Woman’s journey through homelessness, unemployment shows struggle single mothers face in pandemic
Every morning, Alisha Carter, 35, wakes up to the noise surrounding her West Baltimore neighborhood. From police sirens, gunshots and to the sounds of ambulances going up driving through the city, Baltimore is the only place she has ever called home.
But since the start of the pandemic, Carter — a full-time postal worker in her professional life and a mother of five daughters in her personal one — has dealt with losing her home, living in a hotel and having to move into a homeless shelter.
“I had several good jobs, you know, but during this time, I just kept working and not giving up,” Carter said. “To have a job, a good job at that and still be homeless was like, what am I doing wrong? Got a career, but you’re homeless.”
Before the pandemic, Carter rented a row home and worked as a full-time bus driver when the homeowners advised Carter that someone purchased the home, which led Carter and her girls to have to leave and find a new place to stay.
They eventually settled in a hotel but Carter subsequently lost her job as a bus driver due to school closings from COVID-19, leaving her unemployed and with no funds to provide for her family.
With no place to go, she and her daughters lived out of a car for about two weeks before, eventually, through the help of a friend, contacting Sarah’s Hope, a homeless shelter in Baltimore that caters to single mothers and their children.
“Sometimes you have to go through things to get stronger,” Carter said. “I always felt like people that had stuff handed to them, they don’t value it, so, when you go through a struggle together with your family, it makes you stronger.”
According to the United States Census Bureau, there are currently 13.6 million single parents in the U.S., raising 22.4 million children and 80% of those single parents are moms.
The state of Maryland as a whole has seen eye-opening numbers in regards to single mothers, with African American mothers being the ones who suffer the most. Data shows that, since the pandemic began, homelessness in Maryland has increased with experts saying single mothers and people of color are being hurt the most.
“You have to look at even prior to the pandemic, the resources were scarce for people of color,” said Leroy Fowlke, Program Director of Sarah Hope, the Baltimore shelter that housed Carter and her daughters. “As far as employment training opportunities, the communities themselves are not really conducive to growth in many situations. There’s so many obstacles to overcome, to get connected to what you need. So I really think the pandemic just kind of escalated that situation because now the resources are even more scarce.”
But even with all the odds against her, Carter remained headstrong and kept her faith close to her heart.
While at the homeless shelter, she managed to secure a job as a postal worker and through hard work, saving as well as the help of Sarah’s Hope, Carter and her five daughters recently moved into a new home that they can finally call home again, something that she says has brought a light to her life again.
“Every dark place always has a light, something that just brings light,” Carter said. “Don’t underestimate yourself.”
Fuente de la Información: https://abcnews.go.com/US/womans-journey-homelessness-unemployment-shows-struggle-single-mothers/story?id=75692062&cid=clicksource_4380645_15_hero_headlines_bsq_hed
Por: Asamblea de Artistas autoconvocadxs, Concepción
Le decían El Tíbet, se llamaba Francisco Martínez. Tenía 24 años. Era artista callejero circense, malabarista. Trabajaba hace 5 años en el semáforo en Panguipulli. Sabía que no había permiso pero necesitaba trabajar para llevarse algo a la boca, lo hizo a conciencia, reivindicando sus derechos.
El día de ayer, 5 de febrero, carabineros le arrebató la vida a Francisco. Le dispararon 5 veces a quemarropa en plena calle, en su lugar de trabajo, en su escenario. Posteriormente, carabineros se dio a la fuga. Ayer, 5 de febrero, quedará profundamente grabado en la memoria colectiva. Con impotencia y profundo dolor nos enteramos del homicidio a través de crudas imágenes por medios de comunicación y redes sociales. Señalamos con fuerza que este tipo de actos no deben quedar impunes.
Condenamos el asesinato de Francisco. Basta de represión y brutalidad policiaca. No descansaremos hasta conseguir justicia. Como artistas y trabajadores de las artes y la cultura, trabajamos por poner la cultura como centro de desarrollo, especialmente al arte callejero que hace uso legítimo del espacio público, donde aún las ordenanzas están al debe para respetar y dignificar este trabajo, nuestro trabajo. Donde nos persiguen, criminalizan y violentan por trabajar y hacer arte.
Sin embargo, el arte callejero NO ES DELITO. Así lo vienen manifestando ya desde hace años artistas, trabajadoras y trabajadores culturales en toda Latinoamérica. Debe haber un cambio radical, donde el Estado de Chile, no sólo posibilite la regulación del arte callejero sino que también y por sobre todo, lo proteja y fomente.
Exigimos dignidad y reconocimiento de nuestro oficio, que es lo mínimo que merecemos. Porque el arte en la calle es un regalo para la ciudad y su gente. Se detiene la rueda aplastante de la rutina, de la racionalidad y de las lógicas comerciales, embelleciendo la vida urbana, imaginando mundos nuevos, creando magia y permitiendo a las personas encontrarse, reconocerse y colaborar.
