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Libro(PDF): «Ecuador. La insurrección de Octubre»

Reseña: CLACSO

CLACSO reúne un conjuto de textos breves y ensayos producidos para contribuir a una lectura en diferentes tiempos y desde diferentes perspectivas sobre la insurrección de la sociedad ecuatoriana en octubre de 2019. Nos mueve un doble propósito: aportar en la construcción de una vía para interpretar los acontecimientos que marcaron la historia con temporánea de nuestros pueblos y efectuar un aporte a la memoria de las luchas por sociedades más justas e igualitarias.

Autores (as):  Camila Parodi. Nicolás Sticotti. [Editores/as]

Adoración Guamán. Adrián Bonilla. Alfredo Serrano Mancilla. Tobar Bayardo. Boaventura de Sousa Santos. Denis Rogatyuk. Emilio Cafassi. Fernando Vera Cabrera. Francisco Hidalgo Flor. Guido Leonardo Croxatto. Guillaume Long. Isaac Bigio. Isaías Campaña C.. Iván Mora Manzano. Jorge Majfud. Katu Arkonada. Leonardo Parrini. Lucrecia Maldonado. Luis Herrera Montero. Magdalena Gómez. Magdalena León T.. Manuel Castells. Marcelo Colussi. Marcelo Varela. Marco Teruggi. María Iglesias. Milena Almeida. Nicolás Oliva Pérez. Noam Chomsky. Pablo Ospina Peralta. Pedro Pierre. Raúl Zibechi. Ricardo Restrepo Echavarría. Santiago Ortiz. Soledad Stoessel. Stalin Herrera. Víctor Hugo Torres Dávila. Virgilio Hernández. Lissette Fossa. Guido Vassallo. Mónica Mancero. [Autores y Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-608-9

Descarga: Ecuador. La insurrección de Octubre

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2057&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1396

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Libro en pdf: Manual de lucha contra el cambio climático

Reseña: La editorial de Ecologistas en Acción, que llama a participar hoy en la Acción Global por el Clima, liberó ayer -con motivo de la celebración del Día del Libro- un libro del catálogo de su editorial: Manual de lucha contra el cambio climático, de João Camargo y Samuel Martín-Sosa. La obra explica de forma sencilla, con decenas de ilustraciones y datos científicos, la gravedad de la emergencia climática (abajo incluimos enlace para descarga). Libros en Acción, la editorial de Ecologistas, se define como “un lugar de encuentro y debate, de propuesta de alternativas a los conflictos que se han ido instalando entre la naturaleza y la sociedad actual”.

Link de descarga: https://www.ecologistasenaccion.org/transferencias/libro/manual-de-lucha-contra-el-cambio-climatico.pdf

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Libro(PDF): «Bibliotecas Virtuales para las Ciencias Sociales»

Reseña: CLACSO

A partir del uso de Internet para brindar servicios de biblioteca a distancia y a partir del uso de la computadora en las instituciones académicas para preparar y editar electrónicamente libros, revistas y documentos de trabajo, está cambiando la forma de trabajar en las áreas de biblioteca y de editorial de las instituciones de ciencias sociales. Este libro fue pensado para los bibliotecarios, editores, investigadores, informáticos, webmasters y otros protagonistas del proceso de crear, editar, procesar, difundir y brindar acceso a los conocimientos producidos por las ciencias sociales de América Latina y el Caribe.

Autores (as): Dominique Babini. Jorge Fraga.

Editorial/Editor: CLACSO.

Año de publicación: 2004

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: ISBN 987-1183-00-3

Descarga: Bibliotecas Virtuales para las Ciencias Sociales

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=176&pageNum_rs_libros=120&totalRows_rs_libros=1396

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Slavoj Zizek: «No habrá ningún regreso a la normalidad»

Reseña  Por:  Silvina Friera

Se publicó en ebook «Pandemia» .  Este texto polémico, que hasta ahora circulaba en forma fragmentada o en traducciones informales, acaba de ser editado completo en español. El filósofo esloveno propone una catarata de reflexiones urgentes sobre la política, la economía, el miedo y las libertades, con esa mezcla zizekiana típica en la que combina posmarxismo, psicoanálisis lacaniano, cine y series.

