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Una pandemia no esconde la otra

Desde la ONU, Ginebra, Suiza

El planeta sigue transpirando. Las temperaturas globales se disparan, a pesar del leve respiro que, paradójicamente, le da el COVID-19 con su corolario de contracción económica y reducción del transporte. Los próximos e imprevistos desastres naturales seguirán tocando a la puerta de la Tierra, aunque el coronavirus buscará desplazarlos del primer plano mediático.

Las emisiones de gases de efecto invernadero, como el C02, responsables principales del deterioro climático, se redujeron drásticamente durante la actual crisis. Por ejemplo, en China, principal emisor del mundo, se estima que las mismas bajaron en torno de un 25 %.

“Suspiro” en sala de emergencia

Sin embargo, descenso momentáneo no implica solución estratégica. Y hacia allí apunta Greenpeace, cuando afirma en su estudio de abril del año en curso que “pese a la reducción de las emisiones en algunos sectores como el transporte y el eléctrico, la concentración de CO2 en la atmósfera no baja, sino que sigue aumentando. Consecuentemente la crisis sanitaria no está contribuyendo a paliar la otra gran crisis que enfrenta el mundo: el cambio climático”  (https://es.greenpeace.org/es/noticias/la-concentracion-de-co2-sigue-creciendo-a-pesar-de-la-crisis-sanitaria-causada-por-el-covid-19/)

La ONG internacional sistematiza algunas estimaciones sobre la reducción transitoria a raíz de la crisis. Y afirma que Alemania podría emitir entre 50 y 120 millones de toneladas menos de CO2 este año por la enorme bajada en la demanda de electricidad. En la ciudad de Nueva York se estima una caída del 5-10% de las emisiones de CO2 y una caída sólida en el metano.

Carbon Brief, referencia en el tema, sostiene que esa reducción podría ser de un 5% con respecto a 2019 (https://www.carbonbrief.org/analysis-coronavirus-set-to-cause-largest-ever-annual-fall-in-co2-emissions). Y sostiene que dicho descenso va a ser el más importante de la historia, desde que se realizan inventarios. Será más significativo que las caídas de CO2 registradas, en orden descendente, durante la recesión del 1991-1992; la crisis energética del 1980-81; la Gripe Española de 1918-1919; y la crisis financiera del 2008-2009.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) constata que la demanda de petróleo de este año ha caído por primera vez desde 2009. Una reducción de cerca de 90.000 barriles de petróleo/día respecto a 2019, debido a la profunda contracción del consumo en China y a las suspensiones en los viajes y el comercio mundiales. Los datos más recientes indican que la demanda de petróleo se desplomó un 25%. Para visualizarlo con una imagen, esa caída sería como si toda Norteamérica (EEUU, Canadá y México) dejasen de consumir ese combustible de golpe.

Cada vez peor

Los últimos cinco años, según el balance de diferentes organizaciones internacionales especializadas, han sido dramáticos para el clima. A pesar de los gritos crecientes de nuevos actores sociales que ganaron asidua y activamente las calles, las cifras son categóricas.

Desde los años 80 cada década ha sido más cálida que la anterior. La concentración del CO2, en el último quinquenio resultó un 18% mayor que en el anterior. El año pasado se registraron los valores más elevados en cuanto a contenido calorífico en los 700 metros superiores de los océanos, amenazando significativamente la vida marina y los ecosistemas.

Las olas de calor golpearon entre 2015-2019 a todos los continentes sin distinción. Y fueron una de las causas principales de los incendios forestales sin precedentes, no solo en la selva amazónica, sino en Australia, América del Norte y Europa.

En cuanto a la repercusión directa en la especie humana, cerca un tercio de la población mundial vive en zonas con temperaturas potencialmente mortales, al menos 20 días por año, debido a las enfermedades propias de ese clima excesivo. La sequía multiplicó la inseguridad alimentaria en numerosas regiones del globo, en particular en África, en tanto los ciclones tropicales repetidos produjeron pérdidas incalculables.

Las lluvias intensas y desbocadas, facilitan la aparición de brotes epidémicos. Allí donde el cólera es ya endémico, 1300 millones de personas corren el riesgo de contraer la enfermedad.

50 años de “poco o nada”

Hace exactamente medio siglo, se “celebró” por primera vez el Día de la Tierra. Entonces, los expertos comenzaron a alertar sobre las consecuencias irreparables para la humanidad producto del calentamiento global.

El diagnóstico de entonces no era errado. Según datos de la Organización Meteorológica Mundial, la concentración de CO2 es actualmente un 26% mayor que las marcas de 50 años atrás. La temperatura aumentó en igual período un 0,86°C y ya supera holgadamente en 1,1°C la de la era preindustrial. Y la tendencia sigue en ascenso. La misma agencia de la ONU calcula saltos significativos hasta 2024, en particular en las regiones de altas latitudes y zonas terrestres, siendo más lento en los océanos, en particular el Atlántico Norte y el Austral. (https://public.wmo.int/es/media/comunicados-de-prensa/el-d%C3%ADa-de-la-tierra-hace-hincapi%C3%A9-en-la-acci%C3%B3n-clim%C3%A1tica)

Desafíos monumentales

En tanto la pandemia produjo un cimbronazo mundial sin precedentes desde la 2da Guerra Mundial, pero con impacto a corto y mediano plazo, la lucha contra el calentamiento apuesta a la estrategia misma de sobrevivencia de la humanidad.

