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Educación 3.0: una materia pendiente en un mundo digital

Por: Patricia Fernández Mainardi.

La incorporación de los celulares en segmentos cada vez más jóvenes de la población y la utilización de soportes digitales para la enseñanza ha hecho que la tecnología esté cada vez más presente en las aulas. Para aprovechar sus grandes potencialidades, es fundamental que alumnos y docentes adquieran nuevas habilidades que no siempre se aprenden de forma orgánica. DEF dialogó con distintos expertos sobre el vínculo actual entre educación y tecnología en los distintos niveles de la educación. Todos ellos coinciden en afirmar que la tecnología digital debería ser parte de la solución en el sistema educativo, pero aclaran que no se trata de una receta mágica.
Luciana Alonso, directora de Eutopía –un modelo de transformación educativa en red que alcanza a 16 escuelas secundarias de la ciudad de Buenos Aires–, define el presente como «una oportunidad para recrear el campo educativo». Esta experta hace hincapié en que la generación de conocimiento se ve potenciada por la tecnología, pero que no alcanza solo con ella. «Los avances en el mundo de la informática nos desafían constantemente y existen miradas muy diversas ante los cambios, propios de los procesos de transformación de la cultura escolar. Es necesario derribar el mito de que las tecnologías motivan más o convocan emocionalmente a los estudiantes. Son las propuestas educativas las que potencian los aprendizajes, no los dispositivos», asegura la especialista. «Aun así, debemos interpelar las prácticas de enseñanza para problematizar el modelo escolar actual y asumir el desafío de buscar nuevas formatos pedagógicos», agrega.

Por su parte, Gisela Schwartzman, coordinadora pedagógica del Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), plantea que en la relación entre educación y tecnología aparecen posiciones ambivalentes y que se trata de buscar una síntesis: «Para algunos la tecnología va a resolver todos los problemas del sistema educativo; otros tienen una mirada apocalíptica. En ambos casos, la mirada es ingenua. Hay una mirada más madura, la que plantea que ni resuelve todos los problemas ni trae todos los males. La pregunta ya no es si adoptamos o no la tecnología, sino qué hacemos con ella».
Acostumbrado a recibir alumnos interesados en tecnología, arte y diseño a partir de programas de estudios innovadores, Carlos Martínez es actualmente uno de los directores de la Escuela Da Vinci. Él apuesta a la evolución del aprendizaje a través del uso de las nuevas herramientas tecnológicas: «De alguna manera, tiene que existir una convivencia. Son herramientas que terminan mejorando la calidad de la educación. Hoy por hoy, el estudiante termina siendo multidisciplinario, la incorpora fácilmente. No es un obstáculo, siempre que se trabaje de forma clara y con procesos fáciles de incorporar». Sin embargo, Martínez manifiesta que esa relación aún debe continuar su proceso de maduración. Para él, por ejemplo, pese a la presencia de tecnología en las aulas, «el rol activo del profesor sigue siendo sumamente importante».
Matías Cortiñas, gerente de Innovación Educativa de la Universidad Austral, plantea que el vínculo entre ambas áreas es tenso ya que, de alguna manera, la tecnología llega para cambiar el statu quo de la educación, lo que implica una ruptura con los paradigmas tradicionales. «El profesor pierde vigencia como eslabón principal del conocimiento, ante la democratización de la tecnología y de la información. Si bien estamos en el comienzo de un largo camino, los avances de los últimos años han acelerado la incorporación de las tecnologías en las propuestas educativas a nivel global, como así también en otros sectores socio-económicos. Pero, como en todo comienzo, hay mucho de aprendizaje para que su inserción sea genuina», explica.

El profesor pierde vigencia como eslabón principal del conocimiento, ante la democratización de la tecnología y de la información

