allane el camino en la búsqueda de verdades científicas.

Nuestras sociedades han exacerbado la importancia de la apariencia. Tener una imagen chula aporta automáticamente —quizá más que antes— mayor credibilidad entre las nuevas generaciones, que han crecido en plena batalla por captar su atención. ¿Está venciendo la superficie al fondo?

Gente que mola, páginas web muy diseñadas… Las clases de ciencias tienen que lograr que los alumnos se pregunten qué se dice por ahí, qué se les pide que crean. Y no se trata, como decía, de fomentar el pensamiento crítico, sino una disposición crítica ante lo que se van a encontrar. Pensemos en Gwyneth Paltrow, que lanza desde su página web hallazgos científicos muy locos. ¡De qué es experta esta mujer! ¡En serio te vas creer lo que dice! Hay que poner a los alumnos a trabajar estas cuestiones colaborativamente, a debatir entre ellos escépticamente. “Aquí tenéis tres páginas web sobre el cambio climático. ¿De cuál os fiais más?”. Este tipo de ejercicios.

Al elegir en clase entre el conocimiento puro y el debate en torno a asuntos científicos, ¿se podrían aprovechar las grandes polémicas históricas (Galileo, Darwin…) para conciliar ambos?

Podría ser una buena idea. El problema es que la mayoría de profesores de ciencias no saben demasiado sobre la historia de sus materias, al menos en EEUU. Ayudaría contar con buenos materiales curriculares sobre este tipo de polémicas históricas. Me viene a la mente otra: la idea de pangea [que todos los continentes formaban originalmente parte de la misma masa de tierra] formulada por [el geólogo alemás Alfred] Wegener. ¿Qué pasó para que fuera rechazada unánimemente en 1912 y aceptada, casi de un día para otro, en 1968? Sería excelente para trabajar en clase esa idea de consenso científico que comentábamos antes.

El mayor problema actualmente es que muchos profesores prefieren, por el cariz político que ha adquirido el tema, no tocar el cambio climático por temor a molestar a algunos padres

Con la creciente influencia del fundamentalismo cristiano en la vida pública, ¿son malos tiempos para la educación científica en EEUU?

Pienso que el movimiento para enseñar en las escuelas, al mismo nivel que el darwinismo, el diseño inteligente [versión pseudocientífica del creacionismo] ha ido perdiendo poder. Hay sentencias que niegan, con extensos argumentos, que eso sea ciencia, por lo que no se puede exigir a los profesores que lo enseñen en sus clases. El mayor problema actualmente es que muchos profesores prefieren, por el cariz político que ha adquirido el tema, no tocar el cambio climático por temor a molestar a algunos padres. Esto me preocupa. Los profesores de ciencias tienen que asumir que son, en cierto sentido, representantes de la ciencia. Tienen la responsabilidad de comunicar qué es una verdad científica y por qué. Han de tomar partido por la ciencia sin pedir perdón a nadie.

De nuevo, la escuela lidiando con problemas que se originan fuera de ella. En este caso, la piel fina de algunos.

No sé en España, pero en EEUU la educación está cada vez más politizada. Y existe una tendencia al alza entre los profesores a no abordar ciertas cuestiones. O hacerlo sin convicción, dando a entender que están obligados a ello. Mal servicio hacen los profesores a sus alumnos si no se comprometen con la ciencia. Si no la defienden ellos, ¿quién lo hará?

En los últimos años han resurgido enfoques científicos sobre cómo mejorar la escuela. Lo que ahora se llama aprendizaje basado en evidencias. ¿Estamos yendo demasiado lejos en nuestro afán por cuantificar una actividad tan multifactorial como la educación?

Las evidencias en educación no son exactamente lo mismo que las que se obtienen en las ciencias naturales. El contexto siempre es variable, es difícil llevar a cabo experimentos de control. Pero sí hay investigación educativa que ha llegado a conclusiones inequívocas. La más famosa, por lo que yo conozco, es una sobre el tiempo de espera cuando los profesores hacen preguntas a sus alumnos. Lo habitual es que no esperen más de un segundo. Pero si esperan deliberadamente hasta tres segundos, la calidad de las respuestas aumenta considerablemente. Pienso que deberíamos seguir investigando lo que ocurre en clase. Sobre todo para profesionalizar la docencia. En cualquier profesión existen acuerdos sobre qué funciona mejor, estrategias que se sabe son efectivas. Si los profesores no poseen ese conocimiento compartido, ese lenguaje común, ¿qué los diferencia de alguien de la calle?

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Fugas, un podcast que cuenta historias de escapes de cárceles en América Latina

La producción argentina de Anfibia incluye un episodio sobre la Operación Estrella, que resultó en la mayor evasión de una prisión de mujeres.

Fugas: el plan perfecto no existe es una producción de Anfibia Podcast en la que se relatan, desde la voz de sus protagonistas, fugas de cárceles de América Latina. En la primera temporada recorrieron varias fugas, entre ellas la que ocurrió en la cárcel de Punta Carretas en 1971, en los años previos a la dictadura, cuando 111 presos políticos hicieron un túnel y consumaron la fuga organizada más grande de la historia, según el registro de los Record Guinness.

La segunda temporada de Fugas estrenó su primer episodio el martes 12 de julio en todas las plataformas y se publica semanalmente. Uno de los capítulos, llamado “38 luciérnagas”, está dedicado a la Operación Estrella, la fuga más grande de mujeres de la historia. Ocurrió en Uruguay el 30 de julio de 1971: las 38 presas políticas se fugaron de la Cárcel de Cabildo. La Operación Estrella fue simultánea a la de los varones de Punta Carretas.

“La cárcel de mujeres de Cabildo, en Montevideo, está de festejo: algunas presas tocan el bombo y otras bailan. Mientras celebran un falso cumpleaños, esperan ansiosas la señal que inicie la Operación Estrella, la fuga de mujeres más grande de la historia”, afirman en la promoción. A pesar de su magnitud, según plantean desde Anfibia, “casi pasa al olvido”, tal vez por haber sido protagonizada por mujeres. Por eso un episodio de Fugas “la rescata”.