“Se debe actuar con decisión para proteger el planeta tanto del coronavirus como de la amenaza existencial del cambio climático”, declaró recientemente Petteri Talas, director de la Organización Meteorológica Mundial.  Agregando que “debemos aplanar la curva tanto de la pandemia como del cambio climático…Tenemos que actuar juntos en interés de la salud y la prosperidad de la humanidad, no solo durante las próximas semanas y meses, sino pensando en muchas generaciones futuras”.

Si se quiere controlar la pandemia climática, se debería asegurar – lo que parece ya casi imposible- una disminución de las emisiones globales de carbono de 7,6% para fines del año en curso. Y mantener ese porcentaje de reducción anual durante la próxima década para mantener el calentamiento global por debajo del 1,5°C a fines del siglo, según las previsiones del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Visión compartida, al menos retóricamente, por el Secretario General de las Naciones Unidas. En su mensaje por el Día Internacional de la Madre Tierra, el pasado 22 de abril, Antonio Guterres insistió en que “las perturbaciones del clima se están acercando a un punto de no retorno”. Y definió seis principios para que la recuperación económica y financiera postcrisis se impulse en el marco de una nueva conciencia de protección del medioambiente. “La recuperación debe ir acompañada de la creación de nuevos trabajos y empresas mediante una transición limpia y ecológica …la artillería fiscal debe impulsar el paso de la economía gris a la verde y aumentar la resiliencia de las sociedades y las personas” (https://www.un.org/es/observances/earth-day/message)

Greenpeace, por su parte, en el estudio de abril, considera que, “aunque las reducciones puntuales en las emisiones no van a paliar la crisis climática, sí deberían servir para iniciar los cambios profundos y necesarios para reducir las emisiones a cero”. Sostiene que este punto de inflexión puede y debe ser un motor de la recuperación económica y ser la base de la prosperidad a largo plazo. Y llama a que los Gobiernos abandonen las subvenciones a los combustibles fósiles al mismo tiempo que el apoyo a las inversiones públicas se destinen a actividades productivas que garanticen la sostenibilidad del planeta.

Recuperar la calle

La pandemia y las restricciones de movilización y concentración humana frenaron en seco, por algunas semanas, la protesta ciudadana a nivel planetario. La misma estaba en ascenso en muchos países cuando se desató el COVID-19.

Esa cuarentena de calle golpeó particularmente a las movilizaciones juveniles en defensa del clima, principales protagonistas sociales durante todo 2019, en todo caso en Europa. Y hoy, una de las *víctimas* indirectas de la pandemia.

Las organizaciones nucleadas en torno la Huelga Climática, que marcaron la dinámica social en Suiza en los últimos dos años, se vieron obligadas a renunciar, por ejemplo, a la gran jornada de acción que había sido originalmente convocada para el pasado viernes 15 de mayo. Que había logrado consensuar las fuerzas juveniles medioambientales y las principales organizaciones sindicales. Y que se proponía crear un hecho político de la dimensión de la Huelga de Mujeres, del 14 de junio del 2019, cuando se movilizaron en todo el país medio millón de participantes.

Cuando la lenta reapertura comienza a transitarse en una buena parte del planeta, la pregunta de fondo es doble. ¿Logrará imponerse una nueva racionalidad productiva que sea ecológicamente sustentable? Y, adicionalmente, ¿conseguirán las organizaciones sociales -especialmente juveniles- a favor del clima recuperar la energía de un año antes o sufrirán el impacto del lockdown impuesto por los gobiernos para evitar la propagación de la pandemia?

Fuente: https://rebelion.org/una-pandemia-no-esconde-la-otra/

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La pobreza golpeará a la mitad de la humanidad

  • La mitad de la población activa mundial amenazada por el desempleo
  • Segundo trimestre del 2020: 305 millones menos de puestos de trabajo

Sergio Ferrari desde la ONU, Ginebra, Suiza

Las proyecciones estadísticas más pesimistas van quedándose cortas ante la dimensión de la crisis. Desempleo, desinformación y pobreza aparecen como algunas de las piezas de un rompecabezas todavía no armado, pero con efectos directos y colaterales devastadores. La mitad de los empleos en la escala mundial se ven amenazados.

El «privilegio» del empleo

En el mundo, 1.600 millones de los 2.000 millones de trabajadores de la economía informal se ven afectados por las medidas de confinamiento y de contención. La mayoría trabaja en los sectores más afectados o en pequeñas unidades económicas más vulnerables a las crisis, según un informe publicado el 7 de mayo por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Estos incluyen a los trabajadores en los servicios de hostelería y restauración, la industria manufacturera, la venta al por mayor y al por menor, y los más de 500 millones de agricultores que abastecen los mercados urbanos. Las mujeres se ven especialmente afectadas en los sectores de alto riesgo, destaca el informe.

Por otra parte, la caída constante de las horas de trabajo a nivel mundial a causa del COVID-19 significa que 1.600 millones de trabajadores de la economía informal, esto es, casi la mitad de la población activa mundial, “corre peligro inminente de ver desaparecer sus fuentes de sustento”, señalaba la OIT en su 3er documento analítico de fines de abril.

Entre su primer informe sobre el COVID-19 y el mundo del trabajo publicado el 18 de marzo pasado y las estimaciones actualizadas difundidas a fines de abril la OIT cambió su punto de referencia. Ya no se trata de comparar la actual crisis con el terremoto financiero del 2008, sino con los estragos resultantes de la Segunda Guerra Mundial.