Alberto Allemand, rector de la Universidad CAECE, señaló: «La universidad es consciente de estos cambios y de su impacto. Por un lado, utiliza la tecnología como herramienta al ofrecer educación a distancia. Por otro, tiene presente a la tecnología en el proceso de generación de conocimiento». Cortiñas brinda su perspectiva sobre la educación en línea: «En su momento fue estigmatizada como de baja calidad. Hoy su calidad no se mide por el medio en el cual se ofrece, sino por el renombre o el posicionamiento de la universidad. Es difícil dudar de la calidad de propuestas en línea de las universidades más prestigiosas del mundo y una razón es que los procesos de calidad, que tienen para que sus programas presenciales sean trasformados, adaptados y extendidos a este tipo de propuestas educativas. Además también dio paso a la educación no formal, con el surgimiento de distintas plataformas que ofrecen propuestas educativas y que cuentan los la suscripción de millones de estudiantes de todo el mundo».
Un caso testigo es de la aplicación BuscaTuClase (www.buscatuclase.com), plataforma creada por el presidente de la Fundación Criteria, Santiago Tito, que se presenta como la mejor manera de encontrar docentes particulares y cursos, generando un perfecto equilibrio entre la oferta y la demanda. Esta aplicación ha logrado vincular, de forma gratuita, una red educativa de 6.000 personas, entre profesores y alumnos, a lo largo y ancho de nuestro país.

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El aprendizaje online es una modalidad que gana cada vez más adeptos. Foto: buscatuclase.com

El impacto del recambio generacional

Los denominados «nativos digitales» tienen la tecnología incorporada a cada ámbito de su vida. «Debemos tener en cuenta que las nuevas generaciones entienden la tecnología como algo más que está en su entorno y no como un factor especial a considerar. Esto hace necesario que el enfoque de la educación tenga en tenga en cuenta esta circunstancia», explica Allemand. Al respecto, Luciana Alonso afirma que «para los estudiantes es la ‘hora de la motivación’, ya que las prácticas de aprendizaje mediadas por tecnología los convocan emocionalmente, dado que recuperan rasgos propios de su cultura juvenil. A su vez, se reconoce en los docentes la pregunta legítima acerca de cómo la escuela da respuesta educativa en tiempos de cultura digital. Se vivencia la necesidad de interpelar las prácticas de enseñanza, problematizar el modelo escolar actual y asumir el desafío de buscar nuevos formatos pedagógicos».
Para Carlos Martínez, el alumno de hoy es más interdisciplinario. «Te  con chicos con un grado tal de curiosidad que van investigando porque quieren respuestas más inmediatas. Hay ciertos lugares en los que el alumno pretende que el profesor esté capacitado y, a su vez, esto hace que los docentes también estén más preparados. Yo lo veo como algo positivo», sostiene.
Gisela Schwartzman aportó una mirada distinta de este nuevo cambio vinculado al manejo de las herramientas digitales por parte de los chicos: «Hay un dominio fuerte, pero eso no los convierte en usuarios críticos». Desde su punto de vista, los chicos aún no logran generar conocimiento a partir de estas herramientas; para ello, es fundamental que los adultos puedan acompañarlo y «formarlos como ciudadanos digitales con una mirada crítica». Para Cortiñas, «las nuevas generaciones esperan que el proceso formativo los dote de capacidades que les permita ser atractivos al mundo laboral en el menor tiempo posible. Por su parte, la democratización de la tecnología ha favorecido la mentalidad emprendedora, que es un rasgo de las nuevas generaciones y las empuja a querer ejercer y crear productos y servicios para las necesidades de la sociedad. Además, demandan que los procesos de enseñanzas sean flexibles, personalizados, segmentados por microcertificaciones, y accesibles en cualquier momento y lugar. Esto marcará la agenda de la alta dirección de las universidades para poder estar a la altura dichas expectativas», subraya.

El futuro en las aulas

Los expertos vislumbran un futuro incierto. Gisela Schwartzman sostiene que, como sucede con el arte y la ciencia ficción, a veces imaginamos futuros tecnológicos que se basan en los aparatos, pero no vemos cómo se transforma la organización social. «Las escuelas van a seguir existiendo como son o van a ser más asediadas por estos desarrollos. Es todo muy poroso. Ya no es más lo que ocurre afuera o adentro del aula. Hay algo ahí que está tensionando la lógica escolar y universitaria, pero no sabemos hacia dónde va», explica.
Para Carlos Martínez, «lo que está pasando hoy con el docente es lo que puede pasar con el alumno del futuro. Hoy el docente debe adaptarse a las nuevas formas de educación. Por ejemplo, yo considero valido que el alumno pueda filmar al docente y llevárselo a su casa para repasar la clase. No debería existir impedimento, siempre que le dé un buen uso». Por otro lado, Martínez manifestó su preocupación por el futuro de aquellos chicos que no tienen acceso a la tecnología, ya que el futuro del empleo está vinculado estratégicamente. «Hay empresas que están tecnificándose y eso va a ser parte de un cambio más, como fue la revolución industrial», explica. Este especialista redobla la apuesta y propone gamificar –esto es, hacer más lúdica– el aula: «La gamificación, que viene de la palabra juego, existe. Es lo que permite generar otro tipo de trabajo en la clase, como colaborar, o bien hacer un trabajo, desarrollo y objetivo que incorpore tips que haga jugar a los alumnos».