Las 38 mujeres, en su mayoría integrantes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, escaparon de la cárcel por una red cloacal. Aprovechando las cloacas de la zona, cavaron un túnel de un metro veinte por ochenta centímetros. Para fugarse, “en una fila perfecta caminaron 14 metros entre la tierra, el agua y la mierda en estricto silencio y sólo alumbradas por las linternas que cada una llevaba”. El capítulo cuenta con las voces de tres de sus protagonistas: Graciela Jorge, María Elia Topolansky y Lía Maciel.

Historia relegada

Sebastián Ortega, periodista y editor de Revista Anfibia, cuenta que buscaban hacer un podcast narrativo “sobre crímenes que tuviera la particularidad de que pudiera generar cierta identificación con los personajes”. La fuga de prisión encaja con la idea porque “es uno de esos elementos en los que uno puede contar una historia y sentir esa identificación con un detenido, sobre todo en los casos de presos políticos, que solamente tienen tiempo y la voluntad o el deseo de libertad”.

“Uno va acompañando esa estrategia y esa creatividad, y todo un plan detrás de eso, con lo que termina buscando es esa empatía entre el oyente y los protagonistas”, afirma Ortega. “Eso hace que uno quiera que terminen concretando o tratando de generar esa fuga, porque siente también cierta injusticia en la detención y todo lo que se desarrolla en la creatividad, la estrategia y la paciencia que tiene la puesta en marcha de un plan de fuga”, asegura. Así surgió la posibilidad de contar la fuga de los 111 presos políticos de la cárcel de Punta Carretas.

Mientras que la primera temporada abarcó episodios de Uruguay y Argentina, en la segunda temporada estaba la idea de extenderlos a toda América Latina, siempre con la premisa de que fueran las y los protagonistas quienes contaran las historias.

“La elección de la fuga de Cabildo tiene que ver con eso. Sobre todo con que cuando hicimos la de los 111 presos políticos sentíamos que de alguna manera la historia oficial de los tupamaros dejaba relegada, o de alguna manera olvidada, esa otra hazaña que era la de la fuga de mujeres más grande de la historia”, dice Ortega.

“De hecho, en el episodio una de las entrevistadas plantea que al lado de la fuga de varones, en la que aparecían todos los nombres de los líderes tupamaros propagandeados, esta termina quedando olvidada y son las propias fugadas quienes después terminan narrando su propia historia. Acá había algo de eso: buscar que fueran ellas quienes contaban esa historia que, a pesar de los libros como 38 estrellas, de Josefina Licitra, que recuperan esa historia, sentíamos que era una historia que había quedado relegada de la historia oficial de los tupamaros por un montón de motivos”, agrega.

“Era importante conseguir las voces de las propias protagonistas de esta historia, que dieran cuenta no solamente de un plan de fuga sino también de un contexto político, social y económico del país. En general, hacemos eso en todas las fugas: buscar narrar el contexto en el que se produce, pensando en que no son fugas aisladas, sino que se dan en un tiempo y en un espacio determinado”.

El episodio “38 luciérnagas” se presentará en Uruguay el domingo 9 de octubre a las 20.00 en Magnolio Sala (Pablo de María 1015). Será una experiencia sonora inmersiva y la entrada es gratuita. Para inscribirse, hay que enviar un correo electrónico a podcast@magnolio.uy.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/cultura/articulo/2022/10/fugas-un-podcast-que-cuenta-historias-de-escapes-de-carceles/

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Estudiantes brasileños anuncian acciones contra recorte educacional

Las organizaciones estudiantiles acusan al presidente Bolsonaro de tomar fondos destinados al sector educativo para financiar su campaña electoral.

Estudiantes brasileños coordinados por sus principales organizaciones, fueron convocados a actos de protesta para los días 10 y 18 de octubre contra los recortes educacionales anunciados por el Gobierno encabezado por el presidente Jair Bolsonaro.

La Unión Nacional de Estudiantes (UNE), la Unión Brasileña de Estudiantes Secundarios (UBES) y la Asociación Nacional de Estudiantes de Posgrado (ANPG) son los principales promotores de la iniciativa.

Además de los mencionados actos nacionales estarían programadas otras sesiones plenarias y manifestaciones en universidades e institutos federales.

«Vamos a organizar el movimiento más grande en las universidades y en las calles y en las urnas. El 30 pondremos a Bolsonaro en la basura de la historia» dijo la presidenta de la UNE, Bruna Brelaz.

Asimismo, acusó a Bolsonaro de estar tomando dinero de la educación para presupuestar su “campaña fallida”, refiriéndose a la derrota del bolsonarismo en la primera ronda de los comicios.

De hecho, ya en Salvador de Bahía, docentes de la Universidad Federal de Bahía (UFBA) protagonizaron una protesta en el barrio Canela, frente a la rectoría según informaron medios locales.

Ahora, un nuevo bloqueo establecido este cinco de octubre quitaría cerca de 1.000 millones de reales (191 millones de dólares aproximadamente) a la educación superior y afecta tanto a esta que las universidades públicas se arriesgan a no tener suficiente dinero para pagar a sus empleados y otros gastos.

Con las medidas contra le educación, incluido el bloqueo temporal de fondos, la educación ya ha perdido cerca de 2.400 millones de reales (aproximadamente 460 millones de dólares).

El recorte contra el presupuesto educacional había sido anunciado el pasado viernes, dos días antes de la primera vuelta electoral

El texto publicado por la Asociación Nacional de Directores de Instituciones Federales de Educación Superior (Andifes) pormenorizó que el total de los fondos recortados para los gastos universitarios sería de 328 millones de reales (más de 62 millones de dólares).

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/estudiantes-brasilenos-manifestaran-recorte-educacional-20221006-0033.html

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Los suplementos educativos de los diarios. Reflexiones motivadas por las meditaciones del Dr. David Velázquez Seiferheld.

Por: José Yorg y Ana María Ramírez Zarza

“La relación de los chicos con los medios de comunicación ha sido escasamente explorada en todo el mundo. Menor aún ha sido la preocupación por conocer el vínculo y la apropiación que hacen los chicos de sectores populares de los medios”. Roxana Morduchowicz.

