Mundo: Bienvenido el año 2023

Bienvenido el año 2023

Rodolfo Bueno

Udo Ulfkotte, ex corresponsal del periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, denunció en su libro “Gekaufte Journalisten”, (Reporteros comprados), cómo los políticos de EEUU y Alemania influyen para que los periodistas alemanes sesguen sus escritos sobre los eventos mundiales a favor de las posiciones estadounidenses y en contra de las rusas; suprimen así, toda disidencia e imponen la opinión dominante.

Ejemplos hay de sobra, pero basta con recordar uno, cuando los dirigentes del Partido Demócrata se confabularon para fabricar el bodrio de la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EEUU de 2016. Entonces, tras la victoria de Donald Trump, sostuvieron que hubo una injerencia rusa que, de alguna manera, evitó la elección de Hillary Clinton. Pese a que la falsedad de esta afirmación fue demostrada en casi todos los órganos competentes de EEUU, muchas personas continúan tragándose esta rueda de molino.

De igual manera actúan este tipo de mentiras en el resto de Occidente, en el que los políticos exitosos deben obedecer lo que les ordenan desde Washington, pues, por ahora la libertad y la democracia se han convertido en términos hueros y para que un país sea llamado libre y democrático debe convertirse en una dependencia de EEUU, en una mera ilusión semejante a un Estado Libre Asociado, como Puerto Rico.

Políticos de esta calaña abundan. Annalena Baerbock, Ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, declaró: “Sí, nuestros ciudadanos sufren, pero tendrán que sufrir porque vamos a apoyar a Ucrania sin importar lo que pase… No importa lo que piensen mis votantes alemanes, pero quiero cumplir lo prometido al pueblo de Ucrania… La gente saldrá a las calles y dirá: ‘No podemos pagar los precios de la energía’. Y no quiero decir: ‘Vale, entonces dejemos de imponer sanciones a Rusia… Esto significa que las sanciones se mantendrán también en invierno’”.

¿Y dónde queda la democracia, sistema político que defiende la soberanía del pueblo y su derecho a elegir y controlar a sus gobernantes? Donde siempre estuvo, en el limbo, porque lo cierto es que se debe cumplir la estrategia anglosajona, formulada en 1949 por Lord Ismay, el primer secretario ‎general de la OTAN: “Mantener a ‎los rusos fuera, a los norteamericanos dentro y a los alemanes bajo control”.

Parecería que los políticos alemanes y todo el viejo continente han perdido la razón, o son incompetentes, o Washington los tiene agarrados por el cogote, pues, en lugar instituir la alianza que Putin propuso, que va desde Lisboa hasta Vladivostok, y cuyos primeros pasos fueron dados por el ex Canciller Gerhard Schröder, prefieren ser vasallos e impiden, a toda costa, el entendimiento ruso-alemán, persuadidos de que algo van a obtener de los despojos de Rusia si la logran derrotar. Sueños de perro.

Esto explica porque Alemania pierde gustosamente su acceso al gas barato ruso, al mismo tiempo que se involucra cada vez ‎más en el conflicto ucraniano y se convierte en un trampolín ‎de las acciones de la OTAN contra Rusia, todo a gusto y paladar de los estadounidenses y contrario a los intereses alemanes, lo cual no es raro ni oscuro si ‎se recuerda que en EEUU tienen mucho poder los Neocon, grupo de ultraderecha que ‎controla el Departamento de Defensa y el Departamento de Estado y toma las decisiones políticas y militares del gobierno de Washington.

Los Neocon son el punto de apoyo de los fascista ucranianos y han convertido a Ucrania en el campo de batalla de un conflicto de mayor rango, de cuyo resultado depende la reorganización del mundo y su futura evolución. El proyecto ‎Neocon es la política de Estado de‎ Estados Unidos. El New York Time publicó sobre la “Defense Policy Guidance”, que EEUU ve la emancipación de sus aliados europeos como un cassus ‎belli, doctrina que fue firmado por el Neocon Paul Wolfowitz cuando era subsecretario del Departamento de Defensa de EEUU.

Eso explica por qué el ‎sabotaje a los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2 fue un acto de guerra contra Rusia y también contra Europa, pues nueve países europeos participaron en su construcción y cuatro, además de Rusia, son ‎propietarios: Alemania un 30%, los Países Bajos un 9% y Francia un 9%, los que, pese a ser perjudicados, guardaron un misterioso silencio a pesar de saber con certeza quién era el culpable. Tal vez se convirtieron ya en Estados Libres Asociados de Estados Unidos, temen sus sanciones y esperan que la catástrofe que amenaza a la UE no les derrumbe en el plano económico, difícil de creer para los miembros de una organización que ha tomado decisiones que la van a llevar a la quiebra, pues‎ la economía de la UE se apoya en lo fundamental en la ‎producción de la industria de esos países, muy afectada al ser destruidos estos gasoductos.

Los franceses posiblemente recuerden el fracasado golpe de Estado de 1961 y los intentos de asesinato contra el General de Gaulle, que fingió creer que esos atentados fueron organizados por la Organización del Ejército Secreto, que se oponía a ‎la independencia de Argelia, pese conocer que los mismos fueron financiados por el Opus Dei español y la CIA, por lo que identificó a los traidores, reorganizó a la policía ‎y al ejército franceses y, posteriormente, sacó a la OTAN de Francia y cerró 29 bases militares que tenía en territorio francés; también denunció ‎la hipocresía de EEUU en la guerra de Vietnam, por lo que fue castigado en mayo de 1968. ‎

Con lo antedicho, no la tiene fácil Emmanuel Macron, por quien, con una abstención récord, muy poca gente votó por convencimiento, la mayoría lo hizo para evitar el triunfo de Marine Le Pen. Su coalición Ensemble perdió en junio de 2022, en las elecciones parlamentarias, la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, por lo que Macron va a tener dificultades para aprobar los recortes fiscales y el aumento de la edad de jubilación de 62 a 65 años, que propuso en su programa electoral, y se va a enfrentar a una fuerte oposición tanto de izquierda como de derecha, que le va a exigir su retirada de la política, ni siquiera podrá disolver el Parlamento y organizar elecciones anticipadas, porque las encuestas no le favorecen. Su única salida, dimitir y retirarse de la política, lo que abre las puertas del Palacio del Elíseo a Marine Le Pen y pone en peligro el proyecto de la UE y sus endebles instituciones.