El 81% de la fuerza de trabajo – más de 2.700 millones de trabajadoras y trabajadores- padecía desempleo total o parcial a fines de abril. Y de continuar esta tendencia, en el segundo semestre del año en curso la reducción del empleo golpeará a 305 millones de trabajadoras y trabajadores a tiempo completo, teniendo como referencia una jornada laboral de 48 horas semanales.

En el estudio actualizado de la OIT (https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_743056/lang–es/index.htm) la alarma suena con respecto a los trabajadores de la economía informal, que representan en su totalidad, unos 2.000 millones de personas, la mayoría en países emergentes y en desarrollo de ingreso bajo y mediano.  Con el agravante que, en general, carecen de protección básica, de cobertura de seguridad social, de atención médica y, en caso de enfermedad, de sustitución de ingresos.

La crisis económica provocada por la pandemia ha dado una estocada contundente a la capacidad de ganar el sustento de casi 1.600 millones de trabajadora-es de la economía informal – el sector más vulnerable-, de un total de 2.000 millones a nivel mundial, y de una fuerza de trabajo de 3.300 millones de personas a escala planetaria. Las medidas de confinamiento y/o el hecho de que esas personas trabajan en alguno de los sectores más golpeados por la crisis, determinan esta dramática situación.

India, con 400 millones de trabajadores informales, Nigeria, Brasil, Indonesia, Pakistán y Vietnam, se encuentran entre las naciones que por concentración demográfica más sufrirán el impacto. Sin embargo, regiones enteras, como Centroamérica, o la América andina, dependen en gran medida de las actividades informales. Las que tienen, también, una fuerte incidencia en las concentraciones urbanas latinoamericanas, desde Buenos Aires hasta la Ciudad de México, pasando por Bogotá, Caracas, Lima o La Paz.

La pandemia desinformativa

Beber alcohol fuerte, comer gran cantidad de ajo, bañarse con agua casi hirviente, ingerir medicamentos caseros… Miles de informaciones falsas sobre el COVID-19 explotan en internet, en las redes sociales y en las plataformas de comunicación.

«La información falsa y poco fiable pone en riesgo muchas vidas”, señala la Organización Mundial de la Salud. Con los Consejos para la población acerca de los rumores sobre el nuevo coronavirus 2019-nCoV, (https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/myth-busters) intentó salir al cruce de creencias, desinformaciones o métodos “caseros”, que se presentan como eficaces para contrarrestar el virus. Con el agravante, además, de que detrás de muchas desinformaciones se expande el comercio creciente de medicamentos falsificados o adulterados.

Ya en la segunda quincena de marzo la Federación Internacional de Periodistas (FIP) que nuclea a 600.000 trabajadores del sector había advertido sobre la necesidad que “periodistas y medios informen sobre hechos y con fuentes fiables, sin especulación alguna…” Y convocaba a autoridades públicas e instituciones médicas a suministrar “información puntual y transparente”. Fue la misma FIP quien en la segunda semana de abril condenó los ataques sistemáticos del presidente brasilero Jair Bolsonaro a periodistas de su país. Un estudio al que hace referencia la central sindical mundial con sede en Bruselas contabiliza más de 140 ataques de este tipo, en los últimos tres meses, en torno a la cobertura informativa de la pandemia.

Futuro dramático

Si la explosión desbocada del desempleo y la problemática de la desinformación acompañan la nueva coyuntura pandémica mundial el tema de la deuda externa se convierte en agenda crucial de países y regiones.

No solo la antigua, acumulada y pendiente. Sino también la nueva, que muchos Estados contraerán para hacer frente a la crisis de sobrevivencia. Fue uno de los temas cruciales, por ejemplo, del debate interno de la misma Unión Europea durante las últimas semanas y aún pendiente de resolución.

Un grupo de 60 organismos y agencias de las Naciones Unidas, llamaron el pasado 10 de abril a los gobiernos a abordar la actual recesión y su repercusión en las naciones más empobrecidas del planeta. Según las instituciones onusianas miles de millones de personas viven en países al borde del colapso económico debido a la combinación explosiva de los “problemas financieros impulsados por la pandemia del COVID-19, pesadas obligaciones de deuda y un descenso de la ayuda oficial al desarrollo”, subraya el documento del Grupo de Trabajo Interinstitucional sobre Financiación para el Desarrollo.

Actores de primer orden de la sociedad civil internacional subrayan, también, el riesgo de que a causa de la pandemia más de 500 millones de personas, adicionalmente, caigan en la pobreza.  Así lo señala Oxfam internacional en su último informe Elijamos dignidad, no indigencia (https://www.oxfam.org/es/informes/elijamos-dignidad-no-indigencia), que fue difundido en abril pasado.

La magnitud de esta crisis, según la ONG internacional, excede toda proyección racional. “Podría suponer un retroceso de una década en la lucha contra la pobreza y de hasta 30 años en algunas regiones como África subsahariana, Oriente Próximo y el Norte de África. Más de la mitad de la población mundial podría vivir en condiciones de pobreza tras la pandemia”.