“Incorporar los medios en la escuela significa integrar, revalorizar y resignificar la cultura ordinaria de los alumnos, en la que la radio, el diario, la revista, el cine y la televisión ocupan un lugar fundamental”. Roxana Morduchowicz.

Las redes sociales son valiosas si las sabemos utilizarlas convenientemente, podemos aprender y enseñar mucho, también podemos tener deleites literarios o informativos sustanciosos entre otros. Ejemplo de ello es lo que nos ocurrió con la lectura de unas reflexiones de nuestro querido amigo Dr. David Velázquez Seiferheld que aborda sobre “Los suplementos pedagógicos o educativos de los diarios”. Capaz de producir melancolía, admiración y reconocimiento por la iniciativa educativa de los medios periodísticos.

Nos ilustra David Velázquez Seiferheld que “Los suplementos pedagógicos o educativos de los diarios, son parte de un concepto mayor: el de la prensa educativa, o, si se quiere aún más amplio, el de comunicación educativa. En España, las primeras publicaciones dirigidas a niños y niñas aparecieron desde fines del siglo XVIII (La Gazeta de los Niños, 1798)”.

“En el Paraguay, la prensa educativa e infantil coincidió, ya que durante décadas, predominó la idea de que el niño era equivalente a niño escolarizado. Los demás niños, no escolarizados, casi siempre eran objeto de comentarios despectivos y de visiones fatalistas sobre su futuro. Parece ser que la primera revista específicamente infantil fue la revista Kavure’i, aparecida entre 1917 y 1921, dirigida por el maestro Juan R. Dahlquist; aunque las revistas y periódicos de temas de interés general también incorporaban notas relativas a la niñez”.

“La prensa paraguaya comenzó a especializar su tratamiento de temas didácticos, pedagógicos, educativos, a través de los suplementos escolares. Según testimonios, estos suplementos han sido muy valiosos como parte de la educación: paliativos y hasta sustitutos de los libros de texto; fuente de material didáctico para el desarrollo de clases; complemento gráfico para tareas; material de actualización para docentes… ¿Tendremos alguna vez un estudio más amplio de la prensa educativa, o –actualmente, y con los medios digitales– de la comunicación educativa?”.

En Formosa.

Hablamos en un punto de estas reflexiones que pueden-entre otras-producir admiración, reconocimiento y melancolía, en efecto, todo eso sentimos al recordar en nuestros primeros años de maestros rural con las tan valiosas “Mañanitas escolares”, el suplemento del diario “La Mañana”.

Más adelante de nuestras trayectorias educativas cooperativas escolares nos sostuvimos en los diferentes medios de comunicación social para desarrollar verdaderos procesos de enseñanza, convirtiendo, vía generosa, a esos medios en Escuelas abiertas.

Cabe expresar con el corazón un enorme reconocimiento, pero sobre todo agradecimiento a todos los medios periodísticos.

Una mención espacial cabe señalar a “Expresito escolar”, suplemento escolar del Diario Formosa Expres.

Por último, sumamos nuestro interrogante a la que David Velázquez Seiferheld expuso.” ¿Tendremos alguna vez un estudio más amplio de la prensa educativa, o –actualmente, y con los medios digitales– de la comunicación educativa?”.

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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Saberes de los territorios: cómo es el trabajo de tejedoras e hilanderas de la Patagonia

Por: Lorena Bermejo

 

Desde la Línea Sur de Río Negro hasta Bariloche, 170 mujeres trabajan con sus manos y sus saberes, de forma individual y colectiva, en un oficio tan ancestral como fundamental para la actividad textil y la cultura. El trabajo cooperativo para el lavado de la lana, el hilado, la confección de prendas y la comercialización.

En cooperativas o en la individualidad del hogar, las tejedoras e hilanderas de la Patagonia se hacen lugar dentro de la compleja trama de la industria textil. Según un relevamiento que realizó la Mesa de Tejidos, un espacio interinstitucional creado para detectar los problemas del rubro y generar mejores condiciones de trabajo, son más de 170 las mujeres que se dedican a esta actividad en la ciudad de Bariloche y alrededores.

Sandra Martínez es presidenta de la Cooperativa Gente de Somuncurá, un colectivo de más de 100 mujeres tejedoras e hilanderas que habitan en distintos parajes y localidades de la Línea Sur de Río Negro. Criada en una familia numerosa en la localidad de Sierra Colorada, Sandra sabe hilar y lavar la lana desde los 12 años. “Aprendí de mis tías, viendo cómo lo hacían, y después viendo a otras compañeras. De chica me sumé al grupo Colin Mahuida; éramos veintidós mujeres del pueblo que trabajábamos la lana. Volvía de la escuela y me ponía a hilar, hilaba todo el día porque nunca quise tener patrón”, relata la mujer, que hoy trabaja en la coordinación de toda la cadena del tejido, desde las hilanderas que lavan y preparan la lana, hasta las tejedoras que hacen los productos.

Trabajar en cooperativa no es fácil, y mucho menos en la estepa, donde las distancias y los tiempos dificultan los procesos para la comercialización de los tejidos. Gente de Somuncurá fue fundada en 2003, cuando para este grupo de mujeres el tejido dejó de ser un servicio y se transformó en un trabajo.

Tejedoras e hilanderas de la Patagonia
Foto: Eugenia Neme

“Trabajar de forma colectiva requiere de mucho trabajo por el que no cobramos nada, y mientras tanto tenemos que seguir produciendo. Pero después entendemos que es necesario. Necesitamos conectarnos con las ciudades, para poder comercializar, y con las instituciones, para capacitarnos en cómo gestionar proyectos y organizarnos”, señaló Martínez.

Este mes, por ejemplo, tuvieron un excedente de lana y la mandaron al Mercado de la Estepa, ubicado en la localidad de Dina Huapi. Una de las demandas de las tejedoras de Bariloche es justamente la falta de conexión con el ámbito rural, lo que dificulta el acceso a la materia prima —la lana preparada para tejer— que producen las hilanderas. “El hilado se hace con una técnica antigua y cuesta encontrar gente que quiera hacer ese trabajo. La lana llega en crudo y se lava a mano, se seca, se peina y después recién se hace el hilado con la rueca, a mano o eléctrica”, detalla Martínez.