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Los nativos digitales integran la denominada «generación táctil». Foto: Fernando Calzada.

Según Matías Cortiñas, el futuro de la educación y la tecnología está íntimamente ligado a los cambios que vivirán las nuevas generaciones: «Dentro de algunos años, los nativos digitales o ‘generación táctil’ buscarán propuestas académicas que estén acordes a sus expectativas y a sus formas de interactuar con el mundo que los rodea. En ellos se están gestando algunas características particulares que potencian estos retos. Todo tiene que pasar por un dispositivo smart y, me atrevo a decir, que el celular irá ganando cada vez más terreno; todo tiene que ser fácil de usar, rápido acceso a su objetivo; y todo tiene que pasar en el menor tiempo posible», explica.
A la hora de imaginar el futuro en las aulas, Allemand plantea la importancia de pensar en el mercado laboral: «Debemos prepararnos para un escenario de cambio que nos demandará una importante flexibilidad para adaptar contenidos, medios, herramientas y procesos. Este desafío abarca a todos, autoridades, docentes, alumnos». El directivo de la Universidad CAECE habla de «las dos i»: innovación e inspiración. «La innovación implica que, al momento de imaginar el conocimiento, se debe brindar a los alumnos herramientas en las que la tecnología funcione como un elemento transversal incorporado a todas las ofertas académicas; y, por otro lado, los docentes deberán ser inspiradores durante el proceso de aprendizaje y conseguir que el alumno desarrolle las habilidades y competencias necesarias para poder insertarse en el mundo cambiante y así poder abordar los trabajos del futuro».
En síntesis, la innovación es un desafío para el docente del futuro. Y, como explica Luciana Alonso, también es importante considerar las potencialidades que la tecnología puede brindarnos en las escuelas: «La posibilidad de ofrecer nuevas experiencias de aprendizaje, de comunicación mediante diversos lenguajes de expresión, de construcción colaborativa de conocimiento, y de motorización de los procesos de creatividad de los estudiantes». En ese sentido, sostiene que a través de la red de escuelas miembros de Eutopía, no solo imaginan sino que están haciendo realidad la posibilidad de una educación con capacidad de reinventarse tantas veces sea necesario.

Fuente de la reseña: https://www.infobae.com/def/desarrollo/2019/05/25/educacion-3-0-una-materia-pendiente-en-un-mundo-digital/

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Juego simbólico. ¿Qué es?

Por: .

Hablamos de juego simbólico como oposición o superación del juego literal. Es decir, es aquella actividad lúdica donde el niño -o incluso el adulto- representa, ensaya, proyecta, fantasea, etc, a través de juguetes o conductas de juego.

¿Cómo diferenciar el juego simbólico del juego sin más?

El juego es, en general, aquella actividad recreativa, de ocio, que nos gusta y en la que nos lo pasamos bien. Hablamos de juego simbólico para hacer referencia al tipo de juego donde se hace uso o predominan los símbolos. Es decir, donde los objetos que utilizamos tienen un significado añadido, donde de algún modo se transforman para simbolizar otros objetos que no están ahí. Objetos, pero también conductas, cuando lo que se hace representa algo distinto, tiene significado añadido. Es cuando lo real pasa a ser imaginario, lo literal se convierte en fantasía. Por ejemplo, una raqueta de tenis puede servir para jugar a tenis -juego literal- o bien representar una raqueta de las que se pone en los pies un explorador del polo norte en medio de una tormenta de nieve -fantasía, simbolismo-.

Como se puede intuir, no hay una frontera clara que delimite lo que es literal de lo que es simbólico, sobretodo cuando consideramos que los humanos somos seres eminentemente simbólicos. En el ejemplo anterior, uno podría jugar al tenis con la raqueta en cuestión, pero imaginando que él es su ídolo deportivo, un tenista famoso, imitando su estilo de saque, sus poses, etc.