Oxfam exige a los organismos internacionales (incluidos al FMI y al Banco Mundial que tuvieron su reunión de primavera el tercer fin de semana de abril) “cancelar inmediatamente el pago de la deuda en 2020 y alentar a otros acreedores que hagan los mismo…” Y recomienda “… acordar la inmediata inyección de dinero en los países de desarrollo para ayudarles a rescatar a las comunidades en situación de pobreza y vulnerabilidad”.

Pronósticos, estadísticas, proyecciones, cada día peores, cada semana más dramática. En solo algo más de cuatro meses, la Tierra parece ser otro planeta y la humanidad no termina de agotar su capacidad de asombro.

Fuente: https://rebelion.org/la-pobreza-golpeara-a-la-mitad-de-la-humanidad/
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Un foro oficial… muchos Davos resistentes

Un foro oficial… muchos Davos resistentes

La autoconvocatoria del poder mundial

Sergio Ferrari
Rebelión
Protesta ambiental y anti-sistémica
Más de 3.000 grandes empresarios, personalidades políticas de primer orden mundial, así como representantes de instituciones internacionales se dan cita en el Foro Económico Mundial que se reúne, como cada año, en Davos, a unos 275 kilómetros (por ruta) de la capital Berna.Desde el martes 21 al viernes 24, la 50ª edición de este cónclave de los poderosos, fundado en 1971, se reúne en esa ciudad alpina del Cantón de Grisón. Amurallada por el ya habitual dispositivo militar, con no menos de 5.000 efectivos de distintas fuerzas en la calle, el espacio aéreo cerrado durante una semana, así como múltiples y sofisticados controles para acceder al Palacio de Congreso, sede principal del evento.

Capitalismo excluyente

En el centro del debate oficial de esta nueva edición del Foro, una mirada preocupada de muchos actores por los problemas propios del capitalismo. En la agenda de la reflexión, tal como lo anticipaban sus organizadores ya hace algunas semanas, se encuentra el repensar del capitalismo. Y vislumbrar una corrección del sistema para que sea más integrador, en el que las empresas no solo apuesten a sus propias ganancias. Hablan de dedicar esta edición al “Capitalismo de los partícipes”, menos excluyente y más distributivo.

Como subrayan diversos medios de prensa retomando a Klaus Schwab, fundador del evento Davos, “el capitalismo descuidó el hecho que una empresa es un organismo social” y no solo un ente con objetivo de lucro. Preocupa, según el fundador, “un capitalismo que se desconectó cada vez más de la economía real”.

Horas antes de comenzar el foro de los poderosos, el Fondo Monetario Internacional realizó su habitual encuentro con la prensa “en un contexto claramente marcado por las tensiones comerciales entre las grandes potencias económicas del mundo”.

Kristalina Georgievala directorainició su intervención señalando la «recuperación perezosa». «Estén listos para actuar si el crecimiento se ralentiza de nuevo», enfatizó dirigiéndose a los grandes empresarios. Las previsiones de crecimiento, sin embargo, ya se perfilan a la baja según el FMI. Las nuevas proyecciones estiman un crecimiento global del 2,9% en 2019 a 3,3% en 2020 y 3,4% en 2021. Esto se traduce en una revisión a la baja de 0,1 puntos para 2019 y 2020 y 0,2 para 2021 en comparación con los datos que el FMI anticipó en octubre de 2019.

Lejos de cualquier optimismo triunfante, números y reflexiones conducen en esta 50ª edición a un repensar el modelo atravesado por fisuras. Responsable de una polarización social mundial creciente y de la crisis ambiental sin salda. Situación que da pie a un renacer de la protesta ciudadana.

Marchas Opositoras

Una Marcha Internacional por la justicia climática, convocada por “Strike WEF” (Huelga contra el Foro de Davos), empezó el domingo 19 con el objetivo llegar a Davos el martes 21, día de la apertura oficial del foro. Entre otros argumentos, los promotores enfatizan que un centenar de las mayores empresas multinacionales son responsables del 71% de la emisión mundial de gas de efecto invernadero. En su mayoría, esas empresas, son socias del Foro de Davos y proponen “un crecimiento infinito en un mundo finito”, subrayan los portavoces de “Strike WEF “.

Los 50 kilómetros de marcha, con el eje en la denuncia de la crisis ambiental, pretende confluir con la movilización convocada en Davos mismo por la Juventud Socialista del Cantón de Grisón. Objetivo: concluir en una gran asamblea general convocada por la Huelga Climática Suiza. Esta cumplió el 17 de enero pasado su primer año de existencia. Y reunió en Lausana a más de 10 mil manifestantes, en su mayoría jóvenes, acompañados por Greta Thunberg, promotora sueca de estas huelgas ya internacionalizadas.

La Marcha Internacional por la justicia climática es apoyada por muy diversas redes y organizaciones, entre ellas la Marcha Mundial de Mujeres, ATTAC, Public Eye, los principales sindicatos helvéticos, fuerzas políticas verdes y progresistas.

La movilización anti-Davos, sin embargo, empezó ya hace varios días en Suiza. El 11 de enero, el Grupo Resolut, reunió varios centenares de manifestantes en Lucerna. Una semana más tarde, el sábado 18, otros varios centenares protestaron contra el Foro de Davos, esta vez en Berna, donde días antes se había realizado, como cada año, el “Tour de Lorraine”, movilización centrada en uno de los barrios populares/alternativos de la capital y que convoca varias decenas de actividades político-culturales.