El acceso a los insumos es un problema en los sectores productivos de la región. La oferta es acotada y los costos son altos. Y, si bien hay algo de producción regional, es muy poca porque la mayor parte de la producción lanera de la provincia se vende afuera, explica Laura Ferman, responsable de la división de Trabajo Asociativo dentro de la Secretaría de Producción, Innovación y Empleo de Bariloche, que participa de la Mesa de Tejidos junto al Ministerio de Trabajo de la Nación, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y referentes del tejido local.

Además del relevamiento, desde la Mesa de Tejidos impulsaron un espacio de exhibición y comercialización colectiva llamado Ovillo, que a principios de agosto tuvo su tercera edición en la que participaron 23 tejedoras. “La potencialidad está en lo colectivo, en resolver de esa manera. Este tipo de experiencias además de nuclear gente nos permite generar valor y profesionalización al oficio”, agrega Ferman.

Tejedoras e hilanderas de la Patagonia
Foto: Eugenia Neme

“Acá está la materia prima, acá está el frío y acá está la demanda. Sin embargo nos cuesta mucho conseguir por ejemplo fibra natural. No hay una conexión entre lo rural y las necesidades que tenemos las tejedoras de acceder a la materia prima”, advierte Graciela Barrientos, tejedora independiente de Bariloche. Ella empezó con su proyecto en Córdoba, donde vivía hace ocho años. Al principio, por necesidad, empezó a vender pashminas hechas en macramé y con los años se fue capacitando y adquiriendo otras técnicas.

“Un día mi mamá me dijo: ‘por qué no probás con la máquina de tu abuela, que es una máquina knittax de los ’70’. Y ahí seguí y con el tiempo decidí que iba a dedicarme a esto, y que si quería crecer, en Córdoba no tenía posibilidades, así que volví a Bariloche, que al final era mi lugar, donde me crié y donde mi abuela vendía sus tejidos en esa época”, relata Barrientos.

Si bien al principio tuvo que vender en locales, ahora que tiene una casa más grande (donde pudo instalar su taller) puede dedicarse a vender de forma independiente. “El trabajo del tejido es muy individual y al no saber cómo ponerle precio a las cosas que hacemos muchas veces nos cuesta valorarlo. Al conocernos entre nosotras de a poco empezamos a compartir cierta información, sobre proveedores por ejemplo, o secretitos que son típicos de este mundo, qué técnica usás, cómo hacés tal terminación, detalles que pueden alimentar nuestros trabajos”, señala la tejedora barilochense.

Tejedoras e hilanderas de la Patagonia
Foto: Eugenia Neme

Otra de las técnicas típicas de la región es el telar mapuche. En Sierra Colorada sólo quedan dos mujeres que aún tejen de esa forma ancestral. Dentro de la cooperativa que integra Sandra, las demás mujeres que saben hacer telares viven en el paraje Treneta, al pie de la meseta de Somuncurá, donde a pedido de ellas la cooperativa organizó un taller de capacitación en telar mapuche. “En siete meses aprendieron a hacerlo, y después seguimos con más cursos para perfeccionar. Ahora en el paraje hay seis tejedoras que saben la técnica y hacen ponchos, ruanas, caminos, alfombras y otros objetos de decoración”, explica Martínez.

Para Barrientos el tejido es tanto una forma de vida como un trabajo elegido: “Disfruto de conectarme con los materiales, de hacer cada tejido. No me da lo mismo tejer una cosa que otra, es algo completamente personal, aunque haga cientos de prendas sé qué me generó cada sweater, y si veo a alguien en la calle vestido con una prenda mía sé que yo lo hice, que eso estuvo en mis manos”.

Tejedoras e hilanderas de la Patagonia
Foto: Eugenia Neme

Fuente de la información e imagen: Agencia Tierra Viva

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Las universidades: espacios claves para prevenir la violencia de género contras las mujeres

Por: Mishell Mantuano

 

Introducción y edición: Ana Acosta 

Ilustración portada: Andrea Venturini

Publicado 30 de septiembre del 2022

La violencia basada en el género (VcM) es una violación flagrante de los derechos humanos que afecta no solo la vida de las mujeres y niñas, sino de toda la sociedad. En las últimas semanas, el femicidio de María Belén Bernal por parte de su esposo, el teniente de la Policía Germán Cáceres, dentro de una Escuela de Policía, despertó la indignación de miles de mujeres y toda la sociedad, pero también la necesidad de buscar salidas para decir: ¡Basta de violencia de género!

Pero el femicidio de María Belén no es un caso aislado. En Ecuador, al menos 6 de cada 10 mujeres han sido agredidas por razones de género, según el INEC, siendo la cifra más alta en Sudamérica, después de Bolivia. Esta realidad afecta a las mujeres en todos los espacios de la vida social, uno de ellos es el espacio educativo. Según el estudio De la evidencia a la prevención ¿Cómo prevenir la violencia contra las mujeres en las universidades?, elaborado por la USMP por encargo del Programa PreViMujer implementado por la GIZ, 1 de cada 3 estudiantes universitarias reporta haber sido agredida alguna vez por su pareja o expareja, desde que está en la universidad; mientras que 1 de cada 3 estudiantes mujeres ha sido agredida por otros integrantes de la comunidad universitaria.

El mismo estudio destaca que existen muchos factores que contribuyen a generar y mantener la violencia contra las mujeres: la dominancia masculina, la percepción de que las mujeres son objetos, la hostilidad masculina y la tolerancia cultural hacia la violencia contra las mujeres, entre otros. Todas estas variables pueden ser modificadas, pues todas son ideas, creencias, actitudes basadas en patrones culturales machistas. En este contexto, la educación es la estrategia más efectiva para combatir la violencia contra las mujeres. Las universidades pueden ser espacios donde se promuevan relaciones saludables, mediante una formación continua de respeto, igualdad y equidad de género, que luego pueda ampliarse hacia toda la sociedad. Es así que el estudio  recoge cómo a través de movimientos estudiantiles se ha visibilizado la problemática de la violencia de género y los avances que se han logrado. Estudiantes, docentes y organizaciones feministas han buscado diversas formas de prevenir y enfrentar la violencia de género en las universidades: creando redes, colectivas estudiantiles, acompañando demandas, grupos de apoyo, entre otras iniciativas.