Ayer mataron a Francisco pero mañana puede ser cualquiera de nosotres. Lo asesinaron por su amor al arte, por no morir de hambre y lo hizo alguien que debía protegerlo. Eso es violencia, es indolencia. No son armas, son juguetes, son herramientas de trabajo. Ustedes tienen las armas, tienen el poder pero también tienen miedo de nosotres porque tenemos algo aún más poderoso.
La comunidad, el amor y la memoria. Por eso seguiremos en la calle, fuertes, con unidad y un profundo cariño. Convocamos a manifestarse activamente en todos los territorios. Exigiendo que se disuelva la institución macabra de Carabineros de Chile, que exista justicia para Francisco y que su asesinato no quedé impune. Que todos sus colores iluminen las ciudades y cada semáforo. El arte es subversivo y sobre todo, libre. Te lloramos Francisco, te abrazamos donde quiera que estés.
Convocatoria
Ante el asesinato de nuestro compañero malabarista y artista callejero Francisco Martínez, por parte del estado de Chile, lxs artistas autoconvocadxs del Biobío convocamos a toda la comunidad a manifestarnos mañana en Paicarrera y a intervenir los semáforos de todo el territorio con simbología que recuerde y de valor al arte callejero: Cintas de colores, globos, velas, flores o lo que creas pertinente para recordar su importancia. No seamos indiferentes. Llenemos de colores este gris escenario. Por todxs nuestrxs muertos
Colectivo Bioenergía: declaración frente al asesinato al artista callejero y malabarista en Panguipulli
Es indescriptible el dolor y la impotencia que como trabajadorxs de las culturas. Artes y patrimonio, sentimos, al ver constantemente imágenes, de controles de identidad o de oficio, hacia el sector por el desempeño a nuestras labores en la via publica-no solo sin perjuicio por la ciudadania- si no que ademas no representando de forma evidente un peligro para nadie. Los hechos de hoy, no son la molestia de siempre, si no que hoy desatan la impotencia de ver a un colega muerto injustificadamente por estar trabajando, por estar trabajando, un derecho humano universal.
Luego de 11 meses luchando inagotablemente para exigir el estado de chile medidas de contencion para un sector que contempla aproximadamente a 2 millones de trabajadorxs a lo largo de todo el territorio; tenemos que soportar hoy-ademas de la vulnerabilidad economica y social de esta emergencia- la criminalizacion y la marginacion de nuestro trabajo cuando por fin podemos desempeñarlo.
Exigimos por lo tanto al ministro del interior, responsable de la seguridad publica y el control ciudadano de la nacion una investigacion exhaustiva que no solo pida disculpas si no que tambien repare de manera sustantiva a la familia del trabajador en cuestion, imputando debidamente a los culpables y llevando a una reforma completa de medidas de todas las practicas de esta institucion. Estos hechos superan todos los límites. Ya son casi 2 años de violaciones sistematicas a los derechos humanos y con ellos, algo mas de 40 años de criminalizacion de las culturas artes y patrimonio de chile.
Por este motivo, convocamos a una movilizacion nacional, de todos los sectores culturales, arte y patrimonio, de todo el territorio nacional, para defender y dignificar la memoria de este trabajador que ha dejado la vida por anhelar vivir de lo que hace. Llamamos a toda la ciudadania, que empatice con los derechos humanos ciudadanos, a que nos acompañen en un cacerolazo hoy viernes 5 de febrero a las 22 horas; y a una marcha desde las plazas ciudadanas hasta el edificio de la autoridad maxima regional el LUNES 8 DE FEBRERO, A LAS 12 HORAS…”
“El arte está de luto”: Figuras de la música y la actuación lamentan el crimen de Francisco Martínez
El crimen del malabarista Francisco Martínez Romero en Panguipulli, a manos de un funcionario de Carabineros, ha provocado una serie de reacciones en el mundo artístico nacional, apuntando nuevamente al actuar policial.
La Coordinadora intersectorial Cultura en Emergencia, que reúne a más de 30 organizaciones artísticas, repudió el hecho a través de un comunicado: “El compañero y colega, malabarista y artista callejero, no sólo ha sido inmovilizado y demonizado, sino que esta vez con un descriterio sin precedentes ha sido asesinado por un irresponsable“.
Desde el rubro musical, Camila Gallardo publicó una historias a través de Instagram y señaló: “Lo mataron. Justicia para Francisco”.
Por otra parte, la rapera Ana Tijoux alzó la voz y critica la ley de control de identidad, procedimiento por el cual surgió el hecho que terminó con la muerte de Martínez, quien además vivía en situación de calle.
“El arte está de luto (…) La ley de control de identidad es una aberración y una vergüenza hacia nuestro pueblo”, dijo la cantante, quien además señaló que “tu asesinato a sangre fría es otra continuidad de la dictadura”
A través de un video publicado en sus redes sociales, Roberto Márquez de Illapu también manifestó su conmoción por lo sucedido y apuntó a Carabineros: “Por negarse a un control de identidad fue asesinado de cinco balazos por un paco asesino”. Al final del registro le dedicó una canción al artesano.