El 22 de enero, diversos grupos reunidos en “Züri gäge WEF” (expresión dialectal suiza alemana que significa Zúrich contra Davos) convocan a concentrarse en la capital financiera del país. En dicha ciudad, entre el 17 y el 20 de enero se había realizado “El Otro Davos”, espacio de reflexión que existe desde hace ya varios años convocado por fuerzas anti-capitalistas.

Cúmulo de protestas que hablan de una iniciativa ciudadana recuperada. Donde confluye la fuerza ascendente de la protesta ambiental con la crítica al modelo económico-financiero hegemónico actual.

Justo casi tres lustros después de las grandes movilizaciones anti-Davos que conocieron su apogeo en el 2004. Año en que, luego de una protesta masiva en Davos, las fuerzas policiales helvéticas realizaron controles de identidad y detenciones de más de 1.000 manifestantes en un ambiente dantesco de gases lacrimógenos, granadas irritantes y represión indiscriminada.

Fuente de la Información: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=264715&titular=un-foro-oficial%85-muchos-davos-resistentes-

Autor: Sergio Ferrari

 

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Suiza: Young Boys campeón suizo, los niños también festejan

El último domingo de mayo la fiesta inundó la capital helvética. Miles de personas ocuparon la ciudad. La Bundesplatz (Plaza Federal) epicentro de las grandes movilizaciones políticas y sindicales se vistió de amarillo y negro. El día anterior, el sábado 25 de mayo, Young Boys (YB), el equipo local -clasificado campeón nacional desde varias semanas antes-, levantó oficialmente la copa luego del último partido de la temporada con una victoria inapelable contra Lucerna por 4 a 0.

En la temporada que comenzó en julio del 2018, el equipo capitalino venció casi todos los récords de la historia futbolera suiza, país todavía subdesarrollado a nivel de la competición de clubes, pero de nivel superior en cuanto a selecciones nacionales, con su 8vo puesto en la última clasificación FIFA. Apenas detrás de Portugal, pero por delante de potencias como España, Dinamarca, Argentina y Colombia.

Young Boys fue el primer equipo de todas las ligas europeas que se clasificó campeón en esta temporada, exactamente el 14 de abril del 2019, días antes que lo hiciera la Juventus en Italia y el Paris Saint Germain, en Francia. Terminó el campeonato con 20 puntos de diferencia por delante del segundo, el Basilea, que hasta 2017 fue el gran actor futbolero de la última década, desclasado en estos dos últimos campeonatos por los capitalinos amarillo-negro.

Como nadie antes en la historia de este deporte en la Confederación Helvética, marcó 99 goles en los 36 partidos jugados. Fue el equipo con mayor diferencia (+63) entre goles a favor y en contra de toda la historia nacional.

Su golpeador estrella, Guillaume Hoarau, francés originario de la Isla de la Reunión, se coronó como máximo goleador de la liga con 24 dianas. Su cancha, el Stade de Suisse, con capacidad cercana a las 33 mil plazas, alcanzó el promedio más alto de asistencia durante la temporada, con una media de 27.751 espectadores. Lo que representó un considerable aumento del 17 % con respecto a la temporada anterior.

Todos contra el racismo y la violencia

Young Boys alcanzó también el récord de la multiculturalidad de su plantel, con casi una decena de rostros negros o mestizos en su elenco titular de 23 jugadores. El domingo de la coronación, ocho de los 14 que compitieron – 11 titulares y tres suplentes que ingresaron durante el partido- , fueron de tez oscura. Entre ellos varios de nacionalidad suiza, uno francés, y el resto, originario de diferentes países del África subsahariana, verdaderas estrellas en el fútbol helvético.

La sintonía entre el público y los jugadores de color no es una casualidad. Un intenso –y largo- trabajo de años ha puesto en el centro del club capitalino el Gemeinsam gegen Rassismus (Juntos contra el racismo) (https://www.halbzeit.ch/ueber_uns), consigna siempre vigente, presente en chales, banderas, afiches y anuncios en las tribunas.

Todo nació hacia 1996, cuando un grupo de hinchas decidieron oponerse a la presencia creciente de grupos racistas y neonazis en las tribunas del histórico y viejo Estadio de Wankdorf, que abucheaban incluso a jugadores extranjeros de los equipos visitantes.

Casi 25 años más tarde, el trabajo constante, pedagógico, informativo y de concientización se ha arraigado y produjo frutos. Antes de cada partido, se proyecta en las pantallas detrás de los arcos, la consigna contra el racismo y contra todo tipo de violencia y discriminación, puesta en la boca de los jugadores de YB. Una forma de recordar un principio que hace parte, ya, de la filosofía misma de Young Boys. Definición deportiva significativa en tiempos en que las expresiones ultranacionalistas y anti extrajeras ganan adeptos en esta Europa desorientada ante la creciente xenofobia.

La familia en el estadio

Multiculturalidad en el campo, combate contra el racismo como política del club, fuerte presencia de la familia- como sujeto espectador- en la tribuna. Cada partido de local el Stade de Suisse se llena de grupos familiares tanto en las plateas más caras como en las tribunas populares. Incluyendo mujeres, madres, jóvenes, niños y hasta los más pequeñitos.

Ir a la cancha, en Berna, no significa arriesgar ni la seguridad ni la vida, sino por el contrario, gozar de un espectáculo popular, organizado, tranquilo, festivo, autocontrolado. Se ganó el campeonato 2019 y ni un solo espectador invadió el terreno luego del silbato final.