Este reportaje recoge tres iniciativas de estudiantes y docentes de distintas universidades del Ecuador para prevenir, acompañar y contribuir a la prevención y erradicación de la violencia de género en las universidades. Sus experiencias, aprendizajes y avances pueden ampliarse hacia toda la sociedad.

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Iniciativa Johanna

Natalia Angulo Moncayo es docente titular e investigadora de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Desde el 2014, ella junto a  un grupo de docentes y estudiantes decidieron impulsar acciones para la prevención de la violencia y el acoso en la universidad, en particular en la Facultad de Comunicación. A pesar de que la violencia más común en las universidades es el acoso sexual ejercido por docentes hombres, otra situación que pone en alerta a las docentes es la violencia que sufren las estudiantes por parte de sus parejas.

La docente cuenta que durante el confinamiento por la pandemia de la Covid-19, en una sola semana, recibió tres llamadas de estudiantes que pedían orientación para saber qué hacer frente a la violencia que estaban sufriendo por sus parejas hombres “esto nos alarmó muchísimo” dice Natalia. Esto se volvió más cercano cuando ocurrió el femicidio de Johanna, una de sus estudiantes.

Johanna Guayguacundo era ex estudiante de la Facultad, periodista, fundadora y co-directora del medio digital Wambra Sapo, quien se graduó en 2018 de la Facultad de Comunicación Social en la Universidad Central del Ecuador. En febrero de 2022 Johanna fue víctima de femicidio. Su ex pareja, contra quien tenía una denuncia y una boleta de auxilio, es el principal sospechoso. Como Johanna, en 2022 en Ecuador, 8 mujeres víctimas de femicidio tenían boleta de auxilio en sus manos, según la Fundación Aldea.

Además, el estudio De la evidencia a la prevención ¿Cómo prevenir la violencia contra las mujeres en las universidades?, elaborado por la USMP por encargo del Programa PreViMujer implementado por la GIZ, revela que, el 33,7% de estudiantes mujeres ha sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja o expareja, en algún momento de su relación, desde que estuvo estudiando en la universidad. La  violencia a las mujeres estudiantes por parte de sus parejas o ex parejas fue en su mayoría la psicológica con el 25.1 % ; el 20.7 % lo hizo tratando de controlar a sus parejas o ex parejas estudiantes, evitando que vayan a clases, fiestas, reuniones de estudio o  realice sus tareas o deberes; no permitiéndole ver o hablar con sus amigos y amigas, familiares o exigiendo que se vista de manera distinta; el 14.1 % ha recibido insultos de manera despectiva, recibió humillaciones frente a otras personas, difamaciones en redes sociales o en público. Mientras que el 19.6 % fue acechada recibiendo llamadas de forma insistente, correos, mensajes, imágenes o videos que hizo temer a las estudiantes por su seguridad, fueron perseguidas, vigiladas y espiadas. Otra forma de violencia que recibieron las estudiantes por parte de sus parejas o ex parejas fue el acoso en un 17.5 % recibiendo comentarios ofensivos y denigrantes sobre su cuerpo, presiones para hablar de sexo sin ser consentido o recibió mensajes, llamadas, imágenes o videos sexuales que ella no deseaba ver.

Por esto, a partir de lo que ocurrió con Johanna, Natalia cuenta que tomó más fuerza la necesidad de hacer algo “no solo empezamos a preocuparnos de la violencia de docentes a estudiantes, sino también la violencia ejercida de las parejas a las estudiantes”. Así nació “Iniciativa Johanna”

Arturo Estrella Osorio es uno de los docentes de la Facultad de Comunicación Social que impulsa el proyecto, nombrado así en honor a Johanna Guayguacundo. Esta iniciativa es para dar a conocer qué es la violencia de género, los tipos de violencia y llamar a la reflexión a toda la comunidad universitaria. Según el docente, hay muchos integrantes de la comunidad universitaria que no conocen ni entienden ciertos actos, situaciones y frases que son violencia. La iniciativa se desarrolla en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador, en la materia de Marketing Social, no como la promoción de una marca sino como un mecanismo para “evidenciar realidades, para alcanzar un fin social y que generen un impacto positivo en la comunidad”, agrega Estrella.

Desde finales de abril y comienzos de mayo de 2022 que empieza a desarrollarse esta iniciativa, se han generado varias acciones con la participación activa de los y las estudiantes, no solo de la Facultad de Comunicación, sino también de otras facultades, como presentaciones artísticas con música feminista, recolección de mensajes de estudiantes contra la violencia de género, el levantamiento de una bandera con mensajes contra la violencia de género. Cuenta Arturo que, a pesar de la buena recepción de la campaña por las y los estudiantes, aún hay resistencias de ciertos docentes. Es así que una de las banderas que buscaba posicionar un mensaje contra la violencia fue retirada un día después porque “un docente se sintió ofendido por uno de los mensajes que contenía. Se me ordenó retirar la bandera y presentar una serie de argumentos de cómo funciona el proyecto. Esto generó una censura. Yo como docente, no tengo la obligación de silenciar la voz de los y las estudiantes o poner frenos para decir lo que va o no va. La idea inicial es que la gente se exprese porque hay la sensación de falta de espacios para expresarse”.

El proyecto también  busca analizar de qué manera se está ejecutando el Protocolo General para la Prevención, Atención y Sanción de los casos de Violencia Sexual y de Género para, posterior a eso, realizar infografías que permitan explicar el paso a paso de cómo presentar una denuncia dentro de la universidad. Además, solicitan al Instituto de Igualdad de Género y Derecho de la Universidad Central, Iniged, un trabajo mucho más intenso para que realicen un monitoreo sobre los casos de denuncias, asimismo que presenten asesorías a las estudiantes violentadas. Pues cuenta Estrella que  “han habido casos en las aulas de que algunos docentes amedrentaron a las estudiantes con atropellar carreras, denuncias en Fiscalía, juicios, demandas financieras. El hecho de que la gente no conozca cómo funciona el protocolo y que existen otros niveles de denuncia, hace que la gente se atemorice y no presente las denuncias”.