El destacado compositor y productor Alex Anwandter se sumó a las críticas por el actuar policial y compartió una imagen del funcionario que provocó la muerte de “Pancho”. “Asesinos. Hay que desmantelar a esa banda de psicópatas criminales que es Carabineros de Chile“, escribió.
Desde el mundo de la actuación y la comedia, Javiera Contador publicó una imagen en Instagram con la palabra “tristeza”.
“Qué tristeza más grande. Cuánto horror, cuánto dolor. Relativizar la vida, intentar justificar lo injustificable. Que sensación tan fea sentir que se pierde la esperanza“, escribió la ex animadora de televisión.
La actriz de cine, teatro y televisión Daniela Ramírez también repudió el procedimiento policial: “Impactada con el descarnado crimen cometido por carabinero”, escribió en una historia.
Daniela Vega lamentó el deceso del joven y nuevamente apuntó al silencio de la ministra de las Culturas, Artes y Patrimonio, Consuelo Valdés: “¿La ministra de cultura sigue mute?”, preguntó en Twitter.
Posteriormente, escribió en la misma red social: “hablan de países bananeros, ¿qué más bananero que temerle a la policía de tu propio país?”.
Así fue el regreso a clases presenciales, después de 11 meses de virtualidad
Este lunes fue un día muy especial para los estudiantes de Bogotá, pues después de 11 meses, miles de niños y jóvenes de colegios privados regresaron a los salones.
Luego de varios meses en virtualidad, 634 colegios y jardines infantiles privados retomaron de forma gradual la presencialidad.
Un regreso diferente, con las medidas de bioseguridad como protagonista, actividades con las que han aprendido a vivir y que cumplen con tal de volver a ver físicamente a sus compañeros y maestros.
La felicidad no era solo de los niños, sus padres también celebraron el regreso de las actividades escolares.
“Estamos muy contentos con el regreso de los niños a las clases”, manifestó una madre de familia.
“Los niños estaban desesperados en la casa y pues la virtualidad es algo complicado para todos”, aseguró uno de los padres.
Una vez en el colegio a los estudiantes los esperaban sus maestros, ellos los acompañaron con la toma de temperatura, lavado de manos y ubicación en la respectiva aula de clase.
“A nosotros nos hace falta verlos”, dijo Gustavo Adolfo Arévalo León, profesor del Gimnasio Fontana.
“Es impresionante ellos como se han adaptado”, expresó por su parte Julieta Naranjo, profesora.
Y como este es un proceso que se está haciendo de forma gradual, esta semana, por ejemplo, les corresponde en el Gimnasio Fontana las clases presenciales a los niños desde preescolar a cuarto de primaria y la otra semana serán los niños que estén desde quinto de primaria hasta 11 grado.
La alegría también se vivió en otros colegios privados que iniciaron con esta modalidad.
Vale la pena recordar que todos los colegios que iniciaron con las clases presenciales este 8 de febrero tenían aprobados los pilotos de bioseguridad necesarios para su reapertura.
Organismos de derechos humanos se reunieron con el embajador argentino en Paraguay, Domingo Peppo, y la directora de Derechos Humanos de la Cancillería, Cecilia Meirovich, para exigir medidas de investigación por Lilian Mariana y María Carmen Villalba, las niñas argentinas de 11 años asesinadas por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) del ejército paraguayo en septiembre. Los organismos también manifestaron su preocupación por la desaparición de Carmen Elizabeth Oviedo, prima de las dos menores.
“La desaparición de una niña de 14 años en un país vecino, en una zona militarizada, y la completa falta respuestas por parte de Paraguay es de preocupación para todo el movimiento de derechos humanos”, aseguró en diálogo con Página/12Camila Barretto Maia, coordinadora del Área Internacional del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) presente en el encuentro.
Además del CELS, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Abuelas de Plaza de Mayo, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), APDH La Matanza, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz, Fundación Memoria Histórica y Social Argentina y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas participaron de la reunión y coincidieron en señalar que los hechos acontecidos en Paraguay “recuerdan las peores prácticas de los gobiernos autoritarios del pasado en América latina”.
Las autoridades de Cancillería y de la embajada argentina en Paraguay presentes en la mesa de diálogo manifestaron la preocupación del gobierno y aseguraron estar trabajando desde se conoció la noticia del asesinato de las niñas. “La reunión fue positiva y creemos que el gobierno argentino está actuando como corresponde al exigir que se tomen medidas para la verdad y justicia por este crimen”, aseguró Barreto Maia al respecto.
En el encuentro también se exigió que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) revise la autopsia de Lilian Mariana y María Carmen. “Consideramos que ayudaría a destrabar este conflicto. Es una institución cuyo trabajo es reconocido a nivel regional por el rol que tuvo en la identificación de víctimas de las dictaduras del Cono Sur”, planteó Barreto Maia desde el CELS.
Durante la reunión también se destacó la reciente declaración de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien le exigió a las autoridades de Paraguay “buscar de forma inmediata a la niña desaparecida” y al presidente Mario Abdo Benítez que “determine por qué no se realizó un examen forense completo” y se destruyeron pruebas importantes tras la muerte de las dos menores argentinas.