El gran provocador jamás deja a nadie indiferente. El irreverente filósofo esloveno analiza la catástrofe mundial que desató el coronavirus como una oportunidad para instalar un nuevo sistema social “comunista” ¡Comunismo o barbarie, así de simple!– que reemplace al “Nuevo Orden Mundial liberal-capitalista”. En Pandemia. La covid-19 estremece al mundo (publicado por Anagrama, en traducción de Damià Alou), Slavoj Zizek despliega en 80 páginas una reflexión urgente sobre la política, la economía, el miedo y las libertades, con esa mezcla zizekiana típica en la que combina posmarxismo, psicoanálisis lacaniano, cine y series –prefiere las islandesas como Trapped y Los asesinatos del Valhalla-, además de los infaltables chistes como espejos cóncavos de la vida. “En tiempos de epidemia se necesita un Estado fuerte (…) Las medidas a largo plazo, como las cuarentenas, tienen que llevarse a cabo con una disciplina militar”, afirma Zizek.

Nueva normalidad sobre las ruinas

Zizek (Liubliana, 1949) es de lo que se aíslan voluntariamente, incluso en los viajes, porque disfruta más de la tranquilidad del cuarto de hotel que de las imposiciones turísticas de la ciudad de turno. Al comienzo del libro arroja una pregunta crucial: ¿Se aprenderá algo de la catástrofe en curso? “Hegel escribió que lo único que podemos aprender de la historia es que no aprendemos nada de la historia, así que dudo que la epidemia nos haga más sabios –afirma el filósofo esloveno-. Lo único que está claro es que el virus destruirá los cimientos de nuestras vidas, provocando no sólo una enorme cantidad de sufrimiento, sino un desastre económico posiblemente peor que la Gran Recesión. No habrá ningún regreso a la normalidad, la nueva normalidad tendrá que construirse sobre las ruinas de nuestras antiguas vidas”.

Para el filósofo esloveno los mecanismos de mercado no serán suficientes para evitar el caos y el hambre. “Tendrán que considerarse a nivel global medidas que hoy en día a casi todos nos parecen ‘comunistas’: la coordinación de la producción y la distribución tendrá que realizarse fuera de las coordenadas del mercado”. Zizek lee la epidemia de coronavirus como una inversión de La guerra de los mundos de H.G. Wells (1897): “Los ‘invasores marcianos’ que explotan de manera implacable la vida en la Tierra y la destruyen somos nosotros, la humanidad; y ahora, después de que todos nuestros mecanismos de primates altamente evolucionados ideados para defendernos hayan fracasado, nos vemos amenazados por ‘la criatura más humilde que Dios, en su sabiduría, ha puesto sobre la Tierra, unos estúpidos virus que se reproducen ciegamente y luego mutan”. La ironía le sienta bien. “Lo realmente difícil es aceptar el hecho de que la epidemia actual es el resultado de la pura contingencia, que simplemente ha ocurrido y no hay ningún significado oculto. Si vemos las cosas desde una perspectiva más amplia, somos una especie que no posee ninguna importancia especial”, escribe Zizek.

Distancia mutua asegurada

La pandemia de coronavirus señala los límites de la globalización de mercado y del “populismo nacionalista” que insiste en una plena soberanía estatal. “El lema ‘Estados Unidos (o el país que sea) primero’ ya no tiene ningún sentido. Los Estados Unidos solo podrán salvarse a través de una coordinación y colaboración global. No estoy hablando de ninguna utopía, no apelo a la solidaridad idealizada entre la gente –aclara Zizek-. Por el contrario, la crisis actual demuestra claramente que la solidaridad y la cooperación global tienen como finalidad la supervivencia de todos y cada uno de nosotros, y que obedecen a una pura motivación racional y egoísta. El autor de Todo lo que usted siempre quiso saber sobre Lacan y nunca se atrevió a preguntarle a HitchcockA propósito de LeninEl títere y el enanoMis chistes, mi filosofíaLa nueva lucha de clases y La vigencia de El manifiesto comunista, entre otros libros, no cree que la mayor amenaza sea una brutal violencia por la supervivencia con desórdenes públicos o linchamientos por culpa del pánico; un escenario posible, si colapsa la sanidad pública. “Más que la pura barbarie, me da miedo la barbarie con rostro humano: implacables medidas de supervivencia que se imponen con pesar e incluso mostrando simpatía, aunque legitimadas por las opiniones de expertos”.