A pesar de las trabas que se han presentado en el desarrollo del proyecto, algo importante que destaca Estrella es que en las aulas de clases las estudiantes empiezan a identificar lo que es la violencia y en qué momentos están siendo violentadas, algo que antes no ocurría.

Muchas de las víctimas de violencia de género ignoran que hay redes de apoyo para quienes toman la decisión de hablar y denunciar, por lo tanto, este es uno de los puntos que se busca fortalecer desde la “Iniciativa Johanna”, además, fortalecer el trabajo con los estudiantes hombres, para que dejen de ejercer una serie de prácticas que generan violencia en contra de las mujeres.

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Coalición Feminista Universitaria

La Colación Feminista Universitaria, CFU, abarca siete universidades del Ecuador y cuenta con 40 voluntarias que son embajadoras de sus universidades y que replican los modelos que se trabajan en la Coalición. La CFU nace como el primer espacio de estudiantes independientes a nivel nacional en marzo de 2020. Ljubica Fuentes, fundadora y coordinadora de la Coalición, cuenta que  empezaron  marcando un precedente de la institución universitaria, porque inicialmente le correspondía a las Federaciones de estudiantes universitarios, a las asociaciones femeninas universitarias, a los gremios de docentes y administrativos hablar de violencia de género, pero, “nunca a estudiantes independientes que no necesariamente se sentían vinculados a este tema político detrás de las federaciones”. Entonces la Coalición nace con el propósito de brindar, desde la sociedad civil, “un espacio con la capacidad y la autonomía de trabajar de forma organizada, transparente y sobre todo pensando en el centro de esta problemática que son las mujeres jóvenes estudiantes, brindándoles así por primera vez un espacio de acompañamiento y contención a personas que sufren estos casos”. Ljubica menciona que al empezar a trabajar en la Coalición tuvieron la suerte de contar con el apoyo de la Federación de Estudiantes de Chile, a cargo de Emilia Schneider, dirigente estudiantil, activista y política chilena, para llevar a cabo el proceso.

La Colación Feminista Universitaria ha acompañado más de diez casos de violencia de género, ocho de estudiantes y dos de docentes. Además, entre sus principales ejes de trabajo está el acompañamiento, la democratización de la información; entregando herramientas y generando espacios de conocimiento alrededor de cómo prevenir y erradicar la violencia en las instituciones de educación superior, realizando investigación frente a la realidad que sufren las mujeres dentro de las universidades e incidencia. Según Ljubica la Coalición fue la única organización de la sociedad civil que tuvo presencia dentro de la reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior, LOES, para proponer el enfoque de género y el único organismo de la sociedad civil estudiantil que tuvo presencia en la reforma a la Ley Orgánica para Prevenir y Erradicar la Violencia de Género en las mesas técnicas de la Asamblea Nacional, en 2022.

Ljubica cuenta que, a nivel internacional, también son un punto de contacto focal sobre el tema de prevención de violencia en las universidades y han articulado con redes internacionales, como la Red Contra el Acoso Sexual, una alianzan internacional con la que trabajan activamente en congresos y ponencias para prevenir y erradicar la violencia en las instituciones de la educación superior. Además, explica Ljubica que han hecho “espacios propositivos con tomadores de decisiones dentro de los espacios de las universidades con autoridades de bienestar universitario, rectores, vicerrectores a quienes se les ha propuesto diferentes políticas para poder cambiar e implementar nuevas formas de proceder”.

Tras la conformación, organización y el trabajo que realizan en la Colación Universitaria Feminista, Ljubica ha podido notar que hay mayor fortaleza en los procesos de denuncia, en los casos en los que han acompañado “las víctimas ya no se hacen para atrás, continúan el proceso hasta el final y es una nueva figura que también interpela este abuso de autoridad en las universidades, el hecho de ser juez y parte”, añade. Si bien es cierto, la Colación no es un espacio de denuncia, porque no cuenta con esa potestad, es un espacio que brinda asesoría dentro de un proceso, realizan campañas de contención y mediáticas, y se especializa en las diferentes dinámicas universitarias considerando que cada espacio tiene estatutos, medidas y organismos diferentes, por lo que, comprender todo esto, es vital para que un proceso resulte y generar cambios reales.

“Los espacios de la sociedad civil rompen este espectro para decir: las universidades se deben a la sociedad a los y las estudiantes y necesitan ser transparentes, diligentes para poder permitir un acceso válido a la justicia, asimismo, para generar política pública que prevenga y erradique la violencia de género”, dice Ljubica. Para ella es de suma  importancia la articulación de las estudiantes como sociedad civil, “aquí también radica la importancia de que sean mujeres estudiantes que viven o vivieron la violencia, apoyando a otras sobrevivientes de violencia, generando redes y brindando espacios seguros no solo a otras mujeres sino a las personas de la diversidad sexual, porque no hay que olvidar que la universidad es machista, binaria y heteropatriarcal. No hay espacios para las personas diversas y eso es algo que desde la Coalición siempre tenemos presente para poder generar acciones”.

Según Ljubica es necesario la implementación de departamentos de prevención de violencia, comisiones de género al interior de las universidades, organismos especializados para atender la problemática, expertos y expertas trabajando en el tema y un Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, CACES, pero de género para poder descentralizar el tema de las universidades, pues mientras estás instituciones sigan siendo “juez y parte de las políticas públicas, es muy difícil que el encubrimiento y la corrupción no vayan a ser parte del proceso”.  Además, otro punto clave es que se implementen en las mallas curriculares el enfoque de género, la educación sexual y reproductiva, los protocolos de atención en derechos humanos, la prevención y erradicación de la violencia.  Esto implica acciones, como exigir que las lecturas obligatorias sean de al menos el 50 % autoras mujeres, contar las ideas de las mujeres que cambiaron la historia, para que, de cierta manera se empiece a ver la presencia de las mujeres no como “invitadas, sino como parte efectiva”.