Según los informes de la oficina de Bachelet, el pasado dos de septiembre Carmen Elizabeth Oviedo presenció un operativo de la FTC contra miembros del Ejército Popular Paraguayo (EPP), en la región de Yby Yaú, al norte de Asunción. En ese mismo operativo fueron asesinadas sus primas Lilian y María Carmen. Carmen, en tanto, está desaparecida desde principios de diciembre.
Apenas unas horas después de los hechos, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, se dirigió al lugar del crimen y habló de “un operativo exitoso en contra del EPP”. Luego, los medios y las autoridades locales confirmaron que las personas asesinadas eran Lilian y María Carmen, quienes vivían con su abuela en Misiones.
“Este caso tampoco es algo aislado, sino que lo que revela es un proceso de militarización de la zona norte de Paraguay que arrancó en 2013 y ha sido muy efectivo para crear un discurso estigmatizante del movimiento campesino”, manifestó Barreto Maia. Para la coordinadora del CELS, ese accionar incrementó los niveles de violencia en el campo y “generó graves violaciones a los derechos humanos como son las ejecuciones y desapariciones de esas niñas”.
La autora del libro «(Mal) Educadas» explica por qué la formación del género femenino aún se basa en la preservación de los roles tradicionales.
Encontrar todo lo que nos educa a nivel social, por fuera del rol tradicional que tienen de por sí los sistemas educativos, es fundamental. Pero en el caso de la educación formal, también hay una historia que debe ser develada, para darnos cuenta hasta qué punto las instituciones educativas han conformado su diseño curricular sin nosotras. Comprender que el acceso a la educación femenina fue una decisión que no tomamos, sino que fue discutida por los hombres, nos hace entender un poco por qué al día de hoy estos espacios siguen reproduciendo los estereotipos de género.
Antes de la Revolución Francesa, e influenciando notablemente en estos ideales que nos traerían consigo el Estado Moderno, el filósofo Jean-Jaques Rousseau escribió en 1872 una de sus obras más conocidas, “Emilio, o de la educación” para definir el concepto de buen ciudadano. De esta manera ubica dentro de esta categoría a los hombres, definiéndolos como jefes de familia, padres y esposos. Su desarrollo de lo “público” y de la organización política ideal de los ciudadanos hombres, suponía la existencia de un mundo femenino privado que se ocupaba de los valores domésticos. Por lo tanto, las mujeres no van a ser definidas por la importancia de su rol como ciudadanas, sino como esposas, y hará hincapié en la educación que deben recibir para esto.
Para Rousseau efectivamente había una división necesariamente dual que permitía el equilibrio cívico. La participación de las mujeres en la vida pública implicaba un peligro para el orden social, y acercarnos a una educación que nos igualara entre hombres y mujeres podía ser la perdición. Para Rousseu, nuestra educación se articulaba sobre tres ejes: “El primero de ellos es la castidad y la modestia; el segundo, la domesticidad; y el tercero, la sujeción a la opinión. Una mujer casta y modesta, pronta a tener en cuenta las opiniones de los demás y dedicada por completo a su familia y a su casa es el prototipo ideal de la mujer natural (…) Una mujer ingeniosa (es decir, capaz de expresar sus opiniones) es un flagelo para su esposo, sus hijos, sus amigos, sus sirvientes y para todo el mundo. Exaltada por la sublimidad de su genio, desprecia rebajarse a las obligaciones de una mujer y está segura de iniciar a un hombre”.
Rousseau seguirá ejemplificando de manera taxativa sobre el rol en el que nos tienen que educar: “dar placer [a los hombres], serles útiles, hacerse amar y honrar por ellos, criarlos de jóvenes, cuidarlos de mayores, aconsejarlos, consolarlos, hacerles agradable y dulce la vida, esos son los deberes de las mujeres en todos los tiempos, y lo que se les ha de enseñar desde la infancia”. Recordemos que esta obra fue la base filosófica sobre la que se asentaron muchos de los cambios sociales que tuvieron lugar a posterior, y sobre todo que se trasladaron en la doctrina de un cuerpo legal que administrara las relaciones sociales. No es de extrañar que nuestra llegada a las aulas haya sido tan lenta, con las limitaciones que ya hemos ahondado en otros capítulos que nos impuso la Iglesia, y como vemos ahora, también los hombres de gobierno, para educarnos en otras actividades que no fueran las que ellos consideraban como: “propias del sexo”.
Llegar a las aulas. Los colegios más similares a los modernos comenzaron a entrar en vigor a partir del 1700. En América, en la época de las colonias, por ejemplo, se habían designado “espacios de señoritas” para la formación de las hijas de los conquistadores, pero también de las —mal llamadas— indias. A finales del siglo XVIII, las escuelas para niñas indígenas, llamadas “amigas” o “migas”, en México, por ejemplo, comenzaron a proliferar. Una de las razones principales era que las niñas a su vez funcionarían de educadoras dentro del hogar de los más pequeños. Educar a las mujeres fue una de las formas que los usurpadores de las tierras americanas encontraron para romper la cultura indígena y evangelizar a través del cristianismo.