Propio de un público que sabe gozar con las victorias pero que lograr convivir, sin mayores frustraciones, con las derrotas, que habían sido constantes en las últimas tres décadas. Acorde con el perfil sociológico del “bernés”, al que los otros connacionales lo definen como un ser tranquilo, sin excitaciones, de andar pausado, con una fuerte raíz *campesina* que sigue todavía presente aun en los actores más urbanos de la capital institucional del país.

Dos veces por año se organiza el Kids Day, el día los niños, con entradas muy económicas para los infantes de más de 6 años que arrastran a sus padres y abuelos. Existe también un Kids Club (https://www.bscyb.ch/kids-club), para la-os infantes de 0 a 15 años. La membresía les asegura participar en actividades especiales: visitas al jardín zoológico, fiestas de cumpleaños que se pueden festejar en el club, entradas gratuitas, afiches especiales, así como la posibilidad de participar en la conferencia de prensa anual, exclusiva para menores, que los jugadores brindan en la sala oficial para los periodistas en el segundo piso del estadio. Ejercicio entre ingenuo y cómico que devela tanto el amor de los pequeños hacia sus ídolos como la curiosidad del mundo infantil hacia los entretelones futbolísticos.

Y los niños y jóvenes son también pilares de las celebraciones. Como pasó en el 2018 – luego de 32 años de no ganar ninguna competición oficial. O como sucedió estos últimos días de mayo, en los cuales la ciudad casi entera, las familias completas, con sus jugadores multiculturales, celebraron el segundo título consecutivo. Esta vez, tan repleto de marcas históricas como de desbordante sabiduría social en el feliz festejo.

Autor: Sergio Ferrari

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Cuando la resistencia humana derrota la tortura cotidiana

Por: Sergio Ferrari

Memoria de represión con final de esperanza

Luego de estrenarse en 2018 en la Muestra de Venecia, ganar el premio del público en el Biarritz América Latina, y, a inicios de febrero, el Goya al mejor guion adaptado, Compañeros – La noche de 12 años entró a Suiza por la puerta grande del Festival de Cine de Friburgo (*). La noche del sábado 23 de marzo fue su gran protagonista al ganar el Premio del Público, el Especial del Jurado y el otorgado por el Jurado Ecuménico.

Compañeros proyecta la etapa dramática de la historia uruguaya de los años 70, marcada por la dictadura y por una de sus facetas más brutales: la represión carcelaria contra los opositores.

En sus 2 horas de duración -de una intensidad y emotividad sin par- reconstruye el sistema represivo, basado en el aislamiento casi total que soportaron en distintos centros clandestinos tres de los nueve dirigentes del Movimiento de Liberación Tupamaros, detenidos durante doce años (1973-1985).

Considerados por los militares uruguayos no como presos políticos sino como rehenes de guerra, Mauricio Rosencof, (Ricardo Chino Darín), Eleuterio Fernández Huidobro (Alfonso Tort), y José Pepe Mujica (Antonio de la Torre) se confrontan a un régimen de los más inhumanos impuestos por dictadura latinoamericana alguna. El guion fue recreado sobre la base del libro Memorias del Calabozo (1993) escrito a cuatro manos por Rosencof y Huidobro.

“Nací en 1976, tenía apenas 9 años cuando los presos recuperaron la libertad en Uruguay. Me acerqué a esa historia sobre todo para descubrir esa etapa …” y no con certezas concluidas. Lo concebí como un viaje, aunque no de turismo. Sabía que sería un duro periplo hacia el pasado. El aislamiento a largo plazo destruye los puntos de referencia temporales, espaciales, de existencia, para los detenidos. El pasado, el presente, la realidad, sus sueños, todo se mezcla en sus cabezas, explica Álvaro Brechner.

Al centro: el ser humano

El hilo rojo de la película, que la última semana de marzo sale a las salas comerciales en Suiza y Francia, lo constituye el combate por la sobrevivencia y contra la locura. “No pretendí hacer una obra sobre la dictadura. Puse en el centro la resistencia humana en esas condiciones límites en el contexto de un régimen dictatorial”, explica Brechner.

Busqué confrontarme con el salvajismo de las condiciones de vida que soportaron. Y traté de entender cómo hace una persona para no perder su esencia humana, cuando se le impide la comunicación, se le censura todo intercambio y se le prohíbe el uso del lenguaje, es decir, cuando es reducida a una condición casi animal, se interroga Brechner.

El joven realizador que reside actualmente en España, recuerda el proceso previo que llevó años de reelaboración histórica de los hechos, implicó largos diálogos con los tres militantes y sus familiares, así como incontables entrevistas con psicólogos, psiquiatras, neurólogos, militares y especialistas en el tema.

Paradójicamente, y a pesar el régimen de terror, la premisa/condena de los dictadores *de aquí saldrán locos* se reveló inexacta. Décadas más tarde, los tres Tupamaros jugarían roles importantes en el mundo de la política y de la cultura de ese país sudamericano. En particular José Mujica que asumiría la presidencia del país entre 2010 y 2015.

Una ficción… casi real

La excelencia de la actuación de los protagonistas (incluyendo también, entre otros, a Silvia Pérez Cruz y César Troncoso), la calidad de la música omnipresente y el manejo artístico de las luces – con numerosas y complejas escenas filmadas en espacios lúgubres- sobresalen en esta coproducción española, argentina y francesa.