Los franceses son un pueblo tolerante, pero capaz de todo. En la última elección, el 40% de los electores que en la primera vuelta votaron por la izquierda, en la segunda vuelta votaron por Marine Le Pen, a la que sus oponentes acusan de fascista, y el 64,70 % de los electores se abstuvo de votar. Independientemente de cómo se piense, lo cierto del caso es que el partido de Marine Le Pen se fortifica y se acerca al poder. La caduca división de izquierda y derecha no responde a la realidad de Francia, donde todo puede pasar, pues el francés no soporta el deterioro de su calidad de vida.

Los estadounidenses son pesimistas acerca de las perspectivas de su país, y no tienen porqué ser optimistas. Casi el 80% de la población de EEUU piensa que en el próximo año tendrán dificultades económicas, impuestos más altos y un creciente déficit presupuestario. La mayoría cree que la inflación se acelerará, que el mercado de valores se desplomará y que se incrementará el desempleo, habrá muchas huelgas y la tasa de criminalidad aumentará. Por otra parte, el conflicto político del país se agudiza y la intolerancia racial crece.

Se espera que 2023 sea más difícil que 2022, para Dimitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, el precio del petróleo subirá hasta 150 dólares el barril y el precio del gas superará los 5.000 dólares por 1.000 metros cúbicos; el Reino Unido se reincorporará a la UE; la UE colapsará después del regreso del Reino Unido y dejará de utilizar el euro; Polonia y Hungría ocuparán las regiones occidentales de Ucrania; se creará el “Cuarto Reich”, que abarcará el territorio de Alemania y sus satélites, Polonia, los Estados bálticos, Chequia, Eslovaquia, la República de Kiev; estallará una guerra entre Francia y el Cuarto Reich; Europa será dividida, Polonia será repartida en el proceso; Irlanda del Norte se separará del Reino Unido y se unirá a la República de Irlanda; EEUU entrará en guerra civil; California y Texas se convertirán en Estados independientes; Texas y México formarán un Estado aliado; Elon Musk ganará las elecciones presidenciales en varios estados que, después del final de la nueva guerra civil, quedarán bajo el mandato del Partido Republicano; los mayores mercados bursátiles y la actividad financiera abandonarán EEUU y Europa y se trasladarán a Asia; el sistema de gestión monetaria de Bretton Woods colapsará, lo que provocará la caída del FMI y el Banco Mundial; el euro y el dólar dejarán de circular como divisas de reserva mundial. Todo de locura, pero factible luego de ver lo que pasa en Europa y EEUU.

Para América Latina es de esperar que se consolide la paz en Venezuela y Colombia, que se arregle el problema de Perú y que Lula pueda realizar su proyecto social.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/bienvenido-el-ano-2023/

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Curiosidades matemáticas

Por: Rodolfo Bueno 

Una paradoja es una declaración no contradictoria que contradice el sentido común, en ella se unen dos ideas opuestas que contienen una verdad oculta. Las paradojas se dan en cualquier idioma porque todo lenguaje es contradictorio.

Epiménides, filósofo griego del siglo VI antes de Cristo, de quien se dice que durmió durante cincuenta y siete años seguidos, aunque Plutarco sostenga que sólo fueron cincuenta, afirmó que todos los cretenses eran mentirosos, como él mismo, que era cretense, ¿decía o no la verdad? Si lo que dice es cierto no todos los cretenses son mentirosos, porque por lo menos un cretense, él, no miente, o sea que Epiménides miente al decir la verdad; en cambio, si él miente significa que no todos los cretenses mienten, por lo que ha dicho la verdad, o sea que dice la verdad al mentir. Otra versión de esta paradoja, atribuida al filósofo griego Eubulides de Mileto, sostiene: “Si un hombre afirma que está mintiendo. ¿Dice la verdad o miente?” También es contradictoria la afirmación que sostiene, “todo lo que afirmo es mentira”.

Zenón de Elea ideó la paradoja de Aquiles y la tortuga. Aquiles decide competir contra una tortuga. Puesto que él corre rápido le da a la tortuga una ventaja inicial, pues está muy seguro de su fortaleza. Poco después de la partida, Aquiles recorre la distancia que inicialmente lo separaba de la tortuga, pero al llegar a ese lugar descubre que la tortuga ha avanzado un pequeño trecho. Sin desanimarse, sigue corriendo, pero al llegar de nuevo adonde estaba la tortuga, ésta ha avanzado un poco más. Por esa causa, Aquiles no ganará la carrera ya que la tortuga estará siempre delante de él.

Se dispara una flecha. Puesto que al mismo tiempo la flecha no puede estar en dos lugares diferentes, la flecha debe hallarse en una determinada posición, por lo que se encuentra en reposo. Por igual razón, durante los siguientes lapsos de tiempo la flecha también estará en reposo; de esta manera, la flecha estará siempre en reposo y su movimiento es imposible. Lo mismo se puede decir de cualquier cuerpo en movimiento, lo que contradice la realidad.

“Vísteme despacio, porque estoy de apuro”, dicen que le dijo Napoleón a Josefina.

“Pienso, luego existo”, escribió Descartes. Luego, si Descartes no piensa, ¿no existe?

“No hay mal que por bien no venga”, es un decir del pueblo.