En España, para el año 1849, solo el 22% de las niñas estaban escolarizadas, mientras que en el caso de los niños el porcentaje subía hasta el 77%. La ley fijaba también qué asignaturas podían cursar las niñas y cuáles no. Eran exclusivas para ellas “las labores propias del sexo, el dibujo aplicado a las mismas labores, y ligeras nociones de Higiene Doméstica”. No podían, a diferencia de los niños, estudiar Geometría, Física o Historia Natural. En Chile, por ejemplo, el acceso de las mujeres a la educación superior se abrió en 1877 con la promulgación del llamado “Decreto Amunátegui”, que hizo válidos los exámenes de los colegios particulares de niñas. Cuatro años más tarde, el Estado asumió la obligación de facilitar la instrucción y la capacidad femenina a través de la fundación de liceos secundarios para mujeres.
La institucionalización de la educación fue llegando para nosotras progresivamente, rompiendo con el sistema tradicional de tutores y educación individual, aunque seguía persistiendo la división sexual del conocimiento. Las mujeres seguían siendo educadas para la vida religiosa o para la vida marital.
En este sentido, Argentina fue bastante pionera a nivel mundial. En 1823, Bernardino Rivadavia, quien en ese momento gobernaba la provincia de Buenos Aires y tiempo después fue presidente, dispuso la creación de la Sociedad de Beneficencia. La misma tenía como objetivo educar a niñas de clases humildes. Se crearon además institutos donde las mujeres podían capacitarse para ser maestras, y así poder enseñar en los colegios de estas jóvenes. Si bien la costura era una de las materias que diferenciaba la educación de niñas de la de niños, lo cierto es que también se introdujeron contenidos que en otras partes del mundo estaban vedados como geografía filosofía, historia o idiomas.
Las políticas educativas que se retoman después de la dictadura de Juan Manuel de Rosas, a partir de mediados del siglo XIX, serán lideradas por una gran mujer, feminista y pionera en técnicas pedagógicas: Juana Manso (1819-1975). Por años, a las argentinas nos han hablado de Domingo Faustino Sarmiento, el “padre de la educación”, pero jamás nos la mencionaron. Juana se tuvo que exiliar de adolescente a Uruguay, debido a que su padre era perseguido políticamente. Allí, desafiante, formó en su propia habitación el “Ateneo de Señoritas”, donde educaba a mujeres de la élite de la ciudad de Montevideo. Comenzó una carrera de escritora, y se dedicó a explicar cuáles debían ser los pasos emancipatorios de la mujer. Leerla es imperdible y fundamental para cualquier mujer en el mundo.
La cita que transcribiré a continuación debería ser enseñada a todas las niñas en los libros de historia argentina, pero al día de hoy no se encuentra, no nos hablan de ella como lo que fue: la madre de la educación en nuestro país. En 1854 Manso escribió en el primer número de “Álbum de Señoritas. Periódico de Literatura, Modas, Bellas Artes y Teatros”, su primer periódico: “Todos mis esfuerzos serán consagrados a la ilustración de mis compatriotas, y tenderán a un único propósito: emanciparlas de las preocupaciones torpes y añejas que les prohibían hasta hoy hacer uso de su inteligencia, enajenando su libertad y hasta su conciencia a autoridades arbitrarias en oposición a la naturaleza misma de las cosas. Quiero, y he de probar que la inteligencia de la mujer, lejos de ser un absurdo, o un defecto, un crimen, o un desatino, es su mejor adorno, es la verdadera fuente de su virtud y de la felicidad doméstica porque Dios no es contradictorio en sus obras, y cuando formó el alma humana, no le dio sexo: la hizo igual en su esencia, y la adornó de facultades idénticas. Si la aplicación de unas y de otras facultades difiere, eso no abona para que la mujer sea condenada al embrutecimiento, en cuanto que el hombre es dueño de ilustrar y engrandecer su inteligencia; desproporción fatal que solo contribuye a la infelicidad de ambos y a alejar más y más nuestro porvenir”.
La mayoría de las docentes de niveles iniciales y primarios en el mundo son mujeres, debido a la relación indirecta que se hace entre crianza, cuidado de menores y el rol de madres que se nos inculca de nacimiento. Sin embargo, jamás supimos de las mujeres importantes, como Juana Manso, que educaron a otras mujeres, y las hicieron poderosas. Con las diferencias de la época, con todo lo que todavía teníamos que aprender. Pero ellas, las fundamentales, las educadoras de otras mujeres, siguen sin estar en los libros de historia.
Muchas veces se piensa que la revolución de las mujeres tuvo un comienzo relacionado al sufragismo, pero me atrevo a decir que la primera revolución que decidimos llevar adelante, fue para tener el derecho a acceder a la educación, a poder ejercer trabajos relacionados a niveles de instrucción altos, a poder tener presencia en las universidades. Porque así como en los colegios de señoritas no podían enseñar hombres, en la vida política y laboral de los hombres, no podían enseñar mujeres. Esta concepción de que las mujeres no teníamos nada para enseñar a los varones sobre todo en niveles altos de instrucción, formaba parte de una idea acerca de nuestra inferioridad como sujetos.