“Fue impresionante la entrega del elenco”. En particular, de los tres actores principales, excelentes y generosos, que asumieron situaciones límites: como adelgazar hasta 15 kilos durante el rodaje y actuar en escenarios y condiciones extremadamente difíciles, recuerda el director.

Apropiándose de sus roles, asumiéndolos integralmente, y dándole a esta ficción la fuerza de la realidad. Incluso en un marco psicológico durísimo, ya que sentimos que con el avance de la filmación “se nos fue pegando la maldad, en la medida en que nos acercábamos a la esencia del peor rostro del ser humano. Era como que el dolor nos iba comiendo la vida”, confiesa Brechner.

Quien con particular emoción recuerda la escena final. “Cuando la filmamos hubo una vibración particular. Los extras, el equipo, no podían contener las lágrimas. Y la gente que llegó a las inmediaciones se lanzó a entonar las consignas de aquel entonces, con la emotividad propia de rehacer esa historia, más de 30 años después”, subraya

“Si esto que vemos no es la realidad, me pregunto, entonces qué es la realidad”, se interroga Brechner. Acotando que “todos los que participaron de este proyecto salieron transformados -y exhaustos- al terminar la película. “Sentimos en carne propia lo duro de este ejercicio que nos permitió tomar conciencia con qué facilidad los hombres pueden incurrir en hechos bárbaros”, acota.

¿Perdón o venganza?

Pocos días después de su estreno en septiembre pasado en la Muestra de Venecia, en Italia, fue exhibido en varios países sudamericanos. “Su proyección en Uruguay fue muy significativa. Desató memoria, historia y emociones. Lo que es normal cuando se tocan realidades que están a flor de piel. Sin embargo, se equivocan quienes piensan que un filme puede resolver la historia de un país y las heridas potencialmente abiertas”, subraya.

Y, al mismo tiempo, Compañeros abrió interrogantes sobre cómo cada ser humano -por ejemplo, Huidobro, Rosencof y Mujica- se ubica frente a ese pasado, frente a cuestiones esenciales como las del perdón y el rechazo a la venganza individual.

Uno de los tres militantes me dijo, concluye Brechner, “que más que una cuestión de perdón, se trata de entender que hay ciertas cuentas en la historia que posiblemente nadie las va a pagar. Y es una decisión muy personal cómo posicionarse ante esa constatación”.

(*) El principal premio del Jurado de la 33ª. edición del FIFF fue atribuido a la película Las Niñas Bien (The Good Girls) de la realizadora mexicana Alejandra Márquez Abella. Palmarés completo en: (https://www.fiff.ch/fr/le-palmares-du-fiff-2019)

Sergio Ferrari, en colaboración con swissinfo.ch, desde Friburgo

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Un plato de comida significa dos días de ingresos en Sudán del Sur: La pobreza en el mundo, un efecto de la injusticia.

Por: Sergio Ferrari. 

Con los alimentos malgastados se podría alimentar a 800 millones de personas
Una de cada diez personas en el planeta tierra sufre en 2018 el impacto de la pobreza extrema, según las cifras oficiales de los organismos internacionales. Y si bien en los últimos 25 años, mil millones de seres humanos escaparon de esa categoría, la realidad cotidiana en muchas regiones aporta señales preocupantes de retrocesos significativos.

Acabar con la pobreza no es una cuestión de caridad sino de justicia, enfatizaron las Naciones Unidas esta tercera semana de octubre en ocasión del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se conmemoró el 17. Reflexión aun más actual al celebrarse este año el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y cuando se reactualiza el debate sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el primero de los cuales intenta terminar con este flagelo.

Según las estadísticas de la ONU, 700 millones de seres humanos viven por debajo de la línea de pobreza, lo que significa que cuentan con menos de 1,90 dólares estadounidenses por día. Sin embargo, acotan las mismas, serían 1300 de millones las personas que padecen de “pobreza multidimensional”, concepto que contabiliza el acceso a los servicios básicos esenciales para llevar una vida digna. Factor aún mas preocupante: la mitad de las *víctimas* son menores de 18 años.

El drama del costo de un plato de comida

Un mismo plato de comida, casera, simple pero nutritiva, elaborada con ingredientes semejantes, que asegura un tercio de las calorías diarias necesarias de una persona, cuesta en Nueva York 1,20 dólares estadounidenses, es decir el 0.6% del ingreso diario promedio. Sin embargo, en Sudán del Sur, representaría más de dos días de ingresos. Es decir, como si un habitante de Nueva York tuviese que pagar unos 350 dólares por ese menú.En Nigeria, para ese mismo tipo de alimento, se debe destinar el ingreso de más de un día. En tanto en Colombia, Guatemala o Bolivia, un menú de esa naturaleza representaría entre el 2 y el 2,7 % del ingreso promedio diario. Así lo señala “Contando los frijoles: el costo real de un plato de comida en todo el mundo, 2018” que acaba de publicar el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PAM). Los principales afectados, según el estudio, son los países en conflicto o que sufren diversos factores de inestabilidad.

Causas y factores de la pobreza

Para Antonio Guterres, secretario general de la ONU en su mensaje oficial del 17 de octubre, los conflictos armados, los desastres naturales y las desigualdades crecientes aparecen como obstáculos para el combate contra este lastre. Y llamó a “una globalización justa que produzca oportunidades para todos y que garantice que el desarrollo tecnológico impulsará esfuerzos por erradicar la pobreza”.