Hay otras curiosidades matemáticas. En un país habitado por negros y blancos, los primeros sólo dicen la verdad y los segundo siempre mienten. Pasa una canoa y alguien que no distingue el color del canoero le pregunta: “¿Es usted negro o blanco?” La respuesta se la lleva el viento. “¿De qué color dijo que era?”, le pregunta a los dos canoeros que reman detrás. “Dijo que es blanco”, responde el blanco; “dijo que es negro”, responde el negro. ¿De qué color era el canoero? Independientemente del color del canoero, la respuesta es que el canoero era negro.

Una persona es calva si carece de pelos. ¿Qué pasa si tiene sólo un pelo? ¿Si tiene dos?, etc. En general, ¿cuándo un calvo deja de ser calvo?

El director de una cárcel decide liberar a un preso de tres condenados. Coge dos discos azules y tres rojos y sitúa al azar un disco en la espalda de cada preso, de manera que todos ven el color de los demás a excepción del suyo propio. Dejará libre al primero que acierte el color que porta. Pasado cierto tiempo, uno de los presos afirma que el color de su disco es rojo. ¿Cómo lo dedujo, si este preso es ciego?

De antemano se pide disculpas al lector creyente, de cualquier fe que tuviere, porque en este escrito no se intenta jugar con la fe de nadie, muy respetable por cierto, sino que tiene que ver con lo contradictorio que es cualquier idioma. Aclarado este pequeño e importante detalle, se continua con el tema.

Se pregunta: ¿Qué pasa si un objeto superpotente, creado por Dios, capaz de remover todo lo que obstruya su paso, choca contra un objeto inamovible, también creado por Dios? Esto es algo imposible de responder. También es contradictoria la pregunta que durante en el medioevo hacían los herejes a los creyentes: ¿Puede crear Dios una piedra tan pesada que no la pueda levantar? Si no lo puede hacer no es todopoderoso y si la puede crear tampoco lo es. Por esta otra pregunta durante la inquisición fue castigada la persona que la formuló: “¿Tuvo o no tuvo Adán ombligo?” No pudo tenerlo por no ser parido y si no lo tuvo ¿por qué nosotros, que descendemos de él, lo tenemos? También es de por sí contradictoria la idea de que existe un dios omnipotente, amoroso y bueno. Porque si le pidiera algo que sin lugar a duda es bueno y no lo puede hacer, no es omnipotente, si lo puede hacer y no lo quiere hacer, no nos ama ni es amoroso, y si lo quiere hacer y no le da la gana de hacerlo, es caprichoso, se burla de nosotros y no es bueno.

Cada ser humano tiene dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, dieciséis tatarabuelos, etc. Lo que significa que el mundo debió tener mucha más gente antes que ahora, lo que es contradictorio con lo observado y con la idea bíblica de que todos provenimos sólo de Adán y Eva.

El asno de Buridán es el protagonista de un antiguo argumento contra el racionalismo defendido por los partidarios del libre albedrío, que sostenían la posición de que cualquier decisión puede ser tomada de manera racional, y de Juan Buridán, un teólogo escolástico discípulo de Guillermo de Ocán. Para ridiculizar esta opinión, sus críticos imaginaron el absurdo de un asno que no puede elegir entre dos fajos de heno completamente iguales, en consecuencia termina muriendo de inanición. Se trata de que pudiendo comer, no come, porque no sabe, no puede o no quiere elegir qué montón es más conveniente, ya que ambos son exactamente iguales.

Para terminar se hace una pregunta bastante sencilla de responder “¿Qué edad tienen tus hijos?”, pregunta una matemática a una vieja amiga suya. Ésta le responde: “Como recuerdo que eras buena con los números te daré la respuesta a manera de problema. El producto de las edades de mis tres hijos es 36 y la suma es igual al número de ventanas de la casa de enfrente, la blanca”. La matemática, luego de contar las ventanas de la casa de enfrente, afirma: “Me falta un dato”. Ni corta ni perezosa, su amiga se lo da: “El mayor tiene un lunar en la frente”. ¿Qué edad tiene cada muchacho? La pregunta no es tan complicada de responder ahora que se tienen los datos indispensables para despejar todas las incógnitas. Las edades de los niños son 9, 2 y 2 años. Pensemos un poco. Si, por ejemplo, la matemática hubiera contado diez ventanas, habría contestado: “Las edades son 3, 3 y 4 años”, pues 3x3x4=36 y 3+3+4=10, lo mismo en los demás casos. Pero ella ha contado 13 ventanas y en este caso las edades pueden ser 2, 2 y 9, o también, 6, 6 y 1, por lo que dice: “Me falta un dato”, que su amiga le da: “El mayor tiene un lunar en la frente”, o sea, hay hermano mayor, lo que no sucede en 6, 6 y 1, pero sí en 2, 2 y 9. No era tan difícil.

*Fuente: https://rebelion.org/curiosidades-matematicas-2/

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Coronavirus, llave de la Caja de Pandora

Por: Rodolfo Bueno

Como traídas por el aguaje, llegaron las consecuencias del coronavirus: en todo el mundo hubo cierre de fábricas y empresas; se vio afectado el transporte y el turismo, así como los mercados bursátiles y de materias primas; se cerraron las fronteras, los lugares de esparcimiento y estudio; los hospitales se abarrotaron y es patética la escasez de instrumentos médicos y medicinas. La Organización Mundial de la Salud pronostica que esta epidemia traerá consecuencias desastrosas para la economía mundial, porque perturbará el comercio y el turismo, principales motores económicos del planeta, algo para lo que nadie se ha preparado. Es que este mal golpea no sólo a la salud pública sino también a todo el sector productivo, impidiéndole cualquier crecimiento y elevando las pérdidas globales a muchos billones de dólares.