El filósofo esloveno manifiesta su desacuerdo con Giorgio Agamben, cuando ve en la crisis actual un signo de que “nuestra sociedad ya no cree en nada más que en la vida desnuda (Nuda vita). Es evidente que los italianos están dispuestos a sacrificar prácticamente todo –las condiciones normales de la vida, las relaciones sociales, el trabajo, incluso las amistades, los afectos y las convicciones religiosas y políticas- ante el peligro de ponerse enfermos. La vida desnuda –y el peligro de perderla- no es algo que una a la gente, sino que la ciega y la separa”. Según Zizek las cosas son mucho más ambiguas y la amenaza de muerte también une. “La distancia corporal es mostrar respeto hacia el otro, pues yo puedo ser portador del virus –explica-. Si durante la Guerra Fría la regla de supervivencia era MAD (las siglas en inglés de Destrucción Mutua Asegurada), ahora tenemos otra MAD: la distancia mutua asegurada (son las mismas siglas en inglés)”. En una situación en la que todos estamos atrapados en una triple crisis –médica, económica y psicológica- el filósofo insiste en que hay que “aprender a pensar fuera de las coordenadas del mercado y el beneficio” para encontrar otra manera de producir y asignar los recursos necesarios. “Si las autoridades se enteran de que una empresa está acaparando millones de mascarillas a la espera de que llegue el momento adecuado para venderlas, no tiene que haber ninguna negociación con la empresa, simplemente hay que requisarlas”, advierte Zizek.

Somos todos socialistas, incluso Trump

¿Cuánto se escribió a partir de que Zizek sugirió que una manera de salir de esta crisis era apelando a una forma de “comunismo”? Mucho. Y el filósofo esloveno fue objeto de burla. “Ahora vemos que Trump anuncia que pretende ‘tomar control del sector privado’. ¿Alguien podía imaginarse ese titular antes de la epidemia? Y esto es solo el principio: se necesitarán muchas más medidas como esta (…) No basta con aislarse y sobrevivir: para que esto sea posible, los servicios públicos básicos tendrán que seguir funcionando: la electricidad, el agua, los alimentos y los medicamentos tendrán que seguir estando al alcance de todo el mundo”. Sacudir conciencias, en estos tiempos, no es una tarea sencilla. Zizek sabe bien dónde golpear y lo hace con estilo. “Hay cosas progresistas que solo puede hacer un conservador con intachables credenciales patrióticas: solo De Gaulle fue capaz de darle la independencia a Argelia, y solo Nixon fue capaz de establecer relaciones con China. En ambos casos, si un presidente progresista hubiera intentado hacer estas cosas, al instante habría sido acusado de traicionar el interés nacional. Lo mismo se puede decir ahora de Trump cuando limita la libertad de las empresas privadas y las obliga a producir lo que resulta imprescindible para luchar contra el coronavirus: de haberlo hecho Obama, los populistas de derecha sin duda habrían enfurecido, afirmando que utilizaba una crisis sanitaria como excusa para introducir el comunismo en Estados Unidos”, compara el filósofo esloveno.

¡Comunismo o barbarie!

Como si redoblara el desafío, para golpear más lejos y horadar las convicciones ideológicas del liberalismo, se supera a sí mismo. “Tal como reza el dicho: en una crisis somos todos socialistas. Incluso Trump se está planteando ahora una forma de Renta Básica Universal: un cheque de 1.000 dólares para cada ciudadano adulto. Se gastarán billones de dólares violando todas las reglas del mercado convencionales –recuerda el filósofo-. Este socialismo forzado, ¿será un socialismo para los ricos, igual que lo fue el rescate de los bancos en 2008 mientras millones de personas perdían sus pequeños ahorros? ¿Se reducirá la epidemia a otro capítulo en la triste y larga historia de lo que Naomi Klein llamó ‘el capitalismo del desastre’, o surgirá de ella un nuevo orden mundial más equilibrado, aunque quizá más modesto?” Zizek cuestiona la “nueva verdad” que circula: “estamos todos juntos en esta crisis, deberíamos olvidarnos de la política y trabajar al unísono para salvarnos”. Esta idea antipolítica le parece falsa. “Es ahora cuando se necesita la verdadera política: las decisiones acerca de la solidaridad son eminentemente políticas”, subraya el filósofo esloveno.

