La violencia en el ambiente escolar.

América del Norte/México/Fuente:http://www.dossierpolitico.com/

Por: Roberto Fleischer Haro

Los constantes desordenes y acontecimientos recientes al exterior  de las  Escuelas Secundarias Federales, llevados a cabo por los alumnos rijosos de los diferentes grados educativos, han puesto a pensar a los maestros y autoridades municipales.
Desde hace bastante tiempo se generan afuera de los colegios en mención diferentes riñas colectivas donde los jóvenes solucionan sus desavenencias. Aunado a lo anterior se está degenerando fuera de los planteles educativos la seguridad de los estudiantes.
Tratando de coadyuvar con los padres de familia, autoridades educativas y policiacas, me di a la tarea de estudiar  algún acercamiento a la problemática, así es que en la Ley de Seguridad Escolar para el Estado de Sonora, la cual debe aplicarse en su totalidad encontré lo más viable; sintetizado.
La misma Ley de Educación Sonorense, ordena en su artículo 33, fracción novena. “En la impartición de educación para menores de edad se tomaran medidas que aseguren al educando la protección y el cuidado necesario para preservar su integridad física, psicológica y social sobre la base del respeto a su dignidad y que la aplicación de la disciplina escolar sea compatible con su edad.”
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS A CONSIDERAR:
La Seguridad Escolar es un concepto que se encuentra íntimamente vinculado a la tranquilidad de nuestras familias, que requiere de una máxima coordinación entre los sectores público, social y privado, y demanda acciones estructuradas de manera eficiente y armónica.
La responsabilidad de una vida sana y segura nace en la familia y se fortalece en la escuela. Por ello, en la tarea de preservar el equilibrio del medio social y la seguridad de nuestro entorno, debemos asumir responsabilidades, dotando de un enfoque integral a la formación de los niños y jóvenes en una dimensión humanista, es decir, integradora de los valores humanos.
Recientemente en algunas escuelas de nuestro Estado, se han presentado situaciones delictivas que ponen en peligro la integridad física, mental y emocional de los alumnos.  Estos hechos realmente han alertado a la población, y justifican que   mantengamos un llamado urgente e implementar nuevas medidas de seguridad diseñadas para la protección de los estudiantes contra la violencia  en el ambiente escolar.
Los actos violentos y el consumo de bebidas alcohólicas y de drogas entre los estudiantes, son dos factores que nos han impulsado a generar y promover medidas preventivas para disminuir las conductas antisociales y delictivas al interior y en el perímetro de los planteles educativos, mediante el establecimiento de acciones permanentes que comprometan la participación de docentes, alumnos, padres de familia y sociedad en general.
Es necesario promover la participación de los padres en la vida escolar de sus hijos, ya que es un hecho que los estudiantes cuyas familias están involucradas en su formación, tanto dentro como fuera de la escuela, tienen  mayores posibilidades de triunfar en su vida académica, haciendo difícil el involucrarse en actividades antisociales.
Actualmente, en todas las instituciones tanto públicas como privadas se realizan, en algún grado, acciones en materia de seguridad y prevención de accidentes escolares. No debe haber nada más importante que la seguridad de ellos, y debemos mantenerlos protegidos y seguros en las escuelas, tanto en su interior como en su exterior.
La meta a alcanzar es una cultura  de la prevención. El cumplimiento de este propósito requiere de cambios de costumbres, de hábitos, de actitudes de vida, lo que, evidentemente, supone un proceso que debe iniciarse a la más temprana edad, para lo cual el Sistema Educativo  emerge como la instancia insustituible.
Generar en la comunidad escolar una actitud de  autoprotección, teniendo por sustento una responsabilidad colectiva frente a la seguridad, proporcionar a los estudiantes  sonorenses  un efectivo ambiente de seguridad integral mientras cumplen con sus actividades  escolares.
Constituir a cada establecimiento educacional en un modelo de protección y seguridad, replicable en el hogar y en el barrio; que cada escuela cuente con un mapa de riesgos y  diseñe un plan estratégico de autoprotección  para garantizar la integridad física de alumnos y docentes.
En esta Ley de seguridad escolar se promueve que los maestros y administradores escolares instrumenten  estrategias para  prevenir  la violencia en las escuelas  y desarrollen la capacidad de  reacción necesaria para proteger a los estudiantes y salvar vidas si ocurre un hecho violento, ya que el pánico puede abrumar a los estudiantes y maestros. La diferencia entre la vida y la muerte podría depender de  la respuesta durante los segundos antes y después de un incidente.
Además, es necesario dotar de nuevas herramientas a las  agencias  policiales, con el fin de mejorar la protección de los recintos escolares, para  responder con inmediatez a cualquier llamado de alerta o preventivo que implique o requiera su actuación en los términos de las leyes vigentes, y demás ordenamientos que resulten aplicables.
Esto, nos permitiría vigilar y mantener entornos escolares seguros a través de la presencia de agentes especializados, capacitados para interactuar con jóvenes estudiantes (Grupo DARE) a quienes les brinden seguridad con vigilancia en los alrededores de los planteles educativos y orientación para la prevención del delito, adicciones y conductas antisociales.
Por ello, debe disponerse de todas las opciones bajo la instancia normativa del Poder Ejecutivo del Estado para garantizar la seguridad en los planteles escolares de cualesquier tipo, nivel o modalidad, incluyendo aquellas instituciones a las que la ley les concede autonomía, siguiendo las formalidades que se requieran y ponderando siempre la mayor rapidez y eficacia posibles, para instruir a toda la estructura bajo su mando, sobre la importancia de la aplicación cabal y oportuna de la Ley de Seguridad Escolar, así como de las políticas y disposiciones que de otros ordenamientos afines se deriven.
No debiéramos esperar que ocurran situaciones lamentables y tragedias irreparables para invertir los recursos necesarios y todo nuestro potencial institucional  en la seguridad escolar y prevención de la violencia.
Se debe prevenir el concebido “TE ESPERO A LA SALIDA”
Fuente:
 http://www.dossierpolitico.com/vercolumnas.php?artid=179081&relacion=dossierpolitico&categoria=292
Imagen: http://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/multimedia/WAV150129/058.jpg
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