Moody’s Analytics publicó que la propagación del coronavirus podría convertirse en un ‘cisne negro’, peor que el de la crisis financiera del 2008. Kristalina Georgieva, Directora del FMI, informó que el coronavirus es un grave riesgo para el crecimiento económico mundial. Expertos del Banco Alemán estiman que el PIB de EEUU podría caer un 13% y el banco de inversión Goldman Sachs advierte que la economía estadounidense se podría contraer en un 24% para el segundo trimestre del 2020.

La situación se semeja a una guerra mundial sin visos de un final cercano. Están en juego millones de vidas de seres humanos y para enfrentar el problema se hace evidente la desorganización y la falta de coordinación de algunos estados, que más bien han decretado un zafarrancho de tipo, sálvese como puedan.

Pasa que la globalización funciona de maravillas y es factor de expansión cuando todo es lindo y hay paz, entonces la economía crece y entre las empresas y los países existe una conexión profunda, pero ante la actual situación, cuando el coronavirus golpea la economía mundial, cuando se paraliza la circulación de bienes y personas, cuando se vive bajo un estado de sitio universal, todo falla y se vislumbra un colapso global cargado de problemas irresolubles, lo que es el fin de la globalización, tal como se la conoce.

La pandemia no se hubiera convertido en este duro golpe de no ser por las condiciones sociales reinantes antes de su llegada, cuando en el sistema económico, generado por la globalización, se había acumulado los grandes desbalances que provocaron la actual inestabilidad social y política, pues la fase capitalista neoliberal había tocado fondo; en otras palabras, de no ser el coronavirus, la crisis hubiera estallado por algún otro pretexto. Falta por saber si en este mundo habrá un núcleo humano capaz de imponer una sociedad superior a la actual, que instaure el principio de equidad natural.

Noam Chomsky sostiene que el modelo capitalista neoliberal colapsa necesariamente porque no tiene medios ni valores morales para afrontar los problemas que conlleva la crisis, lo que se comprueba cuando no puede sustentar un sistema de salud endeble. No hay todavía un análisis profundo de las consecuencias de esta crisis, aunque es evidente que por su magnitud supera ya a la crisis financiera del 2008. Tampoco es posible prever los cambios sociales que se den cuando se apacigüen los males actuales, por lo que todo lo que se diga es mera especulación basada más en la intuición y en los buenos deseos que en la ciencia.

Se vaticina que el mundo financiero de la zona euro se verá profundamente afectado en las áreas de importaciones y exportaciones, además, por una fuerte caída del sector industrial. Esta zona, que desde antes crecía débilmente, se encamina ahora hacía una recesión más profunda y se evidencia que la Unión Europea, UE, modelo de una integración ideal, está condenada a desaparecer si no se sustenta en nuevos principios solidarios, que den paso a una colaboración mutua que permita superar problemas, no como ahora, cuando son incapaces de la asistencia común, porque es un bochorno que Italia debiera ser auxiliada por Rusia, China, Cuba y Venezuela -países que ellos, junto con EEUU, sancionaron-, pues la UE no respondió a sus peticiones de ayuda. La UE debe morir, ya sus dirigentes no cogen el toro por los cuernos y su existencia no tiene sentido si no cambia sus oxidadas y arcaicas estructuras. ¿Qué pensar si Alemania prohíbe vender mascarillas a Italia? Que olvidó lo que le pasó hace 75 años, cuando quedó arruinada por la guerra y el mundo la ayudó.

António Costa, Primer Ministro de Portugal, rechaza la postura de Holanda sobre las medidas que se deben tomar para superar la crisis económica y social, creada por el coronavirus, y la califica de repugnante. Para Pedro Sánchez, Presidente de España, la UE no está a la altura de las circunstancias y es inexistente como sujeto, porque le falta el sentimiento de solidaridad y ha tomado medidas muy tibias, lo que genera dudas de su legitimidad y demuestra que esa entidad, como tal, no existe y es sólo un conglomerado de gobiernos que ante una situación tan difícil como la actual no tiene capacidad para dar respuesta y plantea, lo que es muy lamentable, que cada país resuelva sus problemas como pueda.

Dice: “Hay dos bloques dentro de la UE: uno liderado por España, Francia e Italia, que pide medidas contundentes y conjuntas para afrontar la crisis, y otro, en el que están Alemania, Holanda y Austria, que insiste en un sálvese quien pueda. Europa debe ponerse en pie, si me permiten la expresión, una suerte de economía de guerra y promover la resistencia, y luego la reconstrucción y la recuperación europea”.

Esta pandemia plantea a los gobiernos de Occidente un enorme dilema: ¿para resolver este tipo de problemas se debe o no revisar las bases del sistema político por el que se rigen en la actualidad? -pues China, Rusia y Cuba demostraron tener un mecanismo de seguridad social más efectivo sin que necesariamente comulguen con los principios de la pseudo democracia europea-, más que nada porque, tal como van las cosas, los gobiernos de la UE y EEUU se enfrentarán a la disminución del consumo y las exportaciones, a la ruina de los servicios públicos y a un incremento gigantesco del desempleo, prácticamente, a un inevitable colapso económico, por lo que, en el plano social se podría dar un cambio ideológico del paradigma político, pragmático y total.

Soluciones reales hay, podrían la UE y EEUU, por ejemplo, eliminar el rearme de la OTAN, para con esos 400 mil millones de dólares incrementar los sueldos de los profesionales de la salud y de los sectores menos favorecidos de la sociedad, pero ¿quién le pone la cascabel al gato? La actual crisis debería abrir una oportunidad para el cambio, todo depende de cómo se desarrollen los acontecimientos y eso depende de lo bien que se organicen los sectores populares de la sociedad; caso contrario, la respuesta la da Pompeo con su oratoria belicosa de palo y más palo y mayor represión para los pobres y débiles.