En el capítulo diez de Pandemia, titulado ¡Comunismo o barbarie, así de simple!, Zizek profundiza su propuesta. Su idea de “comunismo” (escrito entrecomillas por el propio autor) no es un “sueño”, sino el nombre de lo que ya está sucediendo. “No es la visión de un futuro luminoso, sino más bien ‘un comunismo del desastre’ como antídoto al ‘capitalismo del desastre’. El Estado no solo debería asumir un papel mucho más activo, reorganizando la fabricación de los productos más necesarios, como mascarillas, kits de pruebas y respiradores, requisando hoteles y otros complejos de vacaciones, garantizando un mínimo de supervivencia a todos los desempleados, etc., sino hacer todo esto abandonando los mecanismos del mercado”, plantea el filósofo esloveno. “Si los Estados simplemente se aíslan, comenzarán las guerras. A todo esto me refiero cuando hablo de ‘comunismo’, y no veo ninguna alternativa que no sea una nueva barbarie”, agrega Zizek. “Uno de los signos de la civilización actual es que cada vez más gente comprende que la prolongación de las diversas guerras que recorren el planeta es algo totalmente demencial y absurdo. Y también que la intolerancia hacia las demás razas y culturas, y hacia las minorías sexuales resulta insignificante en comparación con la escala de la crisis a la que nos enfrentamos. Por eso, aunque hacen falta medidas de guerra, me parece problemático el uso de la palabra ‘guerra’ para nuestra lucha contra el virus: el virus no es un enemigo con planes y estrategias para destruirnos, no es más que un estúpido mecanismo que se autorreplica”.

El virus «Putogan»

El filósofo esloveno sugiere que hay tres tormentas que están combinando sus fuerzas sobre Europa: el impacto físico directo del coronavirus y sus efectos económicos (que no son específicamente europeos) y el virus Putogan: la nueva explosión de violencia en Siria entre Turquía y el régimen de Assad, directamente apoyada por Rusia. “El diabólico baile entre Erdogan y Putin, del conflicto a la alianza y de vuelta al conflicto, no debería engañarnos: ambos extremos forman parte del mismo juego geopolítico a expensas del pueblo sirio. Los dos son lo peor, y ambos deberían ser tratados como lo que son: criminales de guerra que utilizan el sufrimiento de millones de personas y destruyen un país para perseguir sus fines de manera implacable, entre los cuales figura la destrucción de una Europa unida. En un mundo con un mínimo sentido de justicia, ninguno de los dos debería estar en el palacio presidencial, sino en el Tribunal Penal Internacional de La Haya”.

En uno de los capítulos del libro, Zizek comenta críticamente “la obra maestra” de Byung-Chul Han: La sociedad del cansancio. “Hoy en día todo el mundo es un trabajador que se autoexplota en su propia empresa. Ahora todos somos amos y esclavos al mismo tiempo. Incluso la lucha de clases se ha transformado en una lucha de clases interior contra uno mismo”, argumenta el filósofo surcoreano. “La nueva forma de subjetividad descrita por Han está condicionada por la nueva fase del capitalismo global, que sigue siendo un sistema de clases con crecientes desigualdades: la lucha y los antagonismos de ninguna manera son reducibles a la ‘lucha contra uno mismo intrapersonal’. Todavía hay millones de trabajadores manuales en los países del Tercer Mundo, y hay grandes diferencias entre distintos tipos de trabajadores inmateriales. Un abismo separa al alto directivo que posee o dirige una empresa del trabajador precario que pasa todos los días solo en casa con su ordenador personal: sin duda no son amo y esclavo en el mismo sentido”, precisa Zizek.

Pandemia es un libro tan polémico como necesario. “Quizá sea esto lo más perturbador de la actual epidemia vírica –reconoce el filósofo esloveno-. Cuando la naturaleza nos ataca con un virus, lo hace para devolvernos nuestro propio mensaje. Y el mensaje es: lo que tú me has hecho a mí, yo te lo hago a ti”.