¿A qué edad empieza el juego simbólico?

Se considera que la edad de inicio para el juego simbólico es a los dos años, según la madurez de cada niño. Aparece cuando este ha adquirido la capacidad simbólica, es decir, la capacidad de crear y manejar símbolos, como representantes de la realidad. El principal instrumento simbólico es el mismo lenguaje.
En el juego simbólico, el niño imita muy a menudo la vida cotidiana de los adultos, reproduce los dibujos animados o películas que ve, crea situaciones o escenarios nuevos, fruto de su cada vez más amplia imaginación. O incluso proyecta sus conflictos internos, canalizando tensiones y deseos, miedos, que representa para entender mejor. Por ejemplo, cuando el niño riñe a su muñeca porque no quiere comerse la verdura, o al contrario, adopta un rol más permisivo y le deja comerse los postres.

Juego simbólico y desarrollo

La capacidad de simbolización empieza en el segundo año de vida, y se desarrolla a lo largo de la infancia, apoyada a través del lenguaje y de su complejidad, que también va en aumento.
Un hito importante en el juego simbólico es el juego compartido. Primero con la madre, más tarde con los otros niños. El lenguaje permite llegar a acuerdos con los niños que comparten el juego. Esta colaboración se establece gracias a la implementación de un objetivo común, y a la aceptación de unas mismas normas de juego. Así, pues, conforme el niño y la niña se van haciendo mayores, el juego gana complejidad, y pasa de ser eminentemente individual a realizar-se en grupo. Un juego simbólico de grupo que va a ser crucial para el proceso de socialización.
Pero no debemos olvidar que el juego simbólico es ante todo un juego, es decir, sirve para pasarlo bien. Pero además de este principio básico, hallamos en él otros beneficios. Aquí vamos a hablar de dos de ellos: como vehículo de aprendizaje y cómo instrumento de terapia.

El juego simbólico como instrumento de aprendizaje

En el aula, al menos hasta los seis años, el juego simbólico es probablemente el mayor instrumento de aprendizaje que existe. Y las escuelas son muy conscientes de ello.
rincon juego simbolicoHabitualmente, se organiza el aula en rincones. Se trata de espacios temáticos, por ejemplo: una cocina de juego con utensilios típicos para cocinar, alimentos; un rincón de cuentos, de tamaños y texturas diferentes; un rincón de peluquería; otro rincón de coches, con garajes, diferentes modelos de coches, etc; un rincón de música, con instrumentos adaptados a cada edad…
Organizar la clase en rincones es una estrategia pedagógica que persigue el desarrollo de los distintos aprendizajes del niño en función de sus necesidades, y a la vez permite su integración. Se organizan pequeños grupos que juegan a la vez, con supervisión de sus maestros y pedagogos. Jugando interactúan entre sí, imitan a los adultos, se ponen en su lugar, y van co-construyendo sus propias narraciones simbólicas sobre la realidad social. Desarrollan la imaginación, la creatividad, que negocian con su pequeño grupo, a fin de crear una narración compartida. Se expresan e intercambian emociones, positivas y negativas. Se crea liderazgo, se aprende a tomar decisiones personales y en grupo. De este modo, la inteligencia emocional y la racional se van desarrollando con el sólo acto de jugar.

Para seguir profundizando en el tema, os recomiendo leer el post Por qué todos los niños deberían jugar con materiales no estructurados, y en general hacer una ojeada a diversos artículos del blog. Como bien dice su autora, no todos los juguetes tienen el mismo potencial de simbolización, y ese es un factor que debería tenerse presente. En general, los juguetes o los ambientes estructurados exigen menos imaginación, y por tanto menos exercicio de simbolización, que los no estructurados.

El juego simbólico como instrumento de terapia

El juego simbólico es esencial para el desarrollo de habilidades cognitivas, lingüísticas, emocionales y sociales en los niños. Por ese motivo es un instrumento privilegiado para utilizar cuando surgen dificultades a cualquiera de esos niveles, y desplegar un buen enfoque terapéutico. El juego simbólico amplifica las habilidades verbales para poder expresar pensamientos, sentimientos, reacciones y actitudes con más claridad en la edad temprana de la infancia.