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Politécnicas disidentes

Paula León es parte de “Politécnicas Disidentes”, una colectiva feminista universitaria que nació el 25 de noviembre de 2021, con alrededor de diez estudiantes mujeres de la Escuela Politécnica Nacional. La colectiva nace frente a la necesidad de “una voz femenina dentro de la institución, donde la mayoría son hombres, donde autoridades y profesores aún encubren acosadores, el machismo está muy normalizado y hay un menosprecio a la capacidad de las mujeres” explica Paula. Por tal motivo decidieron organizarse para hacer visible lo que sucede dentro de la Politécnica y mostrar que hay mujeres que “hacen ciencia y que su voz vale”.

Para Paula es importante visibilizar el trabajo de las mujeres estudiantes dentro de las carreras politécnicas que en la mayoría de los casos “han estado ocupadas por varones”, generar un espacio seguro para las mujeres estudiantes de la Escuela Politécnica Nacional y mostrar las realidades que viven “que no son hechos aislados como muchas veces quieren hacer ver, sino que realmente son hechos generalizados”. Desde la colectiva buscan incentivar a otras jóvenes y niñas para que sepan que son capaces de estudiar carreras relacionadas a la ciencia, la tecnología, las ingenierías y otras. “Buscamos romper con estos estereotipos, super patriarcales, de que las mujeres tenemos ciertas carreras para las que sí somos buenas”.

El trabajo de las Politécnicas Disidentes se centra en realizar campañas por redes sociales y dentro de la institución con mensajes mostrando lo que las estudiantes viven dentro de las aulas. Su trabajo tiene varios objetivos como: crecer como organización no solo dentro de la institución, sino también generando espacios de encuentros, charlas, reflexiones, impulso de reclamos, en articulación con otras mujeres estudiantes de otras universidades.

A raíz de la conformación y organización de la colectiva Politécnicas Disidentes las mujeres estudiantes se sienten acogidas, lograr elevar sus voces sobre cosas que han vivido o experimentado y eso, explica Paula, llama mucho la atención porque todos “estos machitos se chocan con sus mensajes”Además, han obligado a las autoridades de la universidad a tomar acciones en la problemática de la violencia de género, como generar un protocolo de prevención y tratamiento para casos de violencia y la separación de un docente que tenía una denuncia por acoso.

“Nos parece importante que exista un apoyo desde los primeros días de la universidad y luchar contra todos los temas de acoso y encubrimiento que hay hacia profesores que tienen denuncias por acoso y poder respaldar a esas compañeras de manera segura”dice Paula.

*Las opiniones expresadas reflejan los puntos de vista de las personas que han contribuido a este reportaje.

Fuente de la información e imagen: https://wambra.ec

Fotografía: Wambra

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Venezuela: Reducciones salariales por metodología Onapre impactan trabajo de docentes

Los educadores estadales piden al gobernador de Apure, Eduardo Piñate, que no migre la nómina de educación al ministerio, porque con la implementación del aumento de marzo y el método Onapre, ya padecen desmejoras en sus primas que la migración, indicaron, acentuaría.

San Fernando. “Por favor gobernador, no nos pase al ministerio porque está afectando a muchísimos docentes”. Esa es la petición de una maestra destacada en la población de El Nula, parroquia San Camilo, municipio Páez del estado Apure.

La educadora, que prefiere no identificarse, cuenta que tiene seis años en espera de su jubilación y aún no ha recibido su resolución por parte de la gobernación, por lo que teme salir perjudicada en sus prestaciones sociales si se materializa el cambio.

“Nosotros tenemos más beneficios por el estado, si me trasladan a la nómina dependiente del Ministerio de Educación, los beneficios serán menores y me perjudica”, expresa la profesora.

El temor no solo de la maestra destacada en El Nula, sino de todos los maestros apureños, es que el gobernador de la entidad, Eduardo Piñate, recientemente dijo a la dirigencia magisterial que, en caso de que ocurriera la migración, “esas organizaciones sindicales de aquí ya no administrarán contrato”.

Los docentes están preocupados porque saben que la medida “está lista para implementar” y ya padecen la suspensión de su contratación colectiva regional, con el aumento salarial de marzo y el instructivo Onapre.

Reducción del sueldo en cada quincena

¿Hasta cuándo nos van a seguir perjudicando? también nos han venido reduciendo las quincenas desde que nos aumentaron el sueldo, en marzo”, dice la maestra de El Nula.

La docente está calificada en el escalafón seis con más de 27 años de servicio en el área rural. A partir del aumento, su quincena se incrementó a 457 bolívares, pero luego, tras progresivas reducciones, actualmente, cobra 374 bolívares.

Yo vivo en la frontera y allá no se maneja el bolívar sino el peso o el dólar y mi quincena es de 165.000 pesos o 46 dólares y eso no me alcanza, no puedo abastecer mis necesidades con eso”, añade.

“¿Cómo es posible que los docentes que estamos siendo tan maltratados, porque cada vez que vamos a cobrar el salario en vez de incrementarlo lo desmejoran, ahora nos vienen con esto?”, cuestiona otra maestra de San Fernando, también con categoría seis y doctorado.

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El gobernador Piñate no niega migración al MPPE y arremete contra dirigencia gremial del magisterio por protestar en contra de la medida. Foto cortesía

Para la docente, que imparte clases en la capital apureña, lo ha ocurrido con sus quincenas ya impacta demasiado en su economía como para enfrentar otra desmejora.

Con la prima geográfica de ruralidad, esta maestra cobró, el pasado 15 de marzo, una quincena de 490 bolívares, pero con las reducciones, en la última de agosto sólo recibió 400 bolívares.

Es significativa la desmejora, nos tienen maltratados, vejados y atropellados, nos están matando de hambre, y ahora esto, lo que se nos quite están perjudicando a las familias apureñas”, expone la educadora.

La quincena reducida vale menos en frontera

Un profesor que labora en el casco urbano de la población de Elorza, que identificamos como Pedro por proteger su identidad, sostuvo que de 460 bolívares que cobraba, ahora va por 320 bolívares debido a las reducciones.

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Las reducciones progresivas en los pagos quincenales de los maestros no son reflejadas en los recibos de pago donde sólo aparece el monto global sin especificaciones. Foto cortesía

Pedro obtiene por su quincena 120.000 pesos colombianos y su poder adquisitivo cada vez es menor.