Fuente e imagen: https://www.pagina12.com.ar/268171-slavoj-zizek-no-habra-ningun-regreso-a-la-normalidad

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Mapamundi literario: un viaje por las obras representativas de cada país

Por: bloghemia.com.

En el año 2017, un usuario de la plataforma Reddit, que se hacia llamar Backforward24, decidió elaborar un mapa ilustrado, con la obra mas representativa de la literatura, !por país!.

Con la ayuda de los usuarios de la plataforma, Backforward24,  comenzó su genial proyecto, que valió la pena al final: un hermoso «mapa lierario» con las obras cumbres de la Literatura Universal.

Es cierto, el mapa recibió muchas críticas por una razón (demasiado obvia para dejarlo a un lado): La obra seleccionada por España no fue Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. En su lugar, había colocado «Sombra del viento», de Carlos Ruiz Zafón.  Pero solo fue por poco tiempo, y al final terminó por colocar la obra de Cervantes en su lugar.

Como toda lista, siempre será difícil complacer a todos. Pero si he de ser sincero, esta es una de las mejores selecciones que se han realizado, de las cientos de listas que pululan en la web. Quizás, su riqueza se encuentra , en haber sido elaborada, en parte, de manera colaborativa.

La lista, que incluye 144 países del mundo (La ONU reconoce 193) es una excelente guía, para aquellos que nos apasiona la Literatura, de conocer la obra literaria de otras latitudes.

A continuación les dejo el listado completo, y al final, podrán acceder al mapa.

Nota: La selección y el mapa, como se mencionó anteriormente, no fue realizado por la página, y debido a la cantidad de mensajes recibidos en nuestras redes sociales, colocaré al final, algunas acotaciones realizadas por los usuarios.

EUROPA

Noruega: Hambre, de Knut Hamsun

Iceland: La voz, de Arnaldur Indriðason

Suecia: La saga de Gosta Berling, de Selma Lagerlöf

Finlandia: Soldados desconocidos, de Väinö Linna

Dinamarca: La señorita Smila y su especial percepción de la nieve, de Peter Høeg

Latvia: Nāvas Ena, de Rūdolfs Blaumanis

Estonia: Verdad y justicia, de A. H. Tammsaare

Lituania: White Field, Black Sheep: A Lithuanian American Life, de Daiva Markelis