Más educadas, mejor calidad de vida. Por suerte, a partir del siglo XIX con mayores o menores limitaciones, en todo el mundo nos fuimos acercando a las aulas. Según datos de las Naciones Unidas para la mujer, en todo el mundo el 80% de las mujeres adultas sabe leer, algo que para las dificultades que aún atravesamos representa un porcentaje altísimo. Sin embargo, aún estamos por debajo del 89% de los varones que en estos niveles más básicos de instrucción nos superan. En los países menos desarrollados, solo el 51% de las mujeres tiene un nivel básico de alfabetización, la pobreza sigue siendo un factor de mayor desigualdad para nosotras.
En la web oficial de la página de la UNESCO encontramos datos con proyecciones que nos explican sobre la importancia de la educación en las mujeres para las transformaciones sociales. Acceder a mejores niveles de instrucción no solo parte de un deseo vocacional y profesional, sino que dada nuestra condición en todo el mundo significan efectivamente una mejor calidad de vida. En varios países de África y algunas regiones de Asia, como por ejemplo India, los matrimonios infantiles producen una caída abrupta de las mujeres en los niveles de instrucción. Varios estudios reflejan como en regiones del África subsahariana, si todas las mujeres completaran la enseñanza primaria, la mortalidad materna podría reducirse en un 70%, dado que contarían con más herramientas y sobre todo vínculos en las comunidades para la atención primaria en la salud.
Las niñas que reciben más educación tienen menos probabilidades de llegar a ser madres precoces. El número de menores de 17 años de edad que quedan embarazadas en el África subsahariana y Asia occidental se reduciría en un 10%, si todas las muchachas completaran la enseñanza primaria, y en un 60%, si todas las muchachas completaran la enseñanza secundaria. Es decir que a mayores niveles de instrucción, las mujeres podemos además acceder a una mejor calidad desde los aspectos de la salud y la economía.
Licenciadas para seguir siendo buenas mujeres. Al día de hoy, en América Latina, y en la mayoría de los países desarrollados, las mujeres superamos en porcentaje a los varones en la formación terciaria y universitaria. Según un informe del Banco de Desarrollo para América Latina, en la mayoría de los países latinoamericanos, en el rango etario que suele considerarse central para el mercado de trabajo (25 a 54 años de edad), las mujeres tenemos, en promedio, cerca de un trimestre más de educación formal que los hombres. Pero el avance educativo no se ha extendido a todas las mujeres por igual, y ha sido menor en las zonas rurales. De hecho, el índice de analfabetismo de las mujeres supera al de los hombres, particularmente en las áreas rurales donde más del 8% de las mujeres de entre 25 y 34 años declara no saber leer ni escribir.
Según estadísticas de la UNESCO, actualmente solo el 10% de las mujeres que se matriculan en estudios terciarios en América Latina lo hace en áreas de ingeniería o de tecnología de la comunicación e información, cifra que en el caso de los hombres asciende al 33%. En el mismo orden los puestos mejor pagos en el mercado del trabajo, como ya vimos, son los basados en las matemáticas: ingeniería, física, finanzas. En Argentina, según los datos de la Secretaría de Políticas Universitarias, la presencia de las mujeres en la carrera de Ingeniería en 2009 era del 22%, diez años después, la cifra solo sumó un 2% más.
De alguna manera nuestras áreas de formación, también terminan formando parte del aparato primario que nos educa sobre los roles de las mujeres. Terminamos especializándonos, siendo universitarias en lo que la educación cultural nos formó, es decir realizando elecciones asentadas con más fuerza en estudios y trabajos refractarios a nuestros roles como cuidadoras, contenedoras, pedagogas, etc.
Somos enfermeras, psicólogas, médicas, docentes, y tenemos una especial predilección por las ciencias sociales, porque trasladamos la educación que recibimos desde la infancia y la profesionalizamos en áreas del desarrollo que nos terminan sirviendo para insertarnos en el mercado laboral, claro, pero también para seguir reproduciendo de manera más eficiente ese estereotipo de la buena mujer, o de lo que se espera de nosotras. China es el ejemplo perfecto para ilustrar cómo la profesionalización de los roles tradicionales puede terminar dentro del claustro universitario. La política tradicional del hijo único varón que por años tuvo este país para poder sostener el crecimiento demográfico, más los avances en materia legislativa sobre los derechos de las mujeres, conformó una nueva generación de mujeres jóvenes que posponen el matrimonio y la maternidad.
A raíz de esto, en marzo del 2018 la facultad Zhenjiang, ubicada al sur del gigante asiático, junto a la Federación Nacional de Mujeres de China abrieron un curso de «virtud femenina» en el que preparan a las estudiantes que están ocupadas formándose en otras carreras a vestirse, servir el té y sentarse a la perfección. Esta cátedra se creó por pedido expreso del presidente Xi Jinping, quién instó a volver a brindar a las mujeres una educación básica y transversal sobre cultura tradicional china.