Muchos terapeutas, pues, utilizan el juego en terapia, lo que se conoce como terapia de juego. Es muy útil para establecer una buena alianza con el niño, a partir del juego compartido entre terapeuta y el pequeño paciente. Ayuda éste a expresar sus sentimientos, su vergüenza, su frustración, su miedo, su angustia, y ayuda al terapeuta a entenderlos a través de los personajes del juego. El niño habla a través de ellos. Y el terapeuta también. El juego es un espacio protegido, donde la realidad es expresada indirectamente, con menos censura y menos resistencias. Es un espacio donde crear o proponer alternativas, sin miedo a equivocarse. Se crean historias y se construyen narraciones que apuntan a lo real, a lo que el niño y la niña viven en sus vidas reales, en casa o en el colegio, con los padres, hermanos, compañeros. Y todo esto a través del juego simbólico.

Porque, hasta cierto punto, el juego es para el niño lo que el lenguaje es para el adulto; y los juguetes son para él lo que las palabras son para nosotros. Por lo tanto, cuando el terapeuta juega, se pone al nivel de su pequeño paciente. Habla su lenguaje, le escucha, crea y pone significado a lo que va ocurriendo, y le pregunta por su mundo interno a través de los personajes en juego.

Pero no todos los juguetes sirven para la terapia, y cada uno tiene su potencial particular. Hay juguetes que representan la vida real, como por ejemplo los muñecos y muñecas, un maletín de médico, instrumentos de cocina, herramientas de carpintería… Otros juguetes simbólicos sirven para la expresión y la representación de la agresividad y el miedo, como soldados, pistolas, espadas de plástico, serpientes, tiburones, etc. Otros juguetes están más orientados a la expresión creativa y artística, como el barro, los lápices de colores, y material diverso para dibujar, pintar, moldear… En terapia, es recomendable disponer de todo el abanico, ya que cada categoría de juguete permite plantearse diferentes objetivos en el trabajo terapéutico.

Fuente de la reseña: https://www.simbolics.cat/cas/juego-simbolico-que-es/

 

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En 10 años creció 28% la oferta de jardines de infantes, pero aún hay muchas desigualdades

Por: eldebate.

Entre 2007 y 2017 se matricularon 325.000 alumnos más. Pero a la sala de 3 no asiste el 59% de los chicos y se demora la sanción de una ley para hacerla obligatoria.

La oferta y la matrícula de jardines de infantes crecieron en Argentina en los últimos 10 años. La cantidad de chicos que van a salas de 3 a 5 años subió un 23,8% desde 2007 hasta 2017, mientras que aumentó en 27,9% la oferta de divisiones (grupos de estudiantes), según un relevamiento del Observatorio Argentinos por la Educación con los últimos datos oficiales disponibles.


Todo esto se da en medio de un proceso de gran desigualdad: los chicos pobres, de las provincias con menos recursos, son los que menos acceso tienen a un jardín de infantes de calidad.


La mejor forma de observar estas diferencias es a partir de la cantidad de años de jardín a los que tienen acceso los chicos. De acuerdo a los datos de Unicef, 6 de cada 10 chicos de 3 años no van al jardín en la Argentina.

La obligatoriedad, en sí misma, no hace magia, pero cualquier ciudadano puede demandar al Estado si no ofrece el servicio, y esto impulsa a los gobiernos a hacerlo posible. La sala de 5 es obligatoria desde 1993 y ahora está prácticamente universalizada en el país. La sala de 4 se hizo obligatoria en 2014 y a partir de entonces se expandió en forma sostenida.

Fuente de la reseña: http://www.eldebate.com.ar/en-10-anos-crecio-28-la-oferta-de-jardines-de-infantes-pero-aun-hay-muchas-desigualdades/

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Emoticones en lugar de emociones

Por: Pedro Ángel Palou.