Bielorusia: Voces de Chernóbil, de Svetlana Alexievich

Ucrania: Muerte con pingüino, de Andrei Kurkov

Moldavia: Siberian Education, de Nivolai Lilin

Rumanía: El bosque de los ahorcados, de Liviu Rebreanu

Bulgaria: Bajo el yugo, de Ivan Vazov

Polonia: Pan Tadeusz, de Adam Mickiewicz

Alemania: Los Buddenbrook, de Thomas Mann

Países Bajos: El descubrimiento del cielo, de Harry Mulisch

Bélgica: La pena de Bélgica, de Hugo Claus

Luxemburgo: In Reality: Selected Poems, de Jean Portante

Reino Unido: Grandes Esperanzas, de Charles Dickens

Irlanda: Ulysses, de James Joyce

República Checa: Las aventuras del valeroso soldado Schwejk, de Jaroslav Hašek

Eslovaquia: Los ríos de Babilonia, de Peter Pišťanek,

Francia: El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas

España: Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes

Portugal: Baltasar y Blimunda, de José Saramago

Austria: El hombre sin atributos, de Robert Musil

Suiza: Heidi, de Johanna Spyri

Italia: La divina comedia, de Dante Alighieri

Eslovenia: Alamut, de Vladimir Bartol

Croacia: Café Europa, de Slavenka Drakulik

Hungría: Eclipse of the Crescent Moon, de Géza Gárdonyi

Bosnia y Herzegovina: Diario de Zlata, de Zlata Filipovic

Serbia: Diccionario Jázaro, de Milorad Pavić

Montenegro: Montenegro, de Starling Lawrence

Albania: El general del ejército muerto, de Ismaíl Kadaré

Macedonia: La hermana de Freud, de Goce Smilevski

Grecia: La Ilíada, de Homero

Rusia: Guerra y paz, de León Tolstoi

AMÉRICA

Canadá: Ana de las tejas verdes, de L. M. Montgomery

Estados Unidos: Matar un ruiseñor, de Harper Lee

México: Pedro Páramo, de Juan Rulfo

Guatemala: Hombres de Maíz, de Miguel Ángel Asturias

Belize: Beka Lamb, de Zee Edgell

Honduras: Cipotes, de Ramón Amaya Amador

El Salvador: Bitter Grounds, de Sandra Benítez

Nicaragua: El país bajo mi piel, de Gioconda Belli

Costa Rica: La isla de los hombres solos, de José León Sánchez

Panamá: Plenilunio, de Rogelio Sinán

Colombia: Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez

Venezuela: Dona Bárbara, de Rómulo Gallegos

Guyana: El palacio del pavo real, de Margarita Mateo Palmer

Surinam: The Cost of Sugar, de Cynthia McLeod

Guayana Francesa: Papillon, de Henri Charrière

Ecuador: Huasipungo, de Jorge Icaza

Brasil: Don Casmurro, de Machado de Assis

Perú: Lituma en los Andes, de Mario Vargas Llosa

Bolivia: Raza de bronce, de Alcides Arguedas

Paraguay: Yo el Supremo, de Augusto Roa Bastos

Argentina: Ficciones, de Jorge Luis Borges

Chile: La casa de los espíritus, de Isabel Allende (*)

Uruguay: Fútbol a sol y sombra, de Eduardo Galeano

Cuba: Havana Bay, de Martin Cruz Smith (**)

Haití: Breath, Eyes, Memory, de Edwige Danticat

República Dominicana: La maravillosa vida breve de Oscar Wao, de Junot Díaz

Bahamas: The Measure of a Man, de Sidney Poitier

Jamaica: Breve historia de siete asesinatos, de Marlon James

Puerto Rico: Cuando era puertorriqueña, de Esmeralda Santiago

Antillas Menores: El ancho mar de los Sargazos, de Jean Rhys

Groenlandia: Islands, the Universe, Home, de Gretel Ehrlich

ÁFRICA

Argelia: El extranjero, de Albert Camus

Libia: Solo en el mundo, de Hisham Matar

Egipto: Entre dos palacios, de Naguib Mahfuz

Marruecos: El niño de arena, de Tahar Ben Jelloun

Mauritania: Silent Terror: A Journey into Contemporary African Slavery, de Samuel Cotton

Mali: Sundiata: An Epic of Old Mali, de Mamadou Kouyaté

Níger: Sarraounia, de Abdoulaye Mamani

Chad: Las raíces del cielo, de Romain Gary

Sudán: Lyrics Alley, de Leila Aboulela

Nigeria: Todo se desmorona, de Chinua Achebe

Camerún: El viejo y la medalla, de Ferdinand Oyono

República Centroafricana: Batouala, de René Maran

Sudán Sur: They Poured Fire on Us from the Sky, de Benson Deng, Alephonsion Deng, Benjamin Ajak y Judy A. Bernstein

Etiopía: Beneath the Lion’s Gaze, de Maaza Mengiste

Somalia: The Orchard of Lost Souls, de Nadifa Mohamed

República Democrática del Congo: El antipueblo, de Sony Labou Tansi

Uganda: Crónicas abisinias, de Moses Isegawa

Kenia: Pétalos de sangre, de Ngũgĩ wa Thiong’o

Tanzania: Desertion, de Abdulrazak Gurnah

Angola: A Gloriosa Familia, de Pepetela

Zambia: Scribbling the Cat: Travels with an African Soldier, de Alexandra Fuller

Mozambique: Tierra sonámbula, de Mia Couto

Zimbabue: La casa del hambre, de Dambudzo Marechera

Namibia: Born of the Sun, de Gillian Cross

Botswana: La primera agencia de mujeres detectives, de Alexander McCall Smith

Sudáfrica: Desgracia, de J. M. Coetzee

ASIA

Turquía: Me llamo Rojo, de Orhan Pamuk

Georgia: The Knight in the Panther’s Skin, de Shota Rustaveli

Armenia: El visionario, de Raffi

Azerbaiyán: Blue Angels, de Chingiz Abdullayev

Irán: Shahnameh, el Libro de los Reyes, de Ferdousí

Iraq: El loco de la plaza Libertad, de Hassan Blasim

Siria: El lado oscuro del amor, de Rafik Scahmi

Líbano: The Hakawati, de Rabih Alameddine

Israel: Amaneceres en Jenin, de Susan Abulhawa (***)