En una entrevista dada al diario The Washington Post una de las profesoras que intervienen en el programa declaró: “Según la cultura tradicional, las mujeres deberían ser modestas y tiernas, y el rol de los hombres es trabajar fuera de casa y mantener a la familia”. El presidente en varias declaraciones discursivas instó a volver a los valores expresados por el filósofo Confucio (551-479 ac) donde la familia convive en armonía si se respeta la división sexual y tradicional del trabajo. Podemos ver de forma contundente cómo el control sobre los cuerpos y el comportamiento de las mujeres, no refiere solo a lo reproductivo, a las barreras en el mercado laboral, a las exigencias de los mandatos, sino también a los contenidos en los que cuales se elige aún hoy educarnos para no salir del papel que se nos es ha asignado.
Las escuelas y las universidades arrastran programas viejos, y sobre todo conservadores. La innumerable viralización de escuelas de base cristianas en todo el mundo, son además una barrera para poder acceder a un conocimiento laico que no refuerce la moral tradicional de la iglesia, en donde las mujeres debemos ser esas buenas señoritas bíblicas a imagen y semejanza de la Virgen María.
La historia de la transformación de la educación la estamos viviendo en pleno siglo XXI, porque aún los contenidos, libros de estudio, e incluso la pedagogía de los docentes, está orientada a seguir reforzando —inconscientemente o no— las desigualdades. Al día de hoy, la educación en muchas partes del mundo sigue segmentada. En Argentina, yo misma fui a un colegio de monjas, solo para niñas, hasta el año 1998. Luego pasé a un colegio que había comenzado a ser mixto apenas unos tres años atrás, pero que sin embargo conservaba el ala técnica exclusivamente para varones. Recién en el año 2002, este colegio, de una congregación de sacerdotes, aceptó la incorporación de mujeres a las filas de la formación especializada en oficios mecánicos, construcción y motores.
En su libro “El origen del patriarcado”, la historiadora Gerda Lerner explica que la hegemonía masculina en todo el sistema de símbolos, más allá de los países o las distintas culturas, se debió a dos grandes factores. Primero, este monopolio masculino de las definiciones, es decir: el mundo explicado por hombres. Y segundo, la privación de educación de las mujeres. “Durante toda la historia han existido siempre vías de escape para las mujeres de las clases elitistas, cuyo acceso a la educación fue uno de los principales aspectos de sus privilegios de clase”, escribe. “Pero el dominio masculino de las definiciones ha sido deliberado y generalizado, y la existencia de unas mujeres muy instruidas y creativas apenas ha dejado huella después de cuatro mil años”.
Epílogo. (…) Como hija de una docente quiero señalar el rol social que el ámbito educativo formal tiene hoy, y destacar la cantidad de formadoras y formadores que todos los días revisan los contenidos que brindan, piensan en incorporar mujeres en sus bibliografías, reaprenden todo, absolutamente todo lo que le enseñaron para poder contar la Historia desde un lugar más justo. En mi país la docencia es una actividad bastante vapuleada económicamente, pero allí están las y los educadores, dando una batalla cultural admirable, por una vocación real: brindar educación de calidad.
En este mismo sentido, la psicología se ha vuelto una disciplina capaz de darnos a las mujeres y a los hombres herramientas clave, para que nuestras historias personales puedan ser vistas desde una dimensión que nos habían negado.
Este texto es un fragmento de «(Mal) Educadas» (Planeta)
«Es necesario un cambio fundamental en la forma de pensar y enfocar la economía», concluye un estudio independiente sobre la economía de la biodiversidad.
La biodiversidad está disminuyendo a un ritmo mayor que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad. Si se quiere frenar esta pérdida y a la vez proteger y mejorar nuestra prioridad, «es necesario un cambio fundamental en la forma de pensar y enfocar la economía». Este es el mensaje que lanza este martes un estudio mundial independiente sobre la economía de la biodiversidad.
«Un crecimiento y un desarrollo económico verdaderamente sostenible implica reconocer que nuestra prosperidad a largo plazo depende de reequilibrar nuestra demanda de bienes y servicios de la naturaleza con su capacidad para suministrarlos», asegura el destacado economista Partha Dasgupta, profesor emérito de economía Frank Ramsey de la Universidad de Cambridge y que ha liderado este estudio de 600 páginas, encargado hace dos años por el gobierno británico. Según él, «hemos fracasado colectivamente en comprometernos con la naturaleza de forma sostenible».
Las tasas de extinción actuales son entre 100 y 1.000 veces superiores a la tasa de referencia y van en aumento, lo que socava la productividad, la resistencia y la adaptabilidad de la naturaleza y, a su vez, alimenta un riesgo e incertidumbre extremos para nuestras economías y nuestro bienestar, según apunta el estudio. Además, sus autores recuerdan que muchos ecosistemas –desde los bosques tropicales hasta los arrecifes de coral– ya se han degradado de forma irreparable o corren el riesgo inminente de llegar a un punto de inflexión.