Pese a que el Presidente Trump pretende ocultar los conflictos antagónicos que vive la sociedad de Estados Unidos, el coronavirus le obligará bajar del pedestal, enfrentar las graves dificultades de su país y tratar del inmenso desnivel en los ingresos, la inseguridad social, la pobreza, el abandono de la vejez, para que su sociedad no se sumerja en un verdadero caos. Sus habitantes, preocupados por la posible escasez de mercancías, empezaron desordenadamente a adquirir productos no perecederos y de primera necesidad, inclusive oro, armas y municiones, como si se prepararan para el peor escenario posible.

Por ahora, el gobierno de Trump, para paliar los estragos de la pandemia, promulgó la ley CARES, “que aportará un alivio muy necesario a las personas, las familias y las empresas”, y que consiste en la emisión de dos billones de dólares, un poco más del 10% de PIB de EEUU, para ser invertidos en hospitales y servidores de la salud; en la distribución de suministros esenciales; en el desarrollo de vacunas; en asistencia a comunidades estatales, locales y tribales y en ayudas a las empresas afectadas por la pandemia; además, establece la suspensión del pago de impuestos.

Suena bonito y por lo fácil parecería ser la solución ideal para todo el mundo. Sin embargo, surgen preguntas: ¿Por qué los demás países no siguen el buen ejemplo? Así, Colombia, Brasil, Rusia, la UE… con problemas similares, los podrían resolver de un sólo toque, emitiendo dinero por la libre, para luego bailar la sandunga. ¿Quién les impide aplicar un remedio sacado del arte de birlibirloque? ¿Será que tal vez el FMI lo prohíbe con el cuento de que podría desatarse una hiperinflación como la que por llevar a cabo actos semejantes se dio en la República de Weimar? ¿Por qué no se lo impide a EEUU? ¿Es que acaso estos dos billones de dólares, emitidos por EEUU, se disuelven taimadamente dentro de la economía mundial? En este caso, hasta los muertos de hambre de cualquier país miserable estarían subsidiando a la economía más poderosa del planeta, que, con razón, llama parasitaria el Presidente Putin.

¡Cuídanos Dios de EEUU!, que del coronavirus me cuido yo.

Fuente: https://rebelion.org/coronavirus-llave-de-la-caja-de-pandora-2/

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Vladímir Vissotsky y el zastoi

Por: Rodolfo Bueno

Este genial poeta, cantante, compositor y actor de cine y teatro, tal vez el intelectual de mayor relieve e influencia en la cultura de la moderna Rusia, hubiera cumplido 80 años el pasado 25 de enero. Oír y cantar sus canciones fue, y tal vez lo sea hasta ahora para los habitantes de ese gigantesco país, una de las principales actividades culturales. A pesar de que sólo, y muy de vez en cuando, se vendía un pequeño disco con pocas de sus tonadas, Vissotsky fue el evangelio sonoro de un pueblo enardecido que defendía sus derechos a expresarse. Jamás poeta alguno tuvo el privilegio de emitir un mensaje que fuese aceptado y comprendido en tal magnitud; él encarnaba lo incomprensible del alma rusa para un occidental.

En la década de los sesenta, el Estado no boicoteaba pero tampoco promovía la producción artística de este cantautor; sin embargo, la gente tenía una gran variedad de cintas con su ronca, sonora y agradable, aunque no melodiosa voz. El país se deleitaba y se embebía de sus canciones, en las que se relataba sobre la verídica vida que bullía en los subsuelos del socialismo, lo que la sociedad conocía al dedillo y el arte oficial se empecinaba en negar. Su crítica, directa e indirecta, era clara para una persona de mediana inteligencia, y a pesar de que no gozaba de la aprobación oficial, con el tiempo se volvió un ser intocable.

Vissotsky actuaba en el Teatro Taganka, tan apreciado que era más fácil conseguir entradas al Teatro Bolshoy que a sus espectáculos. Allí protagonizó a Hamlet, considerada la mejor interpretación de este personaje de Shakespeare, y a Galileo en la obra homónima de Bertolt Brecht. Previo a sus presentaciones, aparecía fuera del escenario ante sus admiradores y, al son de la guitarra, interpretaba sus últimas creaciones; el público las grababa, y al día siguiente todo el país las reproducía y su popularidad crecía como la espuma.

En 1967 se enamoró de Marina Vlady, afamada actriz francesa de ascendencia rusa, con la que contrajo matrimonio en 1969; este amor apasionado inspiró muchas de sus mejores creaciones. Luego de su prematura muerte, a los 42 años de edad, por un infarto, Marina se dedicó a la publicación de sus obras completas, que fueron recogidas en una veintena de discos de larga duración.

Su cuerpo fue velado en el Teatro Taganka y enterrado en Moscú en el cementerio Vagánkovskoye. Más de un millón de moscovitas asistieron a su funeral y hasta años después era imposible acercarse a su sepultura porque miles de sus admiradores formaban una abigarrada barrera que lo dificultaba. El ramo de flores que uno pretendía depositar en su tumba debía ser pasado de persona a persona para cumplir con este deseo. Vissotsky recibió el reconocimiento póstumo de Artista Meritorio de la Unión Soviética y hasta ahora es muy popular.

El cantautor se expresaba con fino humor, profundidad y belleza, tocaba las más sensibles fibras del sentir de los soviéticos, que lo bailaban en sus reuniones sociales, se reían de su irónico mensaje y hasta lloraban en ocasiones. Los intelectuales lo captaban con sagacidad, creían entender más allá de sus palabras, y aun los altos burócratas del Estado lo oían como un gran esparcimiento. Sus canciones eran el alma viva de un pueblo soñador, que cuenta con cientos de magníficos e incógnitos trovadores, y en ese entonces, como hasta ahora, amaba la poesía y se embelesaba recitándola. Sin duda, Vissotsky representó de manera veraz a su pueblo, y este es el porqué después de su muerte sigue siendo el poeta más apreciado y su aguerrida voz continúa aún sonando. Fueron las baladas de este trovador las que, a la postre, derrumbaron las taras de esa sociedad y eliminaron las arcaicas estructuras del socialismo soviético. El fenómeno artístico que lo caracterizó no fue el único, pero sí el más notable y estuvo enmarcado en el ocaso de una época conocida con el nombre de zastoi, que los rusos resumieron en las siguientes palabras: Queda prohibido lo que está permitido.