Usamos unas trescientas palabras (cinco mil los que tienen un gran vocabulario) de las 283 mil aproximadas del idioma castellano. El diccionario de la Real Academia tiene 88 mil vocablos y se suele agregar un treinta por ciento más a ese léxico disponible por motivos de diferencias dialectales, con lo que al menos hay cien mil palabras a nuestro alcance. Un adolescente promedio textea 3,200 veces al día. ¿Qué palabras usa? Ya lo dije, con tristeza, trescientas palabras a lo más. Ah, perdón, es que sustituye las palabras con emoticones. Es una de los peores inventos de la era del internet. Los iconos sustituyen nuestra capacidad de expresión. El icono que en inglés llaman pulgares arriba (thumbs up!), que indica me gusta (otra rebaja de la calidad de la lengua que le debemos a Facebook), tiene ahora colores de piel, para que lo hagamos más personal. Nada parecido a la verdad. En realidad sustituye cientos de expresiones distintas que ahora no tenemos que producir. Shit, para carajo o mierda, es sustituido por un emoticon de excremento con una expresión de curiosa felicidad. Pero en realidad en medio de todas esas posibles cosas que podemos decir con el dibujito, hay una serie de matices que se van perdiendo.

Esta entrada de hoy en 24 horas tiene que ver con los matices. Porque de ellos, de eso, es que está hecha la vida. No del blanco y negro, no del tú o yo, no del izquierda o derecha. Pero las redes sociales al empobrecer brutalmente el lenguaje lo que han producido es un mundo polarizado hasta la médula donde lo que ha desparecido es la sutileza. Esa que solo puede alcanzarse con las palabras. Y en la conversación con el tono, con el gesto, con el lenguaje corporal. El emoticón es la ausencia de emoción. Representa la anulación de la diferencia, esa parte de nuestra individualidad que, curiosamente, es la que nos hace humanos. Propongo, primero que los eliminemos de nuestras conversaciones escritas. Adiós. Para siempre. No los usemos. Utilicemos palabras, metáforas, metonimias. Buceemos de nuevo en la riqueza combinatoria del idioma, la que asombró a Saussure y que nos permite pensar que toda lengua (langue) implica un paradigma (un casi infinito posible) con una cadena hablada, con una concreción factible de lo imposible, si se quiere.

🙂

Este es el primer emoticón de la historia, (data de 1982 y ahora parece una pintura de Altamira) y vino de los signos de puntuación, de dos puntos, un guion y el cierre de un paréntesis. Era una smiley face, una sonrisa a la Sabritas. Nadie pensó en el daño que ese uso alternativo de los signos de puntuación tendría en el empobrecimiento del lenguaje. Y en el empobrecimiento de la expresión individual, aparentemente el único objetivo de tener un lenguaje. Lo que podríamos denominar jeroglífico digital ha sustituido nuestras emociones.

LOL (Laugh out Loud), se convirtió en Face Tears of Joy, una carita que llora de felicidad por la hilaridad. En 2015, poco después de veinte años del primer emoticón inventado por Scott Fahlman para intentar producir cierto tono o ironía en el lenguaje digital, en la palabra del año del Oxford Dictionary. Por supuesto Samuel Johnson se estaría riendo de nosotros.

¿Jeroglífico o Digiflífico?  ¿Nos entendemos en realidad con la estandarización del sentimiento? No lo creo. Nos perdimos para siempre en lo colectivo, desapareció lo individual, la expresión. Un poeta mexicano ganó una beca del FONCA para escribir un poemario en emojis. No pienso entrar en la polémica sobre lo absurdo del caso. Lo que creo es que todos seguimos el juego, aunque lo critiquemos, de este nuevo mundo digital.

La velocidad ha sustituido a la personalidad. El vértigo al pensamiento y la tranquilidad soledad de quien sabe realmente estar solo –sin iPhone a la mano- es ya casi impensable. Nadie sabe estarse quieto, sosiego diría la tía mexicana. El otro día, en el metro ninguna persona (literalmente ninguna) estaba sola. Todos se acompañaban con sus tabletas, teléfonos pseudo-inteligentes, en un chat infinito y absurdo que nada comunica pero que da la ilusión de estar comunicado, conectado. En el barroco era el miedo al vacío, ahora es el miedo a estar solos.

En el camino lo único que hemos creado una generación desesperadamente ansiosa. Infinitamente conectada, con un múltiple espejo que le devuelve la nada: el FOMO (Fear of Missing Out) es nuestro nuevo nihilismo, nuestra enfermedad absoluta.

Vana  ilusión de estar conversando con alguien cuando en realidad nadie nos escucha ya.