«Aunque la humanidad ha prosperado inmensamente en las últimas décadas, la forma en la que hemos alcanzado esta prosperidad hace que se haya adquirido a un coste devastador para la naturaleza», señala el documento.
Y, como ocurre con casi todo, los que más pierden son los que menos tienen. También aquí: los países de renta baja, cuyas economías dependen más que las de los países de renta alta de los bienes y servicios de la naturaleza dentro de sus propias fronteras, son los que más pueden perder.
«La naturaleza es nuestro hogar. La buena economía exige que la gestionemos mejor»
Por ello, el informe concluye en la necesidad de reformas urgentes y radicales para detener e invertir la erosión de nuestros bienes naturales, y establece las formas en que debemos tener en cuenta la naturaleza en la economía y la toma de decisiones.
En este sentido, Dasgupta recuerda la importancia que tiene el impacto de nuestras interacciones con la naturaleza en todos los niveles de la sociedad. Así, pone como ejemplo la actual pandemia: «Los efectos devastadores del COVID-19 y de otras enfermedades infecciosas emergentes –de las que el cambio en el uso de la tierra y la explotación de las especies son los principales impulsores– podrían ser solo la punta del iceberg si seguimos por el camino actual».
Según sus conclusiones, el producto nacional bruto (PNB) mundial per cápita se ha duplicado desde 1992, pero el ‘capital natural’, es decir, la estimación de los beneficios derivados de los servicios ofrecidos por la naturaleza, ha caído un 40% per cápita entre 1992 y 2014. «La naturaleza es nuestro hogar. La buena economía exige que la gestionemos mejor», pide Partha Dasgupta.
Para el naturalista David Attenborough, encargado del prólogo, «este informe completo e inmensamente importante nos muestra cómo al enfrentarnos a la economía y la ecología podemos ayudar a salvar el mundo natural y, al hacerlo, salvarnos a nosotros mismos». También se ha manifestado el primer ministro, Boris Jonhson: «Como coanfitriones de la COP 26 y presidente del G7 de este año, vamos a asegurarnos de que el mundo natural se mantenga en la cima de la agenda global».
El estudio apunta que invertir estas tendencias exige actuar ahora y que hacerlo ya ayudaría a alcanzar objetivos sociales más amplios, como abordar el cambio climático y aliviar la pobreza. Esto implica un cambio de paradigma: repensar radicalmente nuestra forma de pensar, actuar y medir el éxito económico, por ejemplo, dejando de lado el PIB como referencia de prosperidad y asegurándonos de que la naturaleza sea el centro de nuestra toma de decisiones económicas.
En Brasil, uno de los epicentros de la pandemia, las escuelas vuelven a retomar las clases después de casi un año de cierre, una reapertura que acusa una enorme brecha educativa. Entretanto, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador hizo este lunes su primera reaparición en público tras contraer el coronavirus y la OMS hizo un nuevo llamado a la repartición equitativa de la vacuna en los países pobres para superar la pandemia.
Poco más de un mes después de haber iniciado el 2021, el mundo continúa haciendo frente a la pandemia mundial provocada por el nuevo coronavirus. Mientras los programas de vacunación siguen avanzando en todo el planeta, las nuevas variantes del virus y los rebrotes periódicos siguen siendo un reto global.
Actualmente, el virus suma más de 106,3 millones de casos y más 2,3 millones de muertes a nivel global.
Según la Universidad Johns Hopkins, el país más afectado sigue siendo Estados Unidos, seguido por India, Brasil, Reino Unido, Rusia, Francia y España.
Brasil, uno de los países más azotados por la pandemia de Covid-19, se dispone a abrir paulatinamente las escuelas y a retomar las clases presenciales tras casi un año suspendidas a causa del virus.
Según la Unesco, el país tropical fue una de las naciones que mantuvo más tiempo cerrados los centros educativos, dejando sin acceso a la educación a 5,5 millones de niños y adolescentes durante 43 semanas, el doble de la media mundial.
De los veinte estados que esperan reabrir sus centros educativos entre febrero y marzo, este lunes fue el turno de São Paulo, la región más rica e industrializada de Brasil, pero también una de las más afectadas por el virus.
Así lo anunció el gobernador de la región João Doria en redes sociales este 8 de febrero, dando por comenzado el “año lectivo” en São Paulo. Aunque la reapertura de las escuelas no ha sido fácil para el gobierno estatal, que tuvo que enfrentarse al sindicato de profesores ante los tribunales.
Con una ocupación máxima del 35% en las aulas, son muchas regiones que han decidido apostar por un régimen híbrido entre la educación presencial y remota para poder garantizar el distanciamiento social. Aunque la educación remota representa un gran problema para la sociedad brasileña, ya que casi el 40 % de los estudiantes de escuelas públicas urbanas de Brasil no tiene computador ni tableta en casa.
Además, esta desigualdad en el acceso a la educación también se advierte en el hecho de que uno de cada cuatro brasileños aún no tiene acceso a internet, de acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Sin acceso a la tecnología necesaria para dar clases a distancia ni a Internet, la asistencia a las clases virtuales será un reto para muchos de los estudiantes brasileños.
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