Por cada 100 bolívares dan 45.000 pesos, primero eran 75.000 que también era poco, pero ahora es mucho menos. Más de un maestro se emocionó con el incremento de marzo, comencé a jugar susú (ahorro), para comprar un teléfono y quedé con la deuda porque ya no alcanza para seguir ahorrando ni siquiera para un par de zapatos, a eso hemos llegado con la Onapre”, aseguró.

El docente de aula integrada de Elorza afirma que tampoco les han pagado la cláusula de educación especial que les corresponde. Además, la mayoría trabaja campo adentro y eso implica otros gastos que el ejecutivo no asume.

“Yo vivo en el sector Caujarito y mi escuela está en el puente Lauro Carrillo, camino 45 minutos y a otros les queda más lejos y los pocos que tienen moto pagan la gasolina cara, una mitad subsidiada y la otra a precio internacional”, describe.

Pasaje en 80.000 pesos

Los docentes de Puerto Infante, un sector ubicado en las riberas del río Arauca, distante de Elorza, permanecen menos de un año en la escuela porque un pasaje hasta allá cuesta 80.000 pesos (200 bolívares). Por esa misma razón, las escuelas Leche Miel y El Jobal están solas, asegura el profesor.

Con qué dinero un maestro va a pagar 80.000 pesos para ir y, además, tiene que llevar el mercado para quedarse. Los dos maestros que tiene ahorita Puerto Infante están pidiendo que, en su lugar, vayan bachilleres de la comunidad para que le den clases a los niños y no pierdan el año”, reveló.

Pedro cuenta a Crónica.Uno que además de lidiar con las reducciones salariales, los grupos irregulares que operan en la frontera entre Venezuela y Colombia complican las labores de enseñanza.

Yo estaba en la escuela El Jobal y, en 2010, me trasladaron para acá, pedí el traslado porque, esa vez, los grupos irregulares acabaron con la zona, oscurecía y en la mañana todo el mundo amanecía mudándose”, relata el educador.

Luego de este hecho, el maestro comenta que la escuela de El Jobal permaneció dos años sin profesor, por temor a los grupos irregulares.

Fin de 43 años de lucha

El pasado 9 de septiembre, el magisterio apureño publicó un comunicado para refutar descalificaciones en su contra proferidas por el gobernador Eduardo Piñate y fijar su oposición respecto a la posible migración de nómina.

De acuerdo al texto, el cambio “eliminaría, de un solo plumazo, todos y cada uno de los beneficios que hemos conquistado a lo largo de 43 años de lucha y que, usted (gobernador) ahora sabe, que superan abiertamente los beneficios de los docentes nacionales”.

“¡Dígale a los maestros estadales que si usted transfiere las nóminas al MPPE no va a haber variación en su sistema de remuneración, pensiones por incapacidad y sobreviviente y que seguirán cobrando sus primas de especialización, maestría, doctorado, geográfica y bono nocturno con salario integral!”, exhorta el comunicado rubricado con más de 1000 firmas.

Piñate aún no ha notificado a los maestros de la posible transferencia, pero tampoco la ha negado y, en las últimas semanas, ha hablado contra la dirigencia magisterial por protestar y exigir que se detenga su implementación.

“Ya lo tienen listo en Recursos Humanos para implementar, sólo esperan la orden del gobernador”, asegura Martín Paredes, secretario general del Comando Intersindical del Magisterio apureño. Además, Paredes critica que la acción es “inconsulta y bajo absoluto secretismo”.

El secretario general del Comando Intersindical del Magisterio apureño compara cada uno de los beneficios de la novena convención y contratación colectiva de educadores regionales con la convención nacional.

Enumera que la regional reconoce como antigüedad todos los años de servicio para el pago de jubilación. El ministerio sólo hasta seis años luego de los 25 reglamentarios. Lo anterior indica que, si un maestro tiene más de 31 años laborados, no le pagan esa diferencia.

La convención regional paga las primas de jerarquía, especialización, maestría y doctorado con salario integral, mientras que el MPPE lo hace con salario básico.

Por las primas geográficas la gobernación paga 20 % del salario integral y el ministerio 20 %, pero del salario básico. La prima de doble riesgo, que es 5 % del salario integral para los docentes de frontera, en la nómina ministerial no existe.

Todas las manifestaciones de los docentes son rodeadas y fotografiadas por funcionarios policiales. Foto: Cortesía
Aumento sin primas

Antes de estas reducciones los docentes ya experimentaban “retardo exagerado” en la incorporación y pago de beneficios contractuales como la profesionalización y resto de primas, indica Paredes.

Además de la transferencia de nómina, la gobernación apureña planea implementar un nuevo método de pago de prestaciones sociales que es “confiscatorio del patrimonio familiar de los docentes que se van a jubilar”, dice Paredes.

Explica que este nuevo método sólo reconoce, en el pago de prestaciones sociales, hasta 25 años de servicio y, si un docente tiene más tiempo, esos años de diferencia no son reconocidos.

Control político

Educadores apureños sostienen que tras la migración, hay un plan del gobierno iniciado con el aumento salarial de marzo. La rebaja progresiva en los pagos de las quincenas experimentadas desde entonces hacen parte de ese plan y, aseguran, es una estrategia para introducir las modificaciones gradualmente y, así, condicionar la adaptación y mitigar la reacción social.

El cometido final es homologar los salarios de todos los trabajadores del sector público, inhabilitar su lucha reivindicativa y utilizar el salario como un instrumento de control político.

La intimidación y la contraofensiva son los instrumentos para garantizar que se cumpla el plan, indican estos educadores. Uno de ellos pone como ejemplo lo ocurrido, hace un mes atrás, en la Inspectoría del Trabajo de San Fernando, la capital apureña.

“Cuando fuimos a introducir nuestra petición de eliminación del instructivo Onapre nos esperaban dos tanquetas de guerra, curioso ¿verdad?, los maestros que en cualquier parte del mundo somos el símbolo de la paz y la democracia, fuimos recibidos con el símbolo de la guerra”, comentó.

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