Kuwait: A Map of Home, de Randa Jarrar

Emiratos Árabes Unidos: The Sand Fish, de Maha Gargash

Arabia Saudí: Ciudades de sal, de Abderrahmán Munif

Qatar: The Emergence of Qatar, de Habibur Rahman

Yemen: The Hostage, de Zaid Mutiee Damaj

Omán: The Turtle of Oman, de Naomi Shihab Nye

Kazajistán: The Book of Words, de Abay Qunanbayuli

Turkmenistán: The Tale of Aypi, de Ak Welsapar

Uzbekistán: Chasing the Sea, de Tom Bissell

Kirguistán: Jamilia, de Chingiz Aitmatov

Tayikistán: Hurramabad, de Andrei Volos

Afganistán: Cometas en el cielo, de Khaled Hosseini

Pakistán: El fundamentalista reticente, de Mohsin Hamid

Nepal: Palpasa Café, de Narayan Wagle

India: El dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy

Bután: The Circle of Karma, de Kunzang Choden

Bangladés: Días de amor y guerra, de Tahmima Amam

Myanmar: Smile as they Bow, de Nu Nu Yi

Laos: In the Other Side of the Eye, de Bryan Thao Worra

Tailandia: Four Reigns, de Kukrit Pramoj

Vietnam: El dolor de la guerra, de Bao Ninh

Camboya: Se lo llevaron, de Loung Ung

Taiwán: Green Island, de Shawna Yang Ryan

Sri Lanka: El fantasma de añil, de Michael Ondaatje

Mongolia: Cielo azul, de Galsan Tschinag

Corea del Norte: Los acuarios de Pyongyang, de Kang Chol Hwan

Corea del Sur: La vegetariana, de Han Kang

Japón: Kokoro, de Natsume Soseki

China: Sueño en el pabellón rojo, de Cao Xueqin

Malasia: El jardín de las brumas, de Tan Twan Eng

Brunei: Some Girls: My Life in a Harem, de Jillian Lauren

Indonesia: Hijo de todos los pueblos, de Pramoedya Ananta Toer

Filipinas: Noli Me Tangere, de José Rizal

Timor Este: La redundancia del valor, de Timothy Mo

OCEANÍA

Australia: Cloudstreet, de Tim Winton

Papúa Nueva Guinea: Death of a Muruk, de Bernard Narokobi

Vanuatu: Black Stone, de Grace Mera Molisa

Islas Salomón: Suremada, de Rexford T. Orotaloa

Fiyi: Tales of the Tikongs, de Epeli Hau’ofa

Nueva Zelanda: The Bone People, de Keri Hulme

Pueden visualizar el mapa ilustrado AQUI

(*) El caso de la selección de Chile, fue el mas comentado, particularmente, seleccionar a Isabel Allende como representante de la Literatura Chilena es un despropósito, tomando en cuenta que el país sudamericano cuenta, entre otros, con autores de la talla de Pablo Neruda. Pero la lista no es nuestra, como lo expliqué al principio.

(**) La selección de esta obra, por parte del publico anglosajón, denota lo poco que conocen la literatura del Caribe. Dejar a un lado, obras como «El reino de este mundo» de Alejo Carpentier, la Edad de Oro, de José Martí, o «Paradiso» de José Lezama Lima, es terrible.

(***) Una selección muy polémica, no por la obra, sino por la nacionalidad. Susan Abulhawa, una de las mejores escritoras contemporáneas, nació en un campo de refugiados de palestinos, y ha luchado toda su vida por la causa palestina. El que la hayan colocado como representante de la Literatura en Israel, resulta vergonzoso. Aquí quisiera darle las gracias a Odette Yidi David, quien me escribió para mencionarme dicho detalle, y al no poder cambiar los nombres (por que la lista no me pertenece) me dio la idea de realizar las notas a pie de página.

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Fuente de la reseña: https://www.bloghemia.com/2020/02/mapamundi-literario-un-viaje-por-las.html?m=1

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