Durante el zastoi, algunas obras literarias, canciones, espectáculos, películas y obras plásticas fueron eliminadas de la luz pública. Por primera vez en la historia, el desarrollo cultural de toda una nación ocurrió de una manera, por decir lo menos, estrambótica. Esto significó, entre otras cosas, que el gran público no leyera Zhivago, de Pasternak, publicado sólo en el extranjero, y que a Tarkovsky, el director de cine preferido por Bergman, no le proyectaran sus películas. Las fotocopiadoras eran utilizadas con especial vigilancia y las obras no autorizadas llegaban al púbico gracias a los Samizdat, reproducciones “heroicas” hechas en máquinas de escribir por incógnitos mecanógrafos.

Los soviéticos eran un espécimen raro, el producto semielaborado de una fábrica que, cual cadena sin fin, arrojaba ininterrumpidamente intelectuales forjados al margen de lo oficial; además, se expandió la cultura Blatnaya, expresión artística de los bajos fondos, algo sin parangón en la historia del arte.

En aquella época a Brezhnev se le otorgó el premio Lenin, el más importante galardón literario de la Unión Soviética. Sus creaciones repletaban los estantes de todas las librerías, al mismo tiempo que era difícil encontrar a autores clásicos, y le hacían los más grandes elogios. Los miembros de la Academia de Ciencias se reunían para discutir acerca del “valioso aporte” que había efectuado este incógnito bardo de la literatura universal. Después de su muerte, pensé que alguna vez sus obras serían una rara reliquia, visité ‘Dom Knigi’, la principal librería de Moscú, y pregunté por ellas. “No las tenemos”, escuché por respuesta. “¿Dónde las podría encontrar?” “¡No lo sé, tal vez en el basurero!”, me respondió una simpática vendedora.

Durante el zastoi, la vida en la Unión Soviética tomó el aspecto de un armatoste congelado, parecía que ponían en práctica las palabras de Salomón: Nada nuevo hay bajo el sol. Las canciones trasmitidas por la radio, los espectáculos teatrales y, aunque parezca mentira, las noticias en todos los medios de comunicación eran las mismas que las de la década de los sesenta.

En aquel período se terminaron las ilusiones, nadie creía en nada ni veía la mínima posibilidad de reformas. La prensa se llenaba de discursos que no se leía, la televisión transmitía programas que no se veía, las librerías rebosaban de libros que no se compraba. Para mitigar sus desdichas, la gente se alegraba con buen humor y chistes semejantes al siguiente: interviene un norteamericano en un congreso de filología en Moscú y dice que toda su vida ha sido un estudioso del ruso y, a pesar de sus esfuerzos, no ha logrado entender la diferencia entre las palabras tragedia y desgracia. Un académico le explica: es muy simple. Imagínese que en los jardines del Kremlin pasea nuestro bien amado Leonid Ilich, me refiero a Brezhnev. Supongamos que él se resbala, se cae y se muere. Esa sería una verdadera tragedia nacional, pero, por desgracia, esto nunca sucede.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=237160

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La crisis global

Por: Rodolfo Bueno

¿Por qué nadie dice nada y no se hace caso al que habla? ¿Acaso no conocen que hoy circula demasiado papel moneda? ¿Será tal vez porque no se adquiere al mismo tiempo la totalidad de bienes?, puesto que bastaría con que algunos multimillonarios intentaran adquirir las posesiones del mundo, para que cayeran en cuenta de que para tanto dinero virtual no hay suficientes bienes terrenales. Según Chomsky, nueve de cada diez dólares que circulan por el mundo son especulativos y nada ni nadie los respalda.

Por otra parte, quien luego de su jubilación desee una buena pensión coloca su capital en un fondo de pensiones y aspira conseguir la más alta rentabilidad posible, sin que le importe lo que el banco haga con su dinero ni que ese lucro esté por encima del crecimiento real de los bienes y servicios globales. Nada le importa, sólo quiere réditos. ¿Y qué hace el banco con esos fondos? Prestarlo para obtener utilidades. Todo es legal, se trata de negocios, y de nada más.

Lo más importante, complejo y oscuro de este asunto, es que en el mundo existe una enorme deuda, contraída bajo la expectativa de que la economía mundial continuará expandiéndose como en el pasado, que existe el crecimiento continuo y que quien pide un préstamo va a vivir económicamente mejor cuando lo pague que cuando lo obtuvo, porque la probabilidad de que pague el capital y los intereses es alta. Debido a este crecimiento las corporaciones van a seguir desarrollándose y, bajo este supuesto, casi todo el mundo podrá cancelar sus deudas e intereses.

Se minimiza la posibilidad de que cuando los deudores deban reembolsar los préstamos estén en peores condiciones económicas que cuando se endeudaron, que no tengan empleo y no puedan pagar sus deudas, no se toma en cuenta el riesgo de que las empresas endeudas quiebren o sean incapaces de reembolsar sus deudas por causa de que muchos de sus deudores suspendieron sus pagos, ni la imposibilidad de cobrar los créditos otorgados, sea a bancos, a compañías de seguros o a fondos de pensión, que pudieran tener dificultades financieras; en estas operaciones se subestiman los cálculos del riesgo financiero. A mayor descuido en el manejo de los créditos, mayores beneficios para las empresas crediticias, parecería rezar este letal axioma. Los malabarismos numéricos y la falta de control del riesgo financiero han desencadenado el actual caos económico y encubren la futura crisis.

Tampoco se considera la eventualidad de que las empresas de inversión pudieran hacer estafas premeditadas, vendiendo bonos con datos distorsionados para embaucar a los tenedores. Por ejemplo, así actuó Lehman Brothers, que poco antes de su colapso ocultó en sus balances 50.000 millones de dólares de activos con problemas, método que, para evitar restricciones a su endeudamiento, fue copiado por algunos gobiernos. Grecia evadió los controles de la Unión Europea, lo mismo hizo Portugal para tomar préstamos del Deutsche Bank. Esto hizo tambalear a todo el sistema financiero mundial y desató la sensación generalizada de que pronto sobrevendría el colapso global. La pesadilla se volvió de espanto cuando Dubai cesó el pago de sus obligaciones, pues los jeques despilfarradores no pudieron cancelar sus deudas.

También pudiera pasar que para ese entonces existiera tanta deuda incobrable que los bancos, las aseguradoras y el sistema monetario se derrumbaren; entonces, para que el sistema no colapse, los gobiernos se harían cargo de las deudas, lo que probablemente conduciría a una hiperinflación. De ser así, la gente y las empresas perderían sus ahorros, ya sea porque no habría dinero disponible o porque, por la inflación galopante, el dinero valdría tan poco que no serviría para nada. En ambos casos, las transacciones simples, como son la compra de alimentos o el pago de salarios, serían muy difíciles de realizar; en cualquier caso, el mundo venidero sería bastante distinto del de ahora.

La crisis actual es el efecto directo de la globalización, porque los productores buscaron fabricar sus productos a un menor costo gracias a los bajos salarios existentes en la China e India. Esta producción, sin el adecuado salario, dificulta la venta de los bienes que se han incrementado por encima de su demanda. Se oculta, por lo pronto, que la crisis económica-financiera es la parte visible del problema, es sólo el efecto y no la causa, pues la misma tiene sus verdaderas raíces en el agotamiento de los recursos petroleros, sustento de la sociedad moderna. El modelo actual de desarrollo se está agotando pero, al mismo tiempo, está devorando la parte bella del planeta.

El abaratamiento del petróleo es momentáneo, es parte de la guerra económica que se da entre las grandes potencias; sin embargo, a medida en que sus reservas disminuyan se producirá una subida vertiginosa de los precios del petróleo. Es inevitable la escalada de los precios del petróleo, de las materias primas y de los alimentos y será provocada por el pánico especulativo, que no se rige por la racionalidad del mercado, aunque la mayoría de los economistas suponga que las leyes del mercado son inmutables. Bastaría con que se produjera un conato de guerra en el golfo Pérsico o el estrecho de Malaca, para que el mercado de alimentos tuviera poca oferta para sus clientes y los más de 300 millones de vehículos que hay en EEUU se quedasen sin combustible. La crisis energética es más dañina que la económica-financiera.

El alto precio del petróleo genera el incremento del costo de cualquier tipo de energía y, por ende, el de los alimentos, porque el petróleo se usa para producirlos, trasportarlos y consumirlos. El sistema productivo actual se vería afectado porque los derivados del petróleo se utilizan en todo medio de producción. La crisis global obligaría a la gente a adquirir los bienes indispensables y no comprar los suntuosos, lo que conlleva el cierre de empresas y que la crisis se profundice. Los que pierdan sus trabajos no podrían pagar ni las hipotecas ni las deudas. Claro que se está a tiempo para planificar modos de producción que sustituyan a los actuales, pero nadie lo hace.

El uso intensivo de los recursos naturales, el petróleo, el gas natural, el agua dulce y las tierras cultivables, contribuye a la contaminación del aire, de la tierra y del agua del planeta y parece que también, al calentamiento global. Por eso, parte importante de la crisis actual es la degradación del medio ambiente, pues el desastre climático actual es superior a todo lo conocido hasta ahora. Últimamente, el deshielo de los glaciares y el crecimiento del nivel de los océanos y mares han provocado el incremento del deterioro ambiental y ojalá que no se llegue al límite en que estas deformaciones se conviertan en un fenómeno irreversible. Es ruin que la degradación de la naturaleza se la atribuya a la irresponsabilidad del hombre, sin señalar al verdadero culpable, el sistema productivo actual que de por sí mismo es autodestructivo. La crisis ambiental es consecuencia de un sistema social basado en el lucro, y sólo en el lucro, que se sustenta en el consumo de los recursos no renovables, que emiten gases de efecto invernadero (GEI) y contribuyen al calentamiento global.

Es patética la falta de acuerdos gubernamentales para solucionar el deterioro ambiental. El Presidente Trump se niega a pagar el costo de evitar el desastre y no hay razón que escuche ni fuerza que le obligue a acordar algo; en consecuencia, las emisiones dañinas no se reducen ni se establecen mecanismos para lograr este objetivo. Estados Unidos bloquea cualquier tratado, pese a que consume el 25% de los recursos petroleros y sólo posee el 5% de la población mundial. El resto del mundo no se queda atrás y se resiste a limitar su crecimiento o a considerar controles externos sobre sus emisiones.

La concentración de GEI en la atmósfera es mucho mayor a partir de la era industrial que todo lo que hubo antes en la historia. Tal como van las cosas, el problema se seguirá complicando porque no se toman medidas correctivas para evitar que los casquetes polares y los glaciares se sigan derritiendo y que se incremente la temperatura global de la Tierra en dos décimas de grado centígrado por década. Lo peor del caso es que en la medida que el planeta se caliente, menor será su capacidad de absorción de GEI y el calentamiento global y el aumento del nivel de los océanos continuarán en los siglos venideros aunque se adopten los correctivos exigidos.