 

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La excesiva carga burocrática asfixia la labor educativa de los maestros/as

Por: imageneseducativas.

Los profesores se quejan de que la burocracia asfixia su labor educativa. Cada día, tienen que dedicar muchas horas, la mayoría fuera del horario lectivo, al papeleo. Un trabajo ingrato pero obligatorio por ley, que resta tiempo para preparar las clases y, en definitiva, para enseñar. La labor, a veces, se hace interminable. Evaluaciones iniciales, todo lo relativo a los refuerzos a alumnado con necesidades educativas especiales, actas de evaluación, protocolo para los orientadores, partes de disciplina, faltas de asistencia, proyectos o programas europeos, planes de centro… Más el trabajo de elaborar las programaciones didácticas y los materiales… Cada vez son más los documentos que hay que rellenar y subir a Séneca, el programa de gestión de la Consejería de Educación. La mayoría de las veces fuera del horario lectivo. En algunos momentos del curso, cada profesor debe dedicar tres horas de su tiempo de descanso diario a sacar adelante esta carga burocrática.

En los colegios de Infantil y Primaria, los profesores tienen que dedicarse a la docencia directa desde las 9.00 hasta las 14.00 horas, «y no tienen tiempo material durante el horario lectivo para poder atender esta burocracia, que cada vez es superior»

Las quejas de los profesores se centran, fundamentalmente, en las evaluaciones, ya que tienen que rellenar más de 50 items por cada alumno. «Lo peor es la sobrecarga de trabajo que supone evaluar con tantísimos indicadores», se lamentan los docentes. «Se desvirtúa el proceso educativo. Ya no somos maestros sino evaluadores. Se reduce el tiempo para atender al alumno ya que tenemos que estar evaluando uno por uno. Y luego esa carga te la llevas a casa», continúan.

Los maestros de los colegios de Infantil y Primaria tienen 25 horas a la semana de horario lectivo de docencia directa y 5 de horario no lectivo o irregular. En total son 30 horas semanales de obligada permanencia en el centro. Y aparte, tienen que dedicar siete horas y media a la semana a trabajar en casa. «Pero echamos muchas más», asegura la presidenta provincial de Anpe. En los institutos, tres cuartas partes de lo mismo. Es decir, en los centros de Secundaria, los profesores dan entre 18 y 21 horas semanales de clases, horario regular lectivo, que se llama. Hasta completar las 25 horas semanales de horario regular no lectivo y otras cinco horas de horario irregular. En total, también 30 horas de obligada permanencia y siete horas y media de dedicación en casa.

Stressful and frustrated young Asian business office worker having overwork problem crisis with tons of paperwork load

Estos problemas se ven agravados ante la escasez de auxiliares administrativos, encontrándonos centros que carecen de ellos durante largos períodos de tiempo o con la obligación de compartirlos con otros centros escolares. Incluso algunas Comunidades Autónomas han permitido liberar a un profesor de cualquier carga lectiva para atender a estos asuntos administrativos. En Madrid, esta medida es difícilmente asumible al estar las plantillas docentes tan ajustadas. Por lo tanto, conocida esta inmensa carga burocrática que supone un trabajo adicional para el profesorado y resta tiempo para realizar tareas de carácter pedagógico, resulta necesario que el próximo Pacto de Estado por la Educación reduzca al mínimo imprescindible la cantidad de tareas administrativas a realizar por los docentes. La educación en general y los alumnos en particular lo agradecerán.

Fuente de la reseña: https://www.imageneseducativas.com/la-excesiva-carga-burocratica-asfixia-la-labor-educativa-de-los-profesores/

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Congreso pedagogías y sindicato: Por una educación pública y popular para la emancipación (Video)

Argentina / 26 de mayo de 2019 / Autor: UnTER Central / Fuente: Youtube

Publicado el 16 may. 2019
La defensa de la Escuela Pública ha sido para la UnTER una bandera reivindicatoria de estos 45 años de lucha y compromiso. Hemos tenido, desde los inicios, la preocupación por la formación y actualización de lxs trabajadorxs de la educación, entendiendo la importancia de lo pedagógico como eje de lucha además del salario, las condiciones edilicias y las políticas educativas.
Con el propósito de aportar a la construcción de un proyecto educativo emancipador, popular y democrático que tienda a la desnaturalización del orden social y a desocultar el poder, impulsando la redistribución y democratización del conocimiento y la autonomía pedagógica, se desarrollo el Congreso pedagogías y sindicato: Por una Educación pública y popular para la emancipación, UnTER 45 años de lucha y compromiso, en Roca – Fiske Menuco, los días 27 y 28 de junio de 2019.