Conceptos que comparten, parcialmente, organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales, que profundizan aún más, sin embargo, la reflexión sobre causas y factores de la pobreza.

“La pobreza es una epidemia que afecta a millones de personas en nuestro planeta”, enfatiza Oxfam Intermón que desde años prioriza su acción en esta temática. Para la ONG, son 1.400 millones de personas las que sufren pobreza extrema y casi 900 millones padecen hambre, y no tienen acceso al agua potable y a otros servicios básicos como la salud y la educación.

En la pedagogía de dicha ONG, el contenido, sin embargo, es más contundente. En su sitio web, Oxfam subraya que antes de explicar cuáles son las causas de la pobreza en el mundo , es importante clarificar entre factor y causa . “Las causas son situaciones que llevan al desarrollo de la pobreza , mientras un factor puede mantener estas condiciones de pobreza durante largo tiempo dado que no permiten una solución”, explica.

“ Diferentes instituciones han estudiado las causas de la pobreza. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada territorio y situación es diferente, con lo cual hablar de la casuística general es más que complejo”, subraya. Y se lanza a analizar los factores que favorecen el mantenimiento de este flagelo.

Entre ellos, el modelo comercial multinacional, con el desarrollo de grandes corporaciones que usan recursos y manos de obra barata en países en riesgo de pobreza, empobreciéndoles aún más. La corrupción, que sustrae recursos esenciales que deberían estar destinados para las áreas sociales. Sin subestimar el impacto del cambio climático y las enfermedades y epidemias. Otros factores: el despilfarro de los alimentos, que implica que con las mal gastadas 1.300 millones de toneladas de productos se podría alimentar a 800 millones de personas que padecen hambre; la discriminación de género; los conflictos armados y el crecimiento exponencial del número de habitantes en el planeta. Sin embargo, según la misma ONG, uno de los factores más preocupantes, sigue siendo, el desinterés de los países desarrollados por acabar con la pobreza.

Fuente: http://rebelion.org/noticia.php?id=247991

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El acoso escolar entre pares, un mal casi cotidiano

Por: Sergio Ferrari

-La mitad de alumnos del secundario, en el mundo, ha sufrido violencia

-Mayor impacto en sectores sociales “marginados”

A pesar que la escuela debería ser un espacio seguro para la niñez y la juventud, la realidad parece contradecir esta hipótesis. Unos 150 millones de estudiantes de entre 13 y 15 años, a nivel planetario, reconocen haber sufrido algún tipo de violencia de parte de sus compañeros de clase.

Así lo señala el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que publicó la primera semana de septiembre el InformeViolencia en las escuelas: una lección diaria. El mismo denuncia que la mitad de los niños en esa edad escolar ha sufrido algún tipo de violencia en las escuelas. En tanto 1 de cada 3 estudiantes de la misma edad ha soportado algún tipo de acoso, es decir, una escala mayor de maltrato psicológico, físico o emocional, a veces en forma repetida.

El acoso, precisa el informe, no se da solamente en el marco del colegio, sino también por Internet. “En un mundo digital, los acosadores pueden diseminar violencia, palabras e imágenes hirientes y humillantes tan solo con apretar un botón”.

La investigación indica también que tres de cada diez estudiantes de 39 países industrializados reconocieron haber acosado a otros compañeros.

El análisis de esta realidad según el sexo de los encuestados, muestra que, si bien niños y niñas se confrontan a riesgos semejantes, los jóvenes sufren especialmente violencia física o amenazas, en tanto las niñas se confrontan más a violencia psicológica.

La población LGTBI, los infantes pertenecientes a minorías étnicas y aquellos con capacidades diferenciadas, son más vulnerables a sufrir violencia de parte de sus pares, subraya el estudio de la UNICEF.

En cuanto a las consecuencias de esta realidad, los niños y niñas que son víctimas de ciberacoso, son más propensos a consumir drogas o alcohol; en general tienen peores calificaciones escolares; confrontan mayores problemas derivados de la baja autoestima; tienen más complicaciones de salud; y son más susceptibles, incluso, de llegar al suicidio.

Este flagelo produce consecuencias directas en el proceso de aprendizaje. Por lo que la UNICEF propone implementar políticas y leyes de protección al estudiantado; llama a reforzar las medidas de prevención y respuesta en las escuelas; e insta a las comunidades e individuos a sumarse a los estudiantes en sus denuncias. Y, adicionalmente, propone recopilar los datos de la violencia contra niñas y niños en las escuelas y fuera de las mismas, compartiendo y divulgando, también aquellas experiencias positivas para confrontarla.

Comentando el Informe, Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de la UNICEF enfatizó que “la educación es fundamental para construir sociedades pacíficas y, sin embargo, para millones de niños la escuela no es un lugar seguro”. Reconociendo que “los estudiantes se enfrentan cada día a múltiples peligros, como peleas, la presión de unirse a las bandas, acoso (personal o por Internet), disciplina violenta, agresiones sexuales y violencia armada”.

Otro informe de la misma organización de Naciones Unidas dado a conocer en el 2017 había revelado, por otra parte, datos dramáticos sobre el impacto de las guerras en la niñez y la juventud. Según el mismo, unos 158 millones de infantes y adolescentes viven en situaciones de guerra o conflicto.

*Sergio Ferrari, desde las Naciones Unidas, Ginebra, Suiza

*Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/195196

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