El cambio climático es en parte resultado del consumo excesivo de combustibles fósiles y la solución consiste en revertir el modelo de desarrollo actual, sustentado en la explotación inmisericorde de la población más vulnerable, con consecuencias lesivas para el habitante de las zonas de alto riesgo. La salida racional es establecer un renovado modelo de desarrollo, bajo en emisiones de GEI, o sea, la adopción de un sistema social en el que la austeridad para todos sea determinante en las normas de vida. Pero los poderosos han decidido acusar a los pobres de destrozar el planeta y culpan al exceso de población en la Tierra, mayoritariamente miserable, de ser el causante del cambio climático, lo que es una verdadera falacia, pues lo cierto es que el 10% de la población rica produce el 90% de la contaminación ambiental; un multimillonario malgasta en diez minutos de su ostentosa vida más de lo que cualquier pobre consume en el transcurso de su paupérrima existencia.

Culpables de la crisis actual no faltan: los banqueros ambiciosos, los políticos venales, los prestamistas imprudentes o una combinación de los tres. Surgen preguntas: ¿Cómo es posible que esa gente se comporte como se comporta? Si a nadie le gusta perder dinero, ni siquiera el banquero sin un ápice de escrúpulos, ¿entonces por qué tomaron tales riesgos suicidas? Tal vez la repuesta se encuentre en Epimeteo, personaje de la mitología griega que no ve más allá de sus narices y sólo reflexiona tardíamente, o el poema de Goethe según el cual el hombre es un aprendiz de brujo.

El éxito de este sistema autodestructivo significará el suicidio de la humanidad, será el inicio del caos, de un nuevo orden muy difícil de entender para los que tenemos un buen trabajo y una vida cómoda. El mundo se volverá estrecho para el género humano y no habrá cabida para todos, especialmente para los que lo hemos despedazado con nuestra vida fantoche; sus pedazos caerán sobre nosotros, cubriendo nuestras sepulturas. Lo que nos espera no es la anarquía, que sería una bendición si aconteciera, es la venganza cruel de los que heredan una naturaleza en ruinas. Desastrosa. Y será peor que las pestes del medievo; se trata del colapso global luego del sálvese el que pueda.

¿Hay salida? Sí la hay, y está en nosotros. Debemos generar un cambio de consciencia, comenzando con la nuestra propia. Para que todo cambie, uno mismo debe cambiar. No es fácil, pero es indispensable. La revolución es espiritual.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=236470

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¿Cacería de brujas?

Por: Rodolfo Bueno

No, Presidente Trump, no son brujas las que cazan sus enemigos, es a usted al que pretenden cazar y es posible que intenten que usted dé su visto bueno al golpe de Estado o al magnicidio que se gesta en su contra. No se explica de otra manera la trampa que le tiende MacCain, quinta columna de su partido en el Congreso, quien, sin presentar la mínima prueba, sostiene que “el proyecto de ley permite finalmente responsabilizar a Rusia por su desvergozado ataque contra nuestras elecciones presidenciales del 2016”.

El método siempre es igual, en este caso se ha creado un bodrio sobre un complot ruso en el que su persona está involucrada; después lo juzgan por ser partícipe de esta ficción. Increíble, son dignos del premio Nobel a la tramoya.

Las sanciones contra Rusia por una supuesta intervención, que deben ser aprobadas por el Congreso estadounidense, van en la realidad dirigidas contra su persona; por eso están ligadas a las sanciones contra Irán, para amarrarle las manos. O las firma, equivalente a que se ponga la soga en el cuello, o no las firma, que casi es lo mismo.

No tienen un pelo de tonto, porque lo meten en un callejón sin salida, pero tampoco de cuerdos, porque dan un paso más hacía el abismo de una nueva guerra civil, cuyos primeros disparos se hicieron en el partido de amistoso de béisbol que jugaban los congresistas y en las peleas callejeras que se dan entre sus partidarios y oponentes.

El método que usan no es político en el sentido de Aristóteles, quien sostiene que “la política es el arte de lo posible”, sino politiquero a la usanza de los bajos fondos, donde todo se embadurna con estiércol, del más apestoso, destinado a caldear a la opinión pública en su contra, más allá de lo caldeada que está ya.

Mientras tanto, el odio irracional crece entre la gente del pueblo, no hay diálogo y menos aún, sentido común. La situación se torna semejante a la que escribía Mao, cuando “una sola chispa puede incendiar una pradera”. ¿Qué hacer? Se diría que meditar y meditar antes de firmar un mamotreto. Si lo firma se habrá adentrado en las fauces del lobo, si no lo firma, la batalla continúa. Si lo firma, tendrá que en adelante firmar todo lo que le presenten, si no lo firma, la batalla continúa. Si lo firma, pasará a la historia como un borrego más, si no lo firma, la batalla continúa. Si lo firma, olvídese de todas sus propuestas electorales, si no lo firma, la batalla continúa.

Pero hay un hecho cierto, independiente de lo que usted haga, el mundo sigue su marcha. Imagínese por un momento que usted lo firmara, Europa no se va a quedar con los brazos cruzados. Eso advierten en un comunicado conjunto los cancilleres de Alemania y Austria, donde sostienen que en el proyecto de ley de EEUU se observa el endurecimiento de las sanciones antirusas, con la finalidad de presionar a los países europeos para introducir en su mercado la venta de gas americano caro en perjuicio del gas ruso. “Las medidas restrictivas que propone Washington claramente contradicen el derecho internacional”, suscriben ambos representantes estatales.

Por su parte, Rusia ha superado ya las viejas sanciones y sabrá neutralizar las que ahora pretenden eliminar su gas del mercado. Al buen entendedor, pocas palabras.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=228066&titular=%BFcacer%EDa-de-brujas?-

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