Fuente de la Reseña: https://youtu.be/ufGdxnkS9w4
ove/mahv
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Cómo citar correctamente las fuentes bibliográficas

Por:  soybibliotecario.blogspot.

Puede que estés en la universidad, pero eso no significa que debas saberlo todo. Por ejemplo, acaban de encargarte tu primer ensayo para evaluación en una de las asignaturas de tu carrera y tu profesor ha insistido en que las fuentes bibliográficas deben citarse correctamente. Y entonces te has dado cuenta. No sabes citar fuentes bibliográficas. Pero eso es algo muy común si acabas de llegar a la universidad.

Es posible que en la secundaria hayas hecho alguna cita en algún trabajo, pero cuando hablamos de citar correctamente es porque existen formas muy diversas de hacerlo. Hay algunos estilos que se utilizan de forma más habitual, pero también hay estilos que encajan más en según qué disciplinas o tipos de publicación.

Los estilos de cita no son más que un conjunto de reglas que establecen los datos que deben ponerse en una cita y una vez los conoces no es algo complicado de recordar. Así que para que no te pierdas y puedas citar correctamente tus fuentes en ese ensayo que debes entregar vamos a ayudarte enseñándote algunos de estos estilos.

Normas de la American Psychological Association (APA)

Este estilo de cita es el más habitual, sobre todo en las Ciencias Sociales. Puedes utilizarlo tanto para citar dentro del texto como para incluir la fuente en la bibliografía. En el caso de hacerlo dentro del texto debería citarse al autor o autores cada vez que se haga referencia. Por ejemplo: Gombrich (1995) afirma que […]. Si la fuente que vas a citar tiene hasta cinco autores se debe citar el apellido de todos la primera vez, y en las siguientes incluir solo el apellido del primero seguido de la abreviatura «et al.» y el año.

Para incluir estas citas en la bibliografía lo que se debe hacer es colocar la información de la siguiente manera: Apellido, Iniciales del nombre. (Año de publicación). Título del libro en cursiva. Lugar de publicación : Editorial.  En el caso de que el libro esté escrito por más de un autor se menciona el apellido y las iniciales del nombre.

Normas UNE

Estas normas sirven para cualquier tipo de disciplina y cada cita que se hace con ellas tiene su correspondencia con una referencia de la bibliografía, donde aparecerá indicado entre corchetes el número correspondiente). Así, a la hora de citar dentro del texto la información que se quiera incluir irá entre comillas y acompañada de un número entre corchetes, el mismo que corresponderá al autor en la bibliografía.

Estilo de Chicago

Las reglas que rigen el estilo de Chicago son bastante sencillas, aunque existe una diferenciación entre las usadas para citar los textos de Humanidades y los de Ciencias Físicas, Naturales y Sociales.

Para citar referencias de Humanidades: Apellido, Nombre. Título del libro en cursiva. Lugar de publiación: Editorial, Año. En el caso de ser cuatro o más los autores se puede mencionar solo al primero y acompañarlo de la abreviatura «et al.».

Para citar referencias de Ciencias Físicas, Naturales y Sociales el modelo es el siguiente: Apellido, Nombre. Fecha de publicación. Título del libro en cursiva. Lugar de publicación : Editorial.

También existe la posibilidad de utilizar herramientas como RefWorks cuando estás haciendo ensayos o investigando. Usándola podrás aplicar de forma automática cualquier estilo de cita a una referencia bibliográfica.

Como puedes ver manejar las citas bibliográficas no es algo complejo sino más bien algo que depende principalmente de la práctica. Si quieres, puedes hacer algunos ejemplos antes de incluirlos en tu trabajo e incluso pedir a tu profesor que los revise. No tengas miedo y ponte manos a la obra, a medida que avances en tus estudios aprenderás nuevos trucos de escritura.

Fuente de la reseña: https://soybibliotecario.blogspot.com/2019/05/como-citar-fuentes-bibliograficas.html